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La desaparición forzada es una grave violación a los derechos humanos que pese a su
indiscutible gravedad y magnitud adquirida en Colombia, se encuentra en la más alta
impunidad judicial, administrativa, social y política. Según informaciones oficiales 1, el
Estado Colombiano es el principal responsable de la desaparición forzada. Agentes de
las Fuerzas Militares y la Policía se han valido de su condición de garantes y protectores
de la seguridad de la ciudadanía, no sólo para participar de manera directa en esta
conducta2, sino para propiciar relaciones de colaboración y alianza estratégica con
grupos paramilitares3, los cuales masificaron en la década de los 90´s y el inicio del
milenio este ignominioso crimen.
1
Según información del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).
2
El CNMG registra una participación directa de la fuerza pública 2.368 casos.
3
Los grupos paramilitares fueron responsables de 15.362 desapariciones, mientras que los grupos pos-
desmovilizados fueron del 2.598.
4
Según el Observatorio de Memoria y Conflicto del CNMH.
encuentren los restos de estas personas. De las 259 víctimas registradas en este
informe, sólo 17 (6,5%) han sido encontradas y entregadas a sus familiares.
En el caso del cementerio central de Sincelejo, se documenta que existen varias bóvedas
abiertas y la mayoría se encuentran en precarias condiciones, especialmente las de las
Personas No Identificadas (PNI). De igual forma, la comunidad ha advertido que en
algunas ocasiones aparecieron cuerpos que fueron abandonados en la madrugada en la
entrada del cementerio para que fueran inhumadas; y en otras oportunidades las
tumbas fueron profanadas a tal punto de ser incineradas. Sumado a esta situación, no
5
En este año, el Ministerio del Interior publicó un informe sobre el estado de las PNI y PINR en
cementerios.
existe ningún registro adecuado de inhumaciones y exhumaciones por parte de la
administración del cementerio y la alcaldía como se ordena por la Ley 1408 de 2010,
conocida como Ley de Homenaje a las víctimas.
La Finca El Palmar sirvió también como centro de tortura y exterminio, a ella los
paramilitares llevaban a sus víctimas, para torturarlas, asesinarlas y desaparecerlas.
Para la ejecución de las víctimas y el enterramiento y deposición de los cuerpos, los
paramilitares utilizaron distintas técnicas. En algunos casos las víctimas eran fusiladas
en el Árbol de Caucho y sus cuerpos eran enterrados allí, en otros terrenos de la finca,
o lanzados al mar; incluso, en el árbol aún se pueden ver los impactos de las balas
6
CNMH. Desaparición forzada Tomo II: Huellas y rostros de la desaparición forzada (1970 - 2010). Ob.
Cit., pág. 323.
producto de las ejecuciones. De esta manera, la cifra de las personas desaparecidas en
El Palmar asciende a las dos mil víctimas.
Los pobladores de la zona han advertido que en la finca se han realizado excavaciones
clandestinas, en las que algunos de los cuerpos inhumados en los terrenos de El Palmar
han sido desenterrados para cambiar su ubicación o para ser arrojados en cuerpos de
agua, como la laguna o el Arroyo Cascajo, o incluso, directamente al mar. Debido a que
actualmente la Finca El Palmar tiene un destino económico agrícola, al interior de ella
se encuentran cultivos de alimentos y criaderos de semovientes, por lo que otros de los
riesgos identificados es la modificación de los terrenos para la adecuación de los
cultivos y criaderos, esto dificulta que se localicen los puntos exactos donde se
encuentran las fosas o sitios de inhumación de cuerpos, a pesar de que se cuente con
testimonios o información descriptiva, suministrada por testigos de los hechos.
Por ejemplo, la Finca la Libanesa (El Oriente), ubicada en la entrada del corregimiento
de Pajonal, en la vía que de San Onofre conduce a Cartagena, fue de dominio paramilitar
por su ubicación estratégica y actualmente se encuentra a la venta. Según afirmaciones
de pobladores de la región, La Libanesa se oferta como un predio con un gran atractivo
para su adaptación a actividades productivas relacionadas con la cría de peces; se
sospecha que quienes adquieran la finca construirán en ella obras de infraestructura,
como estanques, represas y camellones 7. Esta situación genera un enorme riesgo para
la conservación de los cuerpos que presuntamente se encuentran inhumados en los
terrenos de la finca, debido a que su construcción altera los terrenos, ya que es
necesario excavar y realizar inundaciones, lo que genera que los restos óseos que allí se
encuentren sean desplazados o, incluso, removidos.
Por otro lado, la Finca Nuevo Mundo (La 70), la cual está ubicada en la vereda El Barro
del municipio de San Onofre, estuvo al mando de “Cadena” y fue nombrada La 70 por
paramilitares del Bloque Héroes. La finca era propiedad de la familia Wilches Blanco.
Era administrada por Mafaldo Wilches Díaz y aparecía a nombre de su hijo, Juan Ignacio
Wilches Blanco. Desde el año 1998, la familia Wilches Blanco fue víctima de amenazas,
persecución, secuestro, homicidios y desaparición forzada; se presume que estos
hechos fueron perpetrados por paramilitares del Bloque Héroes de los Montes de
María, quienes buscaban obligar a la familia Wilches Blanco a desplazarse de la Finca
Nuevo Mundo para apropiarse de ella8.
7
CSPP & MOVICE. Entrevista 001 realizada en Cartagena (Bolívar) el 13 de noviembre del 2019.
8
ILSA. Desplazamiento forzado y legalización del despojo en San Onofre. La comunidad que denunció la
alianza parapolítica por la consolidación del control territorial. Publicaciones ILSA, 2012.
