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“DESIGUALDAD EN EL ÁMBITO LABORAL

PARA LA MUJER”
Ensayo
INGENIERÍA QUÍMICA
Desigualdad en el ámbito laboral para la mujer

El término género es una construcción cultural y social, definida por las relaciones de
poder entre hombres y mujeres, por las normas, así como por los valores relativos a los
roles “masculinos” y “femeninos” con respecto al comportamiento. (Joan, Scott 1940).
Por tanto, la igualdad de género se define como “la igualdad de derechos,
responsabilidades y oportunidades de las mujeres y los hombres, y las niñas y los niños”
(UNESCO, 2014). Sin embargo, es importante señalar que al hacer referencia a igualdad
no significa que las mujeres y los hombres sean lo mismo, sino que los derechos, las
responsabilidades y las oportunidades no dependen del sexo con el que nacieron. La
igualdad de género supone que se tengan en cuenta los intereses, las necesidades y las
prioridades tanto de las mujeres como de los hombres. En este sentido, surge la
necesidad de que ambos cuenten con las mismas oportunidades laborales para darles
un buen nivel de vida a sus familias, ya que tomando en cuenta la modernidad y factores
económicos, la mujer es ahora también fuente de ingresos debido a que puede ser madre
soltera, divorciada o viuda.
El presente ensayo, hace referencia a la mujer, desde su conceptualización como el “ser
humano femenino o hembra, independientemente de si es niña o adulta. Mujer también
remite a distinciones por género de carácter cultural y social que se le atribuyen, así
como a las diferencias sexuales y biológicas de la hembra en la especie humana”
(Francisco Manuel Gago Rodríguez,2002) y su actividad e inclusión en el área laboral
industrial, particularmente de la percepción desde la división sexual del trabajo, clave
para abordar éste y las desigualdades que se generan en torno al mismo. Según Balbo
(1991), las sociedades industriales se han construido sobre el trabajo cotidiano no
reconocido de las mujeres adultas.
En la actualidad se habla tanto sobre la igualdad de género y el reconocimiento de la
mujer en diversos aspectos, sin embargo, se presenta una desigualdad en el contexto
laboral todavía en gran medida, lo cual representa un grave obstáculo para el desarrollo
humano pues las niñas y las mujeres han progresado mucho desde 1990, pero todavía
no han alcanzado una situación de igualdad en relación a los hombres que tienen una
posición más privilegiada en este ámbito.
Es así que, los espacios en los que se ha visto con mayor frecuencia la desigualdad por
ser mujer son: en la salud, como en el caso de diversas empresas en la cual no les dan
servicio médico o no les brindan trabajo si están embarazadas debido al costo que estas
tendrían que darles por su incapacidad después del parto; en educación, podemos
encontrar este tipo de casos en lugares marginados donde la mentalidad de las personas
es cerrada y creen que la mujer solo debe permanecer en casa para realizar labores
domésticas y de esta manera dedicarse al cuidado de su familia, es por esto que no
tienen la oportunidad de estudiar y por ende no tendrán un empleo; la representación
política, un ejemplo claro es la postulación de los candidatos a la Presidencia Nacional,
los partidos políticos pusieron de candidatos a hombres y no le dieron las mismas
oportunidades a las mujeres por creer que son menos capaces al tomar este cargo; y
el mercado de trabajo, en algunas empresas se le discrimina a la mujer porque se cree
que no pueden realizar el trabajo que los hombres hacen, un ejemplo: Guadalupe Aguirre
fue contratada para limpiar los pasillos y los departamentos recién construidos, era la
única mujer entre los obreros quienes la observaban con desprecio, según recuerda:
“Mis compañeros decían que yo tenía el cuerpo de una mesera y que por eso debería
trabajar de mesera, decían que la construcción no era lugar para mí, ni para cualquier
otra mujer”. Contó Guadalupe. “Yo estaba convencida de que podía hacer el trabajo,
incluso mejor que ellos, así que me empeñe en demostrar que las mujeres no somos el
sexo débil, como ellos suponían.
La inclusión laboral de las mujeres ha sido inequitativa, (CONEVAL 2017), un estudio
realizado de muestreo estadístico en México menciona que trae consigo el doble de
discriminación que sufre en trabajos de alto nivel como en el caso del área de ingeniería
por ejemplo la química en la que se trabaja con reactivos, productos y diferentes
materiales químicos que incluso pueden ser hasta tóxicos si no se utilizan o se fabrican
adecuadamente es por esto, que hasta la fecha algunas empresas consideran de poco
valor lo que una mujer puede aportar en su trabajo.
