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Cuestionario de ética general 1er examen

 La Ética es praxis reflexionada:


La ética reflexiona sobre el bien que debemos hacer y apunta a que hagamos el bien. El
punto de partida de la ética es por tanto el bien que en nuestra opinión ya hemos hecho o
solemos hacer, es decir, el hacer aquello que nos parece ser el bien, lo que tenemos por
tal.
Mediante la reflexión sobre nuestro obrar queremos, por así decir, cerciorarnos de
nosotros mismos y de la corrección de nuestra orientación en el sentido de la pregunta:
¿vivimos bien?
La reflexión sobre la praxis acompaña constantemente a la praxis. Se trata aquí de una
forma especial de conciencia, a la que podemos denominar conciencia moral, o también
conciencia.
La ética es, por tanto, una especie de análisis de la conciencia moral.
La ética se mueve en el plano de la reflexión y que gana su objeto mediante la reflexión.
La ética posee una un punto de partida específico, propio, justo el mismo que posee la
conciencia moral: la autoexperiencia de mi mismo como sujeto que actúa, tiende (también
apasionadamente) .
 La perspectiva del sujeto del acción:
El sujeto siempre actúa hacia un bien, “toda arte y toda investigación, y del mismo modo
toda acción y elección, parecen tender a algún bien; por esto se ha dicho con razón que
el bien es aquello a que todas las cosas tienden”, el concepto de bien esta dado por la
experiencia de que en todo lo que hacemos vamos en pos de algo; ese pos de lo cual
vamos, lo denominamos bien.
El punto de partida de la ética kantiana consiste precisamente en poner entre paréntesis
la perspectiva del sujeto de la acción interesado, a favor de imperativos de la razón
desinteresados.
Solamente una máxima de acción que pueda ser querida también como ley universal es
moral, y no lo es en cuanto corresponda a las inclinaciones o tendencia del sujeto.
La ética no puede abandonarse de esa perspectiva del obrar si no quiere falsear el
fenómeno acción (moral) humana.
Cuando en esta perspectiva de la praxis hablamos de bienes y fines, nos estamos
refiriendo siempre a correlatos de una tendencia, y contemplamos el obrar humano como
tender hacia un bien.
 La orientación a fines y el concepto del acto humano:
El actuar siempre apunta a algo; el bien en pos del cual vamos cuando actuamos es
aquello que parece bueno a juicio del sujeto.
Forma parte de la experiencia practica que nuestro obrar es libre, quiere decir, que tiene
lugar con base en juicios racionales y que nosotros mismos siempre tenemos de alguna
manera en nuestras manos la tendencia que sigue a esos juicios.
Esa libertad a la que aquí hemos llamado experiencia primaria es denominada por santo
tomas de Aquino como dominio sobre el propio tender y obrar.
La libertad tiene su sede en la voluntad, la voluntad es la raíz de la libertad en tanto que es
el sujeto de la libertad.
El hombre solamente actua con base en una tendencia que siga al juicio de la razón, y a
este tender lo llamamos querer.
En virtud de la razón y de la voluntad, nuestro actuar es un obrar que tenemos en nuestras
manos.
Esas acciones se deben distinguir de las actividades de los sujetos humanos que no surgen
de la razón y de la voluntad, y que por eso son ciertamente actos del hombre.
Nuestro actuar se distingue como humano por ser voluntario, es decir, por surgir de una
tendencia guiada por la razón y por que poseemos el correspondiente dominio al
respecto.
 Las acciones morales como actos inmanentes:
Las actividades transeúntes son aquellas cuyo resultado permanece fuera de quien la
ejecuta.
La praxis se denomina por ello actividad inmanente, de modo análogo al conocimiento,
cuyo resultado también permanece en el sujeto que conoce.
En todo obrar, perseguimos algo que no es, sencillamente ese obrar, sino que es lo que da
ese obrar su sentido práctico.
Fines prácticos y bienes prácticos, tienen la propiedad de que el resultado de su
consecución queda en el sujeto mismo que actúa.
Siempre se trata del hombre que actúa, de que hace de si mismo como sujeto que actúa, y
solo en el campo al que se extienda su responsabilidad. La culpa y el merito son
propiedades del sujeto que actúa, y no de sucesos.

No es posible una opción moral o humana sin la intervención de la razón, sin que entre en juego el
conocimiento. Es decir la estrecha relación que hay entre lo que me propongo con m acción (los
fines) y la racionalidad.

La moralidad de la acción se configura a partir de la racionalidad del sujeto que aparece con los
fines que se adquiere, los contenidos o la identidad de una acción no depende de su configuración
física de su acción sino que de alguna manera esa identidad responde a la pregunta para que
realizo yo esta acción?

Esa identidad solo es captable en base a la intervención de la razón, precisamente en razón del
para que hace que la persona elige la acción que está haciendo.

En el contexto de la ética siempre que hablamos de medios hablamos de acciones.

Los autores desde los griegos han distinguido siempre dos tipos de acciones: Poesis y praxis

 Poesis: son aquellas acciones que nosotros identificamos como Producir o fabricar. Es
aquel tipo de actividad que manufactura algo, que produce algo físico.
 Praxis: quiere decir obrar. Es aquel tipo de acción que lo que produce son más bien
efectos de tipo moral.
Esas acciones tienen dos dimensiones: una dimensión trascendente o transeúnte o una dimensión
inmanente.

En la ética nuestro tema fundamental está en la praxis.

Nuestra identidad se configura a partir de nuestras acciones, aquello que quiero en términos
morales eso es lo que yo termino siendo en términos morales.

