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Familiarizarse con los aspectos básicos del dolor relacionado con el ciclo menstrual
puede ayudar a entender si vale la pena hablar del dolor con un médico.
Las personas que tienen un sangrado abundante o periodos largos, así como las que
comenzaron a menstruar a temprana edad y aquellas que tienen periodos
irregulares, son más propensas a sufrir de cólicos menstruales (8, 9). Otros factores
que se han asociado a los periodos dolorosos incluyen fumar, pesar poco, ser menor
de 30 años, tener una infección pélvica o una ligadura de trompas (8).
Una investigación llevada a cabo por Clue y la Universidad de Oxford también encontró
que las personas sin un diagnóstico de infecciones de transmisión sexual (ITSs), eran más
propensas a experimentar algunos síntomas premenstruales (por ejemplo, cólicos) que
las personas sin ITSs (10).
Todos los métodos para aliviar los cólicos causan, al menos, algunos de los
siguientes:
Reducen la inflamación
Limitan la producción de prostaglandinas
Bloquean el dolor
Incrementan el flujo de sangre uterina, o
Tratan una condición subyacente, como la endometriosis
A continuación algunos métodos que podrías ensayar:
Medicamentos
Calor
Electroestimulación percutánea (TENS)
Cambios en la dieta
Suplementos
Reducir el estrés
Dejar de fumar
Hacer ejercicio
Sexo
Autocuidado