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INTRODUCCIÓN

A lo largo de la historia han existido hombres y mujeres que se empeñan en


imaginar ámbitos, en crear patrias personales. La mayoría de personas prefieren
anhelar vivir en otra época, en un pasado (generalmente) o en un futuro que se
configura a los avances tecnológicos que asumimos en las películas de ciencia
ficción. Grupalmente creemos que sería realmente extraordinario encontrar a un
individuo que este empecinado con la idea de vivir sumido en el mar; trasmutar su
atmósfera donde le es posible sobrevivir, su transformación irremediable en un ser
marino. No vivir solitario entre las aguas, sino ser el fundador de una civilización
hídrica, un conglomerado social parecido a los ficticios clanes que Poseidón
custodiaba en las profundidades del Atlántico. Asimilar junto a su nueva condición,
una serie de cambios anatómicos, una modificación total de los ritos que
acostumbraba tener en la superficie. Adoptar sin aterrorizarse unas aletas de
tritón, unas branquias de tiburón cartilaginoso y una piel lisa de morsa. De la
misma manera en que aceptó los percances en su cuerpo y en su sociedad,
también debe resignarse a las nuevas condiciones de su medio, a las recién
descubiertas variables físicas de su hidrósfera. Tendría que acostumbrarse a las
nuevas presiones, a la fuerza de empuje que haría más agotador trasladarse de
un lugar a otro. Imaginando el líquido de su mundo, se percataría que una
evolución parcial no bastaría, debería sufrir una metamorfosis completa que lo
adaptara a la nueva física de sus anhelos.
MARCO TEÓRICO
Existen dos elementos que influyen cuando un objeto es sumergido en cualquier
líquido.
1. Presión hidrostática
Es la presión que se suscita cuando existe un líquido, ya sea que el líquido
envuelva a un objeto o que el líquido sea contenido por un recipiente. Esta
depende de la densidad del líquido, la gravedad del medio general y la
profundidad a la que esté sumido el objeto o la altura variable del recipiente.

𝑃 = 𝜌𝑙í𝑞𝑢𝑖𝑑𝑜 𝑔ℎ
2. Fuerza de empuje
Es aquella fuerza que los líquidos ejercen sobre los objetos total o parcialmente
sumergidos. Depende de la gravedad del medio general, de la densidad del líquido
y del volumen desplazado del líquido.

𝐹𝑒 = 𝜌𝑙í𝑞𝑢𝑖𝑑𝑜 𝑉𝑑𝑒𝑠𝑝𝑙𝑎𝑧𝑎𝑑𝑜 𝑔
 Para objetos parcialmente sumergidos
Cuando un objeto está parcialmente sumido en un líquido, podemos deducir que
su densidad es menor a la densidad del fluido. Asimismo trazando su diagrama de
cuerpo libre, se entiende que su peso es igual a la fuerza de empuje. A través de
la eliminación de la gravedad, se obtiene una expresión donde se muestra que el
volumen del objeto y el fluido son proporcionales a las densidades de ambos
elementos.
𝑉𝑑𝑒𝑠𝑝𝑙𝑎𝑧𝑎𝑑𝑜 𝜌𝑜𝑏𝑗𝑒𝑡𝑜
=
𝑉𝑜𝑏𝑗𝑒𝑡𝑜 𝜌𝑙í𝑞𝑢𝑖𝑑𝑜
 Para objetos totalmente sumergidos
Cuando un objeto está naturalmente sumergido, sin tocar el fondo del recipiente,
se deduce que el volumen desplazado es igual al volumen del objeto. Está
situación suele no ocurrir, ya que la densidad mayor del objeto hace que
sedimente al fondo del contenedor.
DISCUSIÓN DE RESULTADOS

La quinta práctica del laboratorio estuvo conformada por dos experimentos. En el


primero se sometió la fidelidad de los cilindros de Arquímedes, donde se suponía
la exactitud de su volumen (50 mililitros) y la precisión otorgada por la fuerza de
empuje. Comparando dos simulaciones, una donde se sumergía el cilindro vacío y
la otra donde se llenaba el cilindro con agua, se hizo notorio que la fuerza de
empuje suscitada por el fluido no depende de la densidad del objeto sumido, sino
solamente del volumen desplazado, que en nuestro caso (cilindro introducido
completamente) era el mismo volumen del cilindro.
En la tabla 3 de los resultados se hacen presentes los datos del segundo
experimento, en el cual se sumergían completamente en agua distintos objetos de
diferentes materiales (por lo tanto también distinta densidad), y donde la tensión
era medida antes y después de ser sumido al agua. Semejante procedimiento se
empleó para medir la magnitud de la fuerza de empuje. Cabe mencionar que este
experimento arrojó datos con demasiado porcentaje de error. La primera expresión
del comportamiento erróneo se manifiesta en la Tabla 4, donde se suponía que los
valores del volumen guardaran una constante de proporcionalidad de 1⁄9800 , sin
embargo, se presentó una incongruencia de datos, ya que sus valores son muy
lejanos entre sí y sus volúmenes visiblemente no eran tan distintos entre sí. En las
gráficas donde se relaciona la fuerza de empuje y el volumen, se nota el alto
porcentaje de error del experimento a través del radical comportamiento de la
desviación estándar.
Asimismo existió un alto porcentaje de error al comparar los datos de la densidad
experimental de una masa arbitraria respecto a su densidad teórica. Suponemos
que el enorme porcentaje de incerteza fue ocasionado por fuerzas que
despreciamos, como las producidas por el vidrio de la probeta o la densidad
inexacta del agua de grifo. También no debemos olvidar las imprecisiones
humanas que intervienen en cada simulacro de nuestras vidas.

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