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¿Cuál es la reacción de la comunidad araucana ante la migración venezolana que

actualmente se viene presentando en Colombia?


Objetivo general: Describir como reaccionan los habitantes de la capital araucana ante la
presencia de los migrantes venezolanos que residen allí debido a la actual crisis económica,
social y política que atraviesa el vecino país.

Objetivos secundarios:
- Analizar las tasas migratorias entre los años 2013-2017
- Contextualizar e indagar a cerca de las relaciones bilaterales entre Arauca y el
Estado Apure.
- Indagar sobre el discurso y las opiniones que expresan los ciudadanos araucanos a
través de las redes sociales y la prensa acerca de los migrantes venezolanos.
- Contextualizar a cerca de la crisis que se viene presentando en Venezuela.

Metodología
Para llevar a cabo el siguiente trabajo y poder analizar la reacción de los araucanos ante los
migrantes venezolanos, se estudiarán aquellos casos catalogados como xenófobos, teniendo
en cuenta que es la xenofobia a partir del marco teórico que exponen algunos autores. Se
recolectará información, opiniones y manifestaciones a través de la prensa y redes sociales,
como Facebook. Los datos migratorios serán recolectados a través de la plataforma de
migración Colombia, decidí escoger este límite de tiempo (2013- 2017) porque fue entre
estos años que, como citaré en varios autores, cuando la crisis en Venezuela aumentó
sustancialmente, si bien puede que desde años anteriores ya haya empezado la migración,
pero es durante estos años donde el éxodo ha sido más intenso. Se contextualizará la crisis a
través de lo escrito por entidades internacionales que defienden los derechos humanos
como la Human Right Watch, quienes la describen como una crisis humanitaria y otros
autores que describen la crisis desde sus inicios y como poco a poco colapso la economía
venezolana. Hablare de las relaciones fronterizas entre Arauca y el Estado Apure a través
de mi propia experiencia y de lo escrito por algunas autoras como Jane Rausch y Elizabeth
Zamora. Por último, el análisis de la reacción de los araucanos será contrastado con algunas
teorías que explican estas reacciones.

Introducción
El siguiente trabajo investigativo tiene como fin describir la reacción de los ciudadanos del
departamento de Arauca, ya que al ser un territorio fronterizo con Venezuela ha sido un
gran receptor de los ciudadanos venezolanos que han decidido irse de su país debido a la
crisis social, política y económica que atraviesa el país.

Arauca comparte su zona fronteriza con el Amparo y Guadualito (Estado Apure), estas dos
comunidades comparten la sabana de los llanos orientales, pero no sólo eso, también la
música llanera, algunos platos típicos, el rio Arauca, la familia, los amigos etc. Las
relaciones entres estos dos poblados han sido en gran medida fraternales.

Si bien, la migración ha aumentado sustancialmente en los últimos años hacía Colombia, la


recepción por parte de los colombianos no ha sido la mejor, esto se puede notar en nuestra
vida diaria, en las conversaciones cotidianas e incluso en los actos violentos por parte de los
colombianos que deciden tomar justicia por mano propia. En Arauca, por ejemplo, se dice
entre los ciudadanos que la inseguridad y la violencia ascendió determinadamente desde
que llegaron los migrantes, algo irónico en un departamento que ha sido golpeado
duramente por el conflicto armado en Colombia, donde la violencia y la inseguridad han
sido el pan de cada día desde hace muchos años. Ante este nuevo discurso de inseguridad
que se viene presentando entre la comunidad en los últimos meses, hay quienes se han
comportado de forma discriminatoria y xenófoba hacía los venezolanos. Por lo que es
pertinente analizar las formas en que se han presentado estas manifestaciones intolerantes y
observar en que momento se da esta ruptura de las relaciones esencialmente buenas que se
distinguían entre los ciudadanos de frontera.

Relaciones fronterizas entre Arauca y el estado Apure.


La región de los llanos orientales es una extensa sabana que se encuentra al Este del país
limitando al Norte y Este con Venezuela. En Venezuela los estados calificados como
llaneros son: Anzoátegui, Portuguesa, Barinas, Cojedes, Apure y Monagas. Por otra parte,
la frontera llanera, que esta separada por el rio Arauca, está compuesta por el estado Apure
(Venezuela) y el departamento de Arauca (Colombia). Esta región ofrece gran abundancia
de alimentos, la cría de ganado y el cultivo de cacao, que en el siglo XIX se comenzó a
explotar, siguen estando presentes como patrimonio de la región llanera.

Jane M. Rauch (1999) plantea que en el siglo XX, la región de los llanos consolidó su
papel central como zona ganadera y de despensa agrícola (produciendo arroz, maíz, plátano
y algodón) que abastecía a Bogotá y Cundinamarca, y cómo, en el período del Frente
Nacional, empieza a producir palma de aceite, la cual se industrializa junto con el arroz,
presentando esta región (sobre todo el piedemonte llanero) para el 2000 uno de los más
altos crecimientos económicos del país. Por otra parte, la explotación petrolera en la región,
que también es analizada por Rausch, fue determinante para la explosión demográfica en la
región de los llanos y a la que los políticos se referían a ella como el futuro de Colombia.

