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UNET
GEOLOGIA APLICADA – 1523503T
ING. JULIO J. MENDOZA GARCÍA
INTRODUCCIÓN
Las rocas ígneas constituyen la mayor parte de las rocas de la corteza. Aún más, se
puede afirmar que la Geosfera, a excepción del núcleo, es una enorme roca ígnea
parcialmente recubierta por una muy delgada capa de rocas sedimentarias. La mayor
parte de las rocas de la corteza fueron formadas por el enfriamiento y cristalización del
magma bajo la superficie – actividad ígnea plutónica. Una pequeña proporción de este
magma alcanza la superficie y da lugar a todos los procesos y materiales asociados al
vulcanismo.
Relación de los cuerpos intrusivos y de actividad volcánica con los límites entre
placas tectónicas.
Valoración de las rocas ígneas desde el contexto de la ingeniería civil.
El término magma se refiere a un material de roca fundida que está bajo la superficie
y lava es el magma que llega a la superficie. Al ser menos denso como roca fundida,
tiende a subir a la superficie donde puede derramarse como flujos de lava o ser
arrojado con fuerza a la atmósfera como material piroclástico.
La porción líquida (fundido) está compuesta por iones móviles de los elementos
comunes en la corteza terrestre, principalmente por silicio y oxígeno, así como por
cantidades menores de aluminio, potasio, calcio, sodio, hierro y magnesio.
El vapor de agua (H2O), el dióxido de carbono (CO2) y el dióxido de azufre (SO2) son
los gases más comunes hallados en el magma y están confinados bajo la enorme
presión que ejerce la espesa columna de rocas suprayacentes. Estos componentes se
encuentran disueltos en la fase líquida hasta que el fundido cristaliza o se acerque a
la superficie, momento en que migran libremente por entre las fracturas.
El silicio, expresado como SiO2, es el constituyente primario de casi todos los magmas,
su contenido varía y sirve para diferenciar magmas félsicos, intermedios y máficos (ver
tabla). Un magma félsico contiene más del 65% de sílice y cantidades importantes de
sodio, potasio y aluminio, pero poca cantidad de calcio, hierro y magnesio. Por el
ROCAS ÍGNEAS
Todas las rocas ígneas intrusivas y muchas extrusivas se forman cuando cristalizan
los minerales del magma. El comienzo de la cristalización ocurre cuando la
temperatura disminuye y se inicia el proceso de ordenamiento de los átomos para la
formación de las redes cristalinas de los futuros minerales. Esto ocurre a partir de
núcleos que progresivamente se van convirtiendo en los cristales minerales que van a
componer la roca una vez se solidifique.
Cuando un magma se enfría lentamente, esa condición permite que los iones puedan
viajar a distancias relativamente grandes para incorporarse a los pocos núcleos
existentes, promoviendo el crecimiento de menos cristales pero de mayor tamaño.
Por otro lado, cuando el enfriamiento se produce más deprisa, por ejemplo en una
delgada capa de lava, los iones pierden rápidamente su movilidad y se combinan más
fácilmente, favoreciendo el desarrollo de numerosos núcleos embrionarios, que
compiten por los iones disponibles. Esto conduce a una masa sólida con
intercrecimiento de cristales pequeños.
Cuando el magma se enfría rápidamente puede no haber tiempo suficiente para que
los iones se dispongan en una red cristalina. El resultado es una masa de iones
desordenada y a esa textura se le denomina vítrea o vidrio volcánico.
sucesivamente. En muchas rocas afaníticas se observan los huecos dejados por las
burbujas de gas – vesículas, que escapan del material conforme se solidifica el
magma.
Textura porfídica. Esta textura está asociada a una historia más compleja. Se trata de
cristales grandes, visibles a simple vista, llamados fenocristales rodeados de una
matriz de cristales mucho más finos. Esto ocurre cuando una gran masa de magma
localizada profundamente que comenzó a cristalizar lentamente con la formación de
cristales grandes sufre un cambio en sus condiciones de enfriamiento y empieza a
enfriarse más rápidamente dando lugar a una masa de cristales mucho más finos. A
estas rocas se les conoce como pórfidos.
Ignimbrita soldada
con textura piroclástica
Textura vesicular. Algunos magmas tienen grandes cantidades de agua, como vapor
de agua, y otros gases en solución cuando están fundidos. Estos gases pueden quedar
atrapados en la lava que se enfría y formar numerosas oquedades o cavidades
pequeñas llamada vesículas. Esto también puede presentarse asociado al vidrio
volcánico.
Basalto vesicular
Como en los magmas, las rocas ígneas se caracterizan por su contenido de sílice:
máficas (45% a 52%), intermedias (53% a 65%) y félsicas (>65%).
