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Aguas duras y blandas

Hoy en día conocemos la existencia de muchos y distintos tipos de aguas, que suelen estar
clasificadas según sus usos y propiedades, la cantidad de minerales que contengan, su origen,
etc. Pero una de las clasificaciones más utilizadas es la que distingue las aguas según su dureza.

En química, se conoce como agua dura a aquellas que poseen una dureza superior a 120 mg de
CaCO3 por litro, o lo que es lo mismo, que contiene una gran cantidad de minerales,
particularmente sales de magnesio y calcio. A esta agua también se las conoce con el nombre de
calcáreas.

Este tipo de aguas dificulta la limpieza, debido precisamente a la presencia de sales de calcio,
magnesio e incluso de hierro, por lo que el grado de dureza del agua es directamente
proporcional a la concentración de las ya mencionadas, sales metálicas.

El agua dura es fácilmente reconocible, ya que no producen espuma en los jabones, formando
incluso un residuo gris con el uso del jabón, que en muchas ocasiones puede llegar a alterar los
colores de ropas, calderos, grifos, y a la hora de beber, también puede detectarse un cierto sabor
desagradable.

El problema de estas aguas radica entre otras cosas, en el mayor gasto de jabón en la limpieza.
Su estudio, así como su modo de eliminación, es importante, no solamente para poder lavarnos
y limpiar mejor y más económicamente, sino también para evitar incrustaciones y por lo tanto
deterioro de aparatos domésticos e industriales, como puedan ser lavadoras, lavavajillas,
cafeteras, o cualquier maquinaria que utilice agua para su funcionamiento.

Los jabones también son sales, pero de ácidos grasos, ácidos orgánicos con moléculas de
grandes cadenas de átomos de carbono. Un jabón típico es el conocidos como estereato de
sodio, que se disuelve para liberar un anión estereato, como indica la siguiente reacción:

NaC18 H35 O2 (s) → Na^+ + C18 H35 O2 ^-

Estos iones estereato C18 H35 O2^-, son los responsables de la fuerza limpiadora del los
jabones, pero éstos, pueden ser precipitados por diversos cationes, entre ellos el Ca^2+, Mg^2+
y el Fe^2+, produciendo el conocido jabón insoluble.

Este jabón no sólo es ineficaz, sino que al reaccionar con los cationes, forma una especie de nata
en el agua jabonosa.

Muchos manantiales de agua, son duros, generalmente en las regiones donde de existen
depósitos de caliza. Por el CO2 de la atmosfera, el agua de lluvia se puede considerar con una
disolución diluida de ácido carbónico:

Co2 (g) + H2O → H2CO3

H2CO3 → H^+ + HCO3^-


Dicha disolución, va poco a poco disolviendo la roca caliza:

H^+ + CaCO3(s) → HCO3^- + Ca^2+

Como consecuencia, aumenta el contenido de calcio en el agua, produciendo la llamada agua


dura. Este tipo de dureza, se la conoce como, dureza temporal, ya que debido a que el Ca^2+ es
indeseable, se puede eliminar del agua fácilmente mediante ebullición de ésta.

El carbonato cálcico CaCO3 (s), va formando un depósito que se agranda lentamente lo que
provoca una disminución de la eficacia del calor dentro del agua, cuando ocurre algo así, por
ejemplo dentro de una caldera o una plancha, dicho depósito se le conoce con el nombre de
incrustación, provocando un sobrecalentamiento localizado en el metal del aparato,
produciendo la rotura de éste.

Cuando un anión que se encuentra presente en el agua dura, no se trata de bicarbonato HCO3^-,
sino que son sulfatos, nitratos, etc., entonces a dicha dureza no se la conoce como temporal,
sino que es llamada, dureza permanente. En este caso los iones de calcio, magnesio o de hierro,
no se pueden remover por el efecto del calentamiento o ebullición del agua con en el caso de la
dureza temporal.

Para la limpieza con aguas duras, es más recomendable utilizar detergente que jabones, ya que,
un detergente tiene una composición química más complicada que un jabón, y poseen además
varios componentes añadidos, como los agentes tensioactivos o surfactantes, que son los
encargados de eliminar la suciedad; agentes coadyuvantes o builders, que son sustancias que
ayudan a los tensioactivos a cumplir su misión, ablandando el agua o evitando la redeposición de
la suciedad; y agentes auxiliares o fillers, que aunque no son agentes limpiadores, tienen
distintas funciones que completan la limpieza, como son acción blanqueadora, suavizante,
perfumante, germicida, etc.

En conclusión, es mejor el uso del detergente frente a las aguas duras, debido a que un jabón
está formado por sales sódicas de ácidos orgánicos y al disolverse en agua, éstas se asocian a los
iones sodio e iones negativos, que son los que harán de puentes entre las grasas y la suciedad,
junto con las moléculas de agua, pero si el agua contiene iones sodio, el jabón no podrá
disolverse y por lo tanto, no realizará su función de limpieza.

