San Cristóbal, Marzo 19 de 2014

RESPECTO AL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL VENEZOLANO,

PATRIA, HISTORIA Y REVOLUCIÓN

Desde hace algunos años, los partidos políticos que conforman la derecha
venezolana han enfocado su trabajo y sus cuantiosos recursos económicos en la creación
de estructuras políticas en las universidades públicas (principalmente en las
Universidades Nacionales Autónomas, en las Universidades privadas y en algunas
Nacionales Experimentales). Logrando realmente transferir parte de sus estructuras
partidistas a estas casas de estudio, creando verdaderas trincheras políticas, para las que
unidireccionalmente han adjudicado el nombre de “Movimiento Estudiantil”.

No han sido únicamente las tradicionales organizaciones políticas que

gobernaron a Venezuela en el período comprendido entre 1958 y 1999 (mal llamado
“democrático”), cuyas administraciones persiguieron implacable, cruel y
sanguinariamente al Movimiento Estudiantil Venezolano (el cual es oportuno recordar;
siempre tuvo clara definición revolucionaria, humanista, socialista y bolivariana). Dichos
partidos políticos a pesar de que aún existen (AD y COPEI), perdieron totalmente su
legitimidad y apoyo popular en el período comprendido entre 1989 y 1999, el que
paradójicamente coincide con la caída del muro de Berlín y el triunfo total del
capitalismo con la caída del Socialismo Soviético y la proclamación de el “Nuevo Orden
Mundial” por parte del Imperio Norteamericano. No siendo ello otra cosa que la
instauración del totalitario y despótico régimen de las élites financieras y mercantilistas
mundiales sobre todos los pueblos de la Tierra (hayan estado o no de acuerdo).
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La aplicación de las criminales medidas económicas del FMI durante el gobierno

de Carlos Andrés Pérez en 1989, trajo como resultado la espontánea y masiva rebelión
popular el 27 y 28 de febrero de 1989, apenas quince días después de su toma de
posesión como presidente de la república. Ésta rebelión fue brutalmente reprimida por
parte del gobierno, quien respondió con armas de guerra a un pueblo hambriento y
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desarmado, acarreando el trágico resultante de más de tres mil (3000) muertos y miles
de heridos y desaparecidos. El movimiento estudiantil acompañó al pueblo en aquella
jornada, demás está decir que lo acompañó también hasta las fosas comunes. Claro está,
en la Venezuela “democrática” episodios cómo este eran bastante habituales. Por lo
menos dos genocidios similares se reseñan en la historia de la segunda mitad del siglo
XX, los órganos de represión gubernamentales fueron entrenados por la CIA en las
técnicas de tortura y desaparición forzada de las y los líderes estudiantiles, campesinos y
gremiales, logrando con ello desmantelar a la oposición política en pocas décadas,
consolidando su “sistema bipartidista”, siniestro émulo y subordinado del modelo
político norteamericano.

Sólo durante el gobierno de Rafael Caldera (1969-1974) conocido en la historia

oficial como “el período de la pacificación”, fueron torturados y asesinados cerca de
cincuenta (50) líderes estudiantiles por parte del gobierno. Reprimido y masacrado el
movimiento popular (acusándolo de “castro-comunista”), fue cerrada por dicha
administración la Universidad Central de Venezuela durante dos (2) años y allanada la
Universidad de los Andes (ULA), suceso en el que pereció el estudiante Domingo Salazar
(asesinado por los órganos de represión del estado). Violaron la autonomía universitaria,
incursionando en el campus con tanques de guerra y metralla. El mayor logro del partido
COPEI durante la presidencia de Caldera en materia universitaria, fue sin duda la
disolución de la Federación Nacional de Estudiantes Universitarios.

Masacres, desapariciones forzadas, persecución a movimientos estudiantiles, a

partidos políticos de oposición y dirigentes gremiales; cierre de medios de comunicación,
inflación escandalosa, corrupción administrativa, recorte progresivo del “gasto social”
(salud, educación, vivienda, seguro social…), concesiones incondicionales para la
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explotación petrolera a trasnacionales norteamericanas, asesinatos de campesinos e

incremento del latifundio, crecimiento desmesurado de los cordones de marginalidad en
torno a las grandes ciudades, como consecuencia del éxodo campesino… son sólo algunos
de los principales aspectos que caracterizaron a los gobiernos de éstas décadas, pero:

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 ¿Por qué hablar de esto si el tema es el movimiento estudiantil venezolano?

Pues es necesario contextualizar la realidad venezolana en su escenario histórico,

político y social a efecto de comprender lo que se expondrá a continuación. Es
irrestrictamente necesario el dominio y comprensión de la historia para construir un
significado coherente de la realidad. Porque de la misma manera cómo un ser humano
que padezca amnesia se encuentra perdido en el vacío, desconociendo de dónde viene,
sin comprender el presente y totalmente desorientado respecto a su porvenir; un pueblo
que desconoce su historia se halla inexorablemente en las mismas circunstancias, peor
aún si dicha situación es inducida adrede por quienes a través de manipulación lo hacen
instrumento incondicional de sus propósitos.

