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IAHR AIPH
XXI CONGRESO LATINOAMERICANO DE HIDRAULICA
SÃO PEDRO, ESTADO DE SÃO PAULO, BRASIL, OCTUBRE 2004
RESUMEN: En este trabajo se reúnen más de dos mil quinientos datos de ríos y canales que se han divulgado
ampliamente en la literatura y que se utilizan para calibrar nuevas relaciones funcionales de transporte y para obtener
casos particulares de aplicación puntual. También se han seleccionado quince de las más recientes funciones de
transporte, de poco más de medio siglo, para determinar la bondad de cada una de ellas respecto a cada uno de los ríos y
canales estudiados. El análisis de los resultados indica que las ecuaciones que contienen el número de Froude de las
partículas como variable independiente presentan mayor predictibilidad que las ecuaciones cuyo parámetro
independiente es el esfuerzo cortante adimensional o la diferencia de éste con el esfuerzo cortante crítico. Es
esperanzadora la aplicación de las diferentes ecuaciones en rangos más amplios que los de diseño original. De hecho, el
índice de dispersión ID (parámetro propuesto para cuantificar la predictibilidad del transporte de sedimentos de un río o
un canal, proporcional a la dispersión experimental) arroja buenos resultados en variados canales y ríos. Se propone que
una ecuación se emplee como predictora de transporte de sedimentos solamente si su índice de dispersión es menor o
igual que 10. Se verifica que los canales presentan un menor índice de dispersión que los ríos, lo cual se explica por la
mayor irregularidad de la sección transversal de los ríos. La velocidad de caída de las partículas no sustituyen
adecuadamente el efecto de su diámetro en las funciones de predicción de transporte de sedimentos.
ABSTRACT: In this paper, more than 2500 rivers and laboratory channel data, that have been widely presented in the
literature, are used to calibrate new sediment transport functional relationships and for obtaining particular cases of
punctual applications. Furthermore, 15 of the most used transport functions, in almost half a century, are used to
determine the goodness of each of them with respect to each of the studied rivers and laboratory channels. Analysis of
results indicates that relationships that contain the particle Froude number as independent variable show better
predictability than those whose independent variable is the dimensionless shear stress or its difference with the critical
shear stress. Application of different relationships in wider fields than those of the original design is a very hopeful
event. In fact, the dispersion index ID (proposed parameter to quantify predictability of sediment transport in a river or
laboratory channel) shows good results in various rivers and laboratory channels. It is proposed that an equation be
employed in predicting sediment transport only if its dispersion index is equal or smaller than 10. It is obtained that
channels show a lesser dispersion index than rivers, this can be explained because of larger irregularities in the
transversal section of rivers. Fall velocity of sediment particles does not substitute adequately the effect of particle
diameter in sediment transport prediction.
INTRODUCCIÓN
White et al. (1975) señalaron que cada modelo de transporte ha sido desarrollado de buena fe por
reconocidos investigadores, pero a menudo para un rango específico de tamaños de sedimentos y para
condiciones hidráulicas particulares. Los transportes calculados, de sedimentos del lecho, varían
considerablemente de una teoría a otra y no es fácil, por consiguiente, seleccionar cuál método adoptar para
una situación específica. Las características de diversas teorías de transporte han sido evaluadas de diferentes
formas. Las comparaciones se han hecho usualmente graficando, para cierta corriente, tanto las tasas de
transporte observadas como las calculadas contra el caudal de agua, o en forma más universal, los transportes
adimensionales de sedimentos contra los esfuerzos cortantes en el lecho también adimensionales. La
American Society of Civil Engineers, ASCE, (1975), reunió 13 fórmulas para estimar el transporte del
material del lecho en condiciones de flujo permanente, sin incluir la carga de lavado.
Un canal obedece a un diseño con ciertas características hidráulicas y geométricas que difieren de las
de un río que no tiene determinaciones previas sino que obedecen a parámetros de la hidrología, la
geomorfología y la hidráulica fluvial. El caudal de un canal es usualmente constante pero el de los ríos varía
en función de los parámetros hidrológicos de la cuenca. Las crecidas de los ríos pueden modificar tanto el
curso del río, como sus secciones transversales características. Para un río son importantes los caudales
infrecuentes pero no extraordinarios, los caudales extraordinarios y los caudales menores pero duraderos.
Existen dudas sobre si el suministro limitado de sedimentos es consistente con las funciones de
transporte de sedimentos que relacionan la tasa de transporte a las características hidráulicas y a las
propiedades del sedimento del lecho. El transporte es función de tres grupos de propiedades; el material del
lecho (distribución de tamaños, densidad, forma y arreglo del fondo); el flujo que causa el movimiento
(caudal, profundidad, forma del canal, velocidad, gradiente del flujo); y la tasa de transporte de sedimentos
(que contempla la distribución de tamaños, carga en suspensión y la carga de fondo).
