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El peronismo

Definición
El peronismo o justicialismo es un movimiento político surgido en Argentina a mediados de la
década de 1940 alrededor de la figura de Juan Domingo Perón y un considerable número de
sindicatos. Desde su surgimiento ha tenido una importante influencia política en dicho país.

Entre 1946 y 2019, el justicialismo ganó diez elecciones presidenciales: 1946 (Perón), 1951
(Perón), las dos de 1973 (Cámpora y Perón), 1989 (Menem), 1995 (Menem), 2003 (Kirchner),
2007 (Fernández de Kirchner), 2011 (Fernández de Kirchner) y 2019 (Fernández), y perdió
las elecciones de 1983, 1999 y 2015. Fue derrocado dos veces por golpes de estado militares
—en 1955 y 1976— y declarado ilegal por la dictadura autodenominada Revolución
Libertadora instalada en 1955, manteniéndose la prohibición hasta 1972 y para Perón hasta
1973.

El primer peronismo (1946-1955)

Suele referirse con la expresión "primer peronismo" al que se desarrolló entre 1946 y 1955,
con las dos primeras presidencias de Perón.
En esos dos períodos de gobierno, todos los historiadores coinciden en señalar el peronismo
se caracterizó por la promoción de los derechos sociales y laborales, con un fuerte perfil
sindical y favorable a la “clase trabajadora”.

Los historiadores peronistas destacan también la conquista de los derechos políticos de las
mujeres, la sanción de una nueva Constitución que amplió los derechos de la ciudadanía y
las funciones del Estado como regulador de la economía, la promoción de los derechos de la
niñez, el impulso a la industrialización de país, la presencia del Estado en sectores
estratégicos de la economía (ferrocarriles, siderurgia, energía, banca, comercio exterior, etc.),
la gratuidad de la educación pública universitaria, la promoción del turismo social. En materia
internacional destacan una postura no alineada con ninguno de los bandos enfrentados en la
Guerra Fría que recibió el nombre de “tercera posición” y una política de alianzas
latinoamericanas, en especial con Brasil y Chile (ABC).

Si bien el peronismo sancionó importantes leyes para garantizar derechos laborales


(Constitución de 1949, Peón rural, estatutos profesionales, jubilaciones), el aspecto central
de su política laboral fue crear un Estado de Bienestar capaz de garantizar el cumplimiento
de las leyes laborales y de seguridad social.

Eva Perón jugó un papel muy importante entre 1946 y 1952, fecha esta última en la que
falleció. En el peronismo, Eva Perón tiene un lugar de máxima importancia simbólica, ya sea
desde su propio origen como mujer trabajadora, migrante interna y humilde, ya sea desde el
punto de vista de los derechos de la mujer y de su propia condición de mujer —en una época
en la que no era frecuente que las mujeres actuaran en política y tenían prohibido ocupar
cargos electivos— como desde su tarea de ayuda social a los humildes a través de la
Fundación Eva Perón, o desde la relación estratégica que mantuvo con los sindicatos, que
llegó a proponerla como candidata Vicepresidente de la Nación. Eva Perón mantuvo una
fuerte confrontación con los sectores no peronistas a los que denominaba "los oligarcas". Al
morir Eva Perón fue embalsamada y llevada a la Confederación General del Trabajo.

El 16 de septiembre estalló un levantamiento en Córdoba encabezado por el general Eduardo


Lonardi y secundado por el general Pedro Eugenio Aramburu. La mayor parte de las tropas
leales a Perón no quisieron luchar. La Marina, liderada por el almirante Isaac Rojas, encabezó
el golpe contra Perón: sus naves bloquearon Buenos Aires y su estado mayor amenazó con
volar los depósitos de combustible de La Plata y Dock Sud.

El 20 de septiembre Perón se refugió en la embajada del Paraguay y en la Cañonera que lo


llevó a Asunción y a lo que sería el comienzo de su largo exilio de casi 17 años.