La masacre del 27 y 28 de febrero de 1989, tuvo como resultante la rebelión

cívico-militar del 4 de febrero de 1992 y 27 de noviembre del mismo año (contra el
mismo gobierno), rebelión que contó con el apoyo y participación activa y comprometida
del Movimiento Estudiantil Venezolano. Los detractores de la Revolución Bolivariana
acusan de “atentado contra el hilo constitucional” y de “golpe de estado militar” a ésta
rebelión. Desconociendo por completo la participación del pueblo campesino, trabajador
y estudiantil que no pocas veces había sido vilmente masacrado por los gobiernos
“democráticos” de aquel entonces. A pesar de haber fracasado, ésta rebelión significó el
inicio de un nuevo período histórico, político y social venezolano; latinoamericano y de
gran parte de otras latitudes del mundo, marcando el ocaso del régimen asesino que
durante cuarenta (40) años había saqueado y masacrado al Pueblo venezolano,
ejerciendo el despotismo en nombre de la “Democracia”.

Posterior al gobierno de Carlos Andrés Pérez, arriba nuevamente a la presidencia

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del “Social Cristiano” Rafael Caldera (1994 – 1999), ésta vez gracias a una alianza política
de diversas organizaciones de izquierda, de centro y de derecha, quienes se
autodenominaron “El Chiripero”. Significó este último período de la “Democracia”, la
“estocada final” al pueblo. La denominada “Tripartita”, que contó con la complicidad
activa del episcopado venezolano y el corrompido sindicalismo, significó la eliminación
de las ya deterioradas garantías laborales del pueblo trabajador. Ésta medida se excusó

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en la “lucha del gobierno contra la crisis económica” cuya inflación superó el 150 %, se
tercerizaron y congelaron los salarios, se suprimió el seguro social y las pensiones a los
jubilados, empezó el proceso de venta al capital privado de la estatal Petróleos de
Venezuela (PDVSA), teniendo como meta final la privatización de la educación pública en
todos sus niveles y modalidades, la eliminación del sistema de salud pública… el
impuesto al valor agregado (IVA) se elevó por encima del 15 %.

Está de más detallar la brutal represión al movimiento estudiantil por parte del
gobierno, principalmente en el estado Táchira durante las administraciones de Ricardo
Méndez Moreno (AD) y Sergio Omar Calderón (COPEI).

El Movimiento Estudiantil Venezolano acompañó al pueblo durante la larga

agonía que significó para Venezuela el mal llamado “período democrático”. Cuya
legitimidad democrática jamás fue; Rómulo Betancourt y Rafael Caldera (Líderes de los
partidos que gobernaron a Venezuela durante éste período), traicionaron abiertamente
al movimiento popular que los llevó al poder tras el derrocamiento del tachirense
Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958. Tal y cómo el mismo líder de dicho
movimiento popular, el periodista Fabricio Ojeda lo expresara en su histórico discurso
de renuncia ante el congreso nacional el 30 de junio de 1962, cuando aún no finalizaba el
período de gobierno de Rómulo Betancourt (AD):

“Una cosa ha sido la prédica política fuera del poder, y otra muy distinta,
la acción de los gobernantes. Y a cada paso, salta a la vista como el pueblo,
las mayorías hambrientas, miserables y desamparadas, no han sido más que
infeliz escalera cuyos peldaños trepan ambiciosos y carreristas. Todo hasta
ahora ha sido engaño, mentira, farsa vergonzosa que compromete
responsabilidades y escarnece principios. La democracia no ha sido otra cosa
que medio para el engaño, para esa mentira, para esa farsa vergonzosa”.
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Palabras de un auténtico luchador del Movimiento Estudiantil Venezolano, quien

denunciaba la flagrante y descarada traición a la revolución popular del 23 de enero de
1958 y que apenas llegando al poder, gobernaría los próximos cuarenta (40) años,
cometiendo crímenes contra el Pueblo mucho peores que los efectuados por los
dictadores de antaño. Tanto que el mismo pueblo que derrocó a Pérez Jiménez, añoraría
con ansias su regreso durante estas cuatro décadas. Prosiguió el discurso de Fabricio

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Ojeda sentenciando: “La democracia que defienden quienes oprimen y roban en su nombre,
ha servido sólo como escudo para la ignominia, la podredumbre, la corrupción y la
desvergüenza de quienes sirven a intereses extraños y de quienes entienden la democracia
como instrumento de apetitos subalternos”. Palabras de quien al iniciar este histórico
discurso había afirmado:

“…Necesitamos un cambio a fondo para liberar al trabajador de la

miseria, la ignorancia y la explotación; para poner la enseñanza, la técnica y
la ciencia al alcance del pueblo: para que el obrero tenga trabajo
permanente y sus hijos amparo y protección…nada de esto podrá lograrse en
un país subdesarrollado y dependiente, como el nuestro, sino a través de la
acción REVOLUCIONARIA que concluya con la conquista del poder político
por parte del pueblo… Venezuela es un país privilegiado por la naturaleza.
Las entrañas de su tierra están pobladas de riqueza y sobre la superficie
crecen montañas de dinero. Pero estas riquezas y este dinero sólo van a
parar a los bolsillos de los grandes tiburones de la política nacional e
INTERNACIONAL, mientras que el pueblo, dueño de ellas, se debate entre la
angustia de no poseer nada y el dolor de su precaria situación económica…”

