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Ludwig van Beethoven1 (Bonn, Arzobispado de Colonia, 16 de diciembre de 17702-Viena, 26 de

marzo de 1827) fue un compositor, director de orquesta y pianista alemán. Su legado musical abarca,
cronológicamente, desde el Clasicismo hasta los inicios del Romanticismo. Es considerado uno de los
compositores más importantes de la historia de la música y su legado ha influido de forma decisiva en
la evolución posterior de este arte.
Siendo el último gran representante del clasicismo vienés (después de Christoph Willibald
Gluck, Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart), Beethoven consiguió hacer trascender la música
del Romanticismo, influyendo en diversidad de obras musicales del siglo XIX. Su arte se expresó en
numerosos géneros y aunque las sinfonías fueron la fuente principal de su popularidad internacional, su
impacto resultó ser principalmente significativo en sus obras para piano y música de cámara.
Su producción incluye los géneros pianístico (treinta y dos sonatas para piano), de cámara (incluyendo
numerosas obras para conjuntos instrumentales de entre ocho y dos miembros), concertante (conciertos
para piano, para violín y triple), sacra (dos misas, un oratorio), lieder, música
incidental (la ópera Fidelio, un ballet, músicas para obras teatrales), y orquestal, en la que ocupan lugar
preponderante Nueve sinfonías.

Índice
 1Biografía
 1.1Familia
 1.2Primeros años de vida
 1.3El primer viaje a Viena
 1.4De aprendiz a maestro
 1.5Éxito y sufrimiento
 1.6El incidente de Teplice
 1.7Problemas económicos
 1.8Últimos años en Viena
 1.9Fallecimiento
 2Estudios sobre las causas de su muerte
 3Personalidad
 4Producción musical
 4.1Visión general
 4.2Los tres periodos
 4.3Obras
 4.3.1Sinfonías
 4.3.2Oberturas
 4.3.3Conciertos
 4.3.4Sonatas para piano
 4.3.5Sonatas para piano y violín
 4.3.6Ópera y música vocal
 4.3.7Cuartetos de cuerda
 5Beethoven en la cultura popular
 5.1Filatelia y numismática
 5.2Cine, teatro y televisión
 6Véase también
 7Notas
 8Referencias
 8.1Bibliografía
 9Enlaces externos

Biografía
Familia

Johann van Beethoven (1740-1792) y Maria Magdalena Keverich (1746-1787), padres de Ludwig.
La familia de Beethoven vivía bajo condiciones modestas. Su abuelo paterno, llamado también
Ludwig,3 (Malinas, 1712-1773), era descendiente de una familia de campesinos y granjeros originarios
de Brabante, en la región de Flandes (Bélgica), que se trasladaron a Bonn en el siglo XVIII. La
partícula van de su nombre,4 contrario a lo que pudiera creerse, no posee orígenes nobles, mientras
que Beethoven probablemente pudo haberse derivado de Bettenhoven (Fr.: Bettincourt), una localidad
de Lieja, aunque otra hipótesis apunta a que el apellido proviene de Beeth (que en flamenco quiere
decir «remolacha») y Hoven, que es el plural de Hof («granja»). De esta forma, «Beethoven» vendría a
significar «granjas de remolachas».5

Palacio Prince-Elector (Kurfürstliches Schloss) en Bonn, donde la familia Beethoven había estado
activa desde la década de 1730
En marzo de 1733 su abuelo emigró a Bonn, en donde trabajó como director y maestro de capilla de la
orquesta del príncipe elector de Colonia. El 17 de septiembre de ese mismo año contrajo matrimonio
con María Josepha Poll, cuyos testigos fueron el organista Gilles van den Aeden y Johann Riechler.
Tuvieron tres hijos: María Bernarda Ludovica (bautizada el 28 de agosto de 1734, muerta el 17 de
octubre de 1735), Marcus Josephus (bautizado el 25 de abril de 1736, muerto poco después en una
fecha indeterminada) y Johann, de cuyo nacimiento o bautismo no se conserva registro; se supone que
nació a finales de 1739 o comienzos de 1740. El tercero fue el único que sobrevivió a la infancia y fue
el padre de Beethoven. Johann fue músico y tenor de la corte electoral.

La casa de Beethoven, ubicada en el 515 de la Bonngasse, Bonn.


El 12 de noviembre de 1767 se casó en la iglesia de San Remigio en Bonn con Maria Magdalena
Keverich (19 de diciembre de 1746-17 de julio de 1787), una joven viuda e hija de
un cocinero de Tréveris. Por ese motivo, el matrimonio de sus padres contó con la oposición de su
abuelo, que por aquel entonces ya era el prestigioso maestro de capilla de la corte y consideraba a la
joven de una clase social inferior a la de su hijo, lo cual no era cierto ya que en su familia había
concejales e incluso senadores.5
El matrimonio se trasladó al n.º 515 de la Bonngasse y dos años después, en 1769, nació su primer hijo,
bautizado como Ludwig Maria van Beethoven. Sin embargo, apenas seis días después de su bautizo, el
niño falleció. El 17 de diciembre de 1770 fue bautizado su segundo hijo, en la iglesia de San Remigio
de Bonn, con el nombre de «Ludovicus van Beethoven» (Ludwig van Beethoven) según se describe en
el acta de bautismo. Su fecha de nacimiento, generalmente aceptada como el 16 de diciembre de 1770,
no cuenta con documentación histórica que pueda respaldarla. María Magdalena tuvo aún cinco hijos
más, de los que solo sobrevivieron dos: Kaspar Anton Karl van Beethoven, bautizado el 8 de
abril de 1774, y Nikolaus Johann van Beethoven, bautizado el 2 de octubre de 1776. Los biógrafos no
tienen claras las fechas de nacimiento exactas de ninguno de los hijos de María Magdalena Keverich.6

Primeros años de vida

Retrato de Beethoven cuando tenía trece años.

El archiduque Maximiliano Francisco de Austria (1756-1801), patrocinador financiero de Beethoven.


El padre de Beethoven estaba muy gratamente impresionado por el hecho de que Wolfgang Amadeus
Mozart diese conciertos a los siete años y quería que su hijo siguiera sus pasos. Con la intención de
hacer de Ludwig un nuevo niño prodigio, comenzó a enseñarle piano, órgano y clarinete a temprana
edad.7 Sin embargo, el estudio musical coartó el desarrollo afectivo del joven, que apenas se
relacionaba con otros niños.8 En mitad de la noche, Ludwig era sacado de la cama y era obligado a
tocar el piano para los conocidos de Johann, a quienes quería impresionar; esto causaba que estuviera
cansado en la escuela. Era habitual que dejara de asistir a clases y se quedara en casa para practicar
música.
El padre era alcohólico, lo que supuso que perdiera el puesto de director de la orquesta de Bonn —
puesto heredado del abuelo Ludwig—, y la madre estaba frecuentemente enferma. Aunque la relación
con Johann era distante, Ludwig amaba mucho a su madre, a la que denominaba su «mejor amiga».7
El 26 de marzo de 1778, cuando tenía siete años, Beethoven realizó su primera actuación en público
en Colonia. Su padre afirmó que la edad de Ludwig era de seis años, para destacar, de esta manera, la
precocidad de su hijo; por ello, siempre se creyó que Beethoven era más joven de lo que era en realidad.
Debido a que el talento musical y pedagógico de su padre era limitado, Ludwig comenzó a recibir
clases de otros profesores. Sus avances fueron significativos, sobre todo en la interpretación del órgano
y la composición, guiado por músicos experimentados como Christian Gottlob Neefe. Neefe fue un
profesor muy importante e influyente en su instrucción y supo valorar inmediatamente el nivel
excepcional de Ludwig. Además de transmitirle conocimientos musicales, Neefe dio a conocer a
Beethoven las obras de los pensadores más importantes, tanto antiguos como contemporáneos.7
En 1782, cuando contaba con once años de edad, Beethoven publicó su primera composición,
titulada Nueve variaciones sobre una marcha de Ernst Christoph Dressler (WoO 63). Un año después,
Neefe escribió en la Revista de Música acerca de su alumno: «Si continúa así, como ha comenzado, se
convertirá seguramente en un segundo Wolfgang Amadeus Mozart».9 En junio del siguiente año,
Ludwig es contratado como intérprete de viola en la orquesta de la corte del príncipe elector de
Colonia Maximiliano Francisco, por recomendación de Neefe. Este puesto le permitió frecuentar la
música de los viejos maestros de capilla, además de facilitarle la entrada en nuevos círculos sociales, en
los que se encontraban algunos de los que serían amigos suyos durante toda su vida, como la familia
Ries, los von Breuning (en cuya casa conoció a los clásicos y aprendió a amar la poesía y la literatura)
o el doctor Franz Gerhard Wegeler (con quien años más tarde se volvería a encontrar en Viena).7

