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Adios A Los 12 Apostoles PDF
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Francisco Durand
1986
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data como Raffo (textiles, inmobiliarias, banca), Nicolini (harina),
Bentin y Piaggio (en cerveza ambos). A estos cinco se sumaban
otros tres: el grupo Picasso (banca, vinos, minería), el grupo
comercial-financiero Wiese, y el comercial-industrial Ferreyros.
Estos 8 grupos nacieron a fines del siglo XIX y a principios del
siglo XX en torno a empresas madres fundadas por inmigrantes
europeos y algunos peruanos ilustres. En la lista también se
incluía a 4 grupos jóvenes formados en la segunda mitad del siglo:
Benavides de la Quintana (minería, banca), el diversificado grupo
Brescia (inmobiliarias, seguros, hoteles, minería, industria), el de
Piazza (construcción) y Delgado Parker (radio y TV).
1996
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apalancamiento financiero que el control de la Banca y la venta de
ADRs permitía, y sus contactos políticos. La mutación era posible
y pasarían de ser grupos protegidos-rentistas a grupos
competitivos. Dos: que los grupos estaban luchando pero no
podrían, salvo excepciones, enfrentar la competencia externa. Se
argumentaba que estaban fatalmente aferrados al familismo
gerencial, muy afectados por la recesion continua y la violencia, y
demasiado dependientes de rentas del Estado que se reducían
gradualmente. Eran visto como dinosaurios que se extinguirían
con cambios climáticos ocasionados por el meteorito globalizador.
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en el primer lugar, consolidándose en torno al complejo Credicorp.
Brescia también compró hoteles, siguió con sus inversiones en
Minsur, su gran mina de zinc, y vendió textiles. Se asoció bien al
Santander en la compra del Banco Continental y mantuvo a flote la
aseguradora Rimac. Wiese modernizó el banco y entró a las AFPs
a la vez que se mantuvo en la pesca (Del Mar) y el comercio.
COSAPI amplió su competitividad, actuando incluso fuera del país,
y entró al campo de la informática. Por ultimo, Delgado Parker
consolidó su primer lugar en el ranking de la TV, luego de la
debacle del Canal 4, y entró en telefonía en asociación con Bell
South.
2000
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Es el único grupo arequipeño que queda en pie. Wong sufre fuerte
competencia de Santa Isabel, que pasó de manos chilenas a
europeas. Queda por ver si mantiene su tajada del mercado. Yi
Chang, un grupo chino importador de bajo perfil, ha logrado
reestructurarse y superar su crisis de sucesión incorporando a
elementos jóvenes de la familia Wu. Hoy está libre de deudas. El
grupo Lucioni de Arequipa (Banco Orión y CARSA) comenzó a
perder luego de invertir en países vecinos y caerse en el mercado
nacional con la crisis del 98. El grupo pesquero Galski ha sufrido
con la estacionalidad negativa de la pesca que trajo el ultimo Niño,
y lucha por mantenerse trayendo capitales de afuera (unos 25
millones de dólares, según buena fuente). La radioemisora CPN la
vendieron al diario Gestión.
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mediana minería (Baertl, Arias, además de Benavides de la
Quintana, Brescia y Picasso). Lo mismo sucede en energía,
petróleo, construcción, alimentos, bebidas, hoteleria y
telecomunicaciones. Hay entonces un proceso más amplio de
desplazamiento de la burguesía nacional. Ello se debe a dos
factores. Uno, que las multinacionales han participado activamente
en las privatizaciones, pasando a comandar sectores por traspaso
de propiedad. Dos, por efecto de la crisis del 98. Este es el punto
de quiebre. La caída de la demanda, más los desastres naturales
y los bajos términos de intercambio, ocurrieron en un momento de
sobreendeudamiento generado durante el boom un tanto artificial
del periodo 1994-1997. Los dos factores hacen que el capitalismo
nacional haya perdido posiciones aceleradamente.
Los datos a nivel más micro son también tan preocupantes como
simbólicos. Carlos Boloña, el empresario-ministro que simbolizó la
entrada definitiva a la era neoliberal, fracasó en el reflotamiento
del grupo Nicolini (reconvertido a Alicorp) que hiciera por encargo
del Banco de Crédito. Sus empresas educativas (a pesar de
subsidios tributarios conseguidos en su gestión), y su experimento
con pizzas Dominó, no han resultado y está agobiado por deudas.
Retorna al Ministerio de Economía a organizar el rescate que su
doctrina prohíbe. Es más hoy en día un mediador o componedor
que un tecnócrata y empresario de éxito. Su amigo Roberto
Abussada, otro profeta del neoliberalismo, sigue la misma
trayectoria. La caída estrepitosa de Aeroperú, firma que dirigía, y
su dificultad de lograr que el Estado vaya a su rescate luego de su
salida como principal asesor, marca una trayectoria similar. Me
atrevo a afirmar la siguiente: hoy es probable que el empresario
más influyente no sea Romero sino Alfonso Bustamante, el
manager de la empresa más grande: la Telefónica. Un diagnostico
más completo dependerá de cómo sale el país de la crisis
financiera (el patrimonio de los bancos equivale a su deuda), y de
qué tan efectivo es el rescate del Estado actualmente en curso.
Insistimos en que la eventual caída del Banco de Crédito y el
grupo Romero indicarán de qué lado se inclina la balanza. Será
como el hundimiento del Titanic. Pero si sigue a flote, su
sobrevivencia no dirá más que eso, que se queda en el mercado
pero perdiendo posiciones, a la defensiva.
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remarcó: «Eso del desplazamiento del empresariado nacional no
es cierto. Nunca ha habido empresariado nacional». Un tercero, ex
gerente del Grupo Lanata Piaggio, dijo lo siguiente: «Lo que queda
son las alianzas estratégicas». Es el fin de los apóstoles y el
comienzo de la era de multinacionalización de la economía.
Los hijos del país han sido desplazados al comenzar el siglo XXI.
Han caído en la crisis de 1998 y es posible que no recuperen
posiciones. De ser así, la burguesía nacional que se formó en la
etapa de la urbanización y la industrialización está en proceso de
extinción. ¿Surgirá otra máas adelante? ¿Emergerá una burguesía
competitiva y globalizada? Puede ser. Al menos así ocurrió en
Chile luego de la crisis de los 80. Pero recordemos que los casos
de éxito son excepcionales, no señalan necesariamente
tendencias. Chile tenía más y mejor empresariado, y una clase
media altamente educada, dispuesta a arriesgar en empresas
competitivas, así como un Estado más eficiente. También
perdieron menos, porque su crisis duró poco, no enfrentaron el
vendaval senderista y experimentos fiscales tipo García. En suma,
más institucionalidad y mejor fortuna. De ser asi, la «nueva
burguesia» podría resultar siendo más pequeña y marginal, y
abundarán los managers y consultores nacionales.