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Goliardos XI

Goliardos XI
Organo de difusión de los estudiantes
de Historia de La Universidad
Nacional de Colombia.
Sede Bogotá.
Número XI, Año XIII
2006

Comité Editorial
Jhosman Gerliud Barbosa Domínguez
Yezid Alejandro Pérez Jerez
Diego Javier Roa Eslava
Diego Fernando Ortiz Vallejo
Oscar Fabian Murillo

Corrección de Estilo:
Jorge Ramírez Aljure

Corrección de Texto:
Harold Martín Barbosa D.

Diseño y Diagramación:
Dumar Hoyos Anzola
Diego Javier Roa Eslava
David Camargo
Carlos Hernández
creacionhumana@hotmail.com

Diseño de Portada:
José Alberto Roa Eslava

Reconocimientos
Ediciones Humanismo y Sociedad
Agregatura Cultural Embajada Cubana.
Tatiana Visbal
Oscar Javier Casallas
Diego Meneses

Impresión:
Unibiblos

La Revista Goliardos
es una publicación de los estudiantes
del Departamento de Historia
de la Universidad Nacional
de Colombia, sede Bogotá,
que se realiza con el auspicio de
la Dirección de Bienestar Universitario,
la Vicedecanatura de Bienestar de
la Facultad de Ciencias Humanas y el
Departamento de Historia.

revista_goliardos@yahoo.es
Sumario
Editorial 7

Jorge Eliécer Gaitán y el positivismo: una construcción ideológica y jurídica. 13


Gilberto Enrique Parada y Adriana Rodríguez Franco

Ofelia Uribe de Acosta: una mujer adelantada para su tiempo. 33


Carolina Pinzón

Piel oscura, naturaleza imperfecta: el legado teológico y literario español


frente a la eslcavitud del negro africano. 53
Harold Rincón

¡Un respetuoso saludo de bienvenida al señor coronel Agudelo,


rector de la Universidad Nacional! 65
Saúl Mauricio Rodríguez Hernández

La subordinación del trabajo al capital. Un aviso marxista de la


sociedad capitalista contemporánea. 69
John Jairo Cárdenas Herrera

Breton Woods: asegurando el ciclo financiero en un nuevo orden


internacional. 85
Santiago Colmenares

Balance de las Líneas de Investigación en el Departamento de Historia. 101


Comité Editorial

El Realismo Dialéctico en la Historia. 109


Fernando Santacruz Caicedo

A propósito de los 80 años de Fidel Castro, Jose Martí: La tradición


ética de la Nación cubana. 115
Armando Hart Dávalos

El Rey. 118
Juan Diego Espitia
Editorial
La trayectoria de una publicación como ésta, que pasa el umbral de la década,
podría ser considerada como testimonio fehaciente de continuidad; no obstante
¿cómo saberlo en realidad?, ¿acaso el respaldo cuantitativo es suficiente para
atribuirle con absoluta certeza la existencia de una línea directriz? En lo absoluto.
Lo que se aprecia es un altísimo componente intuitivo, aquí no hay un geist, un
espíritu que gravite del mismo modo que en anteriores entregas. Lo único claro es
la experimentación constante en un espacio ya apuntalado; habida cuenta de trece
años de intermitente labor editorial que ha dado cabida a multiplicidad de lenguajes,
ensayos temáticos, total, un popurrí de iniciativas propio de la suma de generaciones
que han integrado el Comité Editorial. Esta diversidad de posturas generacionales
en torno a una idea editorial, se expresa en las ediciones del quinto y sexto número;
cuando se lleva al lector desde el socialismo cristiano al amancebamiento, y luego
se transita de una sobria propuesta de reflexión sobre la ciudad a unos floridos
despliegues de literatura.

Los temas centrales son tan válidos como las misceláneas. El presente Comité,
sin soslayar el trabajo precedente, ha considerado necesario ofrecer un criterio
editorial de largo aliento que, en lo posible, no se componga de retazos y
elucubraciones sin vasos comunicantes. Una revista demanda una unidad de
criterio para proyectarse y posicionarse. Nuestra propuesta quiere edificar
una publicación donde se articulen contenidos de trabajos de grado y ensayos
particulares con las Líneas de Investigación existentes en el Departamento.
Un diagnóstico del funcionamiento de una parte de éstas, como ejercicio de síntesis,
será un elemento fundamental para dar orientación a una pauta editorial, que más
allá de la construcción de un ejemplar, o de un estilo original se encamina por la
senda en la búsqueda de un sentido.
Goliardos desde el primer ejemplar ha reivindicado la preeminencia de los estudiantes
de pregrado como sus principales gestores. Esta finalidad no supone una actitud
excluyente, por el contrario motiva una participación amplia, consecuente con
una formación disciplinar óptima, que en las actuales circunstancias respaldan
una postura crítica frente a la «Reforma Académica», retroalimentándose con las
movilizaciones estudiantiles en el contexto universitario.

La política académica institucional -arbitraria o no según la perspectiva- deja en


estado vulnerable al pregrado, encontrándose su más patente manifestación en la
clausura de la investigación y haciéndola restrictiva a las instancias de postgrado.
En este punto cabe la pregunta: ¿cómo se puede investigar en maestría sin haber
aprehendido y practicado los rudimentos básicos en el pregrado? Es más, ¿cómo
se puede llegar a ser gestor de nuevos interrogantes históricos o historiográficos en
el doctorado, sin el ejercicio previo -certero o fallido- de la función pensar-crear?

Ante una inevitable Reforma que poco a poco irá logrando posicionar sus más
neurálgicos ítems, solo atinamos a dejar en palabras la denuncia ante el lector,
para que piense qué tipo de educación es más adecuada y sensata para sí y las
nuevas generaciones.

El Comité Editorial responsable del actual número, intenta un mejoramiento y


formalización de la experiencia como editor del estudiante de pregrado; iniciar un
proceso de corresponsabilidad con las Líneas de Investigación entre otros cuerpos
académicos del Departamento; manifestando así, no el logro del presente número
sino su significado como ruptura e inicio de un proceso de largo plazo.

La Revista Goliardos cumple ya trece años de ediciones. Invitamos al lector a


repasar con ojo antento la presente edición. El contenido y las opiniones expresadas
en los artículos son responsabilidad de sus autores. Los artículos pueden ser
reproducidos total o parcialmente, citando el autor y el nombre de la publicación.

A todos los que escribieron, publicados o no; a todas las personas que pasaron por
el Comité Editorial dejando su cuota de trabajo; y a todos los que hicieron posible
esta edición de la Revista Goliardos: Gracias.

La invitación queda desde ya abierta para la participación en la revista Goliardos


número doce.

8
Artículos
Jorge Eliécer
Gaitán y el
Positivismo:
una
construcción
ideológica
y jurídica
Adriana Rodríguez y Gilberto Parada. Historia U.N.

Jorge Eliécer Gaitán viajó en 1926 a la Real Universidad de Roma para perfeccionar
sus estudios en Derecho Penal, dos años después de culminar sus estudios de Derecho
en la Universidad Nacional; éste es un hecho destacado teniendo en cuenta las
limitaciones económicas a que estaba sometido1. No obstante tales inconvenientes,
pudo llevar a cabo satisfactoriamente sus estudios de especialización jurídico-
criminal llegando incluso a obtener el premio Enrico Ferri por sus tesis de grado
titulada: El criterio positivo de la premeditación. Fue allí donde Gaitán se permeó
de la corriente positivista plasmándola tanto en su discurso político como en su
práctica jurídica. Esta corriente de pensamiento se caracterizó por dar validez
únicamente al conocimiento que provenía de la aplicación del método científico,
negando de esta manera, el saber que era resultado de la especulación y de los
juicios a priori. En el presente texto nos proponemos analizar someramente la
faceta positivista de Jorge Eliécer Gaitán, a partir de un estudio de sus escritos,
Adriana Rodríguez y Gilberto Parada
discursos y actuaciones públicas, previa una sintética exposición de los conceptos
ligados al positivismo, especialmente del positivismo penal, y cómo éstos marcaron
en su conjunto el pensamiento del líder liberal.

1.Positivismo penal: “Escuela Positiva”


Si bien es cierto que la corriente ideológica del derecho penal conocida como Escuela
Clásica intentó superar las legislaciones del pasado dieciochesco que se
caracterizaban por los tratos infrahumanos, ésta no supo adecuar directamente el
concepto de delincuente dentro de la teoría del delito y asumió la aplicación objetiva
de la ley como fin de su doctrina. Así, las ideas de Bentham y Beccaria, los filósofos
del derecho penal más importantes durante el siglo XIX, serían remplazadas en
Colombia por la nueva corriente del derecho penal que incursionaba con gran
fuerza desde Italia. La nueva scuola se inspiraba en las propuestas del darwinismo
social, en las naciones de Herbert Spencer sobre la justicia y el derecho y en la
filosofía de Augusto Comte. Se trataba de una doctrina que pretendía involucrar el
derecho penal con una gran ciencia conocida como criminología. Más que un
esfuerzo científico, fue una manifestación cientista (culto a la ciencia); era el
correlato jurídico de la renovación de las ciencias que ocurrió durante la segunda
mitad del siglo XIX.

Los exponentes más importantes de la Escuela Positiva del derecho penal fueron
los italianos Rafael Garófalo, Cesare Lombroso y Enrico Ferri2. Garófalo y
Lombroso construyeron importantes aportes a la nueva criminología desde la
medicina y la antropología; en tanto, Ferri hizo lo propio desde el saber jurídico.
Aquellos procuraron una visión investigativa sobre el hombre delincuente. Ferri
trazó sus expectativas cognoscitivas con una teoría sociológica del delito natural y
expuso una nueva concepción de la responsabilidad.

Los positivistas del derecho penal, especialmente Enrico Ferri, lanzaron fuertes
críticas a la escuela de los clásicos porque ponían demasiado interés en la concepción
del libre albedrío: “No puede haber libre albedrío porque los actos pueden ser
voluntarios o involuntarios”3. La escuela positiva del derecho penal aporta nuevos
elementos para comprender y conceptuar el problema de la responsabilidad: la
conciencia de ser libres es una mera ilusión, en consecuencia, el hombre no tiene
conciencia de los antecedentes inmediatos que preceden el hecho; no puede haber
actuación de una voluntad. Ferri propone la existencia de una ley de causalidad
que hace inevitable que operen las causas que producen un delito y las circunscribe
a las condiciones del medio ambiente que modifica la conducta humana. Sus

14
Jorge Eliécer Gaitán y el Positivismo...
conclusiones son apoyadas en el análisis estadístico sobre los crímenes y el consumo
de alcohol.

Ferri construyó una sociología criminal que abarcó desde el derecho penal hasta la
criminología4. Esta sociología fue un acercamiento al estudio sociológico del enfermo
moral (el delincuente); éste es un ser anormal que actúa obedeciendo a las
condiciones impuestas por el medio social y biológico. De acuerdo a lo anterior,
concluye que existen dos tipos de criminalidad: en primera instancia, la criminalidad
muscular, llevada a cabo por criminales natos, habituales o alienados, aquellos
que actúan por pasión en las formas menos graves de la violencia o del fraude; en
segundo lugar se encuentra la criminalidad evolutiva que es producida por seudo-
criminales, es decir, hombres fisiológicamente normales o fanáticos.

Ferri entendió la justicia penal como la defensa de la colectividad contra la


criminalidad atávica o muscular (genética) y también la justicia representaba la
defensa de la clase dominante contra la criminalidad evolutiva, aplicando distintos
métodos de defensa contra una y otra. Ferri estaba influenciado por el marxismo
donde la única teoría sociológica estaba representada por el socialismo científico;
sobre esta base, llegó a la conclusión inevitable que la sociología estaba condenada
a permanecer estéril e impotente.

Los principios de la sociología criminal ferriana elevaron a la sociedad al nivel de


un ser vivo que necesitaba defenderse. Por ello, Ferri conceptuó las penas como
los medios jurídicos empleados por la sociedad en su lucha contra el delito5; la
pena se trasladaba de la venganza a la defensa social. Curiosamente, la concepción
ferriana de la pena sería criticada por Gaitán en una aplicación de rigidez semántica:
“Ferri llamó, erradamente a mi entender, sustitutivos penales, pudiendo apedillarles
quizá con mayor propiedad inhibitorios de la criminalidad”6. Como fuere, la justicia
penal positivista se despojó en principio de cualquier otro carácter que no fuese el
de la función de la preservación social, considerando al delito como un efecto de
anomalías individuales y como síntoma de una patología social que exigía el
alejamiento de los individuos antisociales, aislando así los elementos infecciosos y
saneando el medio en que se desarrollaban tales gérmenes. Sin embargo, para
algunos, la Scuola positiva adolecía de serios inconvenientes, basta señalar las
valoraciones realizadas por Arturo Rocco en el año de 1933 en razón al exagerado
esmero en la técnica científica: “mediante la aplicación del método de la filosofía
experimental y positiva sobre la base de los datos suministrados por la ciencia
antropológica y sociológica; se detuvo luego exclusivamente en los medios, o sea,
en el estudio de la antropología y la sociología”7.

15
Adriana Rodríguez y Gilberto Parada
2. Vida pública y fundamentos del pensamiento filosófico de Jorge
Eliécer Gaitán
Resulta infructuoso establecer las dimensiones del pensamiento de un personaje
como Jorge Eliécer Gaitán, sin embargo, sus mismas características nos permiten
captar los ecos de su pensamiento, tanto en sus escritos como en sus discursos y en
la memoria de quienes estuvieron cerca del caudillo durante su vida pública. Por lo
tanto, a partir de estas fuentes, se pueden establecer rasgos generales de las
concepciones de Gaitán, que aunque diversas, hacen parte de una unidad. Antes de
abordar el punto específico del positivismo jurídico, se hace necesario hacer
referencia a las demás facetas del pensamiento de Gaitán que, evidentemente,
también están marcadas por esta corriente.

Sin duda, “la filosofía [de Gaitán] llevada a las prácticas democráticas, tradúcese
en criterio político, en opinión económica, en opinión jurídica”8, aspecto que hace
necesario el análisis detenido de cada uno de estos puntos, enmarcados en el
desarrollo de un línea general, la cual se constituyó en una de sus principales
banderas políticas: la restauración moral.

El contenido moral de la filosofía de Gaitán se hacía manifiesto tanto en su discurso


como en su actuación política. Él no trataba simplemente de hacer un llamado por
la recuperación de los valores y de la ética; su idea de moral se basaba en una
conceptualización de la sociedad, del hombre y de la ley cimentada en el positivismo:
“El positivismo no niega una moral sino que afirma la existencia de una moral,
pero no absoluta sino relativa. Y así lo que ayer parecía como elevado y moral, hoy
sería simplemente monstruoso”9. La moral es intrínseca al hombre, el cual de por
sí tiende a expresarla, esencialmente, como ser social; sin embargo, la moral también
es resultado de una evolución de la humanidad estando expuesta a transformaciones
que se van dando a lo largo de la historia. En tanto, la moral tiene un carácter
relativo10, a consecuencia de las modificaciones que se van dando a través de los
tiempos, causadas generalmente por las condiciones históricas y materiales de la
sociedad. Gaitán enfatizó entonces en una restauración moral de la sociedad, pero
enmarcada en una transformación de las condiciones mismas que la determinan.

El positivismo permitió que Gaitán viera a la sociedad como un organismo


conformado por células, las cuales debían mantenerse sanas para beneficio de la
unidad, lo que implicaba el mantenimiento de una conciencia moral y el rechazo al
individualismo11. El positivismo también permite a Gaitán asumir la moral como

16
Jorge Eliécer Gaitán y el Positivismo...
una realidad ligada a los hombres, y por ende, a la sociedad, constituyéndose no en
un mero concepto religioso o metafísico.

La restauración moral debe conducir a un mejoramiento de la sociedad, para lo


cual se vale de herramientas como la ley y el derecho para la consecución de la
justicia social, efectivamente, necesaria para acceder al progreso tanto a nivel
material como moral. Tal es el hecho por el cual Gaitán manifestó su aversión por
la corrupción y la inmoralidad de los gobernantes colombianos, que servían
únicamente a los intereses partidistas y mantenían en un estado de miseria a gran
parte de la población.

2.1 Gaitán y la política


Para Gaitán, el manejo de la política debía estar supeditado, al servicio de la moral12,
por lo que el llamado a la restauración moral estaba destinado a la sociedad, pero
especialmente, a los dirigentes del Estado. Gaitán planteaba la necesidad de realizar
una revolución en las costumbres políticas del país basada en el triunfo de las
facciones populares sobre las oligarquías. Entonces, “se debían izar las banderas
de la restauración democrática y moral”13

Sin embargo, dicha restauración estaba vinculada a la concepción que tenía Gaitán
sobre el Estado, que igualmente, estaba permeada por su visión de la economía de
la sociedad; la moral y su relación con la vida material representando un papel
trascendental a la hora de determinar las características del Estado. Las posibilidades
de hacer cumplir las leyes emanadas de la moral, se daban por la acción del Estado
que podía obligar a los individuos a que se ajustaran a las normas de la sociedad.
Pero al mismo tiempo, el Estado debía garantizar las condiciones para que el
individuo se adaptara a la sociedad, por lo que aquel no tendría motivos para
desafiarlo.

Entonces, Gaitán nos habló de un Estado interventor, tanto en la estructura


económica como en la social. Desde la escritura de su tesis de grado para obtener
el título en Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional en 1924
denominada Las ideas socialistas en Colombia, Gaitán se inclina hacia la figura
de un socialismo de Estado14 más que por la de la instauración de un Estado socialista
en Colombia. Su entusiasmo inicial con respecto al socialismo científico se va
diluyendo: no obstante, esto no significa que Gaitán abandone su posición que
mantiene la problemática económica como la principal cuestión a resolver por
parte del Estado, ya que emplea flexiblemente los conceptos del marxismo para
interpretar la situación colombiana. La debilidad de Gaitán frente a la posibilidad
17
Adriana Rodríguez y Gilberto Parada
de una aplicación más sistemática del marxismo, es atribuida a su falta de dominio
de la teoría y del materialismo dialéctico15.

Dentro del contenido de su tesis, también se evidencia un apego de Gaitán a las


instituciones estatales; su propuesta “socialista” no está encaminada a la realización
de una revolución comunista sino a la implementación de una serie de reformas a
la vida política y económica de Colombia. Especialmente, el liberalismo se erigía
como la mejor opción política para la materialización de las reformas: “el pueblo
sabe que el Partido Liberal quiere una revolución benéfica y profunda en todas las
instituciones nacionales. Y oídme bien: revolución no significa demagogia y
desorden, sino método, ponderación, equilibrio y avance”16.

En concordancia y en seguimiento a los postulados de Víctor Raúl Haya de la


Torre, Gaitán planteaba la necesidad de crear las condiciones necesarias para que
en futuro se concrete un Estado socialista en Colombia17. En el contexto ideológico
aprista, Gaitán se separó del Partido Liberal. Frustrado y desilusionado por el leve
proceso reformista de Enrique Olaya Herrera, Gaitán conformó en 1933 la Unión
Nacionalista Izquierdista Revolucionaria (UNIR), lo que significó un cambio en
su convicción de que la realización de las reformas se debía dar por medio de las
instituciones ya establecidas, específicamente, a través del Partido Liberal.

En la UNIR, Gaitán pudo desarrollar más abiertamente sus ideas sobre la sociedad
inspiradas en el positivismo; éstas se reflejaron tanto en el contenido ideológico del
partido como en su misma organización. La estructura del partido tuvo un carácter
revolucionario en contraste a las formas de hacer política de los partidos tradicionales
y sus seguidores: el unirismo promovió una relación más estrecha entre el dirigente
y sus partidarios, eso sí manteniendo una jerarquización que incluso no permitió el
surgimiento de otras figuras de trascendencia. Toda la atención iba dirigida hacia
Gaitán.

La plataforma política del unirismo –en esencia reformista– proponía un desarrollo


económico bajo la dirección del Estado como controlador del sistema productivo y
de las relaciones laborales, al igual, debía hacer presencia regulando la vida social
al encaminar a los individuos a hacerse útiles a la comunidad a través de la educación
y la instrucción18. Así, el Estado se caracterizaría por orientar sus esfuerzos en las
políticas sociales y económicas, dejando de lado su énfasis burocrático y bipartidista.

El reformismo debía también hacerse presente en la legislación. Gaitán consideraba


retardataria la Carta Constitucional de 1886; reclamaba una transformación de las
leyes colombianas que siempre habían tendido hacía el individualismo y a proteger

18
Jorge Eliécer Gaitán y el Positivismo...
exclusivamente a las clases privilegiadas. Era entonces necesario un cambio en el
marco legal del país enfocado en la defensa del derecho colectivo19 y la justicia
social; es decir, construir unas leyes consagradas a la defensa de los hombres más
que a la defensa de lo material o de la propiedad. El contenido moral y humanista
de su pensamiento tocaba las fibras más sensibles del sistema social, buscando
especialmente la resolución de sus contradicciones a través de garantizar los
derechos, especialmente económicos, de los sectores marginados. Esta intención
se puede percibir en los proyectos de ley presentados por Gaitán que proponían
establecer la función social de la propiedad, que no implica negar su existencia,
pero sí buscar la equidad y el equilibrio en la distribución de los recursos.

Tanto la legislación comercial como la laboral y la penal requerían importantes


transformaciones, pero evidentemente, regidas por el positivismo jurídico, que era
visto por Gaitán como la mejor herramienta para combatir los vicios del sistema
penal colombiano. Igualmente para Gaitán era indispensable la eliminación del
personalismo en el poder ejecutivo del Estado20 por medio de una reforma
constitucional que definiera la separación entre los poderes, eliminando así la
presencia de los intereses políticos en el ejercicio de la justicia.

El fracaso electoral de la UNIR y la renovación de las esperanzas reformistas


con el advenimiento de la Revolución en Marcha impulsada por Alfonso López
Pumarejo, harían que Gaitán retornara a las toldas del liberalismo21; sin duda el
partido liberal era una institución ya establecida en las costumbres políticas del
país y Gaitán necesitaba de él para conseguir protagonismo en la vida política del
país. Así ocupara o nó cargos en el Estado, Gaitán hizo sentir su presencia tanto
criticando como apoyando las actuaciones del gobierno. Sin embargo, su rápido
regreso al partido liberal hizo que fuera visto por la opinión pública como
oportunista; pero también le otorgó la posibilidad de ser nombrado alcalde de
Bogotá, teniendo entonces un espacio para desarrollar una parte importante de sus
convicciones políticas y sociales. El deseo de civilizar al pueblo22, a través de
medidas destinadas a mejorar la salubridad, la educación y la higiene, sería su
principal objetivo durante su corto período en la alcaldía. Una de tales medidas (la
de uniformar a los choferes de servicio público), sería utilizada por sus opositores
para obligarlo a abandonar el cargo. Gaitán siguió haciendo parte de los gobiernos
liberales como Ministro de Educación de 1938 a 1942 y de Trabajo de 1942 a
1944, período durante el cual sus ideas sobre el Estado como ente controlador de
la sociedad y la división de ésta entre una minoría privilegiada y una masa desposeída
se fueron consolidando.
La “pausa” reformista decretada por López Pumarejo, que puso de manifiesto el
fracaso de la Revolución en Marcha y la falta de interés que Eduardo Santos puso

19
Adriana Rodríguez y Gilberto Parada
al respecto, dió un nuevo aire al discurso de Gaitán que retornó al objetivo de
generar una conciencia política dentro de los marginados del poder y tratar de
materializar su participación en el Estado, más allá de la simple convocatoria
electoral que realizaban tanto el partido liberal como el conservador. De la misma
forma, emprendió una batalla en contra de las oligarquías del liberalismo y del
conservatismo que se aliaban en pos de controlar el Estado y mantener excluida
al resto de la población del poder político y de la riqueza económica23; a partir de
este llamamiento al pueblo para emprender la restauración moral y democrática
del país, Gaitán estableció la división entre el país político y el país nacional.
En un discurso pronunciado en 1945, Gaitán presentó cómo en Colombia hay un
país político concentrado en la burocracia y el poder, mientras que el país nacional
está preocupado por la salud, la educación, el trabajo y permaneciendo desatendido
en todas sus necesidades por el país político. Gaitán convocaba al país nacional
para que combatiera al país político, lucha que requería la intervención de hombres
valientes y decididos24. En este planteamiento, determinó que la sociedad
colombiana está dominada por un régimen oligárquico que le da la espalda a los
intereses de la Nación para satisfacer los propios orientados al sistema electoral.

La candidatura de Gaitán a la presidencia de la república en 1944 fue motivada


por su intención de llevar a cabo su prédica de la restauración moral del Estado.
Éste estaba seriamente afectado por las acusaciones de corrupción realizadas
insistentemente por medios de comunicación conservadores y liberales contra el
gobierno de López Pumarejo; así mismo, la pausa en el proceso reformista llevada
a cabo tanto por López como por Eduardo Santos había socavado la imagen del
régimen liberal ante los sectores populares. Al destacar estos dos aspectos, Gaitán
actuó como claro opositor al gobierno de López. Para lograr consolidar su
candidatura y tener la posibilidad de acceder a la primera magistratura, Gaitán
trató de mantener una posición intermedia y de enlace entre el país político y el
país nacional, mostrando gran capacidad de adaptación y desenvolvimiento en
los dos renglones, tanto en el terreno político tradicional como en su relación con
el pueblo.

El triunfo conservador de Mariano Ospina Pérez en las elecciones de 1946 como


consecuencia de la división liberal, significó para Gaitán más que establecerse en
la dirección del partido liberal y en la oposición al gobierno conservador; también
lo condujo a mantener relaciones más estrechas con la vida pública ligada al
poder o los “convivialistas” –en palabras de Braun–, apartándose relativamente
de la estrecha relación que mantenía con los sectores populares25. En el mismo
sentido, la adhesión de varias figuras de la política al gaitanismo, trajo como
consecuencia el desplazamiento de sus líderes tradicionales, miembros de clases
medias y bajas.
20
Jorge Eliécer Gaitán y el Positivismo...

De tal manera, Gaitán se manifestó como un demócrata y un reformista, en tanto


que sus planteamientos,–aunque orientados al establecimiento de una sociedad
equilibrada y justa por medio de una concepción socialista e intervencionista del
Estado–, no se vinculaban al emprendimiento de una Revolución que destruyera
las estructuras estatales. No obstante, las concepciones sociopolíticas y económicas
de Gaitán no se limitan al reformismo; su pensamiento se enmarca dentro de la
corriente populista que estaba surgiendo a lo largo de América Latina desde los
años cuarenta y que ponía en relieve las contradicciones que estaban surgiendo
entre el proceso industrializador y las condiciones de vida de los obreros y los
grupos marginales. El diagnóstico realizado por Gaitán de las estructuras políticas
y económicas del país y sus propuestas encaminadas hacia su transformación, no
se pudieron concretar debido a que Gaitán debía enfrentarse a los intereses de ese
país político a que tanto aludía y que no se apropió de sus propuestas ni aceptó su
participación. En otro sentido, la falta de consolidación de una organización de
base condujo a que el pensamiento de Gaitán y el gaitanismo como movimiento se
diluyeran casi hasta desaparecer con la muerte del caudillo. En las causas de tal
ausencia confluyó la debilidad del proceso industrial en el período, y por ende, de
la clase obrera existente y la pervivencia misma de los partidos tradicionales con
sus estructuras multiclasistas que impedían la conformación de organizaciones
populares26. El intento de materializar una organización popular –al asumir Gaitán
la dirección del partido liberal– desapareció con la muerte del caudillo.

2.2.Gaitán y la economía
Es evidente la crítica moral que hacía Gaitán al capitalismo27; lo consideraba una
forma de organización económica y social que se basa en el individualismo y el
egoísmo, además, lo rechazaba por su carencia de humanismo y por la injusticia
social en que degenera. La sociedad construida sobre el capitalismo, impide la
manifestación de la conciencia moral de los individuos, motivándolos al crimen
como respuesta al desequilibrio material y social.

Al ser las condiciones económicas las que determinan la vida política y social de
la sociedad, la abolición del capitalismo se constituiría en la mejor solución para
erradicar el desequilibrio y poner fin a la crisis moral de la sociedad colombiana.
Las primeras décadas del siglo XX sería el período histórico adecuado para la
eliminación de la naciente industria capitalista, lo que implicaba que lo medios de
producción regresaran a los trabajadores; en tanto, se puede inferir que Gaitán
presentaba la posibilidad de regresar a un estadio precapitalista pero no
necesariamente feudal28. La posibilidad de dar marcha atrás en el proceso de
21
Adriana Rodríguez y Gilberto Parada
consolidación del capitalismo, se daba a razón de que su instauración en Colombia
aún era débil; no se había constituido aún una fuerte burguesía ni un proletariado
como clase. Pero, por el hecho de no ser un país industrial no significaba que no se
pudieran asimilar las ideas socialistas; para Gaitán, teníamos una industria
proporcionada a nuestro nivel de desarrollo y el avanzar en la industrialización
conducía a agravar las condiciones de la clase trabajadora.

Empero, la principal preocupación de Gaitán, tanto en el nivel económico como en


el social, sería la problemática rural. Su interés reformista –aunque también iba
encaminado hacia el bienestar de los trabajadores urbanos– se manifestó de manera
más evidente sobre el sector campesino y el problema de la tierra, incluso, desde su
juventud hasta la conformación de los programas políticos de la UNIR y del partido
liberal. Gaitán era partidario de una reforma agraria que distribuyera la tierra no
aprovechada; consideraba injusto que el sistema en que el propietario recibe las
ganancias de una tierra que no trabaja, mientras que el campesino tiene que entregar
el fruto de su trabajo al propietario29.

Para equilibrar las relaciones económicas en el campo, Gaitán proponía establecer


la función social de la propiedad. Este anhelo se manifestó en la presentación que
hizo de proyectos para la instauración de la función social de la propiedad durante
su paso por el Congreso; sin embargo, éstos chocaron con la oposición del gobierno
de Olaya Herrera y de los conservadores, por lo que, apoyó con gran entusiasmo
en 1936 la expedición de la ley de tierras o Ley 200 impulsada por el presidente
López Pumarejo30. Sin duda, la mayoría de sus reclamaciones se inclinaban a
favorecer a los pequeños propietarios y a los colonos ya que el proyecto de sociedad
de Gaitán estaba construido sobre estos grupos sociales.

A diferencia de las oligarquías colombianas del período, Gaitán encuentra grandes


inconvenientes con la intervención extranjera en la economía y en el Estado
colombiano, surgiendo de allí un claro discurso antimonopolista y anti-imperialista.
Ésta sin duda fue una bandera exitosa para la imagen política de Gaitán. El denunciar
la explotación de los recursos naturales y humanos por parte de las oligarquías
nacionales y de los extranjeros, con la pobreza como consecuencia para las clases
populares, fue una constante en las manifestaciones políticas de Gaitán; “las
oligarquías son, en lo interior, monopolios capitalistas[…]cuando esos grupos
plutocráticos actúan internacionalmente, constituyen fuerzas imperialistas”31.
Su defensa de los intereses de la Nación se presentó desde su intervención en el
Congreso cuestionando la actuación del gobierno y de la United Fruit Company
en el acontecimiento de la masacre de las bananeras en 1928. Para Gaitán no
resultaba benéfica la entrada de capitales extranjeros al país debido a que su

22
Jorge Eliécer Gaitán y el Positivismo...
abundancia incrementaba los fenómenos de corrupción y despilfarro dentro de los
miembros del gobierno, hecho que iría en contravía de la sanificación moral del
país; del mismo modo, la intervención imperialista en las decisiones gubernamentales
supeditaba los intereses nacionales a la voluntad de los extranjeros: “Pero nada de
esto ha de importarles a los señores que ni quieren perder el tiempo en estos debates.
Qué puede importarles a ellos ni al país, que la justicia penal en Colombia no se
administre conforme a los dictados de la ciencia y de la equidad, sino que sea
aplicada por el cohecho del oro americano”32.

Gaitán demostró la hegemonía de los intereses económicos en el imperialismo,


especialmente en el norteamericano, que tocaba más de cerca al país. En ese contexto,
el líder liberal trataba de proclamar un nacionalismo en contra de las fuerzas
imperialistas encaminado al mantenimiento de la República de las instituciones
democráticas, mas no en los postulados llevados a la práctica en otras naciones y
que tienen mucha receptividad en los intelectuales colombianos33, criticando en
específico, el nacionalismo promulgado por los leopardos de contenido fascista.

2.3 Gaitán y la sociedad


La posición de Gaitán frente al socialismo y su aplicación en Colombia estaba
cimentada en el positivismo: toma la idea del organismo social donde el socialismo
se instauraría para lograr una cooperación entre sus partes para el bien colectivo34.
Para que cada parte o célula del organismo sea un elemento benéfico para la
sociedad, debía sanearse moralmente y unir esfuerzos con los demás individuos y
con el Estado. Así, el marco teórico positivista permitió a Gaitán aspirar al
establecimiento de una sociedad en equilibrio con base en la intervención del Estado.
La relevancia que le otorgó Gaitán a las clases medias va ligada a su visión de una
sociedad, no en igualdad de clases, sino en una jerarquización de acuerdo a las
capacidades y méritos individuales. En una conferencia dictada en el Teatro Nacional
en 1942 denominada Rusia y la democracia, expuso claramente su concepción
sobre la sociedad y la jerarquización; allí se adhirió al principio soviético de establecer
cierta diferenciación entre los individuos determinada por sus capacidades, por lo
tanto, apoyó la creación de una sociedad en igualdad de oportunidades y donde no
sólo se establezca en un nivel abstracto: “¿En donde hay mayor realización de la
justicia: en esta desigualdad sobre la base de las capacidades y del esfuerzo o en
una mentirosa igualdad teórica que les niega a los hombres en la práctica la
oportunidad de desarrollar sus propias capacidades y que cambia la igualdad de
las oportunidades por la igualdad del oportunismo?”35.

23
Adriana Rodríguez y Gilberto Parada
Entonces, se hace evidente la existencia de una jerarquización, que para Gaitán,
no debe verse como una cuestión antidemocrática. Al rechazar la posibilidad de
una dictadura del proletariado, presentó la posibilidad de que el Estado
democrático asumiera la tarea de garantizar dicha desigualdad sustentada en los
méritos personales, mas no en la riqueza económica.

El compromiso de Gaitán con las clases desposeídas lo llevó a motivarlas para que
se opusieran a la explotación a que estaban siendo sometidas. Observó que el
interés económico mantiene a las clases privilegiadas en su posición utilizando la
virtud de la fuerza; por consiguiente, el enfrentamiento tendiente a eliminar las
posiciones de privilegio debe darse por la misma vía36. Pero Gaitán no habló de
una Revolución; se refirió a una organización que generara conciencia dentro de
las clases oprimidas que las llevara a rechazar el sistema capitalista y establecer
organizaciones sociales (sindicales y campesinas). Se trataba entonces de un proceso
de evolución paralela a las condiciones históricas del país.

A través del Manifiesto del Unirismo, Gaitán pone de relieve la necesidad de


incorporar políticamente a las masas, pero con un proceso previo de instrucción y
de transformación de sus condiciones materiales de existencia. Para este momento,
las masas no podían participar directamente en la vida política del país como
consecuencia de su situación de “primitivismo material, cultural y moral”37. Aquellos
hombres inmersos en la pobreza, en la ignorancia y viviendo en condiciones
lamentables de salubridad e higiene, no eran individuos potencializadores de riqueza.
Por su propia experiencia vital y personal, Gaitán veía en la educación la mejor vía
para el ascenso de las clases humildes38.

La restauración moral de los miembros de la sociedad implicaba que éstos


emprendieran actividades de instrucción y que conservaran una higiene personal
adecuada. En este último punto insistiría continuamente Gaitán, esencialmente,
como un resultado de su formación positivista. Su trato directo con sus seguidores
le dió la oportunidad de realizar campañas de higiene y salubridad, especialmente
durante las campañas del proyecto político de la UNIR.

Mientras avanzaba la práctica política de Gaitán, la figura de la intervención estatal


moderaba sus planteamientos económicos y sociales. Resultaba imposible retroceder
el proceso de instauración del capitalismo en el país, toda vez que el discurso
gaitanista no hacía un llamado al surgimiento de una conciencia de clase en los
proletarios que condujera a una revolución socialista39. Su propia visión de una
jerarquización de la sociedad a manera de la propuesta por la constitución soviética,

24
Jorge Eliécer Gaitán y el Positivismo...

En el último período de su vida, Gaitán mantuvo su discurso en un tono más


moderado, aunque conservando sus planteamientos fundamentales de enfrentamiento
a las oligarquías partidistas en beneficio del pueblo. No obstante, su identificación
ideológica se orientaba más hacia el apoyo a las clases medias, encargadas de la
labor, junto con el Estado, de restituir la moral, derribar las diferencias económicas
y sociales –o al menos amortiguarlas– y conducir a la sociedad por el camino del
progreso material y cultural. Pero la propuesta política de Gaitán encontró eco
más rápidamente en los sectores populares, debido a que su discurso e imagen
encarnaban sus más profundos deseos y esperanzas.

2.4 Gaitán y la práctica jurídica


Como abogado, Gaitán, se inclinó por el estudio del derecho penal porque sentía
que desde allí podría ayudar a los menos favorecidos; precisamente, concilió sus
intereses profesionales con la nueva escuela del derecho penal positiva. En múltiples
ocasiones, Gaitán reconoció su admiración por las doctrinas de Enrico Ferri y
Cesare Lombroso. Al primero lo alabó por humanizar el derecho penal y convertir
al hombre en un objeto de estudio y principal actor de la criminología; al segundo
lo elevó a la cúspide de genio por interpretar las causas psíquicas del delito con los
elementos extraídos de la morfología40. Sin duda, los más grandes elogios recaerían
sobre quien fuese su maestro de derecho penal en la Escuela de Aplicación Técnico
Jurídica en Italia: Enrico Ferri41. Vale la pena destacar que Gaitán también se
identificó con su maestro por el hecho de que éste también era de extracción humilde:
“[Ferri] nacido en la más absoluta pobreza, en la más absoluta humildad social.
Hijo de una madre sin parangones, por la belleza de su corazón, una humilde
lavandera y aplanchadora que lo sacrificó todo a la educación de su hijo; por sus
ideas socialistas muchas veces fue condenado a la privación del pan”42. Puede ser
posible cotejar la preocupación profesional de Gaitán en llevar las defensas penales
de los casos de los más pobres, como una afinidad con los tópicos sociales de su
mentor, que a la vez le permitían un acercamiento con la realidad social. En suma,
la admiración que profesaba Gaitán por su profesor italiano rayaba en el culto
acérrimo: “[...]vida perfecta, genio auténtico el de Enrico Ferri, lustre y presea de
la gente latina”43.

La materialización del positivismo jurídico de Gaitán se presentaba en algunos


postulados de sus defensas penales y afirmaciones públicas. Pensaba el derecho
como una ciencia que había progresado históricamente y creía que su tiempo era la
25
Adriana Rodríguez y Gilberto Parada
cima de una línea que se cruzaba con la ciencia. Con esta perspectiva, asumía
tres grandes períodos en la historia que tenían su par en el derecho penal: Período
descriptivo, período filosófico y período científico. En el primer período hay una
aproximación a las primeras legislaciones de la humanidad en las que era recurrente
la ley del Talión. En el estadio filosófico encontramos una tendencia generalizadora
de los fenómenos, de los hechos y de los hombres de carácter subjetivo, metafísico
y científico, pero ya con un principio de síntesis y de explicación; este período
recoge el pensamiento ilustrado de los siglos XVII y XVIII. El período científico
corresponde al papel globalizante de la sociología dentro de las ciencias
criminológicas, donde Gaitán elogia el método de Durkheim y afirma que esta
disciplina proporcionará todas las explicaciones, incluso las históricas: “la historia
no puede tener otra misión que la de facilitar elementos de construcción a la
sociología, que es la ciencia comprensiva de todas las modalidades del hecho
social”44.

En la práctica, los motivos de Gaitán para asumir casos penales se encontraban


en la extrema pobreza, la humildad y la precariedad de sus defendidos, a pesar de
los dificultosos que generalmente resultaban los litigios judiciales. Aún en su calidad
de estudiante de derecho, se había convertido en un héroe popular en Bogotá y en
una pesadilla para los abogados consagrados de los burgueses respetables45. Su
primer asunto forense en julio de 1923 consistió en la defensa de un minorista
condenado en primera instancia por el robo de una suma considerable a un tolimense
rico. Otra demostración de su cuidado por los asuntos sociales fue la defensa que
emprendió de Moisés García en 1937. Éste había sido inculpado por los hechos
ocurridos en el sitio Piedras Negras, jurisdicción del municipio del Cocuy, el 29 de
junio del mismo año; en el hecho resultaron dos personas muertas y dos heridas,
todos miembros de la familia López. Como García era un reconocido enemigo de
la familia López, además de que era bien sabido en toda la región que aquél había
jurado vengarse por la muerte de un pariente a manos de dicha familia, al ocurrir
los hechos sangrientos fue fácil involucrar a García en la autoría intelectual del
homicidio múltiple, ya que el autor material había guardado silencio durante el
interrogatorio intimidado por una segura golpiza por parte de las autoridades, que
presumían la culpabilidad de García.

La defensa de Moisés García, encabezada por Gaitán, desestimó los indicios que
provenían exclusivamente de rumores y del peso de la opinión pública que ya
había condenado a García antes de su juicio; evidentemente, la acumulación de
presunciones y de elementos conjeturales es un vicio lógica y jurídicamente
peligroso46. Gaitán atacó el procedimiento en sus vicios de forma y calificó la
opinión del público como un conjunto de “apariencias múltiples”, “instantes

26
Jorge Eliécer Gaitán y el Positivismo...
naturales del pueblo” y “sugestión colectiva”; es decir, desvaloró cualquier contenido
de verdad por no poseer calidad científica como sí las eran el estudio psicológico y
sociológico que el defensor realizara sobre su poderdante. En tanto, la fiscalía
argumentaba, en su acusación, que García había participado en un baile a pocos
días de la muerte de sus parientes y había jurado allí matar a todos los López;
empero, Gaitán preguntaba a los acusadores si acaso no era una costumbre
generalizada de nuestros labriegos celebrar la fiesta de San Pedro con baile y licor
y si la pasión no llevaba a tergiversar la razón cuando alguien se expresaba. En
general, la actuación de García y la versión del autor material correspondían a la
reacción natural de quienes se encuentran fuera de su medio natural (en relación
con los testimonios aportados por ambos, una vez privados de la libertad) y por
tanto no podían ser valorados como pruebas judiciales por ser actos habituales ya
que “el llamado criterio antropomórfico, que toma forma como patrón de medida
de las circunstancias de la propia personalidad, lejos del ambiente y las condiciones
que rodearon la actuación del hombre cuyos actos juzgamos”47. Pero más allá de
las apreciaciones técnicas, el abogado positivista optó por resaltar las condiciones
sociales en las que vivía su defendido y a su vez neutralizar las pruebas de los
acusadores por carecer de cualquier valor técnico, a la luz de la corriente positivista.

Éste y otros procesos acreditaron la fama y la popularidad de Gaitán como sagaz


y ávido jurista que recurría a todos los medios científicos hasta ahora considerados
solamente como innovaciones o curiosidades de la ciencia; así ocurrió con la
utilización de las pruebas de balística y el análisis psicológico de los individuos
implicados en los casos. Con todo, Gaitán permaneció fuertemente influenciado
por las doctrinas expuestas por Ferri que presentaban una nueva visión de la
sociedad, considerándola como un ente orgánico que debe permanecer limpio y
saludable. Por ello Gaitán consideraba el alcohol como un elemento nocivo de la
especie humana, a la vez que ponía mucho esmero en las prácticas deportivas y de
higiene, tanto en su vida personal como en la de sus seguidores. Resulta interesante
que repartiera jabón a sus copartidarios, especialmente en las provincias.

No se puede pasar por alto que la Escuela del derecho penal positivo ayudó a
construir ideológicamente los códigos punitivos de los regímenes totalitaristas del
fascismo italiano, del nazismo alemán y del falangismo de Franco. Ello se puede
explicar en la tipología que construyó el positivismo de los hombres delincuentes
según su personalidad y que se configuró en el concepto de peligrosidad; es decir
que un hombre debe ser objeto de una medida de seguridad antes de cometer
cualquier delito ya que su peligrosidad se evidenciaría en el alcoholismo, la
drogadicción, la vagancia o la prostitución, vistos éstos como enfermedades sociales.
Sin embargo, Gaitán se sirvió de las doctrinas ferrianas para aliviar, al menos en

27
Adriana Rodríguez y Gilberto Parada
parte, las consecuencias que traía el peso de la ley sobre los más desvalídos.
Gaitán fue el catalizador de las ideas del positivismo y las improntas de una realidad
social en la que la legislación penal permanecía atada a las tradiciones que se
habían heredado del siglo anterior; a pesar de las falencias ideológicas del
positivismo penal, éste y sus representantes significaron un viraje de las políticas
criminales colombianas donde el liberalismo alegado por Bentham no logró
consolidarse en la centuria decimonónica. Sería entonces sobre la base de los
planteamientos de Ferri que se construirían en Colombia las dos codificaciones en
materia de legislación penal en el siglo XX.

28
Bibliografía
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no. 10 (Junio de 1996), p. 72 – 74.

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ROCCO, Arturo. El problema y el método de la ciencia del derecho penal.


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SIERRA, Jorge Emilio. “La moral y el derecho en Gaitán”. En: Dominical de la


República, no. 348 (29 de julio de 1984).
29
Notas
1
Ya la prensa colombiana señalaba con satisfacción el viaje de Gaitán a Roma y
sus logros en el campo del derecho penal: “nuestro caro amigo el doctor Jorge
Eliécer Gaitán, ascendiendo escalón por escalón una ininterrumpida serie de
distinciones, ha llegado a la más alta a que puede aspirar un estudiante extranjero
en Italia. Jorge Eliécer Gaitán es el primer latinoamericano que ha sido recibido
como miembro de la Sociedad Internacional de Derecho Penal (grupo itálico), que
es la más notable institución del mundo en este campo y en cuyo seno figuran
celebridades jurídicas como Ferri, Garófalo, Gandolfi, Mortara, Rocco, Altavilla,
Manzini y otros maestros de fama mundial. En: El Espectador (julio 17 de 1926),
p. 6.
2
Alfonso Reyes, Derecho penal. Bogotá: Temis, 1998, p. 17.
3
Enrico Ferri, Sociología criminal. Tomo II, Madrid: Biblioteca Universal, p. 9.
4
Ibid., Tomo I, p. 44.
5
Ibid., p. 49.
6
Jorge Eliécer Gaitán, Defensas penales. Bogotá: Temis, 1976, p. 42.
7
Arturo Rocco, El problema y el método de la ciencia del derecho penal.
Bogotá: Temis, 1999, p. 6.
8
Luis Carlos Pérez, El pensamiento filosófico de Jorge Eliécer Gaitán. Bogotá:
Editorial Los Andes, 1954, p. 10.
9
Jorge Eliécer Gaitán, “Conferencias de Sociología Criminal”. En: Obras Selectas,
Bogotá: Imprenta Nacional, 1979, p. 102.
10
Ibid., p. 7.
11
Jorge Emilio Sierra, “La moral y el derecho en Gaitán”. En: Dominical de la
República, no. 348 (29 de julio de 1984), p. 6.
12
Ibid.
13
Jorge Eliécer Gaitán, Escritos Políticos. Bogotá: El Áncora, 1985, p. 155 – 158.
14
Luis Carlos Pérez, El pensamiento… op. cit., p. 17.
15
Ibid, p. 25.
16
Jorge Eliécer Gaitán, Escritos… op. cit., p. 48.
17
César Ayala Diago, “Jorge Eliécer Gaitán al final del milenio”. En: Número, no.
10 (Junio de 1996), p. 72.

30
Jorge Eliécer Gaitán y el Positivismo...
18
Jorge Eliécer Gaitán, Escritos… op. cit., p. 76 – 87.
19
Jorge Emilio Sierra, “La moral… op. cit., p. 9.
20
Jorge Eliécer Gaitán, Escritos… op. cit., p. 90.
21
César Ayala Diago, “Jorge Eliécer… op. cit., p. 74.
22
Herbert Braun, Mataron a Gaitán. Vida pública y violencia urbana en Colombia.
Bogotá: Norma, 1998, p. 139.
23
Gabriel Poveda Ramos, “Gaitán, el hombre y su pensamiento”, En: El Mundo
documentos, no. 106 (9 de Abril de 1988), p. 10.
24
Jorge Eliécer Gaitán, Escritos… op. cit., p. 152 – 153.
25
Herbert Braun, Mataron a… op. cit., p. 211.
26
Luis Carlos Pérez, El pensamiento… op. cit., p. 32 – 33.
27
Jorge Emilio Sierra, “La moral… op. cit., p. 7.
28
Herbert Braun, Mataron… op. cit., p. 93 – 96.
29
Ibid., p. 22.
30
Gabriel Poveda Ramos, “Gaitán… op. cit., p. 11.
31
Luis Carlos Pérez, El pensamiento… op. cit., p. 64.
32
Jorge Eliécer Gaitán, Escritos… op. cit., p. 33.
33
Ibid., p. 44 – 45.
34
Herbert Braun, Mataron... op. cit., p. 99.
35
Jorge Eliécer Gaitán, Escritos... op. cit., p. 130.
36
Ibid., p. 28.
37
Ibid., p. 62.
38
Gabriel Poveda Ramos, “Gaitán... op. cit., p. 11.
39
Herbert Braun, Mataron... op. cit., p. 142.
40
Jorge Eliécer Gaitán, “Enrico Ferri y su último libro”, En: Universidad, Bogotá,
no. 77. (Abril de 1928), p. 321.
41
Gaitán comentaba con gran admiración la precisión, los logros y la concisión de
la obra de Ferri denominada Principios de Derecho Criminal: “No me siento
equivocado al pensar que como tratado positivista es superior a otros muy valiosos
antes realizados, como los de Pulía; Florián; Amino y algunos más, de cuestiones
especiales como, los de Gripigne Garófalo; el alcance pues, de esta obra es
trascendental y la ciencia penal ha adquirido con ellas el más valioso aporte de los
últimos tiempos”. Ibid.
42
Ibid., p. 329.
43
Ibid.
44
Ibid.
45
Herbert Braun, Mataron a... op. cit., p. 87.
46
Jorge Eliécer Gaitán, Defensas... op. cit., p. 107.
47
Ibid., p. 51.

31
Ofelia Uribe
de Acosta.
Una mujer
adelantada
para su
tiempo
Carolina Pinzón. Historiadora U. N.
“ ¿De qué sirve hablar si uno no cree en lo que dice?
[...] Yo creo en la revolución pacífica
y creo que ésta no podría lograrse nunca sin el concurso de la
mujer.
¿Por qué no con ella a la cabeza?”.1

Ofelia Uribe de Acosta

Hablar de Ofelia Uribe de Acosta, implica hablar de una parte de la historia del
país, pensar en la lucha, en la fortaleza, en el carácter, en el espíritu aventurero y
aguerrido, que formó a esta mujer como una batalladora incansable por los derechos,
no sólo de la mujer sino de todos los grupos sociales que en algún momento –o lo
que es peor, siempre– fueron invisibles. Esta lucha fue el eje central de su vida y la
dejó registrada en su libro, Una voz insurgente. Mujer de familia y siempre
consciente de que las posibilidades que ofrecía la vida no tenían por qué estar fuera
de su alcance, decidió ACTUAR para lograr un desarrollo más igualitario de la
sociedad.
Carolina Pinzón
Este artículo es de carácter biográfico sobre la pionera de la lucha femenina en
Colombia durante las décadas del treinta y el cuarenta. Plantea las causas que la
llevaron a exigir la reivindicación de los derechos de la mujer, enfatizando en la
enorme convicción que tenía tanto en sus ideas como en la necesidad de una justicia
social que, unidas a su espíritu libre-pensador la llevaron a ser la abanderada de
esta lucha. Por otra parte, de una manera sencilla, se quiere rendir un homenaje a
Ofelia, quien tras toda una vida de lucha, se convirtió en la voz de las mujeres que
hasta ese entonces habían vivido bajo la sombra de los hombres.

Los primeros años: el origen de su rebelión


“...decía que se había criado entre las breñas y los peñascos indómitos
de Santander. Si usted ha recorrido el cañón del Chicamocha... ella decía
que era como esas laderas áridas e imponentes. Se consideraba muy
santandereana. Tenía un temperamento muy frentero, muy aguerrido”. 2

Ofelia Uribe de Acosta


Ofelia Uribe Durán de Acosta, nació en Oiba, Santander del sur, en el año de 1900,
aunque desde pequeña vivió en el Socorro. Nació con el siglo, y bajo todas las
prohibiciones que había en ese entonces para las mujeres. Sus padres, dos educadores
de raigambre liberal, permitieron que tuviera una niñez muy libre, tan libre como
la de sus hermanos; sin embargo, ella también tuvo que adaptarse a lo que se
esperaba de una mujer, es decir, y como lo menciona ella en una entrevista que
concedió en el año de 1984: “era el amasijo de celestiales virtudes: ignorancia,
gracia, frivolidad y dulzura, que formaban el dechado de dotes con que una señorita
tenía que estar, entonces yo tenía que aparentar eso mismo, actuar de esa forma y
además se me predicaba todos los días [...] eran las tres virtudes negativas: callar,
ignorar y obedecer, eran las virtudes que debía tener toda niña, pero eran virtudes
negativas”.3 El espíritu de Ofelia, desde siempre, fue mucho más contrario a todas
estas “peticiones”. Siendo la mayor entre cinco hermanos, todos hombres (Tomás,
Juan, Leonardo y Abelardo), desde pequeña disfrutó, tanto como ellos, ‘pequeños
placeres’ en los que no estaba muy bien visto la participación de una mujer: “Mi
hogar era un hogar de hombres, entonces yo me acostumbré a jugar con los
hermanos, subirme a los árboles, montar a caballo, cruzar los ríos, todo lo que
hacían ellos[…]”.4 “Mi papá llevaba a mis hermanos a practicar el tiro al blanco.
Yo desde pequeña, no puedo negarlo, tuve la habilidad de salirme con la mía, y
logré que también me enseñara [...] en esa época eran tantas las cosas que ni
siquiera se pensaba pudieran ser hechas por una mujer[…]”.5 Es así como, entre
34
Ofelia Uribe de Acosta. Una mujer adelantada...
las virtudes femeninas que la sociedad le pedía, su formación dentro de la familia
que no la relegó a simple objeto decorativo, como era costumbre en la época, y su
espíritu libre y trasgresor (como lo demostró durante toda su vida), Ofelia Uribe
fue incubando sus inquietudes por la condición de desigualdad entre los sexos.

En este sentido, su encuentro con la lectura fue igualmente trasgresor. Durante


estos años, cuando Ofelia tenía diez, las lecturas estaban controladas por la Iglesia
Católica, y las mujeres sólo tenían a su alcance los libros que a esta institución le
parecían convenientes, es decir, libros que las prepararan para amas de casa y que
reforzaran en ellas las tres virtudes negativas a las que Ofelia hacía referencia:
“Otra cosa era bien distinta para mis hermanos. Podían leer más. Las niñas de la
época sólo teníamos a nuestro alcance [...] vidas de santos, libros de cocina y más
vidas de santos. Yo me fijaba dónde guardaban mis hermanos los libros que leían,
a veces ellos también tenían que esconderlos [...] me leí todo lo de Vargas Vila, a
veces sin entenderlo”.6 En la entrevista que concedió al programa radial de Caracol,
en 1984, contaba que leía todo lo que cayera a sus manos: “Entonces yo leí de todo
lo imaginable, todos lo libros que traían mis hermanos [...] –¿hasta autores franceses
prohibidos?– Todo, todo, todo. Luego es falso aquello de que se corrompe la juventud
leyendo”.7 Desde esos años de su niñez, en el Socorro (Santander), Ofelia tuvo
conocimiento, por medio de la lectura, de la lucha solitaria de algunas mujeres, a
las que muchos años después, les dedicaría un capítulo en su libro Una Voz
insurgente. Mujeres como Manuela Beltrán, Policarpa Salavarrieta, Antonia Santos,
Olimpia de Gauges, entre otras, empezaron a cultivar su espíritu femenino y a
sembrar en ella inquietudes que florecerían más tarde.

Por otro lado, su interés en cultivarse trascendió del ámbito escolar. Ya que el
máximo nivel educativo al que podía aspirar una mujer de principios de siglo era el
normalista, sin embargo, la mayoría de las veces no existió un interés real, por
parte de las familias, en darles a sus hijas una educación más completa, ya que el
ideal femenino era convertirse en esposas y amas de casa, para lo que no necesitaban
educarse. Pero Ofelia, quien ya había dado muestras de su carácter rebelde, quiso
para ella lo mismo que ya tenían sus hermanos: “[…] pero yo insistía tanto que mi
papá, al fin, convino en mandarme a estudiar”.8 Así, terminó estudios en la Escuela
Normal de San Gil, también Santander, en año de 1917; como en esos años, el
gobierno central se encontraba en manos del partido conservador y la familia Uribe
era de tradición liberal, 9 para ella fue muy difícil conseguir empleo, razón por la
cual tuvo que marcharse para Simacota, donde pudo conseguir un trabajo de
maestra; sin embargo, al año de estar ejerciendo allí su profesión, regresó al Socorro,
donde abrió un colegio en compañía de su madre: “Pero los liberales no
conseguíamos auxilios y las pensiones no alcanzaban para cubrir los gastos.

