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Causas
El virus del dengue se propaga por mosquitos hembra, principalmente de la especie Aedes
aegypti y en menor medida A. albopictus. Además, estos mosquitos también transmiten
la fiebre chikungunya, la fiebre amarilla y la infección por el virus de Zika.
Síntomas
Los síntomas del dengue se inician después de un período de incubación que puede variar de
cinco a ocho días tras la picadura y las personas suelen presentar:
Fiebre alta.
Náuseas y vómitos.
Erupción en la piel.
Sangre en las encías y en la nariz.
Debilidad general.
Dolor muscular y articular.
Tos.
Dolor de garganta.
Prevención
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirman que la única manera para
controlar o prevenir la transmisión del virus del dengue consiste en luchar contra los
mosquitos vectores:
Es fundamental mantener el ordenamiento del medio ambiente para evitar que los
mosquitos encuentren lugares donde depositar sus huevos.
Limpiar y vaciar cada semana los recipientes en los que se almacena agua para el uso
doméstico. Además, aplicar insecticidas adecuados a los depósitos en los que guarda agua a la
intemperie.
Por otro lado, se debe utilizar mosquiteros en las ventanas, usar ropa de manga larga y
los materiales tratados con insecticidas y vaporizadores.
Tipos
Existen dos tipos de dengue:
El dengue clásico que no suele presentar muchas complicaciones, ya que el
organismo tiende a recuperarse por completo con los cuidados adecuados.
También llamado fiebre por dengue. Es el más frecuente en la mayoría de los casos. El
período de incubación es de 3 a 14 días, con un promedio de 7 días, que corresponde al
período de incubación intrínseco, en el enfermo; el período de incubación en el
mosquito (extrínseco) es de 8 días.
La viremia se inicia dos a tres días después de la picadura, dura aproximadamente una
semana y será detectable 6 a 18 horas antes del inicio de los síntomas. Se acaba cuando
se deja de presenciar la fiebre. El estado dura una semana y la convalecencia puede
durar días a semanas.
El dengue clásico también puede tener manifestaciones hemorrágicas y no se considera
dengue hemorrágico; hasta 20% de los pacientes pueden tener manifestaciones de este
tipo.
Con frecuencia, los enfermos presentan síntomas mínimos o ninguna manifestación
hemorrágica.
El examen físico no es específico; puede haber exantema, fiebre, bradicardia relativa,
eritema faríngeo, adenopatías generalizadas y hepatomegalia.
Este tipo de dengue se caracteriza por un comienzo súbito de un cuadro febril agudo, el
cual es más de 38º, de duración limitada (de 2 a 7 días). Hay un intenso malestar general
acompañado de erupción cutánea. A lo largo de toda la enfermedad se presentar los
siguientes signos o síntomas:
Fiebre alta
Dolor de cabeza frontal
Dolor detrás de las órbitas de los ojos, al moverlos
Dolor muscular
Dolor articular
Molestia al mirar la luz
Conjuntivitis
Diarrea
Alteraciones del gusto
Insomnio
Pérdida del apetito
Hinchazón en las manos y pies
Escalofríos
Mialgias
Artralgias
Náusea
Vómitos
Erupción en la piel de tipo sarampionosa.
El enfermo prefiere no caminar o cuando lo hace adopta una postura rígida. La fiebre
aumenta hasta 40º. Con frecuencia se produce el enrojecimiento de las palmas de las
manos y de las plantas de los pies.
La mortalidad es nula en el dengue clásico. El paciente mejora completamente al cabo
de una semana, aproximadamente, o dos.
El dengue hemorrágico que está causado por los sereotipos Den 1, Den 2, Den 3 y
Den 4, cuyo período de incubación es de entre cinco y ocho días. Es una manifestación severa
y puede causar la muerte del paciente porque pueden aparecer taquicardias, dolor en los
huesos, hemorragias, alteración de la presión arterial, insuficiencia circulatoria o
deshidratación.
