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a ee ee ee eee La educacién argentina entre 1930 y 1955 Juan Carlos Tedesco Tal como se puso de relieve _primaria, por ejemplo, es po- 1. Salida de alumnos de la en los estudios sobre perio- sible afirmar la presencia de Escuela Normal Mixta dos anteriores. el sistema un crecimiento constante de “Florentino Ameghino”, educativo argentino comenzé la matricula que, sin embar- en Lujén, provincia a percibirse como un siste- go, adquiere ritmos diferen- de Buenos Aires. ma en crisis (y, por lo tan- tes segtin los periodos. De to, necesariamente reforma- acuerdo con las tasas de ble) a partir de 1890. Pe- crecimiento registradas entre ro durante esos afios (1890- 1915 y 1955 es posible de- 1930) el punto critico radica- ducir que, si bien el creck ba en la estructura del siste- _miento fue constante, el rit ma y en las orientaciones que mo correspondiente al perio- ofrecia, las cuales eran utili do 1930-45 es el mas bajo de zadas por las capas medias los cuarenta afios considera- como canal de acceso a la dos (cuadro N? 1). Vida politica. A partir de 1930, La informacién disponible so- en cambio, la visién critica bre porcentajes de poblacién abarcé la totalidad de los as- escolar matriculada en la es- pectos que hacen al funcio- cuela tiende a confirmar es- namiento del sistema educa- te mismo proceso. Seguin el tivo: las orientaciones de la censo de 1944. el 48 % de matricula, los contenidos de 108 ninos de entre 6 y 14 aftos rs la ensefianza, las autoridades d@, edad se hallaba matric Wy) Hy a través de las cuales se con _ ado en la escuela; el Minis- trolaba su funcionamiento y teri de Educacién estimd en los aspectos internos de tipo que ese porcentaje ha pedagogico (disciplina, rela- bla subido al 69 %, el censo ciones maestro-alumno, ete). 4e, 1947, ofrece un Porcentaje De este conjunto de proble- — gica que el 80,5 % de los nk mas, haremos referencia a : | los estaba matriculado. los tres primeros ya que el Con todas las imprecisiones Ultimo remite a un andlisis del caso, los datos confirman de tipo tecrico pedagégico que el incremento mis sig que supera los limites de es ficativo de la cobertura esco- te trabajo, lar posterior a 1930 se reall- za durante la década de go- Las transformaciones bierno peronista; la etapa cuantitativas. 1930-1945 seria, al respecto, un periodo de relative estan- Un andlisis detallado de la camiento. evolucién cuantitativa del sis- El avance educacional en el tema escolar durante este pe- nivel primario estuvo a car- riodo es una tarea dificil: se go casi_exclusivamente del carece de algunos datos fun- Estado. Tal como puede ver- damentales y varios de los se en el cuadro N° 2, la ense- existentes son de dudosa — fianza privada no alcanzé en confiabilidad. Sin embargo, —_ningiin momento niveles sig- las tendencias mas globales _ nificativos y, ademas, su par- surgen con relativa claridad. ticipacién sé mantuvo cons- Con respecto a la ensefianza —_tante. } 113 CUADRO Nt 1 MATRICULA DE LA ENSERANZA PRIMARIA 1915-1055 1915 951.495 1930 1.482.942 1945 2.033.781 1955 2.735.028, Tasos de Creciminto 1915-90 311% 1930-45 21% 1945-55 30% Fuente: Departamento de Estadistica Educetiva, Ministerio de Educecién y Justicia CUADRO Nt 2 MATRICULA DE ENSENANZA PRIMARIA OFICIAL Y PRIVADA 1930-1955, ‘Ato Oticiet 1950 1.356.266, 125676 915% 85% 1945 1.881.264 152.517 925% 75% 1955 2.507.056 227.970 91,7 % 83 % Fuente: Departamento de Estadistica Educativa, Ministerio de Educacién y. Justicia. 114 Pero dentro de la accién es- tatal en el nivel primario es importante distinguir el pa- pel que cumplieron los esta- dos provinciales por un lado y el gobierno central por el otro. Como se sabe, a par- tir de la sancién de la ley Lainez en 1905. el gobierno central suplanté la accién provincial en muchos lugares a tal punto que, ya en 1930 y a lo largo de todo el perio- do, més de la mitad de la matricula de educacién pri- maria de les provincias co- rrespondié al gobierno cen- tral. Esta situacién variaba segtin las zonas: las_provin- cias de mayor crecimiento econémico requerian menor Participacién del esfuerzo na- cional mientras que, por el , el resto del pats en casi sus dos ter- ceras partes del esfuerzo central. EI cuadro N° 3 permite apre- ciar, ademas, que la tenden- cia ‘al incremento de la ac- cidn provincial se dio sélo a partir de mediados de la dé- cada del cuarenta. Con respecto a la ensefianza media, su crecimiento fue —como lo era ya desde pe- riodos anteriores— superior al de la enseftanza primaria. Esta diferencia responde, co- mo es obvio, a los distintos puntos de partida de cada ni- vel ya que mientras en 1930 las dos terceras partes de la poblacién escolar estaba ma- triculada en la escuela prima- ria, slo un porcentaje muy bajo de los jévenes de 13 a 18 afios lo estaba en la es- cuela secundaria *. Lamenta- * En 1914 el porcentaje de pobla- clon de entre 13 y 18 aos, matrk- ulado en la ensefanze media era del 3%, mientras que en 1860 era del 23%. La_proporcién de. estu- diantes por cada 1.000 habitantes subi6 de 48 en 1930, a 8 en 1940 ya 114 en 1950. CUADRO Nt 3 PARTICIPAGION PROVINCIAL EN LA MATRICULA TOTAL DE LA ESCUELA PRIMARIA 193056 (en porcentajes) Rosién a ee Buenos Aires Cérdoba Santa Fo y Entre Rios esi 7518471355 Resto del pais excepto Capital Federal y Territorio Nacional 3895 34S 89,11 ANAS 40,92 Total del pais 4683 4598 M821 49,25 5026 Fuente: C.F.|, La enselianza primaria en Argentina, Buenos Aires. 115; 1. Comedores escolares gratuitos en la década del 30. blemente, la medicién prect- sa de este crecimiento se en- cuentra limitada por la caren- cia de datos fundamentales. No existe informacién acerca de la estructura de edades de la poblacion adecuada a los perfodos escolares para los afios comprendidos entre los censos nacionales de 1914 y 1960, y el censo de 1947 ino permite discriminar el gru- po de la poblacion de entre jos 13 y 18 ahos. Tampoco es posible contar con infor- macién confiable acerca del origen social de los estudian- tes secundarios y, al respec- to, no es posible avanzar mas alla de la presuncién general segiin la cual la expansion de este nivel beneficié fun- damentalmente a las capas medias urbanas. Pero si bien no es posible apreciar claramente las dife- rencias a partir de los datos de matricula, un indicador ti para medir los cambios en el caracter de la ensefianza me- dia lo constituye la tasa de pasaje entre la ensefanza pri- maria y la secundaria, El cua dro N? 4 refleja este fend- meno con bastante aproxi- macién. Como no fue posible contar con el dato de egresados de la escuela primaria, se tomé el de matricula del ultimo grado y del primer aio de la escuela secundaria. Alli pue- de observarse que entre 1930 y 1945 la selectividad opera- da en el pasaje del nivel p mario al secundario siguid siendo muy alta y se mantu- Vo inalterada. mientras que el periodo siguiente muestra en este aspecto un sensible pro- greso. En su conjunto, el crecimien- to de la ensefianza secunda- tia en estos afios demuestra que las capas medias logra- ron conservar su cuota de acceso a los niveles pospri- marios del sistema educati- vo, superando las intencio- nes limitacionistas totales 0 parciales vigentes en la dé- cada del ‘30. Posteriormente, consiguieron ampliar aun més esta cuota hasta consolidar su incorpo- raci6n definitiva al ciclo me- dio del sistema educativo du- rante la década 1945-1955. Pero el crecimiento de la en- sefianza media, a diferencia del registrado en la escuela primaria, conté con una fuer- te participacion privada, que aumenté