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Tambores de poder

La música ritual en américa precolombina

Por Martin Scarsi


1 . Inicios de la Música

La primera expresión musical es imposible de ser situada en algún momento del tiempo,

ya que, es mucho anterior a la manufacturación de instrumentos, de esta manera no se

puede rastrear el inicio de la misma. Quizás no se sepa cuando comenzó, pero si se

puede precisar cómo fue que apareció.

Se acepta que la música puede haber surgido de la imitación de la naturaleza, “Darwin

creyó que el canto se inicio con la imitación de los animales” (Ardley, 1979. P19). De esta

manera creían que, en cierta forma, se podían comunicar con mundo natural, ya que en

aquel entonces, realmente eran parte de este mundo. Aquí, estas imitaciones comienzan

a tener una función ritual, al convertirse en un puente entre el mundo terrenal y el

espiritual, convirtiendo al hombre en un animal salvaje más. Estos sonidos fueron

volviéndose más cotidianos, hasta que empezaron a formar parte de la vida diaria.

Dependiendo del sonido emulado se podían transmitir diferentes sensaciones y así, esto

fue complejizándose y formando un conjunto de sonidos que empezaba a asemejarse a

algún tipo de comunicación. Fue a medida que esto avanzaba que el homo sapiens

empezaba a reconocer ritmos sonoros en la naturaleza como el crujir de un fuego, al talar

un árbol, el cantar de la aves, el ladrar de los perros, entre otros, lo que abrió a posibilidad

de desligar la expresión sonora de la mera imitación para convertirse en una forma muy

primitiva de canto, “para Rousseau el origen de la canción fue el hablar alzando la voz.

Otros han creído que la música se originó en el ritmo, singularmente, en los ritmos que

produce el trabajo; y otros autores consideran que la música y el habla humana tienen el

mismo origen y que ambas nacieron al mismo tiempo que la comunicación sonora.”

(Ardley, 1979. P19).

En este momento ya podríamos estar hablando de la presencia de música como tal.

Contaba con varios aspectos que la convertían en una práctica habitual e importante en la
vida diaria, presente en la rutina y en los rituales. No solo contaba con la percusión

corporal y los cantos, sino que también se utilizaba el entorno para hacer percusión,

golpeando piedras y palos, o tensando una piel y dándole golpes.

Dada la precariedad de lo instrumentos utilizados no son muchos los que fueron

encontrados escasas muestras sobrevivieron a la erosión y el paso del tiempo. Pero hay

dos piezas en especial, dos flautas de 43.000 años de antigüedad, que indicaría que los

primeros flautistas vivieron en Europa en esos tiempos. Ambas piezas están compuestas

de partes de animales, una está hecha con marfil de mamut y la otra, mucho más delicada

se fabricó en un hueso de un buitre. Esto indicaría que ya existía la noción de música

como una actividad creativa. Incluso se cree que fue el hecho de conocer la música es lo

que diferencio al homo sapiens del Neanderthal, ya que, el sapiens al conocer la música

le facilito la cohesión social. Esto fortaleció los lazos entre los grupos de personas

mientras que los neandertales no compartían esta noción, es esto lo que los lleva a la

extinción.

Entonces ya desde sus inicios podemos ver en la música un rol fundamental. No solo

representa una unión del hombre con lo sobrenatural, sino que ayuda también en las

tareas diarias, facilitándolas. Otra cuestión importante es el hecho de que la música

cantada ayuda a transmitir las creencias a lo largo de las generaciones, lo que le confirió

al humano la posibilidad de evolucionar y poder hacer del conocimiento algo que se podía

pasar de generación a generación.

2 . Pobladores de América

La población de América se dio a partir de pueblos provenientes de Asia, que cruzaron a

través del estrecho de Bering. Como en todo movimiento humano, no son solo estos los

que se mueven, sino que sus culturas permanecen a su lado y viajan con ellos. De esta
manera podemos ver la cantidad de costumbres aborígenes que condicen con las

asiáticas, esto es porque, una cultura no desaparece, sino que se transforma y se adapta.

Con ellos vinieron muchas costumbres y hábitos que rápidamente encontraron su lugar en

las vidas en el nuevo continente. Entre ellos una gran cantidad de creencias mágicas y

religiosas. En todos los casos se puede ver una adoración por la naturaleza, siendo los

elementos de la misma la representación de los dioses en el mundo material. Dentro de

las prácticas llevadas a cabo por estas sociedades para asegurar su supervivencia

encontramos a la caza, la recolección y los rituales. Cada una fundamental, pero es en los

ritos en donde radica algo verdaderamente importante, que de no ser llevado a cabo

puede llevar toda la sociedad a la ruina, “los ritos son prácticas mediante las cuales sus

participantes armonizan con las fuerzas de la naturaleza” (Dubant, 1992. P156) y dado

que la naturaleza es el dios supremo era fundamental saciar la necesidad espiritual que la

misma requería. Es en este tipo de prácticas en donde presenciamos una real avance en

las técnicas y un refinamiento en los hábitos ligados a lo mágico, “el hombre primitivo

tiene la capacidad de captar las diferencias empíricas entre las cosas, pero según su

concepción de la naturaleza y la vida, todas esas diferencias quedan diluidas por un

sentimiento más fuerte: la profunda convicción de una solidaridad fundamental e indeleble

de la vida” (Highwater, 1999. P87)