Las fórmulas de transporte de sedimentos aplicables a sedimentos gradados se consideran usualmente
como predictoras de transporte correspondientes a caudales y materiales del lecho conocidos. En la práctica,
también pueden emplearse en dirección contraria, para calcular la composición del lecho dados los
parámetros característicos del transporte y de las características hidráulicas. En la práctica, se puede calcular
la composición desconocida del lecho a partir de la información detallada del transporte de sedimentos.
La mayor parte de las ecuaciones de transporte tienen una base hidráulica. Proporcionan la tasa de
transporte en función del exceso de alguna variable del flujo, tal como el esfuerzo cortante, el caudal, o el
número de Froude densimétrico, sobre el valor crítico de la variable para iniciar el movimiento. Estos valores
críticos suponen que no hay transporte por debajo del valor crítico de la variable. Esto no es realista,
tomando en cuenta las condiciones estocásticas de la iniciación del movimiento de las partículas, que en los
ríos de montaña presentan un amplio rango de variación. Por ello, las tasas de transporte medidas de los
tamaños de las fracciones en movimiento no es directamente comparable con la tasa de transporte uniforme
del mismo diámetro moviéndose bajo las mismas condiciones del flujo.
Las variables de un río aluvial se pueden clasificar como variables independientes y variables
dependientes, es decir, las variables de causa y las variables de efecto. Aquéllas que se imponen sobre el río,
por cualquier razón, son variables independientes o variables de control, mientras que las variables
resultantes como efecto son variables dependientes.
El río no tiene control de las variables independientes, por el contrario, él es controlado por tales
variables. Las variables que deben tomarse en cuenta son las propiedades del fluido, las propiedades de los
sedimentos y las características del sistema del flujo. Se considera así el caudal de agua Q, el caudal de
sedimentos Qs, la anchura del canal T, la profundidad d, la velocidad media U, el radio hidráulico r, la
pendiente de la línea de energía del flujo y el factor de fricción f o los diámetros Di que caracterizan el
material suelto del lecho.
Aquí se consideran quince de las formulaciones más empleadas para estimar el transporte de sedimentos del
lecho, en ríos y canales. Aunque algunas fueron diseñadas para condiciones específicas, su uso extensivo en
rangos más amplios que los originales nos permitirá hacer estimaciones generales sobre aplicabilidad de las
formulaciones, sobre la posible aptitud preferencial por ríos o por canales o por rangos específicos de las
variables. Las ecuaciones presentadas en orden cronológico son las siguientes:
(
Φ* = 8 λτ* − τ*c )
3/ 2
(1)
qs
Φ* = (2)
D 50 (g ∆ D 50 )
12
donde λ es un factor debido a las formas de fondo. Si éste es plano λ = 1, τ* es el valor del esfuerzo
cortante adimensional dado por:
rb S (3)
τ* =
∆ D 50
τc* es su valor crítico, prácticamente igual a 0.047 para valores altos del número de Reynolds del contorno, qs
es el transporte de sedimentos del lecho en volumen por unidad de tiempo y de ancho, D50 es el diámetro
significativo de las partículas de sedimentos, g es la aceleración de gravedad, ∆ es el peso específico relativo
sumergido, que adquiere el valor ∆ = 1.65 para partículas de cuarzo, rb es el radio hidráulico correspondiente
al efecto del lecho, y S es la pendiente de la línea de energía.
Φ* = 40 F1 τ*3 (4)
2 36 ν 2 36 ν 2
F1 = + − (5)
3 g ∆ D 50 3 g ∆ D 50
3
Las funciones de Sato, Kikkawa y Ashida (1958) se basan en un análisis teórico similar al de Einstein
(1950) y puede presentarse en función del coeficiente n de Manning, como
3.5
C τ 1
τ 0 u * f c si n ≤ 0.025 (6)
40 r 16 τ0 γ s g ∆ D 50 3
b
Φ* = τ 1 (7)
τ 0 u * f c si n > 0.025
τ0 γ s g ∆ D 50 3
τ c = 0.05 (γ s − γ ) D 50 (8)
τ (9)
f c = 2.7809X 3 − 4.9607X 2 + 1.586X + 1.0006
τ0
donde X es una variable.
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El método de Frijlink presentado por Maza y García (1996), relaciona el transporte con el inverso del
*
esfuerzo cortante adimensional (intensidad de corte). Así obtuvo, para ψ F = 1 / τ *µ , que
−1 2 *
Φ * = 5ΨF* e −0.27 ΨF (10)
1
donde µ = (C C 90 ) 2 adquiere el valor de 1 cuando la C de Chézy coincide con C90. La ecuación de Frijlink y
Angerman es válida para (1/µ τ*) ≤ 18.