Las relaciones fronterizas entre el Estado Apure y Arauca se han distinguido por ser
esencialmente buenas y solidarias, la manera en cómo comparten tradiciones, historia,
música y territorio hacen que estas dos comunidades se sientan como una. Esta frontera
tiene también en su haber una relación social, económica y cultural profundizada en la
época de la independencia, cuando desde la región salían tropas hacía Colombia y todos
eran los “patriotas”, en la lucha contra la corona española, “acaudillados por Simón
Bolívar y francisco de paula Santander, criollos desplazados, voluntarios británicos y
llaneros se enrolaron en el ejercito libertador en una campaña que en la batalla de Boyacá
(agosto 7, 1819) hizo trizas el dominio español de la nueva granada.” (Rausch, 1999, Pág.
302).

En Venezuela y Colombia conocen a los habitantes de esta región como llaneros, allí se
baila y se canta joropo como música tradicional. El traje típico es el liqui-liqui. Elizabeth
Zamora (2006) plantea que muchos de los habitantes venezolanos realizan la mayoría de las
actividades educativas y culturales en Arauca porque es más desarrollado en lo económico
y en la oferta de bienes y servicios. Recuerdo que cuando estudiaba mi bachillerato en
Arauca, habían varios niños de Venezuela que venían a tomar sus clases allí, por ejemplo,
hubo una época en la cual esperaba a mi mamá a la salida del colegio, junto con dos chicas
venezolanas que esperaban el bus que las llevaría directo al Amparo, de donde ellas eran
residentes.

El rio Arauca que separa las dos fronteras se convirtió en un paso para las familias raizales
o autóctonas que tienen miembros en los dos países; tres minutos en canoa y estaría en
cualquiera de los dos lados de la frontera. Creo que no existe una sola persona de Arauca
que no haya cruzado la frontera con Venezuela con el objetivo de mercar, visitar algún
familiar o amigo, contrabandear, por ocio o simplemente por curiosidad. Yo, que toda mi
vida he vivido allí he sido testigo de la movilidad entre los pobladores de estos dos estados
fronterizos, porque yo misma he sido parte de esta movilidad. Cuando visitaba a mi nono
en su finca, que está ubicada en una vereda de Arauquita llamada el troncal, a las orillas del
rio Arauca, era común que mi tía con mis primos, quienes residían al otro lado del rio, en la
Victoria (Venezuela), cruzaran constantemente hacia el otro lado para visitarlos, traerles
plátanos, pescados etc. O para reunirse y festejar alguna celebración (cumpleaños,
navidades, años nuevos) y viceversa.

Cuando uno cruza la frontera pareciese que no se hubiera salido de Colombia ya que, por
ejemplo, las invitaciones a festivales de música llanera remiten a un “nosotros mismos”.
Respecto a nuestro acento, cualquiera que viniera del centro pensaría que hablamos igual,
pero creo que sólo entre nosotros sabemos diferenciar cuando alguien es del Apure y quien
es de Arauca.

Cuenta mi padre que, durante los años 60s y 80s, el boom del petróleo en Venezuela hizo
que muchos araucanos se desplazaran hacía el vecino país con el fin de buscar mejores
oportunidades laborales o escapar del conflicto armado.
“De acuerdo con los censos poblacionales de Venezuela, la cifra de colombianos que
residían en ese país entre 1951 y 1971 presentó un cambio importante, pasando de 45.969 a
102.314, se desplazaban hacia el Táchira, Barinas, portuguesa y otros estados. Álvarez1

1
Álvarez de Flores, Raquel 2004 “La dinámica migratoria colombo-venezolana: Evolución y perspectiva
actual”, en Revista Geoenseñanza. ISSN 1316-60-77 vol. 9 (San Cristóbal) julio-diciembre de 2004, pp. 191-
2002. Pág. 192
explica que el factor primordial que influyó en la corriente migratoria hacia Venezuela fue
el boom en la explotación petrolera. Entre 1972 y 1974 se alcanzó una cuantiosa subida en
los precios internacionales del petróleo, lo que produjo un aumento del 250% en los
ingresos fiscales del país, que implicó un crecimiento de la capacidad financiera del
gobierno para instaurar un plan de desarrollo amplio (V Plan de la Nación 1976-1980).”
(Carreño, 2014, Pág. 103)

Pero la explotación del pozo Caño Limón, Colombia ubicado en Arauca “se convierte en
abril de 1986 en país exportador de petróleo, entre 1986-1991, estas exportaciones
superaron los 2.500 millones de dólares por año. Más del 25% de las exportaciones en
Colombia” (Zamora, 2006, Pág. 87), por lo que el petróleo generó acá también grandes
expectativas. La misma autora señala que, para 1985 Arauca contaba con 70.085 habitantes.
Para 1999 eran 160.000. 45% llaneros, 5% indígenas 50% colonos.

Cuando apareció el petróleo, llegaron las regalías al departamento y Arauca comenzó a


cambiar, pavimentaron sus calles, colocaron acueducto, mejoraron el aeropuerto,
construyeron más colegios, el palacio de la intendencia etc. Después hicieron la plaza de
mercado, arreglaron la catedral y comenzaron a hacer barrios. El hospital San Vicente lo
agrandaron, por lo que atrajo gran población de médicos colombianos y venezolanos,
venían médicos de Bogotá, de Medellín a hacer pasantías en Arauca, también médicos de
San Cristóbal. Incluso hubo un acuerdo en donde las enfermeras de Guadualito tenían que
trabajar en Arauca, en las clínicas y el hospital, y las de Arauca también tenían que ir a
trabajar a Guasdualito.

