Está en la página 1de 1

La Última Obra.

Por mi mente pasó que escribirlo iba a ser más sencillo que utilizar el habla, y ya veo que no
es así. No está siendo sencillo y estoy seguro que para nadie que ame el arte lo va a ser.
Renunciar, en definitiva, es una palabra de cobardes. Las mejores oportunidades en la vida
se han desaprovechado por renunciar, pero cuando se tienen dos caminos, ¿A cuál
renuncias? Ahora que me leo en voz alta, estoy comprendiendo que no es cuestión de
renunciar, sino de saber cuál camino queremos pulir, hacer brillar y mostrar con orgullo.
Es lamentable que las proyecciones artísticas se estén perdiendo, que los recursos
destinados al desarrollo del arte y la cultura a nivel país mermen día con día. Es inconcebible
que hoy por hoy nos presentemos ante la sociedad como seres que valoran cuan tesoro las
obras artísticas de hace más de un siglo, pero que no seamos capaces de visualizar que el
verdadero sendero del arte, la semilla que vale la pena cultivar, cuidar y ver crecer para que
el día de mañana nos llene de frutos, es la expresión artística del presente.
Cuantas veces no hemos escuchado hablar de lo importantes que son los Abogados, lo
genial de ser Arquitectos, la relevancia de los Maestros, los policías y bomberos, lo
imprescindibles que son los doctores y las enfermeras, o lo importante de llegar a ser
Ingeniero. Todas son labores de asombrosas, pero ¿Qué hay del artista? ¿A caso no
importa?

También podría gustarte