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Módulo 4

Dinámica extintiva
de la obligación

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16. Dinámica extintiva
de la obligación

16.1 Modos extintivos


16.1.1 Definición. Supuestos
Las obligaciones nacen para ser cumplidas, por lo tanto, su extinción es el fin y
conclusión natural y lógico.

La importancia práctica de la extinción de la obligación se advierte en dos


sentidos, pues, por un lado, beneficia al acreedor, quien ve satisfecho su
crédito; y por otro, al deudor, quien se libera y recupera su plena libertad
–patrimonial–.

El modo de extinción principal es el cumplimiento o pago, que ya estudiamos


en la Unidad 9, es decir, la realización de la prestación debida, o de dar, de
hacer o no hacer.

Antes el Código Civil brindaba un listado de todos los “otros modos extintivos”
en el art. 724, pero esta norma no fue reproducida en el nuevo ordenamiento,
aunque sí las regulación de cada uno de estos. Así, se regulan en el Libro
Primero, Título I, Capítulo 5: “Otros modos de extinción”, a saber:
Compensación, Confusión, Novación, Dación en pago, Renuncia y remisión,
Imposibilidad de cumplimiento, los que estudiaremos a continuación.

Cabe aclarar que la transacción, modo extintivo en el Código de Vélez, deja de


ser regulada como tal, y se traslada al ámbito contractual, donde la doctrina
recomendaba su tratamiento.

16.1.2 Otros posibles modos extintivos


Existen otros modos de extinción que la doctrina debatió en atención a que
afectan a las obligaciones:

 Cumplimiento de la condición resolutoria: acontecimiento futuro e


incierto que una vez cumplida extingue un derecho (Unidad 3). Cumplido
el hecho futuro condicionante, se extingue la obligación.

1
 Vencimiento del plazo extintivo: Pizarro y Vallespinos (2014) aclaran
que la doctrina mayoritaria entiende que extingue la obligación, pero
ellos afirman que sólo impide que siga produciendo efectos jurídicos, y el
deudor no se libera simplemente por la extinción del plazo.

 Anulación del acto jurídico: Convenimos en que el acto jurídico es una


de las causas fuentes de las obligaciones, Pizarro y Vallespinos (2014)
consideran que la nulidad del acto es originaria y lo priva de efectos,
entonces no hubo obligación por falta de causa fuente, no se puede
extinguir lo que nunca existió.

 Prescripción liberatoria: es un modo de extinción de las obligaciones, de


conformidad con la definición del art. 724.

16.1.3 Extinción por vía de consecuencia


En las obligaciones que tienen por causa fuente un contrato, aquellas pueden
verse extinguidas como consecuencia de diversas vicisitudes que afecten al
negocio jurídico y que provocan que ya no produzca efectos. En consecuencia,
se extinguen las obligaciones de modo indirecto o por vía refleja:

 Rescisión: es la extinción del contrato por acuerdo bilateral de las partes


(art. 1076). También puede ser unilateral. Ej.: en la locación, la
posibilidad de rescindir a los 6 meses: conformidad anticipada de las
partes, entonces una o ambas tienen derecho a rescindir el contrato por
su sola voluntad.

 Resolución: Se trata de la extinción en virtud de un hecho que se


produce con posterioridad a la celebración. Este hecho puede ser
voluntario (por ejemplo, cuando se celebra el contrato con pacto
comisorio expreso o se somete el mismo a un plazo resolutorio,
transcurrido el mismo, acarrea la extinción del contrato) o derivado de la
ley (por ejemplo, el pacto comisorio tácito o la excesiva onerosidad
sobreviniente).

 Revocación: Es la forma de extinción de los contratos unilaterales, es


decir, los que generan obligaciones para una sola de las partes. Ej.: una
donación puede revocarse por injurias graves hacia la persona del
donante.

16.1.4 Modos extintivos propios de cierto tipo de


obligaciones: (Muerte, incapacidad, imposibilidad,
abandono)

2
 Muerte: la regla es que no provoca efecto alguno en materia
obligacional, es decir, no extingue. Sin embargo, excepcionalmente ello
sí ocurre: obligaciones “intuitu personae”. Ej.: locación de obra,
mandato. Pizarro y Vallespinos enseñan (2014) que el contrato no sigue
generando obligaciones, pero las ya gestadas son válidas.

 Incapacidad sobreviniente o restricción a la capacidad que le imposibilite


ser parte de la obligación: los efectos son iguales al caso anterior.

 Imposibilidad: ver punto 18.1.

 Ejecución individual o colectiva: ejecución forzada individual, directa o


por equivalente del art. 730, o la colectiva en caso de concurso o
quiebra, funcionan como un modo extintivo para Pizarro y Vallespinos
(2014).

16.1.5 Clasificación
Con fines didácticos, los modos extintivos pueden clasificarse del siguiente
modo:

1. Según su naturaleza jurídica:

o Hecho jurídico: no interviene la voluntad de las partes. Ej.: los


que tenga como origen la ley: confusión, novación legal,
compensación legal, prescripción, plazo extintivo y condición
resolutoria.

o Acto jurídico: se requiere la voluntad de las partes. Ej.: la


novación, la compensación, la remisión de deuda, la dación en
pago.

2. Según su contenido:

o Satisfactorios: desinteresan al acreedor: pago, novación,


compensación y confusión.

o No satisfactorias: se libera el deudor pero sin satisfacer el interés


del acreedor: imposibilidad de pago y remisión de deuda.

3. Por la manera en que actúan: según si producen efectos de pleno


derecho o si requieren pedido de parte:

o De pleno derecho: independientemente de su alegación: la


condición resolutoria o el plazo extintivo.

3
o Por vía de excepción: requieren alegación: prescripción,
compensación.

16.2 El pago. Remisión.


El tema fue estudiado en la Unidad 9 de esta materia.

16.3 Pago por consignación


16.3.1 Definición. Clases
Tal como se estudió en la Unidad 9, el deudor tiene el deber jurídico de pagar,
pero además tiene el derecho de hacerlo a fin de cumplir y liberarse, en
consecuencia, el acreedor tiene deberes y cargas con el objeto de colaborar
para ello.

Borda explica que:

si el acreedor no quiere (por ejemplo, por pretender que el


deudor le pague más de lo que desea pagar) o no puede (por
estar ausente o ser incapaz) recibir el pago que el deudor quiere
hacer, la ley ha establecido un procedimiento especial que le
permite al deudor liberarse: la consignación de lo que se debe.
(Borda, 2009, p. 565).

También puede ocurrir que el acreedor sí pueda y quiera recibir el pago, pero el
deudor se encuentre en alguna de estas situaciones:

 Derecho dudoso o acreedor desconocido (ej.: muerte del acreedor y no


determinación de los herederos).

 Deuda embargada, prendada o retenida en poder del deudor.

 Pérdida del título del crédito.

 Pago al acreedor hipotecario por el adquirente del bien hipotecado (ante


su negativa).

 Litigio sobre el objeto del pago.

 Acceso al lugar del pago difícil o peligroso.

4
Un ejemplo sería si el locatario se ve impedido de abonar el canon locativo por
dos meses seguidos, por no encontrar al acreedor en su domicilio, ni lugar de
trabajo, a fin de evitar un eventual desalojo posterior, puede realizar el pago
por consignación judicial o extrajudicial, alegando tal circunstancia.

El Código de Vélez sólo preveía que este procedimiento tuviera lugar en sede
judicial, es decir, mediante un procedimiento ante un juez, en el que se cita al
acreedor, y en el que –en líneas generales– el deudor está habilitado para
depositar la suma de dinero o la cosa adeudada a la orden del tribunal a fin de
liberarse. Sin embargo, el nuevo Código regula la consignación habilitando dos
alternativas:

 Judicial: arts. 904 a 909, en los que se prevé los casos en que procede,
los requisitos, la forma y los efectos.

 Extrajudicial: arts. 910 a 913, como innovación, pues se habilita al


deudor de una suma de dinero (exclusivamente) a consignarla ante un
escribano de registro, a nombre y a disposición del acreedor. También se
regulan los requisitos, los derechos del acreedor y los impedimentos.

Los caracteres generales de la consignación –en sus dos modalidades– son


(Pizarro y Vallespinos, 2014):

 Es un procedimiento de realización forzosa de la prestación, y actúa


como un subrogado del pago: debe cumplirse con todos los principios
relativos a este (art. 905).

 Es opcional o facultativo para el deudor, que no está obligado a hacerlo,


es una alternativa que le brinda el ordenamiento para facilitar su
liberación.

 Es excepcional: lo normal es el pago directo al acreedor o su


representante, sólo es viable cuando este no lo habilita. El deudor debe
alegarlo y probarlo.

 Puede ser un procedimiento judicial contencioso o extrajudicial ante un


escribano de registro.

16.3.2 Consignación judicial


Es el modo de extinción de las obligaciones que se verifica
mediante la intervención judicial solicitada por el deudor, que
ejerce coactivamente su derecho a liberarse para suplir la falta

5
de cooperación del acreedor o para salvar obstáculos que
imposibilitan el pago directo espontáneo. (Negri, 2014, p. 326).

La consignación judicial procede en los casos expresamente previstos en el art.


904, que consagra las opciones antes referidas, pues lo habilita cuando:

a. el acreedor fue constituido en mora;

b. existe incertidumbre sobre la persona del acreedor;

c. el deudor no puede realizar un pago seguro y válido por


causa que no le es imputable.1

Los requisitos que la ley establece para la consignación judicial son, por expresa
remisión del art. 905, los generales del pago.

Con respecto a la forma de realizar esta modalidad de pago, la demanda debe


ser interpuesta ante el juez del lugar de cumplimiento de la obligación, y el
Código establece reglas concretas (art. 906) que unifican el procedimiento en
todas las jurisdicciones:

 “si la prestación consiste en una suma de dinero, se requiere su depósito


a la orden del juez interviniente, en el banco que dispongan las normas
procesales”2: Banco Nación si es tribunales federales, Banco de la
Provincia de que se trate si es jurisdicción provincial.

 “si se debe una cosa indeterminada a elección del acreedor y este es


moroso en practicar la elección, una vez vencido el término del
emplazamiento judicial hecho al acreedor, el juez autoriza al deudor a
realizarla”3: aquí habrá dos intimaciones judiciales: una para que el
acreedor elija la cosa, y luego la consignación se sigue como si fuera de
cosa cierta, y requerirá de otra intimación para que la reciba.

 “si las cosas debidas no pueden ser conservadas o su custodia origina


gastos excesivos, el juez puede autorizar la venta en subasta, y ordenar
el depósito del precio que se obtenga”4. Ej.: entrega de mercadería

1
Art. 904. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
2
Art. 906. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
3
Art. 906. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
4
Art. 906. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

6
perecedera, o de un toro por un deudor que no tiene campos ni lugar
donde conservarlo y custodiarlo.

Negri (2014) destaca que en las obligaciones de dar cosas ciertas, la liberación
coactiva del deudor comienza con la intimación judicial al acreedor para que
reciba la prestación, pues no es necesario que el deudor se desprenda de la
posesión material de la cosa: queda convertido en simple tenedor y la pone a
disposición del acreedor.

En caso de deudor en mora, este tiene derecho a consignar, pero deberá


cumplir con el principio de integridad, y en consecuencia, debe también incluir
los accesorios devengados hasta el día de la consignación (intereses, cláusula
penal) (art. 908).

La ley habilita al deudor a desistir del pago por consignación –retirando lo


depositado– (art. 909), pero puede hacerlo como regla antes de que el
acreedor la acepte o se dicte sentencia admitiéndolo. Con posterioridad a ello,
sólo puede desistir con consentimiento del acreedor, que perderá la acción
contra los codeudores, garantes y fiadores.

Los efectos de la consignación judicial es la extinción de la deuda, la que se


tiene por producida, según el art. 907:

 con efecto retroactivo al día en que se notifica la demanda: si la


consignación no fue impugnada por el acreedor o es declarada válida por
el juez por reunir los requisitos del pago;

 desde la fecha de la notificación de la sentencia que la admite: si la


consignación es defectuosa –no cumple con los requisitos del pago–,
pero luego el deudor subsana los vicios.

16.3.3 La consignación extrajudicial


La Comisión Redactora del Anteproyecto de Código explicó que se innovó al
incluir esta alternativa en el Código a fin de disminuir la litigiosidad.

Se trata de un modo extintivo de la obligación mediante el depósito de la suma


adeudada de modo privado, sin intervención de un juez, sino ante un escribano
de registro, a nombre y disposición del acreedor.

Los requisitos para esta vía están consagrados en el art. 910:

a. notificar previamente al acreedor, en forma fehaciente,


del día, la hora y el lugar en que será efectuado el depósito;

7
b. efectuar el depósito de la suma debida con más los
intereses devengados hasta el día del depósito; este depósito
debe ser notificado fehacientemente al acreedor por el
escribano dentro de las cuarenta y ocho horas hábiles de
realizado.5

La consignación extrajudicial tiene tres límites o impedimentos, que impiden su


prosecución y sólo habilitan el modo judicial:

 Sólo es posible para consignar el pago de obligaciones cuya prestación


consista en la entrega de sumas de dinero, excluyendo las de dar cosas
ciertas, inciertas, hacer o no hacer (art. 910);

 Que el acreedor no haya optado por la resolución del contrato o


demandado judicialmente el cumplimiento de la obligación antes del
depósito (art. 913).

 Si es imposible practicar la notificación fehaciente del depósito por


parte del escribano dentro de las 48 horas de realizado (art. 910 in fine).

Luego de realizado el depósito, y debidamente notificado el acreedor, este


tiene derecho dentro de los cinco días posteriores a:

 aceptar el procedimiento y retirar el depósito, estando a cargo del


deudor el pago de los gastos y honorarios del escribano;

 rechazar el procedimiento y retirar el depósito, estando a cargo del


acreedor el pago de los gastos y honorarios del escribano: y puede
reclamar judicialmente lo que considere que es su derecho –de crédito–,
incluso los gastos y honorarios del escribano. En este caso, debe dejar
constancia en el recibo de las salvedades por las que rechaza el
procedimiento, es decir, hacer reserva de su derecho para ulterior
reclamo (art. 912). La norma establece un plazo de caducidad para
demandar de 30 días a partir de la fecha del recibo con reservas.

 rechazar el procedimiento y el depósito, o no expedirse. En ambos


casos, el deudor puede disponer de la suma depositada para consignarla
judicialmente: ante el fracaso de la vía privada.

5
Art. 910. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

8
16.3.4 Consignación cambiaria. Nociones
Se denomina consignación cambiaria a la que tiene por objeto el pago de
sumas de dinero originadas en títulos de crédito: cheque, pagaré o vales.

El Decreto-Ley 5.965/93 autoriza, en su art. 45, a depositar judicialmente el


importe cuando el documento no se presenta al término fijado, pues el deudor
no sabe quién lo tiene, y por ende, quién es el acreedor al que debe pagar. Ej.:
cheque endosado o al portador.

En este caso, el simple depósito de la suma libera al deudor.

16.3.5 El pago por consignación en las obligaciones de


hacer y de no hacer. Noción
En las obligaciones de hacer, la consignación no procede, salvo que la actividad
tenga por resultado la entrega de una cosa, previstas en el art. 774 in fine, que
manda: “Si el resultado de la actividad del deudor consiste en una cosa, para su
entrega se aplican las reglas de las obligaciones de dar cosas ciertas para
constituir derechos reales”6.

En consecuencia, será consignable judicialmente la cosa resultado del hacer,


pero no es posible consignar un mero “hacer”.

Por otro lado, la consignación es improcedente en las de no hacer, pues basta


que el deudor se mantenga inactivo para cumplir.

16.4 Compensación
16.4.1 Definición
La compensación, como el modo extintivo de las obligaciones, es definida en el
art. 921 del Código, que señala que tiene lugar “cuando dos personas, por
derecho propio, reúnen recíprocamente la calidad de acreedor y deudor
recíprocamente, cualesquiera sean las causas de una y otra deuda”7.

La norma también determina el efecto principal de la compensación, cual es: la


extinción con fuerza de pago de ambas deudas “hasta el monto de la menor,

6
Art. 774. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
7
Art. 921. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

9
desde el tiempo en que ambas obligaciones comenzaron a coexistir en
condiciones de ser compensables”8.

Moisset de Espanés (2004) explica que, etimológicamente, la palabra proviene


del latín: compensare, que podría significar balancear, pesar. En este caso, lo
que se “balancea” son las dos obligaciones entre los mismos sujetos,
neutralizándolas. La ley se hace cargo de la inutilidad que resultaría de imponer
a uno de los sujetos el cumplimiento de su propia obligación, para recibir,
luego, el cumplimiento de la otra, disponiendo la extinción de las dos
obligaciones recíprocas (sin necesidad de que se cumplan ambas prestaciones)
hasta la concurrencia del monto de la menor, y subsistiendo en cuanto al resto.

Ejemplo: si José le debe $ 1.000 a Felipe –contrato de mutuo– y, a su vez, Felipe


le debe $ 2.000 a José –por contrato de alquiler–, se equiparan ambas
obligaciones y mediante un simple cálculo aritmético, se concluye que la deuda
de José se extingue totalmente y la de Felipe se reduce a $ 1.000.

De conformidad con la regulación legal de la compensación, esta puede ser de


distintas especies (art. 922):

 Legal

 Convencional

 Facultativa

 Judicial

Por su parte, el art. 929 establece que las partes de común acuerdo pueden
pactar la exclusión de la compensación, es decir, pueden obligarse
convencionalmente a no alegarla como modo extintivo de las obligaciones.

16.4.2 Funciones
La compensación es un medio de extinción de las obligaciones cuyas funciones
son (Pizarro y Vallespinos, 2014; Moisset de Espanés, 2004):

 Elimina todas las molestias y dificultades de un doble pago: de no


existir la compensación, el deudor debería pagar para que luego el
acreedor, que a la vez es deudor suyo, le pague nuevamente, lo que no
tiene sentido lógico. Es así que se simplifican las operaciones, se ahorran
tiempo y gastos.

8
Art. 921. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

10
 Se reduce el circulante: lo que en épocas inflacionarias es de gran
importancia, ya que evita que se hagan desembolsos de dinero de un
lado y del otro.

 Actúa como defensa procesal: ante demanda por pago de una


obligación, se puede oponer como excepción la compensación.

 Envuelve la idea de garantía o seguridad: porque un deudor que recurre


a la compensación, al abstenerse de pagar a fin de compensar su deuda,
a la vez está cobrando lo que a él se le debe. Además, si uno de los
deudores cayera en estado de insolvencia con posterioridad a la época
en que se pudo haber operado la compensación, que tiene lugar desde el
mismo momento en que ambas obligaciones comenzaron a existir, así la
compensación habrá impedido que el crédito de uno se vea arrastrado
por las consecuencias del concurso o quiebra del otro. En consecuencia,
el acreedor habrá satisfecho su acreencia sin tener que formar parte de
la masa de acreedores del concurso o quiebra, situación que obviamente
le sería desfavorable (se le hubiera pagado seguramente menos y en un
plazo mucho mayor).

16.4.3. Importancia práctica


Tiene gran relevancia como modo extintivo de las obligaciones dinerarias por su
dinamismo y practicidad, que se adecuan a la realidad económica y social. Es
muy utilizada en el ámbito bancario e interempresario.

16.4.4 Fundamento jurídico


Lo constituye el principio de buena fe, es decir, impedir el reclamo de
cumplimiento a quien no ha cumplido aún con su contraparte.

16.4.5 Naturaleza jurídica


Antes que nada, hay que dejar en claro que el Código regula la compensación
dentro de los modos extintivos de las obligaciones. Pero existen distintas
posturas en relación con la naturaleza jurídica de esta institución.

