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Guadalupe; algunas reflexiones sobre el

nombre de la Virgen del Tepeyac

GUADALUPE
ADVOCACIÓN
DE LA
SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
ALGUNAS REFLEXIONES
EL NOMBRE DE LA VIRGEN APARECIDA EN EL TEPEYAC
NO ES INDÍGENA
Son cientos las advocaciones de la Santísima Virgen María que se
conocen en todo el mundo católico. De todas ellas, siempre hay una
de mayor importancia en cada país. También, según la época, así
como la devoción dominante de los pueblos, por los milagros
concedidos, visiones de los santos y apariciones, aumenta o
disminuye la fama e importancia de esas advocaciones o apelativos.
La advocación de Santa María de Guadalupe comenzó a conocerse
en el siglo XIV, después del milagroso descubrimiento, en una cueva
al pie de la sierra de Guadalupe en el macizo de las Villuercas en
Extremadura, España. Un humilde vaquero llamado Gil Cordero
guardaba sus reses en una cueva junto al río Guadalupe. “Una
mañana temprano sacó sus vacas, pero una de ellas se negaba a salir,
estaba como pegada al suelo y no la podía mover, entonces se dirigió
al pueblo cercano a pedir ayuda, adelantándose a los vecinos que
venían con él, se metió en la cueva al percibir una luz muy brillante
que salía de ella, acercándose vio entre una grieta la figura de la
Virgen María, escondida probablemente, desde la época de la
invasión de los moros.”
En la Iglesia del Monasterio existe una lápida con la siguiente
inscripción: “Aquí yace Don Gil de Santa María de Guadalupe a
quien se apareció esta imagen”
La imagen de la Virgen es una escultura pequeñita de tez muy
morena, con el Niño Jesús en sus brazos, vestida muy lujosamente.
Esta imagen está colocada arriba del altar mayor y descansa sobre una
base giratoria, para que los fieles puedan contemplarla de cerca, en su
hermoso Camarín, adornado entre otras cosas con los escudos
nobiliarios de grandes personajes, entre ellos: Cristóbal Colón y
Hernán Cortés.
La historia de esta aparición es muy extensa, por los numerosos
milagros que se sucedieron a partir de entonces. Su fama corrió por
toda España y pronto se levantó un Monasterio de monjes jerónimos
en el año de 1389, al que siguieron Hospitales y Colegios, llegando a
contar con una de las Bibliotecas más famosas de toda España. Desde
esa fecha, durante todo el siglo XV y el XVI fue la Patrona de los
reinos de Castilla, mientras que la advocación del Pilar quedó
solamente para el Reino de Aragón.
Alguien ha escrito acertadamente, que España le debe la Nuestra
Señora la Virgen María las tres cosas más importantes en este mundo:
A su advocación del Pilar; la FE. A su advocación de Covadonga; la
PATRIA. A su advocación de Guadalupe; el IMPERIO.
A la Virgen de Guadalupe se encomendaron los Reyes Católicos en
sus empresas militares y descubridoras. Antes y después del
Descubrimiento del Nuevo Mundo, Cristóbal Colón fue a orar ante
la imagen de la Virgen y ahí llevó los indios antillanos que traía con él.
Hernán Cortés ofreció a la Virgen en 1529, un lujoso exvoto en plata
y esmeraldas que los artífices de Moctezuma cincelaron en
Azcapotzalco, de la ciudad de México. Este exvoto tenía la figura y
llevaba dentro, el cuerpo seco de la salamandra ponzoñosa que lo
mordió en Yautepec.
En cuanto al nombre GUADALUPE, como consecuencia de su
importancia entre católicos y no católicos; las investigaciones,
opiniones y preferencias son múltiples y no han terminado aún al
comenzar este tercer milenio.
Desde luego GUADALUPE es un vocablo hispanoárabe, y digo
hispano porque en España nació, no lo llevaron los árabes en su
invasión a la Península Ibérica. Se compone del sustantivo GUADI
vocablo árabe-marroquí que significa RÍO o cañada donde corre un
RÍO, y de la terminación LUPE; vocablo muy discutido.
En las provincias del sur se multiplican los topónimos que comienzan
con la palabra GUAD: Guadaira, Guadajoz, Guadiana, Guadalajara,
Guadalaviar, Guadalete, Guadalcanal, Guadalcázar, Guadalmedina,
Guadalope, Gadalopillo, Guadalporcum, Guadalquivir….y por fin
GUADALUPE.
Todos estos nombres son de origen árabe pero ya modificados por el
pueblo hispano latino, es decir; nuevos vocablos sincréticos nacidos
en España.
LUPE; pudiera ser de origen árabe, pero ¿cual es su significado?, o
hispano latino, tal vez sería un sincretismo, no son comunes estos
nombres sincréticos, sin embargo, hay uno muy conocido que es
Medinaceli – Ciudad del cielo -.
En latín tenemos varios vocablos que se asemejan a LUPE: lub
-cascajo-, lubben –oculto-, lupa –cueva-, lupus –lobo- lupae -lobos
GUADI –RÍO-; LUPE –LOBOS-: ¿Significa “RIOLOBOS”?
También hay quien afirma que el nombre GUADALUPE es todo
árabe y que se traduce como “RÍO LUMINOSO”, muy bella
interpretación pero no tenemos las pruebas.
Cristóbal Colón bautizó como Guadalupe, a una de las islas que
descubrió en el mar Caribe. Los conquistadores del Nuevo Mundo