en todas las modali- dades durante los aftos 1930- 45 y descendié posteriormen- te a lo largo de la década 1945-1955. El esfuerzo privado estuvo preponderantemente dirigido a controlar una parte impor- tante de las modalidades clé- sicas, en especial del _ma- sterio. La evolucién de la diferencia cién estatal-privado durante todo este periodo se vincula en forma directa con facto- res ideolégicos y politicos. Como se sabe, hasta 1930 las funciones educativas estuvi ron centralizadas casi total- mente en el Estado y, mas especificamente, en el go- bierno nacional. Esta estati zacin de la ensefianza res- pondié, entre otros factores, a la escasa potencialidad de los agentes privados, a la ne- cesidad de controlar el pro- eso de socializacién garan- tizando la unidad nacional frente a la presencia masiva de inmigrantes europeos y al control del proceso de for- macién de la élite politica por parte del gobierno central frente a las tendencias diver- gentes que podrian darse en las provincias luego del lar- go periodo de luchas inter- nas. La estatizacién de la en- sefianza implicé su cardcter gratuito y, en funcién de ello, 116 relativamente democratiza- dor, en especial para las ca- pas medias urbanas. Antes de 1930 los sectores dominantes percibian sélo es- te cardcter relativamente de- mocratizador del sistema edu- cativo como factor critico. Pero a partir de la crisis del liberalismo surgié una fuer- te corriente dentro de estos sectores a través de la cual so incluyé también en la cri- tica el cardcter del Estado co- mo agencia eficaz para res- tablecer la coherencia ideo- légica perdida. Las criti tendian a sefialar que el Es- tado no podia cumplir dicha tarea dada la tradicién libe- ral que arrastraba, materiali- zada en la legislacién educa- tiva y en la fuerte presencia del liberalismo en todos los cuadros de la administraci6n estatal (maestros, profeso- res, inspectores, etcétera). Ante la debilidad del Estado para cumplir su papel en mo- mentos de crisis ideoldgica, estas corrientes apelaban a la alternativa de ciertas entida- des civiles, fundamentalmen- te la Iglesia y, en menor me- dida, la familia. La justificacion te6rica de la posicién antiestatista de es- tos sectores es bien conoci- da‘. Sin embargo, varios fac- * En sintesis, el argumento parte del supuesto segiin el cual a edu- eacién pertenece a ia familia por derecho natural y originario ecor- dado por Dios. ¥ lo que por de- echo natural pertenece a la fami lia, por derecho sobrenatural perte- nece a la Iglesia, a quien Cristo otorgé ol poder de ensefiar y for- mara los cristianos que nacen en su seno. El Estado no tiene dere- hos originarios sobre la educacién y, si bien puede ejercer esa taree, debe coordinarla ‘con la familia y Ta Iglesia a fin de no interferir en ‘su labor. “Véase por ejemplo, J. Meinvielle, Concepcién catdlica de Ja politica. Buenos Alres, Ed. Dictio, 1974, pags. 1334, CUADRO Nt 4 MATRICULA DEL ULTIMO GRADO DE LA ESCUELA PRIMARIA Y DEL PRIMERO DE LA SECUNDARIA 1990-1955 ‘to Motricle 6 role Metra Yr. fo Tana ae 1850 53.697 20952 39.0% 1945 se2ass 51.032 418% 1955 194.135 128.535 650% Fuente: Ministerio de Educacién y Cultura. Departamemo de Estadistioa Educstiva, Para 1930 los datos son estimativos ¥ no han sido publicados. CUADRO Nr 5 MATRICULA DE LA ENSERANZA MEDIA POR MODALIDAD Y AUTORIDAD 1930-1955 es Becher Normal ‘Comerciat Industral tila! Privado__—_Ofllal_——~Prhado_—_—Ofelal——Privado—Otea = Prvado 1930 20.173 6s62 17871 5.782 8.340 374 6.183 103 78% 22% 15% 25% 96% 4% 98 % 2% 1945; 41418 20733 31.095 18.838 (20.858 7522 28.281 «3.473 67% 33% 63% 37% 73% 27% 25% = 14% 1955 7rss2 «3342367480 © 29.826 «© 69.187 14070 83.128 3.267 70% 30% 69% 31% 83 % 17% 96 % 4% Fuente: Ministerio de Educacién y Cultura, Departamento de Estedistice Educative, 17 j | tores limitaron sus posibil dades. En primer lugar, las Instituciones “civiles™ (el conjunto de la sociedad ci- vil en Argentina) tampoco ofrecia garantias para cum- plir mas eficazmente que el Estado esa tarea. Aun la mis- ma Iglesia no asumia ese pa- pel con homogeneidad y, si bien no hay estudios serios sobre el papel de la Iglesia en los. distintos momentos hist6ricos, es interesante ver la critica interna que ciertos representantes del llamado nacionalismo catélico efec- tuaban sobre la estructura eclesidstica, tanto por su apa- tia y falta de decision para asumir militantemente la ta- tea propuesta como por la in- fluencia liberal que también se daba en ciertos sectores. En segundo lugar, los repre- sentantes politicos de las ca- pas medias urbanas ejercie- ron un control permanente para evitar que esta tenden- cia se materializara més alla de ciertos limites. Asi, por ejemplo, los debates parla- mentarios més_significativos del periodo 1930-1945 en ma- teria educacional se produje- ron a raiz de interpelaciones promovidas por diputados so- cialistas a los ministros de Instruccién Pablica de la pre- sidencia de Justo (Manuel de Iriondo y Jorge de la Torre) pidiendo informes y, a la vez, denunciando concesiones otorgadas a los colegios pri vados * A partir de 1945, en cambio, * En mayo de 1932, Américo Ghioldi promovi6 la interpelacion parlamen- aria al ministro Iriondo a raiz de una medida mediante la cual se extendia el régimen de exémenes y promociones de las escuelas secun- darias oficiales a las privadas, y en junio de 1937 el mismo Ghioidi re- itis el procedimiento con el mi- histro de la Torre a raiz del re hocimiento oficial a una serie de escuelas normales privadas. el Estado reasumié el control y la iniciativa en el proceso de expansién educacional, Esta modificacion se explica tanto por la politica educa- tiva de ampliacién de la co- bertura hacia nuevos secto- res sociales como por los cambios cualitativos en la ac- cidn educativa estatal. Estos cambios, sobre los cuales no es posible profundizar dada la escasa evidencia empirica disponible, pueden resumirse en la hipétesis segtin la cual en todo este periodo (1930- 1955) el sistema educativo argentino tendié a perder los rasgos de relativo neutralis- mo ideolégico que lo caracte- rizaran hasta 1930. En este sentido pueden ci- tarse una serie de medidas de distinto orden. pero en- cuadradas todas dentro de es- ta caracteristica general. En primer lugar, las medidas des- tinadas a eliminar el laicismo de la ensofianza primaria, ob- jetivo logrado sdlo después de producido el golpe del 4 de junio de 1943. Sin embar- go, ya en los comienzos de la década del treinta, las au- toridades del Consejo Nacio- nal de Educacién presidido por el ingeniero Octavio S. Pico, reinterpretaron el texto de la ley 1.420 de tal forma que les permitiera reformar los programas de ensefianza primaria en el drea de la mo- ral, convirtiéndola —en la practica— en ensefanza reli giosa® También antes del golpe del 4 de junio, la ensefanza re- ligiosa habia sido implantada en la provincia de Buenos Ai res, durante la gobernacién de Manuel Fresco. En segundo lugar, deben se- fialarse las medidas adopta- das para controlar las expre- siones ideolégicas vertidas por los docentes en el am- bito de la escuela. La cesan- 118 4. Propaganda del gobierno peronista reterida @ la ensefanza religiosa en las escuelas. ESCUELAS PRIMARIAS % dle los niflos que concurre a las escuelas primarias recibe, por Woluntad de sus padres, ensefanza religions 119 CUADRO Nr 6 ENSERANZA MEDIA. MATRICULA POR MODALIDADES 1990-1955 (porcentajes sobre el total) ‘Ato Bochilerto ‘oral Comercat Industrial Ors Total 1990 362 23 104 13 189 185.732 = 100 1995 390 232 105 87 183 104.862 = 100 1940 30.1 208 122 108 169 153.918 = 100 1945 908 250 138 133 169 201.170 = 100 1950 2A 19.47 164 ata 197 325.584 = 100 1955 BA 208 178 183 199 471.895 = 100 Fuente: Departamento do Estadistica Educative, CUADRO Nr 7 EVOLUCION DE LA MATRICULA DE LAS UNIVERSIDADES NACIONALES 1995-1965 ‘Ato 1935 1945 1955 1965 Matrcola 25.449 48.284 138871 206.032 Fuente: Departamento de Estadistica Educativa. 