Antes de la profunda crisis por la que está pasando actualmente Venezuela y antes del
cierre definitivo de la frontera en 2015, recuerdo que cada fin de semana mi papá nos
llevaba a almorzar a Guasdualito (Venezuela) porque allá era más barato, no solo almorzar,
también iba a mercar a tanquear los carros con gasolina; visitaba a sus amigos e incluso
llegó a comprar una casa, que por la crisis le tocó venderla. Era muy económico comprar
productos en el lado de Venezuela por lo que muchas veces los colombianos atravesaban el
río para comprar algunos víveres de la canasta familiar o ropa. Además, entre los habitantes
de frontera se crean estrategias para hacer posible el contrabando, ya que es una de las
formas de sobrevivencia de muchas de las familias que habitan en la zona. Todo esto es
parte del tejido que construye la trama de la vida en frontera

Recuerdo una vez, cuando viajaba de Bogotá a Arauca en unas vacaciones de diciembre
que, un señor venezolano de aproximadamente unos 35 años, me decía que llevaba trece
días viajando desde Ecuador para llegar a Barinas y poder pasar navidad con su familia, ya
que por la crisis le había tocado irse y parece ser que le salió trabajo allá, lo que me contaba
era que antes trabajaba pasando gasolina a través del rio Arauca, desde la victoria
(Venezuela) y la vendía en Arauquita (Colombia) y aparentemente le iba muy bien. En
Venezuela, “La gasolina se vende al público a unos cinco centavos de dólar por galón, lo
que representa un subsidio generalizado que aporta al déficit fiscal (en Venezuela, la
gasolina es más barata que el agua embotellada).” (Selman & Fornet, 2014, Pag. 2)

Pero además, cabe mencionar que, los habitantes del Estado Apure, también cruzaban la
frontera para comprar víveres y cositas ya que, como se mencionó anteriormente “en lo que
respecta al desarrollo económico y a los bienes de servicios, es evidente la diferencia entre
Arauca, el Amparo y Guadualito. Es uno de los lugares de frontera donde el contraste se
percibe con mayor fuerza. El mercado de Arauca es el de una gran ciudad, con variedad de
ofertas en todo tipo de alimentos. Es allí donde la gente del Amparo realiza sus compras”
(Zamora, 2006, Pág. 88)

La frontera también se ha convertido en refugió para aquellos que han sido desplazados por
el conflicto armado en Colombia y, el hecho de contar con familia en Venezuela, la
cercanía del país y la percepción de una mayor seguridad fueron las principales razones por
la que escogieron este país como lugar de protección. “De acuerdo con la investigación del
ACNUR y Stichting Vluchteling los periodos de mayor afluencia hacia Venezuela se
ubican entre los años 1998-2000 y 2006-2007. Estas dos fechas están directamente
relacionadas con el paramilitarismo. La primera temporada, con su consolidación y la
segunda, con la desmovilización.” (Carreño, 2014, Pág. 106), según informe de la
ACNUR2, en estos años llegaron a Venezuela alrededor de 200.000 mil refugiados, en
donde esta entidad operó en ciudades como Caracas y a lo largo de la frontera con
Colombia en los estados fronterizos de Zulia, Táchira y Apure. El ACNUR cuenta con una
Oficina de Campo en San Cristóbal –Táchira- y dos Unidades de Campo en las ciudades de
Maracaibo -Zulia- y Guasdualito -Apure-, por ser estos tres estados donde reside la mayoría
de los refugiados. Sin embargo, sólo una minoría de la población que se desplazaba recibió
el status de refugiados. Por lo que ante las dificultades muchos optaron por devolverse,
Elizabeth Zamora (2006, Pág. 313) en su texto plantea, el relato de una mujer proveniente
de Tame, Arauca que llegó a Guasdualito con la esperanza de cambiar de vida con su
esposo y sus hijos, pero ante las pocas oportunidades decidieron devolverse, ya que la
situación era tan mala, que la gente no pagaba ni siquiera para que les hicieran los oficios
en la casa por lo que, había ocasiones en que no lograba hacerse el dinero para la comida,
así que, en términos textuales dijo “prefiero los paramilitares al hambre”

En el año 2015, el presidente Maduro decidido cerrar la frontera por el ataque a 3 militares
venezolanos en la frontera de Tachira por parte, según Maduro, de paramilitares
colombianos, pues para él estos grupos generan la delincuencia y la crisis económica en el
país. Por lo que el cierre fronterizo se convirtió en una nueva fase de una polémica política
denominada Operación de Liberación del Pueblo (OLP), que busca "liberar a Venezuela
del paramilitarismo", en palabras de Maduro, y con la que se allanaron decenas de barrios
populares en donde habitaban personas colombianas, quienes según el presidente, estaban

2
Agencia de la ONU para los refugiados.
controlados por bandas armadas. La arrolladora llegada de la OLP a los barrios de invasión
fronterizos –donde derrumbaron casas que estaban marcada con una 'D'– “generó una ola
de migraciones de colombianos en Venezuela hacia el país que los vio nacer: casi 1.400
colombianos han sido deportados y más de 18.000 personas cruzaron por su propia
voluntad, según la ONU.” (BBC, 2015)