Se presenta con una facies típica, con edema facial, eritema, edema palpebral, labios
hinchados y enrojecidos. Esta es la manifestación más grave del dengue y lo que lo
diferencia del dengue clásico es la alteración de la permeabilidad vascular que ocurre
entre el tercer y séptimo día post inicio de los síntomas y se ha visto que la incidencia es
mayor en los niños menores de 15 años. Se puede presentar de una manera similar al
dengue clásico, con fiebre, mialgias, pero cuando cae la fiebre, van a aparecer las
manifestaciones hemorrágicas, que van a ser más frecuentes, o más intensas. Pueden
predominar los síntomas gastrointestinales, como el dolor abdominal.
El dengue hemorrágico también se ha etapificado desde el punto de vista de la
gravedad. Existen las definiciones de la OMS, del grado 1 al grado 4. El grado 3 y el 4
son las formas más graves y corresponden al shock asociado al dengue, con hipotensión,
hipo perfusión e insuficiencia circulatoria importante. El grado 4 es prácticamente la
muerte. El grado 1 y el 2 son los menos graves.
El principal factor de riesgo para la aparición de este tipo de dengue es haber tenido una
infección previa por otro serotipos de dengue. Aunque también influye el lugar de
incubación en el huésped y su susceptibilidad.
Durante la enfermedad, el paciente puede sufrir una brusca bajada de la presión arterial
y tener un colapso generalizado que puede llegar a ser fatal en un 6 a 30% de quienes lo
sufren. Esto es más frecuente en los pacientes más jóvenes, la mayoría en menores de 1
año. Los síntomas generales del dengue hemorrágico son:
Fiebre súbitamente alta que dura de 2 a 7 días.
Hemorragias en la piel (petequias o cardenales)
Dificultad para respirar
Vómito o diarrea
Alteraciones en la presión
Sangrado de encías
Falta de apetito
Intranquilidad, letargo
Señales de fallo circulatorio
Trombocitopenia
Palidez
Sudoración
Sueño
Diagnóstico
Existen varios exámenes que se pueden hacer para diagnosticar esta afección, como un
examen de laboratorio para medir el nivel de anticuerpos a través de una muestra de sangre,
un hemograma completo o pruebas de la función hepática.
Tratamientos
Los expertos afirman que no hay tratamiento específico para el dengue. No obstante, es
esencial la asistencia por parte de los médicos y enfermeras que tienen experiencia con los
efectos y la evolución de la enfermedad, para salvar vidas y reducir las tasas de mortalidad.
VACUNAS Y ANTIVIRALES CONTRA EL DENGUE Aún no hay ninguna vacuna con licencia
disponible contra el dengue; sin embargo, hay varias vacunas que están en desarrollo, estas
incluyen vacunas vivas atenuadas del virus, vacunas virales quiméricas en vivo, las vacunas de
virus inactivadas, y vivas recombinantes, de ADN y vacunas de subunidades de los cuatro
serotipos y la interferencia viral entre los cuatro serotipos en formulaciones tetravalentes.
Últimos reportes de ensayos clínicos de fase 3 han mostrado una eficacia de alrededor 60% de
una vacuna tetravalente viva atenuada en países del Asia y América. También se han propuesto
y desarrollado por razones de seguridad vacunas no virales, que incluye vacunas de
subunidades que, en su mayoría, se centraron en la proteína E o sus derivados. Sin embargo, la
dificultad de producir niveles equilibrados de neutralizar anticuerpos a cada uno de los cuatro
serotipos sigue siendo una preocupación importante. El AgNS1 es otro candidato para vacuna
segura, pues al no ser una proteína asociada con el virión no desencadenaría efectos de
inmunoamplificación (ADE).
Por otro lado, el análisis del ciclo de vida del virus dengue evidencia niveles importantes que
pueden ser blancos de antivirales, como: entrada del virus, fusión de membranas, replicación
del genoma ARN, ensamblaje y liberación final por la célula infectada. Estudios recientes han
mostrado resultados alentadores utilizando un análogo de nucleósido, la 2’-C-metilcitidina en
estudios en monos ha mostrado la replicación viral (54), o una combinación de análogos de
nucleósido con inhibidores de la síntesis de nucleósido (55). En general, un mejor
entendimiento de los mecanismos patogénicos en dengue proveerá herramientas valiosas para
el desarrollo de antivirales y vacunas.
BIBLIOGRAFIA
https://www.monografias.com/trabajos72/taller-quimica-dengue/taller-quimica-
dengue2.shtml
http://www.scielo.org.pe/pdf/rins/v32n1/a21v32n1.pdf