Es curioso evidenciar como en la actualidad hay quienes afirman que la Venezuela

de aquellos días es mucho más “desarrollada” y próspera que la de hoy. La desigualdad
social, la miseria, discriminación, marginalidad, esclavitud e ignorancia eran la realidad
del pueblo. Aún con una evidencia histórica tan clara hay quienes se atreven a afirmar
que la denominada “división de la sociedad venezolana” ha sido culpa del proceso
Revolucionario. Su falaz e insustancial argumento queda desenmascarado con las
palabras de éste insigne luchador venezolano y dirigente estudiantil:

“Este país que es el más rico de América Latina, muestra ante los ojos
angustiados de su gente, un panorama de males y penurias que se ahonda en
la existencia misma de grandes contradicciones: mientras unos tienen todo,
comodidades, lujos, placeres y bonanza; otros nada poseen, ni nada les
espera, a no ser la muerte en la más completa pobreza. Mientras unos tienen
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en bancos y cajas fuertes millones de bolívares, otros carecen de recursos

más elementales de la vida humana. Mientras unos pueden mandar a sus
hijos a los mejores colegios, otros tienen que resignarse a ver a los suyos
crecer en la ignorancia…Mientras unos ven sus mujeres dar a luz en clínicas
lujosas, otros, los más, tienen que conformarse con verlas parir como
animales en sus ranchos inmundos… este es el drama, la horrible tragedia de
nuestro país y nuestro pueblo. Buscarle remedio es responsabilidad de los
venezolanos PROGRESISTAS, encontrarle solución es deber irrenunciable… el

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 23 de enero, lo confieso a manera de autocrítica creadora, nada ocurrió en
Venezuela, a no ser el simple cambio de unos hombres por otros al frente de
los destinos públicos. Nada se hizo para erradicar los privilegios ni las
injusticias. Quienes ocuparon el poder, con excepciones honrosas, claro está,
nada hicieron para liberarnos de las COYUNDAS IMPERIALISTAS, de la
dominación feudal, de la OPRESIÓN OLIGÁRQUICA”.

Es esta la Venezuela añorada por los personajes que dirigen a la derecha

venezolana. La Venezuela de los terratenientes, la Venezuela en la que los campesinos
trabajaban jornadas de dieciocho (18) horas comiendo una sola vez al día y percibiendo
un salario miserable, no en moneda, sino la llamada “ficha” que era el sello del dueño de
la hacienda y que sólo tenía valor monetario en los establecimientos comerciales de
dichos propietarios (demás está puntualizar en los precios de éstos establecimientos).
Quizá éste es el modelo económico innovador y “desarrollado” que algunos añoran, en
una Venezuela sin escuelas, sin hospitales, sin universidades, sin garantías
constitucionales para las trabajadoras y los trabajadores, añoran la Venezuela con más
de tres (3) millones de analfabetas, baratos peones, baratas cachifas y baratas
prostitutas. Añoran la Venezuela en que podían masacrar a cualquiera que se expresara
públicamente, a quien leyera, a quien dijese la verdad… cual fieles émulos de la
Inquisición.

Es en el año 1998 en que, contra todo pronóstico, el Comandante Hugo Chávez

héroe de la rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992, llega a la presidencia de la
entonces República de Venezuela. Así es; “contra todo pronóstico”, la candidatura de
Hugo Chávez y el “huracán” de pueblo que se activó en su respaldo, ocasionó que por
primera vez en los cuarenta años de la tiranía bipartidista, las cúpulas de estos partidos
se unieran en una candidatura única a su vez financiados por el inmenso caudal de
dinero aportado por el sector empresarial, nacional y extranjero, todo el poder político y
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financiero del estado (Que estaba en totalmente bajo su control) y la indiscriminada

acción de propaganda y descalificación que sobre la persona de Hugo Chávez hiciera toda
la maquinaria mediática (televisión, radio y prensa) nacional e internacional. De lado de
la Revolución un pueblo analfabeto, hambriento, esclavizado, diezmado por la represión,
despojado de su dignidad. En términos convencionales era totalmente imposible que una
candidatura cómo la de Hugo Chávez llegase a triunfar, con el agravante de un sistema
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electoral que había sido diseñado para impedir cualquier posibilidad de triunfo de quien
no representase los intereses de la oligarquía que se agrupaba en los bloques políticos de
los llamados “Partidos de Status” (AD, COPEI).

A la vanguardia de este gran movimiento popular junto con los trabajadores,

campesinos y militares patriotas, estaba el Movimiento Estudiantil. Se puede decir que la
victoria electoral de la Revolución Bolivariana de 1998, es en efecto una victoria del
Movimiento Estudiantil Venezolano. Movimiento que durante todo el siglo XX había
luchado de lado del pueblo contra los tiranos y genocidas, que en complicidad de las
élites empresariales, el episcopado y el Imperio Norteamericano habían gobernado a
Venezuela. El mismo Movimiento estudiantil que inundó con su sangre las calles
venezolanas luchando por las más mínimas reivindicaciones sociales y estudiantiles que
un pueblo merece.

