Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
3 Sintaxis Basica - 1 Uso de Los Casos PDF
3 Sintaxis Basica - 1 Uso de Los Casos PDF
El cuerpo de la Guía está dividido en 24 lecciones. Cada una de esas lecciones está
indicada mediante un signo del alfabeto griego en orden correlativo, de modo que la
primera lección es la , que se inicia en la página 27.
Cada lección está precedida por una sinopsis de su contenido. A continuación hay
una serie de textos en griego ordenados de uno en más, en orden correlativo. Los textos que
comprende la lección son 43 y van de la página 28 a la 30. Siguen, de la página 31 a la 33
una serie de referencias; no me voy a detener ahora en ellas, sino que las vamos a ir usando a
medida que las necesitemos. Sí me interesa señalar que, a partir de la página 34 hay una
nueva serie de textos. Esto ocurre en todas las lecciones, y estos textos aparecen bajo el
título . La primera palabra de la expresión que anoté, , comienza con un
diptongo, es una palabra proclítica, no tiene un acento propio, sino que se apoya tónicamente
sobre la palabra siguiente, , en cuya vocal inicial coinciden el espíritu suave y el
acento agudo. Leemos en una sola emisión este par de palabras: /eisáskesin/. Esta frase
significa “para ejercitación”. Con tienen que ver el adjetivo castellano ‘ascético’
y el sustantivo ‘ascetismo’, que remiten también a la noción de ‘ejercitación’, que puede ser
de distintos tipos, una ejercitación escolar o en el uso de una herramienta, etc.; se trata de
una palabra muy amplia en cuanto a su significado. En la Guía se refiere a la práctica en el
estudio de la lengua griega.
Para que puedan orientarse cabalmente con la exposición del contenido de la lección
en página 27, tendremos que ponernos de acuerdo en algunos puntos. Lo primero que
tenemos que tratar, siquiera someramente, es la distinción entre palabras variables y palabras
invariables.
Palabras variables son el nombre y el verbo. Cuando decimos ‘nombre’, incluimos
bajo esta categoría sustantivos, adjetivos y pronombres. Debemos iniciarnos en una mínima
sistematización de este tipo de palabras con algunos ejemplos. Tomemos el adjetivo que
mencionamos recién: ‘ascético’. ¿En qué consiste la variación de este nombre-adjetivo? En
la modificación que experimenta la palabra en su última sílaba para dar indicación de género
y número (ascético/a/os/as). Ésas son las cuatro formas posibles de un adjetivo como éste
(masculino/femenino, singular/plural). Si nos encontramos con el adjetivo ‘fiel’ allí la
variación se limita al número, hay sólo una forma para el singular y una forma para el plural
(fiel/fieles), porque puedo decir ‘amigo fiel/amigos fieles’ o ‘amiga fiel/amigas fieles’, sin
que la palabra varíe en cuanto al género, que es común.
Se hizo una alusión a lo que sucede en castellano con los pronombres personales de
primera y segunda persona: ‘yo’/ ‘nosotros’, ‘tú’ / ‘vosotros’, aunque el uso de nuestra
región lingüística apela a ‘ustedes’ como plural de ‘tú’ y no a ‘vosotros’, que sí se mantiene
en uso en España. En nuestra región, que podemos mencionar como Hispanoamérica,
incluso en países donde se usa el ‘tú’, no se usa el ‘vosotros’ como plural, sino el ‘ustedes’.
Nosotros vamos a utilizar el ‘vosotros’ cuando sea necesario, porque a veces el ‘ustedes’
puede resultar equívoco. Tengamos presente entonces que, en el sentido más estricto, el
plural de ‘tú’ es ‘vosotros’.
Así, no podemos decir ‘Yo miro a yo en el espejo’, sino que decimos ‘Yo me miro
en el espejo’. Por ende, ‘me’ es la forma que adopta el pronombre de primera persona
singular cuando cumple una función que no es la de sujeto. Del mismo modo, en plural,
tendremos ‘Nosotros nos miramos en el espejo’, o sea que ‘nos’ corresponde a ‘me’ en
plural. Y también: ‘Tú te miras…’ y ‘Vosotros os miráis…’ (o ‘ustedes se miran…’, si
apelamos a nuestro uso regional). También deberíamos registrar las formas ‘mí’, ‘ti’, que
son variaciones de las formas ‘yo’ y ‘tú’ respectivamente.
Estas variaciones tienen que ver no sólo con el número -me refiero solamente al
número porque con el género aquí hay otro tipo de problemas que veremos más adelante-,
sino también con la función sintáctica que el pronombre cumple en la oración.
Recuerdo un jueguito, algo arcaico, que consistía en remedar un modo afectado de
hablar con el dicho “Tira tú que te toca a ti”. Allí tenemos ‘te’ y ‘ti’ como variaciones de
‘tú’, son formas de la misma palabra. Observen que la frase podría ser simplemente “Tira tú
que te toca”. Es decir que ‘a ti’ es una repetición de ‘te’, una repetición muy frecuente en
nuestro uso de la lengua. Si pasamos este pequeño texto al número plural, habrá palabras
que no variarán y otras que sí: “Tirad vosotros que os toca a vosotros” (o bien “tiren ustedes
que les toca a ustedes”). Vean cómo el pronombre ha variado: sigue ocupando las mismas
posiciones sintácticas, pero cambió de formas singulares a formas plurales.
