Está en la página 1de 17

Álvarez,  M.  2004.

  El  uso  de  materias  primas  vegetales  en  la  costa  norte  del  canal 
Beagle  a  través  del análisis funcional de base microscópica. Contra viento y marea. 
Arqueología de la Patagonia. Editado por Civalero, T.; Fernández, P. y Guráieb, P. pp. 279‐
294. Buenos Aires 

Álvarez,  M.  2004.  The  use  of  vegetal  raw  materials  in  Northern  coast  of  the  Beagle 
Channel region through use‐wear analysis*. In Contra viento y marea. Arqueología de la 
Patagonia, 279‐294. Edited by Civalero, T.; Fernández, P. & Guráieb, G. Buenos Aires. 
 
 
Contra viento y marea. Arqueología de Patagonia

ELUSODEMATERIASPRIMASVEGETALESENLA
COSTANORTEDELCANALBEAGLEATRAVÉSDEL
ANÁLISISFUNCIONALDEBASEMICROSCÓPICA

Myrian R. Alvarez *
“It seems more productive to assume
that the traces will always be
there, even if they are difficult
to identify (Briuer 1976)”

INTRODUCCIÓN ecológicas del entorno del asentamiento, no


constituye una evidencia indiscutible del uso
La utilización de recursos vegetales por de vegetales por las sociedades pasadas.
parte de las sociedades prehistóricas ha sido El registro etnográfico de dicha región, por
constatada desde el Paleolítico Inferior con el el contrario, pone en evidencia que sus habi-
uso del fuego y con el hallazgo de lanzas y ve- tantes realizaban un uso intensivo de recur-
nablos en sitios “clactonienses”. En América, sos provenientes del bosque fueguino, no sólo
en Monte Verde se han hallado gubias, palos como combustible sino como materia prima
cavadores, raspadores enmangados, ramas y para la confección de diversos utensilios. Su
troncos que formaron parte de una vivienda explotación por las poblaciones más tempra-
(Dillehay 1984). Sin embargo, la conservación nas, cuya presencia se remonta aproximada-
de macrorrestos vegetales (no carbonizados) mente a los 7000 A.P., resulta un interrogante.
en muchos sitios es escasa ya que depende de Sin embargo, el uso de madera puede inferirse
condiciones ambientales específicas tales como desde el sexto milenio antes del presente, a
medios áridos o inmersión completa y per- través de indicadores indirectos como la pre-
manente (Beyries y Hayden 1993). sencia de arpones de punta separable -que
Este es el caso de la costa norte del canal debían usarse necesariamente unidos a un
Beagle. Allí el alto índice de humedad ambien- mango- y por la existencia de embarcaciones
tal sumado a los ciclos estacionales de (Orquera y Piana 1999).
congelamiento-descongelamiento de los sue- Una vía metodológica para verificar su uso
los ocasionan la destrucción físico-química de en las ocupaciones más antiguas es el análisis
los restos vegetales que pueden haber ingre- funcional de base microscópica aplicado a ar-
sado potencialmente al registro arqueológico, tefactos líticos que permite inferir el material
con excepción de carbones, pólenes y fitolitos. trabajado y el movimiento desarrollado por el
La presencia de estos dos últimos en sedimen- instrumento a partir de huellas y residuos pre-
tos arqueológicos aunque posibilita obtener sentes en sus partes activas. Este método po-
información de las características climáticas y sibilitó constatar, por ejemplo, la utilización de
instrumentos líticos para el procesamiento de
*
Asociación de Investigaciones Antropológicas – maderas en varios sitios de Paleolítico Infe-
CONICET.E-mail: myrianalvarez@ciudad.com.ar. rior como Clacton-on-Sea, Hoxne (Inglaterra),
280 Myrian R. Alvarez
Swanscombe (Sudáfrica) y Koobi Fora (Kenia), cópicas producto de la fragmentación del
entre otros (Keeley 1980; Keeley y Toth 1981). material trabajado que quedan sobre los
El objetivo de este trabajo es acercarse a las filos de los instrumentos. En el caso de los
estrategias de explotación de recursos vege- residuos macroscópicos su conservación
tales en la costa norte del canal Beagle a par- depende de la historia tafonómica y am-
tir de los resultados del análisis funcional del biental de cada sitio. Los residuos micros-
material lítico de distintos sitios de la región. cópicos, detectables únicamente con mi-
Para ello evaluaremos los alcances y limitacio- croscopio de barrido electrónico, están
nes del análisis de huellas de uso y residuos en asociados a la modificación estructural de
la resolución de dicha problemática, analizare- la sílice superficial que da origen al conjun-
mos la oferta de recursos vegetales y la infor- to de los microrrastros, lo que genera ma-
mación procedente de las fuentes históricas. yores posibilidades de conservación.
El propósito es establecer la relación entre la La composición mineralógica de la roca y
disponibilidad de recursos, las técnicas utiliza- su estructura juegan un rol fundamental en la
das en su procesamiento y los procesos de formación de los rastros de uso, pero las va-
formación del registro vegetal. riaciones son finitas (Mansur 1999). Por otra
parte, la conservación de estos rastros depen-
de del sedimento en los que están incluidas la
ANÁLISIS FUNCIONAL DE BASE piezas, especialmente su granulometría, pH y
MICROSCÓPICA: ALCANCES grado de humedad (ídem).
Y LIMITACIONES
Macrorrastros y microrrastros de uso
Sergei Semenov junto con sus colabora- Las investigaciones independientes y siste-
dores de la Academia de Ciencias de máticas de numerosos arqueólogos a nivel
Leningrado desarrollaron en la década del ´50 mundial han generado una serie patrones bá-
las bases de la metodología del análisis funcio- sicos de huellas de uso que posibilitan recons-
nal de base microscópica. Su contribución fun- truir el material trabajado y el movimiento
damental consistió en demostrar que los ar- desarrollado por el instrumento durante su
tefactos líticos conservan rastros macro y mi- empleo. En algunos casos, además estos análi-
croscópicos de utilización que pueden identi- sis han permitido la identificación de dispositi-
ficarse y estudiarse mediante el empleo de un vos de enmangue de utensilios brindando ma-
instrumento óptico adecuado (Semenov 1964). yor especificidad al uso de los recursos pere-
De acuerdo a dichas investigaciones y si- cederos por parte de las sociedades prehistó-
guiendo la clasificación propuesta por Mansur ricas (ver por ejemplo: Stordeur 1987).
(1999) los rastros de uso puede dividirse en: En lo que respecta a los materiales de ori-
* macrorrastros o esquirlamientos de filos: gen vegetal se han detectado dos modelos di-
son modificaciones de los filos que se pro- ferentes de formación según se trate de plan-
ducen como consecuencia de su fractura y tas leñosas o no leñosas. Algunos autores han
que alteran su sección o delineación. establecido además que el desarrollo de los
* microrrastros: son alteraciones de la su- microrrastros –fundamentalmente el
perficie del filo que se producen por el micropulido- es menor en las maderas duras,
interjuego de acciones mecánicas y ataques ya que su mayor densidad no permite que el
químicos que actúan provocando una mo- instrumento lítico penetre con la misma in-
dificación estructural de la sílice en la su- tensidad que en una madera blanda; por lo tan-
perficie del filo utilizado. Están conforma- to la superficie de contacto es menor (por
dos por tres tipos: redondeamiento o ejemplo, Mansur-Franchomme 1983).
alisamiento de filos, estrías microscópicas Distintos estudios sobre alteraciones quí-
y micropulidos. Estos rastros sólo son micas llevados a cabo por Mansur (op.cit.) so-
detectables mediante el análisis de micros- bre artefactos que trabajaron madera demos-
copios de reflexión o con microscopio elec- traron que los micropulidos son resistentes a
trónico de barrido, con aumentos superio- los ataques con agua oxigenada, ácido clorhí-
res a 100X. drico e hidróxido de potasio. Plisson y Mauger
* residuos: son adherencias macro o micros- (1988) observaron que el micropulido de ma-
ELUSODE MATERIASPRIMAS VEGETALESEN LACOSTA NORTEDELCANALDEBEAGLE 281
dera sobrevivió un promedio de 19 horas al método. Sin embargo, una examen minucioso
tratamiento con hidróxido de sodio a 70° C y y comparativo de los sedimentos en los que
que la resistencia a los ataques dependía de la se han recuperado los artefactos y del que se
materia prima del instrumento lítico y del es- encuentra adherido sobre éstos junto con el
tado del material trabajado. El micropulido ori- análisis posterior de los microrrastros de uso,
ginado por el trabajo sobre madera fresca re- constituyen una vía adecuada para la delimita-