El jabón forma compuestos insolubles con los cationes de calcio, magnesio y hierro, no pudiendo
realizar la limpieza hasta que dichos iones sean eliminados del agua, por lo que hará falta mas y
más cantidad de jabón, acartonando la ropa y dando un color amarillento o grisáceo, a parte de
la acumulación metálica en las lavadoras u otras maquinarias.

Sin embargo, en los detergentes, los surfactantes forman compuestos que son solubles con los
mencionados iones “problemáticos”, solucionando el problema de la limpieza con el agua dura.

El agua dura es muy importante en la preparación del agua potable para embotellado, en
cervecerías, o en la fabricación de sodas.
También existe un tipo de agua conocida como “agua pesada”, que no hay que confundir con
dura, ya que en éste caso, los átomos de H del agua, han sido sustituidos por átomo de de
deuterio, un isótopo pesado del H, formulándose como D2O, en vez de H2O. Existe también un
agua semipesada, cuando se sustituyen los átomos de H por el otro isótopo de éste, el tritio,
T2O.

El agua blanda:

En contraposición con el agua dura, las aguas blandas, o también conocidas como suaves, son
aquellas que poseen mínimas cantidades de sales disueltas en el agua.

Su principal ventaja es que fomenta y potencia la acción de los jabones y detergentes y otros
químicos usados en limpieza.

El agua dulce se puede definir como un agua con menos de 0.5 partes por mil de sal en
disolución. Suele encontrarse en ríos, lagos, glaciares, y algunas aguas subterráneas.

Se caracteriza por tener una concentración mínima de cloruro sódico, e iones de calcio y
magnesio. En todo caso, son aguas de carácter potable.

Si en el agua no se encuentra ningún tipo de sal diluida, entonces se la conoce como “ agua
destilada”.

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Introducción:

El término dureza se refiere al contenido total de iones

alcalinotérreos (Grupo 2) que hay en el agua. Como la concentración de

Ca2+ y Mg2+ es, normalmente, mucho mayor que la del resto de iones

alcalinotérreos, la dureza es prácticamente igual a la suma de las

concentraciones de estos dos iones.

La dureza, por lo general, se expresa como el número

equivalente de miligramos de carbonato de calcio (CaCO3) por litro. Es

decir, si la concentración total de Ca2+ y Mg2+ es 1 mM, se dice que la

dureza es 100 mg L-1 de CaCO3 (= 1 mM de CaCO3).

Un agua de dureza inferior a 60 mg L-1 de CaCO3 se considera


blanda. Si la dureza es superior a 270 mg L-1 de CaCO3, el agua se

considera dura.

La dureza específica indica la concentración individual de cada

ión alcalinotérreo.

Conocer la dureza total del agua es importante tanto en el

sector privado como en el industrial:

1. El agua dura reacciona con el jabón formando grumos insolubles:

Ca2+ + 2RCO2

- → Ca(RCO2)2(s)

Jabón Precipitado

R: hidrocarburo de cadena larga, como C17H35−

El Ca2+ y el Mg2+ pueden consumir una cantidad importante del

jabón que se utiliza en limpieza.

2. El agua dura deja depósitos sólidos o costras en las tuberías

cuando se evapora. El calor convierte los bicarbonatos solubles en

carbonatos (por pérdida de CO2) y se forma un precipitado de

CaCO3 que puede llegar a obstruir las tuberías de una caldera:

Ca(HCO3)2(aq) CaCO3(s) + CO2(g) + H2O

La fracción de dureza a causa del Ca(HCO3)2(aq) se denomina

dureza temporal porque este calcio se pierde al calentar por

precipitación de CaCO3.

La dureza debida a otras sales, sobre todo CaSO4 disuelto, se

denomina dureza permanente porque no se elimina por calefacción.

3. El agua dura es beneficiosa en agua de riego porque los iones

alcalinotérreos tienden a flocular (formar agregados) con las


partículas coloidales del suelo y, como consecuencia, aumenta la

permeabilidad del suelo al agua.

4. El agua blanda ataca al hormigón y a otros derivados del cemento.

La dureza del agua

¿QUÉ ES?

Se denomina dureza del agua a la concentración de compuestos minerales que hay en una
determinada cantidad de agua, en particular sales de magnesio y calcio. El agua denominada
comúnmente como “dura” tiene una elevada concentración de dichas sales y el agua “blanda”
las contiene en muy poca cantidad.

