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La compra de productos pirata es una práctica en la que casi todos los mexicanos
han incurrido al menos en una ocasión. Ocho de cada diez personas en el país ha
comprado alguna vez un artículo de este tipo, mientras que en el Distrito Federal,
nueve de cada diez reconoce haber adquirido mercancía pirata.
A nivel nacional algunas personas opinan que sólo se debe castigar a quien
vende productos pirata, mientras que otros están de acuerdo en que se castigue
no sólo al vendedor sino también al comprador.
Sin duda existen entidades donde el problema es más grave, tal es el caso de la
Ciudad de México, donde la mitad de los capitalinos considera que es válido
comprar productos pirata, cuando a nivel nacional sólo un tercio de la población
piensa de esta forma. Es decir, entre más común es esta práctica, mayor
aceptación de parte de la ciudadanía. Si no se desea que esta manera de pensar
pronto se propague a todo el país, las autoridades tendrán que aplicar mano dura
en la persecución de este delito, mientras que simultáneamente habrá que
impulsar una agresiva estrategia de comunicación para concienciar a la sociedad
respecto a los daños que causa la Piratería.
Es trascendente recalcar que muchas veces las personas ven la compra pirata
como algo normal, pues lo veían con sus padres que adquirían productos
apócrifos, pues lo relacionan con el precio y cierta clase de productos que lo ven
insignificante, como las películas, la música y los software.
Por lo consiguiente los gobiernos deberían tomar medidas más extremas para el
control de la piratería, pero también la sociedad debe ser proactiva y no estática,
debemos crear conciencia con nuestros hijos y sobre todo predicar con el ejemplo.
Recuerdo que hace ya algunos años salía un comercial en la televisión donde dos
niños estaban viendo una película, y decían que no se veía bien, puesto que era
pirata y que sus papá les había comentado que era más barato, pero al final decía
uno de los niños que tenían un papá pirata, es de llamar la atención como esta
situación puede llegar a marcar a los niños en su infancia y en su
desenvolvimiento el día de mañana como integrantes de una sociedad.