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¿Enfriamiento global?

Últimamente el tema del calentamiento global se ha convertido en una constante


fuente de discusión, vemos personas que abordan el tema con aparente preocupación.
Cada vez la humanidad habla más y más del asunto, sin embargo observamos que la
indiferencia está presente, vemos el tema como algo lejano, distante talvez, algo que
quizás no tiene que ver necesariamente con nosotros. Hace algunos días atrás a raíz
de un video que mostraba un informe acerca del cambio climático me preguntaba si es
que, en vez de hablar tan sólo del calentamiento global, seria conveniente, hablar
también sobre el “enfriamiento global”.

Hay científicos climatólogos que, lejos de hablarnos del calentamiento global, plantean
que la fluctuación periódica en la emisión de radiación por parte del Sol, puede hacer
que, en breve, entremos en un nuevo ciclo climático, esta vez de “enfriamiento”: El
astrónomo Habibullo Abdusamatov, del Observatorio de Pulkovo, de la Academia de
Ciencias de Rusia, afirma que: “Hacia mediados del siglo XXI, como consecuencia de
la disminución de la irradiación solar, en la Tierra se esperaría un global descenso de
temperaturas”. Según el científico, el descenso de la temperatura puede comenzar
entre 2012 y 2013. La actividad solar tendrá su valor mínimo entre 2035–2045. Y con
un atraso de 15 a 20 años llegará el período de temperaturas bajas en la Tierra. Sin
embargo no es ese “enfriamiento global” el que quiero resaltar, sino que, lejos de ser
un tema actual y muy urgente, causa mucha preocupación la indiferencia generalizada
de las personas que habitamos la tierra, nuestro hogar está en peligro y al parecer aún
no somos concientes de ello.

La Tierra está cambiando, el mundo corre rápidamente al igual que el hombre que
cada día parece estar distanciándose cada vez más de su entorno natural. Quizás, la
humanidad está presenciando no sólo un momento crítico en la historia de nuestro
planeta, sino que, en el devenir de su misma existencia. Pues, a medida que el
universo se vuelve cada vez más frágil y se acentúa el quehacer “deshumanizado” del
hombre, vemos que, el futuro depara más riesgos que promesas.

Hace veinte años atrás, conceptos como Efecto Invernadero o Calentamiento Global
estaban restringidos a los expertos o a los amantes de la ecología. Hoy es un tema
presente en los foros de política internacional, con consecuencias económicas,
sociales y ambientales para la mayoría de las naciones. Muchas son las personas que
ven en el Efecto Invernadero un sinónimo de Calentamiento Global. Sin embargo, a
pesar de que pueden tener directa relación, no son lo mismo, son fenómenos que se
diferencian entre sí. El primero radica en la actividad humana y el segundo, aunque es
de origen natural, hace que se incremente la gravedad del calentamiento en el planeta.
Las raíces del Calentamiento Global están vinculadas directamente con la quema de
combustibles fósiles (petróleo, gas y el carbón), las fábricas, automóviles, aviones,
calderas de calefacción, combustión de bosques, tecnologías industriales, aire
acondicionado entre otros aspectos de la vida del hombre que contribuyen a la
formación del tóxico gas y que están llevando al ser hacia la debacle de su integridad y
la del medio. En pocas palabras, es el actual ritmo de vida de la sociedad lo que
termina fomentando un futuro que poco tiene que ver con el bienestar de la
humanidad.

La cuestión es que nuestro planeta se esta calentando apresuradamente, debido a la


emisión de gases y al consabido efecto invernadero. La civilización humana, tal cual
ha sido planteada después de la revolución industrial ya no es viable.
Diría yo que el problema era previsible desde siglos anteriores, dadas las
características del desarrollo de la humanidad, desarrollo según el cual, se privilegia el
consumo. Es decir, deseamos tener y acumular, para mostrar con nuestro más alto
consumo y ostentación, que somos ganadores y que estamos en lo mas alto y
exclusivo de la escala social. Y ese es un problema tan antiguo como la humanidad.

Entonces, ¿todo esta perdido?, claro que no, el enfriamiento global de las personas
que permanecen indiferentes a todos los problemas puede cambiar, es preciso adoptar
medidas de concientización, de responsabilidad social, asumir un compromiso. El
pecado es individual, pero también es estructural. Pagan justos por pecadores. Desde
lo estructural es que se puede entender mejor el sentido de lo sacrificial. Somos una
gran familia humana, co-responsables los unos de los otros. Sacrificarse por otros,
como lo plantea Dios en el evangelio, tiene sentido.

Nuestra tarea como educadores está en advertir y denunciar los excesos de las
generaciones pasadas, enseñar y aprender de los errores para no volverlos a cometer
Sólo una civilización nueva, con fundamento en los paradigmas del evangelio, puede
sobreponerse a la hecatombe que se avecina. Pero una civilización esclava de la
vanidad, esclava de la indiferencia, sin sentido sacrificial e idólatra por el consumo,
una civilización así como la nuestra, poco a poco irá destruyendo el único hábitat que
nos fue dado para que lo cuidáramos.

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