Este cierre repentino, hizo que cientos empleados de Arauca y el amparo se vieran
afectados por la situación ya que no podían llegar a sus lugares de trabajo. Un empleado
venezolano de un almacén de artículos deportivos de Arauca contaba a RCN radio que
debido al repentino cierre de frontera no pudo cruzar la frontera desde Apure hasta Arauca
“Alcancé a ver por televisión que se extendía la medida de excepción, pero no imagine que
fuera tan drástico, hoy está terrible. Las busetas, que vienen con mano de obra de
Guasdualito y otros sectores, han tenido que devolverse. Que se normalice la situación,
estamos en un momento muy difícil, y debido a este cierre la situación se va a empeorar
mucho más”. Indicó el trabajador.” (José Vásquez, RCN radio, 2015)

quienes, si podían cruzar y solo con carnet, eran los estudiantes, cabe señalar que “muchos
niños venezolanos estudian en territorio colombiano, según los padres de familia, porque la
educación es mejor de este lado” (RCN radio, 2015)

¿por qué hay crisis en Venezuela?


Actualmente vemos y escuchamos en la televisión, periódicos y emisoras que Venezuela
está pasando por una de las peores crisis política, económica y social hasta ahora, y que en
los últimos años se ha venido agravando hasta el punto de no encontrarse medicamentos y
alimento para abastecer al total de la población, por lo que, ante tal adversidad, miles de
habitantes venezolanos han decidido migrar hacía sus países fronterizos con el fin de
escapar de la crisis.

La Human Rights Watch3 (2016) plantea que, Venezuela atraviesa una profunda crisis
humanitaria. Debido a la grave escasez de medicamentos e insumos médicos, pues para
muchos venezolanos es sumamente difícil obtener atención médica esencial. Y, la escasez
severa de alimentos y otros artículos son un obstáculo para que muchas personas tengan
una nutrición adecuada. La Human Rights Watch, analizó el alcance y el impacto de esta
crisis a través de investigaciones realizadas en el terreno en seis estados y en la capital del
país, Caracas, en junio de 2016, y posteriores entrevistas por vía telefónica y otros medios a
los diferentes ciudadanos del país. Visitaron hospitales públicos y distintos lugares donde
personas formaban fila para comprar alimentos sujetos a los controles de precios impuestos

3
Human rights watch defiende los derechos de personas en todo el mundo. Es una organización
internacional independiente cuya labor se inscribe en un movimiento dinámico por la dignidad humana y la
defensa de los derechos humanos para todos.
por el gobierno4. Advierten que la escasez de los productos se ha agravado en los dos
últimos años y está teniendo un grave impacto en el bienestar de numerosos venezolanos.

Por otra parte, el gobierno venezolano ha insistido en que no hay tal crisis, pues en junio de
2016 la canciller venezolana, Delcy Rodriguez, se dirigió al Consejo permanente de la
Organización de los Estados Americanos (OEA) en los siguientes términos “no hay crisis
humanitaria [en Venezuela]. No la hay. Lo afirmo con toda responsabilidad” (sesión
extraordinaria del Consejo permanente, 3 de junio de 2016 citado en Human Rights Watch.
2016, Pág. 6) ese mismo mes la ministra de salud, Luisana Melo, dijo a la Comisión
internacional de Derechos Humanos (CIDH) que, “en general la población venezolana se le
garantiza su tratamiento para todas sus enfermedades” (Venezuela, salud y acceso a
medicamentos, 7 de junio de 2016 citado en Human Rights Watch. 2016, Pág. 7). Ante
estas afirmaciones el gobierno rechaza la iniciativa de la Asamblea Nacional para facilitar
la provisión de asistencia adicional. Pero, en los casos en los cuales la escasez ha sido
reconocida por algunos miembros gubernamentales, estos plantean que tal escasez es culpa
de la “guerra económica librada por la oposición política, el sector privado y poderes
extranjeros”, pero tal argumento, el gobierno chavista no ha podido evidenciar o probar.

Desde 2016, el gobierno venezolano ha implementado una serie de iniciativas orientadas a


abordar la escasez de medicamentos, alimentos y otros artículos básicos, entre ellas se
encuentra la CLAP5, que tendría que estar funcionando en todo el país, “la CLAP tienen la
responsabilidad de distribuir mensualmente una bolsa de artículos que, en general, incluye
cantidades limitadas de productos con aceite, harina de maíz, azúcar, leche, pasta, arroz y
margarina, directamente a los hogares venezolanos que pagan un precio más bajo fijado por
el gobierno por los productos” (Human Rights Watch. 2016, Pág. 50) no obstante, según
Human Rights Watch, hasta el momento su impacto colectivo no ha conseguido,
claramente, aplacar la gravedad de la crisis humanitaria de Venezuela.

Selman & Fornet (2014), plantean que, durante los últimos quince años, Venezuela adoptó
un sistema político con alto intervencionismo estatal en todos los ámbitos de la vida en
sociedad. El chavismo ha concentrado el poder a través del control de las instituciones
políticas y la toma de la economía mediante controles de precios y cambiarios,
expropiaciones, la dirección del crédito y la explotación de la empresa estatal petrolera,
entre otras medidas. Por lo que, las propias políticas económicas del gobierno, sumada al
colapso del precio internacional del petróleo, han contribuido directamente al surgimiento y
permanencia de la crisis económica por la que atraviesa actualmente Venezuela.