35
Carolina Pinzón
Tuvimos que cerrar el colegio”.10 Fue así, como decidieron emigrar, primero para
Chiquinquirá, y más tarde a Miraflores, dos poblaciones de Boyacá; a esta última,
llegaron hacia el año de 1924, y fue allí, donde Ofelia conoció al que sería el
compañero de toda su vida: Guillermo Acosta Acosta, un abogado liberal,
descendiente del General, liberal, Santos Acosta.11 Su nieto, Manuel Ospina,
recordaba así a su abuelo: “Era un hombre muy dulce, muy instruido, él leía
mucho y su pasión era el estudio de la historia, de hecho, la enseñaba en colegios,
pero la enseñaba, y manejaba una gran biblioteca de historia y anotaba con gran
insistencia, le hacía notas al margen, glosas a los libros, para aclarar alguna cosa,
una carencia, completar algo, era muy riguroso”12.

En el trascurso de estos años, murieron sus padres y los cinco hermanos, incluida
Ofelia, se organizaron bajo la égida del hombre mayor, Tomás. Ocurrido este suceso,
Ofelia conoció a Guillermo Acosta, con el cual contrajo matrimonio en 1926. En
Miraflores, ya casada, administró un almacén durante cinco años hasta que se
trasladó de nuevo a San Gil, por cuestiones del trabajo de su esposo: “La familia
de Guillermo tenía un almacén y yo entré a administrarlo. Eso causó gran escándalo,
pues no se acostumbraba que una mujer se metiera en negocios [...] cuando le
ofrecieron un nombramiento como juez en San Gil, Santander, en 1931, lo convencí
para que aceptara. En San Gil vivimos como cinco años”13.

El matrimonio para Ofelia significó dos cosas principalmente: por un lado, pudo
salir de la tutela de sus hermanos, y por el otro, unió su vida a un hombre que no la
consideró una incapaz, como se le consideraba a la mujer en esa época:

[…] Hicieron un matrimonio muy ideal desde muchos puntos


de vista, porque él la dejaba hacer todo lo que ella quería hacer,
y se lo celebraba, él le celebraba todas las cosas que Ofelia
armó, y armó a partir de ahí, a partir de que se casó. Porque
siendo una mujer casada y si el marido no la trataba como una
incapaz, que eso fue lo que se consiguió, escogerse un marido
que no la tratara como una incapaz sino que la valorara. Ahí sí
logró repetir ese éxito con sus padres, pero esta vez por elección
propia. También se casó con un hombre culto que tenía todas
estas bibliotecas y que le permitió continuar con su instrucción
[...] ella estudió mucho las leyes porque quería cambiarlas,
entonces se documentó mucho en ese tema y al casarse con mi
abuelo, era mi abuelo quien tenía la profesión y se la podía
enseñar, entonces ella la aprende de ahí... ella era librepensadora.
14

36
Ofelia Uribe de Acosta. Una mujer adelantada...

De esta forma, al llegar a San Gil, empezó a ayudarle, como sustanciadora, a su


esposo, quien se encontró con un juzgado que tenía 900 casos en estado de mora.
Ofelia Uribe recordó así ese momento:

Yo pensé que debía ayudarle en alguna forma, pero él decía:


nó, tú qué vas a entender de eso; entonces yo le dije, dime
cómo que yo te ayudo. Él me puso al principio a leer el
expediente y que le separara las declaraciones que eran a favor
y en contra del acusado, entonces yo lo hacía aparte en una
lista, ya eso le servía de base a él [...] Así empecé. A él le
gustó mi trabajo y empecé a leer obras de derecho con él, y así
hasta que llegué a fallar de acuerdo con él y todo. Después,
cuando yo me metí en la lucha tremenda por la conquista de
los derechos de la mujer, yo le decía: pero es el colmo que tú
me acompañes y me ayudes en esa forma, porque el machismo
en ese entonces era tremendo. Él me decía: nó, yo no hago
sino corresponder lo que tu hiciste conmigo. De manera que
los dos formábamos una unión perfecta.15

Durante los años que vivió en Miraflores, Ofelia tuvo su primera hija: Emilia, en
1927, y más tarde, viviendo en San Gil, nació Flor, su hija menor (1932). Ellas dos
se convirtieron en un motivo más de su rebeldía: “Eso también fue una razón
adicional que la llevó a la guerra porque como no tuvo hijos hombres, sólo tenía
dos hijas mujeres y ya había vivido en carne propia lo que era eso de la
discriminación, entonces no quería eso mismo para sus hijas [...] a ella la declararon
incapaz cuando se casó ¿ve?, ella no tuvo acceso a la universidad y vivió en carne
propia el ser declarada incapaz...”.16 Paralelamente, ella iba comprobando
internamente que era muy capaz, que podía trabajar, aprender y ser madre, que
“eso de la discriminación era mental”.17 Bajo estas circunstancias, Ofelia viviría
en San Gil, hasta 1937, pero ocurrirían cosas en Bogotá, que la harían movilizarse
continuamente.

Los derechos de las mujeres, su lucha


En 1930, se celebró el Cuarto Congreso Internacional Femenino, en la ciudad
de Bogotá, al cual Ofelia Uribe iría como representante del departamento de
Boyacá. En él presentó su ponencia sobre la independencia económica de la
mujer, que tuvo gran acogida dentro de los asistentes y desembocó en la ley 28 de
1932, por medio de la cual se estableció la reforma al Régimen de capitulaciones
37
Carolina Pinzón
matrimoniales: “Me cupo el honor de llevar al Cuarto Congreso Internacional
Femenino el primer estudio de mujer sobre el tema en cuestión, elaborado con el
propósito de despertar la inquietud femenina y unificar su pensamiento en torno a
tan elementales principios de justicia social”18.

Durante esos años, Ofelia viajó constantemente a lomo de mula de San Gil a
Bogotá y viceversa, para participar en las no pocas sesiones por las que pasó el
proyecto de reforma a las capitulaciones matrimoniales. En compañía de Clotilde
García de Ucrós, una respetable dama bogotana, que empezaba a luchar por los
derechos de la mujer en esos años, presionaron hasta que la reforma se dió. De
esta manera, Ofelia se introdujo de una forma mucho más profunda y comprometida
en la lucha por la igualdad de la mujer; pudo por fin actuar para cambiar todo
aquello con lo que no estaba de acuerdo, todas las discriminaciones que había
vivido, en su infancia y juventud.

Después de 1932, no fueron pocas las reivindicaciones que quedaban por hacer:
“...comprendimos las feministas la desventajosa situación de la mujer emancipada
civilmente, pero carente de cultura y de los conocimientos indispensables para la
acertada administración y defensa de sus propios bienes, y emprendimos la segunda
etapa, que creíamos de combate, por el derecho a la cultura”19.Durante la presidencia
de Olaya Herrera se expidió el decreto 1972 que le permitió a la mujer el ingreso a
la universidad: “Clotilde García de Ucrós y yo logramos este decreto interviniendo
directamente ante el Presidente”20. Más adelante, durante la primera administración
de Alfonso López, que reformó la constitución en 1936, se “dictaminó que la mujer
colombiana, aunque seguía impedida para ejercer el sufragio, podía desempeñar
empleos que llevaran anexa autoridad o jurisdicción, siempre y cuando llenara las
condiciones”21. Con esta nueva reforma, se empezó a abrir el espectro de las
posibilidades de vida para las mujeres. Las primeras abogadas tituladas, que
empezaron a salir de la universidad, ocuparon cargos como funcionarias de la
rama jurisdiccional, sin embargo, “[…] el escándalo fue grande y el país recuerda
la demanda entablada con motivo de la elección de Rosita Rojas para uno de los
juzgados de la capital”22. Ofelia, quien todavía se encontraba en San Gil, decidió
actuar de nuevo. A raíz de las voces indignadas por el nombramiento de Rosita
Rojas, ella inició una labor propagandística por los derechos de las mujeres23.
Segura de que la lucha no terminaba ahí, pues “comprendía muy bien que sin la
agitación necesaria, los decretos pasados para favorecer a la mujer fácilmente
podían convertirse en letra muerta”24, viajó por algunas ciudades del país, dando
una serie de conferencias radiales: “Personalmente estuve en Ibagué, Socorro y
Cúcuta, en donde la radiodifusora se negó a permitirme hablar de feminismo sin la
autorización del gobierno, y solamente después de agotar todos los recursos de

38
Ofelia Uribe de Acosta. Una mujer adelantada...
súplica logré al fin el permiso presentando con antelación el texto de la
conferencia”25. En su libro Una voz insurgente, relata cómo la gente se aglomeraba
para ver, lo que entonces era una novedad: una mujer hablando por la radio. Muchos
–decía– salían “desinflados” al no ver a una especie de “animales raros” hablando,
sin botas, ni gafas, ni paraguas, careciendo de las características del “marimacho”
descrito por la prensa; pues entonces, se pensaba que este tipo de acciones eran
impropias del “bello sexo”, y que hacían perder el “perfume” de la feminidad, que
residía en la cabeza de la mujer: “Pues al menor contacto con las disciplinas de la
inteligencia se evaporaba el perfume [...] hasta las mujeres salían espantadas porque
ninguna quería perder el perfumito”26.

Durante su recorrido por estas ciudades, Ofelia consolidó su posición frente a la


condición de la mujer en esos momentos. Sus conferencias, no sólo se centraron en
la reivindicación de los derechos civiles para las mujeres, sino que empezó a hablar
sobre su “preocupación por los problemas nacionales y la importancia de adquirir
los derechos ciudadanos que la equipararan con los seres racionales, en vez de
seguir catalogada entre los muebles”27. Así, empezando a alzar su voz por todo el
país, en 1937 se radicó en Tunja, ciudad que le traería gratos encuentros.

Tunja: matriz fecunda de revoluciones28


Durante sus años en Tunja, conoció a Inés Gómez de Rojas, quien se convertiría en
su amiga y además, siendo dueña de una gran biblioteca, permitiría el
enriquecimiento intelectual de Ofelia.29 Por otra parte, ella empezaría a trasmitir
un espacio radial, que había gestionado con Radio Boyacá, para, desde allí, seguir
agitando la opinión con respecto a la cuestión femenina; el programa se llamó La
hora feminista y se emitía varias veces a la semana con duración de una hora:

No se puede negar que Tunja sufrió una violenta sacudida debido


a esta iniciativa, se dividió en dos corrientes intelectuales de
controversia feminista y antifeminista [...] la división se agudizó
entre las mismas mujeres. Algunas, horrorizadas, trataron de
contrarrestar mi programa con una hora radial llamada “La
hora azul” [...] dedicada a ensalzar las más mohosas virtudes
femeninas y a atacar la posición nuestra [...] nuestra emisión
era todo un éxito. El ejemplo de Tunja se regó por el país. Rosa
María Moreno e Ilda Carriazo fundaron en Bogotá la Unión
Femenina de Colombia.30

39
Carolina Pinzón
Cada vez eran más las mujeres que se interesaban en la problemática femenina.
Desde la fundación de La hora feminista, con Ofelia, se fue consolidando un grupo
de mujeres, con cierto nivel educativo que fueron levantando una barrera en defensa
de sus propios derechos. Con varias relaciones establecidas en Tunja y Bogotá,
entre las que se encontraban: Leonor Barreto Rubio, Anita de Sánchez, Inés Gómez
de Rojas, Luis López de Mesa, Augusto Ramírez Moreno, Jorge Soto del Corral,
Absalón Fernández de Soto, Carmen Medina de Luque y Lucila Rubio de Laverde,
entre otros, formaron un bloque de acción, que apuntó sus esfuerzos a la consecución
del voto femenino31 .

Más tarde, durante la segunda administración de Alfonso López Pumarejo, se firmó


un acta de petición, encabezada por Lucila Rubio y respaldada por la Unión
Femenina de Colombia que buscaba obtener la ciudadanía para la mujer: “Desde
Tunja, en donde el movimiento feminista era una fuerza, dirigimos una carta con
más de quinientas firmas al presidente López con el mismo fin”32. Este acto,
desembocó en la reforma constitucional que les otorgó la calidad de ciudadanos;
sin embargo, el derecho al voto no hizo parte de esta reforma. La prensa, al ver la
agitación que se estaba formando en torno a los derechos políticos de la mujer,
tomó parte y lanzó fuertes ataques contra las mujeres. Cada periódico, desde una
posición política diferente, atacó la idea de la ciudadanía femenina, calificándola
como una idea “estrafalaria y absurda”33.

Corrían ya los años cuarenta y, para ese entonces, Ofelia tenía muy claro que su
lucha debía ir hasta el final: “Las feministas queríamos que la mujer se integrara a
la colectividad con inteligencia rectora para ayudar a la solución de los grandes
problemas nacionales, con los hombres también, porque intentaron decir que era
una guerra de sexos. ¿Cuál guerra de sexos? Luchar nosotras por nuestros derechos
¿eso era guerra de sexos?”34. La organización de la mujer fue un punto fundamental
que ella tuvo muy claro desde el principio, ya que pensaba que si la mujer no se
cohesionaba alrededor de sus necesidades, no lograría llevar a buen término su
lucha: “El día en que esta fuerza latente se cohesione y movilice para expresar su
propio mensaje, cristalizando en generosos programas de reestructuración política,
económica y social, se podrá afirmar que las colombianas realizaron lo que no han
logrado las mujeres de ningún país del mundo: hacer historia patria”35. Al respecto,
su nieto Manuel Ospina, recuerda:

Ella lo que quería además, era una organización de mujeres, no


a la sombra de hombres ni en un partido de hombres, de
segundonas, que eso era lo que le preocupaba, que las pusieran
de cargaderas, de segundonas y era muy crítica de todas las

40
Ofelia Uribe de Acosta. Una mujer adelantada...
mujeres que después llegaron al ministerio, que lo que hicieron
fue eso –decía ella–, Esmeralda Arboleda, que fue fatal, fatal
(risas) que son las que ponía como ejemplo. Ella pensaba, y en
esa época eso era muy válido, que la mujer se podía organizar
políticamente, que eran básicamente la mitad de la población,
y que si se organizaban políticamente para hacer una lucha por
sus derechos y por los derechos en general y con un criterio, lo
harían con mucha más honestidad y competencia que los
hombres, que lo que pasaba era que no tenían la oportunidad.36

Con este fin, en 1944, fundó su revista Agitación Femenina: “[…] y para eso
fundé yo la revista, a ver si lográbamos la unión”37. La Revista duró dos años, y
fue ideológicamente revolucionaria, como la misma Ofelia, pues en cada página se
respiraba vitalidad y bullía en ella, claramente, su espíritu rebelde. Con una
orientación política independiente, luchó infatigablemente por conseguir el derecho
al sufragio femenino, defendiéndose, con argumentos, de los ataques que cada
partido le hacía: “Los liberales y conservadores no estaban de acuerdo con el voto,
los unos porque las mujeres eran extremistas y si les daban el voto se volvían
comunistas y se agarraban del pelo, y los otros, porque las mujeres eran amigas
del confesionario”.38 Por esto, la Revista “les pareció, a los varones, sumamente
peligrosa y terrible”39.

El último número de Agitación Femenina salió el dieciséis de octubre de 1946,


estuvo a cargo de Lucila Rubio de Laverde, puesto que Ofelia debió hacer un viaje
de negocios a Estados Unidos. Al regresar, ella y su familia se trasladaron a Bogotá,
de donde ya no se irían. Su etapa en Tunja fue muy productiva, allí no sólo fundó
su programa radial y la Revista, hechos que marcaron la historia del feminismo en
Colombia, sino que también hizo más sólidas sus ideas políticas:

Ella simpatizaba con las ideas del Partido Comunista, y digamos,


la parte avanzada del partido liberal, los que eran gaitanistas.
Ella fue gaitanista, hizo manifestaciones y todo eso, Ella sí era
muy simpatizante de Gaitán, que en ese momento era la
oposición, entonces Gaitán toma la bandera, digámoslo así, de
las mujeres de una manera seria [...] ella le organizaba
recepciones cuando Gaitán iba a Tunja, lo recibía, y en la casa
le organizaba reuniones para que fuera la gente a escucharlo y
reunía la plata y trabajaba en eso; entonces él la dejaba... la
dejaba digo, porque él no era militante en ese tema sino que la
apoyaba [...] y en esa época creo que fue su mayor época de

41
Carolina Pinzón
participación política y de agitación, digamos permanentemente,
porque ya empezó a hacer organización de manifestaciones,
recepciones de los candidatos, ella era en Tunja una institución
también, que se fue convirtiendo con el tiempo, porque era una
mujer muy dinámica, tenía tan bien puesto el talante de acción,
se movía entre círculos de hombres, atraía mucho a los
intelectuales, porque era muy versátil en cualquier tema: historia,
política, literatura... 40

De esta forma transcurrieron sus años en Tunja. Allí consolidó la idea de una
cohesión femenina para exigir y poner en práctica los derechos que por tanto tiempo
les habían sido negados a las mujeres. Los años venideros aunque no fueron tan
gratificantes, significaron la materialización de su lucha.

Bogotá: la consecución del voto… y el desencanto


Cuando Ofelia llegó a Bogotá, los gobiernos liberales ya eran cosa del pasado,
Mariano Ospina se encontraba en la presidencia y en la lucha femenina se sentía
cierto ambiente de retroceso. Motivada, principalmente, por ofrecerles educación
universitaria a sus hijas, ella no se rindió, estableciendo el centro de su lucha en la
capital.41 Sin embargo, en estos años, y mucho más después de la muerte de Gaitán,
la violencia arremetió en todo el país y la lucha femenina entró en un receso.42
Ofelia se retiró, un poco, a la vida familiar: “[…] ella era tremendamente familiar,
era algo así como la Mama grande que sale en los cuentos de García Márquez,
una señora como Ursula Iguarán, ella terminó siendo el eje de toda la familia
Uribe Durán de Santander, a ella le gustaba mucho el contacto con la gente y con
la familia, era muy familiar...”43. Su nieto, Manuel Ospina, recuerda las tardes en
las que ella se sentaba a contarles anécdotas sobre su infancia y su vida en Tunja;
una muy especial, que retrataba el carácter de Ofelia fue esta: “Ella nos reunía a
los nietos y se sentaba en una silla, y nos decía: ¡Ay mis nietecitos!, vengan para
acá, ¿ustedes quieren una abuela que cosa, que les dé galletas con chocolate y que
les cuente cuentos? Y nosotros: ¡siii!, entonces ella nos decía: ¡pues se jodieron!
Porque yo no voy a hacer eso sino que esto y lo otro... ¡muérganos! (risas). Entonces
usaba palabras bien fuertes; decía: yo no me voy a quedar aquí, yo voy a ir al
Senado, yo voy a escribir un libro, yo voy a hacer la revolución...”44.

Más tarde, en 1954, durante la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla, volvió a debatirse
el tema de los derechos políticos para la mujer. Durante esos años, se habían
celebrado congresos y reuniones de mujeres, que debatieron este punto por largo
tiempo, empezando a presionar en los debates del Senado45. La Asamblea Nacional
42
Ofelia Uribe de Acosta. Una mujer adelantada...
Constituyente mediante el acto legislativo N° 3, en ese mismo año, sesionó a favor
del voto para la mujer: “Bueno es que se sepa también que en la comisión encargada
del estudio de dicho proyecto había una resuelta mayoría contra su expedición y
que, de no haber sido porque el presidente Rojas Pinilla envió a su ministro Henao
Henao a pedir la aprobación expresando la irrevocable decisión del gobierno de
concederle el voto a la mujer, la comisión lo hubiera negado”46.

La concesión del voto para la mujer, a pesar de haber sido más una disposición
presidencial que otra cosa, significó un nuevo impulso para Ofelia. Ella tenía la
plena convicción de que esto era lo único que faltaba para que la mujer pudiera
organizarse políticamente y, así, ganar un espacio más sólido dentro de la sociedad.
En 1955, tras una larga preparación, lanza su semanario Verdad, escrito y editado,
en su totalidad, por mujeres: “nuestros amigos y anunciadores pensaron que su
éxito sería instantáneo y completo, creyendo que todas las mujeres correrían a
comprarlo. Y sin embargo, no fue así. Por el contrario, la lucha contra el periódico
fue mucho más frontal y poderosa que contra Agitación Femenina”47. Las críticas
contra el periódico, desde los otros diarios, no se hicieron esperar y poco a poco
los anunciadores se fueron retirando: “Los pocos anunciadores originales se fueron
retirando, amenazados por los diarios grandes de que retirarían sus avisos si
anunciaban en Verdad. Y la distribución fue un vía crucis: lo mismo sucedió con
los voceadores. Una vez decidimos invitarlos a todos a almorzar y preguntarles
por qué se negaban a vender el periódico. Nos confesaron que si repartían el nuestro,
les quitarían la distribución de El Tiempo y El Espectador, y en ella estaba su
sustento”48.

A pesar de todas estas retaliaciones, Verdad fue mucho menos trasgresor que
Agitación Femenina. Al salir a la venta, el semanario se promocionaba así: “Verdad
es la fuerza constitutiva que, guiada por los principios eternos de la moral cristiana,
habrá de orientar la inteligencia femenina hacia una nueva corriente ideológica
dentro de un clima de equilibrio de cordura y de paz”49. Los temas que trataba
fueron mucho más diversos, en parte, porque la mujer ya había obtenido el derecho
al voto y podía enfocar sus esfuerzos en otros temas. Sin embargo, no se puede
obviar que el espíritu de Ofelia estaba inmerso en esta publicación y la reacción
del Régimen no tardaría en hacerse sentir. En las páginas del semanario se publicaron
unas fotos sobre una manifestación de mujeres, protestando por el cierre del
periódico El Tiempo, lo que produjo su deceso inmediato: “Tan pronto salió la
edición con las fotos, me llamó a mi casa un oficial del ejército que me conocía
mucho y me advirtió que desapareciera, pues iban a allanarnos el periódico, que
funcionaba en mi casa”50. Por otro lado, los problemas financieros, que la falta de

43
Carolina Pinzón
anunciadores estaba provocando, hicieron muy difícil acarrear sus costos y el
dieciocho de agosto de 1955 se emitió su último ejemplar51.

Posteriormente, al caer la dictadura de Rojas en 1957, Ofelia ocupó el cargo de


suplente ante la Cámara: “Ella empezó a hacer giras por Colombia, ya empezó a
hacer política a nivel nacional, de esas giras ella desarrolló un gran talento para la
oratoria también, quedó elegida suplente de la Cámara de Representantes [...] y en
esa época había dos debates famosos, uno sobre el voto de la mujer, por lo del
plebiscito, y otro sobre un tema que la inquietó mucho en su acción política: el de
los menores; cómo era el tema de los menores delincuentes, qué tratamiento les
daba el Estado, y ese era un debate del que ella estaba muy orgullosa, hacía todas
las agendas y preparaba todo”52. Sin embargo, Ofelia empezaba a sentirse
decepcionada de los partidos, y más que de ellos, de su forma de hacer política.
Los golpes que recibió durante sus dos publicaciones, sumado a la pasividad en
que las mujeres se estaban sumiendo de nuevo, pensando que la lucha había
terminado con la consecución del voto, habían producido en Ofelia una gran tristeza:
“ella sentía que la habían aplanado totalmente, ella decía que había sido aplastada,
aplastada era la palabra que ella usaba. La aplastó la aplanadora oficial”53. Por
esto, cuando una disidencia del partido liberal conformó el MRL (Movimiento
Revolucionario Liberal), ella pensó que debía unirse:

[…] En eso estuvo con alma, vida y sombrero. El slogan de ese


partido era: pasajeros de la revolución a bordo, imagínese,
cómo no se iba a subir ella; su sobrino, Álvaro Uribe Rueda,
fue uno de los principales dirigentes del MRL en Colombia [...]
el MRL, se construyó como una disidencia dentro del partido
liberal, muy imbuido de ideas socialistas, a Ofelia eso le gustaba
mucho, no sólo era lo del voto de la mujer, digamos, en el
espectro político de Ofelia ampliado, militaban todos los
derechos: económicos, sociales y políticos, que ella decía que
en Colombia eran completamente desconocidos, incluidos los
de la mujer, que eso le venía como anillo al dedo.54

De esta forma, su militancia en el MRL significaba una nueva puerta que se abría
para la lucha organizada de la mujer, y además, una esperanza en que ésta misma,
que había sido en buena medida el sentido de su vida, podía llegar a buen termino.
Con todo, la participación femenina en la política fue un hecho que la desilusionó
profundamente.

44
Ofelia Uribe de Acosta. Una mujer adelantada...
El MRL y Ofelia
El MRL, surgió de un grupo de “políticos e intelectuales que deseaban fundar un
nuevo movimiento de avanzada”.55 En 1959, inconformes con el sistema de
alternación que se estableció con el Frente Nacional, buscaron formar un bloque
de acción, dirigido por Alfonso López Michelsen, a quien trajeron desde México
para tal fin. En un principio, fue un grupo más cultural que político, que tuvo sus
raíces en la vida bohemia del centro de la capital, donde se reunían los intelectuales
de la época para hablar sobre diversos temas:

Los artistas, escritores y los intelectuales nos conocíamos unos


con otros, visitábamos las mismas personas y peleábamos entre
los mismos. Gabriel García Márquez, escribía cuentos en la
revista Mito que dirigía Jorge Gaitán Durán, quien también
estaba en el Consejo de redacción de La Calle; Jorge Child
escribía en ese semanario y tenía una publicación propia, El
Observador; también estaba La Gaceta de Gerardo Molina,
luego en La Nueva Prensa aparecía Alberto Zalamea y Marta
Traba que apoyaban a Fernando Botero en el arte y al MRL en
política. Hasta hicimos una conferencia en el teatro Búho. Como
ves había un sustrato cultural en común, un movimiento cultural
que apoyó a un novelista y ensayista autor de Los elegidos
para que fuese su vehículo de expresión política.56

Es así como, estas publicaciones, entre muchas otras más, dentro de las que se
encontraba, Nueva Crítica, de Álvaro Uribe Rueda, fueron el preludio de este
movimiento y confluirían en el semanario La Calle, vértebra del movimiento,
dirigido también, por Álvaro Uribe Rueda y Alfonso López Michelsen.57 La
vehemencia con que se pronunciaron en las cuestiones políticas, los llevó a
constituirse en la oposición más fuerte que tuvo el Frente Nacional; sus militantes,
levantaron la voz en contra de la alternación partidista, intentando modernizar la
forma de hacer política en el país.58 Álvaro Tirado Mejía, en su artículo de la
Revista Credencial, afirma que: “Tanto en sus revistas como en las interpretaciones
jurídicas y en las diferentes actividades culturales, el MRL representaba una
tendencia de pensamiento modernizante, que expresaba la influencia de las
corrientes intelectuales más activas de la Europa de posguerra, y estimuló el rápido
proceso de transformación cultural que sufrió el país durante los años del Frente
Nacional”.59

45
Carolina Pinzón
De esta forma, Ofelia Uribe de Acosta, quien estuvo integrada a este movimiento
desde el principio, se pronunció desde La Calle. Sus colaboraciones estaban
enfocadas a criticar las prácticas corruptas del bipartidismo – pues tampoco estaba
de acuerdo con el Frente Nacional – las reformas económicas que hacían los
gobiernos y las injusticias sociales;60 no obstante, ella siguió batallando por la
causa femenina: “Al ingresar al MRL, buscaba lograr que la mujer entrara a
participar en los debates políticos y consiguiera un número de representantes de su
mismo sexo en los cuerpos colegiados. Como ya teníamos lo importante [...] se
trataba de [...] luchar desde allí por leyes que garantizaran la situación igualitaria
y participativa de la mujer, la igualdad de salarios, etc.”.61 Sin embargo, pronto, la
desilusión la atraparía por completo. En un artículo, de agosto de 1960, publicado
en este semanario, Ofelia escribió, dejando ver su enorme descontento por los
resultados que la lucha femenina, que se había librado desde los años treinta ,
estaba arrojando: “Ojalá no volvamos a oír decir a las mujeres desde la Cámara de
Representantes, que han ido allá únicamente para ejercitar la bondad y la dulzura,
para embalsamar el ambiente con su perfume de feminidad [...] en esta moderna
etapa de los derechos políticos, a nadie hacen gracia ya ni los van a convencer con
tamañas simplezas”.62 Por otro lado, el sistema de alternación del Frente Nacional,
había terminado por convencerla, de que los ideales y los propósitos de mejorar el
país, no existían en los demás: “ya estaba imperando el clientelismo, el objetivo
era conseguir puestos, escalar posiciones. Comenzaba el clientelismo pero este
nació criado, al amparo del Frente Nacional [...] éste acabó completamente con la
democracia. En primer lugar porque convirtió al país en un botín para repartir [...]
se acabaron los programas, se acabaron los ideales y cada partido ahora lo que
pensaba era en conseguir –sabía que tenía la mitad de los puestos– también porque
la única condición sine qua non de la democracia es que exista oposición”.63 La
desilusión que la invadió, terminó con su militancia. Sobre ella –como decía–
pasó la aplanadora oficial.