El primer viaje a Viena


Véase también: Mozart y Beethoven
Retrato de un joven Ludwig van Beethoven, realizado por Carl Traugott Riedel
Beethoven encuentra una vía de escape de la presión familiar en 1787 cuando, con 17 años, marcha a la
capital austriaca apoyado por su mecenas, el conde Ferdinand von Waldstein, quien sufraga los gastos
del viaje y, lo más importante, le convence de sus posibilidades de éxito. Parece que durante este viaje
a Viena tuvo lugar un fugaz encuentro con Mozart. En relación a este encuentro, solo existen textos de
discutible autenticidad. De cualquier modo, la leyenda dice que Mozart habría dicho: «Recuerden su
nombre, este joven hará hablar al mundo».7
Al poco tiempo, su madre enfermó gravemente de tuberculosis y su padre le pidió por carta que
regresara a Bonn inmediatamente. La madre murió el 17 de julio de 1787. Tras este hecho, su padre
entró en una depresión y su alcoholismo se agravó, llegando a ser detenido y encarcelado por este
hecho. Después de esto, el joven Ludwig tuvo que responsabilizarse de sus jóvenes hermanos y se vio
obligado a mantenerlos, tocando el violín en una orquesta y dando clases de piano durante cinco años,
mientras que su padre seguía preso. Su padre falleció finalmente el 18 de diciembre de 1792.7

De aprendiz a maestro

Franz Gerhard Wegeler (1765-1848), médico y amigo desde la infancia de Beethoven.


En 1792 el príncipe elector de Bonn volvió a financiarle un viaje a Viena, ciudad en la que permaneció
el resto de su vida componiendo, tratando de alcanzar un reconocimiento social a su persona por medio
del arte y sufriendo un mal particularmente terrible para él: la sordera. Allí, Beethoven recibió clases de
composición con Joseph Haydn, de contrapunto con Johann Georg Albrechtsberger y Johann Baptist
Schenk y de lírica con Antonio Salieri.7
Durante este período tuvo varios duelos musicales con otros pianistas. El primero fue en 1792 ―con
21 años de edad―, durante un viaje con la orquesta de la corte, en el cual tocó con Franz Sterkel,
ejecutando obras de dicho compositor. En 1800 tuvo lugar el famoso duelo en el palacio de Lobkowitz,
en el que el pianista y compositor Daniel Steibelt lo retó a que tocasen juntos. En dicha ocasión,
Beethoven tomó partituras de una obra de este, modificándolas al mismo tiempo que las iba tocando,
con tanta gracia que Steibelt declaró que no volvería a Viena mientras Beethoven viviera allí y
abandonó la ciudad, radicándose en París.7
Con veinticuatro años publicó su primera obra importante: tres tríos
para piano, violín y violonchelo (Opus 1) y el año siguiente, en 1795, realizó su primer concierto
público en Viena como compositor profesional, en el que interpretó sus propias obras. Ese mismo año
le propuso matrimonio a Magdalena Willman pero esta se negó. Posteriormente, realizó una gira
por Praga, Dresde, Leipzig, Berlín y Budapest. En 1796 publicó tres sonatas para piano (Opus 2). La
corte, la nobleza y la Iglesia vienesas acogieron la música de Beethoven y se convirtieron en mecenas y
protectoras del joven músico. Eran frecuentes las disputas entre estos estamentos y el compositor,
debido al carácter fuerte e impulsivo del músico, pero este hecho le hizo granjearse un gran respeto en
la ciudad. Entre sus mecenas se encontraban personalidades como el príncipe Karl von Lichnowsky y
el barón Gottfried van Swieten.7 Por esa época se desligó de Haydn, con el que no coincidía
musicalmente pero a quien, a pesar de esto, dedicó los tres tríos.
En 1800, Beethoven organizó un nuevo concierto en Viena en el que realizó la presentación de
su Primera sinfonía. Su actividad musical iba en aumento y también impartió clases de piano entre las
jóvenes aristócratas, con las que mantuvo romances esporádicos. Al año siguiente, Beethoven se
confesó preocupado por su creciente sordera a su amigo Wegeler. En Heiligenstadt, el año siguiente
escribió el conocido Testamento de Heiligenstadt, en el que expresa su desesperación y disgusto ante la
injusticia de que un músico pudiera volverse sordo, algo que no podía concebir ni soportar. Incluso
llegó a plantearse el suicidio, pero la música y su fuerte convicción de que podía hacer una gran
aportación al género hicieron que siguiera adelante. En dicho testamento escribió que sabía que todavía
tenía mucha música por descubrir, explorar y concretar.7

Beethoven en 1803, pintado por Christian Horneman.


Su música inicial, fresca y ligera, cambió para convertirse en épica y turbulenta, acorde con los tiempos
revolucionarios que vivía Europa. Eran años en que las potencias monárquicas europeas se habían
aliado para derrotar a la Francia revolucionaria. En una deslumbrante campaña en el norte de Italia, en
la que el ejército austríaco fue derrotado, adquirió notoriedad Napoleón Bonaparte, que se convirtió en
un ídolo entre los sectores progresistas. De esta época son la Sonata para piano n.º 8, llamada Patética,
y la Sonata para piano n.º 14, llamada Claro de luna. Su Tercera sinfonía,
llamada La Heroica (traducción de la denominación en italiano Eroica) , estaba escrita en un principio
en «memoria de un gran hombre», Napoleón, que era visto en ese momento como un liberador de su
pueblo. Cuando se declaró a sí mismo emperador, Beethoven se enfureció y borró violentamente el
nombre de Napoleón de la primera página de la partitura. La Heroica se estrenó finalmente el 7 de
abril de 1805.7

Éxito y sufrimiento

Retrato de Beethoven (hacia 1804), en la época de la Sonata Appassionata y de Fidelio. Decidido a