Venezuela cuenta con las mayores reservas verificadas de petróleo en el mundo y los
ingresos por venta de este producto representan la principal fuente de ingresos del Estado
4
El gobierno venezolano a impuesto topes de precios a una variedad de artículos básicos, incluyendo
productos de higiene y algunos alimentos. Las empresas y tiendas privadas son obligadas a vender estos
artículos a los precios máximos fijados por el gobierno
5
Comités locales de abastecimiento y producción.
venezolano. En efecto, “los ingresos petroleros representan un 65,7% de los ingresos
fiscales; por esto, se señala que el Estado venezolano es un “Petro-Estado”. Por otro lado,
las exportaciones petroleras representan 96,6% de las exportaciones totales de bienes,
según datos del Banco Mundial.” (Selman & Fornet, 2014, Pág. 2) Estas variables
evidencian la importancia que significa la industria petrolera para la economía venezolana.

Sánchez, R (2015), expresa que, en gran medida, el deterioro de la economía venezolana


derivó de la caída dramática de los precios del petróleo que ha venido ocurriendo desde
finales de 2012. “El barril de petróleo vendido por petróleos de Venezuela (PDVSA) pasó,
de un promedio de 95 US$ a principios de 2014, a costar un promedio de 54 US$ a finales
de 2014” (Banco central de Venezuela, 2014 citado en Sánchez, R, 2014, Pág. 367). Pero
está situación se agravó más en 2015, luego de haber oscilado el barril entre 40 y 50 dólares
durante la mayor parte del año, el petróleo se deterioró aún más y llegó a un promedio de
aproximadamente 36,6 US$ en noviembre de 2015.

En consecuencia, “el producto interno bruto (PIB) de Venezuela ha caído de forma


dramática en los últimos años. Desde 2013, la economía venezolana ha pasado del
estancamiento (+1,3% en el 2013), a sufrir un retroceso significativo en 2014 (-3,9%) y
ahora mas reciente en el 2015 (-5,7%)” (Banco central de Venezuela, 2016 citado en
Sánchez, R, 2014, Pág. 367). Todo esto combinado con la falta de confianza hacía el
gobierno de Maduro y sus políticas económicas, la escasez de divisas oficiales y la
inestabilidad política, tuvieron como consecuencia una presión cada vez mayor en el
mercado paralelo de dólares, incrementando el diferencial cambiario que ocasiona mayor
inflación y, por lo tanto, haciendo mas costosa la importación de productos de todo tipo,
por lo que, de ahí deviene que el país esté enfrentado cada vez mas problemas de
abastecimiento de todo tipo de bienes y servicios, incluyendo insumos básicos para la
producción agropecuaria e industrial de alimentos, medicinas, repuestos de toda clase de
maquinas y diversos bienes de consumo cotidiano. Mientras tanto, el gobierno sigue
financiando el altísimo gasto público (incluyendo los programas sociales o misiones) y
pagando las distintas obligaciones internacionales. No obstante, la oposición denuncia que
estos pagos han sido efectuados a costa del sacrificio de la importación de bienes y
servicios.

Este mismo autor plantea que otra consecuencia evidente, son los distintos aumentos del
salario mínimo que no le permiten al trabajador venezolano recuperar su poder adquisitivo,
lo cual ha traído un aumento acelerado de la pobreza que afecta prácticamente a todos los
sectores, a excepción de aquellos que ya cuentan con recursos en moneda dura en el
exterior o que tienen acceso a los mismos por vías legales o ilegales.
Por otra parte, esta situación viene acompañada de un pronunciado deterioro social, y por
consiguiente, un aumento en los niveles de conflictividad política. Por un lado, la
delincuencia que sigue siendo un problema grave, que cada vez enluta a las familias del
territorio nacional, “en el 2015, el Reporte Anual del Observatorio Venezolano de
Violencia señaló que hubo casi 28.000 asesinatos, lo cual llevaría la tasa de homicidios a
aproximadamente 90 por cada 100.000 habitantes y situaría a Venezuela como el país más
violento del continente americano” (Observatorio Venezolano de Violencia, 2015 citado en
Sánchez, R, 2014, Pág. 370)

Para concluir, como consecuencia del alto costo de vida y el deterioro social, Sánchez
(2015) plantea que, en el año 2015 el tema de emigración al exterior cobró cada vez más
relevancia. Ya que, según estadísticas, miles de venezolanos han decidido irse del país
como una alternativa para recuperar sus condiciones de calidad de vida.

Teniendo en cuenta lo anterior, en un proceso paulatino los venezolanos, frente a la crisis


política y económica que enfrenta su país, han decidido migrar. Es de aclarar que esta
movilización no es una consecuencia de una trayectoria de pobreza y carencia de
oportunidades laborales, ya que, Venezuela por muchos años se convirtió en una potencia
de la economía de Sur América y fue pilar de desarrollo gracias a su riqueza en petróleo;
por lo que la causa está más directamente relacionada por las precarias condiciones de vida,
por falta de alimentos, medicinas y seguridad que anteriormente fueron explicadas.