Existen dos aspectos fundamentales en lo ritual, que sin existir no permitirían que el

mismo se lleve a cabo de manera normal. Estamos hablando de la música y del consumo

de alucinógenos, en el caso del segundo presenciamos “el empleo de alucinógenos entre

los pueblos aborígenes, los que generalmente usan estas plantas en ceremonias mágicas

o religioso-rituales. La mayor diferencia entre el uso de los alucinógenos en nuestra

cultura y el uso en las sociedades preindustriales es, precisamente, lo que se piensa

acerca de su origen y su propósito: todas las sociedades aborígenes han considerado, y


lo siguen haciendo, que estas plantas son o regalos de los dioses o los dioses mismos.”

(Hofman - Evans Schultes, 2000. P62). Aquí reforzamos lo antes planteado, la unión clave

entre el hombre y la naturaleza, la razón fundamental de su existencia, que no es más que

la unión entre el individuo y su máximo objeto de adoración.

3. Música Ritual

En el caso de la música presenciamos un desarrollo muy importante, no solo en la

técnica, que simplemente no era lo primordial, sino en el empleo de la misma. Siendo esta

la forma de favorecer el trance mientras se lleva a cabo el ritual o práctica mágica.

Esta música constaba de una variada cantidad de instrumentos, entre los que

encontramos flautas de pan, flautas de pico, arpas arqueadas, palos de lluvia, tambores y

otros tipos de percusión. Los instrumentos provienen de la vida cotidiana, siendo los

instrumentos de cuerdas provenientes del arco y flecha de la caza, los tambores de los

calderos, entonces evidenciamos la relación cotidiana de los pueblos indígenas con la

música, y esto proviene de que las deidades se encuentran en lo cotidiano, en los

alimentos, en el agua, en la lluvia, en el sol, etc., son estas cosas de la vida en la que los

dioses están presentes, “armonía natural por la que cada uno se dedica a sus tareas, con

alegría porque todos sus deberes son naturales.” (Dubant, 1992. P245)

El tipo de instrumento predilecto por los indígenas americanos fue el de percusión,

simplemente golpeando objetos entre sí o mediante tambores elaborados con el fin de

crear un mejor sonido, más fuerte y más penetrante. Ejemplo claro es lo sucedido a los

españoles cuando apenas arribaron a la zona de la península de Yucatán en donde “el

sonar de los tambores durante los rituales era de tal magnitud que los conquistadores

tenían un terror enorme de acercarse, dado el sonido penetrante y escalofriante

proveniente de entre la selva” (Hofman - Evans Schultes, 2000. P134). La importancia de

la percusión proviene de su simpleza, simplemente se trata de golpear un objeto contra


otro, así que de esta manera una sociedad sin conocimientos musicales podía producirla.

Es una vez que se combinan diferentes percusionistas y otros músicos que esta toma

mayor complejidad, y ya podríamos estar hablando de nociones musicales provenientes

de los indígenas. De esta manera aparecen las escalas y superponiendo diferentes de

estas podemos ver escalas pentatónicas, de 5 notas, siendo cada una favorable para

diferentes rituales, dependiendo de la deidad a la que se quería rendir culto, ya que,

“muchos pueblos atribuyen poderes sobrenaturales a los tambores” (Ardley, 1979. P121)
Bibliografía consultada

Dubant, B. (1992). Caballo Loco. Chaman y Guerrero. Indigo.

Highwater, J. (1999). The Primal Mind. Autor.

Hofmann, A. – Evans Schultes, R. (2000). Plantas de los dioses. Orígenes del uso de los

alucinógenos. Fondo de cultura económica.

Ardley, N. (1979). El libro de la música. Instituto Parramón Ediciones.

Referencias Bibliográficas

Ardley, N. (1979). El libro de la música. Instituto Parramón Ediciones. Página 19.

Ardley, N. (1979). El libro de la música. Instituto Parramón Ediciones. Página 121.

Dubant, B. (1992). Caballo Loco. Chaman y Guerrero. Indigo. Página 156.

Dubant, B. (1992). Caballo Loco. Chaman y Guerrero. Indigo. Página 245.

Highwater, J. (1999). The Primal Mind. Autor. Página 87.

Hofmann, A. – Evans Schultes, R. (2000). Plantas de los dioses. Orígenes del uso de los

alucinógenos. Fondo de cultura económica. Página 62.

Hofmann, A. – Evans Schultes, R. (2000). Plantas de los dioses. Orígenes del uso de los

alucinógenos. Fondo de cultura económica. Página 134.

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