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Facultad de Ciencias de la Salud

Escuela de Psicología

Curso : Dinamica y Abordaje de grupos


Profesor(a) : Ornella Raymundo
Actividad : Programa de intervención en grupos de desarrollo personal

Tema : Programa de intervención de desarrollo de la autoestima


en adolescentes de quinto grado de secundaria

Alumno(a) : Anna Bernui


Juan Casa

Ralph Guerra

Anali Maravi

Damaris Pajar

2019- II
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN EN TERAPIA DE GRUPO

I. DATOS GENERALES

Población objetivo: Adolescentes cursando el quinto de secundaria.

N° de participantes: 16 participantes.

Ubicación: Institución educativa Peruano Japonés en Villa el Salvador

Tiempo por sesión: 1 hora con 30 minutos a 2 horas.

N° de sesiones: 12 sesiones, más 1 sesión únicamente con los apoderados.

Criterios de inclusión:

o Tener entre 15 y 16 años

o Estar cursando el quinto de secundaria.

o Que asistan de forma regular a la institución educativa

o Derivado por tutoría por una necesidad para poder trabajar a nivel de

desarrollo personal

o Contar con la participación, el acuerdo y la conformidad de los padres

de familia

Criterios de exclusión:

o No cursar el quinto año de secundaria.

o Presencia de alguna psicopatología diagnosticada.

o Tener una condición médica que limite su posibilidad de participación.

o Cuadro de trastorno disocial.

o No valla por voluntad propia

Terapeutas: Anna Bernui

Juan Casa

Anali Maravi

Damaris Pajar
II. CARACTERIZACIÓN DE LA POBLACIÓN OBJETIVO
La adolescencia es una etapa del ciclo vital con profundos cambios físicos,
psicológicos y cognitivos durante la cual el afán por experimentar sensaciones
nuevas puede suponer amenazas a la salud o riesgos al bienestar personal. Con
frecuencia se trata de un periodo crítico en el inicio y experimentación de conductas
de riesgo y, de hecho, en las sociedades occidentales, un porcentaje significativo
de adolescentes muestra algún tipo de conducta antisocial durante estos años. Con
respecto a nuestra población objetivo, son adolescentes entre 15 y 16 años de un
colegio de Villa el Salvador, de los cuales se presentan tendencias a conductas de
riesgo de forma muy significativa, desarrollando problemáticas conductuales y
académicas en el colegio, asimismo los adolescentes presentan familias
disfuncionales, por lo cual no se cuenta con un apoyo positivo o efectivo desde el
hogar, un punto sumamente fundamental para su buen desarrollo y proceso de
mejoramiento. Ya que, al no existir un contexto familiar saludable, es difícil construir
una autoestima adecuada, lo cual, influye en la adquisición de comportamientos
con alto riesgo.
Según Rodríguez y Caño (2012) la autoestima es un factor crítico que afecta al
ajuste psicológico y social. Así, niveles bajos en la autoestima o autoconcepto de
los jóvenes se han asociado con una serie de síntomas psicopatológicos; entre
otros, con reacciones de ansiedad, síntomas depresivos, desesperanza y
tendencias suicidas. Una autoestima o autoconcepto bajos también son frecuentes
en los jóvenes que tienden a la procrastinación o demora innecesaria en la
realización de tareas y en aquellos que manifiestan conductas agresivas,
conductas antisociales, violencia escolar y violencia relacional. Se ha encontrado
que los adolescentes que muestran una baja autoestima tienden también a un
incremento en el consumo de alcohol.

Por tanto, se habla de autoestima en los adolescentes porque es una de las áreas
mayormente afectadas en personas de este rango de edad. Es Branden, citado por
Mounbourquette (2004), quien define a la autoestima como: “la disposición a
confiar en que uno mismo es apto para responder a los desafíos fundamentales de
la vida y digno de felicidad”; y siendo así, el concepto engloba la idea de una
satisfacción plena de la persona consigo y eso reflejado en su entorno. Sin
embargo, se da el énfasis a aquellos adolescentes con autoestima baja; aquellos
que entre sus principales verbalizaciones están las frases cómo “no lo puedo hacer,
no triunfare. ¿Para qué?, ¿De qué sirve?” Por ello es importante que los mismos
adolescentes reconozcan sus logros, que sirvan como incentivo en su confianza
personal.