Pizarro y Vallespinos (2014) comentan que tradicionalmente se la consideró


como un pago abreviado o doble pago automático. Sin embargo, hoy no
podemos hablar de pago, ya que este es un acto positivo, mientras que, por el
contrario, en la compensación el acto es negativo: se evita el doble pago, no
hay actividad. Otros consideran que por la crítica antes expuesta, se está en

11
presencia de un modo autónomo de extinción obligacional, que constituye un
subrogado del cumplimiento, y no hay entonces un pago real o cumplimiento.
Esta es la postura a la que adhieren los autores citados y en la que se enmarca
el nuevo Código.

16.4.6 Obligaciones no compensables


Por razones de orden público, el Código establece una serie de obligaciones
que no pueden ser objeto de compensación –de ninguna especia–, y las
enumera en el art. 930:

a. las deudas por alimentos;

b. las obligaciones de hacer o no hacer;

c. la obligación de pagar daños e intereses por no poderse


restituir la cosa de que el propietario o poseedor legítimo fue
despojado;

d. las deudas que el legatario tenga con el causante si los bienes


de la herencia son insuficientes para satisfacer las obligaciones y
los legados restantes;

e. las deudas y créditos entre los particulares y el Estado


nacional, provincial o municipal, cuando:

i. las deudas de los particulares provienen del remate de


bienes pertenecientes a la Nación, provincia o municipio; de
rentas fiscales, contribuciones directas o indirectas o de
otros pagos que deben efectuarse en las aduanas, como los
derechos de almacenaje o depósito;

ii. las deudas y créditos pertenecen a distintos ministerios o


departamentos;

iii. los créditos de los particulares se hallan comprendidos en


la consolidación de acreencias contra el Estado dispuesta
por ley

(…).9

9
Art. 930. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

12
16.4.7 Compensación legal
Es la que dispone la ley aun contra la voluntad de las partes; funciona
ministerio legis y se configura cuando se dan todos los requisitos que la ley
exige para ello, aunque requiere la alegación de parte interesada y no puede
ser declarada de oficio. Es la forma típica y la que mayor importancia tiene.

Los requisitos de la compensación legal, de acuerdo con el art. 923, son:

1. “ambas partes deben ser deudoras de prestaciones de dar”10: en


calidad de titulares, es decir, por derecho propio.

2. “los objetos comprendidos en las prestaciones deben ser homogéneos


entre sí”11: es preciso que ambas deudas consistan en cantidades de
dinero, o en prestaciones de cosas fungibles entre sí, de la misma
especie y calidad (ej.: 200 quintales de soja y 500 quintales de soja).
Pero no sería posible compensar una obligación de dar sumas de dinero
con una de hacer, porque son prestaciones heterogéneas

3. “los créditos deben ser exigibles y disponibles libremente, sin que


resulte afectado el derecho de terceros”12: son exigibles cuando el
deudor puede inmediatamente accionar judicialmente para obtener el
cumplimiento. Por lo tanto, hay que destacar que no son exigibles y, por
lo tanto, no pueden ser objeto de compensación, por ejemplo:
obligaciones bajo condición suspensiva, si todavía no se sabe si va a
ocurrir o no, obligaciones a plazo mientras este se encuentre pendiente.

Con respecto a la libre disponibilidad, implica que los créditos y deudas


puedan ser dispuestos por las partes, sin que un tercero tenga
adquiridos derechos en virtud de los cuáles pueda oponerse
legítimamente a la compensación. Ej.: no puede compensarse un
crédito que ha sido embargado.

4. Falta de impedimentos legales: este requisito se deduce de las


prohibiciones especiales del artículo 930, que es aplicable a todos los
tipos de compensación (ej.: deudas por alimentos, obligaciones de hacer
y no hacer, etc.).

La compensación legal, una vez opuesta, “produce sus efectos a partir del
momento en que ambas deudas recíprocas coexisten en condiciones de ser

10
Art. 923. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
11
Art. 923. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
12
Art. 923. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

13
compensadas, aunque el crédito no sea líquido o sea impugnado por el
deudor”13.

Pizarro y Vallespinos (2014) explican que el efecto principal de la compensación


es que extingue de pleno derecho –es decir, sin necesidad de intervención de
un órgano judicial–, con fuerza de pago, ambas obligaciones, hasta el límite de
la menor, desde que ellas comenzaron a coexistir en condiciones de ser
compensadas: instantáneamente.

Es importante destacar que si bien los efectos se producen de esta forma, es


imprescindible la alegación u oposición de la misma por la parte interesada:
siempre. Luego, una vez que la compensación fue invocada, actuará
retroactivamente, el efecto se producirá desde que se dio el hecho de la
coexistencia de los requisitos.

De lo antes dicho, se deriva como consecuencia que como toda extinción de la


obligación principal conlleva la de sus accesorias (hipotecas, fianzas, privilegios,
etc.), aquí ocurre lo mismo; y en la parte extinguida, ambas obligaciones dejan
de devengar intereses desde el momento de la coexistencia, subsistiendo estos
respecto del saldo impago.

En la compensación es el único supuesto en el que el acreedor está obligado a


recibir un “pago” parcial.

Con respecto a la posibilidad de declarar la compensación de oficio, cuando el


juez advierte su existencia, existe consenso en la doctrina nacional en el sentido
de que no es procedente, lo que refuerza el requisito de que la misma debe ser
invocada por las partes.

En caso de obligación con fianza, “El fiador puede oponer la compensación de


lo que el acreedor le deba a él o al deudor principal. Pero este no puede oponer
al acreedor la compensación de su deuda con la deuda del acreedor al fiador”14.

Por último, cabe aclarar que el Código brinda una solución para el supuesto de
que exista pluralidad de deudas de un mismo deudor, a cuyo fin, remite a las
reglas de la imputación del pago (art. 926).

16.4.8 Compensación facultativa


“La compensación facultativa actúa por la voluntad de una sola de las partes
cuando ella renuncia a un requisito faltante para la compensación legal que
juega a favor suyo. Produce sus efectos desde el momento en que es
13
Art. 924. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
14
Art. 925. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

14
comunicada a la otra parte”15. Ej.: si una de las deudas está sujeta a plazo no
vencido, pero quien se beneficia con este renuncia y lo tiene por cumplido para
poder compensar las deudas.

La otra parte no puede alegarlo, impedirlo ni oponerse a ello.

Los efectos de la compensación facultativa son los mismos que los de la legal,
sólo que se modifica el tiempo de su producción, en virtud del art. 927, que
expresamente dispone que ocurre desde que quien renuncia al requisito
faltante lo comunica a la contraria.

16.4.9 Compensación judicial


Cualquiera de las partes tiene derecho a requerir a un juez la
declaración de la compensación que se ha producido. La
pretensión puede ser deducida simultáneamente con las
defensas relativas al crédito de la otra parte o, subsidiariamente,
para el caso de que esas defensas no prosperen.16

Santarelli (2012) señala que “consiste en el pedido en sede judicial de la


declaración de la compensación ya operada” (p. 516).

Moreno (2014) explica que se trata de la compensación que decretan los jueces
en sus sentencias, declarando admisible y procedente, total o parcialmente, un
crédito alegado por el deudor demandado, y afirma que la doctrina mayoritaria
entiende que los efectos se producen desde la traba de la litis.

16.4.10 La compensación en el derecho comercial.


Nociones
En materia comercial, específicamente, se reconoce la compensación de modo
expreso en distintos contratos, como por ejemplo: en materia bancaria: en la
cuenta corriente (art. 1405), también en materia de títulos valores (arts. 1822 y
1836).

Por su parte, la ley de Concursos y Quiebras (LCQ) regula en el art. 130 que “La
compensación sólo se produce cuando se ha operado antes de la declaración

15
Art. 927. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
16
Art. 928. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

15
de la quiebra”17, por lo que limita este modo extintivo de acuerdo con las reglas
que rigen la situación especial del fallido.

16.5 Confusión
16.5.1 Definición
“La obligación se extingue por confusión cuando las calidades de acreedor y de
deudor se reúnen en una misma persona y en un mismo patrimonio”18. Se
trata de una cuestión de hecho. Ej.: acreedor que hereda a su deudor y, en
consecuencia, al recibir la herencia se confunde el crédito con la deuda en su
patrimonio.

El fundamento de este modo extintivo radica en que deja de existir el elemento


esencial de la obligación relativo a los sujetos: que sean dos como mínimo, pues
se unifican en el patrimonio de una misma persona el crédito y la deuda.

16.5.2 Requisitos
Conforme a Pizarro y Vallespinos (2014), para que opere la confusión se
requiere:

 Sucesión del deudor en la posición del acreedor, o a la inversa: en la


titularidad del crédito, ya sea por un acto entre vivos –cesión de
créditos– o mortis causa.

 Debe tratarse de una única obligación.

 El crédito y la deuda deben pertenecer a una misma persona por


derecho propio, y a un mismo patrimonio: en la que los sujetos dejan de
ser dos, que es el mínimo que requiere la existencia de una obligación.
Las calidades de acreedor y deudor deben reunirse por derecho propio,
pues si en una de ellas se actúa como representante de otra persona, no
opera la extinción por confusión.

16.5.4 Naturaleza jurídica. Distintas teorías

17
Art. 130. Ley Nº 24.522. Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
18
Art. 931. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

16
Existen diversas teorías que determinan la naturaleza de la confusión, tal como
lo explican en su obra Pizarro y Vallespinos (2014). Sin embargo, para los
autores la correspondiente es la que afirma que la confusión es un hecho
jurídico extintivo de la obligación, lo que ha quedado confirmado
definitivamente por la redacción del Código unificado que así lo impone, por lo
que el debate pierde fuerza en la actualidad.

16.5.5 Causas que pueden determinar la confusión


La confusión, tal como se señaló, puede ocurrir por:

 Sucesión universal: por causa de muerte de una persona

 Sucesión singular: por cesión de créditos por el acreedor a favor del


deudor, o al revés, o si un tercero recibe la cesión del crédito y de la
deuda.

16.5.6 Especies
La confusión, según se transmita o no la integridad de la deuda/crédito, puede
ser (art. 932):

1. Total: respecto a la integridad de la deuda. Ej.: único heredero que


recibe en su patrimonio todo el crédito pendiente de pago de su
deudor.

2. Parcial: sólo se confunden en un mismo patrimonio una parte de la


deuda. Ej.: obligaciones simplemente mancomunadas, de objeto
divisible, si se confunde el patrimonio del único acreedor con el de uno
de los codeudores, se confunde la deuda sólo respecto a la cuota parte
de ese deudor, quedando pendientes las de los demás.

16.5.7 Efectos
El efecto de la confusión es la extinción de la obligación de moto total o parcial
en la proporción a la parte de la deuda en que se produce, según el caso.

Si la confusión es total, se extingue el crédito con todos sus accesorios.

El Código de Vélez contemplaba el supuesto de extinción de la confusión


cuando por un acontecimiento posterior se restablecía la separación de las
calidades de acreedor y deudor reunidas en una misma persona, y producía la

17
retroactividad o cesación de la extinción, pero el nuevo Código no estipula esta
alternativa.

18
17. Modos extintivos de
las obligaciones
17.1 Novación
17.1.1 Definición
“La novación es la extinción de una obligación por la creación de otra nueva,
destinada a reemplazarla”19, tal como específicamente lo define el art. 933. Se
trata de la sustitución de una obligación por otra que se crea en su lugar. Por
ejemplo: extinción de las obligaciones emergentes del contrato de locación y
creación de contrato de compraventa del inmueble que era objeto de aquel.

El requisito esencial de este modo extintivo, y que lo distingue de la


modificación de las obligaciones, es la “voluntad de novar” o animus novandi,
que las partes deben manifestar, ya sea de modo expreso o tácito, pero nunca
se presume. “En caso de duda, se presume que la nueva obligación contraída
para cumplir la anterior no causa su extinción”20.

La novación está regulada bajo el capítulo de “Otras formas de extinción” de las


obligaciones en los arts. 933 a 941 del Código.

17.1.2 Naturaleza jurídica


La doctrina nacional mayoritaria entiende que es un acto jurídico bilateral que
tiene por finalidad extinguir una obligación primitiva y crear otra en su
reemplazo. Es extintiva, y así lo regula el Código.

17.1.3 Fuentes
La regulación legal de la novación se centra en la de carácter convencional, es
decir, la que surge del acuerdo de partes sobre la base del principio de la
autonomía de la voluntad. Sin embargo, expresamente el art. 941 consagra la
posibilidad de la novación legal, que surja de la ley, opera ministerio legis,
independientemente de la voluntad de las partes. En este último caso,

19
Art. 933. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
20
Art. 934. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

19
subsidiariamente se aplican las reglas que el Código establece para la
convencional. Ej.: art. 55 de la Ley 24.522, en el concurso preventivo la
homologación del acuerdo produce la novación de todas las obligaciones
originarias del concursado con sus acreedores –por las nuevas que emergen del
convenio–; consolidación de las deudas del Estado: ej.: Ley 23.982: deuda
pública interna. Se extinguen las deudas y son reemplazadas por títulos
públicos.

17.1.4 Elementos. Modificaciones que no importan


novación
Los requisitos de la novación, tal como enseñan Pizarro y Vallespinos (2014) son
los siguientes:

1. Existencia de una obligación primitiva: cuya extinción sirva de causa a


la nueva. Debe ser válida y eficaz. El art. 938 impone requisitos
necesarios de esta, pues, de lo contrario, no habrá novación si la
obligación anterior:

a. está extinguida, o afectada de nulidad absoluta; cuando


se trata de nulidad relativa, la novación vale si al mismo tiempo
se la confirma;

b. estaba sujeta a condición suspensiva y, después de la


novación, el hecho condicionante fracasa; o a condición
resolutoria retroactiva, y el hecho condicionante se cumple; en
estos casos, la nueva obligación produce los efectos que, como
tal, le corresponden, pero no sustituye a la anterior.21

2. Creación de una nueva obligación: de forma simultánea, que también


debe ser válida y eficaz. Con respecto a esta, el art. 939 aclara que la
obligación anterior no se extingue y subsiste si la nueva:

a. está afectada de nulidad absoluta, o de nulidad relativa y


no se la confirma ulteriormente;

b. está sujeta a condición suspensiva, y el hecho


condicionante fracasa; o a condición resolutoria retroactiva y el
hecho condicionante se cumple.22

21
Art. 938. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
22
Art. 939. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

20
3. Animus novandi: intención de las partes de sustituir una obligación por
otra, supone una renuncia a la obligación primitiva. No requiere
formalidades, puede ser expresa o tácita, pero nunca se presume, pues
requiere certeza sobre la finalidad. Ante la duda, no hay novación (art.
934).

4. Capacidad de los sujetos: para contratar. Si se quiere realizar a través


de representante, debe tener poder especial, pues se trata de la
extinción de una obligación.

Además, el Código se ocupa de señalar que la “entrega de documentos


suscriptos por el deudor en pago de la deuda y, en general, cualquier
modificación accesoria de la obligación primitiva, no comporta novación”23.
Esto significa que las simples modificaciones de alguno de los elementos de la
obligación no importan su extinción y creación de una nueva si no se dan los
requisitos antes expuestos. En este sentido, se remite al punto 15.1.1, donde se
esquematizaron las diferencias entre la novación y la modificación de las
obligaciones.

Con respecto a la prueba de la novación, debe ser alegada y probada –por


cualquier medio escrito en principio–, pues no se presume su existencia (art.
934).

17.1.5 Diferentes especies de novación (Novación por


cambio de deudor. Novación por cambio de acreedor)
Pizarro y Vallespinos (2014) explican que la novación puede ser de cuatro
especies, en relación con los cuatro elementos esenciales de la obligación:

 Por cambio de objeto: novación objetiva: en la segunda obligación se


debe una prestación distinta a la primera, debe ser trascendente, por
ejemplo, un dar por un hacer: debo $ 10.000, lo reemplazo por la
obligación de brindar asesoramiento técnico por dos meses.

 Por cambio de causa fuente: el deudor se obliga a una prestación


similar, pero por una causa distinta. Ej.: conversión de préstamo de una
máquina –puede usarla– en depósito –conserva la tenencia y guarda,
pero ya no puede usarla–.

23
Art. 935. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

21
 Por cambio de vínculo o naturaleza: se sustituye una obligación con un
vínculo determinado por una con uno distinto. Ej. se convierten
obligaciones modales a puras y simples o viceversa; o se extingue la
obligación solidaria y se crea una mancomunada.

 Por cambio de sujetos: permanecen idénticos el resto de los elementos:


objeto, vínculo y causa fuente. Resulta de un acuerdo entre acreedor-
deudor que consienten la extinción y creación de una nueva obligación
con el tercero que ingresa a la relación a ocupar el lugar de alguna de las
partes. Están expresamente contempladas en el Código y pueden ser por
cambio de:

1. De deudor: art. 936: requiere el consentimiento del acreedor, que


debe liberar al deudor originario y extinguir la obligación. Puede ser
de dos modos.

o Delegación: el deudor propone otro sujeto en su lugar.

o Expromisión: el nuevo deudor se ofrezca a asumir la deuda.

2. De acreedor: art. 937: el acreedor original es reemplazado por otro


diferente con consentimiento del deudor, se diferencia de la cesión
de créditos porque en la novación se extingue el crédito anterior con
todos sus accesorios y nace uno nuevo, mientras que en la cesión es
la misma obligación que cambia de sujeto en el polo activo.

17.1.6 Efectos
La regla es que la novación produce la extinción de la obligación primera con
todos sus accesorios (privilegios, garantías, etc.).

Sin embargo, por expresa autorización legal (art. 940), el acreedor puede
impedir la extinción de las garantías personales o reales de la primera
obligación si hace reserva de estas. A tal fin, hay que distinguir quién otorgó las
garantías:

 Si fue el deudor: con la reserva se transfieren las garantías en la segunda


obligación.

 Si fue un tercero: (fiador, avalista, por ejemplo): además de la reserva


del acreedor se requiere el consentimiento del tercero que garantizará
una nueva obligación que sustituye a la anterior. En consecuencia, el
tercero debe participar del acuerdo novativo a tal fin.

17.1.7. Novación legal. Régimen jurídico

22
La novación legal se produce como consecuencia de una disposición legal que
así lo impone, por ejemplo, en materia de concursos y quiebras, la
homologación del acuerdo entre el concursado y sus acreedores produce –por
disposición expresa de la Ley 24.522- la novación de todas sus obligaciones
anteriores a la declaración en quiebra.

El Código Civil no regulaba las consecuencias o efectos de este tipo de


novación, pero si lo hace el código unificado, en el art. 941, en la que se
dispone que si la novación tiene origen legal, supletoriamente se aplican las
reglas establecidas en los arts. 933 a 940.

17.2 Dación en pago


17.2.1 Definición
“La obligación se extingue cuando el acreedor voluntariamente acepta en pago
una prestación diversa de la adeudada”24. El cambio de la prestación se
produce en el momento de la ejecución o cumplimiento de la obligación.

Originariamente, el Código Civil sólo preveía la dación como la extinción de la


obligación de dar sumas de dinero por la entrega de bienes, pero el nuevo
código amplía la noción, tal como lo sostenía la doctrina y la jurisprudencia, al
cambio de la prestación de cualquier tipo.

17.2.2 Naturaleza jurídica


Santarelli (2014), citando a Llambías, aclara que la dación en pago supone una
novación objetiva, en donde el acreedor ha consentido reemplazar su crédito
antiguo por uno nuevo con objeto diferente. Así es que la figura condensa la
novación aludida y el pago de la obligación sustitutiva de aquella.