Marcela Lagarde, define al género como “una categoría que abarca lo biológico, pero,
además, una categoría bio-socio-psico-econo-político-cultural.” Y lo es, en tanto se
percibe cómo el género abarca cada una de estas esferas, entrelazándose con ellas e
imponiendo vidas desiguales para hombres y mujeres. Menciona en su obra factores que
han influido en la conceptualización de género en la mujer. Presenta como primer factor
a la educación y la familia, ya que, es en casa generalmente donde se configuran los
valores y comportamientos que se establecen socialmente. Niños y niñas, desde
entonces, comienzan a generar representaciones de posibles realidades futuras. De esta
manera, los progenitores o tutores transmiten, como agentes primarios de enseñanza,
mensajes y etiquetas de género que dictan lo que una mujer y un hombre deben ser y
por tanto hacer. (Lagarde, 1990).
El segundo factor la misma autora menciona la persistencia de estereotipos de género
en la carrera, dentro de los estereotipos más comunes ligados a las mujeres se encuentra
el de la maternidad, la mujer-madre como la denomina Marcela Lagarde en su famoso
escrito sobre los cautiverios de las mujeres define a la madre como “ una institución
histórica, fundamental en la reproducción de la cultura, es a través de la maternidad que
la mujer es transmisora, defensora y custodia del orden imperante en la sociedad”
(Lagarde, 1990, pp. 376).
Las mujeres han sido y son educadas aún en muchas ocasiones para el desempeño de
su rol dentro de una familia, al parecer este debería considerarse como su única
ocupación, para que las mujeres tengan éxito dentro de la investigación deben de asumir
otro rol, dejar de ser mujeres y entrar al mundo de los hombres, esto es abstenerse de
ser madres y, por lo tanto, reproduce la desconfianza al negarle las capacidades
racionales de las madres por el solo hecho de compartir la maternidad con la industria.
Por otra parte, es importante señalar que en ciertas áreas del conocimiento prevalecen
estereotipos, principalmente en las ingenierías o las ciencias exactas. Aún se piensa que
las niñas (según dicta el estereotipo) no son tan buenas como los niños en matemáticas
(Hill, Corbett & Rose, 2010). Los aportes científicos de las mujeres en estas áreas han
demostrado su capacidad intelectual, sin embargo, para ser reconocidas y escuchadas
se han tenido que enfrentar a un persistente sistema patriarcal. A pesar de demostrar
sus capacidades como líderes de investigación, o elaborando propuestas en reuniones
académicas, la cultura patriarcal mexicana en algunas ocasiones las ignora, las
invisibiliza.
El tercer factor que menciona Lagarde, son los mecanismos institucionales, mecanismos
de segregación y prácticas sexistas en la ciencia universitaria; los estereotipos de género
creados en cada cultura a lo largo de la historia han permitido que en la ciencia se
legitimen prácticas sexistas. A pesar de los avances, aún prevalecen ciertas prácticas
que imposibilitan el desarrollo pleno de las mujeres en la vida profesional, y en especial
en la investigación.
Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)
muestran que en el país el 98% de las mujeres y el 96% de los hombres cursan la
primaria; de manera similar, en secundaria la matriculación femenina es de 87% y la
masculina de 81%. Sin embargo, la situación se revierte en el nivel de educación
superior, al que llegan solo el 22% de las mujeres y el 28% de los hombres, se aprecia
que la diferencia es mínima en la falta de oportunidades
Si bien las situaciones de discriminación no son iguales para todas las alumnas de
ingeniería, las experiencias de algunas estudiantes demuestran que aún hay limitantes
en las universidades del país para lograr que el clima de estudios sea igualitario en el
campo de la ingeniería.
Claudia Reyes, de 24 años y recién graduada de Ingeniería Química de una universidad
pública, una de las carreras con más presencia de mujeres, también asegura que vivió
situaciones sexistas en clases. Sus profesores “siempre creían que los varones
acertaban más que nosotras”, comenta. Recuerda cómo en una clase de cálculo el
profesor planteó un ejercicio y dijo: “varones, háganlo, yo sé que ustedes pueden”. Las
mujeres en clase reaccionaron: “¿Y nosotras?”, cuenta Claudia. “Ah, ustedes también,
todos háganlo”, respondió el docente.