El método de Yalin (1963) fue propuesto para estimar el arrastre en la capa de fondo. Así escribió que
1
g b = C 3 S y D u * (γ s − γ ) 1 − Ln(1 + a y S y ) (11)
a y S y
donde C3 = 0.635, y D es el diámetro de los granos sueltos del lecho.
τ* − τ* c
Sy = (12)
τ* c
Además se tiene que
0.4
γ
a y = 2.45 τ *c (13)
γs
Finalmente se recuerda que
gb
Φ* = (14)
(g ∆ D 350 )1 2 γ
El procedimiento de Engelund y Hansen (1967) está basado en experimentos con arenas. La relación
funcional fue expresada como
52
0.1τ *
Φ =
*
(15)
fc
2
fc = (16)
C *2
donde el coeficiente adimensional de Chézy está dado por C* = U / u* , en la cual U es la velocidad media del
fluido y u* es la velocidad de corte en el lecho.
D
Φ * = 4 90 S 0.6 C * τ *0.5
d * *
τ − τ cj ( ) (19)
D 30 rb
en la cual D90 y D30 son los diámetros de las fracciones correspondientes, y el esfuerzo crítico se expresa
como
S
τ *cj = τ *c cos(atan(S)) 1 − (20)
tan (φ )
1
q s = A´ q S 2 (21)
∆2
donde A´ es una constante que para el valor A´= 20 nos permite expresar la función como
q 1
Φ * = 20 S2 (22)
g ∆ D 350 ∆2
La función de Bathurst et al. (1987) expresa el transporte en función del exceso de caudal sobre el
caudal crítico qc necesario para iniciar el movimiento de las partículas. La expresión es
2.5 S3 2
Φ* = (q − q c ) (23)
(∆ + 1)D 50 (g ∆ D 50 )1 2
donde el caudal crítico se obtiene por la relación
(
q c = g D 350 )
12
0.15 S −1.12 (24)
a
log15
ub
= D 50 (26)
U d
log12
D 50
donde el espesor a se obtiene de
1.5
τ* − τ*c
a = 2 D 50 (27)
*
τ c
Φ * = W * τ *50 ( ) 32
(28)
4.5
0.853
54741 − para Γ > 1.59 (30)
Γ
G ( Γ50) = [
exp M 0 (Γ − 1) − 9.28(Γ − 1)
2
] para 1≤ Γ ≤ 1.59 (31)
τ *50
Γ50 = (33)
τ *r 50
con τ*r50 = 0.0876 y M0 es un coeficiente experimental.
La ecuación de Karim (1998) expresa el transporte como función del número de Froude de la partícula
F*, de la velocidad de corte en el lecho, y de la velocidad de caída w de las partículas. Se expresa como
2.97 u*
Φ * = 0.00139 F* (34)
w
en la cual
U
F* = (35)
g ∆ D 50
y la velocidad de caída es
2 36 ν 2 36 ν 2
w = + − g∆D (36)
3 g∆D 3 g ∆ D 50
3 50
50
La relación funcional de Aguirre-Pe et al. (2000a, 2000b y 2003) está dada por la expresión
F*6S1 2
Φ * = 1. 5 (37)
C *4
en la cual F* es el número de Froude de las partículas dado por la ecuación (35), S es la pendiente y C* es el
coeficiente adimensional de Chézy.
La ecuación de Cheng (2002), de reciente data, expresa el transporte por la relación funcional
−0.05
1. 5
Φ * = 13 Θ 1.5 e Θ
(38)
en la cual
u *2
Θ= (39)
∆ g D 50
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donde xmi y xci son los valores medidos y calculados de las variables hidráulicas. También se determinó el
factor medio de predicción MPF expresado como
1 n x mi x ci
MPF = ∑ mayor de , (41)
n i =1
x ci x mi
MNE
ID = MPF (42)
100
Este índice puede ser tan bueno como el valor teórico de cero cuando no hay ningún error, pero también
puede crecer hasta valores muy altos. Se estima que son aceptables valores hasta cerca de 10, lo que puede
corresponder a MNE = 200 y a un MPF = 5. En la Tabla 1 se presenta el comportamiento de las relaciones
seleccionadas para un canal de laboratorio, según mediciones de Abdel-Aal en 1969. En la columna
izquierda se presentan las ecuaciones calibradas y en las últimas columnas se presenta el índice de dispersión
ID de las ecuaciones ordenadas conforme a su comportamiento.
En la Fig. 1 se muestra el ajuste de la relación de Aguirre-Pe et al.(2000a, 2000b y 2003), a los datos
de laboratorio de Willis, Coleman y Ellis en 1972.