Cada una de estas variaciones de los pronombres personales que aproximamos con
este ejemplo tiene una denominación técnica que no usamos frecuentemente en la enseñanza
escolar de la lengua castellana. Se trata del caso. ‘Yo’, ‘me’ y ‘mí’, ‘tú’, ‘te’ y ‘ti’ son
diferentes casos de los pronombres personales, de número singular, ‘yo’ y ‘tú’
respectivamente.
El caso es un tipo de variación del nombre que en castellano está limitada al sistema
de los pronombres personales. En latín y en griego, también en alemán y en otras lenguas,
todos los nombres tienen modificaciones de este tipo, casos, variantes casuales, que tienen
relación directa con las distintas funciones que un nombre puede cumplir en la economía de
una oración, es decir de una unidad expresiva con autonomía de sentido.
La otra palabra variable en griego es el verbo. Las variaciones del verbo, en lo que
concierne a la lengua griega, no introducen mayor novedad respecto de lo que ustedes saben
sobre las variaciones del verbo en nuestra lengua. Cuando hablamos en abstracto de un
verbo, cuando queremos mencionarlo, usamos una forma, la que se conoce como
‘infinitivo’. Por ejemplo, ‘hozar’, un verbo del que difícilmente conozcan su significado.
‘Hozar’ es lo que hacen los chanchos cuando remueven la tierra con el hocico. Si halláramos
en un texto, por ejemplo en una fábula de Samaniego, que un chancho le dice a otro
‘hocemos’, nosotros, como lectores de lengua castellana, sabríamos de inmediato que para
conocer qué quiere decir ‘hocemos’ debemos ir a buscar, en el diccionario, ‘hozar’; esto lo
inferimos inmediatamente. ‘Hocemos’ es una variación del verbo ‘hozar’, es la primera
persona de plural, de tiempo presente, de modo subjuntivo, de voz activa. Es decir que bajo
la denominación ‘hozar’ están incluidas muchas formas, todas aquellas en las que se
despliega la conjugación de un verbo y que siempre remitiremos al infinitivo, que nos da,
por así decir, el nombre del verbo. Y digo ‘el nombre’ con toda intención, porque un
infinitivo es una forma verbal que ustedes conocerán o recordarán quizá por la
denominación ‘verboide’ que se aplica a los infinitivos y participios. Es una forma verbal
que tiene todas las características propias de un verbo, pero también comparte las
características de un sustantivo. Podemos decir cosas tales como ‘El caminar es saludable’ o
‘Caminar es saludable’. Allí estamos utilizando ‘caminar’, más claramente aún cuando lo
acompañamos del artículo, como un sustantivo que es el sujeto de esas breves oraciones.
Cuando hablamos de palabras variables, entonces, nos referimos al nombre y al
verbo. En lo que hace al nombre, principalmente a las variaciones de género y número, en
lengua castellana, y a las variaciones de caso solamente con referencia a los pronombres
personales. En cambio, cuando entremos a trabajar sobre la economía del nombre en griego,
nos vamos a tener que manejar permanentemente con las categorías de género, número y
caso. En cuanto al verbo estamos en un terreno mucho más familiar. Allí hablamos de
persona, número, tiempo, modo y voz.
Hay otro tipo de variación sobre la que apenas voy a decir algo. En un cartel que hay
aquí a la izquierda dice “reunión preparatoria”. ‘Reunión’ es un sustantivo femenino cuya
variación es solamente de número: ‘reunión/reuniones’. Tenemos en la parte final del
sustantivo la variación que corresponde al número, pero les quiero además llamar la atención
sobre otra diferencia: en ‘reunión’ hay un tilde sobre la ‘o’ de la última sílaba y en
‘reuniones’ no hay tilde, aunque la sílaba tónicamente más fuerte es la misma que en la
forma singular. A la inversa, ‘examen’, sin tilde, tiene en el plural la forma ‘exámenes’, con
tilde.
Esto tiene que ver con ciertas reglas de acentuación que aprendemos en la escuela
primaria y que sistematizan la distinción entre palabras agudas, graves y esdrújulas. A
nosotros no nos sorprende para nada que ‘reunión’ tenga tilde y ‘reuniones’ no, es algo que
tenemos incorporado como normal. Tenemos también palabras como ‘carácter’ y
‘caracteres’ en la que el acento cambia de lugar, de la segunda a la tercera sílaba y, además,
en la forma que corresponde al plural no hay signo gráfico para la sílaba acentuada
fonéticamente. Este tipo de variantes, como el lugar de los acentos, se dan también en
griego. A decir verdad, estoy abriendo el paraguas, porque siempre hay quejas y gran
preocupación respecto de cómo puede saberse en griego dónde cae un acento. Quiero
mostrarles que en nuestra lengua ocurre lo mismo y ni siquiera nos ponemos a pensar sobre
ese fenómeno. Cuando uno estudia una lengua extranjera es un observador de otro tipo, no
está inmerso en la lengua materna, y entonces se le hacen visibles estas dificultades que, en
realidad, se dan en todas las lenguas, incluso en la nuestra. Como nosotros estamos
instalados en la lengua castellana, no reparamos en ello y nos parece totalmente natural el
cambio gráfico que se da entre ‘reunión’ y ‘reuniones’ o el fonético y gráfico entre ‘carácter’
y ‘caracteres’.