Se trata de mejorar las habilidades sociales del individuo para que permitan un
normal funcionamiento en las demás áreas, tales como la educativa, social general
e intrapersonal (Mounbourquette, 2004). Se planea eliminar distorsiones
educativas, autocríticas severas, hipersensibilidad a la crítica, indecisión, deseo
por complacer, perfeccionismo, culpabilidad, hostilidad y tendencias agresivas
(Naranjo y Maria, 2007); y así se tenga un mejor ambiente educacional.
Con respecto a las características psicológicas del grupo objetivo que presenta
una baja autoestima entre las principales está que no les gusta esforzarse porque
no creen en sus capacidades, les cuesta obtener metas, otro punto es que buscan
lideres para hacer las cosas que ellos deciden, evaden la responsabilidad de su
vida y de sus propias acciones, antes los resultados negativos buscan
constantemente culpabilidad en otros, suelen ser adolescentes que no cuentan
con un grupo de amigos. Son indecisos y no logran valorarse como persona.
En el presente trabajo se busca desarrollar las habilidades sociales en
adolescentes, para lo cual se deben identificar las posibles necesidades de grupo
para el abordaje. Goldstein y Cols (citado por Figueroa, 2015) refiere que las
habilidades sociales pueden clasificarse en seis: Las primeras habilidades
sociales; las llamadas no verbales como la escucha activa, el iniciar una
conversación, el dar las gracias, las habilidades sociales avanzadas; el pedir
ayuda, el interés por participar, el seguir instrucciones, el pedir disculpas, las
habilidades relacionadas a los sentimientos; conocer los propios sentimientos,
expresarlos, comprender los sentimientos de los demás, enfrentarse al enfado,
habilidades alternativas a la agresión; compartir algo, ayudar a los demás,
empezar el autocontrol, habilidades para hacer frente al estrés; formular y
responder quejas, responder al fracaso, prepararse para una conversación difícil,
habilidades de planificación; tomar decisiones, establecer objetivos, determinar las
propias habilidades, discernir la causa de un problema. Dado que nuestra
población objetiva son adolescentes cursando el quinto grado de secundaria
creemos fundamental el trabajar en base a los componentes de las habilidades
sociales, ya que al encontrarse en una etapa del desarrollo llena de cambios
manejar de manera eficaz sus habilidades sociales le ayudará a su
desenvolvimiento en el ámbito social.
Desde esta perspectiva podemos inferir que un adecuado desarrollo de las
habilidades sociales puede reducir los factores de riesgo a los cuales los
adolescentes se encuentran expuestos. De acuerdo con la Organización Mundial
de la Salud (2013) un factor de riesgo es, cualquier tipo de rasgo, característica o
exposición de un individuo a que incrementa su probabilidad de sufrir una
enfermedad o lesión. Los factores de riesgo están relacionadas a determinadas
conductas de riesgo, las cuales son acciones activas o pasivas que involucran
peligro para el bienestar físico y psicológico, que podrían desembocar
directamente a consecuencias negativas para la salud o comprometen aspectos
del desarrollo de la persona. Strudel (2000) menciona que existen 6 factores de
riesgo:
a. Factores individuales: Rasgos personales que pueden generar dificultades en
la relación con el entorno, como por ejemplo una baja capacidad de resolución de
conflictos, actitudes y valores favorables hacia conductas de riesgo, trastornos de
aprendizaje, entre otros. Asimismo, según Luengo y otros (1999), las personas
con conductas disruptivas aprecian más aquellos valores con un significado
personal inmediato como el placer, el sexo, el tiempo libre, etc. y valoran en menor
medida valores con trascendencia social a más largo plazo (justicia, solidaridad,
etc.) generando consecuencias negativas en su desarrollo.
b. Factores familiares: Baja cohesión familiar, padres con enfermedad mental,
presencia de estilos parentales coercitivos, ambivalentes o permisivos, entre otros,
han sido considerados como factores de riesgo asociados a diversas
problemáticas. También se ha vinculado la pobreza familiar como un estresor que
tiene un importante impacto sobre el desarrollo de niños y jóvenes. Asimismo, el
divorcio o separación de los padres es un factor vital para el desarrollo, aunque