sultó menos resistente que el de madera seca ción de los procesos de formación (ver Barton
porque es más fluido y ofrece una superficie et al. 1998 y Kealhofer et al. 1999).
más amplia para la alteración (ídem). En lo que respecta a las características de
los recursos trabajados, el contenido mineral, la
dureza, y la humedad son también factores
Residuos importantes en la preservación de restos.
Los residuos adheridos a los filos utiliza- Shaffer y Holloway (1979) observaron en un
dos para trabajar recursos vegetales (y de ma- sitio de Texas que los instrumentos que pre-
teriales orgánicos en general) son muy frecuen- sentaban residuos vegetales eran los que ha-
tes en los filos experimentales empleados en bían trabajado plantas suculentas del desierto
su procesamiento. A nivel arqueológico en al- (por ejemplo Yuca sp.) con alto contenido de
gunos casos aparecen formando pequeñas azúcar. Estas plantas segregan un jugo
adherencias sobre biseles y aristas de instru- adherente que evitó el desprendimiento pos-
mentos o incluidos dentro de la capa de terior de los restos.
micropulido. Entre los residuos vegetales, los fitolitos y
Dos métodos se han utilizado para estu- elementos silíceos que provienen de la made-
dio e identificación: la observación microscó- ra constituyen los materiales que mejor se pre-
pica de la propiedades morfológicas de los res- servan en los instrumentos líticos debido a su
tos (mediante el uso de microscopio óptico o naturaleza inorgánica. En el caso de los prime-
electrónico de barrido) y la caracterización de ros su formación es ubicua y frecuente en el
los componentes químicos presentes en los fi- reino vegetal (Rovner 1983) pero dependen
los utilizados (mediante el uso de Análisis del metabolismo particular de cada planta y
Dispersivo de Rayos X, [EDAX]). Dentro del de su ambiente (Anderson-Gerfaud 1986). Es
primer método se han desarrollado numero- mayor en plantas herbáceas, especialmente las
sos trabajos que han posibilitado dilucidar di- monocotiledóneas y fundamentalmente en el
versos aspectos de la relación entre las comu- tejido epidérmico de tallos y hojas (ídem), pero
nidades prehistóricas y las plantas. Sin embar- presentan variaciones en tipo, forma y tamaño
go, la presencia de residuos vegetales y su va- aún dentro de una misma especie de acuerdo
lor taxonómico depende, de una serie de va- al órgano de la planta que se trate (Rovner
riables y problemáticas tales como: los proce- 1983).
sos de formación de residuos, el tipo y la par- Cuando se encuentran incluidos dentro de
te anatómica de planta trabajada y las caracte- la capa de micropulido, los fitolitos y los ele-
rísticas microtopográficas del instrumento mentos silíceos provenientes de la madera, rara
analizado. vez se encuentran intactos. Adquieren un as-
Los procesos de formación de residuos cons- pecto disuelto lo que sugiere que parte del
tituyen uno de los aspectos más discutidos en silíceo que los constituye fue afectado tam-
este tipo de análisis dado que su presencia en bién como resultado del trabajo (Mansur-
un instrumento puede estar relacionada con Franchomme 1983).
distintos factores; entre ellos: a) el uso a la Además de estos elementos inorgánicos se
que fue sometida la pieza; b) la fricción con un han detectado mediante MEB substancias ve-
mango o un protector que ayuda a sostener la getales correspondientes a células y fragmen-
pieza en la mano o facilita la prensión; c) el tos de tejido cuyas dimensiones no sobrepa-
roce con sustancias adherentes; d) el contac- san los 30 micrones. Su preservación, a pesar
to accidental entre el artefacto y el residuo de su naturaleza orgánica, se debe a su inclu-
(Kealhofer et al. 1999). sión dentro de la capa de micropulido que ac-
Este problema ha llevado a algunos auto- túa protegiéndolos (Mansur-Franchomme
res (Grace 1996) a cuestionar la validez del op.cit.).
282 Myrian R. Alvarez
Una serie de experimentos replicativos reali- INFORMACIÓNAMBIENTAL Y
zados por Hardy y Garufi (1998) sobre made- ETNOGRÁFICA SOBRE LA DISPONIBILI-
ras, demostraron no sólo la posibilidad de la DAD, CALIDAD Y USO DE RECURSOS
determinación taxonómica de los residuos a VEGETALES
nivel de clase y especie, sino también se pudo
reconstruir la actividad realizada (corte, ras- Información ambiental
pado, perforado, incisión y rebajado). Esto fue El canal Beagle se encuentra localizado a
posible debido a que cada una de ellas afecta los 54° 53´ de latitud Sur y entre los 67° - 68°
de manera diferente a los planos de corte de 30´ de longitud Oeste. El clima es frío, húme-
la madera generando la presencia de distintos do y nuboso, sustentado por la llegada de fren-
elementos anatómicos diagnósticos. tes originados en el océano austral que viajan
En cuanto al instrumento utilizado y la dis- desde el SO a través de toda la isla. El largo eje
tribución de residuos, Anderson-Gerfaud del canal paralelo a la cordillera actúa como
(1986) observa que la textura de la materia chimenea de los fuertes vientos occidentales
prima junto con las depresiones y microfrac- (Heusser 1998).
turas presentes en los microtopografía del filo La vegetación actual se define por la pre-
influyen en la preservación de restos del ma- sencia de bosques compuestos principalmente
terial trabajado y en su frecuencia. Estos ras- por dos especies de Nothofagus que crecen hasta
gos actúan como “trampas” que posibilitan una los 500-600 metros de altitud (Heusser 1989,
distribución diferencial de los residuos. 1998). De acuerdo al gradiente de humedad el
Por último los análisis químicos realizados sector occidental del canal se caracteriza por
mediante EDAX sólo detectaron la presencia el desarrollo de bosques cerrados con árboles
de silicio y resulta imposible establecer cuán- de hoja perenne compuestos mayoritariamente
to corresponde al vegetal trabajado y cuánto por Nothofagus betuloides; en los sectores cen-
a la materia prima del instrumento (Mansur– tral y oriental éstos se combinan con ejempla-
Franchomme 1983; Anderson-Gerfaud 1986). res de Nothofagus pumilio, árboles de hoja cadu-
A modo de síntesis podemos establecer ca. En las zonas circundantes a los bosques se
que microrrastos de uso y residuos, conside- encuentran algunos arbustos como el Berberis
rados en formas conjunta e interrelacionada, buxifolia, el B. ilicifolia y el Embothrium coccineum,
constituyen herramientas indispensables para hierbas y plantas rastreras (Heusser 1989).
acercarnos a las estrategias de utilización de En suelos con poco drenaje y humedad cre-
recursos vegetales en el pasado. Cada uno de ciente, próximos a las costas, se desarrolla la
ellos permite recolectar distinta clase de in- tundra magallánica con turbales. Por encima
formación complementaria sobre las activida- de la línea de bosques se extiende la tundra
des relacionadas con las plantas. Andina dominada por brezos e hierbas (ídem.).
Los micropulidos son un indicador indis- La oferta de hidratos de carbono y proteí-
cutible del uso de del instrumento en la trans- nas vegetales de los bosques fueguinos es es-
formación de materiales, pero el grano de re- casa ya que la mayor parte de la energía biótica
solución sólo alcanza nivel de materiales es absorbida para la formación de estructuras
leñososos / no leñosos. Asimismo permiten leñosas capaces de soportar el embate cons-
establecer la cinemática del trabajo y recons- tante de los vientos (Orquera y Piana 1999).
truir las técnicas de procesamiento de vegeta- Sin embargo, sus árboles presentan cualidades
les. importantes en los que respecta a sus propie-
La presencia de residuos identificables, en dades combustibles y a su plasticidad para la
cambio posibilita en muchos casos la diferen- formatización de objetos, tal como puede ob-
ciación de taxones; pero pueden ser el resul- servarse en el Cuadro 1.
tado de la contaminación del artefacto, con A partir de Holoceno medio se produce
excepción de aquellos incluidos en la capa de una amplia extensión de los bosques. Poste-
micropulido. Es importante contar para ello riormente, no hay variaciones significativas en
con una muestra de sedimento de la unidad el polen de los Nothofagus cuya máxima ex-
de procedencia del artefacto. tensión está comprendida entre el 5500 y 3200
A.P (Heusser 1989,1998).
ELUSODE MATERIASPRIMAS VEGETALESEN LACOSTA NORTEDELCANALDEBEAGLE 283
Cuadro 1: Árboles del canal Beagle: características generales, propiedades combustibles
y tecnológicas. (Tinto 1997 y Erize 1998)