Otra cosa más que va a aparecer en seguida en la lección : en general asociamos el
género masculino, de una manera irreflexiva, con la terminación ‘–o’. Si les pido que
coloquen el artículo al sustantivo ‘caso’, naturalmente van a colocar ‘el’. Pero notemos que
existen sustantivos como ‘mano’ a los que, obviamente, hay que ponerles el artículo ‘la’,
porque se trata de sustantivos femeninos, a pesar de su terminación ‘-o’. Por lo tanto, no
todo sustantivo terminado en ‘-o’ es de género masculino.
Lo mismo pasa respecto del femenino en cuanto a la terminación ‘-a’. Asociamos la
terminación ‘-a’ con el género femenino. Como ejemplo, en la palabra ‘persona’ nos parece
muy natural pensar que la terminación nos está indicando el género. Efectivamente es así
también en otros sustantivos como ‘mesa’ o ‘silla’. Pero existen nombres como ‘teorema’,
‘problema’, ‘día’, ‘sistema’, que son masculinos terminados en ‘-a’. Digo todo esto porque
en el primer grupo de nombres con que nos vamos a encontrar en la lección vamos a
tener predominantemente nombres de género masculino, pero no exclusivamente.
Tengo que hacerles dos recomendaciones. No sé si hice ya la primera, pero al menos
la insinué. En la ficha de cátedra Morfología nominal del griego clásico hay una
introducción de Claudia Mársico que les recomiendo muy especialmente. Medítenla, tomen
nota y traigan todas las observaciones y comentarios que les suscite la lectura de esa
introducción que es muy breve. En la otra ficha de cátedra, Materiales para el estudio del
griego clásico, hay una “Introducción al estudio de la lengua griega”. Es muy importante
que lean esa introducción porque hay algunas nociones técnicas que vamos a usar y sobre las
que yo voy a hacer hoy una explicación muy sencilla en la medida en que sea necesario. Allí
tienen ustedes una explicación más profunda y teórica de esos conceptos.
Veamos ahora en forma resumida, en la página 27 de nuestra Guía, algunos temas de
la lección :
Todo esto tiene que ver con el nombre y lo iremos viendo paulatinamente. Ésta es la
síntesis de los temas que vamos a tratar en relación con el nombre en esta lección. Cuando
hayamos llegado al final de este tratamiento, que vamos a ir realizando sobre la base de
textos, ustedes van a tener un panorama teórico básico general del nombre en griego.
1
Dice “y femeninos” entre paréntesis, porque en este primer grupo de sustantivos y adjetivos la gran mayoría
es de género masculino, algo análogo a lo que dijimos con la terminación ‘-o’ en los sustantivos de nuestra
lengua.
2
La noción de ‘tema’ es una de las que están explicadas en esa “Introducción al estudio de la lengua griega”
que les recomendé que leyeran. Tema y desinencia son las dos partes en que podemos dividir, discriminar, un
nombre. También de una manera simple, les diré que tema es la parte invariable de la palabra y desinencia es
la parte variable. Como en castellano, en un adjetivo, por ejemplo, tenemos una parte que varía de acuerdo al
género y número, la desinencia, y otra parte que se mantiene invariable, el tema. En griego la variación será
de género, número y caso. El tema puede coincidir con la raíz, pero no necesariamente. Tema y raíz son dos
nociones lingüísticas diferentes.
Nominativo y vocativo
s.d
Vamos palabra por palabra. y , la primera y la última, desde el
punto de vista formal, no presentan diferencias notables con los modelos y
que observamos antes. En el diccionario hallarán y
, enunciado que les indica las formas de masculino, femenino y neutro,
respectivamente, de estas dos palabras, en nominativo. Pero, además, esta manera de
representar los nombres en el diccionario, indica que se trata de adjetivos, porque la
presentación de los sustantivos es otra diferente. Solamente con el modo en que el
diccionario nos presenta el nombre, nosotros advertimos inmediatamente si se trata de un
adjetivo o un sustantivo.
es un nombre propio, por eso lo tenemos escrito con theta mayúscula, el
octavo signo del alfabeto que acaban de conocer. va a ser la forma en
que van a encontrar este nombre propio en el diccionario -el diccionario con el que
estudiamos trae muy pocos nombres propios, éste no está, pero si lo trajera estaría así
enunciado-. Fíjense que tiene una terminación omicrón-sigma () y, además, hay unos
agregados. El primero hay que decodificarlo como algo que indica una variación de esta
palabra: . Observen que cambió el acento de lugar, como en ‘carácter’ y
‘caracteres’. Lo que sigue, una omicrón con espíritu áspero (), es el artículo masculino. Es
muy importante su presencia aquí, porque nos indica de qué género es este sustantivo.