120 tia de profesores y el control Ideolégico de los agrupamien- tos estudiantiles fue practica constante en esta etapa, £n tercer lugar, pueden citar- se las medidas tomadas en torno al control disciplinat de los alumnos, especialmen- te en el nivel medio, en el cual una de las preocupacto- nes constantes de este perio- do fue dotar al sistema de un régimen de sanciones disci plinarias destinado a restau- tar el orden formal y jerér- quico. En el periodo peronista que concluyé en 1955 se mantuvo esta tonica e, incluso, la pér- dida de la neutralidad se ge- neraliz6 en forma mas osten- sible. Los testimonios al res- pecto son numerosos y slo @ titulo ilustrativo se recuer- da la expresion que definia el objetivo basico del siste- ma educativo segin el Se- gundo Plan Quinquenal: “En materia de educacién, e! ob- Jetivo fundamental de la Na- cién sera realizar la forma cién moral, intelectual y fisi- ca del pueblo sobre la base de los principios fundamen- tales de la doctrina nacional peronista Retomando el andlisis cuan- titativo, es preciso recordar que la ensefianza media, ade- més, sufrié una significativa modificacién de su estructu- ra interna en cuanto a la orientacién de la matricula por modalidades. Tal como puede apreciarse a través do los datos del cuadro N° 6, en- tre 1935 y 1950 se produjo una importante disminucién de la importancia relativa de las modalidades tradicionales y un aumento significative de las técnico-profesionales. DI- cho proceso parece detener- se en 1950 y a partir de ese momento las proporciones tienden a estabilizarse, Esta transformaci6n, cuyo punto central es el aumento de la matricula de la ense- fianza técnica, es uno de los aspectos claves de este pe- riodo y merece un andlisis dotallado que se intentara en el punto siguiente, Antes, sin embargo, es pre- ciso completar la caracteriza- cién de las modificaciones cuantitativas con una breve referencia a los cambios en el nivel_superior de la ense- fianza. También aqui se con- firma la tendencia general al Incremento, pero con ritmos notablemente superiores en la década 1945-1955 (cuadro nen. Contrariamente a lo sucedido en el plano de la ensefianza media, las transformaciones internas en Io relativo a las orientaciones de la matricula universitaria tendieron a for- talecer el predominio de las carreras vinculadas con las ciencias sociales y, en parti cular, a_las ciencias econd- micas. Esta diferencié puede explicarse en virtud de va- rios factores, entre los cua- les se destacan las modalida- des de crecimiento producti- vo y el origen social de los estudiantes universitarios. Mientras en el acceso a la ensefianza media comenz6 a manifestarse la presencia de alumnos de origen obrero 0 de baja clase media, el efec- to democratizador sobre la universidad fue més débil y, temporalmente, mas lento. Los cambios econémicos y las orientaciones del sistema educativo La ampliacién de la cobertu- ra escolar y el cambio en las orientaciones de la matricula de nivel medio no pueden e: plicarse sin una referencia a los cambios econémicos y politicos producidos en el pafs a partir de la crisis del 121 afo treinta. Dicha crisis pro- dujo —tanto en el contexto general de América latina co- mo en el caso particular de nuestro pais— una profunda alteracién en los moldes den- tro de los cuales se venfan desarrollando la actividad econémica y el conjunto de la vida social. De acuerdo con cierta nomenclatura co- min en los tratados de his- toria econémica, la crisis del el fin del ci- “crecimiento hacia basado en la expor- tacion de productos agrope- Cuarios @ importacion de pro- ductos manufacturados (v- gente desde la segunda ml- tad del siglo XIX) y el co- mienzo de una nueva etapa con caracteristicas, tanto en el nivel de las actividades productivas como de las ins- tancias ideologicas e institu: cionales que las acompafia- ban, significativamente dife- rentes, En los estudios econémicos sobre este tema hay consen- so en sintetizar las conse- cuencias de la crisis del trein- ta a través de cuatro hechos fundamentales: a) el derrum- be del comercio. internacio- nal, b) los cambios en los montos y origenes de los mo- vimientos de capitales, c) la crisis de las politicas econd- micas liberales y la adopcién de medidas autarquizantes @ intervencionistas y, d) el tras- paso definitivo de ia hegemo- nia econémica mundial de Gran Bretafia a los Estados Unidos. En el caso de nues- tro pais, el deterioro del co- mercio internacional produci- do al reducirse no s6lo el vo- lumen fisico de las exporta- ciones sino también el valor monetario de las mismas, oca- siond, como es ldgico, una reduccién muy alta de la ca- pacidad de importacién. Es- tas. circunstancias obligaron a una readecuaci6n a las nue- vas condiciones, lograda a través de la implantacién de medidas tales como la limi- tacién de las importaciones, el control de cambios, la crea- cidn de juntas reguladoras de algunos rubros importantes de la produccién y otras que, fen su conjunto, modificaron notoriamente las modalidades de accién econémica y poli- ticas vigentes hasta ese mo- mento. Simulténeamente, y como consecuencia de tales medidas, comenz6 a concre- tarse una politica de incen- tivacién industrial enmarcada en los limites y caracteristi- cas de lo que generalmente se conoce como proceso de sustitucién de importaciones. Las caracteristicas concretas que asumié el proceso de in- dustrializacién sustitutiva han sido estudiadas con detalle en los estudios de historia econémica. Aqui nos limita- remos a resumir los rasgos generales del proceso que resulten pertinentes para el anélisis posterior del sistema educativo. En primer lugar, se advierte que las ramas que crecen con mayor significacion corres- Ponden a articulos de consu- mo directo, que demandan la Importacién de equipos y re- puestos (en algunos casos también materia prima) de los paises centrales. El rubro de mayor crecimiento fue, sin duda, el textil, que lideraré conjuntamente con el de ali- mentos y bebidas la primera etapa de este desarrollo in- dustrial. La paulatina enver- gadura que adquirié lo pro- ducido en estas ramas indus- triales acarreé, como es I6- gico, un marcado descenso en las importaciones manu- factureras; en cambio se acrecentaré la importacién de combustibles, insumos y pro- ductos intermedios. Otra de las notas que carac- terizan el crecimiento del sector en este periodo es su concentracién en los grandes centros urbanos, especial- mente el gran Buenos Aires. Los motivos que explican es- to son varios y bien conock- dos: la existencia previa en Buenos Aires de un nivel re- lativamente alto de capacidad industrial instalada, disponi- idad de mano de obra, exis- tencia del grueso del merca- do interno para las manufac- turas, cercania del puerto que aseguraba un rapido acceso a los insumos importados una infraestructura importan- te en materia de energia, transportes. etcétera. Este conjunto de factores, unido @ una accién congruente por parte del estado en politr ca crediticia, contribuyeron a consolidar la estructura des- Igual de distribucién de la rk queza ya existente en el pats. Por tiltimo conviene recordar la_existencia de una fuerte diferenciacin interna en el sector industrial, apoyada en el grado de concentracion y complejidad tecnolégica. En todos los casos sin embar- go, la complejidad tecnolé- gica del proceso de produc- cién no alcanz6 niveles altos. La utilizacién extensiva de mano de obra en el caso de las industrias mas poderosas y los reducidos excedentes que obtenian los sectores més débiles hacian dificil las inversiones en reequipamien- to de maquinarias y nueva tecnologia. En sintesis, esta etapa del proceso de’ industrializaci6n sustitutiva se realiz6 sobre la base de una organizacion del trabajo relativamente simpl jerada por las ramas texti y alimenticia con uso exten- sivo de mano de obra y vi gencia del pleno empleo. 