traían junto a su espada pequeñas imágenes de la Virgen de
Guadalupe, por ser la advocación más venerada en los reinos de
Castilla.
EL NOMBRE DE LA VIRGEN DE GUADALUPE NO ES
INDÍGENA
La Divina Providencia guiaba las gestas de los seguidores de la Cruz
de Cristo, en la conquista de los pueblos idólatras. Esta era una
guerra contra el demonio para arrancarle las almas que tenía en su
poder. Vencidos los cohlúas el 13 de agosto de 1521, Cortés pide
al Emperador Carlos V que le enviara religiosos santos para iniciar
la evangelización, y llegaron los 12 apóstoles a las tierras del Anáhuac
en 1524 encabezados por Fray Martín de Valencia.
Pasaban los años y los frailes franciscanos trabajaban muy duro, pero
la tarea era muy grande, humanamente imposible. Sería
indispensable la intervención de la Madre de Dios para afianzar la
Palabra Divina en los corazones de los neófitos. Ella eligió a un
humilde joven indio recién bautizado, un hombre de corazón puro
llamado cristianamente Juan Diego del pueblo de Cuauhtitlán,
casado, quien vivía con su tío Juan Bernardino.
El día 9 de diciembre de 1531 muy temprano, Juan Diego tuvo la
primera entrevista con la Santísima Virgen, Ella le habló en la lengua
nahua porque Juan Diego no entendía ninguna otra. La Madre de
Dios pidió que se le construyera un templo ahí en la loma del
Tepeyac; en la segunda entrevista le ordenó lo mismo, pero la
radiante Señora no le dijo su nombre. Solamente se lo reveló al tío
Bernardino en la tercera aparición, a quien sanó de su enfermedad,
diciendo la Virgen en lengua nahua “yo soy la siempre virgen” y en
castellano: “SANTA MARÍA DE GUADALUPE”, primeramente,
porque esos tres vocablos no existían en la lengua indígena, y además,
para que los españoles entendieran claramente que se trataba de la
advocación más conocida y venerada de España en aquella época.
Las milagrosas apariciones de la Santísima Virgen María se
terminaron con la cuarta entrevista a Juan Diego, cuando Nuestra
Señora estampó milagrosamente su imagen en la tilma, que aquel
entregó al Obispo Juan de Zumárraga el día 12 de ese mes de
diciembre de 1531.
LA DISTORCIÓN DEL NOMBRE GUADALUPE
Alguien ha dicho muy atinadamente de la gran cultura “azteca”, que
los historiadores y arqueólogos, sobre todo extranjeros han alabado
tanto; no pasa de ser un gran mito. Sus lenguas eran muy variadas, no
tenían reglas, carecían de Gramática. Cuando los Frailes comenzaron
a aprenderlas las fueron conformando a la estructura del idioma
latino, escribiendo los fonemas indígenas con letras del alfabeto
latino. Es de esta manera que los indígenas poseedores de las antiguas
tradiciones de sus pueblos escribieron historias y relaciones.
Los historiadores modernos indigenistas tratan de manera forzada
interpretar el nombre SANCTA MARIA GUADALUPE con
vocablos nahuas, hacen curiosos retruécanos acomodando los
fonemas indígenas para desbaratar el nombre que la Santísima Virgen
eligió para ser llamada por los habitantes del Nuevo Mundo. He aquí
algunos de esos inventos: “Cuatlallope, Tecuantlanopeu,
Tequantlaxopeuh, Cuauhtlalapan, Tecuantlacupe,
Coatlaloclapia”……etc.
Es un hecho, que también el Padre Juan González intérprete entre
Juan Diego y el Obispo Zumárraga escribió una relación de las
apariciones en lengua nahua y en castellano.
Quizás, la relación más conocida es la que escribió en nahua con
caracteres latinos, el noble indígena bautizado don Antonio Valeriano
Chimalpain pariente de Moctezuma. Este recibió la sabiduría de los
Frailes, fue profesor del Colegio de Tlatelolco y Gobernador de los
Indios por 30 años. Del rey don Felipe II recibió una carta de
felicitación por su buen gobierno.
Del escrito original de Valeriano se hicieron varias copias, una de
ellas la tuvo el Padre jesuita Carlos de Sigüenza y Góngora. La
Relación de Valeriano que ha llegado a nuestros días es la que
copió en 1649 el cura de Guadalupe Fray Luis Lasso de la Vega en
lengua nahua titulada “Aparición de Santa María de Guadalupe”,
comienza con las palabras “Nican Mopohua….” que quieren decir:
“Aquí se refiere ordenadamente de qué manera maravillosa se
apareció hace poco en el Tepeyac la siempre Virgen Sancta María
Madre de Dios, nuestra Reina que se nombra GUADALUPE… … 9
diciembre…..1531” y en ese documento aparecen escritas las
siguientes frases: “ Huei tlamahuizoltica o monexiti ilhuicac tlatoca
ihuapilli SANCTA MARIA……… GUADALUPE…….” Con lo que se
prueba que la Santísima Virgen no se llamó a si misma con ninguna
interpretación indígena cuando le habló a Juan Bernardino, porque
no existían esas palabras en lengua nahua. Cuando el tío de Juan
Diego relató al Obispo Zumárraga el suceso, habló en lengua nahua y
el traductor Padre Juan González no tuvo dificultad para ello pues
Bernardino dijo claramente el nombre GUADALUPE, no
empleando ningún vocablo indígena.
Luis G. Pérez de León Rivero.
9 de diciembre del año 2011.

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