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Comencemos con la definición de que es una mitocondria

Las células

Especialmente una parte de ellas, llamada mitocondria— son


fundamentales para destacar en el deporte. Son las encargadas de
proveer la mayor parte de la energía del cuerpo, dice María de Lourdes
Muñoz Moreno, investigadora del departamento de Genética y Biología
Molecular del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados
(Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Al hablar de atletas de alto rendimiento nos referimos a personas que


llevan una preparación técnica, práctica, psicológica y médica de años.
Algunos inician desde pequeños e incrementan su capacidad y ejecución
con el tiempo y entrenamientos, dice Sergio Gadea, médico especialista
en Medicina del Deporte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

No obstante, la antropometría (ciencia que estudia las medidas del


cuerpo) es capaz de determinar desde la gestación embrionaria qué tipo
de deportes serán más aptos los futuros atletas.

Además de la base genética y el empuje psicológico, los atletas llevan al


máximo la capacidad del cuerpo humano con entrenamiento constante e
intenso, con lo cual logran aumentar su capacidad celular de producción
y aprovechamiento de energía, en un elaborado círculo virtuoso.

Muñoz Moreno explica que todas las células poseen estas partes,
llamadas mitocondrias, pero los que más las producen son el tejido
muscular (músculo) y el cerebro (neuronas). Al someterse a
entrenamientos diarios e intensos, los atletas desarrollan un mejor
metabolismo de las células musculares, que a su vez son ricas en
mitocondrias.

“Los orgánulos celulares (las diferentes estructuras contenidas en el citoplasma


de las células) son los responsables de suministrar la mayor parte de la
energía; actúan como centrales energéticas de la célula y sintetizan ATP
(producen explosiones de energía) a través de la glucosa, ácidos grasos
y aminoácidos. Sin ellas no se podría utilizar oxígeno para extraer
energía de los alimentos”.

Quienes desarrollan actividades físicas intensas poseen más


mitocondrias que una persona normal, ya que las estimulan
constantemente.

“Para nuestro desarrollo físico e intelectual se necesita mucha de la


energía obtenida de dichos organismos. Si en la mañana no consumimos
alimentos ricos en carbohidratos y azúcares, no tendremos suficiente
vitalidad a lo largo del día; por ello, la gente con alimentación deficiente
tiende a un desarrollo carente”.

Las células disminuyen la producción de mitocondrias si se tiene una


vida sedentaria, alejada de la actividad física, y aunque éstas siempre
están presentes, no realizan su principal función: dar energía al cuerpo.

Con la edad, las mitocondrias presentan daños debido a mutaciones o


déficits; sin embargo, si las personas se mantienen activas, los orgánulos
estarán sanos y funcionales, precisa Muñoz.

Así, los atletas no son superhombres prediseñados genéticamente, pero


sí necesitan una base física para alcanzar sus metas. Partiendo de esa
base, el camino hacia los Juegos Olímpicos se llena con convicción y
esfuerzo. “Cualquiera puede ser un superhéroe o quedarse como un
atleta común, todo es cuestión de habilidades, cualidades y
circunstancias”, dice Garnica Durand.

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