Lenga Árbol de gran porte. Alcanzan entre 25 a los 30 m de altura y diámetros de hasta 1,5 m.
Nothofagus Madera:
pumilo Pe: 0,570 kg/dm3. Moderadamente pesada
* Propiedades tecnológicas: Textura fina y homogénea. Fuerte de blanda a semidura.
Fácilmente trabajable, compacta y elástica. Buena durabilidad expuesta a la humedad.
Apta para curvados al vapor.
* Propiedades combustibles: mediocres
Corteza: Espesor 1 cm. Agrietada longitudinalmente luego de su estado juvenil.

Guindo Árbol de gran porte. Alcanzan entre 25 y 33 m de altura y diámetros de hasta 1,2 m.
Nothofagus Madera:
betuloides Pe: 0,550 kg/dm3. Semipesada
* Propiedades tecnológicas: Textura fina y homogénea y grano derecho. Resistente
y blanda. Fácilmente trabajable. Apta para curvados al vapor.
* Propiedades combustibles: fácil combustibilidad
Corteza: Lisa

Ñire Árbol de porte medio. Alcanza los 15 m de altura y diámetros de hasta 40 cm.
Nothofagus Madera:
antarctica Pe: 0,600 kg/dm3. Semipesada
* Propiedades tecnológicas: Textura fina y homogénea y grano derecho. Resistente y
blanda. Fácilmente trabajable y elástica como todos los Nothofagus pero de
utilización localizada por los problemas que se encuentran en el porte y en el
estado sanitario generalmente deficiente.
* Propiedades combustibles: similares a los otros Nothofagus
Corteza: agrietada

Canelo Árbol de porte reducido. Alcanza entre 5 y 7 m de altura.


Drimys Madera:
winteri Pe: superior a 0,550 kg/dm3. Semipesada
Propiedades tecnológicas: Tronco recto. Textura fina y homogénea y grano derecho,
a veces sinuoso. Resistente.
* Propiedades combustibles: mediocres
Corteza: lisa

Notro Árbol de porte reducido. Alcanza hasta 8 m de altura y 20 cm de diámetro.


Embothrium Pe: 0,570 kg/dm3. Semipesada
coccineum * Propiedades tecnológicas: Textura gruesa y heterogénea con grano derecho.
Blanda de fácil trabajabilidad. Su utilización está reducida a la elaboración de
objetos de poco tamaño.
* Propiedades combustibles: sin datos
Corteza: lisa

Leña dura Árbol de porte reducido. Alcanza una altura promedio entre 8 y 12 m
Maytenus Pe: sin datos
magellanica Propiedades y tecnológicas: sin datos1
* Propiedades combustibles: excelentes