Como les comenté, en este grupo de sustantivos la mayoría es de género masculino,
pero hay sustantivos terminados en omicrón-sigma de género femenino, que entonces
tendrán el agregado del artículo femenino. Como ejemplo, miren una palabra que usé la
semana pasada: . Lo que tienen en último lugar es una eta con espíritu
áspero, el artículo femenino. Se trata de un sustantivo femenino, a pesar de su apariencia,
como ocurría en castellano con ‘mano’.
En un diccionario de castellano, el género masculino se indica “m.” y el femenino
“f.”. Basta que a continuación de una palabra tengamos estas abreviaturas para entender que
el sustantivo es de género masculino o femenino.
Esta manera de presentar los sustantivos y adjetivos -algo parecido, guardando las
distancias, ocurre con los verbos-, es lo que técnicamente se llama ‘enunciado’. El
enunciado de un sustantivo siempre va acompañado por el artículo.
Lo que nos da el diccionario, podemos también observar como ejemplo el
enunciado , son el caso nominativo singular, la terminación de otro caso
llamado ‘genitivo’ -los que están estudiando o han estudiado latín ya conocen algo al
respecto, en su momento vamos a insistir acerca de por qué el enunciado se realiza con
estos dos casos y no con otros-, y finalmente el artículo, un dato muy importante porque
nos da la indicación del género del sustantivo. En el enunciado del adjetivo tenemos la
indicación de género en cada una de las terminaciones.
Cuando mencioné el enunciado de , algunos de ustedes se
sorprendieron de que no coincidiera con la forma que tenemos en el texto. Espero que
hayan leído la “Introducción al estudio de la lengua griega”, donde se establece la
distinción entre las nociones de ‘tema’ y ‘desinencia’ y se caracteriza conceptualmente la
noción de ‘caso’. Las diferencias entre los casos del nombre en griego se reconocen por
medio de las desinencias, es decir de las variaciones que experimenta el nombre en la
última sílaba, de acuerdo con la función que cumple en la oración.
Volvamos al texto tal como nos está dado en la Guía: encontramos aquí algunas
palabras invariables y otras variables. Las palabras invariables son, y . No son
las tres de la misma índole. y son conjunciones o adverbios. En el caso de estos
textos que tomamos en forma aislada, separados de su contexto, las conjunciones pueden
establecer alguna relación interna entre elementos de la oración, o pueden hacer referencia
a algo extraoracional. Si recuerdan la oración anterior, en cuanto a fue necesario que les
diera una indicación de contexto que permitiera sustentar la explicación de un ubicado
en esa situación, en la segunda sede, el segundo lugar de la oración.
Algo parecido ocurre con Podemos hallarlo funcionando en la oración como
conjunción o como adverbio. Como adverbio tiene un valor aseverativo, de énfasis
afirmativo, que podemos traducir convencionalmente, después veremos qué matices se
pueden dar a través de la traducción, por un “efectivamente”, “por cierto”, “en efecto”.
En cuanto a su uso más frecuente como conjunción, cuando está, también, en un
segundo lugar (como en el caso de , nunca encabeza un texto), hace referencia
también a algo que no está dado por la oración sino anteriormente, con un valor
explicativo-causal. Como traducción convencional de ese valor conjuntivo de
tomamos “pues”, un ‘pues’ explicativo. Si prestamos un poco de atención, ese uso enfático-
aseverativo ‘en efecto’, ‘por cierto’ no está desligado completamente del uso conjuntivo: se
puede afirmar algo y después mediante un ‘en efecto’ introducir una justificación
explicativa de lo que se dijo anteriormente. De modo que a veces estos valores conjuntivo y
adverbial no están tan diferenciados como uno podría pensar en una primera aproximación.
Algo parecido ocurre con, aunque a partir del uso y de la frecuencia este
término aparece generalmente como una conjunción copulativa, con un valor muy próximo
al de nuestra conjunción ‘y’. También muy pronto nos vamos a encontrar, sin embargo, con
valores y usos adverbiales de, con un valor de énfasis afirmativo o aseverativo.
Si tomamos ambas palabras invariables como conjunciones, dada la ubicación de
, tenemos que pensar que está introduciendo una justificación de algo introducido
anteriormente que sólo podemos conocer a través del contexto: para ello tenemos allí la
referencia del texto del que se ha tomado esta oración. En cambio, está estableciendo
una articulación interna de la oración, está poniendo en conjunción y .
Nos pusimos de acuerdo ya en que el modo de marcar la presencia de una
conjunción en un texto será mediante el artificio de recuadrarlo:
s.d.
v.
interpelación
n. s.d. n.
Observen que es un articulador interno del predicativo sujetivo y, por ello,
queda en el interior de esa caja, además, naturalmente, de la que marca el predicado.
Además, como se trata de una expresión compuesta, a cada uno de los componentes lo
denominaremos ‘núcleo’.
Con esta marcación gráfica del análisis sintáctico la expresión , la
interpelación, no está incluida ni en el sujeto ni en el predicado.
