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Primeramente, se presentan el surgimiento de la filosofía de la liberación (FL) en

Argentina, 1971, y su ampliación al resto de América Latina,


sus características distintivas (punto de partida, lugar y fases hermenéuticas,
mediaciones científico-sociales), su ulterior diferenciación en distintas corrientes
y su situación actual. En segundo lugar, se analizan los "nuevos signos de los
tiempos”, a fin de juzgar sobre la vigencia teórica e histórica de la FL,
tanto negativos (globalización ideologizada, exclusión, "nueva cuestión social”)
como positivos (comunidades de naciones, emergencia de la sociedad civil,
nuevos movimientos sociales). Y, en una tercera parte, se intenta hacer ver la
actualidad y la tarea ético-histórica de la FL ante los nuevos desafíos, gracias a
su opción (aún teórica) por los pobres y excluidos, su empleo de la mediación de
las ciencias humanas más analíticas y más hermenéuticas, y su
método analéptico.

Hoy la situación de América Latina aparentemente ha empeorado con respecto


a 1971. En esa fecha nació -en Argentina- la filosofía de la liberación (FL)
latinoamericana, a partir de la conciencia de la injusticia estructural que entonces
oprimía a las mayorías populares de nuestro continente. Pues bien, hoy
la exclusión se muestra como más injusta y como creadora de más víctimas aún
que la explotación, y una globalización promovida según la ideología neoliberal
- que se autoproclama " pensamiento único" - parece dejar menos fisuras para
alternativas que la guerra fría de aquel tiempo.

De modo que, si la FL, de acuerdo a su misma idiosincrasia, sabe adecuarse a


la nueva cuestión social - la de la globalización y la exclusión- no sólo permanece
todavía vigente, sino que lo es más que en los años 70. Pues su opción teórica
y ético-política por los pobres se concretiza hoy en una opción por los excluidos,
sean pueblos, grupos sociales o personas. Éstos representan - de hecho- la
mayoría del mundo global y de América Latina.

Por otro lado, nuestro subcontinente, aunque no es el más pobre de la Tierra, es


aquel donde las desigualdades y la inequidad son comparativamente más
indignantes.

En la presente exposición trataré, primeramente, del surgimiento, características


básicas e historia de la FL. Luego abordaré la nueva situación histórica que hoy
ella enfrenta y que - según lo acabo de afirmar- la desafía aún más que en los
años 70. En tercer lugar, mostraré que - precisamente a causa de sus rasgos
distintivos- ella sigue siendo muy actual y vigente para responder - desde el
humilde lugar propio de la filosofía- a dichos retos históricos, con tal que siga
siendo fiel a sí misma.
Cambio radical en la vida de la sociedad, que conduce al derrocamiento del
régimen social caduco y al establecimiento de un nuevo régimen progresivo,
transfiere el poder de manos de una clase (reaccionaria) a manos de otra clase
(progresiva). En oposición a la ciencia burguesa, que considera las revoluciones
sociales como “casualidad”, como la desviación del camino normal, el marxismo-
leninismo enseña que la revolución es una etapa necesaria del desarrollo de la
sociedad. “Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas
materiales de la sociedad chocan con las relaciones de producción existentes,
o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de
propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de
desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas
suyas. Y se abre así una época de revolución social” (Carlos Marx). La
inevitabilidad de las revoluciones sociales en la sociedad clasista es
condicionada por el hecho de que las viejas relaciones de producción son
mantenidas por las clases dominantes con ayuda de todo un sistema de
instituciones políticas, jurídicas y otras, ante todo con ayuda del Estado y del
derecho. Por eso, para desbrozar el camino a la marcha ulterior del desarrollo
social, las nuevas clases tienen que suprimir el régimen estatal existente. El
problema cardinal de toda revolución es el problema del poder estatal. El paso
del poder de manos de la clase reaccionaria a manos de la clase progresiva se
realiza a través de la aguda lucha de clases, que a menudo asume la forma de
guerra civil. La revolución es la forma superior de la lucha de clases. Sin
embargo, no todo derrocamiento violento de una clase por otra puede ser
llamado revolución; este concepto sólo rige para la llegada al poder de una clase
avanzada, que abre el camino al desarrollo progresivo de la sociedad. Se
conocen diversos tipos de revolución social: las revoluciones burguesas, las
revoluciones proletarias y otras. El carácter de la revolución es determinado de
acuerdo con las contradicciones que resuelve, con las tareas sociales que debe
realizar, con la clase que se halla a la cabeza de la revolución. La Revolución
socialista (Proletaria) (ver) se diferencia substancialmente de todas las
revoluciones anteriores. Todas las revoluciones del pasado sólo aparejaban la
sustitución de una forma de explotación por otra. El objetivo de la revolución
socialista es la liquidación de todas las formas de opresión social, de toda
explotación del hombre por el hombre, la construcción del comunismo. Modelo
de revolución socialista es la Gran Revolución Socialista de Octubre.
Lo primero que vamos a hacer es determinar el origen etimológico del término
alteridad que ahora nos ocupa. En este sentido tenemos que establecer que
procede del latín, concretamente de la palabra “alteritas”, que es fruto de la suma
de dos componentes: “alter”, que puede traducirse como “otro”, y el sufijo “-dad”,
que se usa para indicar “cualidad”. Alteridad es la condición de ser otro. El
vocablo alter refiere al “otro” desde la perspectiva del “yo”. El concepto de
alteridad, por lo tanto, se utiliza en sentido filosófico para nombrar al
descubrimiento de la concepción del mundo y de los intereses de un “otro”.
La alteridad hay que entenderla a partir de una división entre un “yo” y un “otro”,
o entre un “nosotros” y un “ellos”. El “otro” tiene costumbres, tradiciones y
representaciones diferentes a las del “yo”: por eso forma parte de “ellos” y no de
“nosotros”. La alteridad implica ponerse en el lugar de ese “otro”, alternando la
perspectiva propia con la ajena. Es decir, la alteridad viene a ser una buena
muestra de interés por comprenderse. De ahí que se encargue por fomentar
tanto el diálogo como los acuerdos e incluso las vías de paz a cualquier posible
conflicto. Precisamente por todo lo que es y lo que significa, normalmente cuando
se habla de alteridad también viene a la mente otro concepto, el de otredad. A
veces se emplean como sinónimos, no obstante, este último tenemos que decir
que es aquel término que se utiliza para expresar que cuando una persona está
entablando una conversación con otra lo que hace es adueñarse de ella.