«agarrar el destino por el cuello», compuso en el periodo de 1802 a 1812 una serie de obras brillantes y
enérgicas características de su estilo «heroico».
Muy pronto, Beethoven dejó de necesitar los conciertos y recitales en los salones de la corte para
sobrevivir. Los editores se disputaban sus obras; además, la aristocracia austriaca, quizás avergonzada
por la muerte de Wolfgang Amadeus Mozart en la pobreza, le asignó una pensión anual. Debido a la
pérdida de sus capacidades auditivas, se entregó a una febril actividad creadora, y, a la par, sufrió
penalidades personales producidas por dos desengaños amorosos. No llegó a casarse nunca, pero se le
atribuyen varios romances, sobre todo entre damas de la nobleza. Antonie von Birkenstock, casada con
el banquero alemán Franz Brentano, fue uno de los grandes amores de su vida.10
Entre 1804 y 1807, estuvo enamorado de la joven y bella condesa Josephine Brunswick, viuda de
Joseph Graf Deym. Su amor era correspondido por parte de la condesa pero este no pudo concretarse
debido a las rígidas restricciones sociales de la época y la estricta separación entre la nobleza y el vulgo,
por lo que la relación cesó. Durante este período, Beethoven había terminado Leonore, su única ópera.
Compuso hasta cuatro oberturas diferentes y finalmente cambió el nombre de dicha ópera a Fidelio, en
contra de sus deseos. El 20 de noviembre de 1805 fue la fecha de la primera representación, que tuvo
poca afluencia de público, ya que esa misma semana las tropas de Napoleón habían entrado por
primera vez en Viena. En los años siguientes, Beethoven incrementó su actividad creadora y compuso
muchas obras, entre ellas la Quinta sinfonía, la Sexta sinfonía o Sinfonía Pastoral, la Obertura
Coriolano y la bagatela para piano Para Elisa.7
El archiduque Johann Joseph Rainer Rudolph, benefactor de Beethoven.
Sus apariciones en público eran cada vez más infrecuentes. El 22 de diciembre de 1808 Beethoven dio
uno de sus últimos conciertos en vivo, en una larga jornada que incluyó el estreno de la Fantasía para
piano, orquesta y coro Op. 80, las sinfonías Quinta y Sexta, el Concierto para piano n.º 4 Op. 58,
el aria Ah perfido! y tres movimientos de la Misa en do mayor Op. 86. Tuvo como alumno al
archiduque Johann Joseph Rainer Rudolph, hermano del emperador, y eventualmente se convirtió
también en su más grande benefactor. En 1809, Beethoven no estaba conforme con su situación en
Viena, especialmente bajo el aspecto económico. Entonces se planteó la invitación de Jerónimo
Bonaparte, para dejar Viena y trasladarse a Holanda. Su vieja amiga la condesa Anna Marie Erdödy,
logró convencer a Beethoven para que se mantuviera en Viena con la ayuda de sus más ricos
admiradores, entre los que se encontraban el archiduque Rudolf, el príncipe Lobkowitz y el príncipe
Kinsky, que ofrecieron a Beethoven una pensión anual de 4000 florines, lo que le permitió vivir sin
preocupaciones económicas. La única condición que le pusieron fue no abandonar la ciudad de Viena,
condición aceptada por el compositor. Dicha pensión lo convirtió en el primer artista y compositor
independiente de la historia, ya que anteriormente los músicos y compositores (Bach, Haydn y Mozart
incluidos) eran sirvientes en las casas de la aristocracia, formando parte de su personal doméstico y
componiendo e interpretando según sus amos les pedían. En cambio, las condiciones del arreglo al que
llegó Beethoven con sus benefactores daban libertad al compositor de componer lo que él quisiera, bajo
demanda o no, y cuando él quisiera.7
El incidente de Teplice

El encuentro en Teplice. Al parecer, cuando Beethoven y Goethe paseaban por la alameda de este
balneario, se encontraron a la emperatriz con su familia. El compositor siguió su paseo sin pararse a
saludar. Esta imagen es una recreación posterior de Carl Rohling.
En 1812, Beethoven se trasladó al balneario de Teplitz (Teplice) y durante su estancia escribió la carta a
su «Amada inmortal», que provocó multitud de especulaciones sobre su destinataria aunque nunca se
ha podido averiguar con exactitud. En 1977, el musicólogo estadounidense Maynard Solomon afirmó
que la carta iba dirigida a Antonie Brentano, la esposa de un mercader de Fráncfort del Meno y madre
de cuatro hijos. Debido a su sentido ético y su miedo al matrimonio, Beethoven abandonó esta relación,
a pesar de los conflictos emocionales que le causó.11 En julio de ese año, Bettina von Arnim organizó
un encuentro entre el compositor y Johann Wolfgang von Goethe. Más tarde la condesa publicó su
correspondencia con Goethe y en una de sus cartas al conde Hermann von Pückler-Muskau relató cierto
suceso que al parecer habría ocurrido en dicho balneario ese mismo verano, cuando Beethoven y
Goethe se encontraron por primera vez. Ambos paseaban por la alameda del balneario y de pronto
apareció frente a ellos la emperatriz María Luisa de Austria-Este con su familia y la corte. Goethe, al
verlos, se hizo a un lado y se quitó el sombrero. En cambio, el compositor se lo caló todavía más y
siguió su camino sin reducir el paso, haciendo que los nobles se hicieran a un lado para saludar. Cuando
estuvieron a cierta distancia se detuvo para esperar a Goethe y decirle lo que pensaba de su
comportamiento «de lacayo».
El monumento a Beethoven en Bonn, Münsterplatz.
Según Elisabeth von Arnim, el mismo Beethoven le habría contado esta anécdota. Sin embargo, su
veracidad es muy discutida y hoy existe un cierto acuerdo en considerarla, si no por completo al menos
en buena parte, invento de Elisabeth. En su carta a von Pückler-Muskau, le pregunta si le gusta la
historia, Kannst du sie brauchen? («¿Puedes utilizarla?»). Von Arnim, sin embargo, decide utilizarla
ella misma y en 1839 publicó en la revista Athenäum una carta, supuestamente de Beethoven, en la que
este contaba la anécdota. El original de esta carta no apareció nunca, solo la copia y algunos detalles
(como la fecha) indican que Beethoven no la escribió nunca, o al menos no tal como fue transcrita.
Independientemente de su autenticidad, el incidente encantó a la sociedad vienesa, que lo creyó
verdadero durante mucho tiempo.12
Problemas económicos

La obra orquestal La victoria de Wellington fue compuesta como homenaje a la victoria sobre los
ejércitos napoleónicos en la batalla de Vitoria por parte del duque de Wellington y alcanzó gran
popularidad.
Beethoven había entablado contacto con el inventor Johann Mäzel, que le construyó varios
instrumentos para ayudarlo con sus dificultades auditivas, como cornetas acústicas o un sistema para
escuchar el piano. Su obra orquestal La victoria de Wellington fue compuesta en 1813 para ser
interpretada con un panarmónico, otro de los inventos de Mäzel. Esta obra era un homenaje a la
victoria sobre los ejércitos napoleónicos en la batalla de Vitoria por parte del duque de Wellington y
alcanzó gran popularidad, además de volver verdaderamente famoso al compositor, lo que le procuró
grandes ingresos. Sin embargo, él mismo la calificó como «basura» (algo que no dijo de ninguna otra
obra suya) y hoy está completamente olvidada. El invento de Mäzel que más impresionó al compositor
fue el metrónomo, y escribió cartas de recomendación a editores y comenzó a realizar anotaciones en
las partituras con los tiempos del metrónomo para que sus obras se interpretaran al tempo que él había
concebido. En esa época comenzaron los problemas económicos del compositor, ya que uno de sus
mecenas, el príncipe Lobkowitz, sufrió una quiebra económica y el príncipe Kinsky falleció al caerse
de su caballo, tras de lo cual sus herederos decidieron no pagar las obligaciones financieras que el
príncipe había contraído con el músico.7
Retrato de Beethoven realizado por Louis-René L'étronne en 1814

Reproducción en yeso de una máscara Ludwig van Beethoven en vida en 1812 (contrario a la creencia
convencional, esto no es una máscara mortuoria).
En 1814, acabó las Séptima y Octava sinfonías y reformó la ópera Fidelio, que fue un gran éxito, tanto
de afluencia de público como económico, al igual que el resto de conciertos que realizó en esa época.
Ese mismo año tuvo lugar el Congreso de Viena, que reunió en la ciudad a numerosos mandatarios que
decidían el futuro de Europa después de la derrota de Napoleón. Este fue uno de los momentos de
gloria de Beethoven, ya que fue invitado en muchas ocasiones a participar en los múltiples conciertos
que se dieron en las celebraciones y fue recibido con admiración y reconocimiento.7
Algunas fuentes apuntan a que el último concierto público de Beethoven tuvo lugar el 11 de abril de
ese mismo año (1814)13 y consistió en el estreno del Trío op. 97, junto al violinista Ignaz
Schuppanzigh y el violonchelista Joseph Lincke.14
Tras la muerte de su hermano Kaspar Karl el 15 de noviembre de 1815, tomó la decisión de acoger a su
sobrino Karl, de nueve años de edad, en contra de la voluntad de su cuñada. En los años comprendidos
entre 1815 y 1820, dedicó gran parte de sus energías y su tiempo a la batalla legal para ganar la
custodia de su sobrino Karl. Este esfuerzo le supuso dejar prácticamente de componer (lo que no le
impidió escribir seis ciclos de Lieder y la sonata Hammerklavier). En el testamento del hermano se le
establecía a él como tutor de Karl, pero en el lecho de muerte, a petición de la cuñada, se estableció una
tutoría conjunta. Ludwig, quien aborrecía a su cuñada, tuvo que llevar su causa ante la justicia. Los
tribunales ordinarios no lo conocían y le costaba hacer valer sus influencias, aunque finalmente ganó el
caso, y desde entonces se dedicó a la formación musical de Karl con falsas esperanzas, ya que el chico
no tenía dotes musicales. Uno de los profesores con los que contó su sobrino fue Carl Czerny, que
posteriormente fue profesor de Franz Liszt y antes había sido alumno del propio Beethoven. Además, la
relación con su hijo adoptivo no era excelente; constantemente tenía que encontrarle nuevos tutores, ya
que tenía conflictos con ellos, y este escapaba con su madre y peleaba constantemente con el tío. La
preocupación por el dinero, que acompañó a Beethoven desde los días de la infancia en que tuvo que
proveer para la familia, lo ocupó en este periodo como nunca. Los editores no confiaban en él, pues no
cumplía sus promesas de exclusividad y pedía constantemente más dinero por sus obras. Según su
biógrafo, Emil Ludwig, de este periodo no hay ni una sola carta en la que no se traten, al menos
tangencialmente, problemas de dinero.15
Después de 1815, Napoleón fue definitivamente derrotado y el canciller austriaco Klemens von
Metternich instauró un régimen policial para impedir rebrotes revolucionarios. Beethoven fue una voz
crítica del régimen. En esa época, su nombre era muy respetado en el Imperio y en Europa Occidental,
sobre todo en Inglaterra, en parte gracias al éxito de La victoria de Wellington. Pero el ascenso
de Gioachino Rossini y la ópera italiana, que Beethoven consideraba poco seria, lo colocó en segundo
plano.