Pizarro y Vallespinos (2014) sostienen que la dación en pago es una figura


compleja, en la que convergen la novación y el pago inmediato de la nueva
obligación. El fundamento lo encuentran en que cuando el acreedor acepta,
tácitamente está manifestando su voluntad de sustituir la prestación originaria.

17.2.3 Requisitos
1. Existencia de una obligación válida.

24
Art. 942. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

23
2. Cumplimiento de una prestación distinta de la debida: de cualquier
naturaleza: dar, hacer, no hacer.

3. Acuerdo de voluntades entre acreedor y deudor: en virtud del


principio de autonomía de la voluntad. Se produce mediante la oferta de
pago del deudor de una prestación distinta y la aceptación por el
acreedor.

4. Intención de pagar: del deudor, es decir, de cumplir la obligación.

5. Capacidad: según las normas de los contratos.

17.2.4 Reglas aplicables según el Código Civil y


Comercial
La dación en pago se rige por las reglas aplicables al contrato con el que tenga
mayor afinidad, es decir, según cuál sea el objeto de la prestación nueva: si es
una cosa, por las reglas de la compraventa, si es un crédito por otro, de la
cesión de créditos, etc.

17.2.5 Efectos
El principal efecto de la dación en pago es la extinción de la obligación (con
todos sus accesorios). Sin embargo, cabe tener presente que el “deudor
responde por la evicción y los vicios redhibitorios de lo entregado; estos efectos
no hacen renacer la obligación primitiva, excepto pacto expreso y sin perjuicio
de terceros”25.

En consecuencia, si el deudor entregó a cambio de la suma de dinero que debía


una heladera o un auto, debe responder ante el acreedor si luego estos
presentan vicios que no era posible advertir con la entrega, los que hacen que
la cosa sea impropia para su uso, etc. (arts. 1051 y ss. y cds.).

Si bien el deudor deberá responder por estos defectos, esto no implica que
renazca la obligación, salvo que las partes así lo hubieran pactado y siempre
que no perjudique a terceros.

17.2.6 Comparación con la novación y el pago

25
Art. 943. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

24
 Con la novación por cambio de objeto: la novación crea una nueva
obligación, la dación en pago es extintiva de la única obligación
existente.

 Con el pago: este es un acto jurídico unilateral en el que se cumple con la


misma prestación que se acordó –principio de identidad–; en la dación
en pago se presenta un acuerdo de voluntades y una prestación
diferente, exceptuándose la identidad por expresa aceptación del
acreedor.

17.3 Renuncia de derechos


17.3.1 Definición. Caracteres
Pizarro y Vallespinos (2014) explican que la renuncia puede ser entendida en
dos sentidos:

 Amplio: es el acto por el cual una persona, en forma libre y espontánea,


abdica de un derecho disponible, cualquiera sea su naturaleza, por su
exclusivo interés.

 Restringido: es el acto de abdicación voluntario y espontáneo de un


derecho de crédito. Esta es la denominada “remisión de deuda”.

Resulta necesario tener presente que la renuncia a derechos está


expresamente prevista en el “Título Preliminar” del Código, que forma su
“núcleo duro”. El art. 13 admite expresamente la posibilidad de renunciar a los
efectos de la ley en el caso particular, excepto que el ordenamiento jurídico lo
prohíba, y específicamente impide la “renuncia general de las leyes”26.

Por su parte, la renuncia es regulada por el Código como uno de los “otros
modos extintivos” de las obligaciones (en los arts. 944 a 954) juntamente con la
remisión de deuda.

17.3.2 Renuncia y remisión de la deuda. Diferencias


Santarelli (2014) explica que las figuras deben ser explicadas desde la relación
entre “género” y “especie”; pues la renuncia abarca todos los derechos

26
Art. 13. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

25
susceptibles de abandono, y la remisión sólo el derecho de crédito (Pizarro y
Vallespinos, 2014).

Cabe aclarar que para su perfeccionamiento y efecto extintivo, tal como


estudiaremos, ambas requieren la aceptación del deudor.

17.3.3 Naturaleza jurídica. Distintas doctrinas


Con respecto a la naturaleza jurídica de la renuncia, se debatía si esta se trataba
de un acto jurídico unilateral (Ej.: Pizarro y Vallespinos, 2014) o bilateral (Ej.:
Moisset de Espanés, 2004), según se requiriera sólo la voluntad del acreedor o
la de este y el deudor, respectivamente.

El Código unificado define el debate al exigir, a los fines de la extinción de la


obligación por medio de la renuncia, la aceptación de esta por el deudor
(beneficiario) (art. 946).

En síntesis, la renuncia es un acto jurídico bilateral, pues para tener efectos


extintivos requiere la aceptación.

17.3.4 Especies
La renuncia puede ser:

 Mortis causa: en este caso, es una renuncia impropia, pues en realidad


es una liberalidad y se rige por las normas de esta.

 Por acto entre vivos: por manifestación del acreedor y posterior


aceptación del beneficiario.

Además, esta última puede ser, de acuerdo con el art. 945:

 Gratuita: se realiza sin ningún beneficio ni contraprestación a cambio.


Sólo puede realizarla quien tiene capacidad para donar, es decir, quienes
pueden disponer de sus bienes (art. 1548).

 Onerosa: si se hace por un precio o a cambio de una ventaja cualquiera.


En este caso, se rige por las reglas de los contratos onerosos. Pizarro y
Vallespinos (2014) entienden que este supuesto no sería una renuncia,
pues pierde tipicidad.

26
17.3.5 Elementos (Capacidad. Objeto. Principio general.
Excepciones. Derechos irrenunciables. Aceptación.
Retractación)
1. La capacidad requerida para realizar la renuncia dependerá del tipo de
que se trate: si es gratuita, será la necesaria para donar; y si es onerosa,
la contractual.

2. El objeto puede ser cualquier derecho conferido por ley, siempre que:

o no esté prohibido. Ej.: alimentos, derechos personalísimos, etc.

o sólo afecte intereses privados: es decir que no puede estar de por


medio el orden público.

El art. 944 expresamente prohíbe la renuncia anticipada de las


defensas que pueden hacerse valer en juicio.

3- En cuanto a la forma, “La renuncia no está sujeta a formas especiales,


aun cuando se refiera a derechos que constan en un instrumento
público”27. Es decir, no es un acto formal, puede ser escrita o verbal,
rige el principio de libertad de formas.

17.3.6 Prueba
La regla es que la voluntad de renunciar no se presume y la interpretación de
los actos que permiten inducirla es restrictiva. El fundamento es que se trata de
un acto por el cual se extingue un derecho de modo definitivo, y en principio,
sin contraprestación alguna –gratuita–, por lo que no se admite su presunción.

A tal fin, al ser no formal, puede ser probado por cualquier medio de prueba,
pero si es por medio de un contrato, deberá ser por escrito.

17.3.7 Efectos
El principal efecto de la renuncia es la extinción de la obligación con todos sus
accesorios, a cuyo fin es imprescindible la aceptación por parte del beneficiario
(art. 946).

Hasta que el deudor no acepte, el acreedor tiene derecho a retractarse de la


renuncia (art. 947), siempre que no se perjudiquen derechos de terceros.

27
Art. 949. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

27
17.4. Remisión de deuda
17.4.1 Definición
Es el acto jurídico por el cual el acreedor abdica su derecho de crédito,
provocando la extinción de la obligación, sin satisfacción del interés del
acreedor y con liberación del deudor (Pizarro y Vallespinos, 2014).

Moisset de Espanés (2004) afirma que la remisión tiene lugar cuando el


“acreedor perdona la deuda” (p. 151).

El Código regula la remisión en los arts. 950 a 954, luego de la renuncia.

El art. 950 expresamente establece como supuesto se considera remitida la


deuda cuando “el acreedor entrega voluntariamente al deudor el documento
original en que consta la deuda”28 (ej.: pagaré sin que haya sido cumplido).

La norma aclara que si el documento es un instrumento protocolizado y su


testimonio o copia se halla en poder del deudor, sin anotación del pago o
remisión, y tampoco consta el pago o la remisión en el documento original, el
“deudor debe probar que el acreedor le entregó el testimonio de la copia como
remisión de la deuda”29.

17.4.2 Régimen jurídico aplicable


A la remisión de deuda se le aplican las disposiciones relativas a la renuncia
–arts. 944 a 949–, por expresa manda legal del art. 951.

17.4.3 Efectos
La remisión de deuda produce como regla los efectos del pago, es decir, la
extinción de la obligación –recordando que, tal como la renuncia, requiere la
aceptación por el beneficiario–.

Supuestos especiales:

 El art. 952 aclara que en caso de remisión de una deuda en la que


existen fiadores, la remisión en favor del fiador no aprovecha al deudor,

28
Art. 950. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
29
Art. 950. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

28
y “la hecha a favor de uno de varios fiadores no aprovecha a los
demás”30. Se trata de un efecto personal que no propaga los efectos por
su carácter restrictivo.

 Por otro lado, se aclara que si un “fiador que pagó una parte de la deuda
antes de la remisión hecha al deudor, no puede repetir el pago contra el
acreedor”31.

 En caso de obligación garantizada con el derecho real de prenda, si el


acreedor entrega de la cosa dada en prenda (ej.: automotor), sólo la
remisión de la prenda, pero no la remisión de la deuda principal. Es una
aplicación de la interpretación restrictiva de la remisión. Además, Pizarro
y Vallespinos (2014) afirman que la prenda es un accesorio, y la remisión
de este no puede extenderse a lo principal.

30
Art. 952. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
31
Art. 953. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

29
18. Modos extintivos de
las obligaciones
18.1 Imposibilidad de cumplimiento
18.1.1 Definición
Este tema comenzó a desarrollarse en la Unidad 14 (véase punto 14.3), pues
guarda estrecha relación con la mora y el incumplimiento, tópicos con los que
debe estudiarse conjuntamente.

En dicha oportunidad, analizamos que existen dos manifestaciones del


incumplimiento con efectos distintos según el caso (Pizarro y Vallespinos,
2014), y que el incumplimiento ABSOLUTO: es definitivo, la prestación no es
susceptible de ser específicamente cumplida. Es material, jurídica u
objetivamente imposible. Es una situación irreversible. En materia de resolución
contractual, es un requisito que el incumplimiento sea “esencial”, y este se
define en el art. 1084, que debe ser relacionado con el “absoluto”, pues los
supuestos se reiteran, y se especificó que los casos eran:

 Imposibilidad sobrevenida, objetiva y absoluta, no imputable al deudor


(art. 955). Efecto es la extinción de la obligación, sin responsabilidad para
el deudor.

 En caso de que la imposibilidad cumpla los mismos requisitos pero sea


imputable al deudor –subjetiva u objetivamente–, la obligación modifica
su objeto al de pagar indemnización por los daños y perjuicios. Si se trata
de una obligación contractual, también existirá la facultad resolutoria.

 Imposibilidad sobrevenida, objetiva, absoluta y excesivamente


prolongada, en caso de plazo esencial (art. 956). Efecto: se extingue la
obligación.

 Imposibilidad sobrevenida, objetiva, absoluta y excesivamente


prolongada, que provoca la frustración irreversible del interés del
acreedor (art. 956): se extingue la obligación.

 Voluntad manifiesta del deudor de no cumplir, en cuyo caso, si el


acreedor mantiene interés, puede exigir el cumplimiento forzoso.

30
El art. 955 brinda una definición, los requisitos y efectos de imposibilidad de
cumplimiento en los siguientes términos:

La imposibilidad sobrevenida, objetiva, absoluta y definitiva de la


prestación, producida por caso fortuito o fuerza mayor, extingue
la obligación, sin responsabilidad. Si la imposibilidad sobreviene
debido a causas imputables al deudor, la obligación modifica su
objeto y se convierte en la de pagar una indemnización de los
daños causados.32

En definitiva, si se produce alguno de los supuestos de imposibilidad de


cumplimiento, el efecto es la extinción de la obligación, con o sin
responsabilidad del deudor según el caso, y por ello su estudio en esta unidad.

18.1.2 Método del Código Civil y Comercial


El Código Civil y Comercial sistematiza la imposibilidad de cumplimiento como
“otros modos extintivos” de las obligaciones, es decir, en el Libro Tercero,
Título I, Capítulo 5, arts. 955 y 956.

18.1.3 Requisitos
La imposibilidad de cumplimiento puede ser de dos tipos: definitiva, es decir,
que ya no admite posibilidad de cumplimiento de modo irreversible; o
temporaria, si bien podría llegar a superarse y el deudor podría cumplir, por
tratarse de una obligación con plazo esencial, o sin serlo su prolongación
excesiva en el tiempo afecta el interés del acreedor, quien lo pierde, se torna
en un supuesto de imposibilidad de cumplimiento.

En consecuencia, los requisitos de la imposibilidad son:

1. Sobrevenida: debe surgir con posterioridad al nacimiento de la


obligación, de lo contrario, no se cumpliría con el requisito del objeto:
que la prestación sea posible material y jurídicamente.

2. Objetiva: debe ser independiente del sujeto del deudor, es decir, que
cualquier persona que se encuentre en su situación se vería
imposibilitado de cumplir.

32
Art. 955. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

31
3. a) Absoluta y definitiva: en el primer caso, no es susceptible de
cumplimiento de modo irreversible, no puede ser superada.

b) Temporaria en caso de plazo esencial o que frustre el interés del


acreedor: si bien comienza siendo transitoria, y podría ser superada, se
produce la imposibilidad por:

o tratarse de una obligación con plazo esencial: ante su


vencimiento, sin que se haya cumplido la prestación. Ej.: traslado
en avión de un disertante para un Congreso, que por razones
climáticas no puede despegar de su ciudad. Aunque pudiera
viajar al día siguiente, ya no llega para la conferencia el día que
correspondía.

o excesiva prolongación en el tiempo que frustra el interés del


acreedor –ya no le sirve que cumpla–. Ej.: compraventa por
boleto de un lote en barrio cerrado que requiere habilitación
municipal, si los trámites se prolongan por más de diez años, sin
que consiga la habilitación por razones ajenas a la voluntad o
diligencia del desarrollista, el comprador (acreedor de la
escritura) puede ver frustrado irreversiblemente su interés si ya
no le sirve, pues tuvo que construir su hogar en otro lugar,
porque necesitaba solicitar un préstamo y sin escritura no se lo
conceden.

18.1.4 Prueba de imposibilidad sobrevenida


La regla es que quien alega la imposibilidad debe probar su existencia, en
principio, con libertad de medios probatorios para ello.

En consecuencia, será el deudor ante el reclamo de cumplimiento quien alegará


que no cumplió por imposibilidad ajena a su voluntad, y debe acreditar cuáles
son las causales: ej.: caso fortuito, fuerza mayor.

18.1.5 Efectos que produce la imposibilidad sobrevenida


de la prestación
La imposibilidad del cumplimiento –en sus dos alternativas– es una causal de
extinción de la obligación, siempre que resulte inimputable al deudor, por lo
que no será responsable por ello por no presentarse los presupuestos de la
responsabilidad (se estudiarán en la Unidad 21).

32
Por el contrario, tal como explica Santarelli (2012), si la imposibilidad de
cumplimiento deviene por causas imputables al deudor, se ingresa en el
escenario de la responsabilidad, modificándose el objeto de la obligación
originaria por el de indemnizar los daños producidos por el incumplimiento (se
sugiere relacionar con la modificación de la obligación en la Unidad 15). Esta
regla surge expresamente del art. 955.

18.2 Transacción
18.2.1 Definición. Método. Caracteres
La transacción es estudiada como uno de los modos extintivos de las
obligaciones, pues a pesar de ser un “contrato especial”, que será analizado en
la materia pertinente, en esta adquiere gran relevancia, pues es otra de las
formas de extinguir obligaciones, concretamente las que son de carácter
dudoso o litigioso.

Con respecto al método, cabe aclarar que el Código de Vélez regulaba la


transacción como uno de los modos extintivos de las obligaciones (en los arts.
832 y siguientes), pero el nuevo Código, en atención a la naturaleza jurídica del
instituto (contrato extintivo de obligaciones dudosas o litigiosas), lo traslada a
los contratos en particular, en los arts. 1641 a 1648. En consecuencia, se rige
por las reglas especiales allí establecidas y subsidiariamente por las normas
generales relativas a los contratos que son su “género”.

“La transacción es un contrato por el cual las partes, para evitar un


litigio, o ponerle fin, haciéndose concesiones recíprocas, extinguen
obligaciones dudosas o litigiosas”33, tal como la define el art. 1641
del Código.

La importancia de esta figura radica en que a través de ella se confiere


certidumbre a los derechos o situaciones jurídicas litigiosas o dudosas, a fin de
extinguir obligaciones. Ej.: en caso de incertidumbre sobre las causas del daño
ocurrida en la pared medianera de un inmueble –es decir, a cuál de los
inmuebles es atribuible el daño–, antes de ir a juicio, las partes pueden acordar
que los gastos de la reparación sean afrontados en partes iguales o en una
proporción determinada (transacción extrajudicial). O en caso de juicio por

33
Art. 1.641. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

33
mala praxis, si durante el proceso las partes llegan a un acuerdo, el demandado
ofrece pagar menos del monto objeto de la demanda pero al actor le conforma
y satisface su interés, pueden realizar el contrato y presentarlo al juez para
poner fin al litigio (transacción judicial).

Los caracteres de la transacción son:

 Es contractual: requiere acuerdo de voluntades de las partes con el fin


de extinguir las obligaciones dudosas o litigiosas (art. 1641).

 Es de interpretación restrictiva: pues al tratarse de renuncia a derechos,


como especie del género, sólo comprende la de los derechos
expresamente consagrados en el contrato, y en caso de duda sobre algún
derecho, no habrá transacción sobre este (art. 1642). Frustragli y Arias
(2015) afirman que no se presumen las renuncias, desistimientos o
pérdidas de derechos que forman la sustancia de ella, y que debe estarse
a los términos literales empleados por las partes. Esto último se condice
con el art. 1062 del Código.

 Formal: se impone la forma escrita (art. 1643), que es requisito para toda
clase de transacción, y además, en caso de la judicial, se exige la
presentación del contrato ante el juez donde tramita la causa.

 Es declarativa: pues brinda certidumbre a la situación dudosa o litigiosa.

18.2.2 Naturaleza jurídica


La doctrina nacional debatía la naturaleza jurídica de la transacción, si se
trataba de un acto jurídico bilateral, de un contrato, de una convención
liberatoria, etc.

Sin embargo, el nuevo código resuelve definitivamente la cuestión al


encuadrarla como un contrato y regularla como uno “especial”.

En definitiva, y tal como señalaban Pizarro y Vallespinos (2014), la transacción


es un contrato extintivo de obligación por fijación de certidumbre de la
situación entre las partes, y es no satisfactivo del interés del acreedor en forma
total, pues este abdica de parte de su derecho para poner fin a la cuestión.

18.2.3 Clases de transacción


De conformidad con la regulación legal de la transacción, se advierte que esta
puede ser de dos clases:

34
 Judicial: recae sobre derechos que se están debatiendo en un proceso
judicial, por eso se los denomina “litigioso”. Las partes llegan a un
“acuerdo” antes del dictado de la sentencia y le ponen fin al proceso.

 Extrajudicial: tiene por objeto la extinción de derechos dudosos entre las


partes, pero sin que exista juicio todavía. El objetivo de la transacción, en
este caso, es precisamente evitar el litigio.

18.2.4 Elementos
Los elementos necesarios para que se configure la transacción son:

1. Acuerdo entre partes: sobre todos los puntos discutidos que se traduce
en el contenido del contrato, con la finalidad de extinguir obligaciones.