1
Esta especie ha sido prácticamente eliminada de la región a partir establecimiento del hombre blanco.
Constituía una fuente de abastecimientos importante de leña debido a sus propiedades combustibles
de excelente calidad. Asimismo la tala irracional destinada a limpiar campos para el desarrollo ganadero
desencadenó procesos erosivos que afectaron su desarrollo (Pisano Valdés 1977).
284 Myrian R. Alvarez
Información etnográfica (ídem: 429). Las varas transversales que ayuda-
En el momento de la llegada de los prime- ban a sostener la estructura de la embarca-
ros europeos los Yámana ocupaban las costas ción se hacían con ramas de Maytenus
del canal Beagle y las islas comprendidas entre magellanica.
éste y el Cabo de Hornos. A diferencia de otros La selección del árbol para la extracción
grupos cazadores, los alimentos de origen ve- de la corteza era una tarea de sumo cuidado.
getal consumidos por los Yámana eran escasos. La construcción se realizaba bajo los árboles
El bajo contenido energético de las partes co- para proteger a la corteza de los rayos solares
mestibles explicaría este fenómeno. Sólo hon- (Hyades y Deniker 1891:351) y era realizada
gos y bayas (frutos de chauras, murtillas, calafa- durante los meses de primavera y verano (Brid-
tes, michays y fresas) formaban parte de la die- ges 1873: 90, 1874: 156-157 y 1897; Lothrop
ta aunque en forma circunstancial (Gusinde 1928:143¸ Gusinde 1937:427 y 440). La per-
1937:536-537). De acuerdo a Gusinde las es- durabilidad de la canoa se extendía entre seis
pecies de hongos consumidas alcanzaban a diez; meses (Bridges 1897; Hyades y Deniker
algunas de ellas eran secadas al fuego y luego 1891:204 y 350) y un año (Gusinde 1937: 439).
almacenadasenloscanastos(ídem). Los remos eran realizados con troncos de No-
Por el contrario, el aprovechamiento de las thofagus (Gusinde 1937: 432) y los jarros achi-
maderas de los bosques fueguinos como com- cadores se hacían generalmente de corteza.
bustible y como materia prima para la confec- Entre los utensilios para la obtención de ali-
ción de instrumentos, fue sumamente signifi- mentos, usaban madera en la confección de:
cativa para los Yámana. horquillas para aflojar las acumulaciones de
Como fuente de energía calórica y lumíni- mejillones; horquillas para la captura de cangre-
ca el fuego era un elemento fundamental en jos; separadores de mejillones (ver Figura 1).
su vida cotidiana: lo llevan “donde quiera que Asimismo se utilizaba madera como mate-
vayan”, aún dentro de la canoa (Gusinde ria prima para la realización de los mangos de
1937:380). Según las fuentes se utilizaba como arpones y puñales líticos. Los mangos de los
combustible madera de haya (Nothofagus) y se arpones medían entre 2,8 y 3,1 metros de lar-
evitaba la de canelo (Drimys winteri) porque go y se hacían con madera de Nothofagus
producía un humo espeso e irritante (Gusin- betuloides porque el tronco suele tener forma
de 1937:379). La recolección se efectuaba so- muy regular (Gusinde 1937: 454). Se utilizaba
bre ramas caídas y secas disponibles en los el tercio del medio entre el corazón de la
bosques y en las playas donde era arrojada por madera y la zona de la corteza que se trabaja-
el mar. También se desprendían con la mano ba hasta obtener una forma octogonal. Los
ramas de los árboles o mediante un lazo con mangos de puñal, en cambio eran realizados
nudo corredizo (Gusinde 1937:382). En oca- con madera de michay (ídem).
siones se hacía una provisión de leña dentro En lo que respecta a los arcos se empleaba
de la choza, cerca del fuego o a ambos lados la madera de Nothofagus betuloides y para el
de la entrada; incluso transportaban una pe- astil la de Berberys ilicifolia y ocasionalmente la
queña provisión dentro de la canoa (ibídem). de Maytenus magellanica. Para el aseo personal
Para la iniciación del fuego se utilizaban viru- los Yámana utilizaban una suerte de esponja de
tas de Berberis sp. y para el traslado y extrac- virutas de Berberys ilicifolia que servía además
ción de objetos usaban una tenaza confeccio- para frotarse pigmentos y para absorber la
nada con una rama de Berberis ilicifolia (Gusin- sangre de la menstruación. También utilizaban
de 1937: 381). una varilla o espátula para la aplicación de
La madera era aprovechada también para pigmentos aunque en este caso no fue especi-
la construcción de la canoa y los implementos ficado el taxon utilizado (Gusinde 1937:413).
relacionados con la navegación. Para la prime- En las ceremonias y rituales la madera ocu-
ra se utilizaban tres trozos de corteza de paba también un rol importante. Gusinde
Nothofagus betuloides (Gusinde 1937: 424) que (1937:801-802) menciona que durante el
se cosían con tiras de la “capa de madera más chiejaus y el kina en el interior de la choza
reciente de los pequeños troncos jóvenes de donde se desarrollaban las actividades, los
Nothofagus antarctica, que son sumamente flexi- Yámana colgaban varillas y tablitas de madera
bles [...] y que no se quiebran aunque estén secos pintada. Asimismo sus participantes utilizaban
ELUSODE MATERIASPRIMAS VEGETALESEN LACOSTA NORTEDELCANALDEBEAGLE 285

Horquilla para la extracción de mejillones:


(los Yámana la denominaban: kalãna)
Consiste en una parte superior o cabeza y una vara
larga. Se elige un tronco adecuado de Nothofagus
betuloides e preferentemente de Maytenus magellanica
(más sólido y pesado). La parte superior se realiza
con Berberis ilicifolia. Se parte al medio un tronco de
unos 3 cm de espesor, se descorteza la parte que va a
ser utilizada. Se aplana por ambos lados y luego se
parte en dos dientes. Para mantenerlos separados se
introduce un taco de madera. Ambas partes se unen
con una correa de cuero o una cuerda de juncos
tranzada.

Horquilla para la captura de cangrejos:


(los Yámana la denominaban: sirsa)
Se realizaba con una vara liviana y perfectamente rec-
ta de unos 2,5 m de largo de un tronco joven de
Nothofagus betuloide, Drymis winteri o Maytenus
magellanica a aunque se prefiere el primero). Lo des-
cortezan para obtener una superificie lisa. Tallan un
asta regular de ocho aristas. La pieza de empalme la
constituye una estaca de unos 70 cm de largo de
Barberis ilicifolia cuya mitad superior se parte dos ve-
ces en forma de cruz. Se aguzan bien los cuatro dien-
tes y se mantienen separados por un taco. Luego de
separarla de su raíz se le pasa un rato por el fuego. Las
dos piezas. Se aplanan para que se adapten entre sí y
se las rodea con cuero.

Tenaza para el fuego:


(los Yámana la denominaban: láka)
Se elige una estaca recta del espesor de un dedo pul-
gar de Berberys ilicifolia. Se le quitan ramas y hojas, se
alisa la superficie y se hiende las dos terceras partes
de su longitud, que apenas sobrepasará los 65 cm.

Figura 1. Utensillos realizados en madera (Tomado de Gusinde 1937)


286 Myrian R. Alvarez
en distintas etapas de la ceremonia bastones fuentes no aclaran en ninguno de estos casos
de baile, adornos cefálicos realizados con ra- cómo eran las actividades de obtención.
mas y máscaras de corteza. Dichos bastones Con respecto a los instrumentos utiliza-
cuyo largo medía entre 160 y 190 cm eran dos para el trabajo de la madera Gusinde
utilizados también en las ceremonias fúnebres (1937:477) alude al uso de cuchillos de esquisto
pintados de distintos colores (Gusinde para actividades de corte y fragmentos de cuar-
1937:1103). Sin embargo en ningún de los ca- zo para su raspado (1937:477). Para la
sos se menciona la especie vegetal utilizada. pulimentación de mangos y astiles se mencio-
Otro de los recursos vegetales utilizados na el uso de afiladores o pulidores de piedra
frecuentemente según las crónicas, eran jun- pómez o areniscas (Bridges 1897; Gusinde
cos y algas. Los juncos se empleaban funda- 1937:451; Lothrop 1928:143).
mentalmente para la confección de cestos para Algunas fuentes relatan el uso de cuñas y
el traslado de distintos objetos (Gusinde huesos de guanaco para el trabajo de vegeta-
1937:486). Gusinde (1937:487) explica que les: “le resulta imprescindible [al yámana] cuan-
paralamanufactura: “La india arranca de tres a do corta los trozos de corteza para su canoas [...]
cinco tallos por vez [y] no se vale de implementos también se parten con ella troncos de árbol sanos
especiales para llevar a cabo el trenzado. Sólo re- y podridos que pueden servir como leña para el
curre continuamente a una varilla o a una lezna fuego” (Gusinde 1937:479). Bridges agrega que
corta de hueso con la que practica pequeños agu- con ellos “hendían trozos largos de madera para
jeros en el trenzado...”. De acuerdo a registros hacer lanzas, arcos, bordas de canoas y remos”.
fotográficos un palo de madera ayudaba a las Se la utilizaba a modo de cincel (Bridges 1897;
artesanas a sostener el cesto durante su con- Hyades y Deniker 1891:353).
fección. Los juncos se usaban además para la Lothrop (1928), en cambio, menciona los
confección de distintas ataduras como el ama- descortezadores para la extracción de corte-
rra de la canoa (Gusinde 1937). Se utilizaba za. Se trata en primer lugar de un fragmento
sólo un tipo de junco de la especie Marsippos- de mandíbula de ballena con ambos extremos
permunm grandiflorum que crece en las ciéna- biselados con el cual los hombres extraían la
gas y pantanos. corteza para fabricar las canoas. En segundo
Las algas servían como coberturas, como lugar, menciona metapodios de guanaco bise-
cordeles y recipientes. En el siguiente Cuadro lados, usados por la mujeres para trabajar cor-
pueden observarse los distintos usos a las que teza para la manufactura de baldes y jarros de
fueron destinadas (Cuadro 2). achique.