¿Cómo hace eso?


Recurriendo a frases habituales como “si yo fuera tú lo que haría sería…”.
Precisamente por lo que significan, por los valores que expresan y transmiten
tanto la alteridad como la otredad se usan en determinados ámbitos de estudio
como, por ejemplo, la Historia o la Antropología. Y es que sirven para entender
las posturas de unas partes u otras en cualquier acontecimiento o hecho. Esto
quiere decir que la alteridad representa una voluntad de entendimiento que
fomenta el diálogo y propicia las relaciones pacíficas. Cuando un hombre judío
entabla una relación amorosa con una mujer católica, la alteridad es
indispensable para entender y aceptar las diferencias entre ambos.
En cambio, si se registra una escasa alteridad, la relación será imposible ya que
las dos visiones del mundo sólo chocarán entre sí y no habrá espacio para el
entendimiento. La alteridad también puede entenderse a un nivel más amplio. El
encuentro entre dos países o dos pueblos implica poner diferentes formas de
vida frente a frente. Si hay voluntad de alteridad, la integración podrá ser
armónica, ya que cada pueblo respetará las creencias del otro. Ese diálogo, por
otra parte, enriquecerá a ambos. En cambio, si no hay alteridad, el pueblo más
fuerte dominará al otro e impondrá sus creencias. Eso ocurrió, por ejemplo, a
partir de la llegada de los conquistadores europeos a América.
La independencia de los países americanos fue un hecho significativo en la
historia de este continente. La libertad, constituyó una revolución social, política,
económica e ideológica. En este artículo veremos la influencia ideológica del
liberalismo en el proceso de emancipación de las colonias americanas.
Entre 1806 y 1814, España fue invadida por Napoleón Bonaparte, lo que
ocasionó una gran inestabilidad en dicho país y, por lo tanto, se fue debilitando
el dominio español en América.

Las tropas de Napoleón llevaron a los lugares conquistados las ideas liberales
de los pensadores, que ejercieron gran influencia en los territorios coloniales de
España en América. Estas ideas fueron muy estudiadas por los miembros del
clero y la burguesía criolla de Hispanoamérica.

Las ideas de libertad, igualdad, progreso y soberanía entre otras se difundieron


rápidamente por las regiones del continente americano y fueron de fundamental
trascendencia ya que influyeron en las independencias de las naciones del yugo
de España, dando lugar a que los revolucionarios independentistas tuvieran la
oportunidad de lograr sus propósitos de emancipación.