2. Concesiones recíprocas: cada parte debe abdicar parcialmente a su


pretensión originaria. Debe existir un sacrificio de ambas partes y no de
una sola, esto la distingue claramente del reconocimiento de derechos.
Las concesiones pueden ser en las proporciones que las partes
negocien, no es necesario que sean en partes iguales ni equivalentes.

3. Debe recaer sobre obligaciones litigiosas o dudosas: se requiere de una


situación previa de incertidumbre, que es despejada por la transacción.
Ya hemos dicho que “litigio” significa “juicio”, es decir, requiere una
demanda judicial ante un Tribunal. Por su parte, “dudosas” importa que
subjetivamente las partes consideren que le corresponden derechos
distintos, sin ponerse de acuerdo sobre la magnitud de cada uno de los
mismos, sin que puedan tener certeza al respecto.

La incertidumbre puede ser:

o Objetiva: la cuestión está sujeta a juicio y por ende a un


pronunciamiento judicial.

o Subjetiva: se ponderan las dudas que las partes puedan tener con
respecto a la existencia o extensión de un derecho, no sujeto a
controversia judicial.

4. Capacidad para transar: como regla, la necesaria para disponer o


enajenar bienes. El Código prohíbe expresamente transar a
determinados sujetos (art. 1646):

a. las personas que no puedan enajenar el derecho respectivo;


[es la regla general a la inversa].

35
b. los padres, tutores o curadores respecto de las cuentas de su
gestión, ni siquiera con autorización judicial;

c. los albaceas, en cuanto a los derechos y obligaciones que


confiere el testamento, sin la autorización del juez de la
sucesión.34

5. Objeto: se rige por las reglas aplicables al objeto de los actos jurídicos
en general, y de los contratos en particular (Frustragli y Arias, 2014). El
art. 1644, expresamente, como regla general, puede ser cualquier tipo
de derecho de contenido patrimonial, dudoso o litigioso. Excepciones:
está prohibido transar en los siguientes supuestos:

o Orden público de por medio: principio general del derecho


reiterado en diversos artículos del Código: 12, 279, 1004, 1644,
etc.

o Derechos irrenunciables: por expresa manda legal. Ej.: renuncia


general a las leyes (art. 13 del Código).

o Derechos que versan sobre relaciones de familia o estado de las


personas. Ej.: patria potestad. Esta excepción tiene a su vez una
excepción, pues sí admite la transacción sobre derechos
patrimoniales derivados de estos o cuando el código
expresamente lo permite.

6. Forma: se requiere que sea por escrito (art. 1643) para toda clase de
transacción. En caso de ser judicial, también se exige la presentación del
contrato ante el juez donde tramita la causa para tener eficacia plena.

En este último caso, como consecuencia de este requisito, las partes


pueden desistir de la transacción, dejándola sin efecto, hasta antes de la
presentación ante el juez.

Frustragli y Arias (2015) señalan que es un contrato formal no solemne,


pues la forma escrita no se exige bajo pena de nulidad, y por ello, si es
celebrada verbalmente, o en instrumento privado en caso de
inmuebles, vale como acto en el que las partes se han obligado a
cumplir las formalidades que exige la ley y una vez verificadas tiene
plena eficacia (arts. 285, 384 y 1018).

34
Art. 1.646. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

36
18.2.5 Nulidad de la obligación transada
Siendo la transacción un contrato que tiene por objeto extinguir obligaciones
–dudosas o litigiosas–, se requiere que estas sean válidas. Esta cuestión se
encuentra regulada en el art. 1645.

De lo contrario, si adolecen de algún vicio en alguno de sus elementos


esenciales –sujeto, objeto, vínculo, causa fuente– que causa la nulidad
absoluta de la obligación, la transacción es inválida.

Si el vicio de la obligación ocasiona una nulidad relativa, si las partes a pesar de


conocer el vicio deciden transar, el contrato será válido, pues mediante este
confirmaron el defecto que afecta a la obligación.

Se trata de la invalidez de la transacción por vía “indirecta” por la nulidad de la


obligación que es su objeto.

18.2.6 Nulidad de la transacción


Una situación diferente se presenta cuando la nulidad es “directa”, pues afecta
al propio contrato de transacción.

El art. 1647 establece que sin perjuicio de la nulidad prevista en el Código


respecto de los actos jurídicos, la transacción es nula en los siguientes casos:

1 “si alguna de las partes invoca títulos total o parcialmente inexistentes o


ineficaces”35: hay ausencia de causa fuente.

2 “si, al celebrarla, una de las partes ignora que el derecho que transa
tiene otro título mejor”36: incurre en error esencial, vicia el
consentimiento;

3 “si versa sobre un pleito ya resuelto por sentencia firme, siempre que la
parte que la impugna lo haya ignorado”37.

18.2.7 Efectos de la transacción


El principal efecto de la transacción es la extinción de las obligaciones dudosas
o litigiosas que son objeto del contrato (art. 1641). Los efectos son declarativos

35
Art. 1.647. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
36
Art. 1.647. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
37
Art. 1.647. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

37
como regla, pues reconoce derechos y les concede certidumbre, sin crear un
título nuevo, y excepcionalmente puede tener efecto traslativo, si atribuye un
derecho de una parte a favor de la otra en materia que no era objeto de
controversia o duda (constitutivo).

En consecuencia, si luego alguna de las partes pretendiera desconocer el


acuerdo y reabrir el conflicto, sería procedente el planteo de la transacción
como excepción para el progreso de la acción (Frustragli y Arias, 2015).

Además, el Código expresamente señala que “produce los efectos de la “cosa


juzgada” sin necesidad de homologación judicial”38.

El fundamento de esta manda se encuentra en que la homologación judicial


sólo habilita la ejecutoriedad del acuerdo a través del procedimiento de
ejecución de sentencia, pero no constituye un requisito de eficacia del contrato
(Frustragli y Arias, 2015).

En consecuencia, si no es homologada, será válida y eficaz, pero las partes


podrán requerir el cumplimiento por vía ordinaria, salvo que el instrumento en
el que consta traiga aparejada ejecución (Pizarro y Vallespinos, 2014).

En este sentido, compartimos la opinión de Andrada (2012), quien explica que


existen diferencias entre la transacción y la cosa juzgada:

La transacción puede ser extrajudicial, mientras que la cosa


juzgada es predicable de un decisorio firme emanado en un
proceso judicial; la transacción es producto y resultado de la
autonomía privada, al tiempo de que la cosa juzgada dimana de
un decisorio dictado por un magistrado judicial; la transacción
puede ser impugnada por vicios de la voluntad, mientras que la
sentencia de la que emana la cosa juzgada se encuentra regida
por otras reglas; la transacción es impugnable por acción de
nulidad; la sentencia, en cambio, por vía de recurso o de
incidente de nulidad; la sentencia lleva ínsita la fuerza coactiva
del imperium, de la que no está provista la transacción. (p. 754).

En consecuencia, y tal como señala el autor citado, para una importante


doctrina, sólo la transacción judicial homologada adquiere la autoridad de la
cosa juzgada, lo que resulta lógico porque ocurre dentro de un proceso y es
una resolución judicial que puede adquirir tal carácter.

Las partes pueden presentar un pedido judicial de homologación de un acuerdo


judicial o extrajudicial, pero por sí sólo, y antes de ello, no puede tener efectos

38
Art. 1.642. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

38
de cosa juzgada, por tratarse de una calidad de la sentencia y que requiere
procesalmente de determinados requisitos.

18.2.8 Errores aritméticos


En el supuesto de que de los términos de la transacción se advierta que existe
uno o más errores aritméticos, el art. 1648 establece que estos “no obstan a la
validez de la transacción, pero las partes tienen derecho a obtener la
rectificación correspondiente”39.

39
Art. 1.648. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

39
19. Extinción de las
obligaciones
19.1 Prescripción liberatoria
19.1.1 Definición. Clases de prescripción
El transcurso del tiempo, como hecho fatal que ineludiblemente ocurrirá,
afecta la vida de las obligaciones, e incluso habilita que se adquieran o pierdan
derechos.

Borda (2008) explica que:

La ley protege los derechos subjetivos, pero no ampara la


desidia, la negligencia, el abandono. Los derechos no pueden
mantener su vigencia indefinidamente en el tiempo, no obstante
el desinterés de su titular, porque ello conspira contra el orden y
la seguridad. (p. 7).

Pizarro y Vallespinos (2014) explican que la prescripción puede ser de dos tipos:

 Adquisitiva: es el modo por el cual se adquiere un derecho real por la


posesión continua e ininterrumpida de una cosa, por el transcurso de
tiempo que fija la ley. Ej.: para inmuebles por el plazo de 10 años si se
tiene justo título y buena fe (arts. 1897 y 1898). Es la llamada
“usucapión”.

 Liberatoria: es la pérdida de un derecho por el transcurso del tiempo y la


inactividad del titular. Es extintiva del derecho.

En esta materia se estudia la prescripción liberatoria por tratarse de un modo


extintivo del derecho de crédito –obligaciones–, que requiere de dos
elementos:

1. Inactividad de acreedor: que no utilice ninguna vía efectiva para realizar


su derecho, para reclamarlo, predica el desinterés del sujeto titular del
crédito. También se requiere la inacción del deudor, pues si este
reconoce la deuda, por ejemplo, interrumpe la prescripción.

40
2. Transcurso del tiempo: el Código establece que toda acción prescribe
como regla en el plazo de 5 años, “excepto esté previsto uno diferente
en la legislación local”40.

19.1.2 Fundamento de la prescripción liberatoria


Lo constituyen el orden y la paz social, es necesario asegurar las relaciones
jurídicas de manera que no queden dudas, no se puede admitir que el acreedor
puede ejercitar indefinidamente sus derechos, esto iría en contra de la certeza
de los mismos y en desmedro del deudor.

19.1.3 Método del Código Civil y Comercial. Ámbito de


aplicación. Competencia para legislar en materia de
prescripción liberatoria. Regla general y excepción art.
2532 del CCC
El Código Civil y Comercial estatuye la prescripción en el Libro Sexto:
“Disposiciones comunes a los derechos personales y reales”, Título I:
“Prescripción y Caducidad”.

Dentro de este Título, se prevé el Capítulo 1 que regula las “Disposiciones


comunes a la prescripción liberatoria y adquisitiva”, que incluye normas
generales, la suspensión, interrupción, dispensa de la prescripción, y algunas
reglas procesales al respecto.

El Capítulo 2 establece las reglas de la prescripción liberatoria: el comienzo del


cómputo del tiempo, los plazos de prescripción.

El Capítulo 3, titulado: “Prescripción adquisitiva”, remite a los derechos reales


(arts. 1897 y siguientes).

El Capítulo 4 establece las directrices relativas a la “Caducidad de los derechos”.

La competencia para legislar en materia de prescripción es exclusiva del


Congreso de la Nación, en virtud del art. 75 inc. 12 de la Constitución Nacional.
Esto generó la declaración de inconstitucionalidad41 de diversas leyes o códigos
tributarios provinciales o municipales que estipulaban plazos de prescripción de
tributos en contra de aquella manda.
40
Art. 2.560. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
41
Incluso con pronunciamientos de nuestro Máximo Tribunal Federal: CSJN. “Filcrosa S.A. s/
quiebra s/ incidente de verificación de Municipalidad de Avellaneda”, Fallos 175:300, 30/9/2003.
Procuración General de la Nación. Recuperado de:
http://www.csjn.gov.ar/jurisp/jsp/fallos.do?usecase=mostrarHjFallos&falloId=68955.

41
Sin embargo, el nuevo Código termina con el debate y autoriza expresamente
que las legislaciones locales podrán regular plazos de prescripción de tributos
(art. 2532). Asimismo, cuando se fija el plazo general de la prescripción en 5
años, se aclara “excepto que esté previsto uno diferente por la legislación
local”42. Cabe aclarar que esta autorización no se encontraba en el texto
originario presentado por la Comisión Redactora del Anteproyecto de Código
único, sino que fue agregado por el Poder Ejecutivo de la Nación.

19.1.4 Caracteres
 Origen legal y carácter imperativo: sólo la ley puede crear plazos de
prescripción. Las partes no pueden modificarlos por convención, ni a fin
de acortar ni de ampliar los legalmente establecidos (art. 2533). Está de
por medio el orden público.

 Irrenunciabilidad: como regla, las partes no pueden renunciar a la


prescripción. Excepcionalmente, pueden hacerlo con respecto a la
prescripción ya ganada –vencida–, a cuyo fin se requiere de capacidad
para otorgar actos de disposición (art. 2535).

 No se puede declarar de oficio: sólo procede por petición de parte


interesada, como acción o excepción (arts. 2551 a 2553).

 De interpretación restringida: no se presume ni se aplica la analogía por


tratarse de un medio extintivo de derechos y obligaciones. Ante la duda,
no habrá prescripción.

 Es extintiva del derecho: causa la extinción del derecho que emana de la


obligación, y en consecuencia, también de las acciones para reclamarlo.

19.1.5 Sujetos de la prescripción liberatoria. Invocación


de la prescripción
En principio, la prescripción puede ser invocada por y en contra de cualquier
persona humana o jurídica, privada o pública (incluido el Estado en todos sus
niveles), pues el art. 2534 dispone: “La prescripción opera a favor y en contra
de todas las personas, excepto disposición legal en contrario”43. Ej.: no podrá
oponerse entre cónyuges por existir causal de suspensión entre ellos (art.
2543).

42
Art. 2.560. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
43
Art. 2.534. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

42
Además, se aclara en el art. 2534 que: “Los acreedores y cualquier interesado
pueden oponer la prescripción, aunque el obligado o propietario no la invoque
o la renuncie”44. Esto significa, tal como explica Colombres (2014), que como el
patrimonio del deudor es prenda común de los acreedores, estos pueden hacer
valer la prescripción que el deudor no invoca, como medida conservatoria de su
patrimonio. Ej.: por vía de la acción subrogatoria.

19.1.6 Renuncia
En materia de prescripción, existe un limitado ámbito para la autonomía de la
voluntad de las partes, que no pueden alterar las disposiciones legales ni sus
plazos.

Sin embargo, la ley expresamente autoriza, de modo excepcional, la renuncia a


la prescripción, como la “abdicación unilateral del deudor del poder jurídico de
invocar” cuando ha operado el plazo de prescripción. Esto implica que a pesar
de que podría invocar la prescripción a su favor –porque transcurrió el tiempo
previsto en la ley y el acreedor no le reclamó la deuda–, decide renunciar a ella
y hacer subsistir con eficacia la obligación.

En este caso, los acreedores del deudor pueden ejercer la facultad del art. 2534
antes señalada.

La posibilidad de renuncia a la prescripción está expresamente consagrada en


el art. 2535 del Código y requiere capacidad para otorgar actos de disposición.
Cabe aclarar que no se puede renunciar a la prescripción para el futuro, es
decir, cuando todavía no transcurrió el plazo legalmente previsto.

En caso de obligaciones de sujeto plural, la renuncia a la prescripción por uno


de los codeudores o coposeedores no surte efectos respecto de los demás, es
decir, no propaga los efectos por el carácter restrictivo que posee.

En tal caso, el codeudor que renuncia a la prescripción no puede pretender


ejercer la acción de regreso por lo que pagó al acreedor –como consecuencia
de la renuncia y subsistencia de la obligación– contra sus codeudores liberados
por la prescripción (pues ellos no renunciaron a ésta).

44
Art. 2.534. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

43
19.1.7 Objeto: invocación de la prescripción
Pizarro y Vallespinos (2014) afirman que el principio general es que todas las
acciones son prescriptibles, salvo que la ley declare su imprescriptibilidad o
que ella surja de la propia naturaleza o carácter de la acción.

En este sentido, el Código establece en el art. 2536 que la prescripción puede


ser invocada en “todos los casos”45 –genéricamente y sin aclarar nada más–,
con excepción de los supuestos previstos por ley.

En cuanto a las excepciones, Colombres (2014) señala que algunas de las


acciones imprescriptibles previstas en el Código son:

 Por la naturaleza de la acción: art. 2247, acciones reales como la


reivindicatoria o la de deslinde; art. 2166, reclamo de constitución de
servidumbre forzosa; arts. 1996 y 1997, acción de división de
condominio, etc.

 Por la naturaleza de los bienes a adquirir: art. 237, bienes públicos; art.
2032, inmuebles sujetos a propiedad indígena.

 Por la naturaleza de los derechos en juego: derechos personalísimos


(acción de prevención del daño, protección de la dignidad de la persona
humana, protección del nombre, etc.).

19.1.8 Modificación de los plazos por ley posterior


El Código posee una norma: el art. 2537, que hoy podemos denominar
“transitoria”, pues prevé el modo de aplicar la nueva ley a las situaciones en
curso en materia de prescripción, pero que en el futuro servirá como criterio
para cualquier eventual modificación de los plazos.

1. La regla general es que “Los plazos de prescripción en curso al


momento de entrada en vigencia de una nueva ley se rigen por la ley
anterior”46.

Ej.: contrato de compraventa que todavía no ha sido cumplido al 1 de


agosto de 2015, tiene un plazo de prescripción de 10 años con
fundamento en la ley anterior: art. 4023 del Código Civil de Vélez
Sarsfield.

45
Art. 2.536. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
46
Art. 2.537. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

44
2. Excepción: “Sin embargo, si por esa ley se requiere mayor tiempo que el
que fijan las nuevas, quedan cumplidos una vez que transcurra el
tiempo designado por las nuevas leyes, contado desde el día de su
vigencia”47.

El supuesto es el siguiente: que la ley vieja –Código Civil– establezca un


plazo mayor –Código Civil y Comercial: 10 años– al que estipula la ley
nueva, tal como ocurre en el ejemplo dado, pues el CCC impone la
prescripción de 5 años (art. 2560) para las acciones emergentes del
contrato.

La solución en este caso es que la prescripción queda cumplida una vez


que transcurra el tiempo más corto de la ley nueva, contado desde que
entró en vigencia.

Ello impone la necesidad de analizar desde cuándo era exigible la


obligación a fin de determinar el dies a quo para poder contar el plazo
de los 5 años en nuestro ejemplo –o el plazo que fuera según el caso–.

En el ejemplo, si la obligación era exigible desde el 1 de agosto de 2012.


Por el Código de Vélez, la prescripción operaría el 1 de agosto de 2022
(10 años), pero como la excepción que estamos estudiando se aplica al
caso, pues el Código nuevo establece un plazo menor de 5 años, que
debe computarse desde la vigencia de esta ley: 1 de agosto de 2015. La
prescripción de la acción derivada del contrato de compraventa será a
los 5 años de esta fecha, es decir, 1º de agosto de 2020 (antes del
tiempo previsto por la ley vieja, por expresa disposición legal).

Figura 1

10 años
5 años
2012 2015 2020 2022
“Dies Vigencia CCC Vence Vence
a quo” 5 años 10 años
CCC Cód. Civil

Fuente: Elaboración propia.

47
Art. 2.537. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

45
3. Excepción de la excepción: “… el plazo fijado por la ley antigua finalice
antes que el nuevo plazo contado a partir de la vigencia de la nueva ley,
en cuyo caso se mantiene el de la ley anterior”48.

Para comprender este supuesto, necesitamos modificar el plazo de


exigibilidad de la obligación derivada del contrato del ejemplo, el que
será el 1º de agosto de 2007.