Según fuentes de migración Colombia, el país por su proximidad geográfica y por no tener
requerimiento de visado para los venezolanos, se ha convertido en la puerta abierta para
estos ciudadanos que han podido ingresar y salir sin mayores controles, por lo tanto, así
como lo indican cifras de migración Colombia en el periodo de 2013-2017 han ingresado al
país más de 1.000.000 de personas que vienen desde Venezuela

INGRESO DE VENEZOLANOS AL TERRITORIO


NACIONAL PERIODO 2013-2017

736,012

378,957
291,539 329,478
290,704

2013 2014 2015 2016 2017

Fuente: migración Colombia, 2017


Cabe señalar que no todos los migrantes que entran necesariamente se quedan en Colombia,
hay quienes utilizan el país como un puente para llegar a otros países como Ecuador, Perú,
Chile, Estados Unidos, Panamá, México, Argentina etc. En 2017 “se registraron 652.000
salidas de venezolanos. Fueron 341.000 más que en 2016” (Revista Semana, 2018)

Por otra parte, también es preciso plantear que, gran parte de estos migrantes son retornados
colombianos que se fueron durante los años 70 y 2000 para huir del conflicto armado o para
mejorar su calidad de vida, y que, actualmente por la situación en Venezuela les toca
devolverse a su país de origen con sus familiares etc. “De acuerdo con Felipe Muñoz,
gerente de Frontera con Venezuela, el 30 % de la población venezolana que ha llegado al
país es colombiana y podría representar más de 200.000 personas, según algunas
estimaciones que se han realizado gracias a los datos recolectados por la Registraduría en
los últimos dos años.” (el espectador, 2018)

¿Cuál es la reacción en la zona fronteriza de Arauca ante esta migración?


Centrándonos en Arauca, actualmente el paso fronterizo por el puente José Antonio Páez
solo es posible ser transitado a pie, ya que, desde el cierre de frontera en 2015, es prohibido
el paso de vehículos a través de este. Además, las personas que quieren cruzar hacia
Colombia deben presentar en el puesto migratorio que hay en el lado de Arauca su
pasaporte y el PEP (permiso especial para venezolanos) el cual tiene una vigencia de 90
días prorrogables hasta completar dos años y permite estudiar y trabajar en Colombia,
afiliarse al sistema de seguridad social etc. Cabe mencionar que, antes de la oleada
migratoria que se viene presentando en los últimos años, sólo con mostrar su cedula
venezolana ya podían cruzar la frontera sin ningún problema.

Cuando los venezolanos cruzan la frontera hay quienes buscan de inmediato a sus
familiares residentes en Arauca y claramente ellos les abren las puertas de su casa y los
dejan hospedarse allí. Pero, así como llegan estos retornados, también llegan aquellos
totalmente desconocidos que tienen la esperanza de mejorar su calidad de vida y huir de la
crisis que vive su país. Con chinchorros, verduras, cuadros, porcelanas, algunos artículos de
aseo o alimentos etc. se ve una significativa cantidad de venezolanos en las calles de
Arauca vendiendo estos productos. Se observan de igual forma familias con sus maletas en
las calles, en el terminal o a las orillas del rio, quienes entre los arboles cuelgan sus
chinchorros y deciden pasar la noche ahí porque no tiene a donde más ir. Todos los días
pasa por la casa algún venezolano ofreciendo cualquier cosa o a veces pidiendo agua, ya
que el sol allá es tan fuerte que te deja sin alientos. Están quienes se la pasan en los
semáforos haciendo malabares para que las personas que están en los carros les colabore
con algo (dinero, comida etc.), recuerdo que cuando estuve de vacaciones allá el año
pasado, había una mujer que hacía este tipo de presentaciones en uno de los semáforos de
Arauca, mientras sus 2 o 3 hijos la esperaban en un costado de la calle. Pero también se
encuentran aquellos que solo entran a Arauca para seguir su camino hacía ciudades como
Bogotá. En la vía Arauca-Bogotá se observa como varios venezolanos y familias caminan,
y uno que otro saca la mano con la esperanza de que alguien le de la “cola”. El terminal
también se encuentra lleno de ellos, quienes esperan el bus que los llevará a Bogotá.

Mi Mamá de vez en cuando les colabora, cuando tiene dinero, para comprarles algunas
cosas que necesita para la casa o también le gusta mucho comprarles cuadros, porcelanas o
jarrones porque son bonitos y baratos e incluso se hizo amiga de una venezolana que,
constantemente va y viene de Venezuela porque allá está su familia y en Arauca está
trabajando en una casa de familia, también como estilista o vendiendo productos en la calle,
por lo que mi mamá le dio su numero y ahora cada vez que la venezolana se devuelve para
su país mi mamá le deja alguna cosa encargada. Pero, a pesar de su bondad, mi mamá dice
que ya se torna fastidioso el que todos los días los venezolanos estén pasando por la casa. Y
así, como lo dice mi madre, hay muchas personas en el municipio que verdaderamente les
ha incomodado la llegada de los migrantes.

En Arauca el gobierno no ha instaurado ni un solo refugio, por lo que las condiciones se


hacen aún más precarias para estas personas, el gobernador ante esta situación pide que se
definan unas reglas claras en el control de los migrantes venezolanos ya que, “se
incrementó el numero de personas que duermen en las calles… esto sobrepasó la capacidad
y hemos venido pidiendo al Gobierno Nacional que si bien no podemos generar
asistencialismo o una respuesta rápida institucional de albergues y comedores humanitarios,
si tenemos que controlar de alguna forma para que no generen mayor inseguridad”
(Ricardo Alvarado, gobernador de Arauca citado en el Tiempo 2017).

