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1. La agresividad pasiva
2. Palabras hirientes
3. Falta de confianza
Sara señala que “por lo general, la gente tiende a pensar que confiar
en la pareja significa confiar que él o ella no te va a engañar. Sin
embargo, confiar en tu pareja en otras formas es también muy
significativo. ¡Tienes que ser capaz de confiar en las promesas de tu
pareja! Una vez que sientes que no puedes contar con tu pareja (en
cualquier orden de cosas), parte la cuenta regresiva de la relación”.
4. Amenazas
5. Perder la identidad
“Es muy común que las personas pierdan su identidad cuando están
en una relación, moldeándose juntos en una sola. En ese momento
comienzas a perder tu propia identidad y dependes demasiado de tu
pareja”, dice Sara, enfatizando que “una pareja no te debe completar,
sino más bien, complementarte. Asegúrate de permanecer siempre
independiente y confiar en ti mismo”, explica.
6. Quedarse callado
“Por otra parte, el silencio puede hacer que sientas una sensación de
poder en el momento, pero es infantil y perjudicial para tu relación.
Hablar y comunicarse es lo saludable. Barrer demasiado bajo la
alfombra lleva a un piso sucio, demasiado difícil de limpiar”,
complementó.
7. Ser pasivo
9. No ser solidario
1. El desprecio
Mucho más grave que el disgusto, es el desprecio que se convierte más bien en
superioridad. Es mirar al otro por debajo de uno mismo y sentirse mejor que, más
inteligente que, más sensible que el otro. Cuando nos comunicamos desde el
desprecio somos sarcásticos, burlones, irrespetuosos e incluso crueles. Voltear los
ojos, imitar, poner apodos son otras formas de actuar desde la superioridad y el
desprecio.
2. Criticarle
Ad ve rt i s em e nt
3. Estar a la defensiva
El tercer jinete del apocalipsis descrito por Gottman es estar a la defensiva. Esto
ocurre con mucha frecuencia cuando la relación ya se encuentra en una compleja
dinámica o, como Gottman describe, «en las rocas». En vez de actuar con
honestidad y amor, reaccionamos desde nuestras heridas, defendiéndonos a toda
costa. «No puedo hacerlo todo, tú estás todo el día sentado en una oficina muy
cómodo mientras yo corro, lavo, limpio, atiendo. Si quieres comer, prepara tú la
comida». Aunque puede ser válido sentirse agotado o rebasado, la estrategia de
defensa representada en este ejemplo casi nunca funciona pues, al defendernos,
atacamos al otro, generando nuevamente una dinámica negativa.
4. Cerrarse