122 1. Colegio Nacional de Concepcién del Uruguay. } aT TROL NACHO es 2 i z La Universidad Nacional 124 ‘Sustitucién de importaciones y ensefianza técnica A pesar de algunos antece- dentes importantes que reve- lan la existencia de inquie- tudes por el desarrollo de la ‘ensefianza técnica anteriores a 1930, es evidente que su crecimiento se produjo slo después de esa fecha y, mas intensamente, a partir de la década del cuarenta. Este da- to permite establecer una primera proposicién general acerca de la relacién entre sistema educativo y desarro- lo industrial, a través de la cual puede postularse que el crecimiento industrial opera- do durante las primeras fa ses de la sustitucién de im- portaciones se caracteriz6 por una absorcién muy im- portante de mano de obra sin requerir formacién especial fuera del proceso mismo de produccién, Esta falta de corresponden- cia entre el desarrollo indus- trial y el funcionamiento del sistema educativo no consti- tuye en si misma una nove- dad ni un rasgo original de este periodo. Sin embargo, la bésqueda de explicaciones acerca de los motives espe- cificos de este retardo pue- de arrojar cierta luz sobre al- gunos problemas importantes del desarrollo del sistema educativo argentino Una primera explicacién po- dria partir del grado de com- plojidad tecnologica de la dustrializacién sustitutiva de- sarrollada en el periodo que nos ocupa. De acuerdo con lo expuesto més arriba, los equipos y maquinarias impor- tados en esa etapa utilizaban una tecnologia ya superada en los paises centrales, ra- 26n por la cual precisamen- te, eran exportados. Esta es- casa complejidad tecnolégica podria explicar la ausencia de necesidad y de estimulos pa- ra la formacién especializada fuera del proceso de produc- cion ya que, para los reque- rimientos de un aparato pro- ductivo de este tipo, la edu- cacién primaria incomplota parece ser suficiente y la Ar- gentina habia logrado ya an- tes de 1930 un fuerte desa- rrollo de la ensefianza prima- ria en esos limites, A su vez, la baja complejidad tecnolégica permitiria enten- der la relacién entre empleo y enseftanza técnica, ya que —como ha sostenido Gracia- rena— “...es el tipo de téc- nica utilizado en la produc- clon y su densidad lo que fa- cilita 0 disminuye la conver- gencia entre la educacién técnica y las ocupaciones técnicas"™*. En contextos eco- n6micos caracterizados por el uso de “técnicas empiricas”, el entrenamiento en el traba- jo constituye una forma apta (més barata y més répida que la formacién escolar) pa ra resolver los problemas de calificaci6n. Si bien esto qued6 expuesto més arriba, cuando se afirma- ba la evidencia que el cre- cimiento industrial se habia operado con mano de obra formada en el propio proce- so productivo, las referencias acerca del destino ocupacio- nal de los técnicos califica- dos en la escuela corroboran aun mas esa afirmacion. Los datos sobre este punto son pocos y fragmentarios, ya que los estudios sistemdti- cos sobre calificacién de la fuerza de trabajo parten de fechas muy posteriores a las que aqui nos ocupan; sin embargo, algunos testimonios sutorizados avalan bastante bien lo que venimos expo- niendo. Juan J. Gémez Arau- jo, alude varias veces a una encuesta que se efectuara en 1942 para determinar el gra- 125 do de aprovechamiento por parte de la industria local de los egresados de las escue- las técnicas. Segtin sus in- formes, esa encuesta habria arrojado los resultados si- guientes: muy pocos egresados de las escuelas industriales tra- bajan en realidad en la indus- tria particular. La inmensa mayoria de ellos desempe- fian cargos técnicos en re- particiones del Estado [...] Y.P.F. ocupa més de 500 téc- nicos egresados de las es- cuelas industriales ...No to- dos estos técnicos desempe- fian cargos en oficinas, pues muchos de ellos estan en las destilerias y en las proplas explotaciones. En Obras Sa- nitarias de la Nacién hay cer- ca de un centenar de técnt- cos egresados de las escue- las industriales_y alrededor de 300 en la Direccién Na- cional de Vialidad. Varios centenares mas de egresados desempefian cargos, a veces de responsabilidad, en la reccién de Navegacién y Puer- tos, en la Direccién de Ele- vadores de Granos, en las di- recciones de vialidad de las provincias y en el Ministerio de Agricultura... La opinién de las grandes reparticiones del Estado respecto a los re- sultados dados en la vida pro- fesional por los egresados de las escuelas técnicas no es coincidente con la que han expresado respecto de los mos los industriales a los cuales se consults con mo- tivo de la encuesta ya men- cionada. Muy por el contra- rio, algunas de esas reparti- ciones estan tan conformes con ellos y ya puede decirse que en algunas de ellas es condicién "sine qua non” el ser egresado de una escuela industrial para aspirar al de- sempeno de determinados Como se ve, el empleador de tiende a limitar el desarrollo va _asociada con una indus- los egresados de las escue- de la ensefianza técnica, tal _trializacién que supere los I- las técnicas era fundamental- como puede apreciarse, entre. mites de la sustitucién de im- mente el Estado y las opi- otros datos, por el estanca-| portaciones y, por lo tanto, niones de los industriales —_miento de la participacién de asociada a un proyecto que acerca de su desempefto no la ensefianza técnica en la la desplazarfa de la hegemo- parecen muy favorables. matricula de nivel medio a nia que detentaba. Por otra parte, es sabido que partir de 1950, Con respecto a la burguesia en toda esta fase de la indus- £8 decir que. en resumen, la _ industrial més concentrada trializacién sustitutiva, una baja complejidad tecnolégica sucede lo mismo, pero por cuota importante de las ne- nO estimula el desarrollo de —_motivos diferentes. Su esca- cesidades de mano de obra la ensefianza técnica, precisa. _so interés se basa en la co- calificada fue satisfecha por mente por sus escasos re- nexién con el capital extran- personal extranjero. El censo querimientos de calificacién, _jero, que es el que provee de 1947 indicé ese origen pa- _y_la alta complejidad tecno- —_precisamente de la tecnolo- ra el 30% del personal cali- ldgica tampoco lo requiere gia a los paises dependien- ficado en industria, energia, por el numero limitado de tes y, por lo tanto, aspira a transporte y otros servicios, personal que puede absorber. —_ mantener el desarrollo de los y un porcentaje todavia ma. Esto permitiria afirmar que la _ paises periféricos dentro de Yor para sectores de més al- complejidad tecnolégica —en _los limites que marca su_si- ta calificaci6n, la medida en que es un fac- tuacién de dependencia. Por Sin embargo, el grado de tor con una dinémica de de- supuesto, la posicién de i sarrollo que los paises de- ambos séctores (burguesia complejidad tecnolégica de | fas fuerzas productives noes Pendientes no controlan— de- _agraria- burgues(a industrial) sempefié en ambos