Van a encontrar muy frecuentemente estos dos adjetivos, y,
unidos por un tiene muy frecuentemente (es una de las primeras acepciones
que les da el diccionario) el significado de ‘bello’, ‘hermoso’, es decir que parece
comportar una determinación predominantemente estética. Por otra parte, ,
‘bueno’, parece comportar una determinación predominantemente ética. Se trata, en todo
caso, de dos determinaciones de valor difíciles de separar una de la otra. Frecuentemente
hallamos la expresión como si fuera un ideal respecto del modo de
ser, de un modo de conducta: “noble y bueno”, “bello y bueno”, éstas son alternativas de
traducción que pueden hallar. Para esta primera aparición nos viene bien ‘noble’ para
y ‘bueno’ para . A medida que avancemos van a ir apareciendo esos
matices de significado que hacen a veces difícil de traducir ciertas expresiones.
La traducción de la oración quedaría entonces: “Pues noble eres, Teeteto, y bueno”.
Fíjense que el ‘pues’ en castellano va preferentemente al inicio de la oración, mientras que
en griego , cuando tenga esa significación, irá siempre en segundo lugar.
Como ven, no traduje el que encabeza la interpelación. Esta forma que acompaña
con cierta frecuencia a la interpelación a veces es traducida por una expresión en total
desuso: ‘Oh’, con un cierto tono de solemnidad. Sin embargo, no se ha podido precisar
totalmente un valor de uso para ella. A veces aparece en contextos muy familiares, casi
como un ‘che’. Noten que ‘che’ es un acompañante de interpelación que nosotros usamos
con mucha frecuencia, a veces acompañando al nombre (‘che, Fulano’) y a veces no.
También aparece en contextos efectivamente solemnes que permitirían esta traducción
un poco arcaizante por ‘Oh’. Por lo general, nosotros no vamos a traducirlo.
Para finalizar el análisis sintáctico, agreguemos que se trata de una oración simple
enunciativa real (O.S.E.R), como ocurrió también con la anterior. La novedad, aparte de la
variación de persona del verbo, es la aparición del caso vocativo y de esta función de
interpelación, en su situación extra-oracional.
Noten que el sujeto desinencial refiere a un ‘tú’ que es la misma persona que lleva
el nombre propio, pero de ningún modo es el sujeto de la
oración, ya que no está en el caso requerido para ello. Uno puede decir ‘María, estás
equivocada’ y ‘María’ es una interpelación, no el sujeto de ‘estás’, que es ‘vos’. También
puedo decir ‘María, Liliana está equivocada’ y allí no hay ninguna duda: ‘María’ es una
interpelación y ‘Liliana’ es el sujeto de la oración.
Tengan en cuenta también que cuando alguien apela, interpela a otro, lo convierte
en su segunda persona. Recuerden, además, que en caso vocativo pueden aparecer los
nombres en general -pronombres, adjetivos o sustantivos (ya sean propios o comunes, en
este último caso)-.
Es un lenguaje de índole impresiva, una señal para que el oyente preste atención y, a
continuación, viene el lenguaje informativo. Puede ocurrir que el sujeto sea esa misma
persona apelada, o no. Pero no hay otra posibilidad sintáctica para el vocativo que la de ser
interpelación. Es un caso fácil de reconocer, porque además los editores suelen poner las
interpelaciones entre comas.
Para completar este punto, véase Sintaxis básica – 2) Posiciones del adjetivo
También es un texto de Platón, del diálogo Timeo. En este diálogo, entre otras
cosas, hay una narración sobre la construcción del mundo por obra de un artesano divino
que aparece realmente como una entidad creadora, que fabrica el cosmos. En un momento
ese artesano divino dice esto.
Las novedades que aporta este texto son diversas. La primera palabra, ,
figura en el diccionario como con ese guión que indica que allí hay un
prefijo, que es un adjetivo compuesto. Esta alfa con espíritu suave tiene valor negativo.
Seguramente conocen el sustantivo , que significa ‘muerte’. Por lo tanto,
es ‘inmortal’, ‘no-mortal’. Lo que es nuevo aquí es la terminación omicrón-iota
(). Esta terminación es la que corresponde al nominativo plural de este tipo de
sustantivos y adjetivos que estamos conociendo., entonces, es ‘inmortales’.
La forma corresponde a una palabra invariable, al menos desde el punto de
vista de la flexión, ya que tiene tres formas posibles: , y . Es el adverbio de
negación, significa ‘no’. La forma que aparezca en el texto depende de la inicial de la
palabra que le sigue, pero la primaria es. La kappa () o ji () al final tienen que ver
con cuestiones de eufonía.
La forma es la segunda persona del plural de presente del verbo, es
decir ‘sois’. El pronombre personal de primera persona plural, en nominativo, es ,
‘vosotros’.
Por otra parte, hay una coma y a continuación tenemos la palabra con la
misma terminación que . Esa coma dice algo, porque en plural, para todo tipo de
sustantivo o adjetivo, las formas de nominativo y vocativo son idénticas. Que allí hay un
vocativo nos lo dice la coma, que no tendría ninguna razón de ser si estuviésemos ante un
nominativo.
