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1.2 Marco Teorico Proaula V (III) Entregable
1.2 Marco Teorico Proaula V (III) Entregable
Cabe mencionar que El constructivismo es en primer lugar una epistemología, es decir, una teoría que
intenta explicar cuál es la naturaleza del conocimiento humano; el constructivismo asume que nada
viene de nada, es decir que conocimiento previo de nacimiento a conocimiento nuevo. Entre las ideas
principales del constructivismo se encuentran las siguientes: Sostiene que el aprendizaje es
esencialmente activo; una persona que aprende algo nuevo, lo incorpora a sus experiencias previas y
a sus propias estructuras mentales; cada nueva información es asimilada y depositada en una red
de conocimiento y experiencias que existen previamente en el sujeto, como resultado se puede decir
que:
“El aprendizaje no es ni pasivo ni objetivo, por el contrario, es un proceso subjetivo que cada persona
va modificando constantemente a la luz de sus experiencias”.
Rodríguez Espinar (1998) evidencia la necesidad de abordar el tema de la calidad de la enseñanza
teniendo como principio asumir tanto su multidimensionalidad como su relatividad. Es decir, no hay un
único componente de la calidad, sino que el producto educativo de calidad presenta componentes
diferentes y que el valor asignado a cada uno de estos componentes variará en función de los diferentes
agentes que integran el sistema educativo de un país. Desde el punto de vista del autor, la perspectiva
orientadora de la calidad (que entiende la educación como valor añadido en la medida que produce
transformaciones en el alumno) es la perspectiva que actualmente contempla la investigación cualitativa
en la evaluación de la mejora del proceso pedagógico dentro de los sistemas educativos.
Dicho autor afirma que el nivel de calidad de la educación es sinónimo de nivel de desarrollo alcanzado
por el alumno, y que para lograr los objetivos que hacen referencia al enriquecimiento de los estudiantes
y los que persiguen su fortalecimiento como agente activo del proceso educativo es necesario entregar
poder de decisión a los alumnos para que puedan influir en su propia transformación. Enfatiza además
que “los alumnos, en tantas ocasiones voz silenciosa o actores pasivos, deben ser protagonistas en el
proceso de conceptualización de la calidad de su educación, o de su propia dimensión de calidad”.
Con todo ello, se clama por un cambio radical, desde dentro del proceso pedagógico mismo, con la
relativización del poder del profesor y de sus relaciones con los alumnos(as) y con los contenidos - lo
que implica asumir un compromiso efectivo con la praxis pedagógica desde una nueva óptica de la
acción docente.
Los cambios sociales que se están dando en la actualidad ha transformado los roles de los profesores
y las funciones de la escuela ya que se está apostando por un cambio de calidad en la educación y a la
vez recuperar la buena enseñanza pese a todas las exigencias y necesidades que surgen
permanentemente en las escuelas
(Ponce M., 2005) señala que el desempeño profesional se refiere a la actuación del docente, que
expresa la interrelación dialéctica de las competencias profesionales pedagógicas para orientar, guiar,
controlar y evaluar el proceso educativo y la producción intelectual del profesorado en formación, con
la que demuestra el dominio de las tareas y funciones diseñadas para ese rol, en los diferentes contextos
de actuación. El docente depende de su formación, y del dominio de un saber específico y complejo
(conocimiento pedagógico) que comprende los procesos y decide con niveles de autonomía sobre
contenidos, método y técnicas, elabora estrategias de enseñanza de acuerdo a la heterogeneidad de
los alumnos, organiza contextos de aprendizaje, e interviene en distintas maneras de favorecer la
construcción de conocimientos y las necesidades de cada alumno, en base a la gestión educativa que
se la considera como “el conjunto del proceso de toma de decisiones y ejecución de acciones que
permiten llevar a cabo las prácticas pedagógicas su ejecución y evaluación.
La definición de gestión centrada en los procesos (De Geus, 1988) citado (Cassasùs, 2000 pág. 5), la
define como un proceso de aprendizaje de una adecuada relación entre estructura, estrategia, sistemas,
estilos, capacidades, tanto hacia el interior como el exterior de la organización.
La gestión educativa está conformada por un conjunto de procesos organizados que permiten que una
institución o una secretaría de educación logren sus objetivos y metas. Una gestión apropiada pasa por
momentos de diagnóstico, planeación, ejecución, seguimiento y evaluación que se nutren entre sí y
conducen a la obtención de los resultados definidos por los equipos directivos. Una buena gestión es la
clave para que lo que haga cada integrante de una institución tenga sentido y pertenencia dentro de un
proyecto que es de todos. (Colombia, 2007) Para (Pequeño, 2012), la gestión educativa de calidad es
entonces un paradigma que permite a los centros educativos y a las unidades administrativas en las
diferentes instancias de la gestión orientar de forma permanente o continua su funcionamiento hacia la
mejora de resultado. De estos conceptos podemos definir que la gestión educativa requiere rigurosos
procesos de diagnóstico, planeación, ejecución, seguimiento, evaluación y de reconocimiento de
experiencias significativas en relación con el mejoramiento de la calidad educativa.