La unidad de medida de la dureza que se utiliza más habitualmente son los grados hidrométricos
franceses (º H F), y el cálculo de este parámetro responde a la siguiente fórmula:

(mg/l Ca x 2.5 + mg/l Mg x 4.2) /10

¿CÓMO SE GENERA LA DUREZA DEL AGUA?

La presencia de sales de magnesio y calcio en el agua depende fundamentalmente de las


formaciones geológicas atravesadas por el agua de forma previa a su captación. Las aguas
subterráneas que atraviesan acuíferos carbonatados (calizas) son las que presentan mayor
dureza y dichos acuíferos están formados por carbonatos de calcio y magnesio.

Las aguas subterráneas procedentes de acuíferos con composición eminentemente silicatada


(p.e. granitos) dan lugar a un agua blanda, es decir, con cantidades muy bajas de sales de calcio y
magnesio.

¿EN QUÉ INFLUYE LA DUREZA DEL AGUA EN NUESTRO DÍA A DÍA?

Un efecto muy visible en aguas de distinta dureza (un agua “dura y un agua “blanda”) es su
diferente comportamiento ante la adición de jabón. En presencia de la misma cantidad de jabón,
la aparición de espuma es mucho menor si se trata del agua “dura”, ya que el calcio y el
magnesio reaccionan con los compuestos que forman el jabón y dejan de ser efectivos, con la
consiguiente necesidad de añadir más cantidad de jabón si nos encontramos en este extremo.

El efecto más conocido en lugares en los que el agua de abastecimiento presenta una elevada
dureza es la formación de incrustaciones calcáreas (comúnmente denominadas como cal).

Es importante conocer la dureza del agua de abastecimiento de nuestra localidad, ya que ese
dato nos permite ajustar el funcionamiento de determinados electrodomésticos que ofrecen
dicha posibilidad (sobre todo lavadoras y lavavajillas). Esta regulación previa del aparato
permitirá que se operen cambios en el funcionamiento del mismo en función del valor
seleccionado y de este modo se compensen los efectos negativos que un agua de elevada dureza
puede provocar, con el consiguiente mejor funcionamiento y mayor duración del
electrodoméstico.

Clasificación de la dureza del agua (º H F):

– < 7: agua muy blanda – 7-14: agua blanda – 14-32: agua de dureza intermedia – 32-54: agua
dura – > 54: agua muy dura

Listado dureza municipios FACSA

¿ESTÁ LA DUREZA DEL AGUA REGULADA POR LA LEGISLACIÓN RELATIVA A AGUA DE CONSUMO
HUMANO?

No se ha establecido límite para este parámetro ya que la Organización Mundial de la Salud


determina que tanto si la dureza del agua es alta o está en valores bajos no se produce ningún
efecto pernicioso para la salud de las personas.

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Agua dura Se conoce como agua dura aquella que contiene un alto nivel de minerales,
concretamente de sales de magnesio y calcio. Este tipo de aguas suelen ser las subterráneas en
suelos calcáreos, que elevan los niveles de cal y magnesio, entre otros.

Agua dura y Agua blanda

Seguro que más de una vez has oído hablar del agua dura y el agua blanda, ¿verdad? La
diferencia entre ambas deriva de los niveles de cal que contiene: el agua dura es la que mayor
cantidad de cal contiene, mientras que en la blanda se concentran en menor proporción. Este
hecho deriva, principalmente, de la naturaleza geológica del suelo y el área geográfica de donde
provenga el agua. Las aguas más duras pueden generar problemas, ya que la cal del agua afecta
a nuestro hogar y puede generar problemas. Estos minerales son los que dificultan que otras
sustancias se disuelvan correctamente en el agua, como puede ocurrir en el caso del jabón a la
hora de lavar la ropa. Asimismo, las aguas duras dejan más residuos, por ejemplo la cal en
desagües y tuberías, provocando así problemas en el hogar. Es por este motivo que en las zonas
geográficas con aguas duras, se recomienda usar productos que eviten la formación de cal.

Agua blanda

Por el contrario, el agua blanda es el agua en la que se encuentran disueltas mínimas cantidades
de sales. Suelen corresponder a las aguas de pozo o aquellas que proceden de aguas
superficiales El agua más blanda es el agua destilada, por el hecho de no poseer ningún mineral
y no es apta para el consumo humano.

Agua media
Aunque el agua dura y el agua blanda son las más conocidas popularmente, también podemos
encontrar una dureza media del agua. Será aquella que se sitúa en los niveles intermedios entre
la considerada dura y la blanda en base a la cantidad de minerales que posee.

Cómo afecta la cal

Aunque a simple vista pueda parecer que la cal del agua no está afectando a ningún aspecto de
nuestro hogar, no es así. Y es que sus efectos son "invisibles" pero muy dañinos, tanto a nivel
material como económico. Algunos de los efectos adversos del agua dura son:

Obstrucción y oxidación de las tuberías.