Les pido un pequeño voto de confianza. Hagamos un recuadrito para , con eso
estoy indicando que es una conjunción, porque la explicación sobre esta palabra quiero
hacerla cuando trate la oración 7.
Como es una segunda persona y no hay un pronombre personal presente, el
sujeto está presente en la desinencia del verbo, es un sujeto desinencial. El análisis de la
oración, a partir de todo esto, queda:
adv. s.d.
núcleo neg.
predicativo sujetivo v.
Predicado Predicado Interp.
Como ven, ahí tenemos nuevamente, cuyo tratamiento postergué un poquito
en la oración anterior. La referencia del texto es, también, Platón, Fedón, 69c. , la
tercera persona de presente del plural del verbo,no tiene ny eufónica porque la
palabra que sigue comienza por una consonante.
En este ejemplo tengo que advertirles que la coma que sigue a no está allí
indicando la presencia de un vocativo, sino otro tipo de separación. Esta separación no
solamente está marcada por esa coma, ya vamos a verlo.
Hay cuatro palabras terminadas en Los enunciados son:
Les anticipé la posibilidad de abordar este texto de otro modo que no implica una
gran diferencia respecto del análisis ya propuesto. Sin embargo, quiero insistir en algo. Nos
vamos a encontrar más de una vez con textos que se puedan analizar de más de una manera.
Ante esa situación, puede pasar que quien aborda el texto no se dé cuenta de que hay más
de un análisis posible, y que lo resuelva correctamente. Allí no hay inconvenientes. La
segunda posibilidad es advertir que el texto da para más de un análisis y preferir uno, por
distintas razones. En ese caso, es muy importante que la traducción sea coherente con el
análisis sintáctico elegido. Siendo rigurosos con el análisis sintáctico, se está ejercitando y
configurando un modo de pensar.
Suelo citar un pasaje de Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar, en que
Adriano dice algo así como que la gramática, por ser una mezcla de regla lógica y uso
arbitrario, va preparando a los jóvenes para decodificar otros modos de pensamiento, que
están expresados en distinto tipo de textos. Me gusta mucho esa observación, porque
precisamente es esa concurrencia de regla lógica y uso arbitrario lo que hace a la gramática
particularmente rica para trabajar en esa dirección. Aquí esto se da ya con la perspectiva
adulta, aunque por supuesto sería deseable que en la escuela se implementara el estudio de
la gramática teniendo en cuenta esto. Por lo general, se lo instrumenta de una manera
mecánica que provoca con toda razón el rechazo del aprendiz, del alumno, porque no le
encuentra sentido. De manera que aquí estamos haciendo un ejercicio muy modesto, si se
quiere, de ejercitar un modo de pensar que después se va a ir enriqueciendo cuando
abordemos textos más complejos.
Les voy a comentar ahora la segunda posibilidad de análisis de este texto 7. Ya
están ustedes al tanto del valor de los articuladores y y también respecto del valor
de . También hemos visto que, por ese juego de articulación, el texto puede ser dividido
o abordado sistemáticamente diferenciando dos unidades sintácticas, separadas por una
coma. Vimos también que no es necesario, aunque pueda resultar conveniente en un paso
de aproximación a la comprensión integral del texto, reponer en la segunda parte el verbo,
repetirlo. En esta oración compuesta hay dos sujetos y dos predicados. En nuestro análisis
del sábado anterior tomamos y,
respectivamente, como sujetos, y entendimos que el verbo tiene una fuerza
existencial. Tradujimos, exagerando un poco en la traducción de las conjunciones: “Por una
parte, existen muchos portadores de tirsos, y por otra parte, pocos bacantes”. También en la
traducción podríamos reponer el verbo en la segunda parte y decir ‘…por otra parte
<existen> pocos bacantes’.
La segunda posibilidad, que tiene que ver con la complejidad semántica del verbo
en griego, podría ser tomar y como sujetos de cada una de las
partes, y y como predicativos sujetivos:
V. Predicativo sujetivo
Predicado Sujeto P.=P. Suj. Sujeto
o.d. v. p. obj.
Predicado Sujeto Predicado
3
# = silencio pronunciado (Nota del desgrabador)
Traduzco, entonces, partiendo desde la conjunción: “Pero yo, por mi parte, te
considero <una> diosa”. Este ‘por mi parte’ que introduzco entre comas viene a dar cuenta
del , de ese énfasis que recae sobre la primera persona. En la oración tal como la
tenemos, sacada de contexto, no hay ningún elemento que nos permita saber si debemos
traducir ‘diosa’ o ‘dios’, las dos posibilidades son válidas. De acuerdo con el contexto, que
en este caso les acerqué, estas palabras van dirigidas a una mujer, a Helena de Troya, así
que traducimos ‘diosa’. ¿Por qué pongo ‘una’ entre paréntesis angulares? Partamos del
hecho de que el uso del artículo en griego y en castellano difieren. A veces coinciden y, a
veces, no. Un sustantivo sin artículo en griego puede corresponder, en castellano, a un
sustantivo con un artículo indefinido. En este caso me parece lo más adecuado, porque ‘te
considero diosa’ no queda muy bien, es mejor ‘te considero <una> diosa’ -es decir entre las
divinidades actuales y posibles-.