momen- no es similar. La burguesia un factor que logre explicar t por si solo las varlaciones en ‘08 del desarrollo industrial industrial por ‘su misma ubi- oor Ee rolle de la ansehen, wn papel limitativo con res- cacién en relacién con les ee Expliquomes og, et.al crecimiento de laen- —fuerzas_ productivas, percibo za teonlca. Expliquemos ©& — sefianza técnica, el problema de la ensefianza let nice ‘a local mantuvo grado de complejidad tec- técnica de una manera muy can rai : nolégica no parece, pues, una _distinta a la de los sectores Sus rasgos de baja concentra variable suficiente para expli- _agrarios. Pero en este aspec- cién de capital organico y uso car jas alternativas en la di- to cabe una observacion de extensivo de mano de obra namica del crecimiento de la. caracter general con respec- Hegé hasta los afios 1950- ensefianza técnica. Para co- to a la burguesia industrial 1955. A partir de alli la in jocar su papel en el lugar “Tanto en el caso de la frac- dustria —asociandose cada adecuado corresponde anali- _cidn més poderosa de la bur- vez mas orgdnicamente con e! _—_zar las opciones tecnolégicas _guesfa industrial como en el capital extranjero— fue revir- partir de los intereses so- caso de la pequefia y media- tiendo {a tendencia anterior. ciales en juego en cada mo- _na industria, existe una asin- Pero la nueva situaciin de mento histérico determinado. _cronia entre su interés obje- la industria —mas compleja Un andlisis muy general de __ tivo en un cierto tipo de acu- técnicamente— tampoco fue este problema haria posible —mulacién de capital y la ex- tn factor estimulante para el _sostener que en este periodo _presién orgénica del mismo. desarrollo cuantitativo de la ninguno de los sectores que En ambos casos la expresién ensefianza técnica, por cuan- _conformaban el bloque de po- _es delegada a otro sector de to a medida que la tecnolo- der tenian intereses que los la sociedad; en un caso por gia se hace mas compleja, la __condujeran a postular un pro- la élite politica conservadora Industria pierde su capacidad —_yecto educativo que incluye- _estrechamente ligada a la oll- de absorber mano de obra. Si ra entre sus pautas el esti garquia terrateniente” [...] bien esta nueva modalidad de mulo para un desarrollo ma- “en el otro caso, a un sector desarrollo industrial requeri- sivo y en todos los niveles de! Estado”!. Esta asincro- ré personal capacitado, sus de la ensefianza técnica. La nia esté expresando otro he- i limitaciones en cuanto a las alta burguesia agraria no se cho, no menos importante: posibilidades de absorber _hallaba interesada porque, en —_las fracciones de la burgue- Ocupacionalmente cantidades _definitiva, una ensefianza de sia industrial desarrollaron significativas de personal ese tipo sélo tiene sentido si_ mas 0 menos orgénicamente 126 a 1. Estudiantes de una escuela industrial, 127 1. La vieja sede de la Facultad de Derecho, hoy ocupada por dependencias de la Facultad de Filosofia y Letras de Buenos Alres. | las expresiones Ideolégicas que tendian a legitimar sus Intereses econdmicos, pero en el resto de los ambitos de la ideologia no aleanzaron a expresarse con el mismo gra do de autonomfa, De ahi que, en lo especificamente educa- tivo, siguieron vigentes las exptesiones. de los Intereses de las clases que se habian manifestado tradicionalmente en el debate educativo: la oll garquia y las capas medias urbanas. Las capas medias, como se sabe, fueron siempre las des- tinatarias del crecimiento del sistema educative argentino hasta ese momento. Pero su Interés estuvo dirigido a uti- lizar el sistema educativo co- mo via para el acceso a las posibilidades dotadas de ma- yor prestigio social y que les permitieran, a su vez una in- sercién plena en el aparato politico y administrativo del pais. En este sentido, siem- pre percibieron las tentativas de canalizar su ascenso den- tro del sistema educative a través de modalidades técni- cas como intentos de despla- zarlos de los centros de so- cializacién mas aptos para el acceso al poder. Esto se da unido, por supuesto, a la pro- pia insercién de las capas medias en el aparato pro- ductivo, insercién que se da principalmento a través de las actividades terciarias, Si_ ui mos a todo esto la oposicién a los proyectos industrializa- dores provenientes de las fracciones mas débiles de la burguesia agrarla, expresadas politicamente por la Unién Ci- vica Radical, por ejemplo, se obtiene un cuadro en el cual la clase media (destinataria social de cualquier modifica- cidn de las orientaciones del sistema educativo en los ni- veles medio y superior) apa- rece desalentando tentativas de modificaciones en este sentido. Este problema es uno de los de mayor significacién en es- te andlisis. En realidad, ol centro del debate educative argentino esté en la situacién de las capas medias. Tanto los proyectos de reorienta- cidn, limitacién 0 continua cidn’ de la expansién en los pardmetros tradicionales, ficaban afectar la participa cién social de estos sectores. Para que la ensefianza téc- nica se hubiera extendido hasta modificar los niveles medio y superior de la ense- fianza habria sido preciso re- orientar log intereses educa- cionales y la insercién en la estructura productiva de sec- tores importantes de las ca- pas medias. Pero las limita- ciones de {a sustitucion de Importaciones no exigfan mo- dificaciones de tal enverga- dura, razén por la cual las clases dominantes tenian so- lo dos opciones. Una opcién posible era limitar la expan- sién del sistema educative en sus modalidades técnicas al nivel primario y post-pri mario y ejercer al mismo tiempo un fuerte control limi tativo de las modalidades cla- sicas tradicionales impidien- do el acceso masivo de las capas medias. Esta opcion fue, con rasgos y matices di- ferentes segin los voceros, Ja opcién planteada por algu: nos voceros del nacionalismo catélico, que en este perio- do, elaboré una revaloriza- cién de los estudios clasicos y de su_necesario cardcter elitista. Esta opcién implica ba, por supuesto, un enfren- ‘tamiento profundo con las ca- pas medias, desde el momen- to que ce les quitaba su prin- cipal soporte de ascenso so- cial y por ello, se traducfa en una postura claramente anti- democrati 129 Es preciso aclarar aqui que la incentivacin de los estu- dios técnicos no era contra- dictoria con el tradicionalis- mo ideolégico de los repre- sentantes del nacionalismo de derecha. Al contrario, una de sus bases es precisamen- te postular la existencia de una division clara en el am- bito de la cultura y una je- rarquizacién neta entre am- bos tipos de saber: el téc- nico y el humanistico. El saber técnico era jerarquica- mente inferior y sdlo tenia sentido si se lo insertaba en un contexto éticamente mar- cado por la moral cristiana. La bibliografia documental so- bre este tema es amplia y esté bien difundida. Aqui nos limitaremos a citar algunos parrafos y hechos represen- tativos de esta tendencia a titulo meramente ilustrativo de lo que venimos plantean- do, sin intentar agotar con ello el tema del nacions mo de derecha y la educa- cién, cuyo alcance mereceria un tratamiento especial La jerarquizacion det saber y la promocién de los estue dios técnicos en el marco de la metafisica catélica puede verse expuesta en el siguien- te pérrafo de Jordan Bruno Genta: “Una inteligencia des- tituida de su fin ultimo que es el testimonio de Dios y de aquello que en las cosas Hleva el sello de Dios, es una inteligencia sometida y hu- millada a las condiciones de la materia. Tal es la inteli- gencia sin disciplina metafi- sica y privada