Este discurso de que los venezolanos han generado mayor inseguridad se ha tornado muy
habitual desde que comenzó la migración, muchos habitantes del municipio murmuran y
aseguran que la inseguridad y la delincuencia en el departamento aumentó sustancialmente
desde que llegaron los venezolanos, por lo que, hay personas que han actuado de manera
violenta hacía la población migrante. Esto se puede ver reflejado, cuando sucedió el
asesinato del comerciante Henry Alejandro Estupiñán el 5 de agosto de 2018 por parte de
dos hombres que llegaron al local y, en circunstancias confusas, le ocasionaron dos heridas
fatales en el pecho con un destornillador. “El crimen de este señor pudo haber pasado
inadvertido entre las noticias de un municipio que durante años ha estado envuelto en la
violencia del conflicto armado de no ser por un detalle: a Henry lo asesinó un venezolano
de 24 años.” (Semana, 2018) Esta noticia tuvo tal repercusión que al día siguiente una
caravana de personas en motos, armadas con palos y machetes, recorrieron los parques en
busca de venezolanos, a quienes intimidaron y les quemaron sus pertenencias, todo esto con
el objetivo de exigirles que se devolvieran a su país e incluso se realizó una marcha
“pacifica” entre los habitantes de Arauca para exigirle al gobierno local tomar medidas para
combatir la “inseguridad”. Por lo que, el asesinato de Henry se ha tomado como ejemplo
del impacto negativo de la llegada de los migrantes.
Por otra parte, desde finales de 2017 y comienzos del 2018 en ciudades fronterizas como
Cúcuta y Arauca “han circulado panfletos que amenazan con quitarle la vida a los
venezolanos que estén delinquiendo. Los grupos que estarían detrás de este plan serían el
ELN, el Grupo de Limpieza Social Araucano y la banda criminal los Urabeños. Si bien no
se ha podido verificar la veracidad de los hechos, ya es bastante grave que alguien se tome
el trabajo de hacer un cartel para promover el miedo” (Semana, 2018)

Los actos violentos anteriormente escritos se catalogan como xenófobos, pues la reacción
de los araucanos ante el asesinato hizo que se arremetiera discriminatoriamente contra el
resto de población venezolana, es decir, por uno pagaron todos. La xenofobia es “el
comportamiento o actitud que desarrolla un grupo social o étnico (en este caso, etnofobia)
frente al temor o prevención respecto de otros grupos (étnicos, sociales o nacionales) a los
que se les considera extranjeros.” (Herranz, 2008, Pág. 112) “es toda distinción, exclusión,
restricción o preferencia basado en motivos de raza o color, linaje u origen nacional que
tenga por objeto o resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en
condiciones de igualdad de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas
políticas, económica, social o cultura en cualquier otra esfera de la vida pública” (Ulloa,
2000, Pág. 175) a estas diferencias habría que añadirle algo más: la intolerancia.

Judith Salgado (2003), plantea que, ya sea que se trate de refugiados o inmigrantes sobre
todo irregulares en los países de recepción se mantiene la visión de los "extraños", los
intrusos que invaden el espacio de los nacionales "los propios". Estos "extraños" se
convierten en el perfecto chivo expiatorio de muchas problemáticas que vive el país o
ciudad de destino. Por lo que, estos "son relacionados a determinadas problemáticas como
la delincuencia, la inseguridad, la falta de integración a la cultura "nacional", a la reducción
de fuentes de trabajo para la ciudadanía local, etc. Todas estas estigmatizaciones hacía los
extranjeros constituye una manifestación de xenofobia entendida como el rechazo, la
hostilidad y el odio al extranjero.

A partir de los hechos ocurridos con el asesinato de este comerciante las redes sociales
tuvieron un gran protagonismo para dilatar las diferentes opiniones, por una parte estaban
los mismos venezolanos implorando que se les respete y que no los juzgaran a todos por
igual e incluso se disculpaban por los hechos ocurridos; los Araucanos que sentían empatía
y defendían a los venezolanos, “señores eso no está bien, piensen en esa gente de bien que
dejaron sin las pocas cositas que tenían para protegerse del frio” (usuario de Facebook,
2018) y aquellos que seguían difundiendo el odio a través de las redes “no queremos su
contrabando, sus homicidios, sus hurtos, su prostitución, su mendicidad, sus alimentos
descompuestos, sus miserias. No pretendan convertir nuestro país en el basurero que
convirtieron el suyo, no mas venezolanos en Colombia.” (usuario de Facebook, 2018)

Por otra parte, hay quienes se quejan y dicen que los venezolanos solo llegaron a quitar el
empleo en el departamento “no hay trabajo porque los venezolanos vienen a regalarse
aquí y los colombianos están jodidos” (usuario de Facebook, 2018) y también que las EPS
prefieren atenderlos primero a ellos, además que están colapsando la economía de las
tiendas y supermercados porque los productos que ellos traen son mucho más baratos, así
que la gente prefiere comprarle a ellos mientras los demás comerciantes caen en crisis.

