Colombia? Tradicionalmente el proceso Colombiano se caracterizó por su ritualidad eminentemente escrita, bajo este modelo, las piezas probatorias se incorporan al proceso mediante los actos del sumario en forma escrita y éste se constituye en la etapa primordial en cuando a la incorporación de la prueba.
Este tipo de procesos son desconcentrados, sin publicidad y sin inmediación,
salvo para el fiscal o su subordinado a la hora de la investigación. La contradicción de la prueba, tan importante para la búsqueda de la verdad en las tradiciones acusatorias primitivas, es efímera.
La oralidad en la Justicia Colombiana surge como la solución a la problemática
que se presenta en el trámite de los juicios en las diferentes jurisdicciones de conocimiento de los jueces del país, se decide sustituir el imperante sistema mixto por un sistema que promete acabar con los trámites innecesarios en las actuaciones judiciales.
La primera jurisdicción en dar el paso a la oralidad fue la penal, enero de 2005,
pero para poder adecuar este nuevo sistema, se hizo necesario en principio, una reforma Constitucional que modificó el papel de la Fiscalía General de la Nación como ente instructor, para pasar a ser un extremo más de la litis penal, Junto con ello, se vinieron una serie cambios de leyes en materia penal tanto en los sustancial como en lo procedimental.
A continuación se dio aplicación a la oralidad en el proceso disciplinario de los
abogados y la jurisdicción laboral; con el inicio del año 2008, la oralidad llegó a la jurisdicción civil. El Consejo Superior de la Judicatura, empezó a trabajar en planes piloto que permitan la instauración de la oralidad en el proceso civil.
Se han adelantado diferentes iniciativas dirigidas a darle mayor celeridad y
eficiencia al trámite de los procesos judiciales mediante la simplificación de procedimientos, la atribución de funciones jurisdiccionales a autoridades admi- nistrativas, la promoción de mecanismos alternativos de resolución de conflic- tos y la adecuación de la estructura de la rama judicial, entre otras. Ley 1285, contempla medidas como la creación del Plan Nacional de Descongestión para la justicia al día, la adopción de la oralidad en la mayoría de los procesos, el cobro de un arancel para financiar los proyectos de descongestión judicial y la instauración de los juzgados de pequeñas causas y competencia múltiple.
A su vez, La Ley 1395 de 2010 complementa acciones que buscan contribuir a
la descongestión de los despachos judiciales a través de la desjudicialización de conflictos, el establecimiento de un control más riguroso sobre la demanda del sistema, la racionalización del funcionamiento del aparto judicial y la simplificación de trámites en la administración de justicia.
3. Qué medidas podrían ser útiles para avanzar en la oralidad
en Colombia?
En general, para los procesalistas es posible establecer que hay casos
sencillos donde la discusión oral puede ser más rápida, menos costosa y más sencilla que una discusión escrita; en otras palabras, más eficiente. La oralidad puede implicar eficiencia, también, en cuanto a la presentación de la prueba, mientras no se rompa el principio de 10 inmediación ni el de concentración, ante un pronunciamiento tras la audiencia donde, tras practicar pruebas, el juez está listo para emitir sentencia (Taruffo. Pág 254). También se puede plantear que el nuevo sistema oral da rapidez y simplifica la actuación procesal; además de promover la publicidad y accesibilidad. La oralidad implica el desarrollo de los actos procesales en un escenario público, tanto de cara a las partes como a la sociedad. Adicionalmente, la oralidad promueve la economía procesal ya que se eliminan actuaciones y dilaciones innecesarias. Esto es una ventaja siempre que se respeten los principios de lealtad, responsabilidad y transparencia. (Suárez, 2013, pág. 61) Pero en el contexto de la oralidad no todo se trata de ventajas: es también posible plantear ciertos inconvenientes procesales que la implementación de la oralidad puede tener tanto en un contexto general como en el marco del Código General del Proceso. Algunas actuaciones se presentan típicamente de forma escrita, o bien se transcriben tras la presentación oral. Así sucede con la presentación de la demanda, ya que esto permite una presentación detallada del caso que no siempre se da en un contexto oral (Taruffo, 2009, pág. 250) Un inconveniente adicional en cuanto a la implementación de la oralidad es su instauración inconstante y poco uniforme. En casos complejos se recurre a la escritura buscando evitar una resolución precipitada, o evitar el desgaste logístico que implica un proceso oral de alta complejidad
Bibliografía Cappelletti, M. (1972). La oralidad y las pruebas en el proceso
civil . Buenos Aires : Ejea. Ortiz, Á. J. (2006). Código Procesal Civil Alemán: Traducción con un estudio introductorio al proceso civil alemán contemporáneo. Berlín: Konrad-Adenauer. Rigalt, A. F. (1957). La oralidad en el proceso civil. Ciudad de México. Suárez, U. C. (2013). La prueba en procesos orales,civiles y de familia CGP-LEY 1574 DE 2012 decreto 1736 de 2012. Bogotá. Taruffo, M. (2009). Páginas sobre justicia civil. Madrid: Marcial Pons.