normalmente es en la adolescencia donde influye en sus relaciones personales y
familiares. Asimismo, se le ha reconocido como la mayor fuente de apoyo social y
personal del que pueden disponer las personas en cualquier momento de sus
vidas, tanto en los periodos de independencia como en los de dependencia (niñez,
enfermedad). Sin embargo, muchos padres protegen a sus hijos durante los
primeros años de la vida, pero a medida que éstos van creciendo, los padres van
«cesando» ante dicha protección y más tarde, ante los “nuevos” problemas,
recuperar el diálogo perdido resulta una tarea difícil (Redondo Romero, 2013)
c. Factores ligados al grupo de pares: Se considera que el miedo a ser rechazado
por los pares hace que se busque pertenecer a un grupo con una actitud favorable
hacia comportamientos de riesgo, como, por ejemplo, el consumo abusivo de
drogas son eventos que aumentan la probabilidad que niños y jóvenes manifiesten
comportamientos problemáticos. Bajo este aspecto de relación, nociones como el
poder adquisitivo, la dependencia del grupo, el ocio desarrollado en discotecas y
bares y las salidas nocturnas de fin de semana, correlacionan con un mayor
consumo de sustancias, enfermedades de transmisión sexual y conductas
delictivas (Pons y Berjano, 1999)
d. Factores escolares: La escuela también es una de las instituciones más
relevantes en el desarrollo de niños y jóvenes, en la que estos pasan gran parte
de su tiempo. Poco apoyo por parte de los profesores, sentimiento de alienación,
o tener compañeros violentos, pueden tener efectos importantes sobre los
estudiantes. Teniendo como resultado la deserción escolar e incluso la
delincuencia, ya que la falta de estudios limita las oportunidades laborales. Se
constituye como un agente educativo y de socialización prioritario. El contexto
escolar es el lugar donde, entre otros objetivos, se persigue el cultivo y la
promoción de aquellas dimensiones que más se relacionan con la aparición o la
ausencia de los factores que están a la base de las conductas marginales. Sin
embargo, no todos los jóvenes establecen una buena relación con el medio
escolar. El desenvolvimiento en este contexto hará que se desarrollen actitudes
positivas o negativas hacia él, determinadas por los logros académicos, por el
aprecio de sus compañeros, así como por los refuerzos y el reconocimiento de
padres y profesores por su implicación escolar. Algunos estudios han señalado
que un bajo rendimiento escolar, un mayor absentismo, una menor implicación y
satisfacción en relación al medio, actitudes negativas hacia el profesorado y la vida
académica, suelen encontrarse asociados al consumo de drogas y otras
conductas desviadas como la delincuencia (Marcos y Bahr, 1995)
e. Factores social comunitarios: Las organizaciones de nivel mayor como las
comunidades también influyen en forma importante sobre la vida de niños y
jóvenes por medio del nivel de apoyo que les den y el nivel de inclusión o exclusión
de actividades comunitarias, entre otros. En nuestra comunidad, es manifiesta la
presencia de tabaco, alcohol, delincuencia, prostitución y la corrupción en lugares
cercanos y accesibles y normalmente se incorpora en los estilos de vida
(celebraciones, actos sociales, etc.). La integración cultural de sustancias como el
alcohol, la permisividad de los prostíbulos o negocios ilegales y aceptación social
ejercida a través de actitudes y normas también explican un mayor uso de las
mismas, pero que afectan negativamente a los adolescentes en su desarrollo.
f. Factores socioculturales: Los estereotipos que se manejan a nivel cultural como
por ejemplo “los jóvenes pobres son delincuentes”, pueden determinar la actitud
de personas o instituciones hacia los jóvenes, negándose muchas veces la
oportunidad
En cuanto las investigaciones nos remarcan la autoestima está relacionada a los
factores de riesgo en gran medida. Por ejemplo (Fuentes, García, Gracia y Lila,
2011) aplican su estudio en 1281 adolescentes de la ciudad de Valencia, España,
en edades comprendidas entre 12 y 17 años, cuyo objetivo fue analizar la relación
entre una medida de indicadores del ajuste psicosocial de los adolescentes; los
resultados indicaron que, a mayor autoconcepto, se corresponde con un mejor
ajuste psicológico, una buena competencia personal y menos problemas