En 2018, el proyecto del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU comenzó y


“es la primera gran respuesta de la comunidad internacional al delicado estado alimentario
del 90% de los cerca de 35 mil venezolanos que cruzan a diario las fronteras con Colombia
en busca de oportunidades” (la vanguardia, 2018) se trata de unos bonos de alrededor de
100.000 mil pesos que duran aproximadamente un mes y es entregado a cada integrante del
grupo familiar, los bonos podrán ser canjeados en supermercados autorizados de Arauca
por diferentes productos de una canasta predeterminada. Estos bonos también han dado de
que hablar en la ciudadanía, ya que muchos no están de acuerdo y sienten que los migrantes
están siendo muy beneficiados por parte del gobierno.

Kraser (2016) plantea que, la comunidad receptora de los migrantes suele manifestar
expresiones que señalan que los recién arribados ocupan beneficios sociales y económicos,
en salud y educación, que hacen que los habitantes del lugar se vean en competencia para
obtenerlos, por lo que es en esa secuencia, cuando la xenofobia es expresada mediante
distintos mecanismos, como las conversaciones habituales, las acciones cotidianas, el
discurso y las imágenes.
Ante estos sucesos, la universidad Cooperativa de Colombia que está ubicada en Arauca ha
decidido actuar haciendo campañas que fomenten la no xenofobia en la población, la
campaña fue desempeñada en diferentes puntos estratégicos del municipio capital, como
por ejemplo los semáforos más transitados, en esquinas del parque central y en sectores
donde se sitúan connacionales venezolanos a vender sus productos y realizar alguna
práctica gimnastica o aeróbica, “Los estudiantes llevan en sus rostros unas máscaras que
tienen dibujado la bandera de Arauca, dicen xenófobos, entonces, lo que queremos mostrar
es que tenemos que quitarnos esas máscaras de xenófobos y tratemos a las personas de
Venezuela como hermanos, no generalicemos el tema de delincuencia” (Universidad
Cooperativa de Colombia, 2018)

Conclusiones
Las relaciones fronterizas entre Arauca y el Amparo hasta hace unos años eran
esencialmente buenas y solidarias, se observó a través de este escrito un breve contexto de
lo que significa vivir en frontera y los tejidos sociales que se construyen a través de ella. Es
cierto que, la migración venezolana ha venido aumentando durante los últimos años debido
a la crisis económica, social y política que se viene presentando en el país. La sistemática
violación de los derechos humanos, la inflación, la caída del valor del precio del bolívar
frente al peso colombiano, pérdida del poder adquisitivo de los venezolanos en su país y el
desabastecimiento de comida y medicamentos ha hecho que cientos de familias decidan irse
de allí con la esperanza de mejorar sus vidas. Por lo que esta situación, ha alterado a cientos
de colombianos.
Partiendo de mi análisis investigativo, llegué a la conclusión de que la reacción de los
habitantes araucanos se encuentra polarizada, ya que como observamos, hay quienes
defienden los derechos y se sienten empáticos y bondadosos hacía la comunidad migrante,
pero también se encuentran aquellos rasgos xenófobos que tienen algunas personas y que
en definitiva sólo quieren que se vayan y no regresen más los venezolanos. Resulta extraño
que, a pesar de la cercanía, los lazos fronterizos y la historia que los unen se vean este tipo
de actos violentos y discriminatorios hacía quienes se podría decir son nuestros hermanos.
Por lo que resulta deprimente para los migrantes, quienes huyen de situaciones de
violencia, discriminación y exclusión, encontrarse al otro lado con más discriminación,
xenofobia, racismo y exclusión en el ejercicio de sus derechos en el país que buscaban
cambiar sus historias.

Las cosas comenzaron a sentirse tensas en el municipio cuando se comenzó a ver más
venezolanos en las calles, trabajando de forma informal, cuando el rio, el terminal, los
supermercados, el hospital se llenaron de ellos, pero la verdadera ruptura entre la
comunidad araucana y los migrantes se dio con el asesinato del comerciante, este caso hizo
que la ciudadanía estallara y a partir de ese momento son señalados con mayor desprecio
aquellos crímenes cometidos por personas con nacionalidad venezolana que con
nacionalidad colombiana, por lo que, esto ha hecho que se estigmatice de una manera
generalizada a los venezolanos y que, se le nieguen ciertas cosas, como por ejemplo, un
arriendo, la compra de sus productos, la ayuda etc.

Específicamente no creo que las buenas relaciones entre estos dos territorios hayan
terminado, recuerdo que en septiembre del año pasado hubo un partido de futbol entre
Colombia y Venezuela y en algunos sectores de Arauca se podía observar como apureños
y araucanos se reunían para ver el mismo partido, todos en un mismo lugar pero unos con la
camiseta del equipo venezolano y otros con la del equipo colombiano, pero entre todos se
celebraban los goles que cada equipo hacía, por lo que en estas pequeñas cosas se puede ver
reflejado aún aquella amnistía que se crea entre poblados de frontera.
Por último, es necesario que el gobierno nacional haga presencia en el territorio e instaure
algún refugio institucional para aquellos migrantes que llegan al departamento, ya que,
aunque algunos araucanos les han dado la mano a los venezolanos no es suficiente, no se
puede vivir de las buenas intenciones de los ciudadanos.
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