Las rocas ígneas se clasifican sobre la base de la textura y composición. Dos rocas
pueden tener la misma constitución mineral pero diferente textura y, por consiguiente,
nombres diferentes. Por ejemplo, el granito es una roca plutónica de grano grueso que
tiene un equivalente volcánico de grano fino llamada riolita, ambas de la misma
composición pero en apariencia son totalmente diferentes.
Las rocas con una composición intermedia entre las graníticas y basálticas se dice que
tienen una composición intermedia o andesítica. Este tipo de rocas está asociada con
actividad volcánica en los márgenes de los continentes (vinculadas a zonas de
subducción oceánica continental).
Tanto la textura como la composición son usadas para la clasificación de las rocas.
Clasificación de los principales grupos de rocas ígneas según su composición y textura. Las
rocas de grano grueso son plutónicas y cristalizaron en profundidad. Las de grano fino son
volcánicas o solidificaron en pequeños plutones o cerca de la superficie terrestre.
Granito. El granito es una roca fanerítica compuesta por alrededor de 25% de cuarzo
y 65% de feldespato potásico y plagioclasa sódica. Los cristales de cuarzo suelen ser
vítreos y de color blanco o ahumado. El feldespato potásico y la plagioclasa son de
color blanco a gris o rosa salmón y exhiben formas rectangulares. Cuando predomina
el feldespato potásico y es de color rosa oscuro, el granito adquiere colores casi rojizos.
Cuando el feldespato es de color blanco o gris la roca toma un color gris claro. Otros
constituyentes menores del granito son la mica moscovita y algunos silicatos oscuros
como la biotita y el anfíbol, cuya proporción es generalmente inferior al 10%.
Es una práctica común el utilizar el término granito a cualquier roca ígnea de minerales
claros que contenga cuarzo. Esa práctica, para los efectos de la geología aplicada es
útil en virtud de la sencillez.
Pumita. La pumita es una roca volcánica que, como la obsidiana, tiene textura vítrea.
Se forma cuando grandes cantidades de gases escapan a través de la lava en proceso
de rápido enfriamiento para generar una masa gris y porosa que muchas veces le
permite flotar en el agua. Su nombre común es piedra pómez y tiene muchos usos
industriales y cosméticos.
Obsidiana
Pumita
Diorita. La diorita es una roca plutónica, de grano grueso que tiene un aspecto similar
al granito gris. Se diferencia de este último por la ausencia de cristales de cuarzo y
porque tiene una mayor proporción de minerales oscuros. Su composición básica es
plagioclasa rica en sodio y anfíbol, con cantidades menores de biotita. Debido a que
las proporciones de plagioclasa (blanquecina) y anfíbol (negra) son aproximadamente
igual, la diorita tiene un aspecto de “sal y pimienta”.
Andesita. La andesita es una roca de color gris medio, de grano fino y de origen
volcánico. Su nombre proviene de los Andes de América del Sur donde numerosos
volcanes están formados por este tipo de roca. Muchas estructuras volcánicas en el
océano Pacífico son de composición andesítica. En muchos casos muestra textura
porfídica y, cuando éste es el caso, los fenocristales son cristales claros y
rectangulares de plagioclasa o negros y alargados de anfíbol. Frecuentemente se
parece en color a la riolita; en estos casos, su identificación requiere el uso de
microscopio para verificar la presencia o ausencia de cuarzo. La andesita no contiene
cuarzo o en muy poca cantidad mientras que la riolita tiene un ± 25% de este mineral.
Basalto. El basalto es una roca volcánica de grano fino y color verde oscuro a negro,
compuesta fundamentalmente por piroxeno y plagioclasa cálcica, con cantidades
menores de olivino y anfíbol. Cuando exhibe textura porfídica, presenta pequeños
fenocristales de plagioclasa cálcica de colores claros o fenocristales de olivino de
aspecto vítreo embebidos en una pasta oscura.
El basalto es la roca ígnea extrusiva más común. Muchas islas volcánicas, como las
de Hawái e Islandia, están compuestas fundamentalmente de basalto. Las capas
superiores de la corteza oceánica son de basalto. En zonas continentales existen
grandes áreas cubiertas por potentes capas de coladas basálticas, que han acumulado
espesores de hasta 3 km (parte central del estado de Oregón, EE. UU.
Estas rocas por su aspecto más parecen sedimentarias que ígneas, aunque por su
origen son inequívocamente ígneas.
Las rocas piroclásticas son fragmentos expulsados durante una erupción volcánica
que posteriormente se acumulan en un depósito y consolidándose como una masa
coherente. Una de las rocas piroclásticas más comunes es la toba, compuesta por
diminutos fragmentos del tamaño de cenizas que se acumulan y cementan después
de su caída. Cuando estas cenizas permanecen suficientemente calientes como para
fundir el contacto entre ellas, a la roca resultante se le denomina toba soldada, también
conocida como ignimbrita.