1,E+08
1,E+07
1,E+06
1,E+05
* *4 1/2
Φ C /S
1,E+04
1,E+03
4 1/2 6
Φ*C* /S =1,5F*
MNE = 105,14%
1,E+02 MPF = 2,10
ID = 2,21
1,E+01
1 10 100
F*
Fig. 1. Ajuste de la ecuación de Aguirre-Pe et al. (2000a, 2000b y 2003) a los datos de laboratorio de
Willis, Coleman y Ellis en 1972
En la Fig. 2 se presenta el ajuste de la relación funcional de Aguirre-Pe et al. (2000a, 2000b y 2003) a
los datos del río Mountain Creek, Einstein en 1942.
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1,E+09
1,E+08
1,E+07
1/2
1,E+06
Φ* C* / S
4
1,E+05 4 1/2 6
Φ* C* / S = 1,5F*
MNE = 88,04%
1,E+04
MPF = 2,226
IE = 1,959
1,E+03
1,E+02
1 10 100
F*
Fig. 2. Ajuste de la ecuación de Aguirre-Pe et al. (2000a, 2000b y 2003) a los datos del río
Mountain Creek, Einstein en 1942
Tabla 3. Bondad de las relaciones funcionales expresadas por los valores mínimos de ∑ ID
ΣID en
R elació n fu n cio n al ΣID en ΣID en
can ales y # C an ales R ío s R ío s y C an ales
can ales río s
río s
M eyer, P eter y M ü ller (19 48) 24 3,8 8 53 0,5 7 77 4,4 5 1 A guirre et al. (2 000 a,b y 20 03) E ngelu nd y H an sen (1 967 ) E ngelu nd y H an sen (1 967 )
E instein y B row n (195 0) 23 2,4 3 55 9,4 6 79 1,8 9 2 E ngelu nd y H an sen (1 967 ) A guirre et al. (2 000 a,b y 20 03) A guirre et al. (2 000 a,b y 20 03)
S ato, K ikkaw a y A shida (1 95 8) 11 5,6 5 91 ,94 20 7,5 9 3 P acheco-C eballos (1 989 ) K arim (19 98) K arim (19 98)
F rijlink en 1 962 33 0,9 1 50 8,0 5 83 8,9 6 4 S m art y Jaeggi (198 3) Y alin (196 3) S ato, K ikkaw a y A shida (1 95 8)
Y alin (196 3) 19 4,1 5 89 ,67 28 3,8 2 5 S ato, K ikkaw a y A shida (1 95 8) S ato, K ikkaw a y A shida (1 95 8) Y alin (196 3)
E ngelu nd y H an sen (1 967 ) 28 ,55 25 ,14 53 ,69 6 K arim (19 98) A ckers y W h ite (197 3) A ckers y W h ite (197 3)
A ckers y W h ite (197 3) 19 8,8 5 12 5,2 9 32 4,1 4 7 B ath urst et al. (19 87) S m art y Jaeggi (198 3) S m art y Jaeggi (198 3)
S m art y Jaeggi (198 3) 92 ,64 31 9,5 8 41 2,2 2 8 Y alin (196 3) B ath urst et al. (19 87) B ath urst et al. (19 87)
M izuyam a y S him ohigashi (19 85) 31 7,9 6 50 13,41 53 31,37 9 A ckers y W h ite (197 3) C heng (200 2) P acheco-C eballos (1 989 )
B ath urst et al. (19 87) 12 9,0 0 33 6,6 7 46 5,6 7 10 E instein y B row n (195 0) F rijlink en 1 962 M eyer, P eter y M ü ller (19 48)
P acheco-C eballos (1 989 ) 43 ,86 68 6,6 9 73 0,5 5 11 M eyer, P eter y M ü ller (19 48) M eyer, P eter y M ü ller (19 48) E instein y B row n (195 0)
P arker (19 90) 25 193 65,82 83 984 ,06 26 033 49,88 12 M izuyam a y S him ohigashi (19 85) E instein y B row n (195 0) F rijlink en 1 962
K arim (19 98) 12 8,5 4 48 ,49 17 7,0 3 13 F rijlink en 1 962 P acheco-C eballos (1 989 ) C heng (200 2)
A guirre et al. (2 000 a,b y 20 03) 23 ,00 41 ,45 64 ,45 14 C heng (200 2) M izuyam a y S him ohigashi (19 85) M izuyam a y S him ohigashi (19 85)
C heng (200 2) 52 7,1 6 50 6,6 1 10 33,77 15 0 P arker (19 90) P arker (19 90)
RESULTADOS Y CONCLUSIONES
RECONOCIMIENTO
Los autores expresan su reconocimiento a los Brs. Daniel A. Machado y David R. Contreras por el
procesamiento de la información y sus aportes a la correcta interpretación de los datos. También se
agradece al Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico, CDCHT, de la
Universidad de los Andes, por el apoyo brindado a través de la subvención CVI-ADG-I-07-95.
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