Es importante mencionar la causa de las luchas estudiantiles del siglo XX; las
estudiantes y los estudiantes venezolanos, primeramente lucharon exigiendo su derecho
a ingresar a la entonces “Educación Superior” (Hoy Sistema Educativo Universitario). Por
lo tanto, el hecho de reclamar ante el estado el derecho a estudiar, significó para muchos
lo último que hicieron en la vida. Las grandes mayorías envejecieron ante las puertas de
la Universidad (la llamada “población flotante”); los pocos que lograban entrar a la
universidad se encontraban con terribles realidades: profesores percibiendo salarios
miserables que en ocasiones llegaron a cobrar sólo dos veces al año, ausencia de la
infraestructura y los materiales más elementales para su formación, ausencia de
residencias, becas, comedor, transporte… Por lo cual los estudiantes lucharon y se
inmolaron para lograr el establecimiento del “medio pasaje”, como se conoció entonces
el pasaje estudiantil; lucharon y muchos de ellos murieron para que hubiese servicios de
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comedor en las Universidades; lucharon y murieron por conseguir bibliotecas, becas y

laboratorios para poder estudiar; lucharon por el derecho que tenían los estudiantes de
localidades foráneas a las principales ciudades a una residencia (Porque en la Venezuela
“democrática” había universidades sólo en algunas capitales del país), murieron y
lucharon una y otra vez por su derecho a vivir, a muchos el régimen se los negó.

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 Durante cuarenta (40) años lucharon con el pueblo y junto a él levantaron una
revolución pacífica y democrática que obtuvo la victoria frente al imperio con un 56,5 %
de los votos en diciembre de 1998. Haciendo con esto realidad la profética canción del
también estudiante y mártir venezolano Alí Primera:

“…Dicen que viene la hora,

Mira para ponernos contentos,
Se fue Bolívar ayer,
Pero hoy viene de regreso…”
Sangueo para el regreso.

Las y los estudiantes junto al Pueblo y con el comandante Chávez al frente de la

presidencia (legitimado por su mayoritaria voluntad) refundaron la república, nació la
“República Bolivariana de Venezuela” y con ella se creó el “Estado Social de Derecho y de
Justicia”. Las luchas sociales antes perseguidas reprimidas por la oligarquía al frente del
gobierno, se hicieron desde entonces política de estado. La Revolución Bolivariana
reorganizó la OPEP, siendo ésta una de sus primeras acciones en el plano geopolítico
internacional; se rescató a PDVSA, la que contrariamente a lo que afirma la actual
oposición venezolana; permaneció bajo el poder le las élites oligárquicas hasta el año
2002.

A quien le parezca insólita tal afirmación, quizá le sorprenderá saber que la

oposición venezolana no ha estado aislada de los espacios de poder político durante
estos quince años de Revolución. Mucho menos; lejos del poder financiero, mercantil y
comunicacional. Aunque parezca insólito creerlo, este pueblo perseguido, humillado,
torturado y masacrado durante cuarenta años, no tomó la más mínima acción de
retaliación y venganza contra sus tiranos a quienes habían sacado del poder por legítima,
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democrática y constitucional vía. El pueblo perdonó a sus verdugos, les garantizó
espacios de participación, les permitió seguir existiendo en el escenario político
nacional conservando sus privilegios y posesiones (por más ilícito que haya sido
su origen). La Oligarquía venezolana por primera vez aislada del poder político
(parcialmente) en toda la historia del país, fue perdonada por todos sus crímenes, el
pueblo solo reclamó el que se le reconociese como igual, sólo exigió el ser semejantes

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todas y todos sin importar su origen, creencia, cultura o cualquier otra característica que
antaño había sido objeto de discriminación (la “Ley de vagos y maleantes” criminalizaba
a cualquiera con piel morena o humilde indumentaria).

Sólo pidió el pueblo para sí las reivindicaciones por las que durante toda la
historia de la Patria y de todas las formas posibles había luchado y fallecido. Aún con sus
privilegios conservados; aún son sus crímenes perdonados; aun permitiéndoseles
controlar el aparato mediático, financiero y empresarial; aun permitiéndoseles ejercer la
vida política y conservar sus partidos… jamás perdonaron al pueblo. Quienes creyeron
que la lucha culminaría con la victoria del comandante Chávez en 1998 y la refundación
de la república cuya constitución fue aprobada en referéndum sometido a sufragio
universal con casi el 75 % del total de votos válidos; estaban bastante equivocados… si
antes el pueblo había tenido que luchar dos siglos por alcanzar la justicia social, ahora
cómo protagonistas de la nueva república deberían sufrir la vil, hipócrita y sanguinaria
retaliación de quienes jamás les perdonaron dejar de ser peones, cachifas y analfabetos.

Aún hoy en día las defensoras y defensores de la derecha venezolana defienden el

antiguo régimen de cuatro décadas lanzando afirmaciones marcadas por las
imprecisiones del lenguaje, la distorsión y volubilidad de conceptos tales como éstas:
 “Antes había educación pública”;
 “Antes había universidades”;
 “Antes había hospitales”;
 “Antes había transporte público”;
 “Antes no había división entre los venezolanos”;
 “Antes no se politizaba la educación”;
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 “Antes… Antes… Antes… cuando la Sinarquía gobernó a Venezuela (cosa

que siempre niegan)”.

Afirmaciones que no resisten el más mínimo análisis ni mucho menos el más

superficial debate en torno al tema. Tales defensoras y defensores de la tiranía cuando

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no pueden sostener coherentemente sus “argumentos”; hacen uso del insulto, la
amenaza, la descalificación y si les es posible la agresión física a efecto de imponer su
“verdad”. Sin embargo y gracias a la Revolución, el derecho a pensar, a estudiar y a
deliberar está garantizado en la República Bolivariana de Venezuela.