La resistencia peronista (1955-1973)

La Resistencia peronista es el nombre que recibe el período de la historia del peronismo y un


movimiento de resistencia a los gobiernos argentinos instalados a partir de septiembre de
1955, fecha en la que fue derrocado el gobierno constitucional de Juan D. Perón, y hasta el
25 de mayo de 1973, fecha en la que asumió el gobierno constitucional de Héctor José
Cámpora. Los gobiernos instalados durante ese período fueron resultado de golpes de estado
o de elecciones en las que no se permitió participar libremente al peronismo.
El tercer peronismo (1973-1976)

El 23 de septiembre de 1973 se realizaron las elecciones y la fórmula Perón-Perón logró el


apoyo popular más alto de la historia electoral argentina con un 61,85% de los votos y casi
cuarenta puntos de ventaja sobre el radicalismo. Las condiciones políticas habían cambiado
completamente desde la asunción de Cámpora. El 27 de junio se había producido un golpe
de Estado en Uruguay, en agosto se inició la Crisis del petróleo que puso fin a la llamada Era
de Oro del capitalismo y el 11 de septiembre se había producido otro en Chile, instalando en
el poder a Pinochet. Argentina había quedado rodeada de dictaduras, apoyadas por Estados
Unidos y alienadas en la Guerra Fría tras la Doctrina de la Seguridad Nacional. Por la misma
época la embajada estadounidense en Argentina, incrementó los contactos con los grupos
militares golpistas, ante la cierta eventualidad de la muerte de Perón, en cuyo caso
recomendaba apoyar el golpe de Estado.

El kirchnerismo (2003-2015)

El kirchnerismo es un movimiento político de centroizquierda y orientación mayoritariamente


peronista, surgido en el año 2003, que reúne los principales postulados ideológicos
plasmados en los gobiernos de los presidentes Néstor Kirchner (1950-2010) ―entre 2003 y
2007― y Cristina Fernández de Kirchner (1953-) ―entre 2007 y 2015―. Tanto Néstor
Kirchner como su esposa Cristina Fernández se iniciaron en la política en los años setenta,
militando en la universidad en el denominado «peronismo combativo», integrando la Juventud
Peronista. El kirchnerismo se ha declarado en contra de las políticas neoliberales, así como
un rechazo «al ajuste». En su discurso de asunción Kirchner se mostró a favor de la
intervención estatal en el mercado y afirmó que «debemos hacer que el Estado ponga
igualdad allí donde el mercado excluye y abandona». El kirchnerismo se ha mostrado
francamente contrario a los tratados de libre comercio, multilaterales y bilaterales impulsados
por Estados Unidos. El punto más alto de esta política fue la confrontación de Kirchner con el
expresidente de Estados Unidos, George W. Bush en la Cumbre de las Américas de Mar del
Plata de 2005, que resultó decisiva para evitar la firma del ALCA (Alianza para el Libre
Comercio de las Américas).

Gobierno de Alberto Fernández (2019-?)


“El peronismo vuelve a la Casa Rosada tras ganar, por una diferencia sensiblemente menor
a la esperada, las elecciones presidenciales. Fernández, acompañado por Cristina Fernández
de Kirchner como vice, se impuso por 48% a 40,5 de Macri.”, señala el diario El mundo.

“La tercera economía de América Latina pone de este modo fin a los cuatro años de gobierno
de Macri, un social-liberal que buscó modificar profundamente al país y terminó estrellándose
precisamente contra el principal problema estructural de la economía del país: la incontrolable
inflación.”, señala también el mencionado diario.

Como tal, algunas de sus propuestas han sido, en política interior, revisar las sentencias que
según su criterio carezcan de sustento jurídico en las causas llevadas en contra de
exfuncionarios kirchneristas, sobre supuesta corrupción; la renegociación del acuerdo del
Fondo Monetario Internacional con el gobierno de Mauricio Macri, la despenalización del
aborto, el control de capitales golondrinas, la desdolarización de tarifas de servicios públicos
y la eliminación de retenciones a la exportación de productos que agreguen valor agregado.

En política exterior, apoya la salida dialogada de la crisis política de Venezuela, revisar el


acuerdo comercial Mercosur-Unión Europea y un acercamiento hacia Rusia y China.