Retrato de Beethoven en 1818 realizado por August Klöber


En 1816, realizó el primer esbozo de la Novena sinfonía y dos años más tarde su antiguo alumno y
benefactor, el archiduque Rudolf, fue nombrado cardenal, motivo por el cual Beethoven comenzó a
componer la Misa en re, aunque no estuvo terminada antes de la ceremonia de entronización. En 1822,
Beethoven tuvo un encuentro con Rossini en Viena, ciudad en la que este estaba cosechando grandes
éxitos. Debido a las dificultades con el idioma y la sordera de Beethoven, el encuentro fue breve.7

Últimos años en Viena

Beethoven en 1823, año en que terminó su Novena sinfonía. Retrato de Ferdinand Georg Waldmüller.
Beethoven pasó los últimos años de su vida casi totalmente aislado por la sordera, relacionándose
solamente con algunos de sus amigos a través de los «cuadernos de conversación», que le sirvieron
como medio de comunicación. Su último gran éxito fue la Novena sinfonía, terminada en 1823. En los
tres años finales, se dedicó a componer cuartetos de cuerda y la Missa Solemnis. El 13 de abril de ese
año conoció a Franz Liszt, que entonces tenía once años, durante un concierto del compositor húngaro
y lo felicitó por su interpretación. Años más tarde, Liszt transcribió todas las sinfonías de Beethoven
para piano y fue un destacado intérprete de su obra. El estreno de la Novena sinfonía tuvo lugar el 7 de
mayo de 1824 y fue un rotundo éxito a pesar de las dificultades técnicas que entrañaba la obra. Este
éxito no se tradujo en una ganancia financiera y los problemas económicos continuaron acuciando al
compositor, que aunque tenía el dinero que estaba ahorrando, no lo podía utilizar ya que estaba
destinado como herencia para su sobrino.7
La salud del maestro decayó inexorablemente durante su estancia en la casa de su hermano
en Gneixendorf, a pesar de los cuidados de su familia. Su hermano Nikolaus Johann recordaba: «Al
almuerzo comía únicamente huevos pasados por agua, pero después bebía más vino, y así a menudo
padecía diarrea, de modo que se le agrandó cada vez más el vientre, y durante mucho tiempo lo llevó
vendado». Tenía edemas en los pies y se quejaba continuamente de sed, dolores de vientre y pérdida de
apetito.16 En esa época, comenzó la composición de la Décima sinfonía.
El 1 de diciembre de 1826, Beethoven y Karl volvieron a Viena. La premura de la decisión determinó
que carecieran de un transporte adecuado y solamente pudieron conseguir un
viejo carromato descubierto. El viaje resulta catastrófico para una persona en el estado en que se
encontraba Beethoven, quien llevaba ropa de verano y se vio obligado a pasar la noche en una taberna
de la aldea, donde la habitación no tenía calefacción ni persianas que lo protegieran del frío. Hacia la
medianoche sufrió un escalofrío febril y comenzó una tos seca acompañada de sed intensa y fuertes
dolores en los costados. Estando así, el maestro bebió grandes cantidades de agua helada que solo
agravaron su condición. Sin embargo, logró recuperarse de su crisis gracias a la atención del doctor
Wawruch y consiguió llegar a la capital. El 20 de diciembre, se le extrajeron fluidos abdominales. Karl
permaneció durante todo el mes a su lado hasta su incorporación, en enero, a su regimiento. El joven se
había reconciliado totalmente con su tío tras el lamentable episodio del suicidio:17 «Mi querido padre:
vivo satisfecho y solo me pesa verme separado de ti».

Beethoven en su lecho de muerte, por Josef Eduard Teltscher


Casi en la miseria, a pesar de tener una gran fortuna en acciones financieras, escribió a sus amigos
en Londres para pedir algún dinero. La respuesta llegó de inmediato, junto con cien libras
esterlinas prestadas incondicionalmente. Cuando se difundió en Viena el estado terminal de Beethoven,
todos sus antiguos amigos que aún vivían acudieron a su domicilio de la Schwarzspanierhaus para
expresarle sus deseos de una pronta recuperación, aunque en realidad su propósito era despedirse del
envejecido compositor.18
A pesar de los cuidados de su médico y el cariño de sus amigos, la maltrecha salud del músico, que
había padecido problemas hepáticos durante toda su vida, empeoró. Esos últimos días le
acompañaron Franz Schubert, quien en realidad no se atrevió a visitar al maestro, pero un amigo de
ambos le mostró al moribundo las partituras de sus lieder, que Beethoven tuvo oportunidad de admirar
y se le atribuye la frase: «es verdad que en este Schubert se encuentra una chispa divina», recordando el
comentario que sobre él hiciera Mozart y haciendo el cumplido que no hiciera a ningún otro músico.19
El 20 de marzo escribe: «estoy seguro de que me iré muy pronto». Y el día 23, entre los estertores del
moribundo, algunas fuentes indican que exclamó: «Aplaudid amigos, comedia finita est» («La comedia
ha terminado»), un final típico de la comedia del arte, aunque en 1860 Anselm Hüttenbrenner negó que
Beethoven hubiera pronunciado tales palabras.20 Esa misma tarde, tomó la pluma para designar a su
sobrino Karl legatario de todos sus bienes.
Fallecimiento

El 29 de marzo de 1827 se ofició el funeral de Beethoven, al que acudieron más de 20 000 personas.

Tumba de Beethoven en el cementerio Zentralfriedhof de Viena


Al día siguiente, 24 de marzo de 1827, Beethoven recibe la extremaunción y la comunión según el rito
católico. Cabe señalar que las creencias personales de Beethoven fueron muy poco ortodoxas. Esa
misma tarde entra en coma para no volver a despertar hasta dos días más tarde. Su hermano Nikolaus
Johann, su cuñada y su admirador incondicional Anselm Hüttenbrenner le acompañaron al final, ya que
sus pocos amigos habían salido a buscar una tumba. Sus últimas palabras fueron dirigidas al vino
del Rin que llegó después de mucho esperar el encargo, que se esperaba surtiera buenos efectos sobre la
salud del músico: «Demasiado tarde, demasiado tarde...».21 Hüttenbrenner relató los últimos
momentos del compositor el 27 de marzo de 1827 de la siguiente forma:
Permaneció tumbado, sin conocimiento, desde las 3 de la tarde hasta las 5 pasadas. De
repente hubo un relámpago, acompañado de un violento trueno, y la habitación del
moribundo quedó iluminada por una luz cegadora. Tras ese repentino fenómeno, Beethoven
abrió los ojos, levantó la mano derecha, con el puño cerrado, y una expresión amenazadora,
como si tratara de decir: «¡Potencias hostiles, os desafío!, ¡Marchaos! ¡Dios está conmigo!»
o como si estuviera dispuesto a gritar, cual un jefe valeroso a sus tropas «¡Valor, soldados!
¡Confianza! ¡La victoria es nuestra!». Cuando dejó caer de nuevo la mano sobre la cama,
los ojos estaban ya cerrados. Yo le sostenía la cabeza con mi mano derecha, mientras mi
izquierda reposaba sobre su pecho. Ya no pude sentir el hálito de su respiración; el corazón
había dejado de latir.