Marcas y rastros blancos en lavabos, bañeras, grifos...

La cal modifica el sabor del agua.

Estropea electrodomésticos, como lavadoras y lavavajillas.

Dureza del agua y sabor

La dureza influye en el sabor o en las propiedades organolépticas del agua. En las aguas
potables, la dureza suele oscilar entre 10 y 500 miligramos de equivalentes de carbonato de
calcio por litro. Para la OMS, el umbral de tolerancia habitual oscila entre 100 y 300 miligramos,
aunque señala que muchos consumidores aceptan sin problemas cifras superiores (hasta 500
mg/litro). De hecho, también es habitual hallar a personas que prefieren cifras situadas por
debajo de los 100 mg/litro.

Dureza del agua y salud

Según la OMS, el agua con una dureza superior a 200 mg/l puede formar incrustaciones en
tuberías o depósitos. Si es inferior a 100 mg/l, puede corroer las tuberías a largo plazo. Es una
cuestión que abordó en 2005 el artículo "Dureza del agua", publicado en EROSKI CONSUMER.

Pero el ser humano ni es un electrodoméstico ni está formado por tuberías, por lo que cabe
preguntarse si es cierta la creencia popular de que es peligroso (o "corrosivo") para la salud
consumir de forma habitual aguas duras. En 1984, la OMS no halló evidencias científicas
convincentes de que la dureza del agua cause efectos adversos en humanos. Tampoco las halló
en 2003, 2008, 2009 o 2011, en los sucesivos informes que ha dedicado a esta cuestión.

Aunque muchos padres dan a sus bebés o niños pequeños aguas blandas, el Comité de Nutrición
de la Asociación Española de Pediatría considera en su libro 'Manual Práctico de Nutrición en
Pediatría' que existe una falta de evidencias que prueben una asociación entre la dureza del
agua y la salud infantil.

Dureza del agua y cálculos renales

Una revisión científica publicada en agosto de 2013 en la prestigiosa revista International Journal
of Preventive Medicine coincidió con lo descrito hasta ahora, pero dedicó un apartado específico
a la supuesta relación entre la dureza del agua y la formación de cálculos renales. En este trabajo
se detalla que el impacto de la dureza del agua en esta patología es "poco clara", dado que los
estudios disponibles no han observado ninguna asociación entre la dureza del agua y la
formación de cálculos urinarios. En cualquier caso, es posible que en pacientes que ya padecen
cálculos renales (que en muchos casos tienen un origen desconocido) sea útil no beber a
menudo aguas duras. En el artículo 'Análisis de las aguas embotelladas y de grifo españolas y de
las implicaciones de su consumo en la litiasis urinaria', disponible de forma gratuita en Internet,
existe amplia información al respecto.

Calcio y magnesio en el agua

La OMS indica que las aguas duras pueden contribuir a la ingesta de calcio y de magnesio,
minerales relacionados con la prevención de la osteoporosis y los eventos cardiovasculares. De
hecho, señala que beber a menudo aguas duras podría proteger a largo plazo del riesgo
cardiovascular, mientras que consumir aguas blandas podría ejercer efectos negativos sobre el
balance mineral del organismo. No obstante, las pruebas científicas no son de alta calidad, por lo
que esta entidad no ha emitido ninguna recomendación al respecto. El último informe de la OMS
2009 sobre la relación entre el calcio y el magnesio en el agua con la salud detalla que, según las
evidencias disponibles, el agua debería contener un mínimo de entre 25-50 mg/L de magnesio,
para prevenir la arteriosclerosis. En cualquier caso, el beneficio del magnesio solo sería claro en
personas con muy bajas ingestas de magnesio en su dieta habitual (algo que sucede con
frecuencia en los países con una baja renta per cápita).

Métodos para ablandar el agua

Existen dos métodos básicos de ablandamiento de agua: uno utiliza resinas de intercambio
iónico y el otro, la llamada "ósmosis inversa". La mayoría de los ablandadores de agua para uso
doméstico (como las jarras con filtro) utilizan el intercambio iónico. En la investigación de Vitoria
y colaboradores, antes citada, se indica que no tenemos pruebas de los hipotéticos beneficios
para la salud de estos métodos, pero se añade algo más: el intercambio iónico puede eliminar
hasta el 89,4% del calcio del agua, mientras que la ósmosis inversa elimina entre el 94% y el 98%
del calcio y el magnesio del agua.

En suma, no hay pruebas científicas que confirmen la extendida creencia de que las aguas duras
son perjudiciales para la salud. Faltan estudios que confirmen los posibles efectos beneficiosos
que ejercerían las aguas duras sobre la salud ósea y cardiovascular, pero sí sabemos que pueden
contribuir a cubrir los requerimientos de calcio y magnesio.

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