De izquierda a derecha, Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernandez

La gran depresión
La Gran Depresión, también conocida como Crisis del 29, fue una gran crisis financiera
mundial que se prolongó durante la década de 1930, en los años anteriores a la Segunda
Guerra Mundial. Su duración depende de los países que se analicen, pero en la mayoría
comenzó alrededor de 1929 y se extendió hasta finales de la década de los años treinta o
principios de los cuarenta. Fue la depresión más larga en el tiempo, de mayor profundidad y
la que afectó a mayor número de países en el siglo XX. En el siglo XXI ha sido utilizada como
paradigma de hasta qué punto se puede producir un grave deterioro de la economía a escala
mundial.

La depresión tuvo efectos devastadores en casi todos los países, ricos y pobres, donde la
inseguridad y la miseria se transmitieron como una epidemia, de modo que cayeron: la renta
nacional, los ingresos fiscales, los beneficios empresariales y los precios. El comercio
internacional descendió entre un 50% y un 66%. El desempleo en Estados Unidos aumentó
al 25%, y en algunos países alcanzó el 33%. Ciudades de todo el mundo se vieron
gravemente afectadas, especialmente las que dependían de la industria pesada, y la industria
de la construcción se detuvo prácticamente en muchas áreas. La agricultura y las zonas
rurales sufrieron la caída de los precios de las cosechas, que alcanzó aproximadamente un
60%. Ante la caída de la demanda, las zonas dependientes de las industrias del sector
primario, con pocas fuentes alternativas de empleo, fueron las más perjudicadas.

Características
Entre las principales características de la gran depresión podemos encontrar:

● Si bien se produjo desde la caída de la bolsa de Nueva York, Estados


Unidos, esta se extendió internacionalmente en todos los países del mundo.
● Duró 4 años en Estados Unidos, sin embargo, sus efectos en el resto del
mundo continuaron hasta el año 1940.
● Las dificultades económicas y sociales durante este período llevaron a
grandes cambios políticos en casi todas las regiones del mundo.
● El sistema financiero se vio afectado luego de una gran época en la
economía. Por esto se la conoce a la gran depresión como una burbuja
financiera.

Causas
Desde 1925, la actividad de la Bolsa de Nueva York había evolucionado tan vertiginosamente
como la producción industrial del país. La cotización de las acciones subía regularmente de
año en año, y fueron numerosos los estadounidenses que hallaron en la especulación de la
bolsa la fuente de una rápida fortuna: la fiebre de operar a la bolsa tentaba a todos los estratos
de la población de modo irresistible, tanto rentistas y jubilados como aprendices, que
ignoraban todo lo relativo a la industria, a la economía y a la misma bolsa. Todo el mundo
consideraba que la economía del país se encaminaba hacia niveles insospechados, y todos
estaban persuadidos con que las "mejores acciones" podían conseguirse con muy poco
dinero, pensando que debía aprovecharse de aquella buena suerte antes de que pudiera
terminarse.

La continua demanda hizo subir las acciones a alturas increíbles, y pronto la cotización en la
bolsa fue pura especulación, que nada tenía de común con la auténtica solvencia de la
sociedad.

Mientras sólo se trató, para el ciudadano medio, de invertir sus economías, la especulación
siguió dentro de ciertos límites más o menos razonables, pero transcurrió el tiempo y los
estadounidenses empezaron a operar en la bolsa con dinero prestado.

Una acción de cien dólares nominales podía obtenerse solo por diez, mientras el resto,
llamado "excedente" -o sea, noventa dólares-, se pagaba a crédito. Si la acción seguía
subiendo, todo iba perfectamente: un alza del 10 por ciento, esto es, que pasara de 100 a
110 dólares proporcionaba al accionista un beneficio neto del 100 por ciento sobre los 10
dólares que en realidad había desembolsado. En cambio, si la acción bajaba en un 5 o en un
10 por ciento, el corredor bursátil exigía nuevo pago al contado, y si el cliente no podía hacer
frente al mismo, se veía obligado a vender con pérdidas, con el fin de cubrirse él y cubrir a
otros posibles acreedores.

Entre los pequeños especuladores -decenas de millares de ciudadanos-, eran muy pocos los
que poseían reservas de liquidez apreciable.
Multitud en W all Street luego de la caída de la bolsa de Nueva York en 1929.

Martes negro
El 23 de octubre de 1929 las cotizaciones registraron una pérdida media de 18 a 20 puntos,
y pasaron de mano en mano unos seis millones de títulos; al día siguiente, nueva caída de
las cotizaciones, entre 20 y 30 puntos, e incluso de 30 a 40 para las grandes empresas.