 El fin último y la felicidad:

la felicidad es hacer un bien común hacia las personas. Los que nos mueve actuar en realidad
es el bien.

Y precisamente el bien que yo quiero realizar es el contenido de mi acción, de alguna manera


es el fin de mi acción pero también es el contenido de mi acción.

Toda acción humana supone la realización práctica de un bien percibido como tal. En cambio
de querer ser feliz no se puede deducir nada para el obrar. Con base de un querer ser feliz es
imposible determinar lo mas mínimo de querer racionar.

En cambio de querer alcanzar un bien, de querer realizar un bien si se puede deducir un tipo
de actuar que consiste en realizar unas acciones determinadas para poder alcanzar el ser feliz.

No realizamos nuestro yo buscando la felicidad, lo realizamos buscando el bien, luego la


concepción del bien encontramos la felicidad.

Es sinónimo ser bueno ser feliz? Para cada ser es bueno aquello que es conforme a su
naturaleza o a su esencia. En el caso del ser humano nuestra naturaleza es una naturaleza
racionar.

Solo es bueno para nosotros aquel bien que resulta racionar, que tendemos a el según la razón
y no contra la razón. De aquí a lo único que tendemos de manera racionar es el bien y no a la
felicidad.

 Las intenciones de las acciones y los objetos de las acciones, concepto de acción
intencional básica:
Existe una primera intencionalidad fundamental, un primer y fundamental para que, que
es condición necesaria de que un obrar concreto pueda ser considerado como actus
humanus es decir, como una acción voluntaria, guiada por la razón y elegible.
Esta acción misma es tanto que movimiento corporal es también un acto de la voluntad.

Las acciones son buenas o malas en la medida en que son elegidas por una voluntad, una voluntad
que la elige en razón de una valoración de un juicio que hace practica las persona. Ese juicio de la
persona encuentra en la acción un contenido que le mueve a preferir una acción a otra,
precisamente en que la considera mejor.
La moralidad del actuar depende en buena medida de nuestra racionalidad practica y en
consecuencia de nuestra voluntad. Ese contenido que se encuentra en la razón que la razón
practica logra descifrar que es siempre en la acción en el contexto ético, ese contenido que la
razón descubre e interpreta es el objeto moral de la acción, y el objeto moral de la acción es la
que lo hace ser buena o mala, justa o injusta.

Una acción con una misma descripción física puede tener diferentes identidades morales.

La descripción moral de la acción depende de la respuesta que damos para que? Esa pregunta en
el fondo define un núcleo básico de la acción un que de la acción.

Las acciones son buenas o malas en la medida en que son elegidas por una voluntad, una voluntad
que la elige en razón de una valoración de un juicio que hace practica las persona. Ese juicio de la
persona encuentra en la acción un contenido que le mueve a preferir una acción a otra,
precisamente en que la considera mejor.

La moralidad del actuar depende en buena medida de nuestra racionalidad practica y en


consecuencia de nuestra voluntad. Ese contenido que se encuentra en la razón que la razón
practica logra descifrar que es siempre en la acción en el contexto ético, ese contenido que la
razón descubre e interpreta es el objeto moral de la acción, y el objeto moral de la acción es la
que lo hace ser buena o mala, justa o injusta.

Una acción con una misma descripción física puede tener diferentes identidades morales.

La descripción moral de la acción depende de la respuesta que damos para que? Esa pregunta en
el fondo define un núcleo básico de la acción un que de la acción.

 Medios y fin:
Los medios son acciones concretas que se eligen y ejecutan para alcanzar un determinado
fin; un medio, es como mínimo una acción intencional básica, y no son medios los
elementos ónticos físicos de las acciones intencionales básicas.
Los medios son siempre acciones humanas definidas intencionalmente, acciones que se
eligen y en tanto.

Ese para que describa la intencionalidad básica a demás me pone en relación con un fin, que yo
me propuse.

La acción elegida se pone respecto al bien que quiero lograr en una relación que se expresa en
términos de medio y fin.

Donde el fin es el bien intencionado, el medio es la acción elegida para realizar esto. De modo que
la acción que yo elegido la elijo para un para que? Me dice si esa acción es un medio acto
moralmente para conseguir el fin.
Cuando hablamos de fin hablamos de un bien moral que quiero alcanzar, y cuando hablamos de
medios hablamos de acciones.

Por tanto fijar conceptos cuando hablamos de fin: un bien, un bien moral.

 Elegir e intender como actos de la voluntad y su unidad intencional:

Tienen dos momentos que a su vez son dos actos de la voluntad, primero nos fijamos en el fin,
lo queremos como buenos gracias a un juicio previo que nos dice esto es un bien, es digno de
quererse.

Estos dos actos provienen de una misma facultad, es la misma voluntad que intenciona un fin
y elige para alcanzar ese fin.

En ambos momentos siendo la misma facultad la que actúa siempre debe actuar por si misma
y no por otra. Una voluntad que individua un fin bueno no puede elegir para alcanzar ese fin
bueno una acción cuya identidad moral sea todo lo contrario, por que entraría en
contradicción consigo mismo.

Las acciones humanas se eligen con vistas a un determinado fin. Quien quiera una acción y la
ejecuta, esta intendiendo a un fin en el acto de elección y en el acto de ejecución.

Tanto elegir como intender a un fin con vistas al cual se hace una elección son actos de la
voluntad (actos tendenciales guiados por la razón).

La elección se dirige siempre aun bien práctico que se puede alcanzar en una acción concreta.
Se refiere a lo que podemos hacer y es medio para el fin.

Intender por tanto, es un modo potencialmente práctico de querer algo; la intención lleva a la
deliberación, a la acción y a la acción.

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