Si aplicamos la ley vieja (Código de Vélez), la prescripción operaría el 1º


de agosto de 2017; si aplicamos la ley nueva (CCC), la prescripción
operaría el 1º de agosto de 2010 (plazo menor de 5 años, desde la
entrada en vigencia en el 2015). Pero por aplicación de la excepción de
la excepción, la prescripción de la acción derivada del contrato de
compraventa será el 1º de agosto de 2017. Es decir, a pesar de que el
plazo de la ley nueva es más corto (5 años), el de la ley vieja (10 años) se
cumple antes que transcurra el más corto, y por ello prevalece y se
mantiene ese.

Figura 2

10 años 5 años
2007 2015 2017 2020
“Dies Vigencia CCC Vence Vence
a quo” 10 años 5 años
Cód. Civ. CCC

Fuente: Elaboración propia.

A modo de síntesis, para determinar cuál es el plazo de prescripción de una


acción que comenzó a correr con el código anterior, será necesario analizar en
el caso concreto y valorar las siguientes cuestiones:

 Dies a quo: momento a partir del cual la obligación era exigible.

 Plazo de prescripción previsto en la ley vieja: Código Civil o Comercial.

 Plazo de prescripción previsto en la ley nueva: Código Civil y Comercial.

48
Art. 2.537. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

46
19.1.9 Pago espontáneo
El art. 2538 del CCC establece un caso especial, pues dispone que si el deudor
paga de modo espontáneo una obligación prescripta, ese pago no es repetible.

En el Código Civil, esta era uno de los típicos casos de obligaciones naturales:
art. 515 inc. b: obligaciones que comenzaron siendo “civiles” pero que luego se
convierten en naturales por cumplirse el plazo de prescripción.

Sin embargo, en atención a que esta categoría de obligaciones fue eliminada


del nuevo Código, el fundamento de la irrepetibilidad de lo pagado voluntaria y
espontáneamente por el deudor se encuentra en el cumplimiento de un deber
moral o de conciencia (art. 728 del Código).

19.1.10 Curso de la prescripción. Vicisitudes


Moisset de Espanés (2004. P. 182) explica que el transcurso del tiempo es uno
de los requisitos esenciales de la prescripción, y siendo tan importante es
trascendental conocer cuándo comienza a correr: es decir, el momento inicial, y
cuándo termina.

Pizarro y Vallespinos (2014) definen que entre ambos extremos, momento


inicial y término final, encontramos el curso de la prescripción extintiva, etapa
trascendental, en la cual pueden operar dos vicisitudes: la suspensión y la
interrupción del plazo de prescripción, tal como se estudiará en los puntos
siguientes.

Cabe aclarar que:

 el plazo inicial es denominado dies a quo: día en el que comienza a correr


el plazo de la prescripción (véase punto 19.6).

 El plazo se computa siempre por días corridos, y se aplican las reglas


generales del art. 6 del Código.

19.2 Suspensión de la prescripción


(Efectos. Alcance subjetivo. Suspensión
por interpelación fehaciente y por pedido
de mediación. Casos especiales)
19.2.1. Noción. Efectos. Alcance subjetivo

47
La suspensión de la prescripción detiene, paraliza, el cómputo del tiempo que
está corriendo por el lapso que dura la causal legalmente prevista, pero cuando
desaparece, el plazo continúa corriendo y aprovecha el período transcurrido
antes que ella haya comenzado –se suma–, y se encuentra prevista en el art.
2539.

Moisset de Espanés (2014) aclara que la prescripción es una consecuencia de la


inactividad de las partes, y si esta se justifica en una imposibilidad material o
jurídica de obrar, no es justo sancionar la pasividad con la pérdida de la acción,
por ello, el derecho admite que se suspenda el plazo de la prescripción.

En caso de obligaciones de sujeto plural, el art. 2540 expresamente consagra el


alcance subjetivo de la suspensión, y aclara que cuando esta procede respecto
de uno de los sujetos, no se extiende a favor ni en contra del resto, “excepto
que se trate de obligaciones solidarias o indivisibles”49.

Colombres (2014), con cita de López Herrera, Spota y Leiva Fernández, explica
que la suspensión se trata de un beneficio personal e intransferible, que sólo
puede ser invocada por la persona a quien la ley atribuye ese efecto suspensivo
contra la persona que deba soportarlo.

El autor citado señala que en los Fundamentos del Anteproyecto del Código se
aclaró que las causas de suspensión prevén circunstancias personales de los
interesados que justifican la paralización del cómputo, y que sólo aprovechan a
estos sujetos especialmente considerados.

19.2.2 Causales de suspensión del curso de la


prescripción
Se encuentran expresamente previstas en los arts. 2441 a 2543 del Código, y
son:

 Por determinados actos que reportan actividad, interés en ejercer la


acción o bien circunstancias que le impiden ejercerla –expresamente
previstas en el Código–:

a. Por interpelación fehaciente:

se suspende, por una sola vez, por la interpelación fehaciente


hecha por el titular del derecho contra el deudor o el poseedor.

49
Art. 2.540. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

48
Esta suspensión sólo tiene efecto durante seis meses o el plazo
menor que corresponda a la prescripción de la acción.50

Colombres (2014) explica que la solución limitativa a una sola vez es


correcta, de lo contrario, el acreedor podría convertir ese beneficio en
un modo de ampliar indebidamente el plazo de prescripción hasta
hacerlo imprescriptible.

b. Por pedido de mediación: suspende desde la expedición por medio


fehaciente de la comunicación de la fecha de la audiencia de mediación
o desde su celebración, lo que ocurra primero. “El plazo de prescripción
se reanuda a partir de los veinte días contados desde el momento en
que el acta de cierre del procedimiento de mediación se encuentre a
disposición de las partes”51.

Esta causal tiene lugar cuando la mediación es requisito previo para


iniciar una demanda, por ello se justifica la suspensión mientras dure el
procedimiento, pues hasta su culminación el acreedor no puede
entablar la demanda.

Colombres (2014) sostiene que la causal de suspensión es aplicable


tanto a las mediaciones obligatorias por ley como a las facultativas a las
que las partes se someten.

 En razón de la calidad y relación de determinadas personas: para evitar


suscitar pleitos entre ellas:

a. Entre cónyuges, durante el matrimonio: para evitar el litigio entre ellos.


Pizarro y Vallespinos (2014) aclaran que funciona aunque estén
separados, pero se reanuda ante divorcio, pues ya no hay vínculo.

b. Entre convivientes, durante la unión convivencial: se asimila al caso


anterior.

c. Entre las personas incapaces y con capacidad restringida y sus padres,


tutores, curadores o apoyos, durante la responsabilidad parental, la
tutela, la curatela o la medida de apoyo: para no obligar a demandar
colocando en situaciones delicadas, de violencia moral, y riesgosas para
los sujetos “débiles”.

50
Art. 2.541. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
51
Art. 2.542. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

49
d. Entre las personas jurídicas y sus administradores o integrantes de sus
órganos de fiscalización, mientras continúan en el ejercicio del cargo:
como consecuencia de los intereses involucrados de por medio.

Colombres (2014) relaciona esta causal con las previstas en la ley


General de Sociedades, y aclara que en el CCC sólo se regula la acción
social –perteneciente a la sociedad contra los administradores o
integrantes del órgano, y no la individual de cada socio en su contra–.

e. A favor y en contra del heredero con responsabilidad limitada,


respecto de los reclamos que tienen por causa la defensa de derechos
sobre bienes del acervo hereditario.

Colombres (2014) entiende que el fundamento de esta causal se


encuentra en la nota al art. 3972 del Código de Vélez, en el que
explicaba que sería inútil forzar al heredero beneficiario a provocar
condenaciones contra la sucesión que está encargado de administrar,
sería una acción contra sí mismo.

19.3 Interrupción de la prescripción


(Efectos. Interrupción por reconocimiento
y por petición judicial. Duración de los
efectos. Interrupción por solicitud de
arbitraje. Alcance subjetivo)
19.3.1. Definición. Efectos. Alcance subjetivo
La prescripción se interrumpe cuando por una causa de ley se corta y borra
todo el tiempo ya transcurrido desde el dies a quo hasta el momento en que
aparece la causal, y una vez desaparecida, el curso de la prescripción empieza a
correr nuevamente desde cero.

El art. 2544 señala que el efecto de la interrupción es “tener por no sucedido el


lapso que la precede a iniciar uno nuevo”52.

Con respecto al fundamento de la causal, mientras la suspensión se produce


porque hay alguna situación de hecho que impide que corra la misma, en la
interrupción el fundamento es la voluntad de las partes de mantener viva la
relación jurídica.

52
Art. 2.544. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

50
En las obligaciones de sujeto plural, el art. 2549 reitera la regla prevista para
los casos de suspensión de la prescripción, al establecer que “no se extiende a
favor ni en contra del resto de los sujetos, excepto en caso de obligaciones
solidarias”53 o de objeto indivisible.

19.3.2. Causales de interrupción


Están previstas de modo expreso en los arts. 2545 a 2548 del Código:

 Por reconocimiento: es la voluntad del deudor que admite el derecho del


acreedor (art. 2545).

 Se trata del reconocimiento voluntario, ya sea expreso o tácito, que


realiza el deudor de su calidad de tal. Provoca que se borre el tiempo
transcurrido y que renazca el dies a quo desde que se manifestó en tal
sentido.

 Por petición judicial: voluntad del acreedor.

 (…) interrumpe toda petición del titular del derecho ante autoridad
judicial que traduce la intención de no abandonarlo, contra el poseedor,
su representante en la posesión o el deudor, aunque sea defectuosa,
realizada por persona incapaz, ante tribunal incompetente o en el plazo
de gracia previsto en el ordenamiento procesal aplicable. 54

 Se pone fin a las controversias en este sentido, pues comprende todos


los tipos de petición: demanda propiamente dicha o cualquier solicitud
que demuestre la intención de exigir el cumplimiento: medida cautelar,
prueba anticipada, preparación de la vía ejecutiva, etc.

 Los efectos interruptivos del curso de la prescripción permanecen hasta


que deviene firme la resolución que pone fin a la cuestión, mediante
resolución con autoridad de cosa juzgada formal (art. 2547). Luego de
ella comienza a computarse de cero nuevamente.

 Excepcionalmente, “La interrupción del curso de la prescripción se tiene


por no sucedida si se desiste del proceso o caduca la instancia”55, es
decir, no se perfecciona la causal y se tiene como si nunca hubiera

53
Art. 2.549. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
54
Art. 2.546. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
55
Art. 2.547. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

51
ocurrido. El fundamento se encuentra en que no se utilice esta causal
para no dejar prescribir su derecho, pero no tenga real intención de
ejercerlo.

 Por último, cabe aclarar que los reclamos administrativos no se


equiparan a la “petición” del artículo que requiere que esta sea realizada
en “sede judicial”, salvo expresa previsión legal (ej.: art. 50 de la Ley
24.240 de Defensa del Consumidor: expresamente otorga efecto
interruptivo al inicio de las acciones administrativas, mientras dure el
proceso).

 Por solicitud de arbitraje: voluntad de ambas partes de mantener viva la


relación. Los efectos de esta causal se rigen por lo dispuesto para la
interrupción de la prescripción por petición judicial, en cuanto sea
aplicable (art. 2549). Este medio alternativo de solución de conflictos al
que se someten, que el código regula como un “contrato especial” en los
arts. 1649 y ss., se asimila al reclamo judicial en cuanto a la interrupción,
y se sigue por sus reglas.

19.4. Dispensa de la prescripción


(Noción. Requisitos. Efectos)
El art. 2550 del Código faculta al juez a:

(…) dispensar de la prescripción ya cumplida al titular de la


acción, si dificultades de hecho o maniobras dolosas le
obstaculizan temporalmente el ejercicio de la acción, y el titular
hace valer sus derechos dentro de los seis meses siguientes a la
cesación de los obstáculos.56

Se trata de un supuesto de excepción, pues el acreedor estuvo inactivo por


cuestiones ajenas a su voluntad; no reclamó porque no pudo hacerlo. Ej.:
estuvo un año internado en terapia intensiva o estaba amenazado para no
iniciar acciones contra su deudor, entre otras. Por ello se justifica y autoriza al
juez a “perdonarle” la prescripción ya cumplida –pues ya venció el plazo
legalmente previsto–.

Colombres (2014) señala que si bien se debatía si la imposibilidad debía tratarse


de una “de hecho” o también se admitía que fuera una “de derecho”, la nueva

56
Art. 2.550. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

52
regulación sólo contempla las dificultades de hecho de modo expreso, con lo
cual seguirá debatiéndose si con las otras funciona la dispensa.

Sin embargo, para que proceda la dispensa, se exige que el titular –acreedor–
reclame su crédito, se active, dentro de los 6 meses siguientes al día en que
cesó la imposibilidad.

En este sentido, la norma citada aclara que en el caso de personas incapaces


sin representantes el plazo de seis meses se computa “desde la cesación de la
incapacidad o la aceptación del cargo por el representante”57.

Esta disposición es aplicable a las sucesiones que permanecen vacantes sin


curador, si el que es designado hace valer los derechos dentro de los seis meses
de haber aceptado el cargo.

En definitiva, Pizarro y Vallespinos (2014) señalan que los requisitos para que el
juez pueda resolver la dispensa son:

1. Debe existir dificultad para iniciar la acción: para ellos puede ser de
hecho o de derecho, de suficiente gravedad como para justificar que el
acreedor no haya reclamado, debe valorarse con criterio de
razonabilidad. Se aproxima a los casos de fuerza mayor.

2. El impedimento debe existir al momento del término de la


prescripción: que le haya impedido accionar hasta el día final del plazo
de la prescripción –término–.

3. Solicitud del acreedor de la dispensa en el plazo de caducidad: que el


acreedor se active apenas pueda hacerlo, dentro de los seis meses
desde que se cesó la imposibilidad.

19.5 Disposiciones procesales relativas a


la prescripción (Crítica. Vías procesales.
Facultades judiciales. Oportunidad
procesal para oponerla)
Adviértase que las provincias conservan las facultades de legislar en materia
procesal, pues no se trata de una cuestión delegada al Congreso de la Nación,
que en principio no está autorizado para hacerlo por la Constitución Nacional.

57
Art. 2.550. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

53
Sin embargo, el nuevo Código dispone en tres artículos: 2551 a 2553, reglas
básicas de carácter procesal a los fines de unificar el ejercicio de la prescripción
en todo el territorio de la Nación.

De tal modo se definen cuestiones debatidas en la doctrina y jurisprudencia con


la redacción del Código de Vélez, aclarando y definiendo la cuestión. Las reglas
son:

La prescripción puede hacerse valer en juicio como acción (facultad de iniciar


un proceso a fin de que se declare la prescripción que beneficia al actor) o
como excepción (al contestar la demanda, como defensa para que no prospere
el reclamo del acreedor de una obligación prescripta).

El juez no puede declarar de oficio la prescripción: aun cuando advierta que


una obligación está prescripta, esta debe ser solicitada a pedido de parte, que
debe alegar y probarlo.

Sin embargo, el juez sí puede –y debe–, sobre la base del principio “iura novit
curia”, aplicar el plazo de prescripción correspondiente independientemente
del alegado por la parte.

Oportunidad procesal para oponerla: se establecen distintos supuestos:

 En los procesos de conocimiento: dentro del plazo para contestar la


demanda.

 En los procesos de ejecución: dentro del plazo para oponer excepciones.

Los terceros interesados que comparecen a juicio, vencidos los términos


aplicables a las partes, deben invocarla en la primera presentación en juicio.

19.6 Comienzo del cómputo


Tal como se estudió, el curso de la prescripción tiene un punto de inicio, en el
que comienza el cómputo del plazo fijado por la ley. La determinación del “diez
a quo” es trascendental, y por ello se regula detenidamente en los arts. 2554 a
2559. Cabe aclarar que también existen fijaciones especiales en diversos
supuestos dentro de la regulación de los plazos de prescripción propiamente
dichos –arts. 2560 y ss.–.

La regla está prevista en el primer artículo citado, y establece que el transcurso


del tiempo comienza el día en que la prestación es exigible, poniendo fin a las
discrepancias existentes al respecto. El fundamento se encuentra en que si se

54
va a analizar la inactividad del acreedor, no puede comenzar a computarse
antes que este pueda actuar.

En consecuencia, si es una obligación pura y simple sin ninguna modalidad,


corre desde el día de su nacimiento; si tiene plazo, desde que este vence; si
está sujeta a condición, según el caso: desde que el hecho se cumple si es
suspensiva o desde que nació si es resolutoria.

El Código también prevé casos especiales en los que el legislador consideró


necesario aclarar el dies a quo para no dejar lugar a dudas:

1. Rendición de cuentas: art. 2555: comienza el día en que el obligado


debe rendirlas: según lo fijado por las partes o por la ley: art. 861. Si
nada se estableció: cuando cesa en su función.

Posteriormente, una vez aprobadas, se aclara que el plazo para


reclamar el cobro del resultado de la cuenta comienza a contar desde
que hubo conformidad de la parte o decisión del juez de aprobarlas con
autoridad de cosa juzgada.

2. Prestaciones periódicas: art. 2556: “El transcurso del plazo de


prescripción para reclamar la contraprestación por servicios o
suministros periódicos comienza a partir de que cada retribución se
torna exigible”58.

Estamos ante obligaciones de hacer con prestaciones periódicas. Ej.:


servicio de teléfono, luz, agua, etc. Con el vencimiento de cada período
de pago –mes a mes–, comienza el plazo para reclamar ese mes
vencido.

3. Prestaciones a intermediarios: art. 2557: “para reclamar la retribución


por servicios de corredores, comisionistas y otros intermediarios se
cuenta, si no existe plazo convenido para el pago, desde que concluye la
actividad”59.

Franchini (2014) entiende que la norma abarca de modo genérico otros


intermediarios, como mandatarios, comerciantes, martilleros, gestores,
etc.

4. Reclamo de honorarios por servicios prestados en procedimientos: art.


2558; para los abogados y demás auxiliares de justicia –peritos,
martilleros, etc.–, y para los árbitros, mediadores, etc., a fin del reclamo
de sus honorarios, sean judiciales, arbitrales o de mediación, comienza a
correr:
58
Art. 2.556. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
59
Art. 2.557. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

55
o Si hay resolución que los regula: desde que vence el plazo fijado
en resolución firme; si no fija plazo, desde que adquiere firmeza.

o Si no son regulados en la resolución: “el plazo comienza a correr


desde que queda firme la resolución que pone fin al proceso; si la
prestación del servicio profesional concluye antes, desde que el
acreedor tiene conocimiento de esa circunstancia”60.

5. Créditos sujetos a plazo indeterminado: art. 2559: se considera exigible


a partir de su determinación.

Y aclara que el plazo de prescripción “para deducir la acción para la


fijación judicial del plazo se computa desde la celebración del acto. Si
prescribe esta acción, también prescribe la de cumplimiento”61, por vía
de consecuencia.

En este caso hay que distinguir, pues hay dos plazos: uno para exigir la
determinación judicial del plazo –dies a quo desde la celebración del
acto–, y otro para exigir el cumplimiento de la prestación –desde que el
juez fija cuál es el plazo y lo convierte en determinado–.

6. Acción de declaración de nulidad relativa, de revisión y de


Inoponibilidad de actos jurídicos: el plazo se cuenta, de acuerdo con el
art. 2563, según estas reglas:

a. si se trata de vicios de la voluntad, desde que cesó la


violencia o desde que el error o el dolo se conocieron o pudieron
ser conocidos;

b. en la simulación entre partes, desde que, requerida una


de ellas, se negó a dejar sin efecto el acto simulado;

c. en la simulación ejercida por tercero, desde que conoció


o pudo conocer el vicio del acto jurídico;

d. en la nulidad por incapacidad, desde que esta cesó;

e. en la lesión, desde la fecha en que la obligación a cargo


del lesionado debía ser cumplida;

f. en la acción de fraude, desde que se conoció o pudo


conocer el vicio del acto;

60
Art. 2.558. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
61
Art. 2.559. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

56
g. en la revisión de actos jurídicos, desde que se conoció o
pudo conocer la causa de revisión.62

19.7 Plazos de prescripción


El Código establece los plazos de prescripción en los arts. 2560 a 2564, y dentro
de estos en algunos casos también define el dies a quo del supuesto.

