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“SIMÓN Y SIMÓN”
1º ACTO. (La negra Hipólita con el bebe Simón en sus brazos, le canta, lo arrulla…)
NARRADORA:
En la Caracas colonial cuya población no sobrepasa unos 30.000 habitantes, Simoncito
creció como todos los niños de su rango social; mecido en los brazos de una esclava
negra llamada Hipólita.
HIPÓLITA:
Come mi niño, aliméntate de la leche que esta negra te ofrece… Mi Simón, mi
Simoncito.
NARRADORA:
Todo el hacer intelectual de Simón Rodríguez confluye al único propósito de enseñar,
¡perpetuamente enseñar!, guiar, nutrir de conocimiento, iluminar, enseñar a destruir
lo viejo, para crear e innovar.
SIMÓN RODRIGUEZ:
¡Sabes Simón! Sueño con que ellos también aprendan las letras, para que no sigan
siendo explotados.
Niño-a: ¿Maestro y como hacemos para que los pobres no seamos explotados?
SIMÓN BOLÍVAR:
Maestro ¿cree usted que ellos algún día puedan ir a la escuela?
ESCENA 3. (El maestro continuo dando sus clases, poco a poco los niños se va
alejando de la escena… El niño Simón se dirige a su casa)
NARRADORA:
Simoncito emprende camino a casa, junto a sus compañeros, observa con
detenimiento a los esclavos y mestizos que trabajan en la plantación. Recuerda que
con ellos se subía a los árboles… Llega a su casa, está en la cocina muy callado; la negra
Hipólita se acerca, le toca la cabeza y con tono de voz bajo le dice:
NEGRA HIPÓLITA:
¡Hay mi niño! Aquí está tu chocolatito, bien calientito… como a ti te gusta… ¿y qué te pasa mi niño
porque estas tan callado?
ESCENA 4. (El niño no responde; pensativo observa una jaula con 5 pajaritos. Se levanta de la silla
lentamente y la abre para liberarlos).
SIMÓN BOLÍVAR:
Pensaba en la libertad… “La libertad de los pueblos… de los pobres.
(La negra Hipólita, consternada, con lagrimas correr por su rostro; toma de la mano a su niño y se
retiran del escenario).
NARRADORA: Con este acontecimiento se deja entrever el ideario ya formado en el niño Simón
Bolívar, quien tuvo otros maestros en su niñez y adolescencia… pero ninguno grabo en profundo un
pensamiento como el que Rodríguez tatuó en su discípulo… sus saberes, sus normas, su yo, en el
espíritu del niño con intensidad creadora y profunda…
Todos los actores salen al escenario, nombrando en voces altas y apoyadas con una pancarta, los
valores que se encuentran enmarcados en el preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela.