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Sintaxis básica – 1) Uso de los casos

El cuerpo de la Guía está dividido en 24 lecciones. Cada una de esas lecciones está
indicada mediante un signo del alfabeto griego en orden correlativo, de modo que la
primera lección es la , que se inicia en la página 27.
Cada lección está precedida por una sinopsis de su contenido. A continuación hay
una serie de textos en griego ordenados de uno en más, en orden correlativo. Los textos que
comprende la lección son 43 y van de la página 28 a la 30. Siguen, de la página 31 a la 33
una serie de referencias; no me voy a detener ahora en ellas, sino que las vamos a ir usando a
medida que las necesitemos. Sí me interesa señalar que, a partir de la página 34 hay una
nueva serie de textos. Esto ocurre en todas las lecciones, y estos textos aparecen bajo el
título . La primera palabra de la expresión que anoté, , comienza con un
diptongo, es una palabra proclítica, no tiene un acento propio, sino que se apoya tónicamente
sobre la palabra siguiente, , en cuya vocal inicial coinciden el espíritu suave y el
acento agudo. Leemos en una sola emisión este par de palabras: /eisáskesin/. Esta frase
significa “para ejercitación”. Con tienen que ver el adjetivo castellano ‘ascético’
y el sustantivo ‘ascetismo’, que remiten también a la noción de ‘ejercitación’, que puede ser
de distintos tipos, una ejercitación escolar o en el uso de una herramienta, etc.; se trata de
una palabra muy amplia en cuanto a su significado. En la Guía se refiere a la práctica en el
estudio de la lengua griega.
Para que puedan orientarse cabalmente con la exposición del contenido de la lección
en página 27, tendremos que ponernos de acuerdo en algunos puntos. Lo primero que
tenemos que tratar, siquiera someramente, es la distinción entre palabras variables y palabras
invariables.
Palabras variables son el nombre y el verbo. Cuando decimos ‘nombre’, incluimos
bajo esta categoría sustantivos, adjetivos y pronombres. Debemos iniciarnos en una mínima
sistematización de este tipo de palabras con algunos ejemplos. Tomemos el adjetivo que
mencionamos recién: ‘ascético’. ¿En qué consiste la variación de este nombre-adjetivo? En
la modificación que experimenta la palabra en su última sílaba para dar indicación de género
y número (ascético/a/os/as). Ésas son las cuatro formas posibles de un adjetivo como éste
(masculino/femenino, singular/plural). Si nos encontramos con el adjetivo ‘fiel’ allí la
variación se limita al número, hay sólo una forma para el singular y una forma para el plural
(fiel/fieles), porque puedo decir ‘amigo fiel/amigos fieles’ o ‘amiga fiel/amigas fieles’, sin
que la palabra varíe en cuanto al género, que es común.
Se hizo una alusión a lo que sucede en castellano con los pronombres personales de
primera y segunda persona: ‘yo’/ ‘nosotros’, ‘tú’ / ‘vosotros’, aunque el uso de nuestra
región lingüística apela a ‘ustedes’ como plural de ‘tú’ y no a ‘vosotros’, que sí se mantiene
en uso en España. En nuestra región, que podemos mencionar como Hispanoamérica,
incluso en países donde se usa el ‘tú’, no se usa el ‘vosotros’ como plural, sino el ‘ustedes’.
Nosotros vamos a utilizar el ‘vosotros’ cuando sea necesario, porque a veces el ‘ustedes’
puede resultar equívoco. Tengamos presente entonces que, en el sentido más estricto, el
plural de ‘tú’ es ‘vosotros’.
Así, no podemos decir ‘Yo miro a yo en el espejo’, sino que decimos ‘Yo me miro
en el espejo’. Por ende, ‘me’ es la forma que adopta el pronombre de primera persona
singular cuando cumple una función que no es la de sujeto. Del mismo modo, en plural,
tendremos ‘Nosotros nos miramos en el espejo’, o sea que ‘nos’ corresponde a ‘me’ en
plural. Y también: ‘Tú te miras…’ y ‘Vosotros os miráis…’ (o ‘ustedes se miran…’, si
apelamos a nuestro uso regional). También deberíamos registrar las formas ‘mí’, ‘ti’, que
son variaciones de las formas ‘yo’ y ‘tú’ respectivamente.
Estas variaciones tienen que ver no sólo con el número -me refiero solamente al
número porque con el género aquí hay otro tipo de problemas que veremos más adelante-,
sino también con la función sintáctica que el pronombre cumple en la oración.
Recuerdo un jueguito, algo arcaico, que consistía en remedar un modo afectado de
hablar con el dicho “Tira tú que te toca a ti”. Allí tenemos ‘te’ y ‘ti’ como variaciones de
‘tú’, son formas de la misma palabra. Observen que la frase podría ser simplemente “Tira tú
que te toca”. Es decir que ‘a ti’ es una repetición de ‘te’, una repetición muy frecuente en
nuestro uso de la lengua. Si pasamos este pequeño texto al número plural, habrá palabras
que no variarán y otras que sí: “Tirad vosotros que os toca a vosotros” (o bien “tiren ustedes
que les toca a ustedes”). Vean cómo el pronombre ha variado: sigue ocupando las mismas
posiciones sintácticas, pero cambió de formas singulares a formas plurales.
Cada una de estas variaciones de los pronombres personales que aproximamos con
este ejemplo tiene una denominación técnica que no usamos frecuentemente en la enseñanza
escolar de la lengua castellana. Se trata del caso. ‘Yo’, ‘me’ y ‘mí’, ‘tú’, ‘te’ y ‘ti’ son
diferentes casos de los pronombres personales, de número singular, ‘yo’ y ‘tú’
respectivamente.
El caso es un tipo de variación del nombre que en castellano está limitada al sistema
de los pronombres personales. En latín y en griego, también en alemán y en otras lenguas,
todos los nombres tienen modificaciones de este tipo, casos, variantes casuales, que tienen
relación directa con las distintas funciones que un nombre puede cumplir en la economía de
una oración, es decir de una unidad expresiva con autonomía de sentido.
La otra palabra variable en griego es el verbo. Las variaciones del verbo, en lo que
concierne a la lengua griega, no introducen mayor novedad respecto de lo que ustedes saben
sobre las variaciones del verbo en nuestra lengua. Cuando hablamos en abstracto de un
verbo, cuando queremos mencionarlo, usamos una forma, la que se conoce como
‘infinitivo’. Por ejemplo, ‘hozar’, un verbo del que difícilmente conozcan su significado.
‘Hozar’ es lo que hacen los chanchos cuando remueven la tierra con el hocico. Si halláramos
en un texto, por ejemplo en una fábula de Samaniego, que un chancho le dice a otro
‘hocemos’, nosotros, como lectores de lengua castellana, sabríamos de inmediato que para
conocer qué quiere decir ‘hocemos’ debemos ir a buscar, en el diccionario, ‘hozar’; esto lo
inferimos inmediatamente. ‘Hocemos’ es una variación del verbo ‘hozar’, es la primera
persona de plural, de tiempo presente, de modo subjuntivo, de voz activa. Es decir que bajo
la denominación ‘hozar’ están incluidas muchas formas, todas aquellas en las que se
despliega la conjugación de un verbo y que siempre remitiremos al infinitivo, que nos da,
por así decir, el nombre del verbo. Y digo ‘el nombre’ con toda intención, porque un
infinitivo es una forma verbal que ustedes conocerán o recordarán quizá por la
denominación ‘verboide’ que se aplica a los infinitivos y participios. Es una forma verbal
que tiene todas las características propias de un verbo, pero también comparte las
características de un sustantivo. Podemos decir cosas tales como ‘El caminar es saludable’ o
‘Caminar es saludable’. Allí estamos utilizando ‘caminar’, más claramente aún cuando lo
acompañamos del artículo, como un sustantivo que es el sujeto de esas breves oraciones.
Cuando hablamos de palabras variables, entonces, nos referimos al nombre y al
verbo. En lo que hace al nombre, principalmente a las variaciones de género y número, en
lengua castellana, y a las variaciones de caso solamente con referencia a los pronombres
personales. En cambio, cuando entremos a trabajar sobre la economía del nombre en griego,
nos vamos a tener que manejar permanentemente con las categorías de género, número y
caso. En cuanto al verbo estamos en un terreno mucho más familiar. Allí hablamos de
persona, número, tiempo, modo y voz.
Hay otro tipo de variación sobre la que apenas voy a decir algo. En un cartel que hay
aquí a la izquierda dice “reunión preparatoria”. ‘Reunión’ es un sustantivo femenino cuya
variación es solamente de número: ‘reunión/reuniones’. Tenemos en la parte final del
sustantivo la variación que corresponde al número, pero les quiero además llamar la atención
sobre otra diferencia: en ‘reunión’ hay un tilde sobre la ‘o’ de la última sílaba y en
‘reuniones’ no hay tilde, aunque la sílaba tónicamente más fuerte es la misma que en la
forma singular. A la inversa, ‘examen’, sin tilde, tiene en el plural la forma ‘exámenes’, con
tilde.
Esto tiene que ver con ciertas reglas de acentuación que aprendemos en la escuela
primaria y que sistematizan la distinción entre palabras agudas, graves y esdrújulas. A
nosotros no nos sorprende para nada que ‘reunión’ tenga tilde y ‘reuniones’ no, es algo que
tenemos incorporado como normal. Tenemos también palabras como ‘carácter’ y
‘caracteres’ en la que el acento cambia de lugar, de la segunda a la tercera sílaba y, además,
en la forma que corresponde al plural no hay signo gráfico para la sílaba acentuada
fonéticamente. Este tipo de variantes, como el lugar de los acentos, se dan también en
griego. A decir verdad, estoy abriendo el paraguas, porque siempre hay quejas y gran
preocupación respecto de cómo puede saberse en griego dónde cae un acento. Quiero
mostrarles que en nuestra lengua ocurre lo mismo y ni siquiera nos ponemos a pensar sobre
ese fenómeno. Cuando uno estudia una lengua extranjera es un observador de otro tipo, no
está inmerso en la lengua materna, y entonces se le hacen visibles estas dificultades que, en
realidad, se dan en todas las lenguas, incluso en la nuestra. Como nosotros estamos
instalados en la lengua castellana, no reparamos en ello y nos parece totalmente natural el
cambio gráfico que se da entre ‘reunión’ y ‘reuniones’ o el fonético y gráfico entre ‘carácter’
y ‘caracteres’.
Otra cosa más que va a aparecer en seguida en la lección : en general asociamos el
género masculino, de una manera irreflexiva, con la terminación ‘–o’. Si les pido que
coloquen el artículo al sustantivo ‘caso’, naturalmente van a colocar ‘el’. Pero notemos que
existen sustantivos como ‘mano’ a los que, obviamente, hay que ponerles el artículo ‘la’,
porque se trata de sustantivos femeninos, a pesar de su terminación ‘-o’. Por lo tanto, no
todo sustantivo terminado en ‘-o’ es de género masculino.
Lo mismo pasa respecto del femenino en cuanto a la terminación ‘-a’. Asociamos la
terminación ‘-a’ con el género femenino. Como ejemplo, en la palabra ‘persona’ nos parece
muy natural pensar que la terminación nos está indicando el género. Efectivamente es así
también en otros sustantivos como ‘mesa’ o ‘silla’. Pero existen nombres como ‘teorema’,
‘problema’, ‘día’, ‘sistema’, que son masculinos terminados en ‘-a’. Digo todo esto porque
en el primer grupo de nombres con que nos vamos a encontrar en la lección vamos a
tener predominantemente nombres de género masculino, pero no exclusivamente.
Tengo que hacerles dos recomendaciones. No sé si hice ya la primera, pero al menos
la insinué. En la ficha de cátedra Morfología nominal del griego clásico hay una
introducción de Claudia Mársico que les recomiendo muy especialmente. Medítenla, tomen
nota y traigan todas las observaciones y comentarios que les suscite la lectura de esa
introducción que es muy breve. En la otra ficha de cátedra, Materiales para el estudio del
griego clásico, hay una “Introducción al estudio de la lengua griega”. Es muy importante
que lean esa introducción porque hay algunas nociones técnicas que vamos a usar y sobre las
que yo voy a hacer hoy una explicación muy sencilla en la medida en que sea necesario. Allí
tienen ustedes una explicación más profunda y teórica de esos conceptos.
Veamos ahora en forma resumida, en la página 27 de nuestra Guía, algunos temas de
la lección :

Sustantivos y adjetivos masculinos (y femeninos)1 con tema terminado en


omicrón (tema y desinencia)2; artículo masculino; pronombres adjetivos-
demostrativos , ; grados del adjetivo, pronombres personales.

Todo esto tiene que ver con el nombre y lo iremos viendo paulatinamente. Ésta es la
síntesis de los temas que vamos a tratar en relación con el nombre en esta lección. Cuando
hayamos llegado al final de este tratamiento, que vamos a ir realizando sobre la base de
textos, ustedes van a tener un panorama teórico básico general del nombre en griego.

1
Dice “y femeninos” entre paréntesis, porque en este primer grupo de sustantivos y adjetivos la gran mayoría
es de género masculino, algo análogo a lo que dijimos con la terminación ‘-o’ en los sustantivos de nuestra
lengua.
2
La noción de ‘tema’ es una de las que están explicadas en esa “Introducción al estudio de la lengua griega”
que les recomendé que leyeran. Tema y desinencia son las dos partes en que podemos dividir, discriminar, un
nombre. También de una manera simple, les diré que tema es la parte invariable de la palabra y desinencia es
la parte variable. Como en castellano, en un adjetivo, por ejemplo, tenemos una parte que varía de acuerdo al
género y número, la desinencia, y otra parte que se mantiene invariable, el tema. En griego la variación será
de género, número y caso. El tema puede coincidir con la raíz, pero no necesariamente. Tema y raíz son dos
nociones lingüísticas diferentes.
Nominativo y vocativo

Vamos a trabajar ahora con el texto número 1 de la lección , en la página 28:



Los signos de puntuación son de naturaleza semántica. Si no hubiese puesto un punto


allí, estaría diciéndoles indirectamente lo que tenemos aquí arriba no es una oración. Es el
punto lo que gráficamente marca el final de esa unidad expresiva autónoma en cuanto al
sentido que es la oración.
Recuerden que las mayúsculas, de acuerdo al criterio de los editores de textos
griegos, se utilizan solamente cuando tienen valor semántico, es decir, cuando dan la
indicación de que estamos ante un nombre propio. Por eso la oración no comienza con
mayúscula.
La primera palabra de esta oración se lee /autodídaktos/. La tercera, /eimí/. Observen
que la primera palabra comienza con un diptongo, que lleva espíritu sobre la segunda vocal -
lo mismo vale para el acento cuando cae sobre un diptongo-. Lo mismo pasa con la tercera
palabra, que comienza con un diptongo. El signo que encontramos a continuación de la delta
() está mencionado en el apartado 5 de la página 25 de nuestra Guía. Allí tienen la
explicación referente al apóstrofo: “signo idéntico por la forma al espíritu suave; se coloca
entre dos palabras para indicar la elisión de una vocal que puede ser final o inicial”. En el
caso de nuestro texto, se trata de una vocal final, ya que está elidida una epsilón () con
acento agudo.
Abundando en lo ya visto, ninguna palabra por derecho propio lleva acento grave. El
signo que corresponde al acento grave es una modificación del acento agudo de la última
sílaba cuando la palabra está seguida por otra, sin que medie entre ellas una pausa, un signo
de puntuación.
La elisión de vocales finales es algo fonéticamente común, incluso en nuestra lengua.
Nosotros no decimos /la antinomia/, sino /l’antinomia/. Si fuésemos más fieles a la fonética,
tendríamos que escribir, como hacen los franceses o los italianos, “l’ antinomia”. Este hábito
fonético tan extendido no ha pasado, sin embargo, a la escritura de nuestra lengua con una
marca específica como el apóstrofo italiano o francés.
Después veremos en qué casos hay elisión y en qué casos no, pero sepan que donde
vean ustedes un apóstrofo, hay una vocal que falta.
La segunda palabra de nuestra oración es entonces. Se trata de una palabra
invariable, sobre las que no me extendí porque no presentan problemas morfológicos
particulares; es el caso de las preposiciones, conjunciones o adverbios en castellano. La
palabra ‘nunca’ (adverbio) no varía, del mismo modo que ‘para’ o ‘en’ (preposiciones).
es una conjunción, es decir un término de enlace, que tiene un valor por lo
general adversativo, lo que la hace equivalente en muchos casos a nuestra conjunción
adversativa ‘pero’, ‘sino’, o a la perífrasis adverbial ‘en cambio’. Nunca encabeza una
oración, siempre está, a lo sumo, en segundo lugar. Cuando está en esa segunda posición,
hace referencia a algo que se ha dicho antes, no establece ninguna articulación interna de la
oración, tiene un valor retrospectivo.
Podrían preguntarnos ustedes por qué no la sacamos, ya que aquí tenemos una
oración aislada, sin su contexto. Ocurre que es importante que se vayan acostumbrando a la
presencia de estas conjunciones, que son elementos articuladores del discurso con algo
previo o posterior. Podría ser un artificio didáctico prescindir de las conjunciones, pero es
importante que se vayan acostumbrando al valor de estos articuladores, que vayan teniendo
ciertos avances.
Cuando traduzcamos esta oración, vamos a tener que poner como palabra inicial un
‘pero’ o un ‘sin embargo’, después lo iremos calibrando, según convenga más o los usos de
nuestra lengua. En el análisis sintáctico la vamos a recuadrar:



En los textos a trabajar en teóricos tienen una referencia abreviada a la fuente de la


que se ha tomado la oración para este ejercicio didáctico. En este caso, tenemos “Homero,
Odisea” y el número romano que sigue, XXII, remite al canto, uno de los 24 en los que está
dividido cada uno de los poemas homéricos. El número arábigo, a continuación, remite al
verso, a la línea del canto en que aparecen estas palabras.
Quien dice esta oración es un cantor, un aedo, un recitador profesional, Femio. En
esta circunstancia, le dice a Odiseo: “hay muchos que cantan cantos ajenos, pero yo
 -soy autodidacto-”. En términos bien familiares para nosotros, sería
un cantautor, alguien que no canta poemas ajenos sino sus propias composiciones.
Acabo de hacer algo medio prohibido, como cuando los padres o los abuelos se
permiten conductas que no les permiten a los chicos, pensando que papá y mamá saben
cuándo lo pueden hacer. Traduje la oración sin haber analizado sintácticamente; en los
prácticos esto no se puede hacer, siempre será necesario el análisis sintáctico previo a la
traducción.
Antes de hacer el análisis sintáctico, voy a hacer un rodeo para iniciarlos en el uso
del diccionario. Fíjense en lo siguiente:



Tenemos la palabra /autodídaktos/ y, a continuación, luego de una separación, una


omicrón seguida de nü. En segundo lugar, tenemos /didaktós/, una pequeña separación, una
eta, otra separación y nuevamente una omicrón seguida de nü, en este caso con acento. Lo
del acento es totalmente secundario, me interesa que vean esta presentación de dos palabras
variables que son adjetivos. Empecemos por la segunda palabra. ¿Cómo tengo que
decodificar este dato? Tengo que leer /didaktós/, /didakté/, /didaktón/. Es decir que el modo
en que el diccionario presenta los adjetivos es mediante la forma completa que corresponde
al género masculino del singular, la terminación del femenino en singular y la terminación
del género neutro en singular. Luego van a ver que se trata de tres formas en caso
nominativo.
En castellano tenemos un uso muy restringido del género neutro. Los que estudian
latín o conocen o estudian alemán saben que el género neutro aparece profusamente en esas
lenguas y en griego pasa lo mismo. Este es un primer tipo de adjetivos que tiene una forma
diferenciada para el género masculino, otra para el femenino y otra para el neutro.
Vamos ahora a, que es el adjetivo que tenemos en nuestro texto. Se
trata de un adjetivo compuesto, con un elemento prefijo que es y una base que tiene
que ver con el significado ‘enseñanza’. Podemos hacer la misma división en el castellano
‘autodidacto’. El enunciado de este adjetivo tiene que ser decodificado como /autodídaktos/,
/autodídakton/. ¿Qué quiere decir esta manera de presentar un adjetivo, distinta de la
anterior? Significa que este adjetivo tiene una forma común para masculino y femenino y
otra forma para el género neutro. Recuerden que entre los ejemplos que revisamos del
castellano vimos el adjetivo ‘fiel’, que también tiene una forma común para masculino y
femenino, aunque naturalmente carezca de un género neutro diferenciado morfológicamente.
Los adjetivos compuestos por dos temas, uno de ellos prefijo, tienen en griego, por lo
general, una forma común para masculino y femenino. Vamos a repetir esto cuantas veces
sea necesario, porque es importante que se afiancen en el uso del diccionario.
Si no hubiese hecho la referencia al contexto, si no les hubiese contado que quien
habla es Femio, entonces no podríamos saber si este debe ser entendido
como masculino o como femenino. Podríamos suponer tanto que quien enuncia es una mujer
como un hombre, porque no hay ninguna señal específica de género. Lo mismo ocurre en la
expresión castellana ‘soy fiel’: sin indicación de contexto, no podemos saber si la enuncia un
hombre o una mujer.
La otra palabra que nos interesa es. Esta forma es la primera persona del
singular del tiempo presente del modo indicativo del verbo ‘ser’. Cuando ejemplificando con
el uso castellano escribí el infinitivo del verbo ‘hozar’, les dije que así es la forma que figura
en el diccionario. En el caso del diccionario griego, esto no es así. En griego el diccionario
presenta los verbos en la primera persona del singular del presente de indicativo de voz
activa (cuando esto último, lo de ‘voz activa’, es posible).
La primera persona del singular de tiempo presente del modo indicativo de la voz
activa, en la gran mayoría de los casos, es la forma que figura en el diccionario como
nombre del verbo. No es ninguna novedad, seguramente, para quienes están iniciados en el
conocimiento del latín, donde el verbo ‘ser’ figura en el diccionario como sum. Si vamos a
ser estrictos, figura como el verbo ‘soy’, no como ‘ser’. Éste es el modo en que el
diccionario incluye los verbos para su tratamiento léxico.
Esto no quiere decir que no haya formas de infinitivo para los verbos griegos y
latinos, pero la búsqueda en el diccionario tenemos que hacerla por la primera persona de
singular del presente de indicativo de voz activa.
En el caso de las primeras y segundas personas del verbo, hay una marca inequívoca
de la persona, un ‘yo’, un ‘tú’, un ‘nosotros’ o un ‘vosotros’. Cuando se habla de sujeto
tácito se hace referencia a algo silenciado, callado, a eso remite el término latino tacitus. Sin
embargo, el sujeto de, aunque no esté el pronombre, no está callado, sino que
está gritando en la desinencia –del verbo .
Vamos a hacer una diferencia entre terminación y desinencia. La desinencia es la
variación que específicamente indica en los nombres género, número y caso y en los verbos
todas las determinaciones propias de una forma verbal. Por eso, en situaciones como ésta,
hablamos de sujeto desinencial, porque el sujeto está manifiesto en la desinencia. Estas
desinencias han sido originariamente pronombres que luego se asociaron con un tema
verbal, por lo que son tan pronominales como . Esto lleva a insistir en esta
particularidad que tienen las primeras y segundas personas en su desinencia.
Estoy limitándome por ahora al uso copulativo del verbo ‘ser’, tal como se da en
nuestro uso. De la enseñanza escolar recordarán ustedes la categoría de predicativo
obligatorio. Precisamente en esta oración tenemos el siguiente análisis:


s.d

predicativo sujetivo verbo


Predicado O.S.E.R

Los predicativos son nombres, pueden ser sustantivos, adjetivos o incluso


pronombres, que se relacionan con el sujeto a través del verbo, indican una determinación o
una propiedad del sujeto a través del verbo.
Por ahora me limito a esta acepción del verbo ‘ser’ como cópula, porque el verbo
‘ser’ en griego tiene una densidad semántica que no tiene en el uso el verbo castellano.
Como observarán, constituye el predicado de una oración. El
sujeto está incorporado en el verbo, así que queda en el predicado, marcado como “s.d”, es
decir “sujeto desinencial”. Se trata, además, de una oración simple enunciativa real
(O.S.E.R). Simple, porque tenemos un único sujeto y un único predicado, enunciativa,
porque da cuenta de algo, y real, porque da cuenta de algo que el hablante asume como
efectivamente dado, como real. En general, para la expresión de la realidad, el hablante usa
el modo indicativo en cualquiera de sus tiempos.
queda fuera del predicado. Esto se debe a que no establece ninguna relación
interna en el marco de la oración, sino que remite a algo previo. La traducción final es:
“Pero soy autodidacto”.
Esta es la manera en que vamos a graficar el análisis sintáctico. Iremos ampliando las
posibilidades según las exigencias del texto.

Vamos a ingresar de un modo práctico en la categoría de caso, a partir del texto


número 2:



Vamos palabra por palabra. y , la primera y la última, desde el
punto de vista formal, no presentan diferencias notables con los modelos y
que observamos antes. En el diccionario hallarán y
, enunciado que les indica las formas de masculino, femenino y neutro,
respectivamente, de estas dos palabras, en nominativo. Pero, además, esta manera de
representar los nombres en el diccionario, indica que se trata de adjetivos, porque la
presentación de los sustantivos es otra diferente. Solamente con el modo en que el
diccionario nos presenta el nombre, nosotros advertimos inmediatamente si se trata de un
adjetivo o un sustantivo.
es un nombre propio, por eso lo tenemos escrito con theta mayúscula, el
octavo signo del alfabeto que acaban de conocer. va a ser la forma en
que van a encontrar este nombre propio en el diccionario -el diccionario con el que
estudiamos trae muy pocos nombres propios, éste no está, pero si lo trajera estaría así
enunciado-. Fíjense que tiene una terminación omicrón-sigma () y, además, hay unos
agregados. El primero hay que decodificarlo como algo que indica una variación de esta
palabra: . Observen que cambió el acento de lugar, como en ‘carácter’ y
‘caracteres’. Lo que sigue, una omicrón con espíritu áspero (), es el artículo masculino. Es
muy importante su presencia aquí, porque nos indica de qué género es este sustantivo.
Como les comenté, en este grupo de sustantivos la mayoría es de género masculino,
pero hay sustantivos terminados en omicrón-sigma de género femenino, que entonces
tendrán el agregado del artículo femenino. Como ejemplo, miren una palabra que usé la
semana pasada: . Lo que tienen en último lugar es una eta con espíritu
áspero, el artículo femenino. Se trata de un sustantivo femenino, a pesar de su apariencia,
como ocurría en castellano con ‘mano’.
En un diccionario de castellano, el género masculino se indica “m.” y el femenino
“f.”. Basta que a continuación de una palabra tengamos estas abreviaturas para entender que
el sustantivo es de género masculino o femenino.
Esta manera de presentar los sustantivos y adjetivos -algo parecido, guardando las
distancias, ocurre con los verbos-, es lo que técnicamente se llama ‘enunciado’. El
enunciado de un sustantivo siempre va acompañado por el artículo.
Lo que nos da el diccionario, podemos también observar como ejemplo el
enunciado , son el caso nominativo singular, la terminación de otro caso
llamado ‘genitivo’ -los que están estudiando o han estudiado latín ya conocen algo al
respecto, en su momento vamos a insistir acerca de por qué el enunciado se realiza con
estos dos casos y no con otros-, y finalmente el artículo, un dato muy importante porque
nos da la indicación del género del sustantivo. En el enunciado del adjetivo tenemos la
indicación de género en cada una de las terminaciones.
Cuando mencioné el enunciado de , algunos de ustedes se
sorprendieron de que no coincidiera con la forma que tenemos en el texto. Espero que
hayan leído la “Introducción al estudio de la lengua griega”, donde se establece la
distinción entre las nociones de ‘tema’ y ‘desinencia’ y se caracteriza conceptualmente la
noción de ‘caso’. Las diferencias entre los casos del nombre en griego se reconocen por
medio de las desinencias, es decir de las variaciones que experimenta el nombre en la
última sílaba, de acuerdo con la función que cumple en la oración.
Volvamos al texto tal como nos está dado en la Guía: encontramos aquí algunas
palabras invariables y otras variables. Las palabras invariables son,  y . No son
las tres de la misma índole.  y son conjunciones o adverbios. En el caso de estos
textos que tomamos en forma aislada, separados de su contexto, las conjunciones pueden
establecer alguna relación interna entre elementos de la oración, o pueden hacer referencia
a algo extraoracional. Si recuerdan la oración anterior, en cuanto a fue necesario que les
diera una indicación de contexto que permitiera sustentar la explicación de un ubicado
en esa situación, en la segunda sede, el segundo lugar de la oración.
Algo parecido ocurre con  Podemos hallarlo funcionando en la oración como
conjunción o como adverbio. Como adverbio tiene un valor aseverativo, de énfasis
afirmativo, que podemos traducir convencionalmente, después veremos qué matices se
pueden dar a través de la traducción, por un “efectivamente”, “por cierto”, “en efecto”.
En cuanto a su uso más frecuente como conjunción, cuando está, también, en un
segundo lugar (como en el caso de ,  nunca encabeza un texto), hace referencia
también a algo que no está dado por la oración sino anteriormente, con un valor
explicativo-causal. Como traducción convencional de ese valor conjuntivo de 
tomamos “pues”, un ‘pues’ explicativo. Si prestamos un poco de atención, ese uso enfático-
aseverativo ‘en efecto’, ‘por cierto’ no está desligado completamente del uso conjuntivo: se
puede afirmar algo y después mediante un ‘en efecto’ introducir una justificación
explicativa de lo que se dijo anteriormente. De modo que a veces estos valores conjuntivo y
adverbial no están tan diferenciados como uno podría pensar en una primera aproximación.
Algo parecido ocurre con, aunque a partir del uso y de la frecuencia este
término aparece generalmente como una conjunción copulativa, con un valor muy próximo
al de nuestra conjunción ‘y’. También muy pronto nos vamos a encontrar, sin embargo, con
valores y usos adverbiales de, con un valor de énfasis afirmativo o aseverativo.
Si tomamos ambas palabras invariables como conjunciones, dada la ubicación de
, tenemos que pensar que está introduciendo una justificación de algo introducido
anteriormente que sólo podemos conocer a través del contexto: para ello tenemos allí la
referencia del texto del que se ha tomado esta oración. En cambio, está estableciendo
una articulación interna de la oración, está poniendo en conjunción y .
Nos pusimos de acuerdo ya en que el modo de marcar la presencia de una
conjunción en un texto será mediante el artificio de recuadrarlo:



Mediante la flecha señalamos que hace referencia a algo anterior en el


contexto y que esta breve oración está introducida como una justificación o explicación de
algo dicho anteriormente. También les anticipé la clase pasada que es la segunda
persona del singular de presente del modo indicativo del verbo , que ya conocemos por
la oración anterior. A la primera persona singular del verbo, le corresponde el pronombre
personal (‘yo’), a la segunda, (‘tú’). Estos son los nominativos de los dos
primeros pronombres.
Observen que en la oración hay una marcación gráfica realizada con comas
referente a la expresión. La omega con espíritu suave y acento circunflejo
() podría no estar presente, no es un elemento necesario, imprescindible, para la
comprensión de la ubicación de este sustantivo en el conjunto de la oración. Por otra parte,
es bastante discutido su valor, en seguida vamos a abundar en esto, pero quiero
concentrarme ahora en la forma  del sustantivo . Lo que indica esa
diferencia en la terminación -fíjense que estoy hablando ahora de ‘terminación’ y no de
‘desinencia’- es que la palabra tiene otra función sintáctica en la oración. Ya hemos dicho
que la forma  es el caso nominativo. La segunda forma que tenemos,
, es el caso vocativo. Es la forma que se usa en las lenguas de flexión nominal
para apelar, llamar a una persona. Nos viene bien el hecho de que en este caso estemos ante
un nombre propio, pero después este uso se puede extender a entidades no personales. De
todos modos, siempre que hay una apelación, una interpelación, de algún modo se está
personalizando algo.
Cuando llamamos a una persona por su nombre, realizando una suerte de llamado
de atención para que dirija su atención hacia lo que vamos a decirle, entonces lo
interpelamos. En las lenguas con flexión nominal, usaríamos para ello la forma que
corresponde al caso vocativo.
Establecimos ya que el caso nominativo corresponde básicamente a la función
‘sujeto’. Este nuevo caso que conocemos ahora no corresponde a esa función, nunca
encontraremos un nombre en caso vocativo con función ‘sujeto’.
La marcación gráfica que viene dada por las comas nos está sugiriendo de alguna
manera que está como incisa, incluida dentro de la oración, pero al mismo
tiempo en una situación especial. Si leemos la oración exagerando un poco las pausas
sugeridas por las comas -la lectura en voz alta, en la entonación adecuada, a veces ayuda a
la comprensión de la sintaxis-, observamos también que este sintagma se distingue del resto
de la oración.
Para las ocurrencias del caso vocativo, vamos a utilizar la función sintáctica
denominada ‘interpelación’. Si nos ponemos un poco más estrictos, podemos llegar a
darnos cuenta de que una interpelación no entra ni en el predicado ni en el sujeto de la
oración. Quienes han cursado gramática lo deben saber muy bien: la interpelación es una
incidencia extra-oracional. No hay una diferencia esencial entre el uso de la interpelación
en nuestra lengua y el griego. Lo único que ocurre es que en griego tiene una marca que
está dada por esa terminación. En nuestra lengua no, ya que, como vimos la semana pasada,
la flexión del nombre está limitada a los pronombres personales.
Entonces, hay dos instancias extra-oracionales en este texto. Una es la conjunción
que hace referencia a algo anteriormente dicho y no tiene lugar en el conjunto de la
oración y otra es la interpelación, que no forma parte ni del sujeto ni del predicado.
Nuestro primer paso en todo análisis sintáctico va a ser buscar el verbo, fijarnos si
en el texto dado -que va a ser siempre una oración-, hay un verbo. El segundo paso es
observar si ese verbo tiene un sujeto explícito. Ya hemos hablado con ciertos recaudos de la
noción de ‘sujeto tácito’ y hemos introducido la noción de ‘sujeto desinencial’. En nuestro
ejemplo,  (‘eres’) puede tener como único sujeto extrínseco un (‘tú’), así como,
según vimos la semana pasada, (‘soy’) puede tener como único sujeto extrínseco un
(‘yo’). Si no están presentes estos pronombres personales, en una primera o segunda
persona verbales el sujeto es la desinencia. Entonces, en estas formas verbales de primera o
segunda persona, si el sujeto extrínseco a la forma verbal no está dado por el pronombre
personal en nominativo, el sujeto es la desinencia.
Como no tenemos en el texto un , marcaremos ‘sujeto desinencial’ en la forma
:


s.d.

v.
interpelación

Tenemos allí en la oración, además, dos nominativos,y :




Según se observa en la oración, son adjetivos que están unidos por la


conjunción. Tienen la función de predicativo sujetivo, por lo que el análisis completo
de la oración resulta:


n. s.d. n.

pred. suj. predicativo sujetivo

Predicado Interpelación Predicado

Observen que es un articulador interno del predicativo sujetivo y, por ello,
queda en el interior de esa caja, además, naturalmente, de la que marca el predicado.
Además, como se trata de una expresión compuesta, a cada uno de los componentes lo
denominaremos ‘núcleo’.
Con esta marcación gráfica del análisis sintáctico la expresión , la
interpelación, no está incluida ni en el sujeto ni en el predicado.
Van a encontrar muy frecuentemente estos dos adjetivos, y,
unidos por un tiene muy frecuentemente (es una de las primeras acepciones
que les da el diccionario) el significado de ‘bello’, ‘hermoso’, es decir que parece
comportar una determinación predominantemente estética. Por otra parte, ,
‘bueno’, parece comportar una determinación predominantemente ética. Se trata, en todo
caso, de dos determinaciones de valor difíciles de separar una de la otra. Frecuentemente
hallamos la expresión como si fuera un ideal respecto del modo de
ser, de un modo de conducta: “noble y bueno”, “bello y bueno”, éstas son alternativas de
traducción que pueden hallar. Para esta primera aparición nos viene bien ‘noble’ para
y ‘bueno’ para . A medida que avancemos van a ir apareciendo esos
matices de significado que hacen a veces difícil de traducir ciertas expresiones.
La traducción de la oración quedaría entonces: “Pues noble eres, Teeteto, y bueno”.
Fíjense que el ‘pues’ en castellano va preferentemente al inicio de la oración, mientras que
en griego , cuando tenga esa significación, irá siempre en segundo lugar.
Como ven, no traduje el que encabeza la interpelación. Esta forma que acompaña
con cierta frecuencia a la interpelación a veces es traducida por una expresión en total
desuso: ‘Oh’, con un cierto tono de solemnidad. Sin embargo, no se ha podido precisar
totalmente un valor de uso para ella. A veces aparece en contextos muy familiares, casi
como un ‘che’. Noten que ‘che’ es un acompañante de interpelación que nosotros usamos
con mucha frecuencia, a veces acompañando al nombre (‘che, Fulano’) y a veces no.
También aparece en contextos efectivamente solemnes que permitirían esta traducción
un poco arcaizante por ‘Oh’. Por lo general, nosotros no vamos a traducirlo.
Para finalizar el análisis sintáctico, agreguemos que se trata de una oración simple
enunciativa real (O.S.E.R), como ocurrió también con la anterior. La novedad, aparte de la
variación de persona del verbo, es la aparición del caso vocativo y de esta función de
interpelación, en su situación extra-oracional.
Noten que el sujeto desinencial refiere a un ‘tú’ que es la misma persona que lleva
el nombre propio, pero de ningún modo es el sujeto de la
oración, ya que no está en el caso requerido para ello. Uno puede decir ‘María, estás
equivocada’ y ‘María’ es una interpelación, no el sujeto de ‘estás’, que es ‘vos’. También
puedo decir ‘María, Liliana está equivocada’ y allí no hay ninguna duda: ‘María’ es una
interpelación y ‘Liliana’ es el sujeto de la oración.
Tengan en cuenta también que cuando alguien apela, interpela a otro, lo convierte
en su segunda persona. Recuerden, además, que en caso vocativo pueden aparecer los
nombres en general -pronombres, adjetivos o sustantivos (ya sean propios o comunes, en
este último caso)-.
Es un lenguaje de índole impresiva, una señal para que el oyente preste atención y, a
continuación, viene el lenguaje informativo. Puede ocurrir que el sujeto sea esa misma
persona apelada, o no. Pero no hay otra posibilidad sintáctica para el vocativo que la de ser
interpelación. Es un caso fácil de reconocer, porque además los editores suelen poner las
interpelaciones entre comas.

Para completar este punto, véase Sintaxis básica – 2) Posiciones del adjetivo

Vamos al texto número 6:



También es un texto de Platón, del diálogo Timeo. En este diálogo, entre otras
cosas, hay una narración sobre la construcción del mundo por obra de un artesano divino
que aparece realmente como una entidad creadora, que fabrica el cosmos. En un momento
ese artesano divino dice esto.
Las novedades que aporta este texto son diversas. La primera palabra, ,
figura en el diccionario como  con ese guión que indica que allí hay un
prefijo, que es un adjetivo compuesto. Esta alfa con espíritu suave tiene valor negativo.
Seguramente conocen el sustantivo , que significa ‘muerte’. Por lo tanto,
 es ‘inmortal’, ‘no-mortal’. Lo que es nuevo aquí es la terminación omicrón-iota
(). Esta terminación es la que corresponde al nominativo plural de este tipo de
sustantivos y adjetivos que estamos conociendo., entonces, es ‘inmortales’.
La forma corresponde a una palabra invariable, al menos desde el punto de
vista de la flexión, ya que tiene tres formas posibles: , y . Es el adverbio de
negación, significa ‘no’. La forma que aparezca en el texto depende de la inicial de la
palabra que le sigue, pero la primaria es. La kappa () o ji () al final tienen que ver
con cuestiones de eufonía.
La forma  es la segunda persona del plural de presente del verbo, es
decir ‘sois’. El pronombre personal de primera persona plural, en nominativo, es ,
‘vosotros’.
Por otra parte, hay una coma y a continuación tenemos la palabra con la
misma terminación que . Esa coma dice algo, porque en plural, para todo tipo de
sustantivo o adjetivo, las formas de nominativo y vocativo son idénticas. Que allí hay un
vocativo nos lo dice la coma, que no tendría ninguna razón de ser si estuviésemos ante un
nominativo.
Les pido un pequeño voto de confianza. Hagamos un recuadrito para , con eso
estoy indicando que es una conjunción, porque la explicación sobre esta palabra quiero
hacerla cuando trate la oración 7.
Como es una segunda persona y no hay un pronombre personal presente, el
sujeto está presente en la desinencia del verbo, es un sujeto desinencial. El análisis de la
oración, a partir de todo esto, queda:


adv. s.d.
núcleo neg.

predicativo sujetivo v.
Predicado Predicado Interp.

Si el sujeto está en la desinencia, el adjetivo no puede ser más que predicativo. En la


traducción voy a hacer uso de la segunda persona del plural en el castellano no porteño:
“Inmortales no sois, dioses.”
Esto choca con una opinión corriente entre los griegos sobre los dioses respecto de
que eran inmortales. En el contexto de esta oración lo que se dice es que no son inmortales
por derecho propio, sino que han recibido como un don especial esa condición de
inmortales, pero no son inmortales por naturaleza.
Podemos ahora pasar revista a las formas nominales que conocemos:

Caso Singular Plural


Nominativo  
Vocativo  

Volviendo ahora a la oración, observen que en el análisis yo incluí el adverbio de


negación en el interior del predicativo sujetivo. La negación opera sobre el adjetivo, no
sobre el verbo. Negar el verbo implicaría negar la cópula, como un nexo entre el sujeto
desinencial y el predicativo, por lo que si negamos el verbo nos quedamos sin nexo. Lo que
se está diciendo, a pesar de que tanto el texto griego como la traducción tienen el adverbio
de negación justo antes del verbo, es ‘sois no inmortales’. Lo más coherente es integrar,
entonces, el adverbio de negación con el predicativo y no dejarlo con el verbo, porque de
otro modo se anularía el nexo, la relación entre el sujeto y el predicado. La oración dice que
los dioses son algo, y eso que son es ‘no inmortales’.
La oración número 7 nos trae la tercera persona del plural de presente de indicativo
del verbo, de modo que completamos la conjugación del presente de indicativo de
este verbo:
Número Pronombre personal en Verbo Traducción
nominativo
  ‘yo soy’
Sg.   ‘tú eres’
 () ‘él/ella/ello es’
  ‘nosotros somos’
Pl.   ‘vosotros sois’
 () ‘ellos/ellas son’

Vamos a leer el texto:



Como ven, ahí tenemos nuevamente, cuyo tratamiento postergué un poquito
en la oración anterior. La referencia del texto es, también, Platón, Fedón, 69c. , la
tercera persona de presente del plural del verbo,no tiene ny eufónica porque la
palabra que sigue comienza por una consonante.
En este ejemplo tengo que advertirles que la coma que sigue a no está allí
indicando la presencia de un vocativo, sino otro tipo de separación. Esta separación no
solamente está marcada por esa coma, ya vamos a verlo.
Hay cuatro palabras terminadas en Los enunciados son:






La primera palabra es un adjetivo compuesto, eso indica el guión. El componente


 lo tenemos en algunas palabras de nuestra lengua, como ‘semáforo’ o ‘fósforo’.
Son palabras compuestas de origen griego. , en un sentido general, tiene que ver con
la idea de ‘portar algo’. en griego significa ‘luz’, por lo que ‘fósforo’ es ‘portador de
luz’. Del mismo modo un semáforo es ‘portador de una señal’, ya que es ‘signo’,
‘señal’. Lo que porta el es un tirso, es decir una vara con un ornamento
en el extremo que tiene un uso ritual ligado justamente con el culto del dios Baco o
Dioniso. En las celebraciones había un grupo de portadores de tirsos.
Observen que la presentación de es propia de un adjetivo, pero
son adjetivos que luego se fueron sustantivando casi naturalmente. Por ejemplo, en
castellano, el adjetivo ‘sabio’ es más sentido por nosotros como un sustantivo, incluso sin
necesidad del artículo, pero originariamente es un adjetivo.
Es un tema interesante, porque tiene mucho que ver el contexto cultural, que hace
que algunos adjetivos se sustantiven y otros no. Por ejemplo, se dice que en una sociedad
no marcada por el racismo ‘los negros’, frente a ‘los blancos’ (o ‘los amarillos’), esos
adjetivos, no se sustantivarían. De hecho, no decimos ‘los azules’, por ejemplo.
El segundo adjetivo significa ‘muchos’. Está anotado en plural, porque las formas
que corresponden al singular tienen ciertas anomalías que nos impiden presentarlos con el
sistema que ustedes vienen conociendo. En plural, sin embargo, no presenta ninguna
dificultad.  es el nominativo plural masculino, el nominativo plural
femenino, y el nominativo plural neutro. Por ahora, sólo nos interesa la forma de
masculino plural, no nos compliquemos innecesariamente.
El siguiente nombre, , puede ser encontrado con minúscula o con
mayúscula. Con mayúscula, significa ‘Baco’, uno de los nombres del dios Dioniso. Con
minúscula, ‘bacante’, que es el sacerdote, el celebrante de este dios Baco o Dioniso.
A continuación es un adjetivo de dos terminaciones. Algunos adjetivos
son desde su origen de dos terminaciones, no son compuestos, y tardíamente, en algunos
casos, desarrollan una forma de femenino. Significa ‘poco’.
Las tres palabras que restan en la oración,,  y  son conjunciones.y
son presentadas en el diccionario mediante el recurso gráfico  ….., porque suelen
actuar en correlación. Su valor es o bien adversativo o bien acumulativo, depende del caso.
Hay un cierto predominio del valor adversativo, a tal punto que el diccionario como
traducción de una y otra, les propone la fórmula ‘por una parte…..por otra’. es ‘por
una parte’ y ‘por otra’ es .
En este texto y están estableciendo una relación entre dos hechos, pero
además, la conjunción, que es una palabra enclítica, no tiene acento propio, sino que se
apoya en el acento de la palabra anterior, es una conjunción copulativa. y están
oponiendo dos situaciones y las está poniendo en otra relación, porque al mismo
tiempo, esas dos situaciones opuestas, se dan juntas. Eso es lo que indica 
Vamos a cerrar esta oración luego, pero les dejo un análisis oral.,y  van
a ser recuadrados, porque son tres conjunciones. Los dos primeros están en pareja, mientras
que va sólo. En la oración hay dos unidades sintácticas, separadas por la coma. En la
primera, está usada como sustantivo, está puesta en el mismo nivel
que,que es un sustantivo.
Les sugiero una primera aproximación de análisis sintáctico. Hasta la coma, el
sujeto es . El verbo , en tercera persona del plural del
modo indicativo, está expresando un sentido existencial. En griego, este verbo puede
significar ‘ser’, ‘estar’ o ‘existir’.
Por lo tanto, la primera parte del texto dice: “Existen muchos”,
todavía no traduzco. Eso es lo que se da por una parte, lo que está
indicado por el .
En la segunda parte, siendo consecuente con el análisis de la primera parte, tengo
que tomar  como sujeto y reponer otro verbo entre corchetes
angulares (<>), un signo gráfico que me permite integrar algo a un texto que no se
encuentra originalmente allí. Es decir que la segunda parte, quitando las conjunciones, está
limitada a un sujeto, porque el verbo es el que ya se mencionó, no se reitera. En la
traducción ocurre lo mismo: “Existen, por una parte, muchos  y, por otra
parte, pocos bacantes”. El ‘y’ es el , mientras que ‘por una parte’ y ‘por otra parte’
corresponden respectivamente a y .
Ésta es una posibilidad de análisis y la traducción que acabo de dar es coherente con
ese análisis. Pero hay textos que tienen más de una posibilidad de análisis y traducción,
cosa que van a ver con este mismo texto la semana que viene. Cuando uno se decide por
uno de los posibles, la traducción tiene que ser coherente con ese análisis elegido. Eso es
muy importante para tener en cuenta.
Finalizamos con un primer análisis del texto número 7 de la lección :



Les anticipé la posibilidad de abordar este texto de otro modo que no implica una
gran diferencia respecto del análisis ya propuesto. Sin embargo, quiero insistir en algo. Nos
vamos a encontrar más de una vez con textos que se puedan analizar de más de una manera.
Ante esa situación, puede pasar que quien aborda el texto no se dé cuenta de que hay más
de un análisis posible, y que lo resuelva correctamente. Allí no hay inconvenientes. La
segunda posibilidad es advertir que el texto da para más de un análisis y preferir uno, por
distintas razones. En ese caso, es muy importante que la traducción sea coherente con el
análisis sintáctico elegido. Siendo rigurosos con el análisis sintáctico, se está ejercitando y
configurando un modo de pensar.
Suelo citar un pasaje de Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar, en que
Adriano dice algo así como que la gramática, por ser una mezcla de regla lógica y uso
arbitrario, va preparando a los jóvenes para decodificar otros modos de pensamiento, que
están expresados en distinto tipo de textos. Me gusta mucho esa observación, porque
precisamente es esa concurrencia de regla lógica y uso arbitrario lo que hace a la gramática
particularmente rica para trabajar en esa dirección. Aquí esto se da ya con la perspectiva
adulta, aunque por supuesto sería deseable que en la escuela se implementara el estudio de
la gramática teniendo en cuenta esto. Por lo general, se lo instrumenta de una manera
mecánica que provoca con toda razón el rechazo del aprendiz, del alumno, porque no le
encuentra sentido. De manera que aquí estamos haciendo un ejercicio muy modesto, si se
quiere, de ejercitar un modo de pensar que después se va a ir enriqueciendo cuando
abordemos textos más complejos.
Les voy a comentar ahora la segunda posibilidad de análisis de este texto 7. Ya
están ustedes al tanto del valor de los articuladores y  y también respecto del valor
de . También hemos visto que, por ese juego de articulación, el texto puede ser dividido
o abordado sistemáticamente diferenciando dos unidades sintácticas, separadas por una
coma. Vimos también que no es necesario, aunque pueda resultar conveniente en un paso
de aproximación a la comprensión integral del texto, reponer en la segunda parte el verbo,
repetirlo. En esta oración compuesta hay dos sujetos y dos predicados. En nuestro análisis
del sábado anterior tomamos y,
respectivamente, como sujetos, y entendimos que el verbo tiene una fuerza
existencial. Tradujimos, exagerando un poco en la traducción de las conjunciones: “Por una
parte, existen muchos portadores de tirsos, y por otra parte, pocos bacantes”. También en la
traducción podríamos reponer el verbo en la segunda parte y decir ‘…por otra parte
<existen> pocos bacantes’.
La segunda posibilidad, que tiene que ver con la complejidad semántica del verbo
en griego, podría ser tomar y como sujetos de cada una de las
partes, y y como predicativos sujetivos:



V. Predicativo sujetivo
Predicado Sujeto P.=P. Suj. Sujeto

Salvo el sustantivo , el resto son todos adjetivos. es


el enunciado en nominativo plural de un adjetivo que presenta ciertas anomalías en singular
y, por eso, lo vamos a encontrar por ahora solamente en plural. La traducción, a partir de
este análisis sintáctico, resulta: “Por una parte, muchos son portadores de tirsos, y por otra
parte, pocos <son> bacantes”. Observen cómo el segundo ‘son’ va entre paréntesis
angulares, para que el lector comprenda que se trata de un agregado.
Caso acusativo
La oración siguiente nos trae un nuevo caso. Nosotros conocemos el nominativo,
que puede tener las funciones sintácticas de sujeto o predicativo sujetivo, y el vocativo, que
tiene la función de interpelación. La función que vamos a conocer ahora en el texto número
8 es la de objeto directo. La noción de objeto directo es seguramente más o menos familiar
para ustedes, siquiera por la práctica escolar. Además, el texto número 8 nos trae un nuevo
tipo de verbo. En griego hay dos grandes grupos de verbos. Si reparamos en lo que ocurre
en castellano, tenemos tres grupos, según el infinitivo termine en ‘-ar’, ‘-er’ o ‘-ir’. En
griego, si bien solamente trabajamos hasta ahora con el verbo ,los dos grandes grupos
son los terminados, en primera persona del singular del presente de indicativo de voz activa
-cuando sea posible distinguir entre voz activa y voz pasiva-, en ‘’ y los terminados en
‘-’. Vamos ahora al texto:



El verbo es , y la relación de la omega () con la primera persona del


singular ya apareció en cierto modo en el pronombre personal de primera persona del
singular . Fíjense hasta qué punto se puede hablar de la existencia de un verdadero
sujeto desinencial. En este caso, sí tenemos un sujeto extrínseco,. Ustedes conocen
, pero aquí lo tenemos acompañado de un elemento de énfasis que pueden encontrar
escrito en forma separada o, como en este caso, asociada gráficamente con la palabra
anterior, formando parte de ella. En cualquiera de los dos casos es un elemento enclítico, es
decir no acentuado, que se tonifica gracias a la palabra que precede. Semánticamente tiene,
entonces, un valor de énfasis. Luego, en la traducción, vamos a ver cómo distinguimos
de un simple ‘yo’. es una palabra invariable, así que cuando se unifica con
otro, conformando una sola palabra, la parte que varía es la anterior a . En , por
ejemplo, tendremos la declinación normal de y, a cada una de sus formas, de sus
casos, le agregaremos el detrás. Se me ocurre mencionar que en latín hay más de un
adverbio enclítico que cumple esta función. Por ejemplo, ‘- met’, ya que hallamos ‘ego-
met’, que resulta equivalente a . Por supuesto, lo que se declina es el pronombre, y
se le agrega el enclítico detrás, que permanece sin variación.
Inmediatamente después de  tenemos la forma . Se trata de una forma
del sustantivo . No olviden que en los enunciados del diccionario de y de
 aparecen los dos artículos, el masculino y el femenino. Aunque hay un
sustantivo femenino , sin embargo aparece también en los textos utilizado como
femenino, por eso figuran ambos artículos en su enunciado. Se trata de un sustantivo de
género común. Precisamente en el contexto de nuestro texto, en este brevísimo pasaje de la
Electra de Sófocles, no está referido a un dios masculino, sino a una diosa, una figura
femenina. No es la única palabra que tenemos en acusativo en este texto: la forma
también es un acusativo. Observen que en el texto está con acento grave, pero se trata
de una forma que puede tener o no acento gráfico, ya vamos a ver por qué. Sé trata del
acusativo singular del pronombre de segunda persona .
A continuación tenemos el ya conocido con apóstrofo que equivale a un , es
una conjunción con valor predominantemente adversativo. Cuando está en un segundo
lugar, una segunda sede, no está marcando una relación interna de la oración, sino
refiriendo a algo anterior. En el contexto, se lo narro brevemente, Electra se encuentra con
Helena de Troya, su tía, hermana de Clitemnestra. En un momento del diálogo, Electra le
dice que todos la consideran una mortal, y agrega “pero yo…”, y allí viene la oración que
estamos resolviendo. El ‘pero’ es el , el ‘yo’ es el . Este contexto es lo que
justifica el énfasis puesto en el , es como si dijera: ‘Todos te consideran una mortal,
pero yo, en lo que a mí respecta, …’.
En el análisis, comenzamos por marcar a como verbo y a como
sujeto. El verbo figura en el diccionario tal cual está en la oración, en la primera persona
del singular. Éste es un verbo en cuya raíz está básicamente la noción de reparto, de
distribución. Por eso, las primeras acepciones que trae el diccionario son ‘repartir’,
‘distribuir’, ‘asignar’, ‘atribuir’. Más adelante, prácticamente como última acepción antes
de una doble barra que anuncia las significaciones en ‘voz media’ (algo que oportunamente
veremos), se nos da la acepción ‘considerar como’ y, entre paréntesis, se aclara que en esta
acepción el verbo lleva dos acusativos, uno objeto directo y otro predicativo de ese objeto
directo. Y se da como ejemplo “” que significa precisamente ‘<considerar> a
uno como un dios’. El diccionario utiliza el procedimiento de poner en primer lugar la
acepción originaria del término, el significado concreto, por así decir -aunque hay que tener
cautela en esto de ‘concreto’ y ‘abstracto’-, precediendo las significaciones derivadas. Hay
que considerar, sin embargo, que nosotros estamos estudiando ático, que supone una larga
evolución de la lengua, y no estamos en el plano de una lengua más originaria. No se
sorprendan entonces por la diversidad de acepciones que pueden hallar en algunos
enunciados del diccionario (esto se repite en el caso de, por ejemplo, el verbo , que
en ático siempre va a tener el significado prioritario de ‘decir’ -compruébese la acepción
primera de nuestro diccionario: ‘recoger’-).
Esta incursión por el diccionario apunta a que, de manera predominante en los
textos que vamos a trabajar, el verbo va a aparecer en este último sentido de
‘considerar’, no en el sentido de tener una deferencia, un trato considerado, sino como una
actividad mental, de juicio. Vamos a ver un ejemplo en castellano, teniendo en cuenta que
no en todas las comisiones han podido ejercitar análisis sintáctico sobre ejemplos del
castellano.
Tomemos los siguientes ejemplos: ‘Considero esa anticuada costumbre’ y
‘considero anticuada esa costumbre’. En los dos ejemplos hay un acto de juicio, de
evaluación, de actividad mental. ‘Considero esa anticuada costumbre’ quiere decir que
examino la costumbre, o que estoy dispuesto a examinarla. Si pensamos esta oración desde
la perspectiva sintáctica, ‘considero’ es un verbo que parece exigir que se dé cuenta de cuál
es el objeto de ese acto de considerar, es un verbo que parece no tener un sentido completo,
está pidiendo algo más que complete el sentido de la expresión. De hecho, si apareciera en
una oración sin ese complemento, entonces haría falta una explicación de contexto,
respecto de por qué es tan evidente ese objeto que no hay que repetirlo, o se esperaría una
pregunta de ustedes, respecto de qué es lo que está bajo consideración. Desde esta
perspectiva, ‘esa anticuada costumbre’ es una unidad sintáctica, que justamente viene a
completar el sentido del verbo. Independientemente de cómo analicemos la relación entre
las tres palabras que conforman esta unidad, no es posible negar que se trata de una unidad:
es el objeto directo del verbo.
En el segundo ejemplo tenemos las mismas palabras, pero con una variación en el
orden. Si exageramos un poco las pausas al leer, tendríamos
3
/considero#anticuada#esacostumbre/. Allí estoy marcando una separación entre dos
estructuras diferentes, no ya una sola, además del verbo. En este segundo ejemplo, el objeto
directo es ‘esa costumbre’ y ‘anticuada’ es una determinación que está referida al objeto
directo, está concertada en género y número, pero está mediada por el verbo. En la primera
oración, ya doy por anticuada a la costumbre, lo doy como un dato, como un hecho. En
cambio, en la segunda, la determinación de ‘anticuada’ no está dada, sino mediada por una
apreciación subjetiva. Ésa es la función que vamos a denominar ‘predicativo objetivo’. Así
como el predicativo sujetivo es una determinación del sujeto mediatizada por el verbo, en el
caso del predicativo objetivo ocurre lo mismo, sólo que la determinación está referida al
objeto directo.
En el primer ejemplo podríamos suponer que si alguien hace un uso sofístico de la
lengua, en el sentido de que su intención fuera decir que es anticuada la costumbre, pero no
quisiera que se develara como opinión propia, colocaría el adjetivo en posición atributiva, y
de esta forma ocultaría su subjetividad, quedando la determinación ‘anticuada’ como
existente de suyo en el concepto en cuestión. En el segundo caso, se evidenciaría la
intención, el enunciado queda abierto a que alguien responda, por ejemplo, que no, que la
costumbre en cuestión no es anticuada, o lo que fuere. En el primer caso, entonces, la
posición atributiva es consustancial con el núcleo, en cambio, en la predicativa, pasa a
través del verbo, lo que implica una dosis de subjetividad.
En el texto de la Guía, es precisamente esto lo que tenemos:



o.d. v. p. obj.
Predicado Sujeto Predicado

3
# = silencio pronunciado (Nota del desgrabador)
Traduzco, entonces, partiendo desde la conjunción: “Pero yo, por mi parte, te
considero <una> diosa”. Este ‘por mi parte’ que introduzco entre comas viene a dar cuenta
del , de ese énfasis que recae sobre la primera persona. En la oración tal como la
tenemos, sacada de contexto, no hay ningún elemento que nos permita saber si debemos
traducir ‘diosa’ o ‘dios’, las dos posibilidades son válidas. De acuerdo con el contexto, que
en este caso les acerqué, estas palabras van dirigidas a una mujer, a Helena de Troya, así
que traducimos ‘diosa’. ¿Por qué pongo ‘una’ entre paréntesis angulares? Partamos del
hecho de que el uso del artículo en griego y en castellano difieren. A veces coinciden y, a
veces, no. Un sustantivo sin artículo en griego puede corresponder, en castellano, a un
sustantivo con un artículo indefinido. En este caso me parece lo más adecuado, porque ‘te
considero diosa’ no queda muy bien, es mejor ‘te considero <una> diosa’ -es decir entre las
divinidades actuales y posibles-.
Lo central en cuanto a este texto, desde el punto de vista gramatical, es que reparen
en la terminación del acusativo . Voy a exponerles ahora sistemáticamente en un
cuadro las formas que conocemos, agregando la del genitivo, que pronto van a ver
funcionando en un texto, aunque no señalo su función, porque lo vamos a ver en acción
cuando aparezca:

Casos Declinación Funciones sintácticas


Nominativo  Sujeto / predicativo sujetivo
Vocativo  Interpelación
Acusativo  Objeto directo / predicativo objetivo
Genitivo  ---

El caso acusativo, que nosotros conocemos ahora como objeto directo,


primitivamente era el caso que se oponía al nominativo y hacía de complemento o
limitación de todo verbo. Después esto se fue parcelando en otros casos y quedó el
acusativo como el límite de los verbos que denominamos ‘transitivos’, es decir de todo
verbo cuya selección pida un complemento que limite el sentido de su propia semántica,
‘ver algo’, ‘juzgar algo’, con los diversos grados que esto puede tener, como objeto directo
a secas, objeto directo y predicativo, objeto directo y objeto indirecto, etc. Otra cosa para
tener en cuenta es que en griego el objeto directo no va con preposición, aun cuando se
refiera a personas, cuando en castellano en ocurrencias paralelas acudimos a la preposición
‘a’: ‘ver algo’ frente a ‘ver a alguien’. En griego, tenemos sólo el acusativo tanto para lo
personal como para lo cósico.

Vamos a pasar ahora al texto número 9:




Se van acumulando las novedades. Empecemos por lo conocido:  es


un sustantivo masculino como indica este enunciado, y significa ‘abuelo’. Por lo tanto, la
forma está en acusativo. es el acusativo del artículo , luego lo
esquematizamos. Esto es lo único que podemos resolver, porque las dos palabras siguientes
traen novedades.  es una forma verbal de un verbo que corresponde al grupo
de los verbos terminados en . Es la segunda persona del singular, en el diccionario habrá
que buscar . Este verbo tiene que ver con una palabra de la que nosotros
hacemos un uso cotidiano como ‘terapia’. significa ‘cuidar’, ‘asistir’, en el
sentido de ‘prestar asistencia/cuidado’. Vamos viendo entonces la flexión del presente de
indicativo de los verbos terminados en omega (). La conjugación de presente del modo
indicativo, en voz activa, de este verbo, es:

Conjugación de presente





()
Infinitivo: 

En la página 40 de Materiales…está todo el panorama verbal, pero en ese cuadro


ustedes deben concentrarse sólo en esta parte que ya conocen, es decir en el presente de
indicativo de la voz activa.
Como en la oración no tenemos el pronombre , el único que podría estar como
sujeto extrínseco, marcamos en el análisis, en la desinencia del verbo, ‘sujeto desinencial’.
El verbo ‘cuidar’ nos reclama un objeto directo, que está mentado en el sustantivo en
acusativo.
Esto está tomado de un texto de Jenofonte, en una circunstancia en que una madre
ve cómo su hijo pequeño cuida con mucho esmero y atención al abuelo.
Tenemos, finalmente, la palabra , relativamente familiar. Ya conocemos el
adjetivo . Pero la terminación -no corresponde a ninguna de las formas
de la declinación del adjetivo , no es un caso, sino un sufijo que corresponde
grosso modo a nuestro sufijo ‘-mente’. Es un sufijo muy productivo de adverbios de modo.
Tenemos en castellano, por ejemplo, el adjetivo ‘correcto’ y el adverbio ‘correctamente’.
Algo análogo se da en griego. Si de la forma del nominativo singular masculino del
adjetivo separamos la terminación que no es estrictamente la desinencia –supongo
que ya habrán leído la “Introducción al estudio de la lengua griega”-, sobre la base restante
se configura el correspondiente adverbio de modo agregando el sufijo -.Si traducimos
 por ‘noble’, el adverbio  significará ‘noblemente’. El análisis de la oración
nos queda:


s.d.
compl.
objeto directo de modo v.
Predicado

Tengan en cuenta que no figuran en el diccionario todos los posibles adverbios en -


, sino, que cuando aparece una palabra terminada así, la mayoría de las veces es
necesario buscar el adjetivo correspondiente, es decir reconstruir, sobre el tema del
adjetivo, el nominativo singular, como en este caso . No interesa tanto el acento,
porque el lugar y la forma del acento pueden variar.
La traducción de la oración queda: ‘Noblemente atiendes al abuelo’. Al poner el
adverbio en primer lugar, le doy cierto relieve, porque es el modo de atender lo que, según
el contexto, le ha llamado la atención a la madre.
Voy a reproducir ahora el cuadro de la declinación, anteponiendo a cada una de las
formas de el artículo:

Caso Artículo masculino Declinación


Nominativo  
Vocativo ---4 
Acusativo  
Genitivo  
Dativo  

4
En vocativo no se usa artículo.
Presten atención a que en dativo aparece un signo debajo de la omega. Es la llamada
iota suscrita (). En la página 21 de la Guía los tres renglones finales aluden a la iota
suscrita, así que pueden hallar allí la información pertinente. Puede aparecer debajo de
,u .
Volviendo un instante a la oración que recién resolvimos, quiero mencionarles algo
respecto del artículo. El panorama del artículo en griego es bastante complicado, no vamos
a hacer una exposición previa de conjunto respecto de todos los matices y usos que pueden
darse con la presencia o ausencia de artículo, así que nos vamos a ir aproximando
lentamente. Hay casos en castellano en que el artículo equivale a un verdadero posesivo.
Pensemos por ejemplo en ‘María se quedó con la madre’: aquí no hay duda de que se habla
de la madre de María, entendemos allí ‘su madre’. Claramente el artículo está indicando
una relación de pertenencia, posesión. Es lo que se ve en el texto que resolvimos, porque la
madre le dice al chico ‘noblemente atiendes a tu abuelo’, de hecho el conocimiento del
contexto refuerza este particular matiz en el uso del artículo. En griego también se da este
matiz del artículo, coincidencia que no siempre se observa.

Vamos ahora a hacer el texto 42:



es un adjetivo: ‘rico en voces’, ‘famoso’, ‘muy renombrado’. El


camino que siguen las yeguas que conducen a Parménides por el camino de la diosa es
mencionado en el poema de Parménides como un camino. Aquí está
utilizado como el nombre propio ‘Polifemo’, el nombre del cíclope que protagoniza el
drama satírico de Eurípides.
Aquí hay presente un fenómeno que hemos visto reiteradamente: , que está
en tercera persona del plural, lleva un objeto directo y un predicativo objetivo, ya que
significa ‘llamar’, en el sentido de ‘denominar’.
El adjetivo está integrado en ese conjunto de adjetivos que son
predominantemente atributos. Sin embargo, la comunidad hablante ha usado los casos
oblicuos -acusativo, dativo y genitivo, aunque este último en menor medida-, como
pronombre de tercera persona singular o plural, masculino o femenino o neutro, según la
forma en que aparezca, en las funciones de objeto directo, dativo de interés o la que
correspondiere a un genitivo. Como pronombre de tercera persona equivale en esta oración
a un ‘lo’ pronominal castellano, como en ‘lo veo’, acusativo singular del pronombre ‘él’.
‘Lo’ es el acusativo de ‘él’, como en ‘la veo’, ‘la’ es el acusativo de ‘ella’. Por lo tanto, en
esta oración tenemos:



v. pvo. obj. objeto directo

Predicado

La traducción es: “Y lo llaman Polifemo.” Invierto en la traducción el orden de las


palabras para que quede mejor, en castellano el pronombre suele ir delante del verbo. Otra
posibilidad es “Llaman a él Polifemo.”
Prof. Castello: El indoeuropeo ha munido de formas, a través de la noción de sujeto
desinencial, todo lo que sean primeras y segundas personas. Para la tercera persona, que no
tiene formas fijas, se recurre a los demostrativos. Por lo tanto, un , ,
, etc. Cuando esa tercera persona está funcionando como objeto directo o indirecto,
complemento de especificación, ‘lo’, ‘a él’, ‘de él’, la lengua toma lo que se denomina
‘casos oblicuos’ de.
Prof. Juliá: En efecto, y tengan en cuenta que en dativo () hay que traducirlo
por ‘le’.

Caso dativo
Vamos a la oración número 5:



Se trata de un pasaje muy breve extractado del Edipo Rey de Sófocles, el verso 314.
Conocemos ya la conjunción  y vimos que, como conjunción, del mismo modo que ,
hace una referencia retrospectiva y tiene un valor explicativo, a veces más fuerte, casi
causal, y a veces con un valor más atenuado. También para traducir un texto tan breve de
una manera adecuada, tenemos que hacer alguna referencia al contexto. Es el momento en
que hay una gran expectativa en el pueblo de Tebas y en Edipo respecto de la peste que está
devastando a la ciudad. Se le ha encomendado al adivino Tiresias que haga una consulta
oracular, para ver si es posible llegar a conocer la causa de esa peste, sentida como un
castigo divino. En el momento en que vuelve Tiresias, Edipo lo apura para que hable, le
cuente el resultado de su misión, y le dice esto, . En su momento
anticipamos que es la primera persona del plural del presente del indicativo del
verbo , es decir ‘somos’, ‘estamos’, ‘existimos’. Por lo tanto, marcamos en la
desinencia del verbo el sujeto desinencial. Nos viene muy bien esta oración, precisamente
porque acabamos de ver el caso acusativo singular del pronombre personal . El caso
genitivo singular es y el dativo singular, les adelanto, es . De esta manera, van
conociendo ya todos los casos, y la declinación de este pronombre personal. Para la palabra
, que utilizamos como modelo, el dativo singular es . Podemos establecer una
distinción en cuanto al hecho de que las funciones del nominativo y del vocativo son las
que ya conocemos, no hay más, pero acusativo, genitivo y dativo son casos que tienen
variadas funciones. Tratándose de estos tres casos, podemos hallarlos, como en el texto
número 8, solos, es decir por ejemplo un acusativo solo como había en ese texto, y eso
basta para dar cuenta de una función sintáctica, pero también hay muchas situaciones en las
cuales el caso solo no basta para indicar una función, sino que necesita asociarse con una
preposición. Todavía creo que se estila la recitación de las preposiciones como práctica
escolar: ‘a, ante, bajo, cabe, con, contra….etc.’.
La palabra que aparece en primer término en este texto número 5 () es una
preposición que se asocia únicamente con el caso dativo. La preposición más un
nombre en caso dativo nos da básicamente una indicación de lugar, la misma indicación de
lugar que en castellano da la proposición ‘en’, por ejemplo cuando decimos ‘en casa’. Claro
que hay que tener en cuenta la denominada ‘polisemia de las preposiciones’. No siempre un
‘en’ indica lugar -lo mismo ocurre con las preposiciones en griego-, ya que podemos decir
‘en orden’, ‘en resumen’, ‘en pocas palabras’, y no es lo mismo que decir ‘en casa’. Sin
pensarlo demasiado, asociamos la preposición ‘en’ con una indicación de lugar, pero tengan
en cuenta, esto pasa también en griego, que no siempre es necesariamente así, aunque
podamos partir de ese valor básico o primario y decir que  con dativo señala ‘lugar en
dónde’. Provisoriamente, después vamos a afinar un poco esto, a la expresión
vamos a señalarla como ‘complemento de lugar’ en el análisis sintáctico. Es tan
sólida la asociación de con  que la palabra pasa al tercer lugar, ya que
cuenta como una unidad. El análisis sintáctico resulta entonces:


s.d.
c. de lugar v.

Predicado Predicado

La traducción literal es “Pues en ti estamos”. En distintas traducciones de Edipo Rey


pueden encontrar traducciones como ‘Estamos en tus manos’ o ‘De ti dependemos’. El
sentido es ése, pero literalmente dice ‘Pues en ti estamos’.
Una cuestión secundaria: las formas y  no tienen acento propio, son
enclíticas, pero pueden adquirirlo por distintas circunstancias. En el caso de la oración que
acabamos de hacer, ocurre que la palabra que encabeza el texto es también una palabra
enclítica y no puede haber dos palabras enclíticas seguidas encabezando una oración.
En cuanto a la cuestión de las preposiciones, quisiera agregar muy brevemente algo
respecto de su origen adverbial. Estamos acostumbrados a trabajar con la categoría de
preposición en nuestra lengua, pero si observamos bien, ‘preposición’ alude a algo
meramente topológico, referido al lugar, prae-pono es ‘anteponer’, ‘colocar delante’. En
realidad, desde el indoeuropeo, la preposición no surge de la lengua como categoría
autónoma, sino que las preposiciones eran originariamente adverbios. En un estadio
determinado, es cierto que la preposición se asocia a un caso, ‘rige’ un caso, pero sepan
que lo que la preposición vino a hacer en el origen de la lengua era reforzar el valor
semántico que el caso ya poseía por derecho propio. Si un dativo griego refería al lugar
constitutivamente –por el sincretismo con el locativo operado en su morfología- la
‘preposición’ –que en este caso necesariamente tenía que ser un adverbio relacionado con
el lugar- venía a precisar eso, dado que el dativo podía tener otras significaciones posibles.
Tanto es así, que de otra manera no podría explicarse esa contradictio in terminis de una
‘preposición pospuesta’, con que se suele dar cuenta del latín me.cum o te.cum. Los
ablativos te y me, en latín, ya de por sí refieren a la idea de ‘compañía’, el cum viene a
reforzar eso. Entonces, las preposiciones son originariamente adverbios, tengan eso
presente.

Vamos a hacer ahora la oración número 13:



El verbo que hay que buscar en el diccionario será , ‘creer’, en primera
persona singular presente del indicativo. Aquí en la oración lo tenemos en primera persona
plural. Como no está presente un pronombre personal de primera persona plural (), el
sujeto será desinencial. La primera palabra de la oración, , es un artículo en caso
dativo y en número plural. Lo mismo ocurre para el sustantivo . En el cuadro de la
página 30 de la Guía pueden ver ustedes, como habíamos dicho, el cuadro correspondiente.
En el diccionario tienen que buscar el nominativo, con su terminación de genitivo y el
artículo: .
En una posición muy significativa, la posición atributiva, hay otra palabra con una
terminación que no conocemos: . Es una palabra invariable, un adverbio,
‘antes’. Por la posición en la que está, tenemos que pensar en el artículo y el sustantivo
como núcleo y no disociar esta palabra de ese núcleo, porque es muy evidente la intención
del griego de colocar este adverbio allí. Permitan entonces que entre paréntesis, si bien es
un adverbio de tiempo, ponga atributo. Esto es irreproducible en castellano: ‘los de antes
razonamientos’ no va, es absurdo. Lo importante sin embargo en esta oración es la
aparición del dativo sin preposición:


s.d.
adv. tpo. (atributo) núcleo
dativo de interés v.
Predicado

Si recuerdan, el genitivo con preposición era un , un tipo de


complemento de lugar,y sin preposición, un complemento de especificación. Cuando se
trata del dativo acompañado con preposición (sobre todo con la preposición ), teníamos
otra determinación locativa, el , y sin preposición será un dativo de interés.
El caso dativo como tal nos llevaría a una analogía inmediata con el objeto indirecto
en castellano. En griego tiene usos más extensos, porque puede aparecer con preposición.
En castellano, el objeto indirecto tiene que ver siempre con una persona o una cosa
personificada, es la entidad personal -aunque sea cósico está tomado como una persona- en
aras de la cual se realiza la acción. Extremando eso se llega a la idea del dativo originario,
sin preposición. Como habíamos observado con respecto al genitivo en latín, que
conservaba el valor originario que tenía en indoeuropeo, así en latín todo dativo es de este
tipo, no está contaminado por el uso preposicional, es dativo de interés. Vamos a llamarlo
dativo de interés porque representa la persona en interés de la cual se hace la acción. La
particularidad del dativo de interés va a ser que muchos verbos que en castellano llevan
objeto directo, en griego llevan un dativo, en lugar de la expectativa de acusativo propia de
nuestra lengua. Determinados verbos como ‘confiar’ o ‘ayudar’, que indican una
proximidad, un interés muy grande, positivo o negativo, ese tipo de verbos en griego van
con dativo. Es el caso de la proximidad. Se suele decir que es el caso ‘simpatético’: que
comparte el mismo que el sujeto. Es como el otro yo de la oración, siempre el yo
se enfrenta con un dativo. No se extrañen, entonces, cuando lean en el diccionario que un
verbo va asociado con un dativo.
Leamos ahora la información que nos da el diccionario para el verbo ,
porque allí tengo que encontrar la clave de este dativo. En la página 481, primera columna,
el diccionario nos dice “creer, confiar [en uno, dat.]”. De manera que así es la selección del
verbo. Entonces, la traducción queda: “Confiamos en los razonamientos anteriores”.
Observen que el adverbio no puede ser reproducido en castellano, lo traduje como un
adjetivo. No podemos reproducir esta oración en nuestra lengua tal cual, hay que recurrir a
las cosas que nos permite nuestra lengua.
Entonces, el dativo de interés siempre es un dativo sin preposición, aunque la
recíproca no es válida: puede haber uso del caso dativo sin preposición que no
correspondan a la noción de dativo de interés, como se verá más adelante (véase, por
ejemplo el caso del complemento de medio o instrumento en 25, tratada en ocasión de la
voz media).

Caso genitivo
Vamos ahora al texto 38:



 Se trata de una breve cita de la tragedia Ión de Eurípides. Ya saben que un en
segundo lugar hace una remisión a algo del contexto previo. En el diccionario el verbo les
figura con una separación que indica que tiene en su composición un
prefijo:. El prefijo ya nos apareció en relación con algún nombre
como la preposición . Esta preposición se asocia con genitivo, pero también con
acusativo o dativo.
Es importante tener en cuenta la composición del verbo porque el acusativo
está determinado por ese prefijo. El diccionario les da la acepción ‘transgredir’ y
los induce a pensarlo como un verbo transitivo con objeto directo. Pero si pensamos que
 es un verbo de movimiento, intransitivo, en realidad el acusativo está no en función
de objeto directo, sino como parte de un complemento que contiene a ese acusativo, pero
que está motivado por el prefijo .
Remítanse a la oración número 16, en donde ocurrió algo similar.
 significa ‘marchar’, ‘caminar’ y  es ‘caminar al costado’ o
también ‘caminar al margen’. De hecho, las expresiones
yson equivalentes.
El genitivo es un complemento de especificación de . La función
sintáctica de este genitivo es ‘complemento de especificación’, el equivalente a un
modificador indirecto en castellano.
En latín todo genitivo es un genitivo puro, indoeuropeo, y la función primera del
genitivo fue la de especificar el núcleo al cual se haya aplicado. En Materiales…, en
oportunidad del tratamiento de los casos, en la página 13, se dice (leemos la parte
pertinente):
El genitivo señala fundamentalmente dos grupos de relaciones. Por un
lado, cuando se emplea sin preposición, significa la parte que se sustrae de
un todo, la especificación [...].
El genitivo, sin preposición, casi siempre indica la parte que se extrae de un todo. Por
ejemplo, en ‘La casa de Juan’ tenemos ‘de Juan’ especificando. Se trata de un concepto que
se aplica a otro para especificar, determinar, en qué extensión tiene que ser tomado ese otro.
Entre todos los ornatos posibles, aquí tenemos los ‘ornatos de dioses’, se limita la
extensión. Cuando se adosa un sustantivo en caso genitivo a otro sustantivo nace una nueva
entidad, porque ‘la casa de Juan’ se separa de las casas que no son de Juan.



comp. s.d.
de esp. núcleo adv.
nú- neg. cleo
comp. de modo () v.

Predicado

La traducción es: “Pero no marchamos al margen de la ley del dios.”


En la acepción que da el diccionario, ‘transgredir’, tenemos el prefijo ‘trans-’ que de
algún modo nos indica lo mismo que .
En cuanto a la negación, observen que afecta a la determinación de modo, ya que el
movimiento, el caminar o marchar, se lleva a cabo efectivamente, por lo que no se está
negando el verbo. Por otra parte, si asimilamos esta expresión a un complemento de lugar,
tendremos un, estaremos más cerca de este tipo que de cualquiera de los
otros. Sin embargo, se trata más bien de un complemento de modo, ya que nos resistimos a
la cómoda fórmula ‘complemento de lugar figurado’. Se está usando una metáfora locativa
para referir a un modo determinado de vivir, a una conducta. Si dijera ‘camino al costado
del camino’ ahí sí estaríamos ante un complemento de lugar.
En el, además, hay un dinamismo que lo diferencia de lo que ocurre
en el caso del lugar desde dónde o el lugar en dónde, que son puntos estáticos en el
espacio.
Por este tipo de cuestiones es muy importante prestar atención a la separación con
que presenta el diccionario los prefijos que intervienen en la composición de algunos
nombres, verbos o adverbios.
Estos son temas para pensar, reconsiderar y comparar con otros textos análogos, de
manera de ir integrando las novedades con lo ya visto y conocido. Hay varias maneras de
hacer ese tipo de análisis, pero no olvidemos que nosotros no estamos haciendo gramática
por la gramática misma, sino en la medida en que nos aproxima a ciertos fenómenos
expresivos propios de la lengua griega. Nos basta con este nivel de análisis, aunque, por
supuesto, podríamos hacer un análisis exhaustivo en estos casos. Sin embargo, nos resulta
innecesario, basta ver la unidad del sintagma formado por la preposición y el o los
elementos nominales que van asociados con ella.
Vamos ahora al texto número 41:



 La palabra es un adjetivo que podemos traducir como ‘responsable’.
El sustantivo neutro es una de las palabras que en griego llegaron a
significar ‘causa’. Luego, se ha usado como sustantivo, también, la forma femenina 
en ese mismo sentido. En este pasaje de Las Nubes de Aristófanes tenemos, sin embargo, la
idea de ‘responsable’ o ‘culpable’.
El sujeto de esta oración es , con esa ubicación aparentemente
predicativa del adjetivo . es una conjunción explicativo-causal a la que ya nos
referimos.
El predicado es un predicativo sujetivo con núcleo en  y un complemento de
especificación . El segundo acento que ven en  no es el que por
derecho propio le corresponde, sino un acento complementario, necesario para tonificar a
, que es una palabra átona enclítica. es el dativo del pronombre personal de
primera persona, , así que estamos ante un dativo de interés.




atributo núcleo núcleo d. int. comp. de especif.

Sujeto Predicado

La traducción queda: “Pues ese dios es el responsable de las desgracias para mí.”
Según el contexto, estas palabras son dichas por un personaje de origen rústico,
campesino, aunque de cierta fortuna, que se ha casado con una mujer refinada. Por las
veleidades de la mujer, el hijo de este hombre se ha aficionado a las carreras de caballos,
una práctica muy onerosa. El campesino queda endeudado a causa de esta afición del hijo
estimulada por la madre, y buscando cómo puede zafar de sus deudas va a instruirse a la
“escuela” de Sócrates con la intención de aprender a argumentar de una manera
convincente para no pagar a sus acreedores; en un momento menciona al dios Poseidón
hípico, como uno de los culpables de su bancarrota. Se trata precisamente de la oración que
acabamos de resolver.
El adjetivo , ‘malo’, puede considerarse aquí como el genitivo del
neutro plural y, sustantivado, resulta ‘los males’ o incluso ‘las desgracias’. El dativo de
interés puede perfectamente traducirse por un posesivo: ‘responsable de mis
desgracias’, porque indica una relación de pertenencia.

Vamos a pasar ahora a la oración número 12:



Aquí no tenemos el pronombre personal , por lo que el sujeto es


desinencial., ‘esclavos’, no coincide ni con un ‘tú’ ni con un ‘yo’, está enrolado
dentro de los objetos del mundo, así que no puede de ninguna manera ser el sujeto de un
verbo en primera persona (plural) como tenemos en esta oración, a pesar de ser un
nominativo: en caso de ser sujeto el verbo iría en tercera persona, el número que cubre
todas las entidades que no son los integrantes básicos del circuito de habla (‘yo’/ ‘tú’). Si
así son las cosas, toda la oración será un predicado.
: aquí tenemos un dativo plural con preposición. Como cosa
particularmente compleja, nos referimos ya a los usos del caso dativo y genitivo, con
preposición y sin preposición. es un plural que significa ‘palacio’.
Tenemos luego , un demostrativo irregular, pero la terminación -se
asocia inmediatamente con el caso genitivo plural, como el de la oración 10. Uno ve
y reconstruye el nominativo *, así como de por el
paradigmallegamos a . Sin embargo, el nominativo correspondiente es . En el
resumen gramatical del diccionario está declinado en la página 672. Tengan en
cuenta que el orden de los casos que utiliza el diccionario no coincide con el que utilizamos
nosotros, son convenciones, pero tengan esto en cuenta para no confundirse.
En ese cuadro se nota el doble tema de , el primero para ambos nominativos,
singular y plural, el segundo que se desarrolla a partir del acusativo, también en ambos
números.
Se trata, entonces, de un genitivo sin preposición, no nos sirve lo que dijimos para la
oración anterior, porque allí tenía preposición. Tomemos un criterio que, si bien no es
exacto, en este momento nos sirve: el genitivo sin preposición cumple la función de
complemento de especificación, una determinación de un sustantivo por otro.  es
‘de ésos’. ¿A qué sustantivo lo adscribo? Me adelanto, porque esta interpretación surge
naturalmente al fin de la oración. Podríamos tener ‘en palacio de ésos’ o ‘esclavos de ésos’.
Sintácticamente son correctas ambas opciones, pero sepan que del contexto surge que este
complemento de especificación se aplica a . Si llegáramos a elegir la otra
interpretación no habría reparos sintácticos, sino semánticos.
Como  significa ‘casas’ en el sentido de ‘palacio’, un lugar físico por
tanto, es un .
Articulando con aquello que mencionamos anteriormente del predicativo, este
complemento de lugar debe ser adscripto a . El análisis queda:



s.d.
c. de esp. núcleo
núcleo  núcleo

predicativo verbo sujetivo


Predicado

La traducción es: “Somos esclavos de ésos en palacio”. En esta oración castellana,


sostenemos, ocurre exactamente lo mismo. La idea es que desde el punto de vista
sintáctico, más allá del ordenamiento de los constituyentes, estamos en presencia de una
misma estructura, común a toda lengua indoeuropea.

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