Las tobas y brechas no llevan implícita composición mineralógica, solo textural. Por
tanto, suelen utilizarse con un calificador, por ejemplo, toba riolítica.
Toba volcánica
Brecha volcánica
La forma más obvia de generar magma a partir de roca sólida consiste en elevar la
temperatura por encima del punto de fusión de la roca.
Se sabe que la temperatura aumenta entre 25ºC y 30ºC por km (gradiente geotérmico).
La temperatura a unos 100 km de profundidad oscila entre 1200ºC y 1400ºC. Sin
embargo, la presión de confinamiento a esas profundidades eleva el punto de fusión.
Entonces, cuando una roca sólida pero móvil del manto, que fluye hacia arriba de
manera muy lenta, puede eventualmente fundirse por disminución de la presión. Esto
es particularmente posible en las zonas de creación de corteza, en las dorsales
midoceánicas, donde el adelgazamiento de la corteza oceánica y los procesos de
extensión (divergentes), favorecen una disminución de la presión y ello puede conducir
a la fusión sin necesidad de un aumento en la temperatura.
Dado que existe una gran variedad de rocas ígneas, sería lógico suponer que también
debe existir una variedad igualmente grande de magmas. Sin embargo, algunos
volcanes son capaces de generar lavas con diferentes composiciones. Este tipo de
información llevó a los estudiosos a examinar la posibilidad de que el magma pudiera
cambiar (evolucionar) bajo ciertas condiciones.
Los plutones son las diferentes configuraciones que adopta el magma dentro de la
corteza. La actividad intrusiva solo puede estudiarse indirectamente, a diferencia de la
actividad volcánica o extrusiva. Solo pueden ser observados después de que la erosión
los ha expuesto en la superficie, aunque no se pueden duplicar las condiciones
existentes cuando estaban soterrados en las profundidades de la corteza.
Los diques y mantos son plutones tabulares o en forma de hojas que se diferencian
porque los diques son discordantes, mientras que los mantos son concordantes.
Los diques, que en su mayoría son pequeños – miden 1 m o 2 m de ancho, presentan
un grosor que varía de unos cm a más de 100m, se emplazan o sitúan en zonas de
debilidad donde existen fracturas o donde la presión del fluido es lo bastante grande
para que ellos mismos formen sus propias fracturas durante el emplazamiento.
Los mantos son plutones concordantes, miden 1m o menos de grosor aunque eso
puede variar. La mayoría de los mantos se han introducido en rocas sedimentarias.
Los volcanes erosionados revelan que estas características se inyectan en pilas de
rocas volcánicas, se emplazan, a diferencia de los diques que siguen zonas de
debilidad, cuando la presión del líquido es tan grande que el magma introducido
levanta realmente las rocas suprayacentes. Cabe mencionar además que los mantos
son cuerpos intrusivos aplanados.
1
Estos conceptos de discordancia o concordancia asumen que la roca caja es estratificada, o sea, sedimentaria
dispuesta en capas o estratos horizontales. Este tipo de relación pierde sentido si el plutón llegase a intrusionar
una roca masiva como otra roca ígnea. En estos casos, es preferible usar el término dique para intrusiones
tabulares verticales o con un ángulo alto y mantos o sills para estructuras horizontales o subhorizontales.
Los lacolitos comparten con los mantos la característica de ser concordantes pero,
en lugar de ser tabulares, tienen una geometría fungiforme (en forma de hongo).
Tienden a tener un piso plano y en su parte media se les forma una cúpula o bóveda.
La mayoría de los lacolitos son cuerpos pequeños.
Batolitos y troncos. Los batolitos son los cuerpos intrusivos más grandes que tienen
como mínimo 100 km2 de superficie y muchos alcanzan dimensiones mayores. Son
discordantes en general y la mayoría están formados de múltiples intrusiones, es decir,
se producen por intrusiones voluminosas y repetidas de magma en la misma área. Los
troncos, en cambio, tienen las mismas características generales de los batolitos pero
son más pequeños.
2
Un cratón es una masa continental muy antígua (Precámbrico) que, desde entonces, no ha sufrido mayores
fragmentaciones o deformaciones, al no haber sido afectadas por movimientos orogénicos
3
El gneis es una roca metamórfica foliada de grano grueso o bandeada --- será estudiada en la subunidad de
rocas metamórficas
BIBLIOGRAFÍA
4
Una formación litológica es un conjunto de rocas con una composición y estructura común, enmarcada en un
lapso de tiempo geológico particular, que se diferencia y distingue de las adyacentes.