del habito de las esencias. Esta inteligen- cia mutilada que se ha cul- tivado exclusivamente en el conocimiento exacto y expe- rimental, ha dejado su vida de contemplacién en la que actiia como un principio se- parado 0 infalible y se ha convertido en una mera fun- cidn practica. [...] De ahi esa pedagogia del hacer y de las manualidades, esa es- cuela activa y esa univers dad exclusivamente profesio- nal, que se viene declamando desde entonces, sin que haya- mos conseguido siquiera mul- tiplicar los hombres manua- les, artesanos y técnicos que el pals reclama urgentemen- te, [...] La solucién del pro- blema que planteaba la falta de habitos econémicos e in- dustriales en la poblacién eriolla [...] no estaba en substituir, sino en integrar je- rérquicamente ta ciencia ttil y sus artes derivadas con la formacién primordial en, las humanidades clasicas En el marco de esta jerarqu- zacin del saber, los estu- dios técnicos podian estar al alcance del conjunto de la poblacién, mientras que la cultura humantstica sdlo po- dia estar al alcance de muy pocos. Ya otros trabajos han sefialado el carécter elitista de estas concepciones’, pe- to conviene especificar ‘aqui cémo ese elitismo se tradu- cfa en formulas concretas en el nivel educativo. Castellani, por ejemplo, en ocasién de dobatirse la reforma de 1939 elaborada por el ministro de educacién de! gobierno de Ortiz, Roberto Coll, proponia un bachillerato basado en las humanidades clasicas cuyo eje central fueran el griego y el latin. Obviamente, este bachillerato no podia ‘tener la masividad del vigente y Castellani percibia eso clara- mente: “si existiese tan si- quiera un bachillerato serio {porque el de ahora es chi- rimbaina) muchisimos mucha- chos sin vocacién real para el trabajo intelectual serian detenidos a tiempo en el en- granaje fatal que los lleva a la ruina como hombres y_al destino de ser desadaptados sociales y polilla de la socie- dad. [...] Entre nosotros se ha producido el temible fenémeno de la falsificacién do la cultura; se ha sacrifi- cado la calidad a la cantidad y se han multiplicado abara- téndolos los centros de en- sefianza con menosprecio del vigor de la ensefianza”*, La concrecién de estas ideas aparece en el programa edu- cativo del gobierno surgido del golpe de estado del 4 de junio de 1943, en el cual este sector del nacionalismo tuvo una presencia e influencia de- cisiva. Alli se sostiene que la ensefianza media debia tender en general: “a apartar a las juventudes de las pro- fesiones liberales encaminan- dolas hacia las profesiones vinculadas con el comercio, la industria y la produccion nacionales"*. Para lograr esto prevela la elaboracién de planes do es- tudio diferenciados: por un lado un bachillerato preuni- versitario de seis afios de estudio con ingreso directo a la universidad y, por el otro, planes especiales para el magisterio, comercial, in- dustrial y técnico en gene- ral®, La segunda opcién se plan- te6 a partir de los compro- misos de la oligarquia con la pequefia burguesia y consis- tid en permitir una limitada expansién de la ensefianza técnica en el nivel primario y post-primario, dejando el resto del sistema intacto y con el ritmo de expansion que tenia hasta entonces Esta fue, en definitiva, la op- én asumida por los gobier- nos de la década del treinta. Mas adelante, al analizar el contexto politico de este pe- riodo, se intentaré describir y explicar cémo los compro- misos entre la “oligarquia” y la pequefia burguesia fueron 130 1. Propaganda del gobierno peronista. BACHILLERATO. Pewuco om aierda Wa 10, gerreraleader, sn contenido celinsde y sin mayores Roriz ontes ‘Tivos pore la voowcén de_fos evens. 1. Alumnos de una escuela industrial estudian la construccién de un motor. limitando progresivamente la influencia del “nacionalismo catdlico” en todos los mb! tos del aparato estatal. Pero ademas de este factor impor- tante en la explicacién de la politica asumida por los sec- tores dominantes en este pe- riodo, conviene anotar un he- cho general pero significati- vo para la comprensién de este problema. La promocién extensiva de la ensefianza técnica —en la medida en que los sectores medios no eran reorientados y segufan ocupando masivamente los lugares tradicionales del sis- tema— implicaba la promo- clén educacional de sectores hasta. entonces marginados (clase obrera y demés sec- tores populares). Este es un hecho que supone condicio- nes sociales y politicas es- peciales y tiene varies con- socuencias: a) el tinico camino que que- daba abierto para el ascenso educacional de los sectores obreros era la ensefianza téc- nica, b) para que este fenémeno pudiera producirse era preci- 80 garantizar condiciones de vida que permitieran a los hijos de obreros postergar su Ingreso a la actividad pro- ductiva y asumir el costo de los estudios. En este aspec- to, la situacién de la clase obrera distaba mucho de sor la més favorable. Ambos as- pectos, en cambio, se modi- ficaran’ en el periodo pero- nista. El mejoramiento sus- tancial de las condiciones de vida de la clase obrera per- mitiré su participacién en el sistema educativo por mayor cantidad de afios y esa incor- poracién sera canalizada, en gran medida, a través de un sistema casi paralelo al tra- dicional y dedicado exclusi- vamente a las orientaciones técnicas. Desde este punto de vista Puede interpretarse que uno de los rasgos més. salientes de la politica educativa del periodo 1945-1955 fue, preci- samente, articular una via de ascenso’educativo para los sectores populares diferente a la tradicional. Como se sa- be, en 1944 se creé la Go- misién Nacional de Aprendi- zaje y Orientacién Profesional (CNAOP), en cuyo 4mbito se realizé una parte muy consi derable de la expansién de la expansién de la ensefianza técnica de este periodo. Se- gin los datos existentes, al- rededor de! 50% del creck miento de la matricula técni- a entre los afios 1945-55 co- rrespondié a los establec mientos de la CNAOP". La explicacién de esta forma particular de canalizar el as- censo educativo de los sec- tores populares debe buscar- se en factores tanto de indo- le politico-social como de in- dole econémica. Desde el pri- mer orden de variables, os posible sostener que esta al- ternativa cumplia con varios requisitos a la vez: apartaba a los sectores populares de las formas de socializacién tradicional, que mantenfan, en términos de lo que hoy’ se acostumbra denominar el ““cu- rriculum oculto” de la ense- fianza, un sesgo opositor al régimen peronista; al mismo tiempo, y en la medida que esta opcién estuvo durante mucho tiempo bajo el control cto del Ministerio de Tra- bajo y no del de Educacién, a convertia en una Instancia politicamente més flexible ante los requerimientos del nuevo orden politico; en ter- cer lugar, si bien las nuevas opciones’ satisfacfan las de- mandas sociales por educa- dejaban intacto el pre- inio de las orientaciones tradicionales creando, de he- 133 cho, un sistema dual y jerér- quicamente ordenado, Desde el punto de vista eco- némico, las, determinaciones tuvieron otro caracter. Como se sabe, las instancias abier- tas por la CNAOP cubrian una amplia gama de las necesi- dades de calificaciones en diferentes niveles de la pro- duccién y, ademas, en todas ellas se daba una mayor vin- culacién entre ensefianza y trabajo que la ofrecida por el sistema tradicional; los pro- Pésitos iniciales de la CNAOP se orientaban a la capacita- cién de los individuos en la industria, especialmente de los jévenes, y para ello se obligaba a ‘las empresas a emplear entre un 5 % y un 15 % de menores aprendices sobre