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RESPUESTA A LOS PARTIDARIOS DEL LA 432

por el Prof. Federico Miyara, docente e investigador de la Universidad Nacional de Rosario


(Argentina) / además de pianista y compositor

Existe una corriente de opinión que sostiene que el LA4 patrón debería estar afinado en 432
Hz en lugar de 440 Hz, como lo establece la norma ISO 16. Se suelen esgrimir en su defensa
diversos argumentos que van desde lo pseudocientífico hasta lo directamente esotérico, sin
dejar de incluir teorías conspiracionistas que aseguran que fue una frecuencia impuesta por
los nazis en 1939 para sumir en el caos a la población mundial y así controlarla. Dentro de la
pseudociencia sostienen que tanto el ser humano a través de sus ritmos alfa como el planeta
Tierra y el mismo universo tienen frecuencias propias de 8 Hz, y que entonces la afinación
de la música debería estar en sincronismo con tales oscilaciones universales para completar
la armonía universal. Sólo a modo de ejemplo cito un argumento: “432 Hz vibra en los
principios de la media de oro PHI y unifica las propiedades de la luz, tiempo, espacio,
materia, gravedad y el magnetismo con la biología, el código del ADN y la conciencia”.
Ninguno de los alegatos favorables a esta corriente incluye fuentes o referencias primarias o
secundarias reconocidas. En el mejor de los casos citan otros escritos que tampoco tienen
ninguna referencia confiable.

A continuación, un breve análisis sobre uno de los argumentos, el del sincronismo.

1) En primer lugar, el segundo (s), que es la base de tiempo para la determinación de las
frecuencias, es una cantidad arbitraria cuya definición ha ido cambiando. Hoy se define a
partir de la frecuencia de emisión del átomo de cesio 133 en la transición de dos estados, pero
antes de 1967 estaba definido a partir de la duración media del año solar entre 1750 y 1890.
De hecho, debido a este cambio el día no dura exactamente 86400 s, sino que se va alargando
y cada tanto hay un minuto que tiene 61 s para corregir esto (ese segundo se llama "segundo
intercalar", concepto similar al del año bisiesto). A veces se agrega el 31 de diciembre y otras
veces el 30 de junio. Casi nadie se entera porque los relojes generalmente tienen errores
bastante mayores que 1 s, pero se corrige internacionalmente. Este cambio en la definición
del segundo hace que la interpretación de qué es el hertz y, en particular, qué significa 432
Hz, también cambie.
2) No hay una única frecuencia para la Tierra, de hecho la rotación de la tierra se va
enlenteciendo, aunque a veces se acelera, por ejemplo en 2004 hubo un terremoto muy fuerte
en el océano Índico que hizo que el día se acortara 3 microsegundos. Además tiene ruido, es
decir, una variación aleatoria superpuesta, muy pequeña pero existente, motivada por
corrientes marinas, mareas, vientos, lluvias y otros fenómenos meteorológicos, la acción
gravitatoria de millones de objetos extraterrestres, movimientos sísmicos... Por lo tanto no
hay una frecuencia que garantice sincronismo perfecto con ningún periodo de oscilación de
la Tierra.
3) Tampoco el ser humano tiene una frecuencia definida, y aquí la variabilidad, como en el
caso de muchos otros parámetros biofísicos, es enorme. Los ritmos alfa cambian de persona
en persona y dentro de una misma persona también cambian según las circunstancias.

4) Aun si hubiera una frecuencia, ya sea del universo, de la Tierra o de las personas a la cual
fuera conveniente sincronizarse, por 1) no hay ninguna razón por la cual esa frecuencia tenga
que ser un número entero de Hz, como ser 432 Hz. Lo más probable es que tuviera muchos
decimales. Por ejemplo, si la frecuencia real de sincronía fuera 432,011 Hz, ello significaría
que si “sincronizáramos” a 432 Hz, aproximadamente cada 45 s habría una desincronización
completa (por el fenómeno de batido). En una palabra, el sincronismo no podría mantenerse
a largo plazo.

5) Aun si fuera cierto que hay una frecuencia privilegiada, se necesitaría una afinación
perfecta para garantizar el sincronismo de la música y sus pretendidos beneficios. Cualquier
discrepancia debida, por ejemplo, a la incapacidad del oído humano para percibir diferencias
por debajo de cierto umbral, ni siquiera indirectamente a través de batidos, haría perder el
sincronismo. Si esa afinación fuera verdaderamente perfecta la orquesta de cuerdas sería
inviable, ya que dependiendo del retardo inicial con que cada músico ataca su nota respecto
a los otros, tendríamos diferentes amplitudes, y cuantos más músicos hubiera sería más
probable que para cada uno de ellos hubiera otro que esté prácticamente en contrafase,
produciendo un sonido muy débil y además probablemente con deficiencias en cuanto a
timbre, ya que cada armónico se atenuaría de manera diferente según el retardo relativo.

