Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
27 Mar 2018
Todas las personas, sin excepción, tenemos una “huella de olor”; un aroma único y
característico, el cual puede verse afectado por la zona corporal que lo despide, dependiendo de
la edad, la dieta, el metabolismo… y por supuesto la salud que se tenga.
El cuerpo humano tiene unas 50 mil glándulas sudoríparas, que tienen la capacidad de producir
hasta 1 litro de sudor por día. Gracias a este mecanismo, se expulsan las toxinas nocivas. Las zonas
que mayormente presentan olor son: los pies, la boca, las zonas íntimas, las flatulencias, las axilas,
el pecho, entre otras. En el siguiente artículo te enterarás cosas que no sabías sobre el olor
corporal.
Existen ciertas enfermedades que pueden producir mal olor corporal, y que para nuestra nariz y
para las de los demás es señal de alerta; ejemplo, la trimetilaminuria (síndrome de olor a
pescado), bromhidrosis, la halitosis, ente otras.
Estas enfermedades producidas por hongos y bacterias son las causantes del mal olor corporal.
Cuando los humanos detectamos un olor, es debido a la presencia de moléculas de una
determinada sustancia que son captadas a través de los "sensores" que poseemos en nuestros
órganos olfativos. Estos órganos son muy sensibles y pueden llegar a detectar concentraciones
moleculares en el aire de una parte por mil millones. Sin embargo, cuando el olor lo generamos
nosotros mismos los receptores de nuestros órganos olfativos se saturan y no son capaces de
detectar ninguna diferencia: nos hemos acostumbrado al olor y ya no lo sentimos.
Algo parecido ocurre con nuestros pies. En las condiciones que se crean en unos pies sudorosos
(un medio con características alcalinas) pueden proliferar bacterias que provoquen la formación
del metilmercaptano, lo que da lugar al tan característico "olor a pies".
Esto no sólo ocurre en nuestros cuerpos. También, en el medio ambiente pueden existir algunas
bacterias que provoquen un proceso semejante. Es lo que ocurre, por ejemplo, en una zona de
Escocia, cerca de Edimburgo, donde periódicamente la costa exhala un olor bastante
desagradable.
Pero, no sólo es esta sustancia la responsable del mal olor del aliento y de los pies. Aunque en
menor cantidad, también se producen en nuestra boca otras sustancias con olores desagradables.
Una de ellas es el sulfuro de hidrógeno que se caracteriza por un fuerte olor a "huevos podridos".
Más bien debería decirse que los huevos podridos huelen a sulfuro de hidrógeno, puesto que este
compuesto es el responsable de su olor. Otra sustancia fuertemente olorosa que se puede
producir en nuestras bocas es el sulfuro de dimetilo que también forma parte del aroma del café
molido.
La Halitosis:
El mal aliento o halitosis suele provenir de los productos de desecho que elaboran las bacterias
que viven en la boca. Estos productos de desecho suelen contener compuestos volátiles de azufre
como:
Además del mal olor que proporcionan y lo volátiles que son, estos compuestos son muy
fácilmente detectables por los receptores olfativos humanos. Y puede ser mucho peor:
Cadeverina Putrescina
Flatulencias
El sistema digestivo también genera una serie de gases que despiertan el interés de nuestros
receptores olfativos. El principal responsable del mal olor de los pedos es el sulfuro de hidrógeno,
del que ya hemos hablado. Le acompañan los "discretos" metilmercaptano y sulfuro de dimetilo.
Olor a sobaco
O a axila, si nos ponemos "finos". En este lugar de nuestro cuerpo viven en torno a un millón de
bacterias por centímetro cuadrado que convierten el sudor en una interesante variedad de
compuestos volátiles y malolientes.
Olor a pies
En el olor a pies, el sudor juega el papel principal, ya que en los pies también habitan numerosas
bacterias (algunas de ellas también se encuentran en algunos quesos fuertes) que producen los
compuestos volátiles que estimulan nuestros receptores olfativos y que disparan nuestro
desagrado.
Los principales compuestos responsables del olor a pies son:
Evidentemente con la limpieza de la boca, pies y las axilas. Pero sabemos que esto no es suficiente
y los enjuagues bucales, los desodorantes o los lavados de pies, aunque necesarios, sólo
contribuyen a eliminar el olor parcial y por poco tiempo. Es necesario además eliminar las
moléculas de metilmercaptano que se siguen generando.
Por ejemplo, para el mal aliento se recomienda que se utilicen dentífricos que contengan sales de
cinc o de estaño. La presencia de estos metales interfiere las enzimas de las bacterias que
producen el metilmercaptano y ayuda a eliminarlas.
En el caso de los pies, utilizar ácido bórico, H3BO3 mezclado con un buen talco mentolado,
además existen también otros productos que cumplen una misión similar, pero lo más eficaz suele
ser, plantillas de carbón vegetal. El carbón vegetal en forma de pequeños gránulos situados en el
interior de la plantilla absorbe las moléculas de metilmercaptano, reteniéndolas e impidiendo que
pasen al ambiente.
En las axilas, se recomienda luego de cada baño limón con bicarbonato de sodio, Na2CO3, y luego
aplicar un desodorante antitranspirante, ya que esa zona hay más de un millón de bacterias por
cm2, recomienda también depilarse frecuentemente.
El mal olor de los famosos pedos o flatulencias se controlan ingiriendo, luego de cada comida,
infusiones de manzanilla, menta, canela o jengibre.
¿Qué es el metilmercaptano?
http://jhonnip.wixsite.com/lacienciadelaquimica/single-post/2018/03/27/La-Qu%C3%ADmica-de-
los-Olores-Corporales