Por otro lado, en 1960, estando aún en el MRL, Ofelia viajó a China, Alemania,
Checoslovaquia y otros países; allí aprovecharía para ver de cerca la condición de
las mujeres: “yo las veía trabajando en albañilería, en todo lo que usted quiera, en
igualdad de condiciones a los hombres, las vi haciendo un muro. Pero nunca las ví
en una posición rectora, sino siempre como subalternas”.64 Este viaje, alimentó
también el desencanto que sufrió, por el papel que estaba desempeñando la mujer
en la sociedad, que a diferencia de lo que ella esperaba, no se unió, convirtiéndose
en “carga-ladrillos” –como las llamaba– de los hombres. Sumado a esto, en 1965,
ocurriría un suceso que la devastaría fuertemente: “la muerte de Guillermo, para
ella fue una pérdida devastadora. Ella se dió cuenta, de repente, que él había sido
una de las cosas más sólidas que ella había tenido y que fueron muchos los años en

46
Ofelia Uribe de Acosta. Una mujer adelantada...
que ella se la había pasado mucho tiempo afuera y haciendo cosas, y bueno que
eso estaba bien, pero que casi no lo había disfrutado. Sentía un gran vacío, la
muerte de él fue muy sorpresiva”.65 De esta forma, Ofelia se retiró casi
completamente a la vida familiar, lo último que haría, aún estando en el MRL,
sería escribir su libro: Una voz insurgente, que se publicó en 1963.

En su libro, dejó consignada su lucha, sus motivaciones y preocupaciones: “mi


obsesión siempre fue por dejar rastros de lo vivido. Creía, y todavía creo, que el
proceso vivido fue importante en el contexto del país [...] quise contribuir a que
otras mujeres pudieran tomar mi libro como una especie de punto de partida [...]
Una voz insurgente es un libro que yo documenté paso a paso, y por eso considero
que su mérito está vigente”.66 Así mismo, dedicó un capítulo completo al tema de
la protección infantil, basada en el estado de las leyes que les amparaban y en una
observación detenida de la sociedad, que le permitió registrar su preocupación
sobre la infancia desprotegida en la capital. De igual manera, el tema de la
prostitución y de la educación ocuparon, lugares destacados en su libro. Una Voz
insurgente, fue el resultado, escrito, de una vida entera de lucha, y al leer sus
páginas, estas reflexiones no han perdido vigencia.

Los últimos años


Después de incursionar por el MRL, Ofelia estuvo más dedicada a la vida en
familia que a la actividad política. Sin duda alguna, fue una mujer que sobrepasó
al tiempo. Su enorme vitalidad, inteligencia y fortaleza, unidas a la gran dulzura
que albergaba, la hicieron llevar la vanguardia de la lucha femenina. Su vida, más
que un ejemplo de lucha fue un ejemplo de convicción. Sus últimos años trascurrieron
entre la lectura y la familia. Mujer fumadora, admiradora de Eva Perón y amante
de la poesía, “se enorgullecía mucho de que ella también cocinaba como los dioses,
cosía, sabía dactilograbado, trabajos manuales de toda clase. Decía que la mujer
tenía que ser completa [...] una de sus últimas reflexiones fue con lo que se vino a
llamar el movimiento feminista de los ochenta, con el que tuvo sus divergencias,
porque dijo que eran mujeres que no eran femeninas y que eso tampoco estaba
bien, era más contemporánea en eso, en el sentido de que la mujer es un ser humano
y puede ser igual”.67

En suma, la idea de vivir en una sociedad más equilibrada estuvo presente en la


mente de esta mujer, quien, con persistencia y convicción, batalló cada una de las
luchas que tuvieron que darse para lograr la igualdad femenina. Ofelia, pionera de
estas ideas combatió sin descanso por la consecución de los derechos de las mujeres.
Como toda pionera asumió la parte más difícil de la lucha, puesto que sus ideas
47
Carolina Pinzón
innovadoras y transgresoras para ese entonces (1930-1946) iban unos cuantos
pasos delante de las del resto de mujeres que la acompañaron. Cuando se casó, las
mujeres eran consideradas ante la ley como incapaces: les prohibían manejar sus
propios bienes, el acceso a la universidad y hasta era mal visto que trabajaran.
Ofelia tuvo que pasar por todo esto; sin embargo, su espíritu rebelde la llevó a
actuar hasta el final. Aunque esto le implicara incomprensión y hasta burla, ella
fue una luchadora que se atrevió a ir contra la corriente del pensamiento
tradicionalista de entonces para reclamar lo que por experiencia propia ella veía
natural: La igualdad entre los sexos.

Ofelia, murió en su casa, en Teusaquillo, el cuatro de agosto de 1988, a los ochenta


y ocho años de edad. Dos años antes, un gran amigo, Rafael Maldonado Piedrahíta,
le dedicó estas palabras: “Que lindo encontrarte otra vez en el camino de la vida,
de la lucha y de la ternura [...] tal vez, Ofelia es el último reducto que nos queda de
vida, de lucha por esos valores que fueron capaces de construir un mundo, un
mundo de igualdad, un mundo de posibilidades”.68 Sin duda, la figura de esta
mujer continuará siendo significativa en tanto hombres y mujeres no se atrevan a
pensar como seres humanos sin distinción de clase, raza ni sexo.

48
Notas
* Trabajo de grado dirigido por el profesor Mauricio Archila Neira para optar al
título de Historiadora.
1
Torres, Anabel. Una voz insurgente. “Entrevista con Ofelia Uribe de Acosta”,
en: Laverde T., María Cristina y Sánchez G., Luz Helena. Voces insurgentes.
Fundación Universidad Central. Servicio colombiano de comunicación social,
Bogotá. 1986, pp. 37 y 45.
2
Entrevista con Manuel Ospina Acosta (nieto de Ofelia Uribe de Acosta). Bogotá,
14 de diciembre de 2004.
3
Ofelia Uribe de Acosta, en: “Una voz en el camino”. Programa radial de Caracol
a cargo del periodista Antonio Ibáñez. 1984.
4
Ibíd.
5
Op. cit, Torres, Anabel, p. 28.
6
Ibíd, p. 28.
7
Op. cit, Ofelia Uribe de Acosta, en: “Una voz en el camino”...
8
Ofelia Uribe de Acosta, en: Riascos, Clara. Documental: “La revolución pacífica
de las mujeres”, 1983.
9
El apellido Uribe, proviene del General Uribe Uribe. Fueron cuatro hermanos
que se distribuyeron por el país: uno fue al Huila, otro al Socorro y otro a Antioquia.
Por otro lado, el apellido materno de Ofelia: Durán, proviene del general Justo L.
Durán, general de las guerras civiles de principios del siglo XX.
10
Op. Cit, Torres, Anabel, p. 29.
11
Velásquez Toro, Magdala. “Ofelia Uribe de Acosta. Reivindicación de los derechos
de las mujeres”.
Revista Credencial
(68), agosto de 1995, p. 13.
12
Op. cit, entrevista con Manuel Ospina.
13
Op. cit, Torres, Anabel, p. 29.

49
Carolina Pinzón
14
Op. cit, entrevista con Manuel Ospina.
15
Op. cit, Ofelia Uribe de Acosta, en: “Una voz en el camino”.
16
Op. Cit, entrevista con Manuel Ospina.
17
Ibíd.
18
Uribe de Acosta, Ofelia. Una voz insurgente. Editorial Guadalupe, Bogotá, 1963,
p. 189.
19
Ibíd. p. 197.
20
Op. cit. Torres, Anabel, p. 32.
21
Ibíd, p. 32.
22
Op. cit. p. Voz insurgente, 198.
23
Op. cit. Revista credencial, p. 14.
24
Op. cit. Torres, Anabel, p. 32.
25
Op. cit. Voz insurgente, p. 199.
26
Op. cit. Ofelia Uribe de Acosta, en: Documental: “La revolución pacífica de las
mujeres”...
27
Op. cit. Voz insurgente, p. 200.
28
Ibíd.
29
Op. cit. Revista Credencial, p. 14.
30
Op. cit. Torres, Anabel, p. 32. (La cursiva es mía).
31
Op. cit.Voz insurgente, pp. 202 y 203 y Ofelia Uribe de Acosta, en: “Una voz en
el camino”.
32
Ibíd, Voz insurgente, p. 202.
33
Ibíd.
34
Op. cit. Ofelia Uribe de Acosta, en: “Una voz en el camino”...
35
Op. cit.Voz insurgente, p. 120.
36
Op. cit, entrevista con Manuel Ospina.
37
Op. cit, Ofelia Uribe de Acosta, en: Documental: “La revolución pacífica de las
mujeres”.
38
Ibíd.
39
Ibíd.
40
Op. cit. entrevista con Manuel Ospina.
41
Ibíd.
42
Op. cit. Revista Credencial, p. 15.
43
Op. cit. entrevista con Manuel Ospina.
44
Ibíd.
45
Velásquez Toro, Magdala, “Condición jurídica y social de la mujer”, en Álvaro
Tirado (director), Nueva Historia de Colombia, Bogotá, Planeta, 1989, pp. 56 y
57.
46
Op. cit. Voz insurgente, p. 221.
47
Op. cit. Torres, Anabel, p. 37.

50
Ofelia Uribe de Acosta. Una Mujer Adelantada...
48
Ibíd, pp. 37 y 38.
49
Esta era la frase, con la cual, el periódico se anunciaba semana tras semana.
Tomado de:
Verdad
(1), febrero de 1955.
50
Op. cit. Torres, Anabel, p. 38.
51
Ibíd.
52
Op. cit, entrevista con Manuel Ospina...
53
Ibíd.
54
Ibíd. (La cursiva es mía).
55
Uribe Rueda, Álvaro, en: Tirado Mejía, Álvaro. “El MRL y la cultura en
Colombia”, Revista Credencial (3), marzo de 1990, p. 8.
56
Botero Montoya, Mauricio. El MRL. Bogotá, Publicaciones de la Universidad
Central, 1990, p. 54.
57
Ayala Diago, César. Nacionalismo y populismo. Anapo y discurso político de
la oposición en Colombia. 1960-1966. Bogotá, Universidad Nacional, 1995.
58
Entre sus militantes estaban: Eduardo Humaña Luna, Gerardo Molina, Mario
Latorre, Rafael Maldonado Piedrahíta (gran amigo de Ofelia), Alfonso Castellanos,
Isabel Ospina de Mallarino, Juan Uribe Durán (hermano de Ofelia), Mario Arrubla,
Indalecio Liévano, María Helena de Crovo, Camilo Torres y la lista se extiende
demasiado. Véase: Ibíd, Botero Montoya, Mauricio.
59
Op. cit. Tirado Mejía, Álvaro, p. 11.
60
Op. cit. Revista Credencial, p. 15.
61
Op. cit, Torres, Anabel, p. 39.
62
Uribe de Acosta, Ofelia. “La desorientación organizada”, La Calle, agosto de
1960, p. 14.
63
Op. cit. Torres, Anabel, p. 39.
64
Op. cit. Ofelia Uribe de Acosta, en: “Una voz en el camino”.
65
Op. cit. entrevista con Manuel Ospina.
66
Op. cit. Torres, Anabel, pp. 44 y 45.
67
Op. cit. entrevista con Manuel Ospina.
68
Op. cit. Ofelia Uribe de Acosta, en: “Una voz en el camino”...

51
Piel oscura,
naturaleza
imperfecta: el
legado teológico
y literario
español frente a
la esclavitud del
negro africano
Harold Rincón. Antropología U. N., sede Leticia.

Introducción
Sometidas a la esclavitud por parte de los imperios coloniales de la época, parte de
las sociedades africanas constituyeron la fuerza de trabajo primordial utilizada en
trabajos agrícolas, mineros y domésticos que se llevaban a cabo en las respectivas
metrópolis y en lo territorios coloniales de ultramar, donde se argüía la supuesta
destreza y resistencia física de esta población a la hora de realizar las arduas
labores a que eran sometidos; argumento que en innumerables ocasiones se apoyó
en la complexión física de estos individuos y a la concepción acerca de la tonalidad
oscura de su piel, la que representaría un papel importante a la hora de dirimir las
Harold Rincón
principales razones que justificaban su sometimiento y su supuesta adaptación a
las faenas de trabajo colonial.

Indudablemente, uno de los elementos claves a tener en cuenta a la hora de


argumentar el sometimiento de los africanos fueron aquellas ideas acerca de la
esclavitud natural derivadas del pensamiento griego, específicamente del aristotélico.
Si bien al interior de dicho pensamiento no se hizo explícito de manera directa, la
posible relación entre la complexión y el sometimiento de las poblaciones
esclavizadas, indirectamente el pensamiento aristotélico alude a la supuesta relación
de belleza física con perfección; lo que nos hace deducir que para entonces se
vislumbraba de cierta manera una relación un tanto encubierta entre un determinado
prototipo físico de humanidad y su sometimiento. Con el paso de los siglos y con el
apogeo del pensamiento cristiano en Occidente, dicha concepción aristotélica se
complementaría con los pronunciamientos y disertaciones de la Iglesia en torno a
la relación pecado – humanidad, precisándose incluso la ascendencia de aquellas
poblaciones africanas sometidas y su posible conexión con el estado de pecado
original tan promulgado por el orbe católico. Es así como algunos pronunciamientos
teológicos en torno de la posible relación entre la complexión física y la tonalidad
de la piel, influirá a posteriori en otros discursos y formas de concebir el mundo
de entonces, siendo plausible específicamente en la literatura de la época.

En la segunda parte me detendré en las ideas reinantes que se daban en la mentalidad


de la España de la Edad de Oro donde la pigmentación y el aspecto físico de los
negros era uno de los temas centrales de las obras de teatro y de la literatura
clásica hispana; idea que posteriormente influiría en el surgimiento de categorías
de diferenciación para aquellos negros llegados a América.

A través de este texto es de mi interés converger la visión teológica propia de la


mentalidad religiosa de la época con el pensamiento sociocultural de entonces,
donde la literatura tuvo un papel importante a la hora de interpretar la sociedad y
la cultura ibérica de estos siglos.

El presente artículo surge de un ejercicio académico realizado en funsión del curso


de Historia de América Colonial del programa académico de áreas integradas de la
Universidad Nacional de Colombia, Sede Leticia.

Solo me resta decir que las ideas y el texto que ensegida presento, son de plena
responsabilidad y autoría de quien escribe, basándose en fuentes y bibliografía
escogidas como pertinentes al desarrollo del presente artículo.

54
Piel oscura, naturaleza imperfecta...
De Aristóteles a los eruditos y doctos de la teología escolástica renovada:
un breve recorrido por la concepción de diferenciación corpórea desde
la antigüedad
Los pronunciamientos de Aristóteles en torno de la servidumbre y esclavitud, serán
objeto de estudio y análisis durante los siglos venideros por parte de diversos
estudiosos interesados en la materia. Al respecto, Aristóteles observaba a la
esclavitud como un régimen socioeconómico que hacía parte incluso de la misma
estructura familiar, principal eje de la sociedad que para entonces describía: “la
familia debe componer dos elementos claves: los esclavos y los hombre libres”;
esclavos que eran categorizados en dos clases específicas: “[...] los que nacen en el
seno de una familia esclava y los que se dejan llevar por las condiciones bárbaras”1.

Aristóteles plantearía entonces, que el esclavo por naturaleza se hacía sujeto de


dominio de sus condiciones físicas, al punto de que alma y mente muchas veces
llegaban a supeditarse a lo corpóreo. Para profundizar en esta temática, Aristóteles
toma por modelo la sociedad griega de entonces, donde contrasta la elite social e
intelectual en contraposición a aquellos individuos dedicados a los trabajos agrícolas
y labores manuales que requerían el desempeño físico diario, quienes – según
Aristóteles - no contaban con el tiempo suficiente para ejercitar su mente teniendo
por única alternativa, la aceptación de la dominación de otros con supuestas
capacidades mentales superiores.
La relación arbitraria entre hombres libres y esclavos se acentuaría aún más en
Aristóteles, cuando éste plantea que la naturaleza crea a los hombres con diferencias
corpóreas: mientras a unos les instaura un cuerpo erguido para ocuparse de las
labores de la vida civil –los ciudadanos -, a otros –los esclavos -, un cuerpo fuerte
y rudo, necesario para trabajos que requieren el empleo de la fuerza bruta2.

Es evidente que aquí, Aristóteles además de referirse a la complexión física de los


ciudadanos (hombres libres) versus. esclavos, apunta a relacionar el estado de
perfección de un individuo con un estilo de belleza corpórea que combina la esbeltez
y presencia física con una disposición y manera de ser específica; estado de
perfección o imperfección que se articula con el hecho de ser o no ser esclavizado3:
la belleza corpórea común en los hombres libres que se contrapone a la imperfección,
rigidez y presencia de rasgos “monstruosos”, supuestamente características propias
de los llamados esclavos.
El discurso de los autores paganos específicamente el aristotélico, que expondrá
una diferenciación corpórea vista desde la perfección y la belleza, convergerá con
55
Harold Rincón
los conceptos religiosos de la época, los cuales para explicar el origen de algunas
poblaciones hasta el momento contactadas y en su mayoría desconocidas para
Occidente, recurren a algunos episodios bíblicos donde estas poblaciones se les
relaciona con aquellas tribus descendientes de los hijos de Noé y condenadas por
este patriarca4. Es así como desde la concepción teologal se concibe el origen de
estas poblaciones y específicamente la africana, en un hecho considerado como
pecaminoso que en cierta medida opaca y desluce el devenir futuro, de dichas
sociedades, las cuales desacertadamente quedan relacionadas con la caída de la
parte de la humanidad en estado pecaminoso, oscuro, impuro y en últimas
imperfecto, que tanto se recalcará desde la concepción religiosa y que se relacionará
con la concepción que para entonces se tenía frente a la complexión física y a la
pigmentación corpórea de algunos pueblos y sociedades5.

A pesar de que en el seno del cristianismo y de la iglesia católica se proclamó la


igualdad entre los hombres “Dios ha creado a los hombres libres e iguales, la
sujeción del hombre a otro hombre no es propia de su naturaleza original, sino de
su condición presente”6, es importante recalcar que algunos planteamientos
realizados por grandes personalidades de la Iglesia, se centraron en relacionar la
caída en pecado de los predecesores de algunas tribus hebraicas con un período de
confusión que se dió en parte de la humanidad, donde el estado pecaminoso se
concibió con la lobreguez no solo mental sino física, evidente a través de la negrura,
la penumbra, la opacidad.

Es así como la pigmentación cutánea del negro es tipificada como evidencia de


esa caída en pecado; pigmentación que supuestamente rememoraba las actitudes
relajadas y obscenas de algunos de los descendientes de Noé malditos por el
patriarca y que a la postre se les consideraría seres inermes y ociosos que debían
ser sometidos para controlar sus inclinaciones, pasiones y apetitos. Es así como
poco a poco la piel oscura se relaciona con calificativos que refieren a un estado
indecoroso, rezagado y remiso especialmente en lo espiritual, que se contrapone a
la supuesta moderación espiritual y agilidad mental propia de la poblaciones
«blancas» de Occidente, ya que sus características físicas, denotaban supuestamente
la superioridad de capacidades y aptitudes mentales.

Poco a poco, la concepción sobre belleza corpórea y su relación con la naturaleza


espiritual, sería abordada incluso por las misma forma de expresión artística propia
de la época, donde se asociaría lo negro a lo imperfecto, lo que conducía a pensar
en su posible relación con lo diabólico7. Paulatinamente, el término “negro”
obtendría un valor de carácter peyorativo asociado a lo feo, inferior y salvaje,

56
Piel oscura, naturaleza imperfecta...
características que sirvieron como argumento a la hora de justificar el sometimiento
de aquellas poblaciones de hombres y mujeres de tez oscura8.

Dichas concepciones expresadas por medio de las manifestaciones artística y


culturales, nuevamente fueron apoyadas por las diferentes interpretaciones que
para entonces los teólogos, doctos y dogmáticos de la época dieron en cuanto a lo
sucedido en el episodio bíblico de la maldición de Noé hacia su hijo Cam; episodio
y explicación que fortalecería mucho más el sentido peyorativo de aquellas
poblaciones negras descendientes presupuestamente del imprecado hijo del patriarca.
Si bien, en el siglo XVI se promulgó en el territorio ibero una corriente teologal
renovada9, ésta continuó teniendo como base de sus pronunciamientos las Sagradas
Escrituras que, con sus innumerables episodios bíblicos que sirvieron para justificar
o reprobar la manera como las Coronas estaban conduciendo los territorios y
poblaciones descubiertos.

En el caso específico de la esclavitud, fueron más conocidos y podría decirse


numerosos, los pronunciamientos que teólogos y doctos hicieran desde la afamada
Escuela de Salamanca en contra de la reducción a estado de esclavitud de las
poblaciones amerindias; en tanto que se reveló cierto mutismo frente a la situación
de sometimiento y cautiverio de los negros africanos, apreciados hasta entonces
por la Iglesia como los descendientes de Cam que heredaron de su ancestro su
condición pecaminosa10. No obstante los exiguos pronunciamientos frente a la
situación del negro esclavizado se centrarían específicamente contra el tráfico de
esclavos hacia nuevas tierras y no contra la institución o el mismo régimen de
sometimento11.

Es así como en los siglos XVI y XVII, teólogos y voceros de la Iglesia reflexionaron
tangencialmente acerca de los supuestos nexos entre lo pecaminoso y la tonalidad
de la piel, apoyándose en las Sagradas Escrituras y dirimiendo que era posible
explicar el sometimiento de las poblaciones esclavizadas teniendo como base su
condición de pecado. Podría decirse que esta concepción dilataría en cierta manera
la discusión en torno a la abolición de la esclavitud africana, llegando incluso a
promover entre teólogos y doctos de la Iglesia, un silencio casi que sospechoso.

Si bien entre las principales justificaciones a las cuales se recurrió para razonar
acerca del porqué de la vigencia de la esclavitud africana en contraposición al
siempre criticado sometimiento de los aborígenes americanos, se argumentó la
existencia de esta práctica desde tiempos remotos “unos negros sojuzgaban a
otros y los retenían a su servicio o los vendían”12; práctica que fue retomada por
los europeos del Mediterráneo como parte de su sistema socioeconómico. No

57
Harold Rincón
obstante, el argumento que empuñó durante muchos años la iglesia fue la de declarar
a los negros africanos como individuos y sociedades, algunas de las cuales, eran
adversas a la fe cristiana; argumento que es clave a la hora de entender por qué
el papado – especialmente Nicolás V -, justificó la acción de los portugueses en
pleno continente africano y “bendijo” en cierta medida, el tráfico negrero lusitano13.

En la sociedad ibérica de los siglos XVI y XVII, donde la mentalidad religiosa


supeditó indiscutiblemente los aspectos sociales, políticos, económicos y culturales
de la época, es más que lógico que en dicho contexto sociocultural se consolidara
poco a poco las ideas, pensamientos y reflexiones emanados de los llamados eruditos
y doctos eclesiásticos, llegando a permear las diversas expresiones y manifestaciones
culturales emergentes; entre las cuales se encontraría la literatura desde la que se
haría evidente el imaginario y la mentalidad religiosa preponderante.

La literatura del Siglo de Oro español y la concepción del africano


como esclavo
Adentrándonos de una en la manera como la literatura española del llamado Siglo
de Oro concibió las diversas categorías con respecto al negro africano, podemos
decir que dicha categorización surge a partir de la supuesta correspondencia entre
pagano y salvaje; categorías que serían complementadas con la concepción del
gentil negro como maximización del estado de imperfección. Debido a esta supuesta
situación en la que se hallaba el negro se consideraba como prioritario sacarlo del
aparente estado de miseria espiritual en el que se encontraba en contraposición al
cristiano blanco.

En el caso especialmente hispano, especialemente, se consideró a los negros


africanos como seres humanos en desigual condición al blanco europeo, ya que su
estado de imperfección relacionado con lo anómalo y la fealdad – enfatizando en
este último como desproporción e irregularidad especialmente en la complexión
física -, no les permitía equipararse al hispano14. A este respecto, la literatura
ibérica del Siglo de Oro retoma esta concepción y la fusiona con la terminología
y vocablos empleados en el contexto ibérico para referirse al negro y que en su
mayoría hacían alusión a su complexión física y especialmente, a la pigmentación
de su piel (aunque se referirán a los negros africanos como “etíopes”, los demás
son alusivos a su color de piel: “cara quemada”, “morenos”, “prietos”, “pardos”,
entre otros).

58
Piel oscura, naturaleza imperfecta...
Los vocablos corrientes referente a las características físicas de los negros son
pues la base para señalar la manera como los españoles y concretamente su literatura
testifica las constantes tensiones que en la sociedad de la época se daban entre
hispano y la población negra africana, enfatizando la supuesta naturaleza diferente
entre unos y otros. Es así como las características físicas de los negros con respecto
a su piel, cabello y fisonomía facial (ojos, nariz y boca) se convirtieron en señales
o marcas que caracterizarían a un estamento social que ya hacía parte del contexto
sociocultural hispano.

Un tema recurrente en la literatura de dicho siglo es el alusivo a la manera como se


sustrajo a la población africana de su continente original, aspecto que incidiría
para que desde la propia perspectiva literaria se planteara al negro africano como
individuo carente de una identidad cultural definida, por lo que la comunidad
literaria hispana de entonces los representaría como seres un tanto pueriles,
indefensos y regularmente graciosos; representación que conllevaría a que desde la
literatura se minimizara la verdadera condición de cautiverio y maltrato a que se
veían sometidos.

Prácticamente podría decirse que el negro africano protagonista de las comedias


y de las narraciones literarias del Siglo de Oro, es un individuo recreado por el
contexto sociocultural hispano, donde se le presenta como un ser que acepta inerme
su condición de esclavo y debido a que asiente su miserable condición, poco a
poco se torna un ser gracioso, sin inteligencia alguna, con un lenguaje incorrecto o
rústico que buscaba el ascenso social.

En el escenario del teatro y la comedia, el papel del negro era representado por
actores blancos que se pintaban las manos y la cara de color negro y que además
con su personificación recurrían a emplear metáforas que aludían a la suciedad,
impureza, oscuridad o sombra; condición que era combinada con la caracterización
festiva del negro, representada a través del baile.

Poco a poco la manera como se representaba al negro africano se extendería a


otros contextos literarios europeos desplegándose hacia el continente americano
inclusive donde la realidad era disímil al imaginado mundo literario.

59
Harold Rincón
A manera de conclusión.
El silencio de algunos teólogos y juristas con respecto al tema de la esclavitud
africana, la manera hipotética como los literatos y comediantes de la época
identificaron y clasificaron la supuesta naturaleza disímil entre blancos y negros;
todo esto sumado a los argumentos dogmáticos de la Iglesia basados en la Sagradas
Escrituras permitió que se viera a las sociedades negras africanas con desprecio
siglos mas tarde, generando sentimientos de discriminación hacia individuos y
sociedades que se diferenciaron culturalmente de los ibéricos. Poco a poco se
relacionaría su condición de sometimiento con características fisonómicas
específicas que ayudaría a justificar su sumisión.

En lo que respecta al legado literario español del Siglo de Oro, podría decirse que
hasta nuestros días se siguen empleando las categorías y caracterizaciones burlescas
enraizadas en la mentalidad de la sociedad occidental, la cual en tono irónico ha
tendido a ridiculizar al hombre de tez oscura, a quien se le sigue estigmatizando
por su configuración física y especialmente por su pigmentación.

60
Bibliografía
ANDERSON, Kerby. La raza y las cuestiones raciales. http://www.probe.org/
espanol/raciales.html

ARISTÓTELES. La política. Madrid: Alianza Editorial, 2000. Serie El libro de


bolsillo. Biblioteca temática. Clásicos de Grecia y Roma; 8206. 362 p.

BRADING, David. Orbe indiano. De la monarquía a la república criolla. 1492 –


1867. México: Fondo de Cultura Económica, 1991.

GALLEGO, José Andrés, GARCIA AÑOVEROS, Jesús María. La iglesia y la


esclavitud de los negros. Pamplona: Universidad de Navarra, S.A., 2002.

MOLINERO, Fray Baltasar. La imagen de los negros en el teatro del siglo de oro.
México: Siglo Veintiuno Editores, 1995.

MEJIA NUÑEZ, Guadalupe. La mulata en la expresión artística. México:


Universidad de Guadalajara; Sincronía otoño, 2002.

OBREGÓN, Liliana. “Críticas tempranas a la esclavización de los africanos”.


En: Afro descendientes en las Américas. Bogotá: Universidad Nacional de
Colombia, Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2002. pp.423 – 452.

ZAVALA, Silvio. “Defensa de los derechos del hombre en América Latina”. En:
Por la senda hispánica de la libertad. México: Editorial Mapfre; Fondo de Cultura
Económica, 1992. pp. 13 – 71.