El liberalismo fue una ideología que caló hondo en muchos líderes de la


independencia. Los grandes protagonistas de este periodo en América fueron
George Washington, Simón Bolívar, José de San Martín, Miguel Hidalgo y
Costilla, Agustín de Iturbide entre otros, que son considerados los padres de las
patrias americanas contemporáneas por sus luchas contra el dominio colonial.

Hay dos formas básicas de visualizar el significado político de la independencia


económica: en un contexto de aislamiento o de mínimo contacto externo,
significa auto bastarse en cuanto a la producción de los bienes y servicios
necesarios para la vida social, de modo que no se generen a partir de las propias
necesidades formas de dependencia política externa. De algún modo esta fue la
base de los planteos de la CEPAL sobre la sustitución de importaciones. Este es
un planteo que hoy se considera agotado o al menos seriamente cuestionado.
En un contexto de interacción internacional intensa, en cambio, se considera
independencia económica la capacidad de producir en forma eficiente y
competitiva productos cuya demanda internacional asegura un intercambio
ventajoso o al menos equitativo por aquellos otros productos que no producimos
pero que necesitamos, de modo que esa necesidad no signifique un factor de
dependencia política. Actualmente, la independencia económica a largo plazo
está íntimamente vinculada con la investigación científica y tecnológica, pura y
aplicada, y ésta lo está a su vez con el desempeño integral del sistema educativo
de la sociedad.
Tras el desplome de la convertibilidad, en 2002, la industria argentina ingresó
a una nueva etapa signada por el crecimiento productivo y por la
recomposición salarial, que dejó atrás un largo período de estancamiento.
Más allá de estas significativas concreciones, un examen de esta fase pone
en descubierto el desarrollo de importantes contradicciones. Mientras que el
incremento de la producción, la ocupación y la productividad industriales
reflejan un notorio cambio de tendencia, el déficit de divisas, que surge de la
diferencia entre las importaciones y las exportaciones MOI, alcanzó cifras sin
precedentes. * El profesor Guillermo Gigliani -por medio de una controvertida
resolución- fue dejado cesante en su cargo docente en la Facultad de
Ciencias Económicas de la UBA.

La dependencia política es toda forma de interrelación asimétrica entre estados


o comunidades nacionales, en la que las decisiones teóricamente soberanas del
estado más débil pierden ese carácter y quedan total o parcialmente
subordinadas a las directivas y conveniencias del estado más fuerte, con lo que
sus recursos quedan al servicio de éste. La dependencia política surge de la
forma real que tiene el sistema internacional, más allá de las líricas declaraciones
sobre la “igualdad jurídica de los estados”: es un conjunto jerarquizado, formado
por potencias hegemónicas, potencias intermedias y países subdesarrollados
adscriptos.
La dependencia, como todo sistema de intercambio asimétrico, es inestable, y
periódicamente se plantea el problema de su agotamiento, que obliga a
subsidiarlo (lo que en general las potencias hegemónicas no hacen) o a cambiar
la forma de la dependencia (que es lo que generalmente ocurre). Por tal motivo,
el proceso de la dependencia suele presentar varias formas estructurales típicas,
que tienden a darse en sucesión y en este orden: colonial, neocolonial, satelital
y provincial.

Enrique Dussel Ambrosini (La Paz, 24 de diciembre de 1934). Escritor y filósofo


argentino-mexicano. Reconocido internacionalmente por su trabajo en el campo
de la Ética y la Filosofía Política, y por ser uno de los fundadores de la Filosofía
de la Liberación, corriente de pensamiento de la que es arquitecto. Su vasto
conocimiento en Filosofía, Política, Historia y Religión, plasmado en más de 50
obras, muchas de ellas traducidas en más de seis idiomas, lo convierte en uno
de los más prestigiados pensadores filosóficos del siglo XX, que ha contribuido
en la construcción de una filosofía comprometida.
Nació en 1934 en el pueblo de La Paz (provincia de Mendoza), a 140 km al este
de la ciudad de Mendoza, la cual se encuentra a 1070 km al oeste de la ciudad
de Buenos Aires).

Al terminar la escuela secundaria se mudó a la ciudad de Mendoza para estudiar


Filosofía en la Universidad Nacional de Cuyo. Tras su graduación, en 1959 viajó
a Israel, y vivió cinco años (hasta 1961) en la localidad de Nazaret (Israel), junto
al sacerdote Paul Gauthier, trabajando ambos como carpinteros (la cual se
suponía que había sido el oficio de Jesús de Nazaret).

En 1961 se mudó a París (Francia), donde estudió Teología e Historia en


la Universidad de la Sorbona. En un viaje a Alemania en 1963 conoció a su futura
esposa, Johanna Peters. En 1965 obtuvo un título en Estudios de la Religión en
el Instituto Católico de París.