Para quienes les encanta describir la realidad en cantidades y “billetes” (al estilo
de los adultos de “El Principito”), cabe citar sólo algunas referencias:

 Para el año 1999 sólo el 53,41 % de las niñas y niños en edad de educación
inicial (3-5 años) tenían acceso a este derecho; para el año 2008,
1.285.875 de niñas y niños equivalentes al 84.8 % de ésta población
gozaban de acceso a la educación inicial.
 Para 1999, la taza de educación media, diversificada y profesional era 21.2
%, para el año 2008 se había duplicado, alcanzando el 42.35 %.
 En 1988 había 65.618 profesoras y profesores adscritos al ministerio de
Educación; para 2008 ya eran 343.538.
 En materia de educación universitaria:
o Según cifras del departamento de Estadística CNU-OPSU; para el año
1999 había 668.109 estudiantes universitarios en Venezuela, en el
año 2007 ya eran 2.135.146 (hoy en día son muchas y muchos más).
o Desde la creación de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho en
1975 hasta 1998, habían sido beneficiados con su programa de
becas (que en realidad eran créditos educativos que el estudiante
luego de graduado debía pagar con intereses a la fundación) 54.535
estudiantes. Entre 1999 y 2008, 191.543 estudiantes habían sido
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beneficiados por éste programa de becas, 251 % más beneficiarias y

beneficiarios en sólo siete (7) años, ahora sin tener que reembolsar
un céntimo al estado.
o Durante la Revolución Bolivariana se han creado dieciséis (16)
nuevas universidades, especializadas en todas las áreas de
conocimiento científico, garantizando el acceso a la educación
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 (Universitaria) a la totalidad de la población venezolana sin
discriminación de ningún tipo. Cabe destacar que estas
instituciones funcionan con un presupuesto muy inferior al de las
universidades autónomas hoy en manos de la oposición venezolana,
a pesar de garantizar el cupo a muchos más estudiantes. Cabe
destacar que lejos de haber reducido el presupuesto del estado a las
casas de estudio que están en manos de la oposición (las que son
nacionales, públicas y totalmente financiadas por el estado), ha sido
aumentado cada año desde la llegada de la revolución al poder,
subrayando que nunca rinden cuantas al estado ni a los estudiantes
por el uso que el “claustro” hace de dichos recursos, siendo el
asunto del presupuesto uno de los argumentos que ha mantenido la
derecha para ejercer sus operaciones políticas desde dichas
Universidades.

Harían falta unos cuantos volúmenes sólo para efectuar un análisis comparativo
de los principales indicadores sociales, durante las cuatro décadas de tiranía derechista
en Venezuela frente a los quince años de Revolución. No obstante ésta pequeña
proporción de información, puede demostrar la gran diferencia entre los que según los
defensores del régimen derechista “había antes”, frente a lo que efectivamente HAY
AHORA. No sólo mencionando números, sino también en cuanto a calidad de la
educación. Hoy los estudiantes de educación primaria gozan de matrícula gratuita,
profesoras y profesores especialistas, un currículo educativo que compite con el de los
países más desarrollados del mundo; igual con los estudiantes de educación secundaria y
diversificada. Los libros de texto son de distribución gratuita, existe de manera
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generalizada el Programa de Alimentación Escolar y cada estudiante desde primaria

hasta la secundaria se le ha asignado progresivamente una computadora (Totalmente
gratis). Actualmente se ha iniciado la asignación de Tablet´s de manera igualmente
gratuita a las y los estudiantes de educación universitaria. Las diferencias entre antes y
ahora resultan bastante evidentes.

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 Permítaseme a estas alturas hablar en primera persona para exponer los motivos
inherentes al haber dedicado éste escrito al Movimiento Estudiantil Venezolano; en
primer lugar por el hecho de haberme formado (en gran parte) como luchador social en
los ámbitos académicos y en segundo por ser hoy en día nuestras amadas Universidades
Autónomas, los lugares desde los que los partidos de derecha venezolanos ejercen un
antiético accionar político que habitualmente despunta en violencia contra el pueblo que
les adversa política e ideológicamente, autodenominándose “Movimiento Estudiantil” y
queriendo reclamar para sí el supuesto accionar político de la totalidad de las y los
estudiantes universitarios de Venezuela para su causa en contra de la Revolución
Bolivariana y el Pueblo.

El anterior análisis histórico-político lo realicé a efecto de identificar el verdadero

origen de las corrientes políticas que se han apoderado de las Universidades Autónomas,
principalmente a partir del año 2007. Como anteriormente expuse, fue el partido COPEI
el que al frente del gobierno venezolano arremetió antaño con mayor brutalidad contra
la Universidad y el Movimiento Estudiantil (sin eximir por esto los crímenes de los
gobiernos de AD, haciendo uso del estado o por medio de sus bandas armadas). Es muy
curioso el hecho de que sean principalmente dos partidos surgidos de COPEI, los que han
consolidado su estructura política en estas casas de estudio. Me refiero específicamente a
“Primero Justicia” y “Voluntad Popular”; los que a su vez pertenecen a la conservadora
corriente mundial impulsada por el Opus Dei, denominada “Social Cristianismo”, el que
de más está decir estuvo directamente comprometido con la brutal dictadura franquista
española (llegando a tener diez ministros en el gabinete) y con varios de los regímenes
dictatoriales pro-fascistas latinoamericanos del siglo XX y el fascismo Italiano, sin
mencionar la actual corriente mundial que ha devastado a países como España, Chile y
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Colombia.