ZAVALA, Silvio. Servidumbre natural y libertad cristiana, según los tratadistas


españoles de los siglos XVI y XVII. Buenos Aires: Instituto de investigaciones
históricas, Facultad de filosofía y letras; Peuser S.A, 1944.
61
Notas
1
En Grecia se denominaba bárbaro a todo aquel que no hablara la lengua griega.
En tanto que en este mismo contexto sociocultural, se consideraba que los hombres
que nacían para servir supuestamente carecían de razón y mientras que su fuerza
física iba en aumento, razón por la cual eran más que aptos para llevar a cabo
trabajos rudos. Justamente esta diferenciación, en donde algunos hombres
aparentemente poseían mayores capacidades mentales y racionales que otros, era
el argumento predilecto para justificar la superioridad y dominio de unos sobre
otros. Véase ARISTÓTELES. La política Alianza Editorial..Madrid 2000. Pág.
206. Al respecto S. Zavala afirma que la distinción y diferenciación entre hombres
libres y esclavos que se dió en las sociedades clásicas es de corte convencional,
producto de un supuesto en donde unos hombres distaban entre sí de acuerdo a sus
supuestas particularidades mentales y físicas; razón que justificó la relación injusta
basada en la fuerza.

2
ARISTÓTELES. La políticaMadrid: Alianza Editorial, 2000. Serie El libro de
bolsillo. Biblioteca temática. Clásicos de Grecia y Roma; Pág. 53. Cáp. V. libro I.

3
“Pero lo cierto es que si los hombres fuesen siempre diferentes unos de otros
por su apariencia corporal, como lo son las imágenes de los dioses, se convendría
unánimemente en que los menos hermosos deben ser los esclavos de los otros; y
si esto es cierto, hablando del cuerpo, con más razón lo sería hablando del alma;
pero es más difícil conocer la belleza del alma que la del cuerpo”.ARISTÓTELES.
La política Madrid: Alianza Editorial, 2000. Serie El libro de bolsillo. Biblioteca
temática. Clásicos de Grecia y Roma. pg. 53 (Cap. V. Libro I).
4
GALLEGO, José Andrés y GARCIA AÑOVEROS, Jesús María. La iglesia y
la esclavitud de los negros. Ediciones Universidad de Navarra.Pamplona:2002.
Pág. 61 – 62.
5
Ibid.
6
ZAVALA, Silvio. Op.cit. Pág.23.
7
En el trabajo de Guadalupe Mejía Núñez se vislumbra la relación estrecha entre
lo negro y lo diabólico cuando la autora se refiere al caso de los artistas de la

62
Piel oscura, naturaleza imperfecta...
época, quienes a la hora de reconocer con recelo la belleza y atractivo de algunas
mujeres negras, no dejan de lado los pronunciamientos que aluden a lo diabólico
como explicación de este atractivo. MEJIA NUÑEZ, Guadalupe. La mulata en la
expresión artística.Universidad de Guadalajara. México 2002.

8
La autora al respecto cita a René Dépestre, quien asegura que se generalizó la
en la sociedad hispana la relación supuestamente existente entre la tez oscura y la
condición de esclavitud, donde el color negro se asociaba además como la fealdad
y la maldad. MEJIA NUÑEZ, Guadalupe. Op.cit. Pag. 40

9
BELDA PLANS, Juan. La escuela de Salamanca y la renovación de la teología
en el siglo XVI. Biblioteca de Autores Cristianos.Madrid 2000. p. 135– 139.

10
Sin hacer parte de la llamada Escuela de Salamanca que promulgaba una teología
escolástica renovada, en el Nuevo Mundo se dieron casos como el del dominico
Bartolomé de Las Casas, quien se opondría a la esclavitud indígena sugiriendo de
manera directa la necesidad de importar y fomentar la presencia de esclavos negros
de africanos hacia América como estrategia para preservar las poblaciones
amerindias BRADING, David. “El gran debate”. En Orbe indiano, de la monarquía
a la república criolla. 1492-1867 Fondo de Cultura Económico. México: 1991.

11
GALLEGO, José Andrés y GARCIA AÑOVEROS, Jesús.Op.cit. Pág. 72.

12
GALLEGO, José Andrés y GARCIA AÑOVEROS, Jesús María. Pág.16. Desde
este mismo enfoque D. Estevao Tavares Bettencourt, OSB en su artículo “O trafico
negro no Brasil e a Igreja” (página web http://www.presbiteros.com.br/
Hist%F3ria%20da%20Igreja/Trafico.htm) señala:

“ Las tribus del África Occidental praticaban la venta de hombres negros


como esclavos. Procuraban asimismo los vencedores en la guerra obtener
algun lucro de la victoria: intercambiaban por dinero o mercancías a los
prisioneros adversarios; quienes preferían ser vendidos como esclavos que
permanecer bajo el dominio de los africanos vencedores; estos trataban
ignominiosamente a los vencidos” (traducción mía).

13
GALLEGO, José Andrés y GARCIA AÑOVEROS, Jesús María. Op.cit. Pág.19
Véase también MOLINERO, Fray Baltasar. La imagen de los negros en el teatro
del siglo de oro. Siglo Veintiuno Editores. México 1995. Pág. 8.

63
¡Un respetuoso
saludo de bienvenida
al señor coronel
Agudelo, rector de la
Universidad
Nacional!
Saúl M. Rodríguez. Historiador U.N.
Desde su fundación la Universidad Nacional de Colombia ha estado íntimamente
relacionada con el acontecer nacional. Su nombre original Universidad Nacional
de los Estados Unidos de Colombia, es sólo una muestra de la cercanía institucional
a la realidad del país en determinados períodos de la historia. En este sentido no
era nada extraño que hacia finales del siglo XIX, las clases se vieran interrumpidas
por las guerras civiles de esa tormentosa centuria o porque los mismos miembros
de la Universidad partieran a luchar en algunas de esas exóticas y caóticas
contiendas.

Precisamente el año anterior que se cumplieron cincuenta años de los fatídicos


acontecimientos del 8 y 9 de junio de 1954, en los que murieron varios estudiantes
de la Universidad. Estos hechos fueron el detonante que quebrantó la buena imagen
y el respaldo que había mostrado la mayoría de la población al gobierno militar del
teniente general Gustavo Rojas Pinilla.

No obstante, en el anaquel de los acontecimientos poco conocidos por la comunidad


universitaria y nacional, se encuentra el corto paso de un militar activo por la
rectoría de la Universidad Nacional. Este es un hecho que no solo es bastante
Saúl Mauricio Rodríguez Hernández
particular dentro de la historia de la propia Universidad, en su larga tradición de
autonomía académica. Sino también frente a la misma historia nacional, pues al
contrario de lo que ha ocurrido en la mayoría de nuestros países vecinos, los militares
colombianos han estado menos de ocho años en el control del gobierno nacional y
su acceso a la gestión administrativa del Estado ha sido marginal.

Durante la década de los cincuenta el panorama nacional sufrió una etapa de


acomodamiento, en la cual los militares colombianos entraron a mediar en el
quebrantado sistema político nacional (1953–1958). Igualmente se hizo común
que ocuparan cargos en la administración pública como alcaldías, gobernaciones e
incluso la dirección de la Contraloría General.

Frente a los fatídicos hechos ocurridos a comienzos del mes de junio de 1954, la
comunidad universitaria sufrió una profunda crisis. Las clases se suspendieron de
forma automática y el entonces rector Julio Carrizosa Valenzuela renunció de forma
irrevocable a su cargo en la tarde del día 8 de junio. Dos días después la rectoría
fue ocupada por el abogado, Abel Naranjo Villegas. La tensión en los días posteriores
se hizo insostenible, los decanos insistían en renunciar debido a que deseaban dejar
el espacio libre para que el rector Naranjo Villegas nombrara a las personas que
debían acompañarlo en su gestión. No obstante, el mismo rector que no solo deseaba
que los decanos continuaran en sus cargos sino también que hicieran todo lo posible
para reanudar las labores académicas. Este último punto fue el motivo de su retiro,
ya que ante la decisión del rector Naranjo de abrir algunas clases y prácticas el día
12 de julio, chocó con la decisión expresa y terminante del Presidente de no abrir la
Universidad hasta nueva orden, siguiendo el mejor estilo militar.

Es así como el 13 de julio de 1954, el coronel Manuel Agudelo entró a ocupar el


cargo de rector interino de la Universidad Nacional por designación del general
Rojas. Las protestas no se hicieron esperar. Incluso el magistrado Arango Vélez,
encargado de investigar la muerte de los estudiantes, ocurrida a comienzos de
junio, dimitió de su labor debido a que consideraba que la medida de nombrar a un
militar en la dirección de la Universidad no iba a causar sino más problemas. El
presidente objetó este argumento pues decía que: “Al llevar a un distinguido
miembro de las Fuerzas Armadas al frente de la Universidad Nacional se establece
una estrecha y conveniente cooperación entre los estudiantes y militares”.

No obstante esta fue una medida poco conveniente. Aunque en los años cincuenta
la relación entre la academia estatal y los militares era menos áspera que la actual,
ya que se consideraba que ambas instituciones hacían parte de un mismo proyecto
nacional, la decisión fue vista como una muestra de intromisión en la vida de la
Universidad y en su tradición de independencia.
66
¡Un respetuoso saludo....

A pesar de ello se permitió que el coronel Agudelo ocupara el cargo de rector, pues
según el Consejo Directivo de la Universidad, el nuevo designado cumplía con los
requisitos exigidos por los Estatutos de la Universidad, entre estos por haber sido
profesor universitario en “pedagogía militar”, en la Escuela Superior de Guerra.

Según el nuevo rector interino su misión en la Universidad era la de lograr el total


normalidad académica. Por tal razón Agudelo decidió seguir con la actividad
administrativa de la institución: aprobó presupuestos para las Facultades y Escuelas,
continuó asignando becas para los estudiantes y hasta realizó gestiones para que la
Universidad volviera a contar con una imprenta propia.

A pesar de ello la comunidad académica siguió insistiendo en que el cargo fuera


ocupado por un miembro de la Universidad. La labor del coronel finalizó en 10 de
agosto, luego de la elección del médico Jorge Vergara como rector. De esta forma
concluyó uno de los pasajes más cortos pero particulares en la ya larga historia de
la Universidad Nacional de Colombia.

Notas
Historiador Universidad Nacional de Colombia. Cofundador del grupo “Relaciones
internacionales y fuerzas armadas”, Universidad Javeriana
– Universidad Pedagógica Nacional. Profesor Universidad Javeriana. Este artículo
se sustenta en un trabajo empírico llevado a cabo en el Archivo Central e Histórico
de la Universidad Nacional de Colombia a finales del año 2003.

67
La subordinación
del trabajo al capital.
Un aviso marxista
de la sociedad
capitalista
contemporánea.
John J.Cárdenas H. Historiador U.N.

Que el decir que la condición más favorable para el trabajo asalariado es el


incremento más rápido posible del capital productivo, sólo significa que cuanto
más rápidamente la clase obrera aumenta y acrecienta el poder enemigo, la riqueza
ajena que la domina, tanto mejores serán las condiciones en que podrá seguir
laborando por el incremento de la riqueza burguesa, por el acrecentamiento del
poder del capital, contenta con forjar ella misma las cadenas de oprimido que le
arrastra a remolque: 1a burguesía1.

Con el presente escrito, lo que se pretende hacer es un análisis de las tesis de Marx
acerca del paso de una subordinación formal del trabajo a una subordinación real
del trabajo en el marco de la sociedad capitalista contemporánea, y ver que dichas
hipótesis, acerca del desenvolvimiento del sistema capitalista, tienen asiento en la
explicación de la sociedad capitalista contemporánea. Para esto, nos valdremos de
varias obras de Marx y además utilizaremos conceptos de algunos escritores que
nos ayuden a comprender cómo esta transición se ha logrado mediante la creación
John J. Cárdenas H.
de una ética del trabajo por parte del capital que trae como consecuencia la
mistificación del capital, en cuanto que se autoafirma como único creador de valor
y hace que el individuo acepte esta realidad instaurando una nueva moral basada
en la “ética del trabajo”, mediante la cual lo que hace es luchar por su esclavitud
como si se tratase de su libertad.

La transición
Partiremos por decir que la transición de una sociedad de tipo feudal a una de tipo
capitalista, no fue espontánea y por el contrario necesitó de dispositivos extremos
para poder realizarse, entre ellos la construcción de una “ética del trabajo”, mediante
la cual los entonces siervos estuviesen en “disponibilidad” para formarse como
masa de fuerza de trabajo; esto conduce a pasar de producir, para satisfacer
necesidades propias y garantizar la reproducción de los productores, a producir
para el capital. Si se mira detalladamente este proceso implica muchas pérdidas y
pocas ganancias. Pero entonces ¿cómo se hizo que la gente trabajara?. Primero,
despojándola de cualquier posesión sobre algún factor productivo, para lo cual el
mecanismo propicio fue la expulsión de las tierras de los otrora “señores feudales”
que ahora en vez de albergar en sus tierras a sus siervos, a cambio de una renta
(sobre todo en especie), prefieren dedicarlas para la crianza de ovejas, que debido
a las condiciones del sistema económico emergente produce mayores rendimientos.
Segundo, con el discurso moral de la “ética del trabajo”, bajo el cual el trabajo es
el estado normal de los seres humanos; no trabajar es anormal, e incluso no trabajar
implica sanciones morales graves contra el que disfruta de los placeres de la
“holgazanería”. Además, era necesario instituir en la masa de trabajadores una
conciencia laboral que implicaba el acomodarse a largas jornadas de trabajo en un
mismo sitio, realizar la misma tarea durante todo el día, etc.

Con este escenario, el trabajador pasa de ser un actor que produce para satisfacer
sus necesidades, a ser una pieza más en el proceso de producción de capital. Se
pasa de un proceso de producción de subsistencia a un proceso de producción para
el mercado. Por otro lado se pasa de una economía de la “carencia” a una economía
del “deseo”, pero un deseo que en sí mismo es una “producción industrial” en la
cual la ética del trabajo juega un papel primordial, en cuanto determinante de este
deseo. En Deleuze y Guattari se puede observar cómo en el sistema específicamente
capitalista, el deseo no es una carencia, sino una producción, y no una producción
cualquiera sino una “producción industrial”. Lo importante de esto es observar
cómo las necesidades no son naturales, ni simples estados subjetivos o sicológicos
de los individuos basados en una no-posesión, sino que son producto de la sociedad
industrial de la cual emerge una producción de necesidades, una producción
70
La subordinación del trabajo al capital...
industrial del deseo, una producción de consumo. Como dice Marx, no existe
carencia, existe pasión como “ser objeto natural y sensible”. No es el deseo el que
se apoya sobre las necesidades, sino al contrario, son las necesidades las que derivan
del deseo: son contraproductos en lo real que el deseo produce.. Deleuze y Guattari
con respecto al análisis del deseo afirman: “El deseo se convierte entonces en este
miedo abyecto a carecer. Pero justamente esta frase no la pronuncian los pobres o
los desposeídos. Ellos, por el contrario, saben que están cerca de la hierba y que el
deseo necesita pocas cosas, no estas cosas que se les deja, sino estas mismas cosas
de las que no cesa de desposeerles y que no constituían una carencia en el corazón
del sujeto, sino más bien la objetividad del hombre. El ser objetivo del hombre,
para el cual desear es producir, producir en realidad. Lo real no es imposible, por
el contrario, en lo real todo es posible, todo se vuelve posible.”2

El sistema específicamente Capitalista


Hay que tener en cuenta que la ética del trabajo acude como dispositivo para
responder a la necesidad del capital de capturar el sobretrabajo de los obreros
(además para hacer que este sea más productivo). Sin embargo, es importante
resaltar que esta ética sólo puede emerger en un sistema específicamente capitalista;
en este sentido es menester desarrollar aspectos fundamentales de este sistema.

El Capital
¿Qué es el capital? cierta cantidad de trabajo acumulado y puesto en reserva.:

“El capital está formado por materias primas, instrumentos de trabajo y medios
de vida de todo género que se emplean para producir nuevas materias primas,
nuevos instrumentos de trabajo y nuevos medios de vida. Todas estas partes
integrantes del capital son horas del trabajo, productos del trabajo, trabajo
acumulado. El trabajo acumulado que sirve de medio de nueva producción es el
capital.”3

En un primer momento se encuentra la acumulación de capital que juega un papel


paradójico en el sistema capitalista, pues de una parte es presupuesto para su
funcionamiento y a su vez es un fin en sí misma, es decir, la acumulación de
capital es lo que permite que se dé el proceso productivo (en términos específicamente
capitalistas, es decir, producción a gran escala); por eso Marx habla de una
acumulación originaria de capital, sin embargo, esta acumulación también es el fin
último del sistema, en cuanto permite la reproducción del capital. En otras palabras,
71
John J. Cárdenas H.
el capital tiene una dinámica en la cual el objetivo es la producción, que permite
una acumulación, que a su vez permite una nueva producción y que en últimas
permite que el sistema se perpetúe.

Por ello quizás es que autores como Gilles Deleuze se refieren al capitalismo como
un sistema esquizofrénico, pues tiene como objeto el producir por el hecho de
producir, para lo cual se valen de dispositivos tales como producción de producción
y producción de consumo. Además, esta acumulación tiende por un lado a garantizar
la demanda de un mayor número de trabajadores, pero por otro lado, y este tiene
peso considerablemente mayor, a disminuir el salario. De esta forma lo analiza
Marx en una de sus obras:

“(…) cuanto más crece el capital productivo, más se extiende la división


del trabajo y la aplicación de maquinaria. Y cuanto más se extiende la división
del trabajo y la aplicación de la maquinaria, más se acentúa la competencia
entre los obreros y más se reduce el salario.”4

Por otro lado, el capital tiene como finalidad su valorización, la cual se obtiene a
partir de la fuerza de trabajo que es la que produce valor, es decir, tratar de
maximizar la plusvalía que se obtiene del sobreproducto del trabajo asalariado.
Otra vez en palabras de Marx:

“El motivo propulsor y la finalidad determinante del proceso de


producción capitalista son, ante todo, obtener la mayor valorización posible del
capital, es decir, hacer que rinda la mayor plusvalía posible y que, por tanto, el
capitalista pueda explotar con la mayor intensidad la fuerza de trabajo.”5

Por consiguiente, el capital presupone el trabajo asalariado, y este el capital. Ambos


se condicionan y se engendran recíprocamente.

Para Marx, el capital se divide en capital fijo y en capital variable (fuerza de


trabajo), pero de estos dos componentes solo el segundo genera valor, ya que el
primero es trabajo vivo acumulado e incluso un aumento de la plusvalía a partir de
un aumento en la productividad como consecuencia de la utilización de maquinaria
y tecnología no es consecuencia del capital en cuanto tal, sino del trabajo vivo,
pues esta maquinaria y esta tecnología son trabajo vivo acumulado en sí mismos.

Además para Marx, el capital y el salario son irreconciliables en una relación


inversa pues la dicha de uno es la desdicha del otro. Por el hecho de que en cuanto
fuerza social independiente, es decir, en cuanto fuerza en poder de una parte de la

72
La subordinación del trabajo al capital...
sociedad, se conserva y aumenta por medio del intercambio con la fuerza de trabajo
inmediata, viva. Este punto se ve reflejado en la siguiente afirmación: “La existencia
de una clase que no posee nada más que su capacidad de trabajo es una premisa
necesaria para que exista el capital.”6. Incluso Marx hace una distinción entre
salario real, salario nominal y salario relativo; el salario real es la cantidad de
otras mercancías que se pueden intercambiar por la mercancía fuerza de trabajo, el
salario nominal es el valor de cambio de la fuerza de trabajo, es decir el dinero que
se otorga al obrero, y el salario relativo es la proporción del valor generado por la
fuerza de trabajo que el obrero obtiene en relación con la plusvalía, fruto de la
misma fuerza de trabajo que el capitalista usurpa. En este sentido puede pasar, y
usualmente sucede, que el salario nominal aumente, arrastrando consigo a la alza
al salario real, pero el salario relativo disminuya como consecuencia de un aumento
en la proporción de la plusvalía tomada por el capitalista de la actividad productiva;
en este caso, el proletariado se estará pauperizando, así el salario real aumente,
pues “el hombre es por naturaleza, si no un animal político, como entiende
Aristóteles, por lo menos un animal social”7, y sus condiciones de vida social están
marcadas por la sociedad misma. Por ejemplo, si en una sociedad todos tienen
casas pequeñas, un obrero que tenga una casa pequeña no se “sentirá” ni será
efectivamente pobre; por el contrario, si un obrero tiene una casa pequeña, cuando
ciertos capitalistas tienen mansiones gigantescas, entonces el obrero se sentirá pobre
y lo será efectivamente. Por esto, el concepto fundamental para evaluar la condición
material de los trabajadores en la sociedad está signado por el salario relativo, y
este a su vez es históricamente, la prueba de la pauperización de la clase proletaria
basado en la explotación capitalista. Dice Marx al respecto:

“Las relaciones sociales en que los individuos producen, la relaciones


sociales de producción, cambian, por tanto, se transforman al cambiar y
desarrollarse los medios materiales de producción, las fuerzas productivas. Las
relaciones de producción forman en conjunto lo que se llaman las relaciones,
sociales, la sociedad, y concretamente, una sociedad con un determinado grado
de desarrollo histórico. Una sociedad de carácter peculiar y distintivo.”8

Para continuar con nuestro análisis de una manera sistemática es menester citar a
Marx en lo concerniente al precio de la mercancía:

“EI precio de venta de la mercancía producida por el obrero se divide


para el capitalista en tres partes: la primera, para reponer el precio desembolsado
en comprar materias primas, así como para reponer el desgaste de las
herramientas, maquinaria y otros instrumentos de trabajo adelantados por él, la
segunda, para reponer los salarios por él adelantados, y la tercera, el remanente
73
John Jairo Cárdenas Herrera
que queda, después de saldar las dos partes anteriores, la ganancia del
capitalista. Mientras que la primera parte se limita a reponer valores que ya
existían, es evidente que tanto la suma destinada a reembolsar los salarios
abonados como el remanente que forma la ganancia del capitalista salen en
su totalidad del nuevo valor creado por el trabajo del obrero y añadido a
las materias primas. En este sentido, podemos considerar tanto el salario
como la ganancia, para comprarlos entre si como partes del producto del
obrero.” 9.

En este sentido la relación entre salario y ganancia es inversa, a lo cual se objetaría,


y es de nuestro caso analizarlo, que la ganancia puede aumentar por medios
diferentes a la disminución del salario, por ejemplo mediante el empleo de nuevas
técnicas o mediante la utilización de maquinaria y tecnología. Pero Marx hace el
análisis en términos relativos, pues si el capital y sobre todo la plusvalía aumentan
de la forma descrita (plusvalía relativa), incluso sin disminuir el salario, este estaría
disminuyendo en relación a la ganancia, es decir el capital se estaría apropiando de
una mayor proporción del valor generado a costa del trabajo ajeno (recordemos
que el capital para Marx es trabajo acumulado), lo cual complementa el argumento
de la irreconciliable relación entre salario y capital, y más aún:

“[Es mentira] Que si el capital crece rápidamente, pueden aumentar


también los salarios, puesto que aumentarán con rapidez incomparablemente
mayor las ganancias del capitalista. La situación material del obrero habrá
mejorado, pero a costa de su situación social, el abismo social que le separa del
capitalista se habrá ahondado.”10

En todo caso, el desarrollo de las fuerzas productivas planteado por Marx obedece
a su materialismo histórico, pues los diferentes estudios de la historia constatan el
progreso constante de las fuerzas productivas, y de las cuales se desprende el
sistema capitalista tal y como ya lo comenzaba a observar el propio Marx en su
época. Además Marx concibe como una alternativa analítica el paso del capitalismo
al socialismo mediante la pérdida de la enajenación de la clase trabajadora, que
considera que el desarrollo alcanzado de las fuerzas productivas no le pertenece
sino que le concierne exclusivamente al capital. Marx a la vez considera que cuando
el proletariado asuma la posesión del desarrollo de las fuerzas productivas al servicio
del individuo y por ende de toda la sociedad, se estará pasando del estadio del
capitalismo al estadio del socialismo.

74
La subordinación del trabajo al capital...

Fuerza de trabajo
Marx en este tema lo que propone es el análisis de las relaciones económicas
implícitas y explícitas en la relación salarial obrero-capitalista. Con este fin, parte
de caracterizar al salario como el precio de la mercancía fuerza de trabajo, que
como toda mercancía se mide por el tiempo socialmente necesario para su producción
y reproducción, o lo que es lo mismo, por su costo de producción. Salario es el
precio que el capitalista paga por consumir la mercancía fuerza de trabajo; a su
vez, este precio no es una parte del precio de la mercancía obtenida del proceso
productivo de la fuerza de trabajo, pues tanto las máquinas como la fuerza de
trabajo son mercancías que el capitalista adquiere previamente al proceso productivo
y las consume en el mismo. Lo que sí sucede es que el capitalista incluya el costo
del desgaste de la fuerza de trabajo en el precio de la mercancía, es decir, si por
ejemplo una máquina que ha comprado el capitalista se consume en 10 años,
entonces el capitalista añadirá la décima parte del precio de la maquina anualmente
al precio de las mercancías producidas en el proceso productivo, lo mismo sucede
con la fuerza de trabajo.

Pero el precio que el capitalista paga por la mercancía fuerza de trabajo, lo paga
individualmente y no colectivamente así haga uso de la fuerza social que emana de
la cooperación de los trabajadores más que de la capacidad individual de trabajo,
pese a que al capital (o mejor al capitalista) no le interesa el trabajador en cuanto
individualidad, a pesar de que se lo contrate individualmente y no colectivamente;
al capital lo que le interesa es el trabajador en cuanto que hace parte de una masa
de trabajadores a la cual comandará.

“El papel directivo del capitalista no es totalmente una función


espacial que se desprende de la naturaleza del proceso social del trabajo,
como algo inherente a él, es también una función de explotación en el proceso
social del trabajo, función determinada por el inevitable antagonismo entre
explotador y la materia prima de su explotación.”11

Como se ha dicho, la capacidad de creación de valor, recae exclusivamente en la


clase obrera, pero este valor obtiene su realización en el proceso de circulación, es
decir, que la valorización del capital se logra realizar efectivamente en el proceso
de circulación, como diría Marx: “La circulación del capital es realizadora del
valor, así como el trabajo vivo es creador de valor.”12

Por otro lado es importante resaltar, y es uno de los puntos que queremos destacar
en el presente escrito, la capacidad del capital para someter, no de una manera
75
John Jairo Cárdenas Herrera
violenta en un sentido físico pues la violencia es muy distinta, es una violencia
subjetiva, es una violencia enajenante, es una violencia que se instituye mediante
la imposición de códigos, sobre todo morales, que hacen que los trabajadores luchen
por ponerse al servicio del capital, bajo el supuesto de una “vida correcta”. La
ética del trabajo supone en este sentido un tipo muy particular de violencia, la cual
se da a partir de la remodificación de la vida social en miras de proteger al capital,
para que pueda cumplir con su función esencial, cual es la apropiación de la plusvalía
o la apropiación de la materialización del trabajo ajeno:

“ En el capital la asociación de los trabajadores no está impuesta por medio de la


violencia física directa, el trabajo forzado, servil o esclavo, está impuesta porque las
condiciones de producción son propiedad ajena y existen ellas mismas como asociación
objetiva que es lo mismo que acumulación o concentración de las condicones de
producción” 13

Cooperación
Cabe resaltar, además, el proceso de cooperación que el sistema específicamente
capitalista logra desarrollar a gran escala y que para Marx se alcanza en su forma
más desarrollada a partir del siglo XVI, momento a partir del cual se empieza a
desarrollar con mayor acentuación la subordinación real del trabajo al capital,
pues basado en la cooperación que el capital promueve, el sistema hace más fácil
que se logre la valorización del capital mediante el aumento de la productividad del
trabajo, sobre todo a partir de la división del trabajo que la cooperación propicia,
con el consiguiente mejoramiento de la técnica e incursión de tecnología. En este
sentido, la división del trabajo alcanza niveles de exacerbación, pues se logra que
un individuo realice la misma actividad durante todo el día y que el trabajo ya no
se constituya como la esencia misma del ser humano por el cual ha conseguido
llegar a los niveles históricos en que se encuentra, sino que ahora se empieza a
vivir precisamente cuando se termina de trabajar. A esto también lo podemos ubicar
dentro de lo que Marx llama la enajenación del trabajo, pues por un lado el fruto
del trabajo, el producto, ya no pertenece al trabajador sino al capitalista, pero
además de esto, el trabajo deja de ser la actividad realizadora de la esencia del
hombre, por el contrario, se convierte en la actividad enajenante por naturaleza de
la misma esencia del hombre. Por esto es tan importante el surgimiento de la ética
del trabajo, pues ella logra construir “bálsamos” morales que permiten que la
explotación y la enajenación sean menos evidentes, ya que el “trabajo es natural al
hombre”. Se diría en este aspecto que el trabajo es natural al hombre, pero la
explotación es natural al capital.

