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Pontificia Universidad Católica del Ecuador

Facultad de Ciencias Humanas


Escuela de Sociología y Ciencias Políticas
Teoría Política I

Nombre: Rafael Morales


Fecha: 28–04–2016

En la tragedia griega “Antígona” se puede observar un conflicto entre una Antígona que da lugar a una
política a través del ejercicio de la palabra que se contrapone a la violencia del “tirano” y Creonte que
genera una mayor distancia entre el pueblo y sus dioses mediante la desarmonización de las leyes de la
ciudad (La palabra del pueblo) con las leyes de los dioses (La deliberación de entierro de los muertos).

Podemos observar la acción de Antígona como una rebeldía (encarnando los valores democráticos) en
contra el poder de un solo hombre que se guía por medio de un gobierno del miedo y sabiendo que de esta
manera no se va en contra de las leyes del pueblo o las leyes divinas. Podemos observar esto en el siguiente
pasaje: “Sí, porque no es Zeus quien ha promulgado para mí esta prohibición, ni tampoco Dike, compañera
de los dioses subterráneos, la que ha promulgado semejantes leyes a los hombres; y no he creído que tus
decretos, como mortal que eres, puedan tener primacía sobre las leyes no escritas, inmutables de los dioses.
No son de hoy ni de ayer estas leyes; existen desde siempre y nadie sabe a qué tiempo se remontan. No
tenía, pues, por qué yo, que no temo la voluntad de ningún hombre, temer que los dioses me castigasen por
haber infringido tus órdenes.”

Antígona no se puede reconocer como un tipo de heroína ya que, siendo un personaje bello, reivindica todo
el tiempo su verdad (que al mismo tiempo es la verdad del pueblo) debido a que rebela al poder de un
hombre en particular y también al poder ejercido por todos los hombres en esa cultura, dado que su posición
de mujer le prohíbe tener “voz propia”, en términos mas actuales, ejercer derechos políticos.

Entonces se puede deducir que Antígona transgrede la noción misma de la moral imperante como reacción a
la opresión y a la deshonra recibidas mediante la oposición de la cultura patriarcal al cuestionar la autoridad
del gobernante transgrediendo los limites del hogar.

Creonte por otro lado (desde el lado del choque entre prudencia vs hybris) lo coloca en el lugar del tirano
que mediante la injusticia va en contra de la “sabiduría popular” (entendida ahora como “Sentido Común”)
y que transgrede, también, la noción de destino de la cultura griega al impedir el menester de los vivos
enterrar a los muertos.

El coro de esta obra de teatro se la puede interpretar como el pueblo cómplice sometido al poder del tirano
ya que tiene miedo de expresar y hacer lo que realmente piensa y que se pronuncia generalmente, mediante
la ironía, señalando a Creonte su insensates.

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