el total de obreros es- pecializados por ella emplea- dos. Dichos aprendices fre- cuentarian los estudios en cursos organizados en las empresas 0 en escuelas de medio turno. Pero la aplica- in real del programa de la CNAOP no se ajusté comple- tamente a los propdsitos inl ciales, y el mayor desarrollo no se dio en los cursos para aprendices ni en las escuelas de medio turno sino en las escuelas fabricas de turno completo. Este cambio pro- dujo una’ aproximacion cada vez mas estrecha entre las actividades de los estableci- mientos de la CNAOP y los del resto del sistema esco- lar, aunque se mantuvieron las diferencias en materia de orientacién de los estudios, gituaci6n que permitié a la CNAOP desempefiar un papel distinto al del resto del sis- tema. El énfasis puesto en la formacién practica que ca- racteriz6 a estas escuelas les permitié hacer un aporte sig- nificativo en la formacién de obreros calificados en un off- io, mientras que las escue- CUADRO Nt 8 EGRESADOS DE ESTABLECIMIENTOS DE LA CNAOP POR TIPO DE CURSOS 1950-1957 oso 10611052 ~—«O89~—=«YOSK «TSS «7 Aprendizaje «1.097 1.690 1.781 1.707 1.780 2300 1.574 Capacitacion ‘Obrera 81 1228 1.117 1008 1342 1.750 1358 TOTAL 2078 2914 2848 2805 3.122 4050 2932 98% 98% 82% 82% 80% 81% 76% Ciclo Técnico 3858, 603 772 55th 2% 2% 18% 18% 20% 19% 24% TOTAL 2118 2969 3468 3408 3894 5.005 3.846 Fuente: Pedro D. Wéinberg. La ensefanza técnica industrial en Ja Argentine. 19961965. Buenos Aires, Instituto Di Tella, 1967. 1. Edificio de Ia actual Universidad Tecnolégica Nacional, creada como Universidad Obrera Nacional. 134 las industriales tendian més bien a la formacién del téc- nico. Este énfasis es. parti cularmente significativo si se piensa que la estructura del sistema productivo para el cual se preparaba este perso- nal era una estructura basa- da en tecnologia de escasa complejidad y que respondia, desde el punto de vista de la organizacién del trabajo, a las caracteristicas del modelo de la manufactura. La confirmacién cuantitativa de esta tendencia de la CNAOP a producir personal de categorias medias de cali- ficacién puede percibirse a través de los datos del cua- dro Ne 8, donde se discrimi- nan los egresados por tipo de cursos recibidos. El volumen de egresados de cursos co- rrespondientes al ciclo bést- co (tres afios 0 menos de estudio) es notoriamente su- perior al del curso técnico- superior y a su vez, respon- dia a una numerosa variedad de especialidades. Pero el cuadro muestra tam- bién que a partir de 1952 se produjo un vuelco importante en esta tendencia, lo que de- be vincularse con modifica ciones en los objetivos y en las actividades de la CNAOP que condujeron, finalmente, a su fusion dentro de las ca racteristicas propias del sis- tema educativo tradicional. En sintesis, pues, la evolu- cién de esta modalidad de ensefianza técnica puede di- vidirse en dos grandes eta- pas. La primera abarcaria desde su creacién hasta apro- ximadamente 1950, y duran- te la misma se puso el én- fasis en la articulacién de los estudios con el trabajo, en la formacion de operarios medios con estudios termina- les de corta duracién y, des- de el punto de vista organt- zativo, se desenvolvié en un 1. Vista de un aula de escuela primaria en el afio 1949. 136 4mbito diferente al del Minis- terio de Educacién. Durante la segunda etapa, estos ras- gos comienzan a’ diluirse, y se produce una aproximacién cada vez més intensa entre ambas formas de ensefianza técnica. En realidad, las for- mas nuevas incorporadas por la CNAOP se van aproximan- do a las tradicionales: hay un Incremento en los estudios de larga duracién, las autori- dades se unifican, los planes de estudio practicamente se superponen y, por fin, des- pués de 1955’ambas modali- dades se funden. Varias son las razones que podrian explicar este fenéme- no y, no parece ser éste el lugar adecuado para un ané- lists hist6rico detallado. Pero de todas _maneras, pareceria que los factores que actua- ron en la determinacién de este comprotamiento se re- fieren tanto a la estructura tecnologica de la industria lo- cal como a ciertas concep- iones y percepciones socia- les hacia el sistema educa- tivo y sus funciones. Con respecto a lo primero, ya se ha sefialado que en estruc- turas productivas de tecno- lagia poco compleja y de or ganizacién manufacturera del trabajo, el aprendizaje del ofi- cio a través de la prdctica misma en el proceso pro- ductive compite exitosamente con las formas de capacita- cidn a través de la educacién formal. Por otra parte. ese cambio en la orientacién de los estudios técnicos coinci- 6 con el agotamiento del proceso de sustitucién “fé- cil” de importaciones y la Introduccion progresiva de cambios tecnolégicos que, en- tre otras consecuencias, de- terminaron la aparici6n de ne- cesidades en materia de call- ficaciones muy diferentes a las derivadas de la manufac- tura. En términos de organi- zacién del trabajo, el paso de Ja manufactura a la mecaniza- cién y a la automatizacion produce la mengua de la im- Portancia cuantitativa de los obreros que dominan un ofi- cio (los que se concentran en las. tareas de mantenimien- to) y el crecimiento de la categoria de obreros especia- lizados (que a condicion de haber recibido una educacién basica requieren escasa ca pacitacién formal) y de téc- nicos y profesionales (que en cambio requieren califica- ciones formales de larga due raci6n). En cuanto a lo segundo esto es, las concepciones sobre el sistema educativo, puede se- falarse que ningtin grupo so- cial en ascenso admite moda- lidades educativas que por su cardcter terminal no habi- liten para estudios posterio- res. La presién para que esas vias se continéen hasta los niveles mas altos suele ser Intensa y. en este caso, se concentraron tanto a través de la creacién de una tancia especifica de tipo ter- ciario (la Universidad Obre- ra Nacional, hoy Universidad Tecnolégica’ Nacional) desti- nada a permitir el pasaje de los egresados de los esta- blecimientos de la CNAOP al nivel universitario, como por la progresiva pérdida de las caracteristicas originales del proyecto. Educacién y politica Hasta aqui nuestro andlisis se movid fundamentalmente dentro de los marcos deter- minados por el desarrollo de las fuerzas productivas y por ‘sus repercusiones en el desa- rrollo del sistema educativo. Sin embargo, y sin pretender con ello agotar todas las mensiones de andlisis posi- 137 bles, es preciso hacer algu- nas referencias a las deter- minaciones provenientes del resto de las instancias de la estructura social, que, en es- te periodo, asume rasgos par- ticularmente complejos. Lo primero que se destaca en un andlisis de este tipo es que la crisis econémica mun- dial del afio 1930 fue acom- pafiada por una no menos pro- funda crisis Ideoldgica, Esta crisis fue, bésicamente, la del liberalismo en todas sus fa- cetas y si bien su alcance fue mundial, las caracteristi- cas que adquirié en los paf- ses dependientes fueron real- mente peculiares. ‘Como se sabe, la vigencia del liberalismo en América lati- na siempre fue un hecho apa- rentemente contradictorio, Su imposici6n estuvo a cargo de los sectores de la burguesia agroexportadora que —por la vinculacién que mantenfan con el mercado mundial— re- querian una legislacién que garantizase Ia libre circula- cién de mercancias. Pero en el plano interno. la necesidad de asegurar el orden y la im- posicién plena del modelo agroexportador explican la apelacién’ a précticas autori- tarias de dominacién social, que estaban lejos de las for- mas que al respecto predica- ba el liberalismo y que se aplicaban