La Comisión Redactora en los Fundamentos del Anteproyecto de Código explicó


que:

El Anteproyecto ha seguido la metodología del Código Civil


vigente, estableciendo un plazo de prescripción genérico y
regulando casos específicos. En todos los casos se ha procurado
la actualización de los plazos regulados, intentando la unificación
y la reducción en cuanto resulta conveniente y ajustado al valor
seguridad jurídica y a la realidad actual.63

La regla general: el plazo de prescripción es de 5 años, excepto que esté


previsto uno diferente (art. 2560). Esto significa que todas las obligaciones
prescriben a los 5 años desde que comenzaron a ser exigibles, salvo que haya
un plazo menor, y si existen dudas, será de 5 años.

Las excepciones pueden estar previstas en el propio Código –arts. 2561 a 2564–
como también en otras leyes: Seguros (1 año), Tarjeta de Crédito (1 año),
Transporte terrestre de personas (1 año), Defensa del Consumidor (3 años), etc.
Los casos previstos en el Código son:

 Son imprescriptibles: las acciones derivadas de los delitos de lesa


humanidad (art. 2561). También otras fijadas expresamente por ley (ej.:
acción de nulidad absoluta: art. 387 del propio Código).

 Plazo de 10 años: reclamo de resarcimiento de daños por agresiones


sexuales infligidas a personas incapaces. El dies a quo es: desde que cesa
la incapacidad (art. 2561).

 Plazo de 3 años: reclamo de indemnización de daños derivados de la


responsabilidad civil (art. 2561).

 Plazo de 2 años: comprende distintos supuestos (art. 2562):

62
Art. 2.563. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
63

57
a. el pedido de declaración de nulidad relativa y de revisión de
actos jurídicos;

b. el reclamo de derecho común de daños derivados de


accidentes y enfermedades del trabajo;

c. el reclamo de todo lo que se devenga por años o plazos


periódicos más cortos, excepto que se trate del reintegro de un
capital en cuotas;

d. el reclamo de los daños derivados del contrato de transporte


de personas o cosas;

e. el pedido de revocación de la donación por ingratitud o del


legado por indignidad;

f. el pedido de declaración de inoponibilidad nacido del


fraude.64

 Plazo de 1 año: art. 2564:

a. el reclamo por vicios redhibitorios;

b. las acciones posesorias;

c. el reclamo contra el constructor por responsabilidad por ruina


total o parcial, sea por vicio de construcción, del suelo o de mala
calidad de los materiales, siempre que se trate de obras
destinadas a larga duración. El plazo se cuenta desde que se
produjo la ruina;

d. los reclamos procedentes de cualquier documento endosable


o al portador. Y se aclara que el dies a quo es desde el día del
vencimiento de la obligación;

e. los reclamos a los otros obligados por repetición de lo pagado


en concepto de alimentos;

f. la acción autónoma de revisión de la cosa juzgada.65

64
Art. 2.562. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
65
Art. 2.564. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

58
19.8 Plazos de Caducidad
19.8.1 Definición
La caducidad -al igual que la prescripción- requiere del transcurso del tiempo
para que se produzca la pérdida o extinción de un derecho. La caducidad tiene
su origen en el derecho procesal, en el que por no realizar algún acto en el
plazo fijado se pierde el derecho a hacerlo (ej.: plazo para oponer excepciones,
vencido –es fatal– ya no pueden plantearse).

Moisset de Espanés (2004) entiende que son plazos de caducidad aquellos que
fijan un término para el ejercicio de la acción, cuyo cómputo es fatal (no puede
ser alterado por suspensión o interrupción) y vencido el cual sin que se haya
ejercitado el derecho o facultad, éste se pierde de manera inexorable. Además,
concluye que “se trata de un plazo resolutorio fijado por la ley o por acuerdo de
partes, a fin de que un derecho o facultad, con una duración preestablecida,
caduque si no se ejerce dentro del plazo” (pp. 233 y 237).

Para Pizarro y Vallespinos (2014) cuando existe plazo de caducidad existe un


“tener que para ser titular de un derecho” (p. 559), y afirman que el derecho
sólo se configura mediante la realización de actos positivos o negativos, que de
no realizarse no nace el derecho.

El Código de Vélez no regulaba la caducidad de derecho, por lo que, la doctrina


se fue ocupando de ella y de su distinción con la prescripción.

El Código Civil y Comercial sí la regula en los arts. 2566 a 2572.

Los autores del Anteproyecto en sus Fundamentos aclaran que:

La caducidad de los derechos ha sido ubicada


metodológicamente con posterioridad a la prescripción y se han
regulado expresamente sus diferencias e interrelación. Se
incorporan normas que protegen la igualdad de las partes en
este aspecto y otras que impiden la frustración del régimen de
prescripción mediante convenios de caducidad66.

Antes de ingresar expresamente al estudio de la caducidad conviene tener


presente cuales son las diferencias con la prescripción.

López Herrera (2012) explica que: “… la prescripción extingue el derecho y deja


subsistente un deber moral. Pero no lo aclara en ningún lado. En cambio sí dice
que la caducidad extingue el derecho (art. 2566)” (p. 1130).

66 Recuperado el 10 de octubre del 2015 de: http://www.biblioteca.jus.gov.ar/fundamentos-


primero.PDF

59
Tabla 1
CADUCIDAD PRESCRIPCIÓN
EFECTO Extingue el derecho (art. Extingue el derecho,
2566). No subsiste nada. queda subsistente el
deber moral (López
Herrera, 2012).

ORIGEN Legal o convencional Sólo legal

SUSPENSIÓN E No proceden Sí
INTERRUPCIÓN

DECLARACIÓN DE Si, cuando es legal y materia Nunca


OFICIO indisponible por las partes.

RENUNCIA No es posible cuando se Es posible renunciar


trata de caducidad legal, y sólo a la prescripción
está sustraído de su ganada.
disponibilidad.

PROTEGE Individuales Sociales


INTERESES

Fuente: Elaboración propia.

Bitar (2014) diferencia las figuras al señalar que la especie de omisión o


inactividad del sujeto titular del derecho es distinta en cada caso: en la
prescripción se castiga la omisión en la continuación del ejercicio del derecho
durante un cierto tiempo, mientras que en la caducidad se priva del derecho a
quien ha omitido ejercitarlo por primera vez, o aquella sola vez que la ley exige,
y de ejercitarlo dentro de aquel término.

A modo de ejemplo, López Herrera (2012) señala los siguientes supuestos de


caducidad previstos por el Código:

a) Compensación económica en el matrimonio: seis meses de haberse


dictado la sentencia de divorcio (art. 442).

b) Asentimiento conyugal: seis meses de haberlo conocido, pero no más


allá de seis meses de la extinción del régimen matrimonial (art. 456).

c) Defectos de cantidad, calidad o vicios aparentes cuando se entrega una


cosa mueble cerrada o bajo cubierta sin inspeccionar: tres días (art.
748).

60
19.8.2 Efectos
El art. 2566 expresamente dispone que “La caducidad extingue el derecho no
ejercido”67.

En consecuencia, ya no es posible sostener que el derecho no existió, pues la


norma expresamente consagra su fin.

19.8.3 Suspensión e interrupción


“Los plazos de caducidad no se suspenden ni interrumpen, excepto disposición
legal en contrario”68.

19.8.4 Nulidad de la cláusula de caducidad


De acuerdo con el art. 2568 del CCCN:

Es nula la cláusula que establece un plazo de caducidad que hace


excesivamente difícil a una de las partes el cumplimiento del
acto requerido para el mantenimiento del derecho o que implica
un fraude a las disposiciones legales relativas a la prescripción.

19.8.5. Actos que impiden la caducidad


De acuerdo con el art. 2569 del CCCN

 el cumplimiento del acto previsto por la ley o por el acto jurídico;

 el reconocimiento del derecho realizado por la persona contra la cual se


pretende hacer valer la caducidad prevista en un acto jurídico o en una
norma relativa a derechos disponibles.

19.8.6 Caducidad y prescripción


Si bien ya se señalaron las diferencias entre ambos institutos, el Código aclara
que “Los actos que impiden la caducidad no obstan a la aplicación de las
disposiciones que rigen la prescripción”69.

67
Art. 2.566. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
68
Art. 2.567. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

61
Bitar (2014) aclara que ello implica que una vez impedida la caducidad, se debe
tener en cuenta el plazo para la prescripción; un mismo derecho está expuesto
a la caducidad y a la prescripción, y los plazos corren simultáneamente.

19.8.7 Renuncia a la caducidad


El CCCN regula esta cuestión en el art. 2571 en los siguientes términos:

“Las partes no pueden renunciar ni alterar las disposiciones legales sobre


caducidad establecidas en materia sustraída a su disponibilidad. La renuncia a
la caducidad de derechos disponibles no obsta a la aplicación de las normas
relativas a la prescripción”.

En consecuencia, la renuncia es válida siempre que se trata de caducidad


convencional o supuestos de derechos disponibles, de lo contrario, al estar de
por medio el orden público no es posible renunciar a estos plazos (ej.:
caducidad en los derechos de familia).

19.9.8 Facultades judiciales


“La caducidad sólo debe ser declarada de oficio por el juez cuando está
establecida por la ley y es materia sustraída a la disponibilidad de las partes”,
tal como expresamente lo regula el art. 2572.

En este sentido, Bitar (2014) destaca que en las hipótesis en que estén en juego
intereses privados, la caducidad no podrá ser declarada de oficio sino a pedido
de parte interesada, no correspondiendo al juez suplirla oficiosamente.

Por el contrario, en los casos de caducidad dispuesta por ley y no disponible por
las partes, por estar de por medio el orden público, el juez sí debe declararla de
oficio.

69
Art. 2.570. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

62
20. Otras fuentes de las
obligaciones70
20.1 Noción. Incorporación al Código
Civil y Comercial
El nuevo código incorpora en el Libro III: “Derechos Personales”, Título V:
“Otras fuentes de las obligaciones”, por lo que recepta como “fuente autónoma
de las obligaciones” a la gestión de negocio, enriquecimiento sin causa,
declaración unilateral de voluntad, pago indebido, etc.

En este sentido, en los fundamentos del Anteproyecto se señala que:

(…) la mayoría de la doctrina actual considera innecesarias las


categorías híbridas del cuasicontrato y cuasidelito y se propone
regular la gestión de negocios como una fuente autónoma y la
repetición del pago de lo indebido como una especie del
enriquecimiento sin causa. Esta es la tesis predominante,
adoptada en el Proyecto de 1998 y que seguimos en este
Anteproyecto.71

En definitiva, antes de la sanción del Código se debatía si las figuras que


estudiaremos constituían en sí mismas fuentes de obligaciones o no, lo que ha
quedado terminantemente definido, pues expresamente así se las consagra y
sistematiza.

Cabe aclarar que en todos los supuestos se trata de obligaciones que no tienen
origen contractual sino extracontractual –a pesar de la eliminación de la
distinción que el código realiza, pero con fines didácticos vale la referencia–, es
decir, que no surgen de un contrato o acuerdo de partes.

20.2 La gestión de negocios


20.2.1 Noción. Requisitos

70
La totalidad de este capítulo tiene como fuente un trabajo de la autora en comentario a los
artículos del Código que regulan la temática: Véase Garzino, M. C. (2015).
71
http://www.biblioteca.jus.gov.ar/fundamentos-primero.PDF

63
El Código brinda una definición legal de la gestión de negocios ajenos,
receptando las nociones doctrinarias que existían en el derecho nacional. El art.
1781 establece: “Hay gestión de negocios cuando una persona asume
oficiosamente la gestión de un negocio ajeno por un motivo razonable, sin
intención de hacer una liberalidad y sin estar autorizada ni obligada,
convencional o legalmente”72.

Un ejemplo típico que se utiliza en la doctrina es el del vecino que sabiendo que
su colindante se encuentra de vacaciones, al advertir que el tanque de agua
está perdiendo, y a fin de evitar el daño que se generará el dejarlo así hasta que
vuelva, resuelve hacerlo arreglar, luego tendrá derecho a reclamar al
propietario el reembolso de los gastos ocasionados en su beneficio.

El fundamento del instituto no es unánime, y se ha hallado, conforme Alterini,


Ameal y López Cabana (2000), en: la ley, la equidad, el consentimiento
presunto del gestor y del dueño, el hecho de la gestión, entre otros.

Los requisitos de la gestión de negocios son:

1. Que no haya mandato: entre el “dueño” del negocio y el gestor, sino


que se trate de una gestión espontánea, “oficiosa” del gestor (art. 2288
CC);

2. Que el gestor se proponga hacer un negocio de otro: debe tener


conciencia de que se trata de un negocio ajeno, y no creer que es propio
(art. 2289 CC).

Según Borda (2008), se protege a quien obró por un impulso altruista, y


la voluntad de hacer la gestión para otro se presume de la mera
circunstancia de tener conocimiento y conciencia de que el bien o
negocio es ajeno, aun sin conocer al dueño.

3. Que exista un motivo razonable: que justifique la intromisión del gestor


en los negocios ajenos, este es el fundamento de la gestión de negocios
ajenos, tal como referimos supra: ante la imposibilidad del dueño de
tutelar sus propios intereses, ya sea con fines altruistas o porque exista
un interés común entre el dueño y el gestor;

4. Que el gestor no tenga intención de hacer una liberalidad: sino que


tenga intención de obligar al dueño del negocio por los actos, y de
solicitarle el reembolso de los gastos realizados (art. 2289 CC);

5. Que no exista autorización ni obligación convencional ni legal: el


gestor debe actuar voluntariamente, sin estar obligado por la ley ni un

72
Art. 1.781. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

64
contrato, ampliando la simple exigencia del Cód. Civil respecto a que no
hubiere “mandato” entre las partes;

6. Que la gestión haya sido útil: este requisito no surge expresamente de


esta norma sino del art. 1785, y la doctrina y jurisprudencia nacional lo
destacan como fundamental. La utilidad se juzga al momento de la
iniciación del negocio, independientemente de que exista cuando este
concluya (arts. 2301 y 2297 CC; Borda, 2008);

7. Que no exista oposición del dueño: esta condición tampoco surge de la


norma, pero si la ha establecido la doctrina anterior al Código. Implica
que si el dueño del negocio se opone a los actos del gestor, este sólo
tendrá disponible contra aquel la acción que deriva del enriquecimiento
sin causa, pero no la de la gestión de negocios ajenos (Borda, 2008).

20.2.2 Obligaciones de las partes


Las obligaciones del gestor están previstas expresamente en el art. 1782 y son:

a. avisar sin demora al dueño del negocio que asumió la gestión,


y aguardar su respuesta, siempre que esperarla no resulte
perjudicial;

b. actuar conforme a la conveniencia y a la intención, real o


presunta, del dueño del negocio;

c. continuar la gestión hasta que el dueño del negocio tenga


posibilidad de asumirla por sí mismo o, en su caso, hasta
concluirla;

d. proporcionar al dueño del negocio información adecuada


respecto de la gestión;

e. una vez concluida la gestión, rendir cuentas al dueño del


negocio.73

Por su parte, cabe aclarar que “El gestor queda personalmente obligado frente
a terceros. Sólo se libera si el dueño del negocio ratifica su gestión, o asume sus
obligaciones; y siempre que ello no afecte a terceros de buena fe”74.

73
Art. 1.782. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
74
Art. 1.784. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

65
Desde otro costado, las obligaciones del dueño del negocio frente al gestor
son, siempre que la gestión haya sido conducida útilmente:

a. a reembolsarle el valor de los gastos necesarios y útiles, con


los intereses legales desde el día en que fueron hechos;

b. a liberarlo de las obligaciones personales que haya contraído


a causa de la gestión;

c. a repararle los daños que, por causas ajenas a su


responsabilidad, haya sufrido en el ejercicio de la gestión;

d. a remunerarlo, si la gestión corresponde al ejercicio de su


actividad profesional, o si es equitativo en las circunstancias del
caso.75

Borda (2008) expresó que la utilidad debe apreciarse con un criterio objetivo, y
que nuestro derecho positivo no requiere que la gestión sea necesaria, pero sí
útil.

20.2.3 Conclusión de la gestión


Por su parte, el Código establece cuándo concluye la gestión:

a. Cuando el dueño le prohíbe al gestor continuar actuando. El gestor, sin


embargo, puede continuarla, bajo su responsabilidad, en la medida en
que lo haga por un interés propio: regla lógica, pues el dueño es quien
tiene el derecho a administrar y disponer de sus bienes, y a oponerse a
toda “intromisión” en sus negocios. La gestión ajena es excepcional, en
consecuencia, anoticiado si no está de acuerdo, tiene el derecho a
oponerse y poner fin a la gestión de negocios ajena.

b. Cuando el negocio concluye: recién se tendrá por concluida luego de la


aprobación de la rendición de cuentas presentada por el gestor.

Kemelmajer de Carlucci (1994) advirtió que existen otras causas de conclusión


de la gestión, a saber: muerte del gestor, asunción del negocio por los
interesados, etc., y agregamos, en general, por cuestiones ajenas al negocio en
sí mismo, sino relativas a las partes o su capacidad, o por imposibilidad

75
Art. 1.785. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

66
sobrevenida de cumplimiento de la prestación a su cargo que no le sea
imputable, entre otras.

20.2.4 Régimen de responsabilidad


Existen distintos supuestos de responsabilidad expresamente consagrados en el
Código en materia de gestión de negocios.

 Responsabilidad del gestor por culpa

 El gestor es responsable ante el dueño del negocio por el daño que le


haya causado por su culpa. Su diligencia se aprecia con referencia
concreta a su actuación en los asuntos propios; son pautas a considerar,
entre otras, si se trata de una gestión urgente, si procura librar al dueño
del negocio de un perjuicio, y si actúa por motivos de amistad o de
afección.76

 Se mantiene como regla la culpa como factor de atribución subjetivo, y


se le exige la diligencia que hubiera puesto en sus propios negocios.

 Sin embargo, se agregan ciertos parámetros a fin de la valoración de la


responsabilidad del gestor, y en su caso liberarlo. A modo de ejemplo,
pues la misma norma señala que es a “…entre otras...”, se destacan: si la
gestión es urgente, si trata de librar al dueño de un perjuicio o si lo hace
por amistad o afección.

 El art. 1724 brinda la siguiente noción de culpa: “(…) consiste en la


omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las
circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar. Comprende la
imprudencia, la negligencia y la impericia en el arte o profesión”77.

 Responsabilidad del gestor por caso fortuito. Consagrada en el art. 1787:

 El gestor es responsable ante el dueño del negocio, aun por el daño que
resulte de caso fortuito, excepto en cuanto la gestión le haya sido útil a
aquél:

a. si actúa contra su voluntad expresa;

76
Art. 1.786. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
77
Art. 1.724. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

67
b. si emprende actividades arriesgadas, ajenas a las habituales
del dueño del negocio;

c. si pospone el interés del dueño del negocio frente al suyo;

d. si no tiene las aptitudes necesarias para el negocio, o su


intervención impide la de otra persona más idónea.78

 La regla es que el gestor no responde ante el dueño del negocio por caso
fortuito, pues se trata precisamente de un eximente, por aplicación de la
regla general de la responsabilidad civil –estipulada en el art. 1730–. Sin
embargo, el artículo prevé supuestos excepcionales donde sí deberá
responder ante aquel, lo que constituye una de las opciones del art. 1733
inc. b –responsabilidad aun ante caso fortuito por expresa manda legal
que lo impone–.