Cuadro 2. Usos de las algas

Usos Referencias

Calafatear canoas Gusinde 1937: 430 y 441


Acolchar cuadernas Gusinde 1937: 431
Cubrir chozas Gusinde 1937: 362
Bolsas Bridges 1933: 58 y 119
Líneas de pesca Bridges 1869; Hyades y Deniker 1891; Gusinde 1937: 473 y 529
Lechos Gusinde 1937:410

Por último, ramas, follaje, pastos e hierbas T. Bridges (1897) manifiesta que: “[Con
fueron utilizados como lechos, para cubrir conchillas]... desbastaban sus lanzas hasta que
chozas y revestir el fondo de las canoas alcanzaban la forma deseada, el maderamen para
(Hyades y Deniker 1891:342; Lothrop 1928: sus canoas, [...] los remos, los garrotes, los arcos y
128; Gusinde 1937:361 y 364) y los líquenes las flechas”.
de tipo Usnea como filtros para tomar agua Un aspecto importante en lo que respecta
en áreas pantanosas (Gusinde 1937:554). Las a la vida útil de las manufacturas vegetales es
ELUSODE MATERIASPRIMAS VEGETALESEN LACOSTA NORTEDELCANALDEBEAGLE 287
que las fuentes las mencionan como prácti- Desde el punto de vista de los procesos
camente los únicos utensilios que frecuente- de formación del registro arqueológico hay dos
mente se trasladaban entre los diferentes aspectos fundamentales vinculados con la po-
asentamientos debido a que estaban vincula- sibilidad de reconstruir las estrategias de uso
dos con la capturas de presas (horquillas, de recursos vegetales: por un lado la utiliza-
mangos y astiles) o con el transporte de ob- ción de instrumentos en actividades de trans-
jetos (cestos). formación y procesamiento de plantas y por
otro su organización espacial.
En efecto, hemos podido observar que la
Algunos comentarios sobre las fuentes recolección de leña, por ejemplo se realizaba
La información recopilada en los párrafos en forma directa con la mano sin la utilización
precedentes permite establecer los Yámana de ningún tipo de instrumento (a excepción
hicieron un amplio uso de recursos vegetales de una soga en algunas ocasiones); sólo Gu-
de los bosques fueguinos y áreas circundan- sinde menciona el uso de cuñas óseas. En con-
tes. Esta explotación no fue aleatoria sino de secuencia, es muy poco probable que la pre-
acuerdo a las propiedades que cada una de las sencia de rastros de uso en el instrumental
especies ofrecía. lítico pueda ser atribuida a esta tarea. Lo mis-
Variables tales como el peso, la longitud, la mo ocurre con el procesamiento de juncos
resistencia y la elasticidad de las distintas es- para los trabajos de cestería y el aprovisiona-
pecies arbóreas y arbustivas jugaron un rol miento y consumo de hongos y bayas, tareas
fundamental en las decisiones para su explo- realizadas sin la mediación de ningún tipo de
tación y uso. El gran porte del N. pumilio y N. instrumental lítico.
betuloides era una cualidad buscada para la rea- Para el resto de los utensilios las fuentes
lización de artefactos de gran tamaño como detallan distintas operaciones de manufactura
mangos de arpones o para la extracción de (ver por ejemplo Figura 1). Sin embargo, algu-
piezas de corteza para la confección de la ca- nas de ellas como la construcción de la canoa y
noa. No obstante, la regularidad del tronco de posiblemente la formatización de los mangos
los N. betuloides y la textura lisa de su corteza de arpón (dadas sus dimensiones) se realizaban
los convertía en los más apreciados para la fuera del entorno de las viviendas por lo cual
realización de tales objetos. Mas aún, en el caso su visibilidad arqueológica sería menor. Por el
de los arpones de punta separable la necesi- contrario la confección de utensilios de menor
dad de generar una masa suficiente para tamaño que no requería de un amplio espacio
impactar y penetrar en el cuero del animal para su manufactura se desarrollaba en el inte-
seguramente influyó en la elección de made- rior de las chozas (Hyades y Deniker 1891:220,
ras semi-pesadas para usar como mangos. 367). En esta situación podrían haber estado
Este aspecto debió también haber sido los astiles de flechas, los mangos de puñales o
considerado en el caso de los útiles compues- las horquillas de mejillones y cangrejos.
tos como las horquillas para la obtención de En lo que respecta a la distribución tem-
mejillones o para la captura de cangrejos que poral de las actividades vinculadas con el tra-
se utilizaban sumergiéndolas en el mar. La se- bajo de vegetales, sólo el procesamiento de
lección de maderas relativamente pesadas, rec- corteza parece estar concentrado en una épo-
tas y largas para la confección del mango ayu- ca particular del año.
daría a vencer la resistencia del agua y la ac- Por último, teniendo en cuenta el contex-
ción del oleaje. En cambio, para la parte activa to de uso de los artefactos vegetales estos apa-
se elegían maderas de arbustos como el recen como los utensilios más conservados y
Berberis ilicifolia de mayor flexibilidad y elasti- transportados dentro de la vida cotidiana de
cidad. Estas cualidades incidirían tanto en las los Yámana: ya sea porque formaban parte del
posibilidades de formatización del artefacto - conjuntos de armas e instrumentos para la
que terminaba en una serie de puntas separa- captura de presas o bien porque su función
das-, como en su vida útil ya que ofrecen ma- era el traslado de objetos como en el caso de
yor resistencia a la deformación y a las fractu- los cestos.
ras. Lo mismo ocurre para el caso de tenazas
para el fuego.
288 Myrian R. Alvarez
EL CASO DE LA COSTA NORTE DEL Entre los recursos vegetales se trabajó guin-
CANALBEAGLE do, lenga (N. betuloides y N. pumilio), calafate
(Berberis buxifolia) y juncos (Marsippospermum
Programa experimental grandiflorum). En el caso de los tres primeros
A fin de establecer los rastros de uso ca- se trabajaron los materiales en estado fresco
racterísticos del trabajo de sustancias vegeta- y seco. Los utensilios fueron sometidos a se-
les se llevó a cabo un programa experimental ries de trabajo de 15’, 30’, 45´ y 60´. Las piezas
en el que desarrollamos distintas tareas sus- fueron observadas mediante un microscopio
ceptibles de haber ocurrido en contexto ar- metalográfico Olympus BHSM con aumentos
queológico bajo estudio. Se realizaron accio- que van desde los 50X hasta los 500X. En el
nes longitudinales y transversales mediante el siguiente Cuadro pueden observarse la des-
uso de lascas de riolita metamorfizada, mate- cripción de rastros obtenidos:
ria prima preponderante en los sitios arqueo-
lógicos de canal Beagle