En el “Mensaje a la Juventud” que publiqué el pasado 12 de febrero expuse

detalladamente el origen ideológico y financiero del autodenominado “Movimiento
Estudiantil” o “Resistencia Universitaria”, popularmente conocido como “Manos Blancas”
y sus vinculaciones con la destrucción de varios países de Europa del este en favor de la
12
Sinarquía supraestatal que ejerce la tiranía financiera, mercantil y comunicacional a
escala planetaria. Por lo que en éste momento sólo quiero hacer una reflexión respecto a
la situación que se ha suscitado en las últimas semanas en Venezuela.

Personalmente me indigna el hecho de que un partido político que ha llenado de

violencia, muerte y destrucción a nuestro amado país sirviendo a los intereses de la
sinarquía mundial, utilice el nombre de “Movimiento Estudiantil” para escudar sus
crímenes contra Venezuela. Los medios de comunicación privados que están totalmente
parcializados con éstos actos criminales hablan de “Protestas Estudiantiles”, cuando en
realidad varias ciudades del país han estado sometidas a las acciones terroristas de un
sector político que no ha dejado de hacer la guerra por todos los medios posibles a la
Revolución desde el 2 de febrero de 1999. Sin negar que pueda haber estudiantes
comprometidos con las acciones violentas es necesario puntualizar lo siguiente:

 En primer lugar el hecho de que haya estudiantes involucrados en los actos

terroristas, no convierte a estos en “Protestas Estudiantiles”.
 Es inaceptable que un partido político que tiene cómo teatro de
operaciones algunas universidades del país se adjudique para sí el título de
“Movimiento Estudiantil”, dando a entender que la totalidad de los jóvenes
y estudiantes de Venezuela están en contra de la Revolución Bolivariana y
que avalan los actos terroristas que hipócritamente los medios de
comunicación privados presentan a la opinión pública como; “protestas
pacíficas”(Que son el 90 % de todos los medios televisivos, radiales,
impresos y digitales de Venezuela). Eso es algo totalmente falso. La
mayoría de los jóvenes y estudiantes de Venezuela, así como la mayoría del
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pueblo apoya y forma parte de la Revolución Bolivariana (los resultados

electorales de las diecisiete [17] elecciones que ha habido desde 1998,
cuatro de las cuales en los dos últimos años, lo demuestra clara y
contundentemente).

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  Finalmente, es inadmisible que los jóvenes y estudiantes venezolanos
seamos puestos ante la opinión pública mundial junto a quienes
abiertamente ejercen la violencia y el terror contra el Pueblo, los animales
y la naturaleza. Es inaceptable que seamos involucrados mediáticamente
con un partido político que ejerce la violencia en favor de intereses
externos y adversos a Venezuela haciendo uso de medios de comunicación
y grupos mercenarios.

Si bien es verdad que no todos los jóvenes y estudiantes de Venezuela comulgan

con el proceso Revolucionario (aunque sí mayoritariamente), me es difícil creer que las y
los estudiantes aún muchos de ellos siendo opositores a la Revolución, permita que se les
vincule a los grupos terroristas que han asesinado ciudadanos y ciudadanas en el último
mes. Es difícil creer que las y los estudiantes permitan ser puestos ante el mundo al lado
de quienes queman vivos animales en hogueras de basura que encienden en las avenidas
de algunas capitales de nuestro país. Es inaceptable que se le llame “Movimiento
Estudiantil Venezolano” a quienes han decapitado, abaleado y quemado
indiscriminadamente ciudadanos venezolanos, a quienes han atentado contra los
servicios públicos, agredido física y verbalmente a trabajadoras y trabajadores de la
Patria, quienes han quemado universidades, han trancado el acceso a hospitales y
ejercido la xenofobia en contra de ciudadanas y ciudadanos del mundo a quienes ven
como “enemigos”.

Es imposible pensar que un grupo terrorista perteneciente a un partido que a su

vez es franquicia de las peores mafias del planeta, se adjudique el nombre de
“Movimiento Estudiantil” impunemente. Insigne y heroico movimiento al que ellos,
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cuando estuvieron al frente del poder político venezolano; persiguieron, torturaron y

masacraron indiscriminadamente. Debe haber justicia y debe conocerse la verdad,
personalmente como joven revolucionario que ha ejercido la lucha social y estudiantil,
me siento ofendido por la hipócrita manipulación que los dueños de los medios de
comunicación hacen de la actual realidad política venezolana cuando la presentan al
mundo.
14
 Es indignante que personeros pertenecientes a los gobiernos que durante la
década de los 90´s estuvieron directamente involucrados en la persecución y represión
del movimiento estudiantil, pretendan salir ahora hablando en nombre de la
“democracia” y de un supuesto “Movimiento Estudiantil” que no es tal, sino la fachada
mediática de sus organizaciones políticas, las cuales desconocen y atacan abiertamente la
mayoritaria voluntad del Pueblo, asesinando en primer lugar a la ética y la verdad para
lograr sus oscuros propósitos.