Anselm Hüttenbrenner.22

Máscara mortuaria de Beethoven, realizada por Josef Danhauser


Tres días después de su fallecimiento, el 29 de marzo, tuvo lugar el funeral. Se celebró en la iglesia de
la Santa Trinidad, distante un par de manzanas del domicilio de Beethoven, y en él se interpretó
el Réquiem en re menor de Wolfgang Amadeus Mozart. Al mismo asistieron más de 20 000 personas,
entre las que se encontraba Schubert, gran admirador suyo. El actor Heinrich Anschütz leyó la oración
fúnebre, que fue escrita por el poeta Franz Grillparzer, a las puertas del cementerio de Währing, ahora
Schubert Park.7
En su escritorio de trabajo, se encontró el Testamento de Heiligenstadt, redactado en 1802, en donde
explica a sus hermanos el porqué de su profunda amargura. También se encontró la mencionada
desgarradora carta de amor dirigida a su «Amada inmortal», a la que llama «mi ángel, mi todo, mi
mismo yo».7
Estudios sobre las causas de su muerte

Algunos análisis de un mechón del cabello de Beethoven y de un fragmento de su cráneo dieron como
resultado la existencia de altas concentraciones de plomo.
A lo largo de su vida, Beethoven visitó gran cantidad de médicos para curar sus diversas dolencias
físicas, como mala digestión, dolor abdominal crónico, cirrosis hepática, nefropatía, pancreatitis
crónica, irritabilidad, depresión, así como otros síndromes sin etiología demostrada, tales como
alteraciones gastrointestinales, bronquiales, articulares y oculares.23 En una carta a un amigo, expresó
su deseo de que, después de su muerte, sus restos fueran usados para determinar la causa de su
enfermedad y evitar que otros padecieran su mismo sufrimiento.24 Desde su fallecimiento, a los
cincuenta y seis años de edad, en 1827, han existido muchas especulaciones y estudios sobre las causas
de sus múltiples dolencias y su muerte, pero no han conseguido determinar una patología sistémica
para explicar al menos gran parte de sus síndromes.2423
Estudios realizados en el Centro de Tratamiento Pfeiffer en Warrenville (Illinois) en 2005 han revelado
algunos datos sobre las causas de su muerte. Los análisis de un mechón de su cabello y de un
fragmento de su cráneo dieron como resultado la existencia de altas concentraciones de plomo, lo que
indica que el compositor podría haber padecido saturnismo. Aparentemente, Beethoven ingería agua
contaminada con plomo, que se obtenía de un arroyo campestre creyendo que tenía propiedades
curativas. Las últimas investigaciones señalan que fue por el plomo de los vasos que usaba para beber.
A raíz de dichos estudios, se pudo saber que el compositor padecía problemas estomacales desde los
veinte años y que, en ocasiones, sufría crisis depresivas.25 Los problemas estomacales y el cambio de
personalidad que sufrió a los veinte años concuerdan con el diagnóstico de envenenamiento por
plomo.24 En estos estudios, también se destaca la ausencia de niveles perceptibles
de cadmio o mercurio en el mechón y el hueso, elementos a los que previamente se había identificado
como causantes de la enfermedad de Beethoven. La presencia de plomo en el cráneo confirmó que la
exposición del músico a dicho elemento no fue un hecho puntual en su vida, sino que tuvo que estar
sometido a él durante muchos años. Aunque existen algunos extraños casos de sordera provocados por
envenenamiento por plomo, no hay ninguna evidencia sólida que sustente que fuese esta la causa de la
que padeció Beethoven.24
Otro estudio afirma que Beethoven falleció a causa de una insuficiencia hepática que desencadenó
un coma hepático. Además, puede que con probabilidad padeciera una septicemia final, con el
antecedente de una ascitis fistulizada e infectada. No se puede afirmar con certeza si una insuficiencia
renal y una diabetes descompensada fueron motivo de su fallecimiento. En la medicina moderna, la
causa de su muerte sería catalogada como un fallo multisistémico, originado por su insuficiencia
hepática.23

Personalidad

Facsímil del Testamento de Heiligenstadt


La vida personal de Beethoven fue problemática debido a su creciente sordera, que le llevó a plantearse
el suicidio, según afirmó en los documentos encontrados en el Testamento de Heiligenstadt. A menudo,
Beethoven era irascible y puede que sufriera trastorno bipolar.26 Sin embargo, tuvo un círculo íntimo
de amigos fieles durante toda su vida, quizás atraídos por la fortaleza de su reputada personalidad.
Hacia el final de su vida, los amigos de Beethoven compitieron en sus esfuerzos para ayudar al
compositor a paliar sus incapacidades físicas.27

Paseo de Beethoven en la naturaleza, Julius Schmid


Hay numerosas evidencias del desdén que sentía Beethoven hacia la autoridad y el sistema de clases
sociales. Detenía su interpretación al piano si su audiencia comenzaba a hablar entre sí o si dejaban de
prestarle total atención. En los eventos sociales, se negaba a interpretar si le invitaban a hacerlo sin
previo aviso. Finalmente, y después de muchas confrontaciones, el archiduque Rudolf decretó unas
normas básicas de etiqueta en la corte que no afectaban a Beethoven.27
Producción musical
Véanse también: Mozart y Beethoven y Beethoven y do menor.
Beethoven es reconocido como uno de los más grandes compositores de la historia. Ocasionalmente, es
mencionado como parte de «Las tres bes» (junto con Bach y Brahms), quienes personalizan esta
tradición. También es la figura central de la transición entre el clasicismo musical del siglo XVIII y
el romanticismo del siglo XIX, por la profunda influencia que ejerció sobre las siguientes generaciones
de músicos.27

Visión general
Beethoven compuso obras en una amplia variedad de géneros y para una amplia gama de
combinaciones de instrumentos musicales. Sus obras para orquesta sinfónica incluyen nueve sinfonías
(la Novena sinfonía incluye un coro) y alrededor de una docena de piezas de música «ocasional».
Compuso nueve conciertos para uno o más instrumentos solistas y orquesta, así como cuatro obras
cortas que incluyen a solistas acompañados de orquesta. Fidelio es la única ópera que escribió y entre
sus obras vocales con acompañamiento orquestal se incluyen dos misas y una serie de obras cortas.11
Compuso un amplio repertorio de obras para piano, entre ellas treinta y dos sonatas para piano y
numerosas obras cortas, incluidos los arreglos (para piano solo o dúo de piano), de algunas de sus otras
obras. Las obras en las que usa el piano como instrumento de acompañamiento incluyen diez sonatas
para violín, cinco sonatas para violonchelo y una sonata para corno francés, así como
numerosos lieder.11
La cantidad de música de cámara que produjo Beethoven fue notable. Además de los dieciséis cuartetos
de cuerda, escribió cinco obras para quinteto de cuerda, siete para trío con piano, cinco para trío de
cuerda y más de una docena de obras para gran variedad de combinaciones de instrumentos de
viento.11

Los tres periodos

Sonata patética (Periodo temprano).