En las universidades privadas la tendencia no varía en gran medida. Tres de las cinco
ingenierías enseñadas en la UCA estuvieron dominadas por hombres en el 2017:
Ingeniería Civil tuvo un porcentaje de mujeres del 32%, Ingeniería en sistemas de
información tuvo un 17% e Ingeniería en redes y telecomunicación un 34%(Patricia
García Guevara Revista Latinoamericana de Estudios Educativos (México), vol. XXXII, núm. 3,
pp. 91-105)
Ante este panorama, se puede observar la situación en desventaja del reconocimiento
laboral a la mujer en las industrias, puede representar un factor que limita el desarrollo
personal y profesional de algunas mujeres que son capaces de desempeñar ciertos
puestos dentro de las empresas que son designados específicamente a los hombres, así
como la implementación de condiciones, adquisición de herramientas, equipos de
trabajo que facilitarían las acciones y disminuirían los riesgos de accidentes tanto para
las mujeres como para los hombres, fortaleciendo equipos de trabajo, coadyuvando al
desarrollo y fortalecimiento de la empresa en su economía y productividad. Por lo tanto,
se deduce la siguiente pregunta:
• ¿Se puede lograr en la industria una cultura de diversidad que tienda a ser
más igualitaria?
SI (X) NO ( )
La igualdad de oportunidades en el ámbito laboral entre hombres y mujeres
facilitarían la construcción de una colectividad diversa y democrática necesaria
para implementación de una cultura organizacional adecuada para el desarrollo
industrial, económico, social, político y cultural en nuestro país.
Para contrarrestar esta situación cada uno de nosotros debe cambiar su forma de pensar
y también de actuar, solo de esta manera podremos hacer un cambio en la sociedad y
hacer que la igualdad predomine en cualquier circunstancia.
Algunas propuestas de solución pueden ser:
 Participación y liderazgo de las mujeres en los grupos comunitarios y en los
sistemas jurídicos
 Desarrollo riguroso y correctivo de los planes de estudio, dando educación desde
la primera infancia a todos los niveles, a niños y a niñas por igual.
 Dar aliento a las mujeres y a las niñas para que entren en campos educativos y
profesionales tradicionalmente dominados por los hombres
 Promulgación de leyes que cambien la ideología de la sociedad actual
 La UNESCO creó el día Internacional de la mujer y la niña en la ciencia que es el
día 11 de febrero para fomentar el respeto a las mujeres.
 Promover acciones para sortear las barreras de todo tipo que impiden la
participación plena y en condiciones de igualdad en la academia y la ciencia de
las mujeres, especialmente en los procesos de adopción de decisiones en estos
ámbitos. Así como reconocer los logros de las mujeres en ellos, otra de las
asignaturas pendientes.
Por todo lo anterior, concluimos que es de vital importancia, comenzar a generar
alternativas que busquen tener incidencia verdadera en el centro del problema, es decir,
en la base cultural, generando una nueva memoria colectiva a través de la creación y
reproducción de nuevas relaciones de género que se presenten como más incluyentes,
democráticas e igualitarias.
La Universidad, en este sentido, como espacio de formación debe asumir un compromiso
social y político en la lucha por la eliminación de las desigualdades por motivos de
género. En los que surgen repercusiones al terminar su formación académica para poder
aspirar a grandes oportunidades.
Es importante señalar que hay muchas propuestas para solucionar este problema que
no solo afecta a las mujeres sino a toda la sociedad en general, sin embargo, solo quedan
como proyectos inconclusos, debido a la falta de valores y conciencia marcada por los
estereotipos que vienen desde generaciones anteriores donde la mentalidad era
retrograda. Es por ello que los jóvenes jugamos un papel importante ya que podemos
hacer el cambio con nuevas ideas aplicando el concepto de igualdad como tal.
La adopción de esta perspectiva de género reconoce la existencia de las mujeres y los
hombres, como un principio esencial en la construcción de una sociedad diversa y
democrática, la cual requiere que, mujeres y hombres sean diferentes de quienes han
sido a través de la interpretación de su historia, construyéndose en la actualidad,
adaptándose a la modernidad y el desarrollo industrial para ser reconocidos y vivir en la
democracia genérica. Esta cultura analiza las posibilidades vitales de las mujeres y los
hombres; el sentido de sus vidas, sus expectativas y oportunidades, las complejas y
diversas relaciones sociales que se dan entre ambos géneros, así como los conflictos
institucionales y cotidianos que deben enfrentar diferente a las maneras en que
acostumbran hacerlo. En fin, se requiere contabilizar los recursos y la capacidad de
acción con que cuentan tanto mujeres y hombres para enfrentar las dificultades de la
vida y la realización de los propósitos individuales pertenecientes e incluidos en una
colectividad.
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