Cuadro 3. Rastros de uso característicos del trabajo sobre sustancias de origen vegetal

Trabajo de madera Trabajo de juncos

• Rastros macroscópicos: redondeamiento leve del filo y • Rastros macrocópicos: se observa


principalmente en forma de medialunas con termina- un importante redondeamiento del
ciones simples o abruptas y en menor medida filo; los esquirlamientos son escasos.
semicirculares. • El micropulido se desarrolla lenta-
• La formación del micropulido es lenta, a los 30´ de tra- mente y aparece de manera
bajo es altamente diagnóstico. Tiene aspecto liso y bri- diagnóstica entre los 30´ y 45´ de
llante tiende a cubrir la superficie, es relativamente es- trabajo. Es muy brillante, tiene una
peso comparable con el resto de materiales y en un apariencia fluida y su superficie pre-
estadio de buen desarrollo tiene una apariencia ondu- senta ondulaciones y depresiones
lada y aparece en forma de banda paralelo al filo. colmatadas que permiten inferir la
• Se presentan estrías finas alineadas entre sí, sobre el dirección de la utilización.
micropulido, siguiendo el sentido del trabajo. Se for- • Los cristales presentan un brillo muy
man en mayor cantidad con el trabajo de madera seca. intenso; las estrías y la corrosión es
• Los cristales adquieren un aspecto medianamente re- notable
dondeado, con estrías colmatadas y escasos huecos de
tipo corrosión.

Figura 2. Micropulido de acción transversal Figura 3. Micropulido sobre cristal. Acción


sobre madera. Artefacto experimental de riolita. transversal sobre madera. Artefacto
Aumento 200X experimental de riolita. Aumento 200X
ELUSODE MATERIASPRIMAS VEGETALESEN LACOSTA NORTEDELCANALDEBEAGLE 289
esquirlamientos presumiblemente ocasionados
por el uso (Alvarez 2000a). Túnel VII pertene-
ce al período de contacto con los europeos y
su fechado es de 100 + 45 antes de 1950
(Orquera y Piana 1999). Se analizaron los filos
retocados y naturales (Clemente 1997).
Shamakush I, está localizado en Punta Re-
molino sobre una planicie extensa con fácil co-
municación con el interior de las montañas. El
declive de las playas es suave y el bosque se
encuentra alejado (Orquera y Piana 1999). Las
ocupaciones principales quedaron fechadas
alrededor del 1020A.P(ídem). El análisis fun-
cional de los materiales incluyó sólo raspado-
Figura 4. Micropulido de acción longitudinal
res y raederas (Srehnisky 1999).
sobre junco. Artefacto experimental de riolita.
Ajej I se encuentra sobre una terraza con
Aumento 200X
paleoplaya marina a 8 m.s.n.m. inmediatamen-
te al oeste de un paleocurso del río Pipo (Piana
Durante el desarrollo del trabajo numero- et al. 2001). El único fechado obtenido, hasta el
sos residuos quedaron adheridos sobre los fi- momento, indica una antigüedad provisoria del
los. En las acciones longitudinales (corte, ase- orden de 1400 años antes del presente. Se trata
rrado) se disponían en forma bifacial sobre el de un lugar reparado de los vientos dominan-
bisel mientras que en las transversales (raspa- tes.
do, cepillado y alisado) se ubicaban en el fren- En ninguno de los conjuntos fueron obser-
te del bisel sobre la cara pasiva del instrumen- vados con el uso de microscopios metalográ-
to. No se han realizado aún observaciones de ficos residuos de naturaleza vegetal.
la capa de micropulido mediante MEB para es-
tablecer la presencia de residuos. Resultados
El análisis funcional aplicado de los artefac-
tos provenientes de los cuatro sitios mencio-
ANÁLISISFUNCIONAL DE MATERIALES nados ha permitido constatar que en todos
ARQUEOLÓGICOS ellos fueron realizadas actividades vinculadas
con el trabajo de recursos vegetales, aunque
Materiales su importancia cuantitativa varía, como puede
Los materiales analizados provienen de observarse, en cada uno de los conjuntos exa-
cuatro sitios arqueológicos localizados en dis- minados.
tintos microambientes y que evidencian dife- En Túnel I 46 instrumentos presentan ras-
rentes momentos de ocupación de la costa tros de uso relacionados con el procesamien-
norte de canal Beagle. Su elección se debe a to de vegetales: 44 trabajaron maderas y 2 al-
que contamos para cada uno de ellos de aná- gún tipo de material vegetal blando. En el caso
lisis funcionales prácticamente completos del de los primeros 31 realizaron acciones trans-
conjunto instrumental. versales, 11 longitudinales, uno una acción de
Túnel I y Túnel VII se encuentran ubicados tipo longitudino-transversal y en un caso no
el tramo central del canal. El paisaje se carac- pudo determinarse el movimiento efectuado.
teriza por la presencia de costas rocosas y Las piezas que trabajaron el material vegetal
abarrancadas, bosques densos y espacios lla- blando realizaron movimientos transversales.
nos diminutos (Orquera y Piana 1986-1987). Para el desarrollo de dichas tareas se emplea-
Los materiales analizados provienen del Segun- ron mayoritariamente artefactos retocados y
do Componente que incluye una amplia serie dentro de éstos se destacan las raederas. En-
de ocupaciones con una antigüedad compren- tre los artefactos utilizados en acciones trans-
dida entre el 6300 A.P. y 4300 A.P (ídem). En versales los rastros se distribuyen de manera
este caso fueron analizados la totalidad de ins- marginal sobre los filos lo que evidencia ángu-
trumentos retocados y los filos naturales con los de trabajo intermedios compatibles con
290 Myrian R. Alvarez
Gráfico 2. Distribución porcentual del
trabajo sobre sustancias vegetales
en los sitios analizados

40

30

20

10
Figura 5. Micropulido y estrías de acción
0 transversal sobre madera. Lasca de riolita del
Túnel VII Aje. I Shamakusch I Túnel I sitio Ajej I. Aumento 200X

acciones de desbaste y raspado de la madera. Segundo Componente de Túnel I-, evidencian


