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Buenos días, miembros de la junta de fiduciarios, decanos, director, docentes, padres de

familias, invitados especiales, miembros del cuerpo diplomático, tengan una cordial
bienvenida.
Zamorano, es una gran historia que inicio como faro de esperanza para todo
Latinoamérica.
Hoy, 7 de diciembre se está graduando una familia. Llegamos a estudiar aquí por elección,
pero nos vamos siendo zamoranos por convicción. Nos caracterizamos por el esfuerzo,
trabajo físico, disciplina, organización, limpieza y puntualidad. Los cuales son la base
principal de nuestra alma mater.
¡Zamorano es perseverancia! Si hemos llegado tan lejos es porque nos hemos subido a
hombros de gigantes. Hoy lo hemos logrado, ¡somos zamoranos! El estudio nunca fue
para nosotros una obligación, sino la única llave para entrar al maravilloso mundo del
saber. El éxito es poder. Hoy no hay quien no admire a una persona exitosa.
Antes de leer como tal mi discurso, quise escribir unas palabras desde mi experiencia. No
es fácil escribir un discurso con tantas emociones, ese famoso síndrome de la página en
blanco, lo sufrí, pero no me faltaron ideas, tenía demasiadas, entre lo emotivo, inspirador,
lo chistoso, lo formal, las ideas no paraban y como un clásico de nuestra generación -los
tutoriales en YouTube-, entraron en acción. Al final decidí no complicarme, y hablarles
desde mi experiencia como se lo diría a mis papás, puesto este es mi segundo hogar. Este
discurso como tal es una lista de palabras, es un glosario, como nos enseñó, el profesor
Rafael Flores, a través de lecturas, pero en este caso, es de la vida misma.
La primera sería: ¡sueños! Esos sueños que cada uno de nosotros tiene, con diferentes
edades, tamaños, inversiones, colores, sabores; ese sueño que nos hace madrugar cada
mañana, que siempre pensamos que sí, ¡podemos lograr! Una vez leí, que la altura del
éxito del ser humano está determinada por la profundidad de su creencia, lo que no es
nada fácil, porque el camino está lleno de altos y bajos.
Los sueños y el éxito están íntimamente ligados, todo aquél que desea un éxito, debe
comenzar con un sueño. Desde pequeños, comenzamos a soñar, con el pasar del tiempo,
no todos estos sueños se pueden lograr; y, es porque no estamos dispuestos a dar ese valor
agregado en nuestras vidas para poderlo obtener. Debemos soñar en grande, queridos
colegas para llegar lejos.
Soñar es anhelar persistentemente una cosa. A inicios del 2016, comencé a imaginar que,
a finales del 2019, me estaría graduando. Al tener la oportunidad de penetrar en el bello
y maravilloso mundo del saber, siendo otorgado este logro a través de nuestros esfuerzos
y el de nuestros padres.
Educar es tener fe en la persona que se educa. El cumplido más sincero que le puedes
hacer a tu hijo, es demostrarle que te fías de él, dándole libertad (Augusto Herranz).
Zamorano tiene fe en los jóvenes, es por ello qué, apuesta a poner su confianza en los
estudiantes con diversidad cultural, quienes son los portadores, como profesionales de la
imagen que en hoy día tiene nuestra amada casa universitaria.
Colegas, les insto a seguir con ahínco y esmero, paso a paso a practicar todas las
enseñanzas aquí obtenidas, a fin de brillar como Diocles, la luz más brillante jamás creada
en la tierra.
la segunda palabra, sería: ¡gracias! Gracias a Dios, porque independiente de mi opinión
controvertida sobre la religión, pienso que lo hace todo posible y permite que estemos
aquí en este día, gracias a la universidad, a todos y a cada uno de los funcionarios, gracias
a nuestros maestros, a nuestros profesores, que nos han ayudado en el camino de la
formación como profesionales, pero también, a crecer como seres humanos; gracias a los
amigos y compañeros, por permitirnos aprender de cada uno de ellos, a través de nuestras
experiencias; y, espero dejarles a cada uno de ellos, un algo, una huella como dejan
ustedes en mí una. Gracias a nuestras familias, que es nuestra columna vertebral, nuestro
motor, nuestra fortaleza. A mi papá, que es mi héroe, si él tuviera que atravesar el mundo
entero, ¡lo haría! Para estar ahí para mí, al igual que mi mamá y mi familia entera, que
han sido mi motor y han hecho todo esto posible; y creo que cada uno de nosotros tenemos
a esa persona especial, que nos brinda muchas cosas. Cosas como que, sin importar las
decepciones, las fallas o qué tan duro sea, siempre estarán brindándonos su apoyo
incondicional, y no permitir que las opiniones de los demás se conviertan en nuestra
realidad.
Otra palabra, que es muy hermosa, ¡recuerdos! Recuerdo con lágrimas, sudor y
alegría, esas duchas de aguas frías, las levantadas a ordeño de las 3:30 de la mañana, la
temible parcela, esos amores que nacieron en un salón de clase, las miles sonrisas vividas
en este pequeño pedazo de tierra. Durante estos 4 años, ¿cuántas veces ansiamos este
momento? Pues ¡aquí estamos! Culminando una etapa más en nuestras vidas, un logro
más que agregar, que indudablemente vamos a extrañar. Esta mañana se cierra colegas,
uno de los capítulos más importante en nuestras vidas, a veces aprendimos que las mejores
lecciones no se ganan en un salón de clases, sino que quizás, en los pasillos o en esas
cotidianas conversaciones en el comedor, en la biblioteca o en la misma habitación con
nuestros compañeros. Algunas veces sí, el camino estuvo oscuro y más de uno de nosotros
quiso regresar a casa, pero nos llenamos de valor y sí, aquí estamos queridos colegas.
Me duele pensar que quizás muchos de nosotros, no nos volveremos a ver. Para evitar
pensar esto, me limitaré a decir que esta graduación es un sinónimo de un hasta luego.
Me gustaría terminar con esta bella frase, que nos identifica a todos los zamoranos “el
trabajo todo lo vence”. Cuidemos nuestros pensamientos porque se convertirán en
nuestras palabras, cuidemos nuestras palabras porque se convertirán en nuestros actos,
cuidemos nuestros actos porque se convertirán en nuestros hábitos y, cuidemos esos
hábitos porque se convertirán en nuestro destino, en este destino.
Antes de irme quiero decirles que para mí hoy, es como un aniversario de bodas porque
me enamoré profundamente de mi profesión, me casé con mi carrera y pongo toda mi
pasión en cada cosa que hago, los invito a que sigamos soñando, sin importar qué tan
difícil sea; seamos agradecidos por lo bueno, y lo malo; porque las experiencias nos hacen
crecer. Seamos perseverantes porque sí se puede, aunque todo parezca estar en nuestra
contra. Seamos libres de escoger quiénes queremos ser, nunca olviden, porque nuestras
memorias nos hacen quienes somos; amen sus ideas, pongan toda su pasión en cada cosa
que hacen; y, mantengan la disciplina de ser grandes profesionales y maravillosos seres
humanos.
¡MUCHAS GRACIAS!

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