 Además, se estableció una “excepción a la excepción”, es decir, a pesar


de la existencia de una causal que torna responsable al gestor por caso
fortuito, este no responderá si la gestión le ha sido útil al dueño.

 Responsabilidad solidaria, está expresamente prevista en el art. 1788.


Son solidariamente responsables:

a. los gestores que asumen conjuntamente el negocio ajeno;

b. los varios dueños del negocio, frente al gestor.79

 El fundamento de esta responsabilidad se justifica en las reglas de las


obligaciones solidarias definidas en el art. 827.

 La regla general es clara y queda unificada en el nuevo Código, que


impone la solidaridad de la responsabilidad tanto para el caso de
pluralidad de gestores como de dueños.

20.2.5 La ratificación por el dueño


“El dueño del negocio queda obligado frente a los terceros por los actos
cumplidos en su nombre, si ratifica la gestión, si asume las obligaciones del
gestor o si la gestión es útilmente conducida”80.

78
Art. 1.787. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
79
Art. 1.788. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

68
La ratificación hace referencia a los casos en que el dueño del negocio se vuelve
responsable frente a terceros, incluyendo como una de las opciones el caso de
la ratificación.

Trigo Represas y López Mesa (2004) señalaron que existe ratificación cuando
alguien, sin tener poder o ante insuficiencia del facultamiento con que cuenta,
realiza un acto en nombre de otro, quien ulteriormente hace suyos los efectos
del acto celebrado, y por dicho acto, asume todas las derivaciones de la gestión
realizada y cumplida en su beneficio.

La ratificación está regulada en el CCC, entre los hechos y actos jurídicos, bajo
el título “Representación voluntaria”, específicamente en los arts. 369 a 371.

En este supuesto en particular, la ratificación sí es oponible a terceros, pues el


dueño asume las obligaciones del gestor para con estos, lo que se fundamenta
en la utilidad y el carácter altruista de la gestión realizada en su beneficio.

20.2.6 Régimen legal subsidiario


El art. 1790 dispone que las normas del mandato se aplican supletoriamente a
la gestión de negocios, es decir, los arts. 1319 a 1334.

Si el dueño del negocio ratifica la gestión, aunque el gestor crea hacer un


negocio propio, se producen los efectos del mandato, entre partes y respecto a
terceros, desde el día en que aquella comenzó.

20.3 El empleo útil


El art. 1791 brinda una caracterización del instituto en los siguientes términos:

Quien, sin ser gestor de negocios ni mandatario, realiza un gasto,


en interés total o parcialmente ajeno, tiene derecho a que le sea
reembolsado su valor, en cuanto haya resultado de utilidad,
aunque después ésta llegue a cesar. El reembolso incluye los
intereses, desde la fecha en que el gasto se efectúa.81

Las características del empleo útil son:

80
Art. 1.789. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
81
Art. 1.791. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

69
a) Que es realizado por quien no es gestor de negocios ni mandatario:
diferenciándose de ambos institutos, pues de lo contrario, se regiría por
las normas de aquellos. Borda (2008) destacó que en el empleo útil no
interesa la intención con que se haya realizado el gasto, aunque se lo
hiciera creyendo que se trata de un negocio u obligación propia, hay
acción igualmente, y esta subsiste aunque el dueño esté presente.

b) Importa la realización de un “gasto”: en principio la noción importa sólo


los referidos a dinero. Galmarini (2014) consideró que al emplearse en
el art. 1791 el término “gasto” –con relación al empleo útil– y, en el art.
1794, “beneficio” –en la caracterización del enriquecimiento sin causa–,
el empleo útil sólo comprende sumas de dinero, dejando los servicios
para la figura del enriquecimiento sin causa.

c) En interés total o parcialmente ajeno: la utilidad es exclusivamente a


favor del titular del bien mejorado, y/o con quien el que realizó el gasto
comparte el interés o titularidad. El art. 2306 del CC sólo refería a los
gastos “a favor de otra persona”, por lo que se ha ampliado la
legitimación a los casos en los que el interés es parcialmente ajeno y
parcialmente propio.

d) Concede acción de reembolso de su “valor” a quien lo realizó, si resultó


de utilidad, aunque esta haya cesado: el agente tiene derecho a
reclamar del beneficiario del empleo el valor de lo gastado, en la
medida en que haya generado una utilidad para aquel, aun cuando lo
haya sido sólo inicialmente y hubiera cesado. La acción se relaciona con
la del enriquecimiento sin causa, que importa el fundamento de la
legitimación.

La acción no puede superar lo que se ha gastado, aun cuando la utilidad sea


mayor.

El Código prevé un caso particular de gastos funerarios, en el art. 1792: “Están


comprendidos en el artículo 1791 los gastos funerarios que tienen relación
razonable con las circunstancias de la persona y los usos del lugar”82.

En este caso, los obligados al reembolso son:

a. quien recibe la utilidad;

b. los herederos del difunto, en el caso de gastos funerarios;

82
Art. 1.792. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

70
c. el tercero adquirente a título gratuito del bien que recibe la
utilidad, pero sólo hasta el valor de ella al tiempo de la
adquisición.83

20.4 Enriquecimiento sin causa


20.4.1 Caracterización
La figura del enriquecimiento sin causa está caracterizada en el art. 1794 del
Código del siguiente modo:

Toda persona que sin una causa lícita se enriquezca a expensas


de otro, está obligada, en la medida de su beneficio, a resarcir el
detrimento patrimonial del empobrecido.

Si el enriquecimiento consiste en la incorporación a su


patrimonio de un bien determinado, debe restituirlo si subsiste
en su poder al tiempo de la demanda.84

El enriquecimiento sin causa, que no tenía previsión expresa en el Código Civil,


es ahora “fuente de las obligaciones”.

López Mesa (2001) explicó que el enriquecimiento sin causa: “es un


desplazamiento patrimonial sin correlato o contraprestación, por lo que se
produce el empobrecimiento en una persona y un enriquecimiento correlativo
en otra, sin causa legítima que los vincule” (p. 11).

Moisset de Espanés (2004) aclaró que siempre el enriquecimiento sin causa


tiene una “causa fuente” que lo origina, pero que esta no es justa o legítima. En
consecuencia, el derecho brinda la acción in rem verso a quien se empobrece a
fin de solicitar al enriquecido la restitución de la cosa o monto correspondiente.

En definitiva, la ley impone a toda persona que sin una causa lícita se
enriquezca a expensas de otro, la obligación de resarcir el detrimento
patrimonial del empobrecido, en la medida de su beneficio, aclarando que si el
enriquecimiento se traduce en un bien, debe restituirlo siempre que todavía lo
conserve en su poder al tiempo de la demanda.

83
Art. 1.793. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
84
Art. 1.794. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

71
Los presupuestos de la acción “in rem verso”

En cuanto a los requisitos para el ejercicio de la acción derivada del


enriquecimiento sin causa, la doctrina proponía los siguientes (López Mesa,
2001; Moisset de Espanés, 2004):

a) enriquecimiento del demandado: de cualquier tipo: bien o servicio,


positivo o negativo;

b) empobrecimiento del demandante: por pérdida efectiva de bienes, de


trabajo o tiempo;

c) relación causal entre el enriquecimiento y el empobrecimiento: uno


debe ser efecto del otro;

d) causa injusta o prohibida que justifique el desplazamiento patrimonial:


pues si está justificado no hay acción;

e) carencia de toda acción para reclamar: la acción es subsidiaria –hoy en el


art. 1795–;

f) que la ley no prohíba el ejercicio de la acción.

20.4.2 Improcedencia de la acción


El Código prevé expresamente el carácter subsidiario de la acción de
enriquecimiento sin causa en el art. 1795: “Improcedencia de la acción. La
acción no es procedente si el ordenamiento jurídico concede al damnificado
otra acción para obtener la reparación del empobrecimiento sufrido”85.

En consecuencia, sólo procede si no existe otra acción prevista por el


ordenamiento jurídico para que el empobrecido pueda solicitar la restitución
de lo perdido.

De tal modo, el legislador tomó postura al respecto y definió la cuestión a favor


del carácter subsidiario de la acción y, en consecuencia, se pone fin al debate.

20.5 Pago indebido. (Casos. Irrelevancia


del error. Alcances de la repetición.
Situaciones especiales)
85
Art. 1.795. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

72
En los fundamentos del Anteproyecto de este Código, se señaló que en este
tema se siguió la regulación prevista en el Proyecto de 1998, y en consecuencia:
“se incluye el pago indebido dentro de este Capítulo. La doctrina ha estudiado
este tema y ha señalado que, en realidad, no hay pago, porque no se da el
cumplimiento de una obligación ni concurren los elementos tipificantes (…)”86,
pese a lo cual, curiosamente, se lo titula “pago indebido”.

El nuevo Código regula el “Pago indebido” dentro del enriquecimiento sin


causa, como un supuesto de este y como fuente autónoma de obligaciones, es
decir: de la de repetición.

El Código no brinda una noción del pago indebido, sino que se limita a regular
la acción de repetición que concede a quien lo realizó, en los casos que estipula
en el art. 1796: y manda que en estos el pago es repetible si:

a. la causa de deber no existe, o no subsiste, porque no hay


obligación válida; esa causa deja de existir; o es realizado en
consideración a una causa futura, que no se va a producir;

b. paga quien no está obligado, o no lo está en los alcances en


que paga, a menos que lo haga como tercero;

c. recibe el pago quien no es acreedor, a menos que se entregue


como liberalidad;

d. la causa del pago es ilícita o inmoral;

e. el pago es obtenido por medios ilícitos.87

Una cuestión de trascendental relevancia resulta de la irrelevancia del error a


los fines de la repetición, expresamente consagrada en el art. 1797:

La acción de repetición regulada por Vélez Sársfield dependía de la existencia


de un “error” para algunos esencial, para otros no necesariamente, que la
justificase; por el contrario, el nuevo Código elimina el requisito del error, que
ahora se torna “irrelevante” a los fines del ejercicio de la acción de repetición.

López Mesa (2014) sostuvo que se simplifica notablemente la materia del pago
de lo indebido, eliminando directamente la categoría del pago por error.

Con respecto al alcance de la repetición, el art. 1798 aclara que la “repetición


obliga a restituir lo recibido, conforme a las reglas de las obligaciones de dar
para restituir”88.

86
http://www.biblioteca.jus.gov.ar/fundamentos-primero.PDF
87
Art. 1.796. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

73
Con esta remisión específica a las obligaciones de dar cosas ciertas para
restituirlas a su dueño, se confirmaría el criterio que el pago indebido sólo
comprende la entrega de cosas o cantidades de dinero, lo que se confirma con
la redacción del art. 759 del Código: “en la obligación de dar para restituir, el
deudor debe entregar la cosa al acreedor”89, excluyendo la prestación de
servicios, lo que se derivaba de la letra del art. 784 del CC, y que había
generado cierto debate en la doctrina.

Ahora bien, la restitución tiene límites expresamente previstos en las


situaciones especiales del art. 1799:

a. la restitución a cargo de una persona incapaz o con capacidad


restringida no puede exceder el provecho que haya obtenido;

b. en el caso del inciso b) del artículo 1796, la restitución no


procede si el acreedor, de buena fe, se priva de su título, o
renuncia a las garantías; quien realiza el pago tiene subrogación
legal en los derechos de aquel;

c. en el caso del inciso d) del artículo 1796, la parte que no actúa


con torpeza tiene derecho a la restitución; si ambas partes
actúan torpemente, el crédito tiene el mismo destino que las
herencias vacantes.90

20.6 Declaración unilateral de voluntad


20.6.1 Noción. Regla general. Reconocimiento y
promesa de pago. Cartas de crédito
El Cód. Civil no regulaba de modo expreso la declaración unilateral de voluntad
como fuente autónoma de obligaciones, y tal carácter fue debatido por la
doctrina en general. Los fundamentos del Proyecto de 1998 expresaron que:
“…Algunos Códigos, como el francés y el argentino, no contemplan
específicamente la figura, pero consagran soluciones que sólo se explican a
través de ella, como las atinentes a la oferta a término y a la promesa de
recompensa”91. Por su parte, en los Fundamentos del actual CCC se destacó
que: “La declaración unilateral de voluntad como fuente autónoma de las

88
Art. 1.798. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
89
Art. 759. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
90
Art. 1.799. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
91 Recuperado el 10 de octubre del 2015 de: http://www.biblioteca.jus.gov.ar/fundamentos-

primero.PDF

74
obligaciones ha sido ampliamente aceptada en el derecho argentino”92, y que:
“Por lo tanto, es necesario regular este instituto de modo sistemático,
superando las deficiencias que presenta actualmente y en ello hemos seguido
el Proyecto de 1998”93, lo que fue reasumido por los redactores de este Código.

López Mesa (2001. P. 3) definió la declaración unilateral de voluntad como el


acto jurídico que crea una obligación a cargo de una persona por su sola
voluntad.

El Código expresamente dispone en el art. 1800 que la regla general es: “La
declaración unilateral de voluntad causa una obligación jurídicamente exigible
en los casos previstos por la ley o por los usos y costumbres. Se le aplican
subsidiariamente las normas relativas a los contratos”94.

De tal modo, la declaración unilateral de voluntad causa una obligación jurídica


exigible, en dos casos: cuando la ley expresamente lo prevé o cuando así se
establece sobre la base de los usos y costumbre –que son ahora fuente de
derecho, art. 1 del CCC–.

Uno de los supuestos de declaración unilateral de voluntad lo constituye el


reconocimiento y promesa de pago, consagrado en el art. 1801: “La promesa
de pago de una obligación realizada unilateralmente hace presumir la
existencia de una fuente válida, excepto prueba en contrario. Para el
reconocimiento se aplica el artículo 733”95.

El supuesto legal hace alusión al reconocimiento o promesa de pago, y por


tratarse este del típico modo extintivo de las obligaciones, resulta lógica la
presunción en cuanto a que exista una fuente válida, salvo que se pruebe lo
contrario. Concretamente, de conformidad al art. 865, el pago es el
cumplimiento de la prestación que constituye el objeto de la obligación, y en
consecuencia, su promesa habilita presumir que existe una.

Para esta declaración unilateral de voluntad, la ley exige una forma especial,
esto es: el reconocimiento de conformidad al art. 733, el que lo define como la:
“manifestación de voluntad, expresa o tácita, por la que el deudor admite estar
obligado al cumplimiento de una prestación”96.

Otro supuesto legalmente consagrado en el art. 1802 son las cartas de crédito:
“Las obligaciones que resultan para el emisor o confirmante de las cartas de
crédito emitidas por bancos u otras entidades autorizadas son declaraciones

92
http://www.biblioteca.jus.gov.ar/fundamentos-primero.PDF
93
http://www.biblioteca.jus.gov.ar/fundamentos-primero.PDF
94
Art. 1.800. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
95
Art. 1.801. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
96
Art. 733. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

75
unilaterales de voluntad. En estos casos puede utilizarse cualquier clase de
instrumento particular”97.

El nuevo Código no brinda una noción ni regulación de la figura, sino que se


limita a constituir a las cartas de crédito como fuente autónoma de
obligaciones, como consecuencia de su inclusión dentro de las declaraciones
unilaterales de voluntad.

Fontanarrosa (1997) explicó que las cartas de crédito son documentos emitidos
por una persona a otra para que la destinataria entregue a la persona indicada
en el texto cierta cantidad de dinero, y que el Código de Comercio les ha
atribuido carácter mercantil en el art. 8 inc. 10.

En consecuencia, se trata de un negocio financiero, en el que el banco o la


institución de crédito se compromete, declara su voluntad unilateral de pagar
un crédito a un tercero –en las condiciones estipuladas en la carta–, y de tal
modo, lo asegura.

20.6.2 Promesa pública de recompensa


El Código incluye a la promesa pública de recompensa como una modalidad de
declaración unilateral de la voluntad, es decir, dentro de las fuentes autónomas
de obligaciones, por lo que se desvanece el debate doctrinario que existía en
torno a la naturaleza de la figura. Además, se dedican cuatro artículos a su
regulación: relativos a su carácter obligatorio, al plazo de vigencia, a la
revocación y a la posibilidad de concurso de más de una persona.

El art. 1803 dispone la obligatoriedad de los anuncios públicos en los que se


promete recompensar, con una prestación pecuniaria o una distinción, a quien
ejecute determinado acto, cumpla determinados requisitos o se encuentre en
cierta situación, y manda que su autor queda obligado por esa promesa desde
el momento en que llega a conocimiento del público.

En cuanto a los requisitos de la promesa, que son válidos conforma a la nueva


regulación, Campagnucci de Caso (1997) señaló que lo constituyen:

a) la publicidad: pues su finalidad es llegar a un número de personas


indeterminadas;

b) indeterminación del destinatario: que vaya dirigida a una pluralidad de


personas;

97
Art. 1.802. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

76
c) inclusión de un supuesto fáctico a cumplimentar: fijación de un hecho a
realizar por quien aspira a obtener la recompensa.

Cabe destacar que la promesa de recompensa engasta en la noción de


obligación condicional, pues la eficacia de la prestación está subordinada a un
hecho futuro e incierto, tal como lo define el art. 343.

La obligación unilateral que surge de la promesa nace o se torna obligatoria, en


el momento en que esta llega a conocimiento del público. En consecuencia,
desde su publicación cualquier persona que cumpla con el acto o requisitos
será titular del derecho de crédito respecto de la prestación comprometida.

Con respecto al plazo de la promesa, el art. 1804 reza: “La promesa formulada
sin plazo, expreso ni tácito, caduca dentro del plazo de seis meses del último
acto de publicidad, si nadie comunica al promitente el acaecimiento del hecho
o de la situación prevista”98.

El Código dispone que la promesa puede ser retractada en el art. 1805.

Si tiene plazo, sólo puede revocarse antes del vencimiento, con


justa causa. En ambos casos, la revocación surte efecto desde
que es hecha pública por un medio de publicidad idéntico o
equivalente al utilizado para la promesa. Es inoponible a quien
ha efectuado el hecho o verificado la situación prevista antes del
primer acto de publicidad de la revocación.99

La norma establece que, en todos los casos, la retractación surte efectos recién
desde su publicación, la que se exige que sea realizada por el mismo o
equivalente por el que se dio a conocer la promesa –televiso, radial, gráfico,
internet, etc.–.

La retractación no será oponible a quien antes de que esta se hiciera pública ya


hubiere cumplido con el hecho o requisitos objeto de la promesa.

En relación con la atribución de la recompensa, el art. 1806 establece cuáles


son las reglas en caso de que varias personas hayan participado.

Así:

98
Art. 1.804. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
99
Art. 1.805. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

77
Si varias personas acreditan por separado el cumplimiento del
hecho, los requisitos o la situación previstos en la promesa, la
recompensa corresponde a quien primero lo ha comunicado al
promitente en forma fehaciente.

Si la notificación es simultánea, el promitente debe distribuir la


recompensa en partes iguales; si la prestación es indivisible, la
debe atribuir por sorteo.

Si varias personas contribuyen a un mismo resultado, se aplica lo


que los contribuyentes han convenido y puesto en conocimiento
del promitente por medio fehaciente.

A falta de notificación de convenio unánime, el promitente


entrega lo prometido por partes iguales a todos y, si es
indivisible, lo atribuye por sorteo; (…).100

20.6.3 Concurso público


Un supuesto especial de promesa de recompensa es la realiza en un concurso
público, que el Código regula de modo expreso en el art. 1807 a 1809.