Las condiciones adversas en las que se adelantaron estos hechos victimizantes ponen
en evidencia la preocupación de que la Finca Nuevo Mundo quede en manos de quienes
cometieron los hechos delictivos para despojar a la familia Wilches Blanco o de sus
colaboradores. Esta situación genera un riesgo para la conservación de los cuerpos
inhumados que se encuentran al interior de la finca, debido a que quien tenga la
propiedad del predio podrá disponer de ellos y, en caso de que quiera desaparecerlos,
podrá hacerlo.
Finalmente esta la Finca Potosí, la cual está ubicada en el municipio de San Antonio de
Palmito. Durante la época de control del paramilitarismo en el departamento de Sucre,
esta finca fue uno de los centros de operaciones del Bloque Héroes de los Montes de
María; en ella operaba alias “El Paisa”. Uno de los hombres de confianza de este jefe
paramilitar era alias “Mono Potosí”, quien junto con otros miembros del Bloque condujo
a esta finca a una gran cantidad de víctimas, muchas de las cuales fueron asesinadas y
sus cuerpos fueron enterrados al interior del predio9.
9
CSPP & MOVICE. Entrevista 001 realizada en Cartagena (Bolívar) el 13 de noviembre del 2019.
10
HREV. Cartografía de la desaparición forzada en Colombia. Bogotá: 2019. Pág. 72.
11
Ibíd.
VICTIMAS 47.943 64.447 112.390
Por ello, el MOVICE y el CSPP solicitan a la JEP dar apertura de un macro caso de
desaparición forzada, en el cual Sucre sea una de las regiones priorizadas, teniendo en
cuenta:
12
52 víctimas fueron retenidas o raptadas de manera visible ante sus familias y la comunidad. 26 fueron
raptadas al interior de sus viviendas, 17 en vías públicas y 9 en establecimientos públicos.
13
45 víctimas fueron objeto de desaparición forzada por el quebrantamiento de normas impuestas. De
estas, el 30.4% por presunta asociación con la guerrilla; 26% por haber cometido hechos de hurto; 17,3%
indisciplina al interior de la tropa paramilitar; 11,11% por ser supuesto informante de la fuerza pública;
8,6% por problemas personales (pago de deuda); y 6,5% por consumir o vender drogas.
14
Uno de los casos representativos en este sentido es el de Milton Luis Ayos Villanueva. El 1 de
septiembre de 2004 paramilitares pertenecientes al Bloque Héroes de los Montes de María lo retuvieron,
amarraron y lo obligaron a abordar una camioneta con dirección al casco urbano de San Onofre, donde
lo bajaron y lo asesinaron, en presencia de los transeúntes. Alias “El Oso” le disparó a Milton Luis y lo
metió en un pozo de cemento que queda diagonal a la entrada del corregimiento Libertad, junto a cuatro
jóvenes más que también fueron asesinados, posteriormente, dio órdenes a los demás paramilitares de
que cubrieran el pozo con cemento.
15
Entre 1985 a 2018. Ibíd.
políticos de izquierda, entre otros. En el caso de Sucre, la desaparición se utilizó
contra población campesina que luchaba por la titularidad de la tierra, como lo
fue la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos; así como contra integrantes
de la Unión Patriótica y líderes sindicales.
d. Características de los responsables: Se evidenció la participación de la
Primera Brigada de Infantería de Marina (CBRIM–1) de la Armada Nacional, de
la Fuerza de Tarea Sucre, entre otras unidades militares; también se tiene
conocimiento de la complicidad de funcionarios de la Policía Nacional y regional
en las detenciones-desapariciones. Adicional a ello, la JEP también tiene
competencia sobre los actores que hayan financiado o colaborado con los grupos
paramilitares. En el caso concreto de Sucre se refirió precisamente esa
contribución de los políticos y agentes económicos con los grupos paramilitares.
Algunas de las empresas que han sido investigadas ya sea por su financiación a
grupos paramilitares en la región, o por el beneficio que recibieron fruto de la
violencia que estos ejercieron, fueron: ARGOS S.A. (a través de FIDUCOR SA),
TEKIA S.A.S. (antes Reforestadora del Caribe S.A.), y la empresa camaronera
ACUACULTURA CARTAGENERA.
e. Disponibilidad probatoria: Además de los informes y testimonios sobre la
desaparición forzada y las condenas que sobre este flagelo existe, es preciso que
la JEP tenga en cuenta la prueba indiciaria a la hora de argumentar y
fundamentar las decisiones que se adopten para proteger los derechos que le
asisten a las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición.
Con ello, se pretende que la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas
(UBPD) construya no sólo el universo de víctimas del departamento de Sucre, sino que
elabore a partir de la información entregada, planes de búsqueda y prospección
dirigidos a establecer el posible paradero de las víctima de este hecho, y proceda a su
localización e identificación.
Es de recordar que:
Por ello, las organizaciones solicitan que sobre las 15 fincas que funcionaron como
teatros de operaciones paramilitares, 5 de ellas como centros de tortura e
inhumación clandestina, sean declaradas sitios de memoria e historia, y se realice un
plan de intervención sobre ellas, el cual contemple mecanismos colectivos para decidir
las formas simbólicas, culturales y artísticas de intervención sobre las mismas.
16
Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas, Comentario General sobre el derecho a la verdad en
relación con las desapariciones forzadas. [En línea] Disponible en:
http://www.ohchr.org/documents/Issues/Disappearances/GeneralCommentsDisappearances_sp.pdf