Dentro del espectro de recursos trabajados un intenso contacto con una superficie vege-
en este componente las sustancias vegetales tal curva. Estos resultados junto con la pre-
leñosas constituyen el quinto material en im- sencia de puntas de proyectil en diferentes
portancia relativa mientras que los vegetales estadios de formatización sugieren la manu-
blandos alcanzan el menor valor. factura de astiles y actividades de prepara-
En Shamakush I, los instrumentos relacio- ción de flechas durante la ocupación del si-
nados con el trabajo de sustancias vegetales tio.
son escasos. Ocupan el cuarto lugar dentro Por último en Túnel VII la madera fue el
de los recursos trabajados en el sitio pero muy principal recurso trabajado. Un total de 136
por debajo de los recursos animales. Dos instrumentos líticos fueron utilizados para rea-
raederas trabajaron madera, una en una ac- lizar acciones transversales, longitudinales y
ción longitudinal y la otra en una acción trans- longitudino-transversales. En el siguiente cua-
versal. Mientras que otras dos trabajaron so- dro, puede observarse su frecuencia con res-
bre materiales blandos de origen vegetal en pecto al tipo de filo utilizado.
acciones transversales y longitudinales respec- Los análisis realizados por Orquera (1999)
tivamente (Srehnisky 1999). sobre la distribución espacial de artefactos
Dentro del instrumental lítico recupera- comprobaron que aquellos destinado al tra-
do en Ajej I sólo una lasca de filo cóncavo bajo de madera se encontraban repartidos
presenta rastros acciones transversales so- proporcionalmente tanto en el foco ocupacio-

Tabla 1. Actividades y tipos de filos utilizados en Túnel VII


para el trabajo de sustancias vegetales

Filos longitudinales longitudino- transversales Total


transversales

Filos naturales 23 10 50 83
Filos retocados 7 2 44 53
Total 30 12 94 136

bre madera (ver Figura 5). La morfología del nal (locus de localización de la vivienda) como
filo junto con la distribución de huellas de en el exterior.
uso en forma continua a lo largo del filo, con Asimismo, Clemente, constató el corte de
un alto grado de desarrollo -mayor que el plantas no leñosas en 4 instrumentos, dos de
observado por nosotros en las piezas del los cuales presentaban además rastros ocasio-
ELUSODE MATERIASPRIMAS VEGETALESEN LACOSTA NORTEDELCANALDEBEAGLE 291
nados por el contacto con una materia muy para el consumo alimenticio- y de los proce-
abrasiva, como por ejemplo tierra. Dicho au- sos de reducción lítica (Alvarez 2000b, Terradas
tor infiere que este caso los filos habrían cor- 1996), las actividades de producción de arte-
tado juncos o hierbas directamente sobre el factos de madera, piel o hueso no es uniforme
suelo o bien trozos de césped con tierra, ta- en los asentamientos. En Túnel VII predomina
rea que las fuentes vinculan con la construc- el trabajo sobre madera, mientras que en Tú-
ción de chozas (Clemente 1997). nel I el trabajo sobre hueso y en Shamakush I
y Ajej I el trabajo sobre sustancias blandas.
En el caso de los utensilios de madera, va-
CONSIDERACIONES GENERALES rias razones interconectadas entre sí pueden
dar cuenta de este hecho. En primer lugar, tal
Los resultados del análisis funcional per- como fue señalado por Keeley (1982), la con-
mitieron establecer que el trabajo de recur- fección del mango insume un costo laboral
sos vegetales, ampliamente documentado en mayor que la del utensilio o arma a los cuales
las fuentes históricas, se encontraba presente éste va unido. Por lo cual es factible que el
en el canal Beagle desde el sexto milenio an- mango fuera re-utilizado una vez agotado el
tes del presente y continuó hasta el siglo XIX, utensilio. La información etnográfica del canal
tal como había sido previsto a partir de Beagle concuerda con esta observación.
indicadores indirectos. El instrumental lítico En segundo lugar, si consideramos que la
cumplió un rol importante en las actividades madera era la materia prima de los astiles es
de procesamiento de maderas, a diferencia de probable que la manufactura se realizara de
lo registrado en los documentos escritos. No manera concentrada en los campamentos base
obstante, la baja frecuencia de rastros vincula- en previsión para usos futuros. Este podría ser
dos con el trabajo de plantas no leñosas -sola- el caso de Túnel VII o Ajej I donde las puntas
mente registrados en el caso de Túnel VII-, pone de proyectil además alcanzan una frecuencia
en evidencia el escaso uso de utensilios líticos importante, a diferencia de Túnel I o Shamakush
para su aprovisionamiento y transformación. I. En el caso de Ajej I, si bien el trabajo de ma-
La alta frecuencia de acciones transversa- dera no alcanza en conjunto un gran porcen-
les, sumada al hecho de que es poco probable taje es una de las pocas actividades de pro-
que las actividades de aprovisionamiento de ducción de manufacturas que se realizaron en
leña hayan requerido de algún tipo de el sitio.
instrumental, sugieren que los utensilios líticos Todos estos aspectos mencionados con-
debieron estar destinados posiblemente a la llevarían a una distribución irregular del traba-
manufacturade dispositivos de enmangamiento, jo de la madera en los asentamientos. No obs-
de instrumentos relacionados con la captura tante, en el caso del trabajo de corteza se suma
de presas o con las actividades ceremoniales. el hecho de que su aprovechamiento estaba
Por otro lado, estos resultados permiten esta- restringido a una época del año en particular;
blecer también que al menos parte de las se- lo que produciría también una distribución des-
cuencias operativas de producción de artefac- igual de rastros vinculados con su procesa-
tos vegetales era realizadas en el entorno miento.
próximo de las viviendas. Estas observaciones ponen de manifiesto
Un examen comparativo de los conjuntos que al encarar el estudio de la organización
en cuanto a importancia relativa de la explo- tecnológica de un grupo a partir de los arte-
tación de plantas demuestra que es variable – factos líticos es necesario explorar las dinámi-
al menos en forma preliminar- en cada uno de cas de producción y uso de otras materias
los sitios analizados. Esto significa que las acti- primas en los que los utensilios líticos partici-
vidades de producción de manufacturas no se pan como instrumentos de trabajo.
desarrollaban de manera homogénea en los Asimismo, cabe destacar, tal como lo seña-
diversos asentamientos. A excepción del tra- lan las fuentes, que la explotación de materia-
bajo de materiales blandos de origen animal les vegetales se realizaba en base a una serie
(o materiales blandos en general) -posiblemen- de elecciones y decisiones donde las cualida-
te vinculados con el procesamiento de carcasas des mecánicas y métricas de las maderas juga-
292 Myrian R. Alvarez
ron un rol esencial. Esas propiedades fueron Anderson-Gerfaud, P.
también aprovechadas para su inclusión en ac- 1986 A few comments concerning residue analysis
tividades ceremoniales, como por ejemplo, la of stone plant-processing tools. En Early man
maleabilidad de la corteza para la confección news 9/10/11. Part I Newsletter for human
de máscaras. El valor simbólico de este tipo Palecology, pp. 69-81. Upsala.
de recursos quizás sea uno de los aspectos
que difícilmente puedan ser rescatados a par- Barton H., R. Torrence y R. Fullagar
tir del registro arqueológico, pero las fuentes 1998 Clues to stone tool function re-examined:
comparing starch grain frequencies on used
etnográficas constituyen una vía alternativa
and unused obsidian artefacts. Journal of
para su recuperación al menos para los últi-
Archaeological Science 25:1231-1238.
mos doscientos años.
Por último, el análisis funcional de base mi- Beyries S. y B. Hayden
croscópica ha demostrado la posibilidad de re- 1993 L´importance du travail du bois en
cuperar las actividades de procesamiento de Préhistoire. En Traces et fonction: les gestes
recursos vegetales en contextos donde la re- retrouvé, vol. 59, editado por P. Anderson, S.
cuperación de vestigios orgánicos es muy es- Beyries, M. Otte y H. Plisson, pp. 283-285.
casa. Resta realizar ahora un programa expe- ERAUL.
rimental tendiente a evaluar la identificación
taxonómica potencial de residuos vegetales Bridges, T.
incluidos dentro de las capas de micropulido 1869 Fireland and its people. South American
para luego contrastarla con la información Missionary Magazine: 113-119.
procedente de los artefactos arqueológicos. 1873 y 1874 Cartas y fragmentos de su diario per-
De brindar resultados positivos nos permiti- sonal. South American Missionary Magazine I a
ría acercarnos en forma más precisa a la ex- XXIV. Londres.
plotación diacrónica de especies vegetales en 1897 An account of Tierra del Fuego (Fireland) its
la costa norte del canal Beagle. natives and their languages. Ms.
1933 Yamana English Dictionary. Reeditado por
Goodall, Zaguier y Urruty, Ushuaia, 1987.
AGRADECIMIENTOS
Clemente, I.
1997 Los instrumentos liticos de Túnel VII: una aproxi-
Quisiera agradecer especialmente a Ceci- mación etnoarqueológica. Treballs
lia Pérez de Micou por haberme invitado al d´etnoarqueología, 2. Universidad Autóno-
Simposio y a Marilee Castro por la bibliografía ma de Barcelona.
que me facilitó para la realización de este tra-
bajo. A Estela Mansur, Luis Orquera y Ernesto Dillehay,T.
Piana por el apoyo brindado durante todos 1984 Monte Verde, Chile: a comment on Lynch.
estos años. American Antiquity, 56:333-341.