En 1968 regresó a Mendoza para enseñar Ética en la Universidad Nacional de


Cuyo. En 1969 comenzó una prolífica etapa de generación de importantes
publicaciones.

En 1971, todavía durante la dictadura de Lanusse, junto con otros filósofos


argentinos como Mario Casalla, Carlos Cullen, Osvaldo Adelmo Ardiles, Juan
Carlos Scannone, Rodolfo Kusch, Horacio Cerruti Guldberg, Arturo Andrés Roig
y Julio de Zan creó el movimiento conocido como Filosofía de la Liberación, cuya
presentación en público ocurrió durante el II Congreso Nacional de Filosofía
realizado en la ciudad de Córdoba. Algunos meses después el grupo publica el
libro colectivo Hacia una filosofía de la liberación latinoamericana, considerado
el primer manifiesto de la filosofía latinoamericana de la liberación.

Los grupos paramilitares de derecha que provenían de las dictaduras de la


década anterior (1955-1973) lo acusaban de marxista y comenzaron a hacerle
frecuentes amenazas de muerte. En 1973 sufrió un atentado con bomba en su
casa. En 1975 fue expulsado de la Universidad Nacional de Cuyo (en la ciudad
de Mendoza) y amenazado de muerte por escuadrones paramilitares. Sus libros
fueron prohibidos y las publicaciones que dirigía fueron clausuradas. Ese mismo
año se exilió en México, país que se convirtió en su nueva patria al adquirir la
ciudadanía.

Durante la primera década del siglo XXI, Dussel formó parte del Grupo
Modernidad/Colonialidad, el más importante colectivo de pensamiento
poscolonial en América Latina.

Desempeño
Es licenciado en Filosofía y en Teología, por las universidades de Cuyo y
de París, respectivamente. Es doctor en Filosofía por la Universidad
Complutense de Madrid, y doctor en Historia por La Sorbonne de París.
Enrique Dussel ha recibido cuatro doctorados honoris causa:

 1981: la Universidad de Friburgo (Suiza);


 1995: la Universidad Mayor de San Andrés (Bolivia).
 2015: la Universidad Santo Tomás, de Bogotá (Colombia);
 2017: la Universidad de Chile.

Ha sido profesor y dictado cursos y conferencias en algunas universidades de


países como Argentina, Ecuador, México, Bélgica, Canadá, Inglaterra, Francia,
España, Alemania, Estados Unidos,
Suiza, Austria, Corea, India, Israel, Nigeria, Egipto y Senegal.

En 2010, Enrique Dussel se convirtió en el primer latinoamericano que tuvo el


honor de recibir la cátedra Alberto Magno en alguna universidad, que había sido
inaugurada en 2004, y cuyo nombre reconoce al más grande filósofo aristotélico
medieval.

Continuó su labor académica hasta jubilarse tanto en la Facultad de Filosofía y


Letras de la UNAM, como en la UAM-I.

Sus Obras

 1966: Hipó tesis para el estudio de Latinoamérica en la historia universal.


Investigación del "mundo" donde se constituyen y evolucionan las
Weltanschauungen.
 1969: El humanismo semita.
 1972: Para una destrucción de la historia de la ética I.
 1972: La dialéctica hegeliana. Supuestos y superación o del inicio originario
del filosofar.
 1973: América Latina dependencia y liberación. Antología de ensayos
antropológicos y teológicos desde la proposición de un pensar
latinoamericano.
 1973: Para una ética de la liberación latinoamericana I.
 1973: Para una ética de la liberación latinoamericana II.
 1974: Método para una filosofía de la liberación. Superación analéptica de
la dialéctica hegeliana; segunda edición de La dialéctica hegeliana.
Supuestos y superación o del inicio originario del filosofar (de 1972).
 1974: El dualismo en la antropología de la cristiandad.
 1975: Liberación latinoamericana y Emmanuel Levinas.
 1975: El humanismo helénico.
 1977: Filosofía ética latinoamericana III.
 1977: Introducción a una filosofía de la liberación latinoaméricana.
 1977: Introducción a la filosofía de la liberación.
 1977: Filosofía de la liberación.
 1977: Religión.
 1977: Filosofía de la poiesis. Introducción histórica.
 1979: Filosofía ética latinoamericana IV: La política latinoamericana.
Antropológica III.
 1980: Filosofía ética latinoamericana V: Arqueológica latinoamericana. Una
filosofía de la religión antifetichista.
 1980: Liberación de la mujer y erótica latinoamericana. Ensayo filosófico.

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