Está en la página 1de 4

La conversación como obra.

Por: Germán Valencia V. Psicólogo de orientación psicoanalítica. Universidad Del Valle. Magister en
Filosofía Universidad Del Valle. Profesor en la Universidad Libre, en el Premedico, hasta diciembre
de 2017.

Introducción
Es en el lenguaje en tanto ámbito que se destila la escena pedagógica, sea en
primaria, secundaria, universidad. Digamos que la finalidad ultima de ello es
justamente el agenciar procesos de aprendizaje. Sin embargo, el lenguaje es
afectado por la cultura a través de la petrificación de su sistema de creencias y
valores; los cuales no logran ajustarse a los procesos de desarrollo, la sensibilidad
que ello implica. En ese sentido el Diplomado en Educación y Pedagogía
Transformadora, de la mano del profesor Giovanni M. Iafrancesco V., nos ha
aportado valiosos conceptos y rigurosa metodología para incidir de modo
intencional en la tarea transformadora: Una educación significativa, para
transformar la ciudad.
En el presente ensayo apelamos a la noción transformadora con el objeto de
contextualizarla en las voces de Gadamer, Cassirer, Heidegger, desde la
hermenéutica como perspectiva, dado que justo allí se da lugar a la inclusión de lo
distinto, a la evocación de lo nuevo, consolidando en ello la noble tarea pedagógica
que el alma mater comporta.
¿Conversación como obra?
A propósito de Verdad y Método1, en los predios de la Filosofía hermenéutica, la
conversación puede entenderse como una constante de la vida hasta la muerte
misma; la conversación demanda, como es sabido, un tratamiento permanente, un
pronunciarse acerca de ella, un hacer obra sobre su ser y su aparecer. Ello nos
permite transitar en un antes del lenguaje, la condición del psiquismo, y en un operar
hermenéutico del mismo. Comprensión e interpretación son las claves a localizar en
la conversación como obra: su condición histórica y fáctica. Ello es tarea siempre
pendiente en cada escena pedagógica, en el cruce de miradas entre el educando y
el maestro. Los conceptos apenas señalados nos permiten comprender como el
encuentro interdisciplinar entre el Arte, la Ciencia y la Filosofía, siendo momentos
del lenguaje, en un sentido formal, constituyen propiamente la segunda evidencia
de la conversación. Es decir, el acto de interlocución está decidido en la trama
interdisciplinar ya señalada. Dice Gadamer: “El lenguaje que discurre en ella [en la
conversación] lleva consigo su propia verdad, esto es –desvela– y deja aparecer
algo que desde ese momento es”. Justamente el ejercicio transformador como
sentido de lectura, permite iluminar los registros presentes y silenciados en la

1
GADAMER Hans-George. (1993) Verdad Y método. Ediciones Sígueme – Salamanca.

1
conversación, que más que particularidad entre las personas, evoca el armado
psíquico, dispone cuerpo y conciencia, es construcción histórica y es verdad.
Del instante
Pensar la cosa desde un antes resulta inquietante en tanto implica una experiencia
de “despojo de...”. Como es sabido el lenguaje comporta una función semántica, lo
cual es decisorio en el armado social. Un antes de ello es, justamente la palabra
que vehicula escenas, relatos de contenido “mágico” y de “creencia”, y cuya base
implicó la solidaridad respecto a la vida misma, Cassirer E. (2006) 2. La palabra,
aunque inmersa en el lenguaje es escenificada por el hombre primitivo en un sentido
distinto al de conocer. La palabra escenifica entonces existencia, así el contenido
sea mítico, creencia, o sencillamente el nombrar. El “despojo” que se anunció de
entrada fue entonces el de conocimiento, lo cual anuncia el lindero ontológico. El
estudiante y su encuentro en el lenguaje frente a la mirada-escucha del maestro, de
ello es ejemplo vivo.
Heidegger (1993)3 a propósito de la palabra, del habla mejor, señala: “El ser de este
estado –estado abierto- se halla constituido por el encontrarse, el comprender y el
habla” (Pág. 200). De este modo, el encontrarse y el comprender (modos
constitutivos de ser el ahí) son determinados por el habla. La conversación implica
una suerte de encuentro consigo y con el otro en el lenguaje mismo. De este modo
encuentro y comprensión son elementos que se determinan en el habla y que son
existenciarios fundamentales del ser del “ahí”. El encontrarse se mantiene dentro
del espacio de la comprensión, mientras que el comprender alberga siempre la
posibilidad de la interpretación, de la apropiación de lo comprendido. De acuerdo
con Heidegger es en el habla donde se consolida el fundamento ontológico-
existenciario del lenguaje. De esta manera, el habla comporta idéntica originalidad
existenciaria como la del encontrarse y del comprender.
El habla es resultante de vida, evidencia misma que comporta encuentro y
comprensión, todo ello a manera de instante, a manera de respiro, de aliento sin
más. Si se quiere, el alma mater se enuncia en su propio lenguaje.
Al hablar se evoca el oír, el silencio es habitado, como estados que evidencian la
función constitutiva del habla siempre de cara a la existenciariedad de la existencia.
¿Qué es pues hablar, según Heidegger?
Es articular significativamente la comprensibilidad del ser en el mundo al que es
inherente. Hablar es hablar “sobre…” Y, el sobre qué... del habla no impone
necesariamente el carácter del tema, de proposición determinante. Por
determinante es, justamente, la existenciariedad. De acuerdo con Heidegger el
habla comporta estructura en tanto constituye el estado abierto del ser en el mundo;