76
La subordinación del trabajo al capital...
En todo caso Marx resalta la capacidad del capital de crear una fuerza social de
gran envergadura, como la de reunir en torno suyo y en un mismo lugar a muchos
hombres que bajo el comando del capitalista y mediante la división del trabajo,
alcanzan niveles de productividad inmensos, pues la cooperación que surge como
nueva condición productiva lleva a un aumento en la acumulación del capital, y
como diría Marx, el obrero depende, para que su condición material mejore, de
que el capital se acumule más eficazmente. A la vez este aumento en la acumulación
y es, en sí mismo, la perpetuación de la condena de los trabajadores, cayendo así
en un circulo vicioso en el que la no reproducción del sistema capitalista produciría
la muerte de la clase obrera, al tiempo que la reproducción del sistema significa no
solo la pauperización de los obreros, sino que los capitalistas perpetúen su
dominación sobre aquellos.

Plusvalía absoluta - Subordinación formal del trabajo al capital;


Plusvalía relativa -Subordinación real del trabajo al capital .

Examinemos ahora lo que para Marx significa subordinación real del trabajo. En
Marx llega a este concepto a partir del análisis hecho de la plusvalía, la cual se
puede obtener de dos maneras: absoluta o relativamente para el primer caso, lo que
se hace es prolongar la jornada de trabajo, con un mismo salario, entendiendo por
salario el precio de la mercancía fuerza de trabajo, para de esa manera obtener una
mayor plusvalía. Es decir, Marx divide la jornada laboral en dos partes, en la
primera el trabajador lo que hace es producir el valor de su reproducción y en la
segunda el valor producido en el excedente de tiempo (plusvalía) lo toma el
capitalista, es decir, que el proceso de trabajo se convierte en el instrumento que
permite la autovalorización del capital, de la creación de plusvalía. Bajo esta
plusvalía absoluta se desprende la subordinación formal del trabajo al capital, en
otras palabras “El proceso de trabajo se subsume en el capital (es su propio
proceso) y el capitalista se ubica en él como su dirigente, conductor; pero éste es al
mismo tiempo, de manera directa, un proceso de explotación de trabajo ajeno.”

Pasemos al concepto de plusvalía relativa, donde Marx plantea dos caminos para
conseguir su aumento (con el tiempo de la jornada de trabajo constante). Por un
lado “hacer descender el salario del obrero por debajo del valor de su fuerza de
trabajo”14, aunque Marx hace la acotación de que en el nivel de abstracción en el
que él se encuentra no considerará este camino, pues:

77
John Jairo Cárdenas Herrera
“aquí partimos del supuesto de que las mercancías, incluyendo entre
ellas la fuerza de trabajo, se compran y venden siempre por todo su valor (…)
Por tal motivo se desprende que para que disminuya el tiempo necesario para
producir la fuerza de trabajo o reproducir su valor no disminuirá por el hecho de
que el salario del obrero quede por debajo del valor de su fuerza de trabajo, sino
que para ello será indispensable que disminuya este mismo valor. (…) Para ello,
es indispensable que la capacidad productiva del trabajo aumente.¨ 15

De Marx podemos dilucidar que una de las causas que provocan el paso de la
subordinación formal del trabajo al capital a subordinación real, consiste en que:

“uno de los objetivos mismos del sistema específicamente capitalista,


cual es la acumulación de capital, pues mientras ésta se de en mayor medida,
mayor será la masa trabajadores demandada por el capital y por lo tanto la
masa de trabajo asalariado crece, con lo cual “la dominación del capital se
extiende a una masa mayor de individuos.”16

y en consecuencia, la productividad del trabajo aumenta fruto de la división del


trabajo y la utilización de maquinaria y tecnología en el proceso productivo, con lo
cual la plusvalía relativa tiende a crecer.

Para Marx la fuerza de trabajo combinada es la que aumenta la productividad y


por tanto se asocia con la producción de plusvalía relativa pues tiende a hacer más
productiva la jornada de trabajo. Además para Marx: “(…) la fuerza específica de
la jornada de trabajo combinada es la fuerza productiva social del trabajo o la
fuerza productiva del trabajo social”17, pero este tipo de plusvalía puede obtenerse
en un sistema netamente capitalista, pues es allí donde por medio de la cooperación
se crea el concepto de ‘trabajo social’; Marx diría: “Esta fuerza productiva brota
de la misma cooperación”18, cooperación que se potencia en el sistema capitalista
debido a las circunstancias espaciales y temporales que ello atañe, pero además,
de la producción, su objeto, etc. Coincide directamente con el desarrollo de las
fuerzas productivas.”21

6
Marx, Karl. Trabajo asalariado y capital. Madrid Editorial Planeta de Agostini,
1985, pág. 18.
7
Marx, Karl. El capital. Crítica de la economía política Fondo de cultura
económica México. Tomo I, cap. XI, pág. 263.
8
Marx, Karl. Trabajo asalariado y capital. Editorial Planeta de Agostini, 1985,
pág. 17.
9
Ibid, pág. 22-23.

78
La subordinación del trabajo al capital...
“La cooperación de los obreros asalariados tiene, pues, como condición
material la concentración de grandes masas de medios de producción en manos
de cada capitalista,. y el enlace de la cooperación o la escala de una producción
depende del grado de concentración de estos elementos.”19

Y en el capítulo “Cooperación” de “El Capital” podemos ver claramente cómo se


pasa de un estado formal a un estado real del trabajo a expensas del mando del
capital:

“En un principio, el mando del capital sobre el trabajo aparecía


también como una consecuencia puramente formal el hecho de que al obrero,
en vez de trabajar para sí, trabajáse para el capitalista y, por tanto, bajo su
dirección. Con la cooperación de muchos obreros asalariados, el mundo del
capital se convierte en requisito indispensable del propio proceso de trabajo,
en una verdadera condición material de la producción. Hoy, las órdenes del
capitalista en la fábrica son algo tan indispensable como las órdenes del
general en el campo de batalla.¨ 20

Producción
El momento de la producción, es el momento en que el capital se valoriza, por ello
la capacidad única de generación de valor es la fuerza de trabajo, que es en últimas
la que produce valor, que a su vez es capturada por el capital.

La velocidad que implica la circulación del capital: M -D - M (mercancía, dinero


mercancía) en la primera etapa M-D que es el caso de la producción, implica una
maximización que se logra con la implantación de la plusvalía relativa al acto del
producir y generando la subordinación real del trabajo, pero la velocidad de
circulación que se da en la segunda etapa (de circulación) es la que permite que el
valor se “realice”, es decir, que el capital cumpla con su función reproductora.
Incluso, con la implantación del sistema específicamente capitalista, el tiempo entra
a ser protagonista de la nueva lógica de producción, pues no es tanto el espacio
sino el tiempo, y sobre todo la velocidad la que empezará a regir el sistema.

“La mayor o menor permanencia del capital dentro de la esfera del proceso
productivo depende de las condiciones tecnológicas de aquel y él quedará
dentro de esta fase por distinta que tenga que ser la duración según el tipo

79
John Jairo Cárdenas Herrera
Para concluir y responder a los planteamientos realizados durante el escrito es
pertinente decir que el capital en cuanto productor único de valor, parte de la
concepción construida a partir de la “ética de trabajo”, a partir de la cual se considera
al trabajo como algo bueno pero no como fuente de valor, es decir se pasa de una
sociedad basada en el valor-trabajo a una basada en la necesidad de trabajar debido
a causas morales. Así, el capital logra construir una ética en la cual despoja al
trabajo de su característica esencial de creador de valor y la reemplaza por la
necesidad de trabajar en cuanto instrumento de legitimidad ante la sociedad.

En el presente escrito se trató de mostrar cómo el desarrollo, por parte del capital,
de la plusvalía relativa, que trae consigo la subordinación real del trabajo al capital,
ha logrado ahora transmutar todos los valores de las sociedades precedentes. A
medida que la plusvalía relativa se desarrolla en el sistema específicamente
capitalista y que la productividad social del trabajo crece, las fuerzas productivas
y las conexiones sociales del trabajo parecen separarse del proceso productivo,
pasando del trabajo al capital. “De este modo, el capital se convierte en un “ser”
muy misterioso, pues todas las fuerzas productivas parecen nacer en su seno y
pertenecerle.”22 Esto se ha logrado a través del montaje de dispositivos tales como
la ética del trabajo, y que fue analizada en el presente escrito.

Notas
1
Marx, Karl. Trabajo asalariado y capital Madrid, Ed. Planeta de Agostini,
1985, pág. 25.
2
Deleuze Gilles y Guattari, Félix. El anti-edipo capitalismo y esquizofrenia.
Ediciones paidos. 1985, Pag. 34.
3
Marx, Karl. Elementos fundamentales para la crítica de la economía
política:1857-1858¨, Vol. 2, Buenos Aires, Siglo XXI editores, tercera edición,
1972, pág.16.
4
Marx, Karl. Trabajo asalariado y capital. Madrid. Obras maestras del
pensamiento contemporaneo.Ed planeta de Agostini, 1985, pág. 31.
5
Marx Karl. El capital. Crítica de la economía política Fondo de cultura
económica. México. 1972. Tomo I, cap.XI, pág. 267.

6
Marx, Karl. Trabajo asalariado y capital. Madrid Editorial Planeta de Agostini,
1985, pág. 18.
80
La subordinación del trabajo al capital...
7
Marx, Karl. El capital. Crítica de la economía política Fondo de cultura
económica México. Tomo I, cap. XI, pág. 263.
8
Marx, Karl. Trabajo asalariado y capital. Editorial Planeta de Agostini, 1985,
pág. 17.
9
Ibid, pág. 22-23.
10
Ibíd., pág. 25.
11
Marx, Karl. El capital. Críitica de la economía política México Fondo de cultura
económica. México. 1978. Tomo I cap XI, pág. 267.
12
Marx, Karl. ¨ Elementos fundamentales para la crítica de la economía
política,1857-1858¨, VOl 2.Siglo XXI editores. Buenos Aires.1972. Pág 35.
13
Ibid, pág 93.
14
Marx Karl. El capital. Críitica de la economía política.Fondo de cultura
económica.Tomo I cap X,pag 251
15
Ibid. Marx, Karl.Trabajo asalariado y capital,Obras maestras del pensamiento
contemporáneo, ed planeta de Agostini, 1985 pag 20.
17
Marx, Karl. El capital. Crítica de la economía política.Fondo de cultura
económica.Tomo I cap XI pag 265.
18
Ibid
19
Ibid, pág. 266.
20
Ibid.
21
Ibid, pág. 5.
22
Marx, Karl. El capital. Crítica de la economía política México Fondo de cultura
económica, Tomo III cap. XXV, pág. 19.

81
Bretton Woods:
asegurando el
ciclo financiero
en un nuevo
orden
internacional
Santiago Colmenares. Historiador U.N.

El primero de Julio de 1944 ochocientas personas se reunían en el Hotel Mount


Washington, en Bretton Woods, New Hampshire, para inaugurar oficialmente la
Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, históricamente
recordada como la Conferencia de Bretton Woods. Eran los meses finales de la
Segunda Guerra Mundial, y 169 delegados oficiales provenientes de 44 países se
reunían con el ánimo de que tras la inminente derrota de los ejércitos fascistas,
existieran los arreglos internacionales necesarios para “prevenir la desorganización
de las divisas y el hundimiento de los sistemas monetario y crediticio; asegurar la
restauración del comercio exterior, y proporcionar el enorme volumen de capital
que será necesario en casi todo el mundo para la reconstrucción, la ayuda
humanitaria y la recuperación económica.”1

El presente capítulo pretende desarrollar tres ideas: en primer lugar se analizarán


las implicaciones que tuvo para los países latinoamericanos la creación de las
Santiago Colmenares
instituciones de Bretton Woods, haciendo énfasis en la dinámica de flujos de capital
y financiamiento externo de estos países. En segundo lugar se intentará dar una
explicación sobre los factores primordiales que influyeron en los acuerdos firmados
en la conferencia de Bretton Woods: el regreso al oro como metal de referencia
monetaria y la creación del Fondo Monetario Internacional y del Banco Internacional
de Reconstrucción y Fomento con la misión de promover el crecimiento económico
de los países en el marco de un mundo abierto y libre al comercio multilateral.
Para ello se mostrará la preponderancia de la posición que Estados Unidos, como
principal potencia mundial de la segunda posguerra, tuvo en el contenido de dichos
acuerdos, especialmente en lo referente al nuevo patrón monetario internacional y
la creación del Banco Mundial. Finalmente, basado en un estudio financiado por el
mismo banco, analizaré la evolución de las relaciones entre el Banco Mundial y
Estados Unidos, deteniéndome en las implicaciones que ello tuvo para las políticas
del Banco Mundial y su acción en Colombia. Este último punto resulta muy
importante debido a que este trabajo parte del supuesto de que para poder explicar
el accionar del Banco Mundial en los países en desarrollo, un punto importante de
inflexión – no el único, desde luego – lo constituye la política exterior norteamericana
y su posición respecto a la ayuda multilateral a lo largo de la segunda mitad del
siglo XX.

1.1 La ruptura en el ciclo y modalidades de financiamiento de los


países latinoamericanos
Según un estudio reciente, “el modelo de los bancos multilaterales de desarrollo es
una de las más importantes innovaciones institucionales del último medio siglo en
el ámbito internacional.”2 En efecto, antes de la creación de los bancos multilaterales,
los países con un ahorro interno débil, es decir, los subdesarrollados, se veían
obligados a recurrir al financiamiento externo mediante la emisión de bonos en los
mercados de capital, operaciones que se realizaban por intermedio de bancos
comerciales privados.3 Debido a que las sucesivas crisis del capitalismo moderno
y en especial la gran depresión de los años 30 mostró la volatilidad del sistema y
los efectos económicos adversos considerables que golpeaban a los países en los
períodos de depresión económica, en especial a los países con economías
dependientes como los latinoamericanos, en las postrimerías de la Segunda Guerra
Mundial las grandes potencias vieron la necesidad de darle un nuevo aire
institucional a la economía internacional, con el ánimo de superar los problemas
monetarios, financieros y comerciales existentes en esos años. Para ello se requería
crear un tipo de instituciones multilaterales que le dieran estabilidad a la economía

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Bretton Woods:asegurando el ciclo financiero...
internacional, apoyaran el crecimiento económico de los países y promovieran los
flujos internacionales de bienes y capital de manera libre.

El sistema de banca multilateral de desarrollo4 entró así a funcionar bajo una


estructura financiera que pareció muy novedosa. Básicamente se trataba de crear
unos bancos con capacidad para emitir bonos de alta calidad y riesgo casi nulo en
los mercados de capital. Los recursos obtenidos serían canalizados a los países
con problemas estructurales de ahorro interno, con el ánimo de financiar su
reconstrucción (en el caso de países destruidos por la Segunda Guerra Mundial) y
desarrollo económico. De esta manera se creaba un blindaje muy fuerte a los ciclos
depresivos de la economía internacional, debido a que una eventual suspensión de
pagos por parte de los países endeudados, no conduciría inmediatamente a un
pánico financiero o a una recesión internacional, debido a que los BMD tendrían la
solidez financiera para continuar pagando sus obligaciones a los inversionistas
privados y tenedores de bonos de la banca multilateral. De igual manera, aquellos
inversionistas en posesión de papeles de deuda de gobiernos latinoamericanos,
aunque en períodos de crisis sí tendrían motivos para sentir algún vacío en el
estómago, siempre podrían mantener su fe en los rescates financieros que los BMD
o el FMI estarían en capacidad de ejecutar.

De esta manera se puede observar a las claras que la principal función que se lo
otorgó a estas nuevas instituciones, desde el punto de vista de los inversionistas
privados europeos y norteamericanos, es el de cumplir un papel anticíclico en los
flujos de capital internacional. De acuerdo a esto, en un principio, pero como
veremos luego sólo en un principio, se podría observar al sistema creado como
funcional tanto a los intereses del capital financiero, como a los intereses de las
economías dependientes. Ambos quedan protegidos de los ciclos recesivos de la
economía internacional: los primeros obteniendo la garantía de recibir puntualmente
el capital invertido, bien sea de bonos vencidos de la banca multilateral (que
invariablemente obtienen la calificación AAA en las agencias de riesgo) o de papeles
de deuda de economías dependientes en crisis, pero rescatadas por las instituciones
financieras internacionales y los países desarrollados; los segundos - las economías
dependientes - logrando mantener mal que bien un flujo de recursos netos positivo
o por lo menos no tan negativo en los mismos períodos de crisis.

La solidez financiera de la BMD comentada anteriormente deviene de su estructura


de capital, específicamente su baja tasa de capital total a volumen de préstamos,
que en casos como el del Banco Mundial y otros bancos multilaterales es de uno a
uno. Esto significa que el volumen de préstamos no puede superar el capital
autorizado. Por su parte, el capital autorizado se compone de la suma de capital

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Santiago Colmenares
pagado, capital exigible y reservas. El capital pagado y las reservas es el capital
efectivamente poseído por el banco. El capital exigible es el capital que el banco
está en capacidad legal de cobrar a los países accionistas que lo componen en caso
de necesidad. Esta estructura de capital hace que los bonos de los BMD tengan un
riesgo supremamente bajo, y por lo tanto puedan ser emitidos a muy bajo costo.
Lógicamente, esto también permite que los préstamos otorgados por los BMD a
los países de ingresos medios y bajos también tengan unos costos inferiores a los
ofrecidos por las fuentes privadas de financiamiento.5

Cuando se compara las crisis financieras internacionales del siglo XIX o la Gran
Depresión con las crisis financieras ocurridas desde los años 70 del siglo XX hasta
la actualidad, se puede observar una diferencia importante: las crisis del siglo XIX
y la Gran Depresión tuvieron un impacto más largo en el tiempo, e implicaron una
suspensión de flujos internacionales de capital más profunda. Al margen de otras
consideraciones que sería importante analizar con mayor detenimiento, un hecho
que salta a la vista cuando tratamos de explicar esta diferencia es que la Gran
Depresión y las crisis que le precedieron ocurrieron en un mundo donde no existía
ningún marco institucional global para el manejo o “administración” de la crisis.
Por el contrario, las crisis de la segunda mitad del siglo XX contaron con este
marco, proporcionado por las instituciones de Bretton Woods. Durante las crisis
que han ocurrido en los últimos 25 años, bancos multilaterales, Fondo Monetario
Internacional y potencias mundiales han afrontado con relativa eficacia la situación
mediante dos estrategias: respaldo financiero a los países afectados para garantizar
la continuación de los pagos a los inversionistas, y presión para implantar severos
ajustes económicos en las economías dependientes afectadas con el objetivo de
recuperar su capacidad de pago inmediata y futura. Como afirma Marichal, “el
poder conjunto de los bancos comerciales y las agencias multilaterales es mucho
mayor [hoy en día] que el que pudieron movilizar en épocas anteriores aquellos
banqueros extranjeros involucrados en los empréstitos latinoamericanos.”6

Mirando la historia financiera mundial resulta claro, entonces, que el efecto más
relevante causado en Bretton Woods fue el de iniciar un proceso de creación de
instituciones cuya principal función, con una perspectiva histórica de larga
duración, ha sido la reducción drástica de los costos económicos, sociales y políticos
que en la historia anterior del capitalismo devenían de los períodos recesivos de la
economía internacional. A pesar de esto, la justificación que se dió en Bretton
Woods para la creación del Banco Mundial fue la de crear una institución que
canalizara el ahorro privado y oficial hacia la reconstrucción de Europa – objetivo
prontamente abandonado tras la expedición del Plan Marshall – y para “desarrollar
los recursos y la capacidad productiva del mundo, prestando especial atención a

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Bretton Woods:asegurando el ciclo financiero...
los países menos desarrollados, para elevar el nivel de vida y las condiciones
laborales en todas partes, para hacer los recursos del mundo más plenamente
disponibles para toda la humanidad.”7 En efecto, si se revisan los empréstitos
otorgados por el Banco Mundial a lo largo de su historia, es claro que su destinación
la constituyen aquellos rubros que a lo largo de la historia del Banco se consideraron
como los ejes promotores del desarrollo.

Así, entre 1947 y 1960 la destinación principal de los préstamos del Banco Mundial
a la región fue el desarrollo de infraestructura, con 1.033,4 millones de dólares. En
la década del 60, y a la luz de los postulados de la política exterior norteamericana,
el banco amplió su perspectiva sobre la manera de lograr el desarrollo económico,
de manera que aparecieron tímidamente los préstamos para desarrollo social con
123,1 millones de dólares, aunque la destinación central siguió siendo la
infraestructura. En los setentas se profundizó la tendencia iniciada en la década
anterior, mientras que en los 80, y sobre todo a partir de la reforma ocurrida al
interior del Banco en 1987, la nueva filosofía planteada considera que los efectos
benéficos esperados de sus préstamos no han sido del todo satisfactorios debido a
las malas políticas económicas de los países receptores. En consecuencia se observa
un fuerte incremento de los préstamos destinados a mejorar las políticas económicas,
a modernizar los Estados y a hacerlos más eficientes. El conjunto de políticas
asociadas a esta mejora son, en términos generales, las que se sintetizan en el
Consenso de Washington. De acuerdo con esto cerca del 25% de los préstamos
dados a la región en los 80 fueron para los programas de Ajuste Estructural y
Sectorial (11.020 millones), aumentando en los 90s a 33,5% (20.060 millones).
Debido a los efectos adversos para las capas medias y bajas que en el corto plazo
el Banco Mundial explícitamente reconoce en las reformas, el 36,6% de los
empréstitos se destinaron a Desarrollo Social en los 90 (21.933 millones).

En resumen, las dos principales novedades introducidas por Bretton Woods en la


dinámica de los flujos internacionales de capital fue: primero, crear un marco
institucional para mantener cierta estabilidad en el sistema financiero y en el flujo
de capitales, mediante un comportamiento anticíclico en los momentos de crisis o
de dificultades en las balanzas de pagos en los países subdesarrollados.8 Segundo,
iniciar el proceso de creación de instituciones para el financiamiento del desarrollo
de países, la primera de las cuáles fue el Banco Mundial.

1.1.1 Un modelo de desarrollo superavitario


Una última característica del diseño institucional creado en Bretton Woods, que
constituye más una continuidad que una ruptura, es que debido a que el
financiamiento del desarrollo introducido en 1944 siguió el esquema de flujos de
87
Santiago Colmenares
capital a manera de préstamos desde los países centrales hacia la periferia, a lo
largo de la historia de las relaciones entre el Banco Mundial y los países
latinoamericanos – y en esto Colombia no es la excepción – se ha condicionado el
otorgamiento de créditos a que los proyectos a los cuáles se destina los recursos
estén diseñados a ser auto sostenibles financieramente. Esto significa que el proyecto
financiado debe tener una tasa de retorno suficientemente amplia para posibilitar
el pago del capital prestado y los intereses. En el caso de préstamos para reformas
estatales o reformulación de políticas económicas, generalmente el objetivo central
es el ajuste de las finanzas públicas, de manera que el país prestatario logre un
equilibrio fiscal, lo cual implica capacidad de pago de deuda externa.

1.2 Keynes vs. White: la nueva estructura de poder económico


internacional

Como consecuencia de la Primera Guerra Mundial y sobre todo con la Gran


Depresión de los años 30, el mundo conoció una situación de incertidumbre respecto
a la situación monetaria mundial. El patrón oro fue dejado a su propia suerte, y no
existía un sistema monetario internacional claro, lo cual, sumado a la crisis
económica que se desató a partir de finales de los años 20, llevó a los países a
establecer barreras a su comercio y al flujo de capitales mediante políticas
proteccionistas, predominio de acuerdos bilaterales en detrimento de la
multilateralidad comercial, controles a los flujos de capitales, entre otros. Esto
llevó a un repliegue de la economía internacional y a la regionalización del
intercambio, formándose áreas comerciales y monetarias.

El cometido principal de la conferencia de Bretton Woods fue crear un sistema


capaz de restaurar las condiciones para promover el movimiento de capitales y de
mercancías libre y multilateral. La conferencia se desarrolló a partir de dos
propuestas: el “Plan White”, formulado por Harry Dexter White, técnico del
Departamento del Tesoro de Estados Unidos, y el “Plan Keynes”.

Según Mónica Baer y Samuel Lichtensztejn, Bretton Woods representó el


enfrentamiento entre el viejo imperialismo inglés y el emergente norteamericano,
por definir las nuevas reglas de juego del sistema financiero internacional.9 No
obstante, resulta evidente que el enfrentamiento fue desigual, debido a que se da en
un contexto de asimetrías estructurales de poder internacional: la consolidación de
Estados Unidos como primer potencia mundial al final de la Segunda Guerra

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Bretton Woods:asegurando el ciclo financiero...
Mundial, y consecuentemente, la preponderancia del Plan White en la conferencia
de Bretton Woods.

En principio, tanto la propuesta de Keynes como la de White se basaron en la


necesidad de lograr el equilibrio y la multilateralidad en las relaciones económicas
internacionales. La prioridad de Gran Bretaña y Europa en general era recuperarse
de la destrucción causada por la guerra, estabilizar sus destrozadas balanzas de
pagos y evitar una depresión económica. Concomitantemente con eso, el Plan Keynes
proponía una Unión Internacional de Compensaciones fuerte, con un capital inicial
de 26.000 millones de dólares. Por el lado estadounidense, la prioridad giraba
alrededor de consolidar su hegemonía en la economía internacional y asistir a Europa
directamente en su reconstrucción. El Fondo de Estabilización que proponía el
Plan White sólo constaba de 5.000 millones de dólares, teniendo en mente más
bien asistir a Europa en su reconstrucción por un medio más directo, como luego
sería el denominado “Plan Marshall.”10

La conferencia de Bretton Woods concentró buena parte de sus energías en dos


puntos centrales. El primero, la definición de un patrón monetario internacional,
vió el triunfo de la propuesta consignada en el Plan White, que consistió en
restablecer el oro como instrumento de reserva internacional. Toda moneda nacional
podía ser medio de pago internacional si era convertible a oro. El interés
norteamericano al hacer esta propuesta fue que, al ser EEUU el país con mayores
reservas mundiales de oro (en ese momento poseía el 70% de las reservas
mundiales) y tener un comercio fuertemente superavitario, el dólar se volvía “la
divisa clave y moneda de reserva obligada en el sistema financiero internacional y
en el Fondo.”11 Según un asistente a la conferencia de Bretton Woods y asesor
del gobierno norteamericano en estas cuestiones, “la incompatibilidad del patrón
oro – dólar con un cambio en el valor de paridad del dólar no fue considerado
importante en 1944, cuando parecía inconcebible que el dólar tuviera que ser alguna
vez devaluado. Fue un problema serio a finales de los sesenta, sin embargo, cuando
hubo grandes déficit de pagos en Estados Unidos.”12

Keynes, al oponerse a esta propuesta, “buscaba impedir la supremacía del dólar


como moneda internacional y la posibilidad de que la creación de ésta quedáse
supeditada, como finalmente sucedió, a las políticas internas y a la proyección
mundial de Estados Unidos”.13 En su lugar proponía la creación de una Unión
Internacional de Compensaciones que funcionaría bajo una nueva forma de dinero
y cuyo objetivo sería establecer reglas financieras internacionales claras y financiar
a los países con insuficiente liquidez.

89
Santiago Colmenares
El segundo punto en disputa también vió el predominio de la propuesta
norteamericana. Consistía en cómo lograr el equilibrio internacional, lo cuál tiene
que ver con las políticas de ajuste de las balanzas de pago. En este punto, ambos
planes preconizaban eliminar todas las restricciones al comercio internacional y
sus formas de pago. Sin embargo, la propuesta de Keynes admitía controles a los
movimientos de capital de corto plazo y su concepción de estabilidad cambiaria
era más flexible que la asumida en el Plan White y concretada en los estatutos del
FMI. La propuesta de White consistió en implantar relaciones cambiarias fijas y
convertibilidad obligatoria. La de Keynes se apoyaba más en mecanismos de
compensación y aconsejaba límites a los procesos de convertibilidad a oro de las
monedas.

Una diferencia importante entre las dos propuestas es que según el Plan Keynes los
mecanismos de ajuste de balanza de pagos debían aplicarse tanto a países deficitarios
como superavitarios. Por el contrario, el Plan White sólo concebía la implantación
del ajuste para el caso deficitario. “De esta forma, Estados Unidos quedó desde un
comienzo a salvo de rendir cuenta de sus políticas económicas, mientras todo el
peso de los ajustes, generalmente depresivos, se descargaba sobre los países que
recurrieran a solicitar el apoyo del FMI por problemas derivados del déficit en la
balanza de pagos.”14

Lo anterior muestra claramente que el nuevo sistema monetario internacional, lejos


de pretender establecer un sistema neutral que beneficiara tanto a países
desarrollados como en vías de desarrollo, entre los cuáles contaban numerosos
Estados nuevos surgidos de los procesos de descolonización, se organizó alrededor
de los intereses comerciales y financieros de una sola nación: Estados Unidos.
Tampoco fueron neutrales las instituciones creadas con el objetivo de reorganizar
la economía internacional y promover el desarrollo de los países. Como veremos a
continuación en relación al Banco Mundial, el hecho de haberse ubicado su sede
central en Washington es quizás el menor de los síntomas.