Erize,F.
BIBLIOGRAFÍA 1998 El nuevo libro del árbol. El Ateneo. Buenos Aires.

Alvarez,M. Grace, R.
2000a Use-wear analysis on lithic tools from the 1996 Use-wear analysis. The state of art.
early occupations of Túnel I (Tierra del Fue- Archaeometry 38 (2):209-229.
go, Argentina). The recent archaeological
approaches to the use-wear analysis and Gusinde,M.
technical process, en prensa. 1937 Die Feuerland-Indianer, vol. II: Die Yamana.
2000b La explotación de recursos líticos en las ocu- Mödling. [Las citas están tomadas de la tra-
paciones tempranas del canal Beagle: el caso ducción del castellano: CAEA, 1986, 3 volú-
de Túnel I. En Desde el País de los Gigantes. menes, Buenos Aires].
Perspectivas arqueológicas en Patagonia, pp. 73-
85. Universidad Nacional de la Patagonia Hardy, B. y G. Garufi
Austral. Río Gallegos. 1998 Identification of woodworking on stone tools
ELUSODE MATERIASPRIMAS VEGETALESEN LACOSTA NORTEDELCANALDEBEAGLE 293
through residue and use-wear analysis: ex- Orquera, L. A.
perimental results. Journal of Archaeological 1999 Análisis de conchales fueguinos y de la dis-
Science 25:177-184. tribución espacial interna del sitio Túnel VII.
Actas del XII Congreso Nacional de Arqueología
Heusser, C. J. Argentina (3): 66-72.
1989 Late Quaternary Vegetation and climate of
Southern Tierra del Fuego. Quaternary Orquera, L. A. y E. L. Piana
Research 31:396-406. 1986-1987 Composición tipológica y datos
1998 Deglacial paleoclimate of the American sec- tecnomorfológicos y tecnofuncionales de los
tor of the Southern Ocean: Late-Glacial distintos conjuntos arqueológicos del sitio
Holocen records from the latitud of Canal Túnel I (Tierra del Fuego). Relaciones 17 (1):
Beagle (55° S), Argentine Tierra del Fuego. 201-239.
Palaeogeography, Palaeoclimatology, 1999 Arqueología de la región del Canal del Beagle
Palaeoecology 141:277-301. (Tierra del Fuego, República Argentina). Publi-
caciones de la Sociedad Argentina de Antro-
Hyades, P. y J. Deniker pología. Buenos Aires.
1891 Antropologie et Ethnographie. Mission
Scientifique du Cap Horn (1882-1883), VII. Piana, E. L.; M. Vázquez, M.; M. R. Alvarezy N. S. Rua
Paris. 2001 El sitio Ajej I: excavación de rescate en la
costa del canal Beagle. Actas del XIV Congreso
Nacional de Arqueología Argentina. Rosario, en
Kealhofer L., R. Torrence y R. Fullagar prensa.
1999 Integrating phytoliths within use-wear/
residue studies of stone tools. Journal of PisanoValdes, E.
Archaeological Science 26:527-546. 1977 Fisiografía de Fuego-Patagonia chilena. I: Co-
munidades vegetales entre las latitudes 52°
Keeley,L. y 56° S. Anales del Instituto de la Patagonia,
1980 Experimental Determination of Stone Tool Uses: 8:121-250.
a Microwear Analysis. University of Chicago
Press. Chicago. Plisson, H. y M. Mauger
1982 Hafting and retooling: the effects on the 1988 Chemical and mechanical alteration of
archaeological record. American Antiquity 47 microwear polishes: an experimental
(4):798-809. approach. Helinium XXVII, 1:3-16.

Keeley, L. y H. Toth Rovner, I.


1981 Microwear polishes on early stone tools 1983 Plant opal phytolith analysis: major advances
from Koobi Fora, Kenya. Nature 293 archeobotanical research. En Advances in
(5832):464-465. Archaeological Method and Theory , vol. 6, edi-
tado por M. B. Schiffer, pp. 225-266. Academic
Lothrop, S. Press, San Diego.
1928 The indians of Tierra del Fuego. Museum of the
American Indians, Heye Foundation. Nueva Semenov,S. A.
York. 1964 Prehistoric Technology. Moonraker Press.
Wiltshire.
Mansur-Franchomme,M. E.
1983 Traces d’utilisation et technologie lithique: Shafer, H. y R. Holloway
exemples de la Patagonie. Tesis de Doctorado. 1979 Organic residue analysis in determining stone
Université de Bordeaux I. tool function. En Lithic Use-wear Analysis, edi-
tado por B. Hayden, pp. 385-399. Academic
Mansur,M.E. Press, New York.
1999 Análisis de instrumental lítico: problemas de
formación y deformación de rastros de uso. Srehnisky, R.
Actas del XII Congreso Nacional de Arqueología 1999 Informe al CONICET. Beca de Perfeccionamien-
Argentina (1):355-366. to. Ms.
294 Myrian R. Alvarez
Stordeur, D. (editora) representació de les estratègies de
1987 Le main et l´ Outil: manches et emmachements proveïment de matèries primeres. Tesis de
préhistoriques. Travaux de la maison de Doctorado. Universitat Autónoma de Bar-
l’Orient 15. Lyon. celona.

Terradas, X. Tinto, J.
1996 La gestió dels recursos minerals entre les 1997 Tecnología de las maderas argentinas y del
comunitatas caçadores-recol·lectores. Vers una mundo.Agro Vet.

También podría gustarte