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Sonata para piano n.º 8 en do menor, primer y
segundo movimientos
Claro de luna (Periodo medio).
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Sonata para piano n.º 14 en do♯ menor, primer
movimiento
Sonata para piano n.º 32 Opus 111 (Periodo
tardío).
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Sonata para piano n.º 32 en do menor, primer
movimiento
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Según el escritor ruso Wilhelm von Lenz, la carrera como compositor de Beethoven se divide en tres
periodos: temprano, medio y tardío.27 El periodo temprano abarca hasta alrededor de 1802, el periodo
medio se extiende desde 1803 hasta cerca de 1814 y el periodo tardío va desde 1815 hasta el
fallecimiento del compositor. Esta división de Lenz, realizada en Beethoven et ses trois styles (1852),
ha sido utilizada ampliamente por otros musicólogos, con ligeros cambios, desde entonces.2829
En su período temprano, el trabajo de Beethoven estuvo fuertemente influido por sus
predecesores, Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart, pero también exploró nuevas direcciones y
gradualmente amplió el alcance y la ambición de su obra. Algunas obras importantes de este periodo
son la Primera y Segunda sinfonías, un conjunto de seis cuartetos de cuerda (Opus 18), los primeros
dos conciertos para piano (los n.º 1 y n.º 2) y la primera docena de sonatas para piano, incluyendo la
famosa Sonata Patética, Op. 13.30
El periodo medio, también llamado heroico, comienza después de la crisis personal provocada por la
creciente sordera del músico. Es destacada por las obras de gran escala que denotan el heroísmo y la
lucha. Las composiciones de este periodo incluyen seis sinfonías (las n.º 3, 4, 5, 6, 7 y 8), los últimos
tres conciertos para piano, el Triple concierto y el Concierto para violín, cinco cuartetos de cuerda
(n.º 7 al 11), varias sonatas para piano (incluyendo las sonatas Claro de
luna, Waldstein y Appassionata), la Sonata Kreutzer para violín, y su única ópera, Fidelio.3132
El periodo tardío comienza alrededor de 1815. Las obras de dicho periodo se caracterizan por su
profunda carga intelectual, sus innovaciones formales y su intensidad, expresión sumamente personal.
El Cuarteto de cuerda n.º 14, Op. 131 tiene siete movimientos enlazados y la Novena sinfonía incorpora
la fuerza coral a una orquesta en el último movimiento.27 Otras composiciones de este periodo son
la Missa Solemnis, los cinco últimos cuartetos de cuerda (incluyendo la Grosse fugue) y las cinco
últimas sonatas para piano.31

Obras
Véase también: Anexo:Catálogo de obras de Beethoven
En su prolífica trayectoria musical, Beethoven dejó para la posteridad un importante legado:
nueve sinfonías, una ópera, dos misas, tres cantatas, treinta y dos sonatas para piano, cinco conciertos
para piano, un concierto para violín, un triple concierto para violín, violonchelo, piano y orquesta,
dieciséis cuartetos de cuerda, una gran fuga para cuarteto de cuerda, diez sonatas para violín y piano,
cinco sonatas para violonchelo y piano e innumerables oberturas, obras de cámara, series
de variaciones, arreglos de canciones populares y bagatelas para piano.
Sinfonías
Artículo principal: Sinfonías de Ludwig van Beethoven

Oda a la alegría
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De la Novena sinfonía de
Beethoven.

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Beethoven compuso nueve sinfonías a lo largo de su trayectoria musical. Entre ellas se destacan
la Tercera sinfonía, también llamada en castellano Heroica,a en mi♭ mayor, la Quinta sinfonía, en do
menor y la Novena sinfonía, en re menor (cuyo cuarto movimiento está basado en la Oda a la Alegría,
escrita por Friedrich von Schiller en 1785).
Compuso su Primera sinfonía entre 1799 y 1800, cuando tenía 30 años de edad, y continuó
componiendo sinfonías hasta su muerte.
Existe controversia sobre la existencia de una Décima sinfonía, en la que estaría trabajando Beethoven
cuando falleció.
Oberturas

Obertura Coriolano
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Interpretada por la Fulda Symphonic Orchestra,
dirigida por Simon Schindler

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Las diez oberturas de Beethoven son piezas cortas que, posteriormente, serían ampliadas y trabajadas
para su incorporación en obras mayores. En el fondo, es música compuesta para
musicalizar ballets (Las criaturas de Prometeo) y obras de teatro: Coriolano de William
Shakespeare, Egmont de Johann Wolfgang von Goethe, etc. Se trata de composiciones cerradas y
uniformes que expresan emociones e ideas llenas de heroísmo. El tema de la libertad está muy presente
en este apartado de la producción del músico de Bonn. Por ejemplo, la Obertura Coriolano (Op. 62)
ilustra musicalmente el drama homónimo de Shakespeare basado en el héroe que tiene que escoger
entre la libertad de conciencia y su lealtad a las leyes romanas, Leonora n.º 3 (Op. 72a), por su parte, es
una obertura destacada de las cuatro escritas para la ópera Fidelio. De idéntica valía son Las criaturas
de Prometeo (Op. 43) y Egmont (Op. 84), siendo esta última un buen ejemplo de la típica composición
beethoveniana.
Conciertos

Concierto para piano n.º 1 en do mayor, Op. 15 - I. Allegro


con brio
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Interpretado por Aaron Dunn con la Bucharest College
Orchestra.
Concierto para piano n.º 1 en do mayor, Op. 15 - II. Largo
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Interpretado por Aaron Dunn con la Bucharest College
Orchestra.
Concierto para piano n.º 1 en do mayor, Op. 15 -
III. Rondo. Allegro scherzando
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Interpretado por Aaron Dunn con la Bucharest College
Orchestra.

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Cada concierto para piano de Beethoven es distinto y desarrolla una escritura pianística de
gran virtuosismo (él mismo fue un gran virtuoso en su juventud). Quizá el más famoso sea el Concierto
para piano n.º 5 «Emperador», de 1809, en donde el virtuosismo y el sinfonismo se combinan a la
perfección. Es una composición épica que tiene un originalísimo arranque y soberbias cadencias. El
origen del sobrenombre de este concierto no se lo puso el propio compositor sino que se lo asignaron
los primeros asistentes como público, dada la grandeza y majestuosidad de la obra.33
El primer y segundo conciertos para piano destacan por su concepción alegre, mientras que
el Concierto para piano n.º 3, de 1801, de tono serio, es de una amplitud y calidad incomparables. Por
su parte, el Concierto para piano n.º 4, Op. 58, de 1808, apuesta por la profundidad lírica y ha sido
considerado, por la Allgemeine musikalische Zeitung de mayo de 1809, como el «mejor concierto para
instrumento solo jamás compuesto».34 En cuanto a los conciertos en los que participan otros
instrumentos, hay que señalar el Concierto para violín y el Triple concierto para violín, violonchelo,
piano y orquesta, en donde Beethoven sustituye el sinfonismo por un entretenimiento muy del gusto de
la época, dando ocasión a resonancias algo exóticas: Rondó alla polacca es su rítmico tercer
movimiento.
Beethoven también compuso una Fantasía para piano, orquesta y coro, Op. 80, que es una triple
fantasía: comienza el piano solo, se le une la orquesta y, cerca del final, hace su entrada el coro —un
esquema similar al de la Novena sinfonía—.
El único Concierto para violín, Op. 61 (que cuenta además con una transcripción para piano, obra del
mismo Beethoven, Op. 61b) fue en su tiempo una obra controvertida que atrajo poca atención en su
estreno, con el violinista Franz Clement en la parte solista. Fue solo en 1850, de la mano del
violinista Joseph Joachim, amigo de Johannes Brahms, cuando el concierto alcanzó notoriedad. La
explicación de esta demora en imponerse es lo complejo de su interpretación, que hizo que pocos
violinistas se atreviesen a tocarlo por años, argumentando que la participación del violín a la par con la
orquesta les restaba protagonismo, lo que se unía a la fuerte exigencia de Beethoven. Dentro de esta
categoría de obras para violín y orquesta deben incluirse además dos breves Romanzas para violín y
orquesta.
Sonatas para piano