comportamentales. A la vez se encontró relación entre el autoconcepto y el uso
de drogas. Indicando que el desarrollo de la autoestima servirá como método de
prevención para reducir los factores de riesgo o las conductas disruptivas.
III. CONTENIDOS A TRABAJAR
Autoconcepto
Autoestima
Habilidades Comunicativas
Relaciones interpersonales
Asertividad
IV. OBJETIVO GENERAL DE LA TERAPIA GRUPAL
El objetivo del programa de intervención que se desarrollará en este grupo de
adolescentes es lograr identificar aquellas dificultades que se presentan
relacionado con la autoestima, asimismo brindar herramientas para un
autoconocimiento pleno. De esta manera se busca también prevenir aquellas
conductas de riesgo que en esta etapa suele presentarse, para así los
adolescentes de este grupo basados en una buena autoestima, sean capaces de
tomar decisiones de forma asertiva, desarrollando capacidades como las
habilidades comunicativas y tener buenas relaciones interpersonales.
El objetivo general debe responder a las necesidades en intervención psicológica
de la población objetiva.
V. OBJETIVOS POR SESIÓN
Sesión 1: Reconocer las habilidades, debilidades de la persona las cuales
permiten el bienestar personal. (Autoconocimiento)
Sesión 2: Identificar los recursos personales para poder valernos de ellos ante
distintas situaciones. (Autoconocimiento)
Sesión 3: Fortalecer la autoestima de los participantes para que puedan tener una
valoración adecuada de sí mismos y de los compañeros de grupo. (Autoestima)
Sesión 4: Fortalecer la confianza y seguridad propia. (Autoestima)
Sesión 5: Lograr identificar sus emociones, así como las de los demás (Manejo
de emociones)
Sesión 6: Aprender a controlar las emociones ante situaciones negativas. (Manejo
de emociones)
Sesión 7: Desarrollar destrezas para una comunicación interpersonal más
positiva. (Comunicación asertiva)
Sesión 8: Potencializar la expresión de empatía al comunicar emociones y
reconocer los estados emocionales de otros. (Comunicación asertiva)
Sesión 9: Estimular la capacidad de dar y recibir para ayudar a alguien o contribuir
a un fin común. (Cooperación y ayuda)
Sesión 10: Desarrollar la capacidad para tomar decisiones correctamente
asociado al asertividad. (Toma de decisiones)
Sesión 11: Aprender a crear relaciones interpersonales saludables, reconocer
nuestra independencia social (toma de decisiones)
Sesión 12: Aprender técnicas de análisis y resolución de conflicto; reconocimiento
de causas y búsqueda de soluciones.
VIII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Rodríguez. C y Caño. A (2012). Autoestima en la adolescencia: análisis y estrategias de
intervención. Recuperado de https://www.redalyc.org/pdf/560/56024657005.pdf
González (1999). Algo sobre la autoestima: Qué es y cómo se expresa. Recuperado de
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=621770
Mounbourquette, J. (2004). De la autoestima a la estima del Yo profundo. Editorial
Sal Terrae Santander, 2da edicion. Recuperado de:
http://recursosbiblio.url.edu.gt/publicjlg/biblio_sin_paredes/autoestima.pdf
Naranjo P, María L,. (2007). Autoestima: un factor relevante en la vida de la persona y
tema esencial del proceso educativo. Revista Electrónica "Actualidades
Investigativas en Educación". [fecha de Consulta 12 de Noviembre de 2019]. ISSN:
. Recuperado de: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=447/44770311

Stevens, J. (2012). El darse cuenta, sentir, imaginar, vivenciar. Chile: Cuatro vientos.

Marcos, A.C., Bahr, S.J. (1995). Drug progresion model. A social control test.
International Journal of Addictions, 30, 1383-1405.

Pons Diez, J., Berjano Peirats, E. (1999). El consumo abusivo de alcohol en la


adolescencia. Un modelo explicativo desde la psicología social. Madrid, Plan Nacional
sobre Drogas.

Luengo, M.A., Romero Tamames,E., Gómez Fraguela, J.A., García López, A., Lence
Pereiro, M. (1999). La prevención del consumo de drogas y la conducta antisocial en la
escuela. Análisis y evaluación de un programa. Santiago, Universidad de Santiago de
Compostela.

Fuentes, M., García, J., Gracia, E. y Lila, M. (2011). Autoconcepto y ajuste psicosocial
en la adolescencia. Revista Psicothema, 23(1), 7-12. Recuperado de:
http://www.redalyc.org/html/727/72717207002/

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