Terrible es el ataque que hace la oscuridad contra nuestro Pueblo y contra

nuestra Patria (de la cual se burlan asquerosamente), este ejército de mercenarios
imperiales disfrazado de “Movimiento Estudiantil” ejerce la violencia en las calles
venezolanas contra el Pueblo y en favor de mafiosos, especuladores, acaparadores y
terratenientes. Si hay algo verdaderamente ilegítimo y oprobioso en la Venezuela del
siglo XXI es éste mal llamado “Movimiento Estudiantil”, el cual en realidad es un partido
político que ha sepultado a la Autonomía Universitaria que tanta sangre y lucha costó al
verdadero Movimiento Estudiantil Venezolano, devolviéndola a sus antiguos tiranos. Es
decir; al Opus Dei, que usa como fachada a estos partidos políticos.

Nuestra vía como Pueblo, como juventud consciente; es y ha sido la resistencia

pacífica frente a la violencia, el oprobio y la mentira. En días cómo éstos, hace doscientos
años; el pueblo y la juventud venezolana combatía heroica y ferozmente al más perverso,
sanguinario y criminal imperio que se había conocido hasta aquel entonces. Joven era el
libertador Simón Bolívar; joven era el neogranadino Antonio Ricaurte (héroe de la
Batalla de San Mateo); joven fue la sangre que corrió en las batallas de “La Puerta” y la
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Victoria. Jóvenes fueron los corazones que llevaron la libertad a los pueblos de
Sudamérica y derrotaron a un imperio cuyas atrocidades y crímenes contra la
humanidad sólo son equiparables a los cometidos por el actual Imperio Norteamericano
(Brazo ejecutor del plan de dominación Global de la Sinarquía de Banqueros mejor
conocido como “Nuevo Orden Mundial”). Joven fue Antonio José de Sucre; guerrero,
filósofo, escritor y fundador de naciones. Jóvenes fueron las campesinas y campesinos
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que se rebelaron contra las pérfidas oligarquías traidoras al proyecto Bolivariano
(tiranos teocráticos) junto al también joven Ezequiel Zamora. Joven Fue Pedro Pérez
Delgado cuando inició su lucha en contra de la tiranía “amarillista”…

Jóvenes y Revolucionarios fueron los estudiantes de la generación del 28 (aunque

los pocos que “envejecieron” traicionaran sus ideales); Joven fue el heroico Fabricio
Ojeda y los estudiantes revolucionarios de la segunda mitad del siglo XX (como se ha
demostrado ampliamente en líneas anteriores)… Jóvenes somos quienes en ésta época
con verdad y justicia luchamos por la construcción de la Patria Nueva, que es igual a
decir; LA HUMANIDAD NUEVA. Porque cómo lo diría Alí primera: “La Patria es el
HOMBRE”.

Para quienes tengan dudas de la historicidad revolucionaria del Estado Táchira

basta recordar:

Revolucionarios y jóvenes fueron los andinos que junto a Cipriano Castro

derrocaron a los “vende-patria” y mediocres que entregaron el esquivo al imperio
Británico. Revolucionario fue éste hijo de capacho Cipriano Castro, quien confrontó a los
imperios europeos que pretendieron invadir a Venezuela a principio del siglo XX.
Revolucionario y Joven fue el sancristobalense Rafael de Nogales Méndez, quien
combatió y derrotó al imperio británico en Turquía durante la segunda guerra mundial,
el mismo que combatió a la oligarquía y al Imperio norteamericano de Teodoro Roosvelt
y Wilson; primero luchando de lado del pueblo en la Revolución Mexicana, luego junto al
también joven Augusto César Sandino en Nicaragua cuando la Invasión
Norteamericana… el mismo que desde los andes y el llano combatió al amado tirano de la
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oligarquía venezolana; al “bagre” Juan Vicente Gómez.

Revolucionario es en tachirense Francisco Javier García de Hevia, fusilado por el

imperialista Morillo en Bogotá. Revolucionaria fue la sancristobalense María del
Carmen Ramirez, heroína de la Campaña Admirable. Revolucionarios fueron los ilustres
hijos de San Antonio del Táchira: Calletano Redondo, Lorenzo Santander, Pedro María
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Gutiérrez; El Rubiense Rafael Maldonado… el Insigne Guerrero de la Independencia
Antonio María Ramírez. En fin, puede decirse que “bastante historia hay aquí” (historia
revolucionaria y combativa) y “bastante pueblo ha aquí” en el hermoso y cordial estado
Táchira, puerta de Venezuela, quien recibiera al Libertador hace doscientos años y desde
entonces no ha dejado de combatir. Este mismo Táchira, sagrado suelo que traidores y
perversos quieren hacer ver como “icono” de los violentos y asesinos que buscan
someter a nuestra amada Patria a los viles intereses del Imperio. Como la historia lo
demuestra; El Táchira de los “Chinatos”, el Táchira de los “Táribas” (los que resistieron al
invasor y asesino Juan de Maldonado); es sinónimo de dignidad, resistencia, justicia
social y REVOLUCIÓN BOLIVARIANA.