6) Supongamos que todo lo anterior no tuviera importancia y que realmente 432 Hz fuera la
frecuencia ideal y además realmente se lograra garantizarla. Eso sólo valdría para el La
central y podríamos extenderlo a los La de otras octavas (de nuevo, suponiendo afinación
perfecta). Pero todos los otros sonidos estarían completamente desincronizados dado que
nuestra escala es una escala cromática de temperamento uniforme que se logra sacrificando
la coincidencia de armónicos a cambio de lograr igualdad en los intervalos nominalmente
iguales (es decir, todas las quintas “justas” son iguales sin importar si empieza en Fa o en
Sol# o en cualquier otra nota). Para lograr esto, excepto la octava, todos los demás intervalos
tienen relaciones de frecuencias que son números irracionales, es decir números
inconmensurables entre sí, por lo cual si el La está sincronizado con el universo, la tierra o
las personas, todas las demás notas estarían desincronizadas. La única manera de corregir
esto sería adoptar una escala de afinación natural, donde las relaciones entre las frecuencias
de distintas alturas son números racionales y, por lo tanto, sincronizables (con cierto esfuerzo
y buena voluntad...) con el universo, etc.

7) La propia premisa de la preferencia de un sincronismo entre todas las escalas del universo
es una petición de principio. Aun si fuera posible un sincronismo universal, en esencia sería
equivalente a un universo muerto, no habría procesos caóticos que a partir de leyes muy
simples generen complejidad, no habría cambio ni evolución posible.

A continuación, algunos comentarios sobre otras citas.

"432 Hz vibra en los principios de la media de oro PHI"


Phi es la relación o razón áurea, aproximadamente 1,618, una relación geométrica que suele
aparecer en las proporciones de la arquitectura, la pintura y la música. Siempre es
aproximado, por ejemplo en varias sonatas de Mozart la exposición y el desarrollo-
reexposición guardan esta relación aproximadamente, pero no en forma exacta. Nunca podría
ser exacta, por otra parte, porque las relaciones entre duraciones de la música son números
racionales, mientras que la relación áurea es irracional. El error es mayor que la diferencia
del 2 % que hay entre 440 y 432. Hay obras de Bartok que están intencionalmente construidas
usando la relación áurea en forma sistemática. También las tarjetas de crédito tienen esa
proporción, quizás en la creencia de que de esa manera pueden hacerla estéticamente más
agradable a los usuarios y por lo tanto incentivar su uso...

Dicho todo esto ¿qué quiere decir que algo vibra en los principios de la media de oro?
Absolutamente nada, es puro palabrerío.

"Las notas hacen 12 armónicos, cuando se toca una nota afinada a un LA afinado a 432 Hz.
Cuando uno toca en un LA afinado a 440 Hz, sólo se hacen 8 armónicos. La música afinada
a 440 Hz es música muy pobre."

Esta afirmación es absurda por donde se la mire. Las notas pueden tener menos o más
armónicos que 12 (en general muchos más) independientemente de en qué frecuencia estén
afinadas. Si cambiara tanto la cantidad de armónicos, cambiaría bastante el timbre. Por
ejemplo, se puede experimentar tocar una guitarra e ir variando gradualmente la afinación
para pasar de 430 Hz a 440 Hz. Se observará que el timbre casi no cambia.

"La frecuencia del planeta Tierra es de 8 Hz"

También absurdo. ¿Qué es la frecuencia del planeta Tierra? ¿Cómo se define la frecuencia
de un planeta? Si le tuviéramos que asignar una frecuencia, esta sería la frecuencia de
rotación, que es un ciclo por día, dado que el día dura 24 horas, es decir 86400 segundos, la
frecuencia sería 1/86400 = 0,000011574 Hz, que nada tiene que ver con 8 Hz.

"Las ondas alfa, la frecuencia del cerebro en estado de relajación profunda, son ondas a 8
Hz."
La frecuencia de las ondas alfa es variable de persona en persona y para una misma persona
según múltiples variables ambientales. Están en el rango de 8 Hz a 13 Hz, una diferencia
enorme comparada con la diferencia relativa entre 440 y 432. Por ejemplo se puede
ver http://es.wikipedia.org/wiki/Ondas_alpha).

"El Ser Humano funciona en un rango de frecuencia que va de 16 a 32 Hertzios"


¿Qué quiere decir que el ser humano funciona a tal o cual frecuencia?

En el mejor de los casos el ser humano tiene miles de frecuencias según qué parte de su
sistema se analice. El sistema neuronal puede disparar a 300 Hz, el pulso cardíaco está
típicamente entre 0,8 Hz y 3 Hz, y la respiración entre 0,15 Hz y 1 Hz según el estado de
actividad. Las cuerdas vocales pueden variar su frecuencia libremente según la nota o el
glissando que se cante.

Pero igualmente, si el asunto era 432 vs. 440 ¿De donde salen los 8 Hz? Tanto 440 Hz como
432 Hz son múltiplos de 8 Hz...

Esta cuestión de los 432 Hz tiene similitudes con la de los biorritmos, una pseudoteoría que
estaba de moda en la década de 1980, según la cual hay tres biorritmos, físico, emocional e
intelectual, con diferentes príodos (23, 28 y 33 días), y que cuando coincidían los tres picos,
era el mejor momento para todo. Una versión a escala humana de la astrología. Aun si
aceptáramos la existencia de estos biorritmos, los periodos para cada persona específica no
tienen por qué ser iguales a los de otra o a los del promedio, a lo que se agrega que muy
probablemente los biorritmos también experimentarían cambios en una misma persona según
condiciones ambientales, sociales, etarias, etc. Por ello cualquier fórmula que intentara
predecir los momentos ideales estaría viciada por una incertidumbre tal que se volvería
completamente inútil.

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