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Las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) siempre han existido.

No importa
qué país visites o qué año te imagines, encontrarás miles de ellas.

Este tipo de empresas tienen un papel muy importante en la economía, no sólo en


la del país en la que se fundaron, también en la mundial.

Además de los aportes de estas empresas de menor tamaño hacia la economía y


a la generación de empleos, también suelen aportar a la mejora de temas como la
sostenibilidad y la prestación de servicios. No solo eso, también ayudan a la
prosperidad al crear nuevos sistemas, tecnologías e ideas.

Las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPymes) fueron legalmente


reconocidas en Colombia desde el año 2000. Desde entonces, su desarrollo y
crecimiento ha aumentado gracias a este estatus legal.

Su crecimiento hoy en día ha sido tan fructuoso que, según información del
Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, este tipo de empresas de menor
tamaño representan 90% del total de las empresas del país, y no sólo eso, sino
que crean 80% de los empleos nacionales y generan 50% del Producto Interno
Bruto.

Procesos empresariales cada vez más complejos, un entorno altamente


competitivo, y nuevas formas de realizar negocios, apoyados en la innovación de la
tecnología, ha hecho necesario garantizar la calidad y trazabilidad de los
procesos internos de las empresas, sin importar si son grandes, medianas o
pequeñas; es por este motivo que las auditorías internas son una herramienta
en el engranaje de cada empresa, siempre y cuando tengan objetivos ambiciosos
de crecimiento y cumplimiento de metas.

Hay que poner en claro que el objetivo principal de estos procedimientos es ayudar
en el desarrollo y avance de las compañías. Una experiencia de aprendizaje que
pueden y deben llevar a cabo todas las compañías para revisar a conciencia su
funcionamiento y las diferentes áreas que la componen, en un intento por hallar
debilidades u oportunidades de mejora. Por ello, las auditorías evalúan y verifican
los aspectos contables, administrativos, financieros y operativos, y deben estar en
manos de una persona imparcial a la hora de investigar, que no debe estar sesgado
por ningún motivo y con ojo clínico para hallar las debilidades e inconsistencias que
se pudieron haber cometido en el desarrollo de los procesos.

“El auditor debe realizar un trabajo minucioso en el desarrollo de esta actividad ya


que este trabajo será el punto de partida para que los procesos internos se ajusten
y evolucionen en pro de la obtención y cumplimiento de objetivos propuestos en la
empresa; el proceso del auditor se divide en la evaluación y verificación de la parte
administrativa donde se revisa y evalúa los métodos, los sistemas y procedimientos,
el cumplimiento con las políticas, planes, programas y todo tipo de leyes, que se
estén haciendo en forma adecuada”

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