2
CASSIRER E. (2006) Antropología filosófica. Fondo de cultura económica. México.
3
HEIDEGGER M. (1993) El ser y el tiempo. Fondo de cultura económica. México.

2
y su estructura fundamental está predeterminada por el ser ahí. Lo hablado en el
habla es siempre hablado “a…”, ello a través de lo dicho en el desear, preguntar,
pronunciarse sobre…, en cuanto dicho. Escena que es provocada de entrada en la
inquietud que encarna todo educando.
Del lenguaje linderal
Gadamer H. G.4 referencia a Schleimacher, quien señala: “Todo lo que hay que
presuponer en la hermenéutica es únicamente lenguaje”. Sin duda el objeto ha sido
planteado para configurar la cosa.
Señala Gadamer que la conversación no se lleva, que más bien se ingresa en ella,
pues el acuerdo o fracaso que resulta de la misma es como un suceso que tiene
lugar en lo humano. Dice: “Son formas de expresar que la conversación tiene su
propio espíritu y que el lenguaje que discurre en ella lleva consigo su propia verdad,
esto es –desvela- y deja aparecer algo que desde ese momento es”. (Pág. 461). Sin
duda la conversación instalada en el rasero hermenéutico implica un punto de
partida que hace justicia con el aporte heideggeriano. Pues se es en y a través de
la conversación, aun así, las formas sean en términos del acuerdo o del fracaso de
la misma. Esto es, la escena en el aula implica el sentido en tanto lo constitutivo,
más acá de los contenidos que justifican los programas de cada facultad.
¿Comprender? Para Gadamer son dos claves, la primera ponerse de acuerdo en la
cosa, y la segunda no ponerse en el lugar del otro para “reproducir” sus vivencias.
El comprender, si se me permite es el encuentro en y a través del lenguaje. De
acuerdo con la referencia las experiencias de sentido que tiene lugar en la
comprensión encierran siempre un momento de aplicación, lo cual comporta un
proceso del registro lingüístico. Y agrega, que la verdadera problemática de la
comprensión y el intento de su lectura pertenecen, justamente, al lindero de la
gramática y de la retórica. De este modo el conocimiento está decidido por el sentido
del comprender.
Es pues el lenguaje un medio en el que resulta un acuerdo de los interlocutores y el
consenso sobre la cosa (tema, discurso). La institucionalización del lenguaje a
través del alma-mater se impone develar sentido-s en cada encuentro de
interlocutores. Lo-transformador entonces, en tanto despliegue pedagógico implica
de entrada un punto de partida: El lenguaje y su sentido transformador que la
conversación agencia.
Conclusión
Se entiende la conversación como un proceso que apunta a un acuerdo, es pues
un giro del registro hermenéutico. Dice Gadamer que el acuerdo en una

4
GADAMER H.G. Verdad y método. Ediciones Sígueme. Salamanca 1997.

3
conversación resulta de la disposición de los interlocutores, como también de la
intención de hacer valer lo extraño, lo adverso.
Finalmente, la travesía de escucha en el Diplomado sobre Educación y Pedagogía
Transformadora de la mano del profesor Iafrancesco, ha permitido avizorar un
ámbito siempre posible para consolidar sentido transformador al lenguaje mismo, el
cual arma síntoma siempre que se ingresa a la exclusión del pensar autónomo. Lo
transformador señala de entrada un encuentro dialógico entre el maestro y el
educando, en el cual ambos aprenden, de allí que el aprendizaje es siempre
resultante. Se entiende entonces Educación y Pedagogía Transformadora como
una perspectiva que le apuesta a formar al ser desde el saber para el saber hacer.
Explora y educa la vocación para la consolidación de un discurso, su ejercicio
mismo. En ello, y sin duda, la conversación es acto fundamental.

También podría gustarte