en las sociedades capitalistas aut6nomas. ‘Sin embargo, el particular de- sarrollo del modelo agroex- portador permitié el surgl- miento de capas medias ur- banas numéricamente signi- ficativas que se convirtieron en los portadores sociales més consecuentes del libera- lismo y que, en funcién de esta presencia politica e ideo- logica, cuestionaron las for- mas de aplicacién interna del liberalismo instrumentadas por la burguesia agroexporta- dora consiguiendo —en pal- ses como la Argentina, por ejemplo— ampliar el margen de juego politico y tener ac- ceso al poder. Por ello, al sobrevenir la crl- sis del ‘capitalismo mundial, la burguesia agroexportadora no pudo seguir asumiendo el liberalismo. ni siquiera. con las limitaciones con que lo habia hecho hasta entonces. En primer lugar, porque las exigencias externas en cuan- to a la necesidad de una le- gislacién no proteccionista se atenuaron notoriamente y, en segundo lugar, porque las condiciones de la crisis obli- gaban a reducir al _m&ximo las posibilidades de libre jue- go politico. El golpe del 6 de setiembre, la proscripcién del radicalis- mo como fuerza més repre- sentativa de las capas_me- dias y el aumento de las for- mas de control social fueron, en este sentido, los indicado- res més elocuentes de esta nueva modalidad de domina- cién, racionalizada intelec- tualmente a través de las pos- turas elaboradas por el antl liberalismo europeo. Los sectores intelectuales vinculados al antiliberalismo se convirtieron, en estos pri- meros momentos de la crisis, en los voceros mas represen- tativos de estas modalidades de dominacién social y logra- ron hegemonizar el control formal de algunos aparatos ideolégicos (la educacion, principalmente) . En este sen- tido, lo que caracteriza a es- ta fase del periodo que esta- mos analizando es que la bur- guesia agraria se coloca en- frentando abiertamente no s6- fo a la clase obrera sino a las capas medias en su conjun- to, lo cual —dosde el Ambito del sistema educativo— es un hecho capital. La ténica de esos afios consistié en in- tentar eliminar los rasgos més caracteristicos del_sis- tema educativo que, como se ‘sabe, habia estado al servi cio pleno del ascenso peque- fio burgués. La cesantia de maestros, empleados, funcio- narios, etcétera, vinculados al radicalismo, la intervencién a las universidades y la repre- sién al movimiento estudian- til, los intentos de modifica- cidn del cardcter de la es- cuela primaria anunciados por Juan B. Terén desde la pre- sidencia del Consejo Nacio- nal de Educacién y el freno a la expansion del sistema educativo son ejemplos ilus- trativos de todo esto. Pero el proceso, como vimos, no se mantuvo estdtico. Es- ta posicién recesiva no pudo ser mantenida te dado que implicaba una serie de consecuencias que la burguesia agraria no esta- conflictos con el resto de las fracciones de la clase do- minante, conflictos con los centros de poder a los cua- les esta burguesia estaba asociada (y que en el pla- no internacional se enfren- taba abiertamente con las op- ciones antiliberales surgidas dentro de la sociedad capita- lista: el fascismo y el nazis- mo) y conflictos con los sec- tores politicos que habjan asumido tradicionalmente la representacién de la oligar- quia y que Ideolgicamente permanecian adheridos al li- beralismo. De ahi que la oligarquia optara por asumir —0, ei se quiere, reasumir— el liberalismo, pero vaciéndo- lo de contenido, En este nuevo esquema, los partidos politicos y las elec- ciones volverian a tener vi- gencia, pero la préctica del “fraude patriético” asegura- ba que los resultados de esa 138 vigencia no alteraran el es- quoma de poder establecido” Pero ademas, este esquema permitié a la oligarquia rear- ticular sus relaciones con las capas medias, A medida que la situacién in- ternacional se polarizaba y que internamente el auge In- dustrial —ante la perspectiva de la finalizacién de la gue- rra— radicalizaba el enfren- tamiento con la clase obrera y con los sectores de la bur- que: I vinculados al capital nacional, la oligar- quia tuvo que apelar a forte- lecer esta alianza con las ca- pas medias ya que le resul- taba indispensable tener una masa de maniobra disponible para ser movilizada frente a los nuevos sectores en as- censo. Esta situacién fue de- terminando poco a poco el desplazamiento de los inte- loctuales de la derecha anti liberal que, a su vez, respon- dieron alidndose a las nuevas fuerzas que eparecian en la arena politica, Esta recomposicién de las alianzas de clase y de sus correlatos Ideolégicos esté en la base del surgimiento del peronismo y escapa a los If * Como dato Ilustrativo de cémo, fa pesar de haber reasumido elt borallsmo, los sectoros dominantes, estaban inclinados a interpretar las précticas liberales de manera muy Timitada, puedo verse ol tono del discurso de Agustin P. Justo al Con- greso de la Nacién inaugurando el Periodo de sesiones legisiativas del fo 1997. Alf sostuva sus dudas acerca dé las ventajas del sufraaio Universal (",..voces autorizadas han expresado a menudo sus dudas sobre las ventajas de la extension ilimitada del derecho del sufragio"} y praguntaba algunas posibles solu- iones ("El P. E. considera que la Imperfeccién de nuestros. habitos politicos exige por ahora privar al Empleado publica del derecho. del fsufragio”). Diario de Sesiones de a Camara de Senadores, afio 1937, pig. 7 y sotes. 1. Colegio Nacional, en La Plata, dependiento de la Universidad Nacional de La Plata. mites de este estudio reall- zar su anélisis. Pero permite, al menos, vislumbrar descrip- tivamente las razones por las cuales el peronismo aparece- 8 como ideolégicamente tra- dicional y la alianza hegemonl- zada por la oligarquia, al con- trarlo, revestida como Ideo- logicamente “progresista”. Notas y bibliografia ' Véase Juan Carlos Tedesco. Edu- cacién y sociedad en Argentina (1880-1900). Buenos Aires. Ed. Pan- nedille, 1970. También Juan Carlos Tedesco, "La educacién argentina entre 1880 y 1890", en esta misma 2 Véase El Munitor de Ja Educacién Comén, ano Lil, n° 739, julio de 194, pag. 38. Las referencias a las modificaciones de los programas de la escuela primaria pueden verse en Ja Memoria del C.N.E., aflo 1838 y ‘en E/ Monitor de la. Educacién Co- ‘min, afio LVI, nt 778, noviembre de 1997. 3 Jorge Graciarena, “Desarrollo, edu- tcacién y ocupaciones técnicas’ Revista’ de Ciencias de la Educe- ‘cf6n, Buenos Aires, 1971, n’ 6 + Memoria del Ministerio de Justicia f Instruceion Publica, afio 1942, t. I, } pigs. 2204. 5 Monica Peralta Ramos, Etepas de acumulacién y allanza de clase fen Argentina, 1930-1970, Buenos Al- res, Siglo XXI, 1972, pag. 111 * Jordén B. Genta, Acerce de la bertad de‘ ensefar y de la ense- Fanza de la libertad. Buenos Aires. 1945, pags. 88-89. i 7 Juan F. Marsal La ideologia de I derecha, en Argentina conilictiva, Buenos Aires, Paidds, 1872, pags 4115-135. También Marsal-Arent, “La derecha intelectual argentina. And- Uisis de la ideologia y accion poll tica de un grupo de intelectual en Revista Latinoemericana de So- lotogia, vol. V, noviembre 1968 * Leonardo Castellani. Canciones de Militis, 6 ensayos y 3 cartas. Bus nos Aires, Ed. Dictio, pags. 134-7. 9 Memoria del Ministerio de Justicia i Instruccién Pablica, afio 1943, to- ‘mo |, pag. 159. "© Idem, pég. 160. 41 Véase David Wifi, Poder politi co y educacién. EI peronismo y la GNAOP, Buenos Aires, Instituto DI Tella, CICE, 1970. Pedro D. Wein- berg, La ensefanza técnica indus trial en Ja Argentina, 1936-1965. Bu nos Aires, Instituto Di Tella, 1967.

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