1.3 Hegemonía de Estados Unidos en el Banco Mundial: algunas


implicaciones para el mundo en desarrollo
La influencia de Estados Unidos sobre el Banco Mundial ha sido históricamente
determinante en casi todas las políticas asumidas por el mayor Banco Multilateral
de Desarrollo del mundo.15 Como se mencionó anteriormente el Banco Mundial no
solo nace del Plan diseñado por Harry Dexter White y acogido en la conferencia de
Bretton Woods, sino que también de 1945 a 1960 casi todo el personal del Banco
90
Bretton Woods:asegurando el ciclo financiero...
es estadounidense, el presidente del Banco por tradición ha sido norteamericano –
y generalmente un norteamericano muy cercano a la Casa Blanca – y desde la
presidencia de McCloy a finales de los años 40 del siglo pasado, el presidente del
Banco Mundial ha trabajado muy de cerca con el Director Ejecutivo de EEUU
ante el Banco. Por otra parte, por lo menos hasta mediados de la década del sesenta
el papel de EEUU también fue central para la consolidación financiera del Banco
Mundial y por ende para posibilitar su existencia. En efecto, de los 9.100 millones
de dólares iniciales que tuvo el Banco como capital, 3.175 millones correspondieron
a la suscripción estadounidense (34,9% del total).16 En la práctica, la importancia
de EEUU fue mucho mayor debido a que como el porcentaje de capital pagado17 se
componía en un 10% en dólares u oro, y el resto en la moneda de cada país; y como
en los años siguientes a la Segunda Guerra Mundial no existía todavía confianza
en los mercados de capitales de monedas distintas al dólar - además del hecho de
que muchas de ellas no eran todavía convertibles - para efectos financieros sólo la
suscripción de capital de EEUU tuvo relevancia. Fue la que le dió entrada a los
bonos del Banco a los mercados de capital, y por ende la que posibilitó las
operaciones de préstamo del Banco Mundial durante los cincuenta. A parte, durante
los primeros 10 años de existencia del Banco, el 85% de sus bonos se denominaron
en dólares, y la mayoría de estos bonos se vendieron en el mercado estadounidense.
Así pues, la importancia de Estados Unidos para el Banco Mundial fue mucho
mayor de la que se observa sobre el papel.

Con lo anterior no se pretende afirmar que el Banco haya sido históricamente un


apéndice del Departamento de Estado norteamericano. Como muestra Catherine
Gwin, la relación entre el Banco y EEUU ha tenido varias etapas, algunas bastante
conflictivas como se verá luego. Sin embargo, es evidente que cuando se trata de
explicar el comportamiento histórico del Banco respecto a un país o grupo de
países, uno de los mayores ejes de esa explicación – y en algunos casos el mayor –
resulta ser la política exterior de EEUU hacia esa región o país y la valoración que
en cada momento EEUU ha hecho sobre la utilidad de la banca multilateral de
desarrollo para el logro de sus objetivos. Por esta razón, en lo que resta de este
capítulo se sintetizarán las relaciones históricas sostenidas entre el Banco Mundial
y su principal accionista, resaltando las implicaciones que ello ha tenido para las
políticas del Banco respecto a los países latinoamericanos haciendo énfasis en el
caso Colombiano.

Según Gwin, tres objetivos guiaron la política de EEUU hacia el Banco hasta
principios de los años sesenta: construir una organización que promocionara la
estabilidad y el crecimiento de una economía mundial abierta y libre, aliviar la
carga de EEUU para la asistencia económica a otros países, y apoyar países de

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Santiago Colmenares
importancia estratégica para sus intereses. Para todos estos objetivos, los
mecanismos de ayuda multilaterales resultaban funcionales a sus propósitos.18 Por
el lado de su política exterior, en los años sesenta el objetivo central de EEUU se
concentró en detener la influencia del comunismo soviético mediante una política
de mejoramiento de las condiciones de vida y desarrollo económico en los países
capitalistas subdesarrollados. Esta política se materializó en América Latina en la
Alianza para el Progreso, la consolidación de programación de ayuda bilateral a
través de la USAID y los cuerpos de paz. La combinación de estos factores tiene
como resultado que en la década del sesenta EEUU presione al interior del Banco
Mundial para que éste expanda sus programas en países de bajos ingresos, en
especial aquellos programas destinados a mejorar la productividad de las zonas
rurales.

En lo que atañe a Colombia, en 1966 se aprobó un préstamo por 16,7 millones de


dólares destinados a un programa de fomento ganadero y en 1967 un préstamo por
9 millones de dólares para un proyecto de riego y drenaje agrícola. Sin embargo,
más importante que esto fue el apoyo que tuvo por parte del BM el “Plan general
de desarrollo económico y social” de 1961, más conocido como Plan Decenal. Este
Plan, en cuya formulación hubo una amplia participación de la CEPAL, y cuyo
objetivo básico era el logro del desarrollo económico del país mediante un aumento
sustancial de la inversión pública en el levantamiento de una infraestructura
moderna, tuvo un amplio apoyo de parte del Banco quien se encargó de financiar
algunos proyectos, y sobretodo ayudar al país para conseguir financiamiento de
otras fuentes públicas y privadas. En este mismo sentido, el caso de Colombia
resulta ejemplar en cuanto al alto nivel de complementación que alcanzó las labores
del Comité Internacional de la Alianza para el Progreso y las del Banco Mundial.

A finales de los años sesenta el apoyo de EEUU hacia el Banco comienza a


deteriorarse. El factor clave para explicar este cambio de actitud de EEUU hacia
la banca multilateral es el deterioro de la situación económica en Estados Unidos,
causado principalmente por el esfuerzo fiscal realizado en la guerra de Vietnam y
por la crisis petrolera de 1973. Si a mediados de los años 50 el PIB de EEUU
representaba el 35% del PIB mundial, en 1973 este porcentaje había bajado a
26%.19 Por otra parte, debido a la abundancia de dólares en el mundo, en 1971 las
autoridades monetarias de EEUU se ven obligadas a devaluar la divisa. Esto hace
que la anterior política de asistencia a los países capitalistas subdesarrollados como
antídoto anticomunista empiece a verse como demasiado costosa y poco efectiva
en muchos casos. Algunos años más tarde en un estudio redactado por el Congreso
de EEUU se dice que la política para el mundo en desarrollo aplicada en los años
cincuentas y sesentas “fue progresivamente abandonada a finales de los sesentas y

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Bretton Woods:asegurando el ciclo financiero...
setentas, no tanto por algún consenso nacional de que la amenaza soviética hubiera
declinado, sino por la sensación de que la experiencia de Vietnam demostró que
una política así, cuando severamente puesta a prueba, resultó excesivamente cara
y no necesariamente efectiva.”20

No es extraño entonces que la política de la zanahoria fuera gradualmente cambiada


por la del palo: el apoyo a dictaduras militares represivas y esencialmente
anticomunistas. De esta manera, la década del setenta va a estar mediada por la
tensión producida entre los planes expansivos del Banco bajo la presidencia de
Robert McNamara, y los planes contractivos de EEUU respecto a su participación
en la banca multilateral de desarrollo. Lo anterior va a tener como efecto que en la
década del setenta el Banco Mundial va a obtener una mayor autonomía.21 La
relación entre el Banco y los países prestatarios va a estar mucho menos intermediada
por los elementos de la política exterior norteamericana y más por las políticas
económicas que el Banco considera óptimas.

En Colombia, el período que va entre la expedición del decreto 444 de 1967 y la


crisis de las relaciones entre el país y las instituciones de Bretton Woods en 1984
podría catalogarse como el período “clásico”, en el sentido de que es el período en
donde la relación se restringe más – aunque no únicamente – a las funciones que se
le dió al Banco a finales de los años 40: el financiamiento del desarrollo. Como
veremos en los capítulos siguientes, en esos años la principal labor del Banco en
Colombia fue servir de intermediario para conseguir financiamiento externo tanto
de fuentes oficiales como privadas, principalmente a través del Grupo de Consulta.
Desde luego, consecuentemente con la definición de desarrollo que el Banco acogió
a finales de los sesenta y sobretodo a partir del discurso de McNamara en Nairobi
en 1973, mucho más amplia y abierta a las cuestiones sociales, la destinación de
los préstamos del Banco al país tuvo destinaciones más variadas, con participación
de proyectos para agua y alcantarillado, vivienda e incluso educación. Sin embargo,
la injerencia del Banco en la política económica del país también fue muy importante,
principalmente en las reformas tributarias y otras medidas fiscales de esos años.

En 1977 llega a la presidencia de EEUU Jimmy Carter, el cuál desde un principio


manifestó una opinión favorable a la participación de EEUU en el financiamiento
de países desarrollados mediante la banca multilateral. No obstante, los tejemanejes
de la política interna, especialmente los desacuerdos con el congreso estadounidense,
hicieron que en este período continuaran las dificultades entre el Banco y EEUU.
En efecto, mientras la rama ejecutiva era partidaria de la ayuda multilateral y de
usar el poder de EEUU en la BMD para apoyar ciertas políticas y países, el congreso
no era tan partidario de que EEUU asumiera mayores cargas con la BMD, y era

93
Santiago Colmenares
mucho más radical en cuanto a emitir una legislación que prohibiera el uso de
dineros de EEUU entregados a los bancos multilaterales para préstamos a países
que el Congreso consideraba que violaban los derechos humanos, o países
socialistas.22 Dos consecuencias importantes resultaron de esta situación: por un
lado, se rompió el consenso bipartidista que históricamente había existido respecto
al apoyo por parte de EEUU a los bancos multilaterales. A partir de ese momento
se dividió el apoyo entre un sector mayoritario del republicanismo, hostil a la
ayuda multilateral y los demócratas que eran acusados por parte de aquellos de
favorecer a países comunistas. La segunda consecuencia fue que debido a la
estrategia de Carter, en donde para lograr que se aprobara las recapitalizaciones
de los BMD se redactaban contrapartidas que se consideraba satisfactorias para
los sectores del congreso hostiles a la ayuda multilateral, tales como solicitar la
reducción de la carga relativa de EEUU entre otros, se tornó en costumbre que
cada ronda de negociaciones de recapitalización se sujetaba a distintos tipos de
condicionamientos.

Con estos antecedentes llega la primera administración Reagan, y por primera vez
un presidente electo hace explícita su hostilidad hacia estos mecanismos de ayuda
de EEUU al mundo en desarrollo. El gobierno anuncia que estudiará detalladamente
cuál será el papel futuro de EEUU frente a la ayuda multilateral. El documento
resultante, aunque lleno de críticas, es sorpresivamente favorable y resalta la
importancia que tiene para un país como EEUU participar activamente en la ayuda
por mecanismos multilaterales.23 Tres recomendaciones principales hace el informe
sobre las políticas que EEUU debe impulsar por medio de la banca multilateral
1) mayor adherencia de los países a mercados más abiertos y libres y mayor énfasis
del sector privado como vehículo hacia el crecimiento. 2) trabajar para asegurar
que el otorgamiento de empréstitos por la BMD esté sujeto a la adopción de reformas
en los países prestatarios. Esto significa apoyo a instrumentos como los Structural
Adjustment Lending (SAL) y los Sectoral Adjustment Lending (SECAL). 3)
procurar reducir el peso financiero de EEUU sobre la BMD. Como esto implica
reducir el monto global de los recursos públicos disponibles para el desarrollo, se
recomienda propugnar para que cada vez más los países financien sus economías
mediante fuentes privadas, principalmente emisión de bonos en mercados de capital.
Lo que se sigue de esto es tan obvio como trascendental para los países en desarrollo:
en el contexto de la crisis de la deuda latinoamericana, el despegue de programas
de ajuste estructural y sectorial de estos países con el Banco Mundial y de programas
Stand By con el FMI, que básicamente perseguían la adopción de políticas de
ajuste económico en la dirección del llamado consenso de Washington.

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Bretton Woods:asegurando el ciclo financiero...
En el caso de Colombia, en 1985 se firma con el BM un préstamo por 300 millones
de dólares para un “proyecto de diversificación de exportaciones y política
comercial” en donde básicamente el país consolida su política de apertura económica,
política que se profundizaría mucho más en la década siguiente. Al año siguiente
se firma el “Proyecto de política comercial y agrícola” por 250 millones de dólares
que sigue la misma línea del anterior y en 1987 se firma el “Programa de ajuste del
sector eléctrico” por 300 millones de dólares. Por el lado del FMI, y muy de la
mano de Roberto Junguito, uno de los Ministros de Hacienda que hubo en esos
años, se firma el acuerdo de “monitoría”, una especie de Stand By no formal que a
juicio de algunos expertos resultó más estricto y rígido para el país que si se hubiera
firmado un programa formal de ajuste.24

Según Gwin el cambio de actitud de EEUU hacia la banca multilateral a mediados


de los años 80 se explica por 2 factores: prolongación de la crisis de la deuda
latinoamericana más allá de lo previsto en un primer momento y reemplazo de
Donald Reagan por James Baker como Secretario del Tesoro. Siguiendo con esta
autora, al menos tres consideraciones convergieron para que EEUU se decidiera a
rediseñar su política frente a la deuda externa latinoamericana: 1) debido al súbito
cese del flujo de capitales de bancos comerciales hacia países latinoamericanos, se
desataron recesiones en los países que hicieron que las exportaciones de EEUU
decrecieran notablemente. 2) Debido a la fuerte disminución de la ayuda bilateral
de EEUU y a las presiones del Congreso para no desamparar a los bancos
comerciales, las Instituciones Financieras Internacionales como el FMI y el Banco
Mundial tenían que jugar un rol clave en la recuperación del crecimiento, y por
ende en la capacidad de pago de los países endeudados. 3) El gobierno
estadounidense estaba convencido de que los SAL y SECAL del Banco Mundial
serían una herramienta muy útil para lograr que la crisis de la deuda condujera a
una mayor liberalización de mercados y preponderancia del sector privado en la
economía, lo cual favorecía sus intereses económicos.25

Lo anterior no significa que el Banco Mundial haya abandonado sus tradicionales


préstamos de destinación específica para proyectos de infraestructura o programas
sociales. Pero es claro que en los últimos 20 años el Banco ha cumplido un papel
clave en la reforma neoliberal en los países subdesarrollados a través de sus
préstamos de ajuste estructural y sectorial. En el caso concreto de Colombia el
asunto toma actualmente dimensiones considerables dado que si bien durante gran
parte de la década de los 90 fueron pocos los empréstitos firmados en base a
programas de ajuste estructural o sectorial, desde 1999 hasta el presente se han
contratado casi 3000 millones de dólares en empréstitos de este tipo, lo cual duplica
al tan cacareado “Plan Colombia”.26

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Santiago Colmenares
En conclusión, el sistema monetario internacional y las instituciones surgidas de la
conferencia de Bretton Woods no fueron neutrales, sino que fueron pensadas para
responder a ciertas funciones y objetivos que no benefician de manera simétrica a
todos los países del mundo. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial
fueron creados en la época en que EEUU se consolidaba como primera potencia
mundial, de manera que su creación reflejó la posición oficial de EEUU a cerca de
cómo debía funcionar la economía mundial, cómo se debían transferir los recursos
y cuáles eran los criterios para tomar decisiones de inversión. Esto hizo que desde
el principio EEUU tuviera una importante influencia sobre el Banco Mundial,
influencia que a pesar de no ser homogénea a lo largo del tiempo, resulta un
importante punto para explicar la política del Banco Mundial en general o hacia
algún país en particular. En los capítulos que siguen se analizarán las relaciones
entre el Banco Mundial y Colombia, tratando de seguir el rastro a la influencia del
primero sobre las políticas económicas adoptadas en el segundo. Como veremos,
para poder explicar el desarrollo de esta relación habrá que mantener la atención
sobre los elementos desarrollados en este capítulo.

96
Notas
*Capítulo de la monografía de grado para optar al título de Historiador dirigida por
el Profesor Oscar Rodríguez.
1
Banco Mundial. Banknotes. Washington: Julio, 1956. Citado En: George, Susan,
y Fabrizio Sabelli. La religión del crédito: El Banco Mundial y su Imperio Secular.
Barcelona: Intermón, 1996. pp. 33
– 34
2
Sagasti, Francisco. La banca multilateral de desarrollo en América Latina. Santiago
de Chile: Naciones Unidas; CEPAL, Unidad de Estudios Especiales, Mayo de 2002.
p. 7
3
Un análisis histórico de este sistema para América Latina se encuentra en Marichal,
Carlos. Historia de la deuda externa de América Latina. Madrid: Alianza Editorial,
1988.
4
En adelante BMD.
5
Sagasti, La banca multilateral de desarrollo en América Latina, p. 9
6
Marichal, Historia de la deuda externa de América Latina, p. 276
7
Palabras de Keynes ante los miembros de la comisión II en la Conferencia de
Bretton Woods. Citado En: George y Sabelli, La religión del crédito, p. 39
8
CEPAL. Globalización y desarrollo. Brasilia: Naciones Unidas; CEPAL, 2002.
pp. 136
– 147
9
Baer, Mónica, y Samuel Lichtensztejn. Fondo Monetario Internacional y Banco
Mundial: Estrategias y Políticas del Poder Financiero. Caracas: Editorial Nueva
Sociedad, 1989. Las ideas que a continuación siguen se basan en gran parte en las
desarrolladas por estos autores.
10
Baer y Lichtensztejn, Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, p. 26
11
Baer y Lichtensztejn, Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, p. 27

97
Santiago Colmenares
12
Mikesell, Raymond. The Bretton Woods debates: a memoir. Princeton: Princeton
University, International Finance Section.
No. 192. Marzo de 1994. p. 59
13
Baer y Lichtensztejn, Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, p. 28
14
Baer y Lichtensztejn, Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, p. 29
15
Incluso una investigación financiada por el propio Banco Mundial con motivo
de su aniversario número 50 reconoce abiertamente este punto de vista.
Ver: Kapur, Devesh, John Lewis, y Richard Webb. The World Bank: It
’s first half century.
Washington: Brookings Institution Press, 1997. 2 vols.
16
Estos datos y los que siguen son tomados de Gwin, Catherine.
“U.S. Relations with the World Bank, 1945 - 1992.” En: Kapur, Lewis y Webb,
The World Bank: It
’s First Half Century, Vol. 2, pp. 195 - 274.
17
El capital total del Banco Mundial se dividió en esa época en dos partes: 20% de
capital pagado y 80% de capital exigible.
18
Gwin, “U.S. Relations with the World Bank, 1945 - 1992” pp. 209
– 213
19
Gwin, “U.S. Relations with the World Bank, 1945 - 1992” p. 210
20
“was progressively abandoned in the late 1960´s and 1970´s, less because of a
national consensus that the Soviet threat had declined than because of a sense that
the Vietnam experience demonstrated that such a policy, when severely tested, was
excessively expensive and not necessarily effective.” Congressional Research
Service. “Soviet Policy and United States Response” p. 1 Citado en: Gwin, “U.S.
Relations with the World Bank, 1945 - 1992” p. 210. Traducción del autor.
21
Kapur, Lewis, y Webb, The World Bank: It
’s first half century, pp. 215
– 268
22
Gwin, “U.S. Relations with the World Bank, 1945 - 1992” pp. 224
– 228
23
Department of the Treasury, United States Participation in the Multilateral
Development Banks in the 1980s. 1982. Citado en: Gwin, “U.S. Relations with the
World Bank, 1945 - 1992” p. 230
24
Londoño, Juan Luis, y Guillermo Perry. “El Banco Mundial, el Fondo
Monetario Internacional y Colombia: Análisis crítico de sus relaciones.” En:
Coyuntura Económica. Bogotá: Fedesarrollo, 1985.
Vol. XV, pp. 209 - 243
25
Gwin, “U.S. Relations with the World Bank, 1945 - 1992” pp. 232
– 234
26
Cálculo en base a programas vigentes entre Colombia y el Banco Mundial.

98
Balance
Las Líneas de
Investigación:
balance y
compromiso
frente a la
carrera de
Historia
Comité Editorial de la Revista Goliardos XI.

Presentación
En marzo de 2005 el Comité Editorial de la Revista Goliardos, elaboró un
cuestionario de diez preguntas encaminado a la búsqueda de un balance que
permitiera entregar a los estudiantes del departamento, como primeros lectores de
este impreso, una aproximación lo más objetiva posible a las Líneas de Investigación,
en aras de difundir y promover la vinculación a las mismas; estableciendo un canal
entre las expectativas de estudios individuales en pregrado, a expensas de los
inherentes beneficios de la socialización de investigaciones en temáticas similares.
No confundiendo así vinculación con comunicación y pretendiendo que esta última
contribuya al incremento de la calidad en la producción intelectual de esta etapa de
la educación superior.
Comité Editorial
No se encontrarán las entrevistas realizadas a los responsables o directores de las
Líneas, sino una síntesis de las mismas; expondremos el cuestionario base ejecutado
por los miembros del Comité Editorial, que a discreción de los mismos, fue
modificado de acuerdo con las dinámicas propias de las charlas. El balance se
trabajó sobre las Líneas de Investigación en: Historia Social de las Enfermedades,
dirigida por la profesora Estela Restrepo Zea; Historia Económica y Social, dirigida
por el profesor Heraclio Bonilla Mayta; e Historia Política y Social, dirigida por el
profesor César Augusto Ayala. Adicional a éstas, existe una en Historia Ambiental
y otra en Educación en Historia; a las que infortunadamente no se les aplicó el
cuestionario por razones que no es pertinente señalar en el momento. Agradecemos
a la profesora Marta Herrera Ángel de la Universidad de los Andes y a Francisco
Ortega director del Centro de Estudios Sociales (CES) por la disposición prestada.

Cuestionario
¿Cuánto tiempo suma hasta el momento la Línea de Investigación? ¿Cuánto
tiempo lleva usted como director del mismo? ¿Con qué reconocimientos dentro
del Departamento, Facultad, Universidad o academia cuenta el grupo?
¿Considera que se hace un aporte efectivo en la construcción de conocimiento
histórico tanto en los estudiantes como en la temática específica de la Línea?
¿Qué impacto o contribución ha tenido la Línea en los trabajos de grado?
¿Crée usted que la Línea se promueve y se difunde de manera satisfactoria
en el Departamento para la vinculación de nuevos miembros? ¿Crée usted
que el Departamento debería crear políticas más sugestivas para la
vinculación de estudiantes a las Líneas de Investigación? ¿Cuenta el grupo
con el suficiente acumulado teórico práctico para facilitar apoyo, soporte,
orientación y asesoría a investigadores internos o externos a la Universidad?
Formalmente ¿qué tipo de reconocimiento tienen los estudiantes dentro de la
Línea de Investigación?

Balance
Nos hemos de referir en primer término a los tiempos de funcionamiento de Las
Líneas de Investigación señalados. La Línea dirigida por la profesora Estela
Restrepo, lleva trabajando casi dieciocho años, y ha desarrollado proyectos con
Colciencias y con el Programa de Apoyo al Desarrollo de Archivos Iberoamericanos
(ADAI) la cual funciona en España; además de desarrollar su actividad en el Centro
de Estudios Sociales CES. La Línea a cargo de Cesar Ayala funciona hace quince
años, y cuenta con el reconocimiento de Colciencias. Y por último la Línea de

102
Las Líneas de investigación:...
investigación del profesor Heraclio Bonilla, trabaja desde hace tres años y tiene
como objetivo el reconocimiento formal por Colciencias como Línea de investigación
organizada.

La Historia del Arte como especialización disciplinar no fue el resultado de una


reflexión consensuada en el Departamento de Historia, proceso que derivó en una
fisura. En el año de 1977 se crea el Instituto de Investigaciones Estéticas como
iniciativa de la Facultad de Artes, siendo designado como director el profesor
Germán Rubiano Caballero - quien ejercía la docencia como especialista en historia
del arte -. El instituto comienza a funcionar en el año de 1978. Los profesores
Efraín Duque y Álvaro Medina fueron convocados a participar en este proyecto,
en razón de su calidad como investigadores en Historia del Arte. El desplazamiento
de Rubiano, Duque y Medina –profesores del Departamento de Historia– hacia la
Facultad de Artes contribuyó a desmembrar una posible Línea en historia del Arte
dentro de nuestro Departamento. La fractura definitiva, se da por los albores de la
década de lo noventa en donde un último remanente de profesores dedicados a la
historia del arte finalmente pasan al Instituto de Investigaciones Estéticas.1

El aporte de las áreas de investigación a la formación de los estudiantes ha


sido significativo para la construcción de las Líneas y del historiador en formación;
entablando una corresponsabilidad entre las Líneas y sus integrantes, hecho que
acredita, fortalece e integra la investigación, rigor y socialización del conocimiento.
En esta dirección tenemos monografías meritorias en el área de Historia Económica
en los casos de los egresados Carlos Valencia, Mónica Contreras, Juana Castellanos
y Helena Pérez. En el área de Historia Social de las Enfermedades, cuatro han sido
los trabajos de grado, además del apoyo brindado a la elaboración de doce
monografías y tesis sobre jesuitas por fuera de la Universidad; demostrando el
impacto académico en la construcción de conocimiento que puede generar una
Línea consolidada y comprometida con su ejercicio. Han devenido de la Línea de
Historia Política y Social diez tesis, dicha Línea no solo busca la promoción de
trabajos sino interdisciplinariedad y realización de eventos como Los sesenta años
de la caída del fascismo, actividad realizada en el segundo semestre de 2005.

En cuanto a la promoción y difusión de estos grupos sus coordinadores lo hacen


a través de convocatorias abiertas, del trato directo entre estudiantes y profesores,
y en el caso de la Línea en Historia Social de las Enfermedades, por concurso;
vinculando estudiantes como auxiliares de investigación por lo que su labor no
tiene como objetivo directo la publicación de un trabajo propio. Tales colaboradores
se nutren de las investigaciones teórica y prácticamente, recibiendo una
remuneración por el trabajo y son reconocidos en los créditos de la publicación

103
Comité Editorial
bajo la categoría en que participaron. Sin descartar eventuales trabajos emanados
de los auxiliares, vinculados por afinidad temática. La Línea de investigación en
Historia Económica, se encuentra en plena reapertura, y tiene entre sus objetivos
la vinculación de estudiantes de postgrado en Economía y en Historia.

Las Líneas de Investigación se han forjado partiendo más de intenciones particulares


que de una política del Departamento. Esto explica que el soporte y el interés que
recae sobre ellas se vean afectados tanto por la continuidad que esté dispuesto a
dar el docente encargado; sumado a la formación de cada estudiante, inclinado a
un individualismo no concordante con la interdisciplinariedad, como actual
condición laboral.

En consecuencia las Líneas decaen por falta de una gestión más orgánica del
Departamento en su Coordinación Académica, que sin quitar libertad a cada cuerpo
investigativo, no solo surta de un director a los grupos; sino que destine recursos
para fomentar actividades que desborden la investigación; buscando extensión y
publicación. Esto va indefectiblemente de la mano de la necesidad de convocar al
Departamento de Historia para que piense en el conjunto de sus estamentos un
plan académico idóneo que permita una sólida formación profesional.

Líneas de Investigación y Reforma Académica


La reforma académica impulsada por las administraciones en los últimos cuatro
años, entrega en los cuadernillos de circulación interna y otros documentos2, nuevas
concepciones de formación profesional basadas en la interdisciplinariedad. Es
importante el manejo y contacto con otras disciplinas sin lugar a duda; pero debemos
empezar por discriminar que: a) por un lado el ciclo común “tendría un carácter
remedial de las deficiencias de la secundaria...”3 y b) la formación en competencias
tiene por objeto poner en contacto a los futuros profesionales de diversas áreas
para que: se aprenda a aprender (entre otros), con el fin de mantener una actitud
investigativa en el estudiante durante toda su vida. ¿Cómo lograrlo a través de una
concentración de saberes, que serían de incertidumbres, al no definirse a sí mismas
dentro de un saber específico?

La propuesta de ciclo común permite observar que: a) al hacer general y universal


el marco de aprendizaje se pierde significativamente en profundidad; b) aunque la
propuesta habla de entre uno y cuatro semestres surge un problema desde la propia
óptica de la falencia del estudiante de bachillerato, la cual consiste en: 1) son
hombres y mujeres entre 15 y 18 años con una débil formación académica y un
carácter personal en formación; 2) se inscriben a una carrera pero trabajan sin
104
Las Líneas de investigación:...
juicios de valor ni sentido de pertenencia (como estructura profesional) con otras
tantas disciplinas; b) se enriquece su caudal conceptual, su vocabulario su
interdisciplinariedad antes que el propio contenido y límites de su carrera; 4) lo
anterior supondría unos núcleos académicos bastante escasos en profundización
en áreas específicas de conocimiento consecuencia de la multidisciplinariedad.
Conduciendo todo ello a una banalización evidente y a un bajo perfil profesional
que sólo funcionaría al tener en cuenta las nuevas metas de los programas de
postgrado, como lo sugiere la propuesta de Rectoría.