Lo central en cuanto a este texto, desde el punto de vista gramatical, es que reparen
en la terminación del acusativo . Voy a exponerles ahora sistemáticamente en un
cuadro las formas que conocemos, agregando la del genitivo, que pronto van a ver
funcionando en un texto, aunque no señalo su función, porque lo vamos a ver en acción
cuando aparezca:
Conjugación de presente
()
Infinitivo:
s.d.
compl.
objeto directo de modo v.
Predicado
4
En vocativo no se usa artículo.
Presten atención a que en dativo aparece un signo debajo de la omega. Es la llamada
iota suscrita (). En la página 21 de la Guía los tres renglones finales aluden a la iota
suscrita, así que pueden hallar allí la información pertinente. Puede aparecer debajo de
,u .
Volviendo un instante a la oración que recién resolvimos, quiero mencionarles algo
respecto del artículo. El panorama del artículo en griego es bastante complicado, no vamos
a hacer una exposición previa de conjunto respecto de todos los matices y usos que pueden
darse con la presencia o ausencia de artículo, así que nos vamos a ir aproximando
lentamente. Hay casos en castellano en que el artículo equivale a un verdadero posesivo.
Pensemos por ejemplo en ‘María se quedó con la madre’: aquí no hay duda de que se habla
de la madre de María, entendemos allí ‘su madre’. Claramente el artículo está indicando
una relación de pertenencia, posesión. Es lo que se ve en el texto que resolvimos, porque la
madre le dice al chico ‘noblemente atiendes a tu abuelo’, de hecho el conocimiento del
contexto refuerza este particular matiz en el uso del artículo. En griego también se da este
matiz del artículo, coincidencia que no siempre se observa.
Predicado
Caso dativo
Vamos a la oración número 5:
Se trata de un pasaje muy breve extractado del Edipo Rey de Sófocles, el verso 314.
Conocemos ya la conjunción y vimos que, como conjunción, del mismo modo que ,
hace una referencia retrospectiva y tiene un valor explicativo, a veces más fuerte, casi
causal, y a veces con un valor más atenuado. También para traducir un texto tan breve de
una manera adecuada, tenemos que hacer alguna referencia al contexto. Es el momento en
que hay una gran expectativa en el pueblo de Tebas y en Edipo respecto de la peste que está
devastando a la ciudad. Se le ha encomendado al adivino Tiresias que haga una consulta
oracular, para ver si es posible llegar a conocer la causa de esa peste, sentida como un
castigo divino. En el momento en que vuelve Tiresias, Edipo lo apura para que hable, le
cuente el resultado de su misión, y le dice esto, . En su momento
anticipamos que es la primera persona del plural del presente del indicativo del
verbo , es decir ‘somos’, ‘estamos’, ‘existimos’. Por lo tanto, marcamos en la
desinencia del verbo el sujeto desinencial. Nos viene muy bien esta oración, precisamente
porque acabamos de ver el caso acusativo singular del pronombre personal . El caso
genitivo singular es y el dativo singular, les adelanto, es . De esta manera, van
conociendo ya todos los casos, y la declinación de este pronombre personal. Para la palabra
, que utilizamos como modelo, el dativo singular es . Podemos establecer una
distinción en cuanto al hecho de que las funciones del nominativo y del vocativo son las
que ya conocemos, no hay más, pero acusativo, genitivo y dativo son casos que tienen
variadas funciones. Tratándose de estos tres casos, podemos hallarlos, como en el texto
número 8, solos, es decir por ejemplo un acusativo solo como había en ese texto, y eso
basta para dar cuenta de una función sintáctica, pero también hay muchas situaciones en las
cuales el caso solo no basta para indicar una función, sino que necesita asociarse con una
preposición. Todavía creo que se estila la recitación de las preposiciones como práctica
escolar: ‘a, ante, bajo, cabe, con, contra….etc.’.
La palabra que aparece en primer término en este texto número 5 () es una
preposición que se asocia únicamente con el caso dativo. La preposición más un
nombre en caso dativo nos da básicamente una indicación de lugar, la misma indicación de
lugar que en castellano da la proposición ‘en’, por ejemplo cuando decimos ‘en casa’. Claro
que hay que tener en cuenta la denominada ‘polisemia de las preposiciones’. No siempre un
‘en’ indica lugar -lo mismo ocurre con las preposiciones en griego-, ya que podemos decir
‘en orden’, ‘en resumen’, ‘en pocas palabras’, y no es lo mismo que decir ‘en casa’. Sin
pensarlo demasiado, asociamos la preposición ‘en’ con una indicación de lugar, pero tengan
en cuenta, esto pasa también en griego, que no siempre es necesariamente así, aunque
podamos partir de ese valor básico o primario y decir que con dativo señala ‘lugar en
dónde’. Provisoriamente, después vamos a afinar un poco esto, a la expresión
vamos a señalarla como ‘complemento de lugar’ en el análisis sintáctico. Es tan
sólida la asociación de con que la palabra pasa al tercer lugar, ya que
cuenta como una unidad. El análisis sintáctico resulta entonces:
s.d.
c. de lugar v.