Manuscrito de la Sonata para piano Op. 109


Sus treinta y dos sonatas manifiestan la personalidad revolucionaria y de transición de Beethoven, y el
compositor se sitúa como el más destacado de la forma sonata del periodo comprendido entre
clasicismo y romanticismo. Fiel a la forma sonata, el compositor alemán se permite más de una
innovación: sonata de dos (Op. 111), cuatro (Op. 109) o cinco movimientos, temas
con variaciones, fugas, scherzi, etc.
Estas sonatas presentan nuevas sonoridades, audaces experimentos, y queda encerrado el mundo
interior del compositor y también el recién llegado lenguaje expresivo de la revolución romántica. En la
temprana Patética, en la tempestuosa Appassionata, en la brusca y laberíntica Hammerklavier, en las
últimas sonatas Op. 110 y 111, el compositor llega a las fronteras de la exposición pianística, que serán
alcanzadas en el Op. 120. Beethoven fue uno de los compositores que más exigió a los constructores de
piano a mejorar la sonoridad y resistencia de los pianofortes decimonónicos.
El inadecuado entrenamiento que tuvo Beethoven en sus primeros años de estudios musicales se refleja
en las tres sonatas para piano escritas en 1783. El piano súbito, los repentinos arranques, las figuras
de arpegios (ejecutadas a altas velocidades en varias octavas de forma ascendente o descendente)
conocidas como los «cohetes de Mannheim», son característicos de la personalidad musical y
sentimental de Beethoven. Él es el primero en usar el acorde de novena sin preparar y que se puede
observar en el primer movimiento de su Sonata para piano n.º 14 «Claro de luna», dedicada a otro de
los grandes amores de su vida, la condesa Giulietta Guicciardi.
Las sonatas para piano de Beethoven transportaron la música a un nuevo orden. Después de 1800,
Beethoven empezó a desarrollar el género con proyecciones románticas. La Sonata n.º 11 Op. 22, en
si ♭ mayor, es la última sonata del primer período de composición, la cual Beethoven declaró como su
sonata preferida. La Op. 26 en la ♭ , la primera que compuso desde el comienzo del nuevo siglo, se
abre con un tema lento con variaciones, sigue con un scherzo temerario y vertiginoso, una marcha
fúnebre «a la muerte de un héroe» y concluye en un agitado final. A esta le siguieron las dos
sonatas Quasi una fantasía Op. 27 (a la segunda se la suele llamar Claro de Luna) que formalmente son
poco convencionales. Los siguientes hitos de su composición pianística coincidieron con la gran crisis
que le produjo el agravamiento de su sordera. La brillante Waldstein (el apellido del conde a quien va
dedicada, más conocida por Aurora en los países hispanoparlantes) y la arrolladora Appasionata fueron
de concepción tan revolucionaria, que hasta el propio Beethoven se abstuvo de escribir para piano solo
durante algunos años. Pero la cima de su pianismo son las cuatro últimas de las treinta y dos sonatas,
desde la Op. 106, Hammerklavier —que es frecuentemente referida como «sinfónica», por sus cuatro
movimientos—, hasta la Op. 111 en do menor, la tonalidad de la que se valía para su música Sturm und
Drang, como por ejemplo, su Quinta sinfonía. Las sonatas exigían un virtuosismo pianístico sin
precedentes hasta entonces y eran prácticamente intocables en la época. Franz Liszt fue quien demostró
que eran «interpretables».
Sonatas para piano y violín
Destacan también las diez sonatas para violín y piano, en especial la Sonata para violín n.º 9
«Kreutzer», Op. 47, conocida por las exigencias que presenta para la parte del violín. Está dedicada
a Rodolphe Kreutzer, conocido violinista de la época. Así mismo, la Sonata para violín n.º 5, conocida
como Frühling (Primavera) y la Sonata para violín n.º 10 gozan de gran popularidad.
Ópera y música vocal

Ludwig van Beethoven en 1815. El año anterior había terminado las Séptima y Octava sinfonías y
reformado la ópera Fidelio
Beethoven se centró sobre todo en la música orquestal, compaginándola con la música de cámara y
para piano. También desarrolló obras vocales, aunque con suerte muy diversa. Por ejemplo, su única
ópera escrita, Fidelio, revisada desde 1805 hasta 1814, fue un fracaso el día de su estreno. El músico
tuvo que esperar hasta el 23 de mayo de 1814 para ser aclamado de forma entusiasta por un público
enfervorizado. La nueva versión representaba para el público más que la recreación de los principios de
la Ilustración, como fue su primer objetivo en 1805, la celebración de las victorias sobre Napoleón y
como una alegoría de la liberación de Europa. Fue entonces cuando, ruborizado ante tales muestras de
apoyo y cariño del público, escribió en su libro de conversaciones: «Es evidente que uno compone más
bellamente cuando lo hace para el gran público». Se trataba, sin duda, del mismo compositor que había
gritado al editor, tras el desastre de su primer Fidelio: «No compongo para la galería, que se vayan
todos al infierno», nueve años antes.35
Lo cierto es que Beethoven no mostraría particular interés en escribir óperas. Un proyecto largamente
conversado con Goethe para transformar en ópera el Fausto no llegaría jamás a concretarse por razones
desconocidas hasta hoy. Sin embargo, algunos autores, basados principalmente en anotaciones del
propio Beethoven, han descrito algunas de sus sinfonías como «óperas encubiertas». Tal carácter ha
sido asignado tanto a la Sexta sinfonía como a la Tercera.
La Missa Solemnis, escrita entre 1819 y 1823, su segunda obra para la Iglesia católica, es un canto de
fe a Dios y a la naturaleza del hombre. Es una de sus obras más famosas, compuesta por encargo de su
alumno, el archiduque Rudolf, nombrado en esa época arzobispo de Olomouc. La Missa
solemnis provocó no pocos problemas a Beethoven. La obra fue estrenada parcialmente junto con
la Novena sinfonía.36
Otras obras corales de Beethoven son la Fantasía coral para piano, coro y orquesta (Op. 80), la Misa en
do mayor, Latina (Op. 86), así como numerosos lieder, arias, coros y cánones, un ciclo de melodías,
la cantata «En la Muerte del Emperador José II» (Op. 196) y el oratorio Cristo en el monte de los
Olivos, de 1803, así como el célebre presto de la Novena sinfonía.
Cuartetos de cuerda

Portada de la primera edición de Artaria del Cuarteto de cuerda n.º 13 (Op. 130)
Hay algunos críticos musicales que opinan que el género de los cuartetos de cuerda desarrollado por
Beethoven es más representativo que el de las sonatas para piano y el de las sinfonías. De hecho,
Beethoven murió componiendo cuartetos.37
En los cuartetos se puede comprobar el desarrollo de Beethoven a través de sus «tres estilos»: los
primeros cuartetos, fieles a Haydn; el segundo período dominado por los llamados Cuartetos rusos,
compuestos por encargo del aristócrata Razumovski; pero los más significativos son los seis finales,
compuestos entre 1824 y 1827, es decir, correspondientes a la última etapa, algunas veces llamada
«esotérica». La importancia del género en Beethoven rebasa los límites del Romanticismo, al grado de
que sus últimas obras son una anticipación estilística y técnica que influiría en Dmitri
Shostakóvich, Béla Bartók y en la Segunda Escuela de Viena de inicios del siglo XX. Los cuartetos
muestran al Beethoven más profundo y original.
El Op. 18 constituye el primer esfuerzo importante de Beethoven en este complejo género musical y
engloba seis obras dedicadas a su maestro, Joseph Haydn: aunque se encuentran todavía evidencias de
las obras anteriores de Mozart y Haydn, ya hay un deseo de mostrar la originalidad que se verá
plasmada en sus trabajos posteriores, como el movimiento final del Cuarteto de cuerda n.º 6 en
si♭ mayor, «La malinconia», el cual es una introducción lenta que casi rebasa los límites tonales para
luego dar paso al rondó concluyente.
En el periodo medio ya se aprecia a un Beethoven maduro, plenamente consciente de su poderío como
creador y artista, pero sumido en la lucha contra la sordera. La primera parte de este periodo medio se
constituye con el poderoso opus 59 Razumovski, constituido por tres cuartetos. Varios críticos
musicales han tratado de ver un ciclo en este grupo de piezas dedicadas al conde Razumovski, el cual le
proporcionó a Beethoven acceso a diversas melodías rusas como motivo de inspiración, aunque esto no
condujo a una influencia definitiva. Hay varios motivos para creer que el punto de vista cíclico es
cercano a la realidad, tomando en cuenta que el primer movimiento del primer cuarteto es una especie
de síntesis de la forma sonata y que justamente el último del tercero es una compleja fuga, la cual tiene
bastantes elementos de herencia con respecto al movimiento final de la Sinfonía «Júpiter» de Mozart,
aunque el desarrollo estilístico del cuarteto es, como es natural, mucho mayor que el de dicha sinfonía.