Comentados estos aspectos del marco de la reforma, el presente balance sobre las
Líneas de Investigación cobra significativo sentido; ya que evidencia, como
alternativa de colaboración en la formación disciplinar, a los grupos de investigación;
toda vez que éstos pueden apuntar a una integración interdisciplinar, como es el
objetivo de la Línea de Investigación en Historia Económica y Social, entre otras.

Pero inter o transdiciplinar desde un centro, desde un marco disciplinar de formación:


la Historia. No como un conglomerado de jóvenes educándose al garete y sin formar
un utillaje mental que dote de una personalidad profesional; que les permita aportar
a otras disciplinas y reconocer las limitaciones de la formación en historia; toda
vez que lo capacitaría para ejercer de manera profesional dentro de un espacio
multidisciplinar sus competencias específicas. Por eso, las Líneas de Investigación
se presentan como opciones maduras y en constante apuntalamiento de sus tareas,
propósitos y métodos.

Frente a una reforma simplista en la construcción de profesionales idóneos, críticos


y propositivos; es menester la consolidación de Líneas de Investigación frente a
una reforma que quiere retardar la pérdida de la inocencia para recrear con linderos
inamovibles en la formación profesional, la investigación, la metodología, el
planteamiento de hipótesis y el desarrollo de nuevas teorías; pues desde su seno y
con la colaboración de docentes probos, como los que actualmente las dirigen, la
calidad ha de mantenerse y extenderse en la medida en que se consoliden otras
Líneas.

Con base en el anterior balance hacemos un llamado para que la Dirección de


Carrera, la Coordinación académica, el Anuario Colombiano de Historia, Líneas
de Investigación, grupos de trabajo: Revista Goliardos y Taller del Historiador,
realicen reuniones entre dichos estamentos para generar dinámicas de contacto en
las que se compartan las experiencias editoriales de las publicaciones con la
producción de las Líneas de Investigación; para que así las revistas puedan:

105
Comité Editorial

socializar el trabajo de éstas, incluir miembros de las Líneas en los comités editoriales
y motivar la participación del estudiantado, contemplando como meta el
sostenimiento de la calidad que conlleve a un indexación de las publicaciones
estudiantiles (Taller del Historiador y Revista Goliardos) en el índice Publindex de
Colciencias.

La invitación está abierta para todos los estudiantes de pregrado a optimizar el


contacto con las Líneas de Investigación, que en últimas, son hechas de carne y
hueso, es decir, de compañeros que representan el papel de pares en formación y
que desde allí se tejerán futuros grupos y círculos que enriquecerán el panorama
intelectual colombiano y latinoamericano; pluralizando la voz de la Academia y lo
académico; ojalá en relación directa con la realidad, con la experiencia que hace
viva y útil a la Historia en cualquiera de las Líneas existentes o por existir. intelectual
colombiano y latinoamericano; pluralizando la voz de la Academia y lo académico;
ojalá en relación directa con la realidad, con la experiencia que hace viva y útil a
la Historia en cualquiera de las Líneas existentes o por existir.

Notas
1 En el diálogo sostenido con el profesor Germán Rubiano, manifiesta la
insatisfacción frente al estatuto que se le otorgaba a los docentes que se
especializaban en historia del arte en el departamento. Textualmente, se plantea
que se asumía que era una disciplina subalterna.
2 Cuadernillo número 6 de la serie Documentos de Trabajo páginas 12
(Pedagogía y Formación con énfasis en Competencias) y Pág. 24 (Qué es un
Ciclo Común); así como en el acuerdo 037 (Artículos 3 y 4)

106
Nexos
El realismo
dialéctico en
la Historia*
Fernando Santacruz C. Economista U. del Cauca

A la memoria de Antonio García, hombre de profundos conocimientos científico-


sociales y de un inmenso valor humano, quien prefirió la grandeza a la
importancia

La profusa obra científica –económica, sociológica, antropológica, política,


filosófica, cultural, histórica y humanista– de ANTONIO GARCÍA no requiere de
exaltación. Su reconocimiento trasciende el ámbito latinoamericano para situarse,
en algunas áreas del saber, en las fronteras del pensamiento universal.

Como científico social, catedrático, polemista, o expositor de ideas, en su discurso


siempre exhibió erudición, originalidad, profundidad y rigurosidad científica,
características que lo elevan hasta lo más encumbrado del pensar independiente y
propositivo puesto al servicio del conocimiento y la transformación de la realidad
socio-histórica existente en provecho de los pueblos del mundo y, en particular, de
los pueblos débiles que aspiran a satisfacer sus necesidades, desplegar plenamente
sus capacidades y realizar sus ideales libertarios y sus ambiciones de justicia,
solidaridad y equidad.

En las ricas reflexiones contenidas en sus obras, está siempre presente el pensamiento
filosófico socialista, democrático, crítico, humanista dinámicodialéctico,
contrapuesto al dogma marxista ortodoxo y estático.

*Comentario sintético al libro “EL REALISMO DIALÉCTICO EN LA


HISTORIA.
.
Fernando Santacruz C.
Una observación metodológica, es el empleo que García del ensayo crítico y de la
dialéctica como modo insustituible de conocimiento social. Con singular agudeza
reflexiona: “la dialéctica ha hecho posible plantear el problema de la reintegración
del saber social –fragmentado y desarticulado como efecto del desarrollo separado
de las diversas ramas de unas ciencias sociales encapsuladas en compartimientos
estancos y sin relaciones entre sí– como único medio de ver y comprender la realidad
en su conjunto, en su totalidad y en sus componentes, en sus interrelaciones y en
sus conflictos, en su dinámica y en sus fuerzas contradictorias, en sus dimensiones
cuantitativas y cualitativas, así como en las posibilidades de preservación o de
transformación de esa realidad. En esto consiste precisamente, la alternativa
dialéctica del desarrollo de la ciencia social en América Latina. O en otros
términos: el modo dialéctico del conocimiento2 se ha constituido en la alternativa
fundamental de la ciencia social –como ciencia crítica– en la América Latina, en
camino hacia la formulación de nuevos proyectos políticos de nueva sociedad”.

La tesis central del ensayo, objeto de ésta introducción, podemos plantearla


como sigue: la ortodoxia marxista supuso, erróneamente, haber logrado la forma
acabada de la filosofía dialéctica (Materialismo Histórico), al extremar la
importancia determinante de la estructura de producción y las relaciones que ella
engendra sobre el acontecer social, menospreciando la función supraestructural de
la política, la ética, la filosofía, el derecho, la cultura, la moral o la religión, esto es,
ignorando el carácter dinámico de las leyes de interdependencia que operan en la
naturaleza, la sociedad y el pensamiento, su mutuo condicionamiento y recíproca
interacción.

De ahí que “verdad absoluta” o “dogma de fe” constituye la infiltración en la


metodología marxista de categorías de pretendida aplicación universal. Al decir de
Antonio García es: “el canje de los principios de interdependencia… por el dogma
del materialismo histórico, esto es, la afirmación de que la estructura económica
condiciona, en última instancia, el desarrollo de la historia, es su motor y causa, y
determina o modela los restantes factores supraestructurales”. Seguidamente afirma:
“Para el marxismo todo el actual problema histórico, consiste, no en determinar las
leyes de la interdependencia en un tiempo y un espacio dados, sino en determinar
las leyes de la interdependencia de los factores supraestructurales en relación con
la estructura económica”. Posteriormente asevera: “Pero cuando el marxismo hace
crisis –como filosofía materialista de la historia– es cuando definitivamente toma
una estructura escolástica, al afianzar los elementos absolutistas de su pensamiento
y debilitar o anular los factores dialécticos”

* Subraya García tres rasgos relevantes de la filosofía dialéctica en la


comprensión de la historia:
110
El realismo dialéctico en la Historia
I) La historia se desarrolla en forma de proceso, está condicionada por las leyes de
la causalidad y, en consecuencia, no ha surgido espontánea ni definitivamente.

II) La historia debe estudiarse desde perspectivas múltiples, complementarias,


rechazando un ángulo de enfoque único, dominante y excluyente; su conformación
obedece a diversos factores que se interactúan, interrelacionan y condicionan
recíprocamente, obligando al investigador a integrarlos para su correcta
interpretación.

III) La historia tiene un sentido que se origina en sí misma, opuesto a quienes se lo


niegan o le atribuyen un significado metafísico.

Así mismo, bosqueja la “personalidad de las épocas históricas” y el papel del


individuo en la historia: “la dialéctica ha enderezado la investigación hacia el
contenido… Apenas comenzamos a descubrir la personalidad, el espíritu de las
épocas, no sólo sus maneras sino su estilo… La vida no se aprisiona fácilmente en
categorías, ni la historia podrá comprenderse de veras –como proceso, como
enseñanza, como experiencia humana– sino en la medida en que conozcamos sus
formas, su proceso, su contenido, su espíritu”.

En lo atinente al proceso de las interpretaciones dialécticas de la historia – en el


que Antonio García critica el absolutismo del materialismo histórico en la teoría,
por cuanto enfatiza en el peso determinante de la estructura económica sobre los
demás factores supraestructurales– señala: “Dialécticamente, todo sistema de ideas
es un efecto y una causa: como efecto, se relaciona con un tipo de sociedad – con
una dinámica, unos problemas, unas exigencias, un estilo – y con un sistema o
unas corrientes de ideas; como causa se relaciona con los movimientos que determina
en la historia, operando sobre ella –más o menos enérgicamente a través de los
múltiples canales de la acción política, religiosa, moral, estética o de cualquier
otro orden”

García expone y analiza cada una de las fases seguidas en la interpretación


dialéctica de la historia. Establece que la limitación antidialéctica y absolutista del
sistema hegeliano radica en que es un modelo hermético que fusiona su propio
método con los resultados de su aplicación histórica; según Engels, “un sistema
universal cerrado, definitivamente plasmado, en que pretenda cifrarse la ciencia
de la naturaleza y la historia, es incompatible con las leyes fundamentales de la
dialéctica”. Tal deficiencia substancial del método hegeliano también es aplicable
a Marx, por cuanto somete inexorablemente a la historia a un ángulo absolutista
de enfoque, al predominio de la estructura económica, en última instancia, sobre
los demás factores de la vida social: “la deformación escolástica del marxismo ha
111
Fernando Santacruz C.
consistido en que le ha dado a la dialéctica el carácter de un sistema
dogmático de pensamiento”.

Del mismo modo, diserta sobre la formulación absolutista del Materialismo Histórico
y la atenuación del mismo hecha por Engels, Lenin y Plejanov, partiendo de la
base de que dicho Materialismo exige el reconocimiento a priori de la Causa
Causarum de la estructura económica, en los términos utilizados por Marx en el
libro Contribución a la Crítica de la Economía Política: “El modo de producción
de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual. No
es la conciencia del hombre la que determina el ser, sino, por el contrario, el ser
social el que determina su conciencia”. En punto al anterior aserto, sostiene García:
“el materialismo conlleva una completa subestimación de lo que es la influencia o
acción recíproca de los factores constitutivos de la vida histórica y una absoluta
sobrestimación del factor económico, situándolo en la condición sempiterna de
motor de la historia”. En su lucha contra el dogmatismo y contra la concepción de
que el marxismo no era una doctrina acabada, Lenin reivindicó su condición crítica
y el carácter plurilateral de la dialéctica, la cual definió “como conocimiento vital,
multilateral… de innumerables matices en el modo de abordar, de aproximarse a
la realidad…”

En su teoría revisionista y ecléctica, Bernstein rechazó el dogma de la causa única,


acentuó la interdependencia indirecta entre la base económica y los demás elementos
de la supraestructura, y redujo tal interrelación a un problema de proporciones
entre sus mutuas influencias, sin que en momento alguno reivindicara el método
dialéctico en la interpretación de la historia. Para Antonio García, “La trascendencia
histórica de los movimientos revisionistas, consistió en mostrar los primeros
gérmenes –rebeldes, no revolucionarios– del socialismo como negación del
comunismo (…) El socialismo admitía su naturaleza de subproducto doctrinario
del comunismo marxista (…). Ahora el socialismo, enriquecido por las experiencias
del nuevo mundo, empezaba a ser la negación del comunismo marxista”3.

La última fase que alcanza el desarrollo del método dialéctico, aplicado a la


cognición de la historia, corresponde a la del realismo dialéctico, caracterizado
por:

I) Reivindicar el método y encaminarlo hacia la investigación dinámica de la


sociedad.

II) Suprimir la Causa Causarum económica y reconocer las leyes de


interdependencia, sustituyendo el ángulo de enfoque único y dominante.

112
El realismo dialéctico en la Historia
III) Aplicar decididamente “la teoría de la perspectiva múltiple y condicionada a
cada época histórica”.

IV) Renunciar a los conceptos filosóficos del “proceso histórico” como “proceso
lineal” y del “hombre racional”, para concebirlo en su exuberante y “contradictoria
complejidad de elementos racionales e irracionales”.

Tal es la estructura dinámica de las fases del pensamiento dialéctico, teórico y


práctico, aplicado al conocimiento de la historia, de las causas y las leyes que la
rigen, de la personalidad de las épocas históricas, y de la transformación de la
realidad socio-económica.

Desde comienzos de la década de los años 40’s en el siglo XX, Antonio García fue
uno de los primeros científicos sociales que negó dialécticamente la causa causarum
del comunismo marxista planteó la necesidad de movilizar las fuerzas sociales
progresistas hacia un nuevo proyecto de vida, con el fin de asegurar el sentido
humanista de la economía, el valor trascendental de las libertades y la integración
de todos los derechos civiles, políticos, sociales, y económicos del hombre.

Proponer un Nuevo Socialismo Humanista constituye, estratégicamente, en una


alternativa de las naciones y clases explotadas a fin de superar el atraso, la derrota
del esquema neoliberal de desarrollo; el Nuevo Socialismo revolucionario, asume
históricamente la función del desarrollo de los países del tercer mundo, y sienta las
bases materiales y espirituales de una nueva sociedad y de un nuevo hombre; toma
la democracia como sistema integral de vida, que en procura la realización del
hombre como comunidad y como individuo. Esta construcción teórica se fundamenta
en la síntesis entre el socialismo como sistema de vida económica y el liberalismo
como sistema de vida política.

A nuestro jucio, “EL REALISMO DIALÉCTICO EN LA HISTORIA” - La


crisis del marxismo como filosfía histórica-, constituye el culmen del pensamiento
filosófico elaborado por Antonio García, la síntesis dialéctica en la que fundamenta
toda su producción intelectual y, sin lugar a dudas, su gran aporte a la filosofía
universal y a las ciencias políticas y sociales, particularmente la Historia.

113
“A Propósito de los 80
años de Fidel Castro.”
José Martí: la
tradición ética de la
Nación cubana*
Armando Hart Dávalos

El punto de partida de la cultura cubana está en la ética como principio rector de la


política y que nos conduce a destacar el papel de la educación en el desarrollo y
fortaleza de la civilización. Eso se traduce en la correspondencia entre el decir y el
hacer, en la honestidad como norma de conducta ciudadana, en la toma de partido
por los desposeídos no solo de Cuba sino a escala universal.

Fueron precisamente los educadores, el presbítero Félix Varela independentista


consecuente y José de la Luz y Caballero, fundador de la escuela cubana quienes
incorporaron como elementos forjadores de la nación los principios éticos, morales
y espirituales que nos venían de la mejor tradición del cristianismo. La sensibilidad
cristiana en su expresión cubana se observa en su forma más elevada y consecuente
en José Martí. Él dijo: En la cruz murió el hombre en un día: pero se ha de aprender
a morir en la cruz todos los días., Ello le brindó al pensamiento cubano un rechazo
a toda visión dogmática.

Esto se deriva de la circunstancia de que la cultura nacional surgió en combate


contra la injusticia, la esclavitud y a favor de la independencia nacional. Recordemos
que Luz y Caballero postuló que la justicia era el sol del mundo moral. Obviamente,
una cultura que nació y se desarrolló en relación con el enfrentamiento consecuente

115
a
v
Armando Hart Dávalos
con la injusticia adquiría una singular fuerza ética.

Nuestra cultura ética parte de la mejor tradición intelectual y política del siglo XIX
cubano cuyo más alto exponente fue José Martí. En los numerosos aforismos de
Luz y Caballero y en toda la prédica martiana están presentes con fuerza los
principios éticos que rigen el patrimonio espiritual de la nación cubana. José de la
Luz y Caballero señaló en uno de sus numerosos aforismos que instruir puede
cualquiera, educar solo quien sea un evangelio vivo. Años más tarde, José Martí,
continuador de esa línea de pensamiento pedagógico precisó que: Instrucción no es
lo mismo que educación: aquella se refiere al pensamiento, y ésta principalmente a
los sentimientos y añadió que el pueblo más feliz es el que tenga mejor educado a
sus hijos en la instrucción del pensamiento y en la dirección de los sentimientos1
(1). Ambas figuras reflejan lo que ha sido una orientación clave de la pedagogía
cubana, concebir la escuela en el contexto más amplio de la sociedad para poder
contribuir de modo eficaz al objetivo de preparar al hombre para la vida y ponerlo
en consonancia con su pueblo y con su tiempo.

De las aulas del colegio El Salvador se fueron los jóvenes a la manigua a pelear por
la independencia de Cuba asumiendo un compromiso ético con los intereses de la
población trabajadora y explotada del país y del mundo. Recuérdese que Martí
echó su suerte con los pobres no solamente de Cuba, sino de todo el orbe. Esto fue
lo que permitió también a Fidel Castro a principios de la Revolución decir: Quien
traiciona al pobre, traiciona a Cristo.

Fue Martí quien postuló que a partir de la experiencia de la educación se pueden


formar buenos ciudadanos. Este es un aspecto básico de los programas martianos y
fidelistas. Fueron los pedagogos y maestros los que sembraron las semillas de la
unión estrecha, presente en nuestras luchas por la independencia, entre el pensamiento
más avanzado del mundo de entonces y el combate para poner fin a la tragedia de
la esclavitud y de la dominación colonial. Esta comunión de ideas y sentimientos
estaba y está en la existencia misma de la nación.

El pensamiento político y social cubano de la primera mitad del siglo XX estuvo


muy influido por esa tradición anterior. La lucha por el adecentamiento de la vida
política, contra el robo de los fondos públicos que tuvo como consigna Vergüenza
contra dinero marcó el nacimiento a la vida política de Fidel Castro y la generación
del Centenario. En las condiciones de corrupción que prevalecen en la política en
diversos países de América Latina, estas banderas toman una importancia de enorme
significación. Así también lo confirma el proceso cubano que condujo a la victoria
socialista.

116
aptooon asadadas
A propósito de los 80 años de Fidel Castro...
Los principios éticos, como puede apreciarse están presentes desde los tiempos del
Moncada como fuerza esencial de la revolución en el medio siglo concluido. El
genio y la originalidad de Fidel Castro consistió en llevar al terreno de los hechos
estos métodos y principios que, en esencia, significan relacionar dialécticamente
las ideas del socialismo con la tradición ética de la nación cubana.

Ética y justicia social constituyen, pues, la principal necesidad ideológica de Cuba,


América y el mundo.

Notas
Por el Doctor Armando Hart Dávalos. Doctor en Leyes. Director de la Oficina
Nacional para el Programa Martiano, presidente de la Sociedad Cultural “José
Martí” y miembro del Consejo de Estado de la República de Cuba.
1
Obras Completas de José Martí, tomo 19, p. 376, Edición Karisma Digital. Co-
lombia. La Habana, febrero 3 del 2003

117
El Rey*
Juan Diego Espitia

Murió el Rey. El sábado de este 2005 del tiempo. Murió el día sagrado de los
hebreos. Aquellos pioneros fundamentales de su imperio. Que inventaron en el
mundo o humo de los sueños el eje pos-terreno de la unidad. Dios solo. Único.
Eterno. Y entonces, la supervivencia de un quimérico reino a su cabeza. Condensado
más de los sueños antropocentristas que de la naturaleza, y cuyo prevalecer iría
tanto y todo más allá del tiempo o los tiempos en la anhelada eternidad imaginada.
El universo entero se plegaba, aun en las distancias remotas de su desaparición a
un omnipotente, todopoderoso, rey de reyes, medida y evolución humana total,
hasta de su aquí pequeño representante: él, el que fue Rey, y murió; que instalaron
su vestigio corporal en un salón interior, lleno de eco y gravedad, donde su corte lo
honra, calla, medita, desplaza ora, depone compone sueña y conspira.

Mientras, todos sus vasallos por el mundo, marcan la fecha como referencia de sus
vidas. Mil doscientos millones entre herederos de la tradición, adeptos apasionados,
y distraídos incluidos del orden de amores, valores, odios, horrores, íconos y
plegarias que salmodia el imperio; más tantos y tantos desenfadados millones y
millones, hijos escindidos de la pretendida unidad, y remotos parientes que sienten
la de vendavales, presencias, e intervenciones universales que el Rey urdió, como
igual también suscritos al mismo orden de ambages en amores valores odios
extravíos pecados e ignominias que ha planteado tácito o explícito su mismo imperio.

Todos los hombres que son ahora, atravesados en su centro, o rasgados de soslayo
por su presencia indudable, son, o por eco de sus empecinadas sonoridades o por
solo fuerza de la historia, si no vasallos, al menos tributarios en sus vidas del
imperio que el rey dejó.

El Rey murió. Angustiado… atormentado… revuelta su capa y rostro involuntario…


enamorado hasta el delirio humano, o entorpecidamente suficiente y excedido a la
historia, que no modifica un destino tan ineluctable ni siquiera por exhortaciones
solemnes en la Plaza de San Pedro y va inexorable al cumplimiento profetizado de
la aniquilación del reino mismo desde cuyo trono retorcía su cuerpo su amor y su
fe soñando, soñando, como todos los hombres, el Rey.

119
El Rey
El orden y estructura temblaron. Los líderes flemáticos y sus comunicados. Los
medios oraculares y sus campanas más que las iglesias, ‘bastante’ es decir; siendo
medios, canal además para panegíricos obvios elegías y ditirambos por una
consternación si tan sincera tal vez, igual contagiosa más bien. El pueblo entero
sin saber bien hizo multitud alrededor de las imágenes que mostraban multitud, y
absorbió el eco del duelo por un hombre que se veía bueno y todo el mundo dijo y
decía que era bueno. Pero que además era Rey. Su Rey.

Ni los más liberales en algún pretendido nihilismo semi-inconsciente sospecharon


cuanto vasallos o tributarios de Su Majestad fueron; ni qué suerte de ostensible
poder atento; atento a su cetro o báculo crístico, a su anillo real, a la mitra o
corona que le ungía la cabeza, o a la condescendencia de los paces de su purpúrea
capa romana ondeando entre los niños, detentaba, el Rey. Que reinaba sobre vastos
imperios y multitudes escindidas a hombres solos cuya conciencia por efectos reflejo
o directamente, estaba bajo su jurisdicción; allí en la exacta retícula quebradiza de
valores del milenio al borde de sí mismos por desgaste indebido desde hace 2000
años.

Se llevan eras enteras a milenios los procesos extraños, o la historia es muy muy
joven, o juntos ítems, porque, es a todas luces visibles que, tan fanfarrones como
hombres somos siempre y ahora tanto entre intercomunicados cuyos dispositivos
casi líquidos nos alucinan de verdad el futuro, entre desenfado y relativismo en
todo ligero, entre nanotecnología y androgenismo, entre el fárrago de pastiches y
esfuerzos que disputan el carácter de la época, es a todas luces visibles, que somos
ciudadanos de medioevo. El que nunca dejó de ser.

Así, vivimos entonces en una universal comarca perfectamente comprensible,


regentada por la deidad única y una siempre por encima de nuestras cabezas como
quiera ser abstracta energética o Yahvé y bien asegurada al tobillo para poner a
nuestra discreción el universo incluso más allá de nosotros y de la misma universal
comarca, como lo ha ordenado la escritura o la inminente ventaja en que un día nos
colocó la selección como dominantes y amos. Un distrito redondo gira alrededor de
un sol nuestro por entre los hilos que instalaría en obvia creación, por ser creación,
aquella primera unidad, revistiendo todo de los comprensibles ciclos y fenómenos
que suponemos sin duda comprender, pero aun comprender en un sinfónico misterio,
apenas develado para alguien quizá con fugaces chisporroteos de ciencia feliz,
cuyos indicios oscuros a veces y contra todo sentido común en principios e
incertidumbres, son eso, un sinfónico misterio, o mito.

120
Juan Diego Espitia
Todavía. Nos aprendemos viscerales por violencias y totalitarismos de la cultura
la qué de supervivencias, ordenes, burocracias, dinámicas, subterfugios y crímenes
para sobrevivir; y el imperio de sede pesada y columnas en la tierra doblemente
nos cobija, consuela y exhorta en ello: no solo consiente y avala todo el trámite y
tráfico preocupante de los días y los años de lluvia ácida, también ha sido y es el
vocero directo y representado del omnipotente, estableciendo entonces con legítimo
derecho el orden fundamental de dudas y jerarquías, exclusiones y disoluciones
espíritu-corporales, cristianos enrarecimientos de la justicia y tantas más sospechas
como apenas animales somos ascendiendo la cuesta de dominaciones y sumisiones
de manada que tan bien hace extensivo el imperio a todo nuestro pequeño distrito
redondo y feudal. Fundado todo imperio sobre sus promesas para seguirlo siendo,
de este las suyas a granel bañan de consuelo al reino con una alguna redención del
orden abrupto de la vida del hombre; y para que no queden dudas, la vida eterna.

Todo y un príncipe hebreo oscuro y triste que anatematizado por la más lisonjera y
melíflua difamación se acuclillaría en un rincón del edén erosionado a morder su
distancia. Inquietante redención que convoca al universo entero y todos sus pueblos
y todas sus razas en un llamado católico apostólico y romano, sobre todo romano,
totalitario, absoluto, global, donde la deserción será sedición para la que desde
antes de ser el hombre, se construyeron los cuarteles y sus tan modernos sótanos y
potros o el infierno a la derecha de las naciones explícita o implícitamente adheridas
a su poder.

He ahí entonces, que cuando las mujeres mayores en casa, los hombres obreros en
bodegas, los jóvenes y las jóvenes inermes y lelos, los poderosos favorecidos por
este imperio proclamado, los miserables desposeídos por él también, todos, todos,
se enteraron del estelar deceso por fin, rodearon el mismo oráculo cromático que
les había revelado el insuceso y consternados y obedientes siguieron los pasos
litúrgicos de duelo y relevancia que ordenaron los velos en tecnicolor del oráculo
ministrado por las lúcidas cortes de los medios que proclamaron edictos y ritos
pertinentes desde la corona. La tarde algo lluviosa, encontró los sucesos fáciles y
coloquiales de la gente como de recordación, tibia y tenue del sábado de paz o
transición en la ciudad en que hacían o reposaban inocentes desde su pequeño
espacio en el mundo y moría un Rey. Que marcó, Rey, por lo menos un tercio de
sus vidas, la mitad, toda… Vidas que las esferas distantes de arriba desde Dios en
descendencia ordenada, tamizaban, ductilizaban, troquelaban con los inaccesibles
acontecimientos que daban miedo, y miedo dan, del que no se explica pero la gente
sabe muy bien intuir. Pero aquella tarde, la paz por ahora.

121
El Rey
El Rey moría, sonoro y aparatoso en su fastuoso palacio al otoño invernal de un
imperio, y la vida seguía el sábado de este 2005 del tiempo. Por ahora.

Notas
*A propósito del deceso del jerarca de la iglesia católica Juan Pablo Segundo.
Juan Diego Espitia, estudiante de Educación Artística en la Universidad
Minuto de Dios.

122
Índice de Imágenes
Lám. 1. Jorge Eliécer Gaitán. Billete de 1.000 pesos. 2004. Pág. 12
Lám. 2. Jorge Eliécer Gaitán. Billete de 1.000 pesos. 2004. Pág. 28
Lám. 3. Estereoscopia. Santiago Monge. 2002. Fotografía. Fragmento. Pág.32
Lám. 4. Barco Negrero. Siglo XVIII. Grabado en Metal. Pág. 52.
Lám. 5 Mayo de 1968. Magazín Dominical. Mayo 1 de 1988. Fotografìa. Pág. 64
Lám. 6. Karl Marx. Fotografía.Pág. 68
Lám. 7. Dollar. Pág. 82
Lám. 8. Composición de manos. Pág. 100
Lám. 9. Antonio García. Fotografía. 1980. Pág.108
Lám. 10. Juan Francisco Elso Por América Instalación. 1986. Pág.114
Lám. 11.Molino de viento. Ilustración. Pág 118.

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