Predicado Predicado
El verbo que hay que buscar en el diccionario será , ‘creer’, en primera
persona singular presente del indicativo. Aquí en la oración lo tenemos en primera persona
plural. Como no está presente un pronombre personal de primera persona plural (), el
sujeto será desinencial. La primera palabra de la oración, , es un artículo en caso
dativo y en número plural. Lo mismo ocurre para el sustantivo . En el cuadro de la
página 30 de la Guía pueden ver ustedes, como habíamos dicho, el cuadro correspondiente.
En el diccionario tienen que buscar el nominativo, con su terminación de genitivo y el
artículo: .
En una posición muy significativa, la posición atributiva, hay otra palabra con una
terminación que no conocemos: . Es una palabra invariable, un adverbio,
‘antes’. Por la posición en la que está, tenemos que pensar en el artículo y el sustantivo
como núcleo y no disociar esta palabra de ese núcleo, porque es muy evidente la intención
del griego de colocar este adverbio allí. Permitan entonces que entre paréntesis, si bien es
un adverbio de tiempo, ponga atributo. Esto es irreproducible en castellano: ‘los de antes
razonamientos’ no va, es absurdo. Lo importante sin embargo en esta oración es la
aparición del dativo sin preposición:
s.d.
adv. tpo. (atributo) núcleo
dativo de interés v.
Predicado
Caso genitivo
Vamos ahora al texto 38:
Se trata de una breve cita de la tragedia Ión de Eurípides. Ya saben que un en
segundo lugar hace una remisión a algo del contexto previo. En el diccionario el verbo les
figura con una separación que indica que tiene en su composición un
prefijo:. El prefijo ya nos apareció en relación con algún nombre
como la preposición . Esta preposición se asocia con genitivo, pero también con
acusativo o dativo.
Es importante tener en cuenta la composición del verbo porque el acusativo
está determinado por ese prefijo. El diccionario les da la acepción ‘transgredir’ y
los induce a pensarlo como un verbo transitivo con objeto directo. Pero si pensamos que
es un verbo de movimiento, intransitivo, en realidad el acusativo está no en función
de objeto directo, sino como parte de un complemento que contiene a ese acusativo, pero
que está motivado por el prefijo .
Remítanse a la oración número 16, en donde ocurrió algo similar.
significa ‘marchar’, ‘caminar’ y es ‘caminar al costado’ o
también ‘caminar al margen’. De hecho, las expresiones
yson equivalentes.
El genitivo es un complemento de especificación de . La función
sintáctica de este genitivo es ‘complemento de especificación’, el equivalente a un
modificador indirecto en castellano.
En latín todo genitivo es un genitivo puro, indoeuropeo, y la función primera del
genitivo fue la de especificar el núcleo al cual se haya aplicado. En Materiales…, en
oportunidad del tratamiento de los casos, en la página 13, se dice (leemos la parte
pertinente):
El genitivo señala fundamentalmente dos grupos de relaciones. Por un
lado, cuando se emplea sin preposición, significa la parte que se sustrae de
un todo, la especificación [...].
El genitivo, sin preposición, casi siempre indica la parte que se extrae de un todo. Por
ejemplo, en ‘La casa de Juan’ tenemos ‘de Juan’ especificando. Se trata de un concepto que
se aplica a otro para especificar, determinar, en qué extensión tiene que ser tomado ese otro.
Entre todos los ornatos posibles, aquí tenemos los ‘ornatos de dioses’, se limita la
extensión. Cuando se adosa un sustantivo en caso genitivo a otro sustantivo nace una nueva
entidad, porque ‘la casa de Juan’ se separa de las casas que no son de Juan.
comp. s.d.
de esp. núcleo adv.
nú- neg. cleo
comp. de modo () v.
Predicado
Sujeto Predicado
La traducción queda: “Pues ese dios es el responsable de las desgracias para mí.”
Según el contexto, estas palabras son dichas por un personaje de origen rústico,
campesino, aunque de cierta fortuna, que se ha casado con una mujer refinada. Por las
veleidades de la mujer, el hijo de este hombre se ha aficionado a las carreras de caballos,
una práctica muy onerosa. El campesino queda endeudado a causa de esta afición del hijo
estimulada por la madre, y buscando cómo puede zafar de sus deudas va a instruirse a la
“escuela” de Sócrates con la intención de aprender a argumentar de una manera
convincente para no pagar a sus acreedores; en un momento menciona al dios Poseidón
hípico, como uno de los culpables de su bancarrota. Se trata precisamente de la oración que
acabamos de resolver.
El adjetivo , ‘malo’, puede considerarse aquí como el genitivo del
neutro plural y, sustantivado, resulta ‘los males’ o incluso ‘las desgracias’. El dativo de
interés puede perfectamente traducirse por un posesivo: ‘responsable de mis
desgracias’, porque indica una relación de pertenencia.
s.d.
c. de esp. núcleo
núcleo núcleo