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Dice Eduardo Galeano:

Estimadas autoridades, maestros y compañeros: tengo 11 años, soy mujer y soy


mexiquense. Mi tema es ACCIONES QUE REALIZO EN MI FAMILIA Y LA ESCUELA PARA
PROMOVER LA IGUALDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES.

Elegí este tema porque ser mujer en mi país es un riesgo.

Me da orgullo saber que ahora las principales luchas en el mundo a favor del clima y
los derechos humanos son encabezadas por niñas. Un mundo mejor solo es posible si
somos capaces de eliminar la violencia y discriminación que sufrimos, el miedo que
sentimos todas de caminar por la calle y aparecer mutiladas o no aparecer nunca.

Por desgracia, las noticias en que una niña aparece muerta son cada vez más; sé,
porque mis padres son psicólogos, que en muchas zonas cercanas, algunas solo
terminan la primaria o cuando mucho la secundaria, que sus familias deciden, a
pesar de que es su derecho, no darles condiciones para estudiar. He visto a niñas
mazahuas cargando bebés. En las terminales de autobuses y supermercados veo
cómo se amontonan las alertas Ámber; en algunas calles veo a los hombres gritarle
vulgaridades a una mujer. Sé que en muchos empleos prefieren contratar hombres y
que muchos ganan más que una mujer a pesar de que tenemos la misma
capacidad.

Mi madre gestiona una página en Facebook y veo que hay mujeres que llevan
desaparecidas mucho tiempo. Algunas de ellas eran mamás, profesoras, doctoras,
hermanas de alguien, hijas de alguien y todas sus esperanzas y sueños terminan en
bolsas negras de basura. Las niñas y mujeres no somos basura, somos seres humanos
con derecho a caminar libremente, a estudiar, trabajar, a buscar la felicidad.
Soy afortunada, en casa no tenemos televisión y a mi familia no le gustan las
telenovelas, pero las he visto y creo que como país nos merecemos canales de
calidad en vez de historias de mujeres depresivas o dramáticas que esperan a ser
salvadas. Creo que las telenovelas muestran algo que yo no quiero ser. Pareciera que
la meta de toda mujer debiera ser estar casada, arreglarse el cabello y tener un
esposo rico; dan la idea de que las mujeres humildes no tienen capacidad ni
inteligencia para estudiar. Eso es mentira.

Nunca me gustaron las muñecas y mi familia lo respetó. Es un prejuicio que a todas las
niñas nos gusta jugar con barbies. Yo prefiero las heroínas.

En casa me han enseñado que cocinar, lavar, planchar, construir un mueble,


trabajar, ayudarme a hacer la tarea, son quehaceres que tanto hombres como
mujeres pueden y debieran realizar. Me han enseñado que un hombre que cuida a
sus hijos no ayuda a su pareja, sino que ejerce su paternidad.

Me molesta cuando mis compañeros se llaman entre sí “nena” para hacer que otro
se sienta mal, me molesta que piensen que una niña no puede ser mejor o igual que
un niño. Dice mi mamá que esos prejuicios escalan y llevan a violencia. Creo que esto
tiene que cambiar.

Que cada 25 de mes se realice un Día Naranja no basta. Las niñas no se embarazan
ni desaparecen solas. Las autoridades deben parar esta situación creando
programas educativos serios para prevenir el acoso, la violencia física, sexual y
psicológica desde los salones de clases; se deben llevar a cabo sanciones y castigos
severos a delincuentes que violentan a niñas y mujeres, haciendo caso a las leyes y
políticas internacionales, levantar la Alerta de Género en todo el país. Además es
importante dar mayor difusión sobre los datos de mujeres desaparecidas, cambiar la
forma en que se atienden a las víctimas de violencia y violación. Me parece injusto
que a las mujeres nos enseñen siempre a cuidarnos y los hombres no les enseñen que
así una mujer camine desnuda por la calle deben respetarla. Me parece terrible que
el cuerpo sea mirado con morbo, creo que se educa a los hombres muy mal.

La violencia debiera ser causa de vergüenza, pero no sucede así. Las noticias de
mujeres asesinadas son lo más común. Se mira como si así debiera ser. Nos estamos
acostumbrando. Yo no quiero vivir en un país así.

Toda mujer tiene derecho a estudiar, a vestir como le guste. Eso dice la Constitución…
¿Por qué no sucede?
Yo quiero trabajar desde mí y hacer conscientes a otras personas que hay formas de
pensamiento que no están bien, quiero decirles a mis compañeros que los albures
entre niños no los hacen más masculinos sino más débiles, que la burla y grosería a
una mujer les quita valor también a ellos. Ese tipo de información hace falta en el
periódico mural de mi escuela, ese tipo de sensibilización nos hace falta en el salón
de clases.

Hoy el mundo se da cuenta que si las mujeres siguen muriendo a causa de los
feminicidios todos perdemos, que habla muy mal de los seres humanos que queremos
ser, que si la evolución del hombre ha llevado millones de años y culturas anteriores
valoraban a las mujeres, no podemos retroceder, pero lo estamos haciendo.

Mis maestras deben retomar el tema, la sociedad debe involucrarse y no caer en el


conformismo, todos debemos dejar de educar en el machismo. Hay mucho por
hacer.

¡México tiene la vergüenza de ocupar el primer lugar de feminicidios en el mundo!


Cada día mueren hasta nueve mujeres a causa de él. Las leyes no se están
cumpliendo. Es tiempo de que nuestros gobernantes se pregunten porqué.

Toda mujer es algo más que un número en las cifras de los feminicidios, no es una
más; si supiéramos las historias de todas ellas nos indignaríamos. Nadie está exenta, es
lamentable que la violencia puede tocarnos también a cualquiera de nosotras. A ti, a
mí.

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