En este caso,

La promesa de recompensa al vencedor de un concurso requiere


para su validez que el anuncio respectivo contenga el plazo de
presentación de los interesados y de realización de los trabajos
previstos.

El dictamen del jurado designado en los anuncios obliga a los


interesados. A falta de designación, se entiende que la
adjudicación queda reservada al promitente.

El promitente no puede exigir la cesión de los derechos


pecuniarios sobre la obra premiada si esa transmisión no fue
prevista en las bases del concurso.101

López Mesa (2001) define al concurso como una promesa dirigida a quienes se
encuentren en determinada situación, acrediten cierta experiencia o solvencia
en alguna rama científica, reúnan ciertas condiciones, o desarrollen alguna

100
Art. 1.806. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
101
Art. 1.807. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

78
actividad especial, y afirmó que quien convoca al concurso promete a los
participantes que a quien resulte triunfante en la competencia, le adjudicará un
premio, previa apreciación de méritos por parte de un jurado designado al
efecto.

La primera regla que contiene el art. 1807 es referida a los plazos.


Concretamente, se establece como requisito para la validez del concurso que
en su anuncio se establezcan dos plazos: uno, el de presentación de los
interesados; y dos, el de realización de los trabajos previstos.

En segundo lugar, se estipula una regla relacionada con los jurados. Si el


anuncio contiene la designación de sus miembros, la decisión de estos obliga a
los interesados, pero si no fuera así, se establece que el promitente será quien
realice la adjudicación, sin referir a si la decisión en tal caso es o no vinculante.

La norma dispone que el promitente no puede exigir la cesión de los derechos


pecuniarios sobre la obra premiada, salvo que esta hubiera estado prevista en
las bases del concurso.

Finalmente, el Código aclara, en el art. 1808, que la promesa

(…) puede ser efectuada respecto de cualquier persona o


personas determinadas por ciertas calidades que deben ser
claramente anunciadas. No pueden efectuarse llamados que
realicen diferencias arbitrarias por raza, sexo, religión, ideología,
nacionalidad, opinión política o gremial, posición económica o
social, o basadas en otra discriminación ilegal.102

20.6.4 Garantías unilaterales


Las garantías unilaterales no tenían recepción normativa específica en los
códigos Civil ni Comercial, sino que surgieron de la práctica comercial, y los
Proyectos de modificación desde 1987 ya preveían su incorporación.

Boretto (2012) destacó que la práctica ha demostrado la conveniencia de


separar la garantía de la obligación principal garantizada, creándose un título
abstracto, desvinculado del contrato base.

El nuevo Código las estipula en el art. 1810, y establece tres cuestiones: brinda
una noción de la figura, luego aclara cuáles son las acciones derivadas del pago,
y finalmente, prevé el caso de su utilización fraudulenta o abusiva.

Trigo Represas y López Mesa (2004), con cita de Grosso, señalaron que estas
garantías se dan generalmente por compañías de seguro, habitualmente por
102
Art. 1.808. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

79
medio de los seguros de caución, por lo que se trata más bien de un contrato
de garantía que de uno de seguro, que son una forma de fianza por cuanto se
garantizaba el cumplimiento de las obligaciones a cargo de una de las partes del
negocio, sólo para el supuesto de incumplimiento de aquella, por lo que se
asume una deuda futura, que anticipadamente toma la entidad que cauciona,
por el monto por el que se otorga la garantía, durante el plazo pactado, y sin
ningún desembolso de capital de su parte, que sólo hará si debe efectivizar su
garantía. Los autores también destacaron que era viable la incorporación de la
figura en la declaración unilateral de voluntad.

En definitiva, se trata de una obligación autónoma de garantía que tiende a


eliminar riesgos para el acreedor, al habilitarle el cobro ante el mero
requerimiento.

Los sujetos que pueden emitir estas garantías están expresamente


establecidos en el art. 1811:

a. las personas públicas;

b. las personas jurídicas privadas en las que sus socios,


fundadores o integrantes no responden ilimitadamente;

c. en cualquier caso, las entidades financieras y compañías de


seguros, y los importadores y exportadores por operaciones de
comercio exterior, sean o no parte directa en ellas.103

Atento la relevancia y consecuencias de la garantía unilateral, el legislador


consideró necesario limitar los sujetos habilitados a emitir estas declaraciones
unilaterales de voluntad. De tal modo, sólo pueden ser garantes los sujetos que
tengan solvencia económica como para asumir tal compromiso.

Con respecto a la forma en que deben constar, el art. 1812 señala que debe ser
por escrito en instrumento público o privado, es decir, de conformidad a las
disposiciones del Código, arts. 289 y 313, siguientes y concordantes, que
regulan la forma de los actos jurídicos.

Si son otorgadas por entidades financieras o compañías de seguros, la exigencia


es menor, pues se los autoriza a obligarse mediante cualquier clase de
instrumento particular, firmado o no, de conformidad con el art. 286 del
Código.

103
Art. 1.811. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

80
Por último, se prevé expresamente el carácter irrevocable de esta garantía
unilateral, “a menos que se disponga en el acto de su creación que es
revocable”104.

104
Art. 1.814. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

81
21. Régimen general de
la responsabilidad civil
21.1 Definición. Funciones de la
responsabilidad civil: preventiva,
resarcitoria y punitiva
21.1.1 Noción. Antecedentes. Método del Código Civil y
Comercial
En esta última unidad se estudian las nociones básicas de la responsabilidad
civil o derecho de daños, pues si bien constituye una materia de la Carrera en sí
misma, está íntimamente relacionada con las obligaciones.

La responsabilidad civil es una de las fuentes –causa fuente– de las


obligaciones, tal como ya lo determinamos en unidades anteriores.

Durante la vigencia del Código de Vélez, la doctrina y jurisprudencia, sobre la


base de su regulación, distinguía entre la responsabilidad contractual, que
derivaba del incumplimiento de las reglas o estipulaciones de un contrato
–acuerdo entre partes– y extracontractual, que derivaba del deber de
responder por la violación del deber genérico de no dañar a otro.

En la doctrina y en diversos congresos y simposios sobre el tema, se proponía la


unificación de ambos tipos de responsabilidad, la que finalmente consagra el
Código 2014.

En este sentido, en los Fundamentos del Anteproyecto se aclaró que:

El texto proyectado confiere unicidad al régimen de la


responsabilidad contractual y extracontractual. Comparando con
el Proyecto de 1998, se suprime la referencia al “deber de
cumplir”, recogiendo las observaciones efectuadas acerca de que
esa mención (deber de cumplir) excede el ámbito de la
responsabilidad civil y es materia de las obligaciones en general.

82
Además, por la misma razón, se suprime el inciso a) del artículo
1584.105

La tesis que se adopta es la unidad del fenómeno de la ilicitud, lo


cual no implica la homogeneidad, ya que hay diferencias que
subsisten. Con la solución que proponemos, se unifican
claramente los supuestos que han generado dificultades serias,
como ocurre con los daños a la persona en el ámbito de la
responsabilidad contractual (ejemplo, responsabilidad
médica). 106

Moisset de Espanés (2004) enseña que, en sentido amplio, la


responsabilidad es una noción en virtud de la cual se atribuye a un
sujeto el deber de cargar con las consecuencias de un evento
cualquiera.

Pizarro y Vallespinos (1999) conceptualizan a la responsabilidad civil


como “la obligación de resarcir todo daño injustamente causado a
otro” (p. 449).

En cuanto al método, el Código regula la responsabilidad civil en el Libro


Tercero: “Derecho personales”, Título V, “Otras fuentes de las obligaciones”,
Capítulo 1: “Responsabilidad Civil” (arts. 1708 a 1780).

21.1.2 Las funciones de la responsabilidad civil


La responsabilidad civil ya no cumple sólo la función originaria de carácter
resarcitorio, sino que con el correr del tiempo se advirtieron otras funciones
que la complementan: la preventiva y la punitoria o sancionatoria.

Zavala de González (2011) señaló que:

105
http://www.biblioteca.jus.gov.ar/fundamentos-primero.PDF
106
http://www.biblioteca.jus.gov.ar/fundamentos-primero.PDF

83
La responsabilidad por daños puede ser resarcitoria o
compensadora cuando se refiere a los causados, preventiva si se
refiere a menoscabos evitables por completo o en su continuidad
o agravación, o sancionadora toda vez que se impone como una
pena privada por haber dañado.

En orden lógico, en primer lugar, debe ubicarse la función preventiva, que


ostenta rango constitucional, tal como ya advertimos, en el principio de “no
dañar a otro” previsto en el art. 19 de nuestra Carta Magna. En este sentido,
Zavala de González (2011) explicó que: “el objeto preventivo no entorpece ni
neutraliza el sistema. Al contrario, complementa enriquece y se interrelaciona
armónicamente con sus presupuestos y efectos”

El Código recepta expresamente esta función del derecho de daños en la


Sección 2, del Capítulo 1, Título V, arts. 1710 a 1713.

En segundo lugar, una vez que el daño ya ha acaecido, cobra relevancia la


función resarcitoria, que tiene por objeto la reparación del perjuicio
injustamente causado, y consiste en el cumplimiento de una obligación a cargo
del responsable y a favor del damnificado, tal como la conceptualizan Pizarro y
Vallespinos (1999), ámbito en donde rige el principio de la reparación plena e
integral.

El Código prevé expresamente esta función en La Sección 3, del Capítulo 1,


Título V, art. 1716 en adelante.

La tercera función de la responsabilidad civil es la punitiva o sancionatoria, tal


como explica Prevot (2009), tiene lugar ante determinadas situaciones lesivas,
cuando la mera reparación del perjuicio puede resultar insuficiente para
desmantelar los efectos nocivos del ilícito, en particular, cuando quien daña a
otro infringiendo el ordenamiento jurídico, lo hace deliberadamente con el
propósito de obtener un rédito o beneficio. Ej.: daños causados por productos
elaborados, en los que al proveedor, fabricante o distribuidor les resulte más
barato pagar las indemnizaciones a los consumidores que afrontar controles de
calidad u otras técnicas demasiado onerosas; o los inferidos por los medios de
prensa, en los que el resarcimiento por la difamación periodística sea inferior a
las ganancias por la venta de la noticia sensacionalista.

Esta función deriva en una pena privada, expresamente prevista por la ley o la
voluntad de las partes, que sanciona graves inconductas mediante la
imposición al responsable de una suma de dinero a favor de la víctima, del
Estado u otros terceros (Pizarro y Vallespinos, 1999).

La función punitiva está expresamente consagrada en nuestro derecho en la


Ley de Defensa del Consumidor, en el art. 52 bis. En el Código, si bien la

84
Comisión Redactora la había previsto, luego al modificarse el texto originario se
eliminó la regulación concreta de esta función del derecho de daños –inclusive
su recepción en el art. 1708–, aunque se mantienen dos normas que hacen
referencia a esta: 1714 y 1715, relativas a la punición excesiva y a las facultades
del juez de dejar sin efecto total o parcialmente la medida en tal caso.

En síntesis, las tres funciones de la responsabilidad civil son la preventiva, la


resarcitoria y la punitiva.

21.2 Los presupuestos de la


responsabilidad civil
21.2.1 Noción
Vázquez Ferreyra (2012) explica que se ha tratado de encontrar los requisitos
comunes para que tenga nacimiento la obligación de reparar o indemnizar un
daño. En esto consisten los presupuestos; son los elementos necesarios en todo
supuesto de responsabilidad civil. Y aclara que una vez delineadas sirven al
jurista y al juez, pues alrededor de ellos se puede realizar un estudio
sistemático de la responsabilidad civil.

En consecuencia, existe consenso en nuestro país en que los presupuestos de la


responsabilidad, sin los cuales esta no procede, son: 1. Daño, 2. Antijuridicidad,
3. Relación de causalidad y 4. Factores de atribución.

21.2.2 El daño
El primer presupuesto para que exista el eventual deber de reparar se trata del
daño, que fundamenta el famoso principio: “sin daño no hay responsabilidad”.
Nicolau (2009) señala que: “si quien reclama no acredita el daño padecido no es
necesario continuar indagando los otros presupuestos, pues no habría
responsabilidad civil” (p. 359), por lo que siempre el daño es el primer
presupuesto a determinar.

Vázquez Ferreyra (2012) explica que el daño “es la lesión a un interés, ya sea
patrimonial o espiritual” (p. 1).

Galdós (2012), al comentar el Anteproyecto, explica que se concibe al daño


como la lesión a un derecho o a un interés no reprobado por el ordenamiento
jurídico que recae sobre la persona, el patrimonio o un derecho de incidencia
colectiva que produce consecuencias resarcibles en el ámbito patrimonial o en
el no patrimonial o en ambos simultánea o disyuntivamente (arts. 1737, 1738,

85
1739, 1741). Recepta el daño colectivo cuando media afectación a un derecho
de incidencia colectiva que recae sobre un bien colectivo y diferencia entre el
daño-lesión y sus consecuencias indemnizables.

En definitiva, en el art. 1716 se contempla el deber general de no dañar a otro,


y en los arts. 1737 a 1748 se regula el “daño resarcible”.

El art. 1737 define al daño en los siguientes términos: “Hay daño


cuando se lesiona un derecho o un interés no reprobado por el
ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el
patrimonio, o un derecho de incidencia colectiva”107.

21.2.3 Antijuridicidad
El concepto fue explicado por la doctrina de manera extensa, y así podemos
decir que la ilicitud o antijuridicidad, tal como la conceptualizan Trigo Represas
y López Mesa (2004) consiste en un proceder que infringe un deber jurídico
preestablecido en una norma o regla de derecho y que causa daño a otro,
obligando a su reparación a quien resulte responsable en virtud de una
imputación o atribución legal. De tal modo, los autores citados explican que el
comportamiento humano que contraría el ordenamiento jurídico configura el
substratum del hecho ilícito, y constituye a la vez el elemento material u
objetivo imprescindible para que nazca la responsabilidad civil.

En materia contractual, el incumplimiento del deber asumido contractualmente


es la conducta antijurídica. Es una acción contraria a derecho en sentido amplio
y unitario: todo el ordenamiento jurídico.

Pizarro y Vallespinos (1999) explican que “se trata de un concepto netamente


objetivo, que deriva de la contrariedad de la acción con el derecho, por lo
tanto, independiente de la voluntariedad y de la culpabilidad del agente” (p.
480).

En definitiva, la ilegalidad debe ser determinada en el caso concreto, ante algún


incumplimiento contractual o legal que haya ocasionado un daño.

107
Art. 1.737. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

86
El Código prevé este requisito en el art. 1717, que establece:
“Cualquier acción u omisión que causa un daño a otro es antijurídica
si no está justificada”108.

21.2.4 Factor de atribución


Este requisito también es denominado “imputabilidad”, ya que hace referencia
al modo de atribuir a una persona una conducta antijurídica, o la forma de
imputarle el daño ilícito a ella.

Zavala de González (1999) define que los factores de atribución son las razones
que justifican que el daño que ha sufrido una persona sea reparado por alguien,
es decir, sea trasladado económicamente a otro.

Por su parte, Pizarro y Vallespinos (1999) conceptualizan el factor de atribución


de la siguiente forma: “constituye el elemento axiológico o valorativo, en virtud
del cual el ordenamiento jurídico dispone la imputación de las consecuencias
dañosas del incumplimiento obligacional o de un hecho ilícito ‘strictu sensu’ a
una determinada persona” (p. 575).

Los factores de atribución se clasifican en subjetivos y objetivos.

Los primeros se basan en la culpa o dolo del sujeto a quien se le imputa


responsabilidad, es decir, que existe una reprochabilidad hacia el sujeto
dañador. En estos casos, la responsabilidad que se deriva es de carácter
subjetiva.

Por otro lado, el factor de atribución puede ser objetivo, es decir, cuando el
reproche se fundamenta en valoraciones sociales, económicas, políticas, etc.,
que el legislador ha tenido en cuenta a fin de asignar responsabilidad a
determinado sujeto. Entre los factores objetivos de atribución se pueden
mencionar: el riesgo creado, la garantía, el deber de seguridad, la equidad.

Desde este punto de vista, resulta útil relacionar el tema con la clasificación de
las obligaciones según sean de medios o de resultado, tal como analizamos en
unidades anteriores.

En las obligaciones de medio el sujeto sólo se compromete a prestar su mayor


diligencia, empeño y dedicación para alcanzar un resultado, pero sin asegurar la
obtención de este, en consecuencia, el factor de atribución será siempre
subjetivo, ya que será necesario analizar si el sujeto cumplió con su obligación o
incurrió en culpa o dolo.

108
Art. 1.717. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

87
Por el contrario, en las obligaciones de resultado, el agente sí asegura un opus,
un fin determinado, es decir, el objeto de la prestación es justamente la
consecución de ese resultado, y en consecuencia, ante incumplimiento, el
factor de atribución será objetivo, sin que interese si obró con culpa o dolo, ya
que simplemente importa que no arribó al resultado prometido que era el
interés del acreedor.

El Código regula los factores de atribución de la responsabilidad en los arts.


1721, estableciendo que la regla es el subjetivo, basado en la culpa y el dolo,
art. 1724; y en el 1722, en relación al objetivo. Luego, en diversas normas se
refiere a estos en forma dispersa.

21.2.5 Relación de causalidad


Para que una persona pueda ser tenida civilmente como responsable por un
acto ilícito dañoso, es necesario que ese perjuicio pueda ser objetivamente
atribuido a la acción u omisión de un hombre o al hecho de una cosa (Trigo
Represas y López Mesa, 2004), lo que determina la existencia de la relación de
causalidad entre el daño y el autor.

Pizarro y Vallespinos (1999) señalan que la relación de causalidad vincula


materialmente al incumplimiento con el daño, y que es una cuestión fáctica y
objetiva, que enlaza un hecho antecedente (causa) y otro consecuente o
resultado (efecto).

Además, los autores citados indicaron que la relación de causalidad además de


imputar la autoría del hecho dañoso, brinda los parámetros objetivos
indispensables para calibrar la extensión del resarcimiento, mediante un
régimen predeterminado de imputación de consecuencias (arts. 520, 521 y 901
a 906 del Código Civil).

Tal como enseña Nicolau (2009), existen diversas teorías relativas a la relación
de causalidad que buscan determinar la manera más justa posible de limitar
hasta dónde responde la persona a quien se imputa la conducta dañosa, ya que
de lo contrario, las consecuencias pueden ser infinitas.

El Código, en el art. 1726, recepta la teoría denominada “teoría de la causa


adecuada”: “Son reparables las consecuencias dañosas que tienen nexo
adecuado de causalidad con el hecho productor del daño. Excepto disposición
legal en contrario, se indemnizan las consecuencias inmediatas y las mediatas
previsibles”109.

109
Art. 1.726. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

88
Esta teoría indica que al analizar la relación de causalidad, se realiza un juicio de
probabilidad “ex post facto” y en abstracto, prescindiendo de lo que
efectivamente ha ocurrido en el caso concreto, y computando únicamente
aquello que sucede conforme el curso normal y ordinario de las cosas, tal como
lo explican Pizarro y Vallespinos (1999), es decir, equivale a la determinación de
la denominada “prognosis póstuma”.

Por su parte, el art. 1736 regula la prueba de la relación de causalidad y afirma


que corresponde “a quien la alega, excepto que la ley la impute o la
presuma”110. Además, señala que la carga de la prueba de la causa ajena, o de
la imposibilidad de cumplimiento, recae sobre quien la invoca.

110
Art. 1.736. Ley Nº 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

89
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