En tan crítico momento, los primeros bancos del país y los corredores de bolsa más
destacados intentaron salvar los negocios y reunieron 240 millones de dólares para sostener
las cotizaciones mediante compras masivas, y en aquella sola jornada cambiaron de mano
trece millones de acciones.

Tan desesperada tentativa produjo sólo resultados de carácter momentáneo; el lunes 28 de


octubre, se produjo un nuevo descenso de 30 a 50 puntos, y al día siguiente -que pasó a la
historia con el nombre de "Martes Negro"- fue la jornada más sombría de Wall Street. El
pánico fue absoluto: en pocas horas, dieciséis millones y medio de acciones se vendieron con
pérdidas a un promedio del 40 por ciento.

Más tarde, en noviembre, cuando se habían calmado un poco los ánimos, las cotizaciones
habían descendido a la mitad desde el comienzo de la crisis de la bolsa, y no menos de
50.000 millones de dólares se habían desvanecido como el humo, con lo que quedaron en
evidencia la inseguridad y fragilidad de los sistemas financieros.

Consecuencias
La depresión subsiguiente fue la peor de la historia estadounidense. Durante al menos tres
años y medio todos los indicadores sociales y económicos reflejaron un progresivo deterioro
de la situación. En 1932 el producto interno bruto (PIB) había disminuido un 27 por ciento, y
la producción industrial, un 50 por ciento. La inversión ni siquiera alcanzaba para el
mantenimiento de las instalaciones existentes. Bajo estas presiones, el sistema bancario
acabó por derrumbarse. En 1933, el desempleo llegó al 25 por ciento. Solo en 1940 se recobró
el nivel de producción previo a 1929, y esto se debió al estallido de la II Guerra Mundial.
Durante los primeros años de la depresión, entre 1929 y 1932, el índice general de precios
en Estados Unidos disminuyó el 35,6 por ciento. Muchos economistas piensan que este
proceso de deflación fue responsable de la profundidad y duración de la depresión, y también
parece probable que esta prolongada deflación sólo fue posible por la política del Sistema de
Reserva Federal de disminuir la oferta monetaria.

Recuperación de EEUU
Al asumir Franklin D. Roosevelt la presidencia en 1933 se aprobaron rápidamente varias leyes
en el Congreso, El New Deal, había sido elaborado durante la carrera presidencial por un
grupo de intelectuales, que Roosevelt reunió en torno suyo, conocidos como el "Brains Trust".

El problema más importante para Roosevelt era la quiebra casi total del sistema bancario,
hasta tal punto que era imposible cobrar un cheque. La producción industrial, por su parte,
había tocado fondo en 1932. La crisis bancaria era esencialmente de confianza y pudo ser
solucionada fácilmente. En un discurso radial Roosevelt informó la población sobre la
reapertura de los bancos incitando a depositar ya que no se corrían más riesgos, por lo que
varios individuos volvieron a depositar. La recuperación de los bancos no fue más que el
preludio de una revisión a fondo del sistema financiero, gravemente distorsionado desde 1929
por la contracción del crédito, el incremento de las deudas y el impago de las hipotecas.

El segundo New Deal se implementó en el segundo mandato de Franklin D. Roosevelt. En


1936, el ritmo de expansión era acelerado y los precios subieron rápidamente. Temiendo un
auge especulativo, Roosevelt puso fin al déficit presupuestario y al año siguiente la economía
se sumió en una depresión que no sufría ningún otro país y aumentó el desempleo. Tan
pronto como el gobierno redujo los gastos, los empresarios perdieron la confianza y dejaron
de invertir. Roosevelt seguía sin entender la política fiscal, pensaba que era la obra pública y
no el déficit presupuestario lo que promovía el empleo. El efecto más perdurable del New
Deal fue aumentar el poder del gobierno federal y del presidente en particular: se redujo el
poder de los Estados y el presidente y su gabinete sustituyeron al Congreso como principal
fuente legislativa. La sociedad estadounidense experimentó una profunda transformación
debido al incremento del poder federal y presidencial sobre la economía. Por eso el auténtico
legado del New Deal fue revolucionar las expectativas.

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