Una estatua basada en la máscara en vida de Beethoven


Los últimos cuartetos y la Grosse fugue trascienden el Romanticismo y son considerados como el
verdadero legado musical de Beethoven por su complejidad melódica, armónica y de ejecución. En la
época de su estreno no fueron bien recibidos, pero cuando le comentaron al compositor que la Grosse
fugue había causado el rechazo general, este respondió «No importa, no la compuse para ellos, sino
para el futuro». Sin embargo, Beethoven consintió quitarla del Cuarteto de cuerda n.º 13 (Op. 130), del
que inicialmente formaba parte (ahora la pieza lleva por número de opus el 133) y compuso un nuevo
final para este cuarteto.
Beethoven en la cultura popular

Sello postal de la República Federal Alemana emitido en 1970, en conmemoración del bicentenario del
nacimiento del compositor.
La presencia de Beethoven como símbolo, y no solo como músico, es un fenómeno heredado del
romanticismo. Tradicionalmente se ha difundido la visión del cuadro de Joseph Karl Stieler, cuyo
enorme impacto se dejó traslucir tras el éxito de las serigrafías de Andy Warhol en 1987. Se han dejado
de lado otras versiones, sea por que tuvieran una calidad artística considerada inferior, o que mostraran
una imagen considerada en algún aspecto «poco verídica» respecto a la imagen que ya se encuentra
establecida en el imaginario popular acerca del músico.38

Filatelia y numismática
Existen numerosos sellos postales y otros documentos filatélicos y numismáticos de países de todo el
mundo en honor a Ludwig van Beethoven. Alemania es el país más prolífico de todos, aunque existen
sellos emitidos en Francia, Mónaco, Austria, países de África y Sudamérica, entre otros. En total hay
alrededor de doscientos sellos dedicados al compositor alemán.39 Beethoven también ha aparecido en
diversas monedas y medallas, acuñadas en muchos casos con motivo de los aniversarios de su
nacimiento, de su fallecimiento o para conmemorar algún hecho destacado en su ciudad natal, Bonn.
Estas monedas o medallas han sido acuñadas en países de toda Europa, Estados Unidos o Asia.40

Cine, teatro y televisión


El compositor ha sido mostrado biográficamente en numerosas ocasiones en el cine, en el teatro y en
la televisión. Estas son algunas de ellas:
Comienzan sus representaciones en 1909 con una película muda del escritor y
director francés Victorin-Hippolyte Jasset que se titulaba Beethoven y que estaba protagonizada
por Harry Baur.41
La siguiente película sobre el compositor, Das Leben des Beethoven (La vida de Beethoven), fue
alemana y se rodó en 1927, dirigida por Hans Outto Löwenstein.42
El escritor y director francés Abel Gance realizó en 1936 otra película del compositor, Un grand
amour de Beethoven (Un gran amor de Beethoven), en la que fue Harry Baur otra vez quien representó
el papel del compositor.43
Walt Disney ilustró la Sexta sinfonía en uno de los números de su película Fantasía.44
Beethoven en 1977-1978 una serie de anime japonesa llamada «Manga Ijin Monogatari»45 , realizó
un cortometraje breve sobre la vida de Beethoven.46
En 1985 apareció Le Neveu de Beethoven (El sobrino de Beethoven).47
En 1992, una película para la televisión, Beethoven Lives Upstairs (Beethoven vive en el piso de
arriba) fue la ganadora del premio Emmy.48
En 1994, el director Bernard Rose creó Immortal Beloved (Amada inmortal) con Gary Oldman en el
papel del compositor.49
En 2006, la directora Agnieszka Holland produjo Copying Beethoven (Copiando a Beethoven) con Ed
Harris como protagonista.50
En el mismo año, la Universidad Panrusa Guerásimov de Cinematografía produjo
el cortometraje de dibujos animados Fantasía sobre un hombre muerto por la música de
Beethoven (Фантаэия о мертвом человеке на музыку Бетховена), dirigido por Mariya Litvínova
(Мария Литвинова).51
Además, su música ha sido usada en más de doscientas cincuenta películas y programas de
televisión.52

Véase también
 Portal:Música clásica. Contenido relacionado con Música clásica.
Primera Escuela de Viena
Anexo:Catálogo de obras de Beethoven
Anexo:Retratos de Beethoven
Beethoven y do menor
Mozart y Beethoven
Guerra de los románticos
Anexo:Compositores de música clásica

Notas
1.↑ Beethoven dio a su Tercera sinfonía el sobrenombre de Eroica en italiano, que
en español sería Heroica.
Referencias
1. ↑ Pronunciado [ˈluːtvɪç fan ˈbeːthoːfn]. En realidad, el nombre que consta en su acta de bautismo
es Ludovicus van Beethoven. En las regiones germánicas de mayoría católica, era frecuente bautizar a
los neonatos con nombres en latín, en parte porque toda la liturgia católica se desenvolvía en dicha
lengua, además de que el latín era el idioma oficial del Sacro Imperio Romano Germánico; sin embargo,
nunca utilizó la versión latina de su nombre.
2. ↑ Beethoven fue bautizado el 17 de diciembre, normalmente se atribuye su fecha de nacimiento un día
antes, el 16, pero este dato no es seguro con certeza.
3. ↑ Nombre ocasionalmente referido como Louis o Lodewijk, en idioma holandés.
4. ↑ Equivalente en holandés de la preposición española de.
5. ↑ Saltar a:a b lvbeethoven.com (ed.). «Genealogía de Beethoven». Consultado el 24 de marzo de 2009.
6. ↑ «Karl van Beethoven's family tree» (en inglés). Consultado el 23 de abril de 2011.
7. ↑ Saltar a:a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r lvbeethoven.com (ed.). «Biografía de Beethoven».
Consultado el 24 de marzo de 2009.
8. ↑ Basile, Marianna (1981). «La infancia y la educación musical». Vinicio de Lorentiis,
ed. Beethoven (René Palacios More, trad.) [Beethoven]. Protagonistas de la civilización (Especial para
Círculo de Lectores edición). Verona, Italia: Edizione Futuro. p. 10. ISBN 84-226-1491-X. Consultado
el 16 de febrero de 2019. «Gracias a testimonios posteriores de sus compañeros de clase, podemos
delinear el aspecto físico del pequeño Beethoven durante sus últimos años escolares: un niño que
revelaba ya una estatura más bien baja, con cuello corto, cabeza grande y nariz redonda. El cabello muy
oscuro, así como el color de su tez, le valieron entre los compañeros el apodo de «el Español».»
9. ↑ Buchet, 1991, p. 33.
10. ↑ Según se afirma en Solomon, Maynard (1972). New Light on Beethoven's Letter to an
Unknown Woman. Vol. 58, n.º 4 (Oct.). The Musical Quarterly. pp. 572-587. Antonie von
Birkenstock fue la destinataria de la carta a la Amada inmortal. Dicha teoría fue refutada
posteriormente por varios autores, entre los que se encuentran Goldschmidt, Tellenbach, Beahrs,
Steblin, Altman y Walden.
11. ↑ Saltar a:a b c d «Ludwig van Beethoven». epdlp.com. Consultado el 25 de marzo de 2009.
12. ↑ Beethoven, Ludwig van; Kalischer, Alfred Christlieb (1926). Arthur Eaglefield Hull,
ed. Beethoven's letters. Courier Dover Publications. p. 136. ISBN 978-0-486-22769-6.
13. ↑ Rattalino, Piero (1997). Historia del Piano. Cooper City (Florida): SpanPress
Universitaria. ISBN 1-58045-903-X.
14. ↑ mundoclasico.com (ed.). «Un par de tríos». Archivado desde el original el 11 de junio de 2008.
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Enlaces externos
 Wikimedia Commons alberga una galería multimedia sobre Ludwig van Beethoven.
Partituras libres de Ludwig van Beethoven en el Proyecto Biblioteca Internacional de Partituras
Musicales (IMSLP) (en inglés).
Ludwig van Beethoven en el Proyecto Mutopía
Beethoven: a caballo entre dos siglos y dos músicas en Sinfonía Virtual: Revista Musical

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