Grande es la historia y el legado de nuestra amada PATRIA (la que hoy luego de
quince años de Revolución es orgullo y dignidad de las verdaderas y verdaderos
venezolanos, porque sólo es digno de ser venezolano quien AMA a Venezuela, al igual
que sólo es digno de ser Tachirense quien verdaderamente conoce y AMA al Táchira),
grande y glorioso es el pasado y el presente. Concierne a nuestra generación y las
venideras corresponder a tal magnanimidad.

Si aconteciese el supuesto negado de que nuestra generación se viera obligada a

defender como antaño el derecho y honor de nuestro Pueblo; tendría que resucitar
Eduardo Blanco y volver a escribir su “Venezuela heroica”, para nuevamente
inmortalizar ante la historia la heroicidad y arrojo de ésta digna, luchadora e irreductible
generación de hombres y mujeres del “Sexto Sol”. Sin embargo éste es el tiempo
profetizado por Alí Primera, el tiempo de “Cantar a la PAZ”, este es el tiempo de construir
ése “Mundo Mejor”, dónde escribamos la “Nueva Historia”, la verdadera historia, aquella
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que antaño y presente construyó y construye el digno, heroico y magnánimo pueblo

venezolano.

Finalmente quiero remitir un mensaje a la Juventud Bolivariana (Que somos la

mayoría de la juventud en Venezuela):

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 No basta con simpatizar con la Revolución, no basta con pertenecer a la Juventud
del PSUV o a la Juventud de GPP para ser dignas y dignos de levantar las banderas del
Movimiento Estudiantil Venezolano. Necesario es consolidar la creación del Poder
Popular Universitario, que al igual que el Poder Popular no puede estar sometido a
ninguna estructura partidista (Aún el mismo Partido de la Revolución), ni ser apéndice
del estado, tal y como el mismo Comandante Chávez lo reconociera públicamente en más
de una ocasión. Los partidos son un instrumento de participación política dentro del
sistema democrático, son el medio por el cual el Pueblo ejerce protagonismo político y
con el que se consolida en el poder a la Revolución Bolivariana, para que dicho poder en
la figura del estado ponga las instituciones al servicio de los intereses del Pueblo. Sin
embargo el “Poder Popular”, a cuya conformación está llamado el Pueblo en su totalidad
y en el caso de la Universidad a todas y todos los integrantes de la comunidad
universitaria; es el verdadero espacio de poder y participación de las mayorías. El
Poder Popular Universitario es y debe ser verdaderamente autónomo y orientador de los
procesos inherentes a la construcción de la Patria en el contexto del cambio de paradigma
mundial que debe surgir del intelecto y lucha de nuestra generación.

Si sometemos el Poder Popular Universitario a la tutela de entes de poder

constituido o a la rectoría de instituciones (tal y como lo plantea la derecha y el
reformismo venezolano), sólo sería letra muerta sobre lúgubres cuartillas.

La Patria y el glorioso futuro de la humanidad reclaman el oportuno y significativo

aporte de nuestra generación. Quienes comprometidamente impulsamos y defendemos
el Proyecto Bolivariano; garantizamos al Pueblo y a la humanidad entera que lucharemos
hasta el último aliento por la consecución de la verdadera justica, el triunfo del amor y el
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nacimiento de la humanidad nueva, de la PATRIA NUEVA.

En el nuevo amanecer, en éste “Nuevo Sol”; la oscuridad enfurecida y recreada en

su maldad arremete con violencia, hipocresía y confusión contra el ser humano y la vida.
Más allá de los campos del terror y la miseria material que impone el imperio sobre la
Tierra; el real campo de batalla es la consciencia misma del ser humano. No en vano
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la maldad invierte ingentes torrentes de recursos en el engaño y la confusión del
individuo respecto a la “modelación” de la realidad y con ello de la opinión pública. Sin
embargo nuestro intelecto y firmeza es superior a cualquier engaño. Somos la NUEVA
ERA, SOMOS LA HUMANIDAD REFORMULADA, LA PATRIA NUEVA QUE ES “EL
HOMBRE”, no un individuo sino un pueblo es: EL AVATAR DE ESTA ERA.

Cierto es que este terrible episodio de arremetida contra Venezuela pasará, el

Pueblo triunfará por medio de la Paz y la Justicia. Sin embargo es menester aprovechar la
coyuntura histórica resultante para la creación del poder Popular Universitario. Entre los
años 2007 y 2011 se debatió profundamente en torno a tal cometido; necesario es
retomar el debate de cara al país, con igualdad de reconocimiento y condiciones de todas
las y los estudiantes sin discriminación alguna. Necesario es un Proceso Constituyente
Universitario, necesario es retomar el debate por la promulgación de la nueva Ley de
Educación Universitaria, necesario es luchar por poner el conocimiento y la ciencia en favor
de las luchas del Pueblo. El actual año, Bicentenario de la Juventud se presenta propicio
para consolidar esta nueva Victoria, necesario es (como se ha planteado desde diversos
sectores estudiantiles en los últimos quince [15] años) la refundación de la “Federación
Nacional de Estudiantes Universitarios”.

Desde la Resistencia Popular y Revolucionaria en el estado Táchira,

Cómo aporte el debate nacional por la verdad, Justicia y Paz…
Atte.: Jesús Berbesí Maldonado.
¡Que viva la PATRIA!
¡Que viva el PUEBLO venezolano!
“¡Que vivan l@s estudiantes!”
@berbesij2017

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