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Cuerpo y Salud en La Modernidad
Cuerpo y Salud en La Modernidad
Introducción
Sin embargo, en los últimos años muchos estudiosos han venido demostrando lo
difícil que es explicar la educación física por medio de las funciones que se han
acumulado en torno a ella. Una de las categorías que empieza a ofrecer un fuerte
desarrollo, y con derivaciones muy significativas para el campo de la educación física,
es la noción de Corporeidad. En este sentido es importante recordar cómo durante el
Medioevo las vehiculizaciones del ejercicio del poder feudal y clerical tenían una
inscripción material y geográfica, que no era sino el cuerpo de los individuos. Sobre
él, nos recuerda Foucault,2 "... se producían los suplicios, los descuartizamientos, las
2
amputaciones, las simbologías de las marcas en el rostro o los hombros, la
exposición vivo o muerto." Todo conformaba un mecanismo donde el cuerpo era el
blanco mayor de la represión. Lo que vamos a ir viendo en los albores del Siglo XVII,
es el nacimiento de la recta disciplina, que Foucault, M. 3 diera en llamar "el arte del
buen encauzamiento de la conducta" . Es un poder disciplinario que "encauza las
multitudes móviles y confusas". En el desarrollo de esta arquitectura de poder, el
encauzamiento será sinónimo de: "militares obedientes=imperativo político;
prevención de libertinaje y homosexualidad=imperativo moral y, educar cuerpos
vigorosos=imperativo de salud." 4
Sujeto a esa realidad; el cuerpo será campo de estudio de la biología, pero sin
lugar a dudas el cuerpo está también inmerso en un campo político. Foucault, M 5 en:
Vigilar y Castigar señala:
En este contexto del siglo XVIII, y de acuerdo con Martín Nicolás, 6 empieza a
formar parte del ambiente el concepto de:
Sin embargo no podemos desconocer que el imperativo educativo había sido una
fuerte apuesta del humanismo renacentista ya desde el siglo XV. 7 Esto está
claramente evidenciado en el estudio crítico que Eduardo Alvarez Palacios hace de
Cristóbal Méndez y su obra "Libro del ejercicio Corporal". Allí, Palacios afirma que,
Esto es principalmente importante, toda vez que también ésa es la época por
donde empieza a prefigurarse una cierta actitud frente al ejercicio corporal. Actitud
que, como muy bien resalta Alvarez Palacios comienza a perfilarse con un desarrollo
muy definido desde:
Ahora bien, quiero señalar que para Nicos Poulantzas 12, la "ideología dominante se
encarna en los aparatos del Estado que desempeñan el papel de elaborar, inculcar y
reproducir esa ideología." Esos aparatos pueden estar en la esfera del Estado o
simplemente pertenecer al carácter privado. Así, la Iglesia, el sistema escolar, los
medios de comunicación, el aparato cultural, constituyen, para este autor, los
aparatos ideológicos del Estado, a través del cual se instaura la ideología de las
clases dominantes.
Una vez aceptada estas relaciones inevitables que se producen en toda sociedad,
quiero, no obstante subrayar la fuerte dificultad en el sentido de relacionar esos
aspectos con la materia que nos ocupa para este seminario: De cierta manera somos
llevados a confundir las categorías de Hegemonía con Ideología, por este camino nos
abocamos al análisis de documentos, de discursos políticos, de leyes y desde ellos
podemos definir los lineamientos centrales de la Ideología de la clase dominante. No
obstante hay que señalar que no se puede estudiar la Hegemonía de lo pasado,
por cuanto ella tiene que ver con las experiencias de la gente, no se puede saber qué
estaba pasando por la cabeza de ellas en ese momento. No se puede reconstruir
porque es un proceso vivo. Sin embargo, eso no impide que intentemos estudiar la
conciencia a partir del concepto de Hegemonía. Lo histórico, en cuanto al
movimiento, no podría ser explicado sin esto. Acá la vital importancia de estos
conceptos para el tema que nos ocupa, ya que es precisamente el momento de
4
transición del Feudalismo al Capitalismo en el cual la Hegemonía se irá
constituyendo, reproduciendo y reconstruyendo y; buena parte de los intelectuales
como Voltaire, Rousseau, Locke comenzarán a desarrollar esa nueva visión del
mundo que estaba ya instalada a nivel del Estado. Para José Tamarit: 13
Como vemos, el mecanismo de coacción, que tan bien nos señalara Elías, N. en su
obra El proceso de la civilización, 22 encontrará en la educación y en el dominio de los
cuerpos infantiles una forma condicionante para determinar el comportamiento
humano. En este proceso, la inclusión de los ejercicios físicos bajo la forma de
educación física no ha contribuido sino a aquel proceso de acumulación que
señaláramos anteriormente y que de algún modo facilitó la construcción de dominio y
custodio de los cuerpos. A esto lo podemos entender bajo la forma de gimnasia,
deportes o, más recientemente, calidad de vida.
Sin duda que el mérito que podemos atribuirle a Locke es el de haber contribuido
a la desarticulación de un tipo de educación cortesano (producto de ello, sus
permanentes exilios). Sin embargo la matriz legitimante de la Educación Física, de
cierta manera, se apoyó en su perspectiva pedagógica de "preparar el éxito social y
profesional", es decir el tratamiento de los cuerpos en su dimensión física
disciplinaria. Martín Nicolás23 señala que una de las primeras preocupaciones por la
salud corporal del niño, -al menos en España- podemos ubicarla en Lorenzo Hervás y
Panduro (1735-1809), y agrega que:
Es probable entonces, que la concepción racionalista del pensador inglés haya sido
sumamente significativa a la hora de referir el desarrollo de la educación física y de
un cierto tipo de cuidado del cuerpo. Pero es más probable aún, que esos
condicionantes tenían que ver con el proceso de Hegemonía en gestación, tal como
lo explicara anteriormente y como lo trataré más adelante.
Es inevitable, a esta altura, pensar que cierta analogía con lo que aquí denomino
Hegemonía, ya tenía pensado Rousseau, J. ya que fuera un fuerte sospechoso de
cómo se va configurando la experiencia humana desde la propia niñez. En su obra
Emilio24, este autor da cuenta de sus diferencias con una aproximación al cuidado del
niño por la única vía de la razón, y nos dice:
"Razonar con los niños era la gran máxima de Locke; ésta es la que
está más en boga hoy; Sin embargo, su éxito no me parece muy propio
para concederle crédito... yo no considero nada más necio que esos
niños con quienes tanto se ha razonado... Esto es comenzar por el fin,
es querer hacer el instrumento de la obra. "
Sin lugar a dudas que empiezan a cobrar sentido todos los discursos de la época
que alrededor de la salud, el cuidado de los niños, los ejercicios y la crianza física no
significarán sino una representación social y como tal una necesaria inscripción
política. De esto no es ajeno el nacimiento de los Estados Capitalistas que, como
unidad política, tendrán un:
Y agrega que:
Con esto quiero significar en primer lugar una cierta complicidad de la historia
concebida en términos de acumulación y de linealidad, que aspiró a encuadrar el
cuerpo bajo la neutralidad política y la ignorancia del conflicto social; cuestiones
ambas de suma importancia a la hora de comprender la relación estrecha entre:
crianza, cuidado del cuerpo y educación física; hechos que en un tiempo fueron muy
bien distinguidos por Vicente Pedraz33 cuando asevera que:
De ahí que:
Resulta más esclarecedor aún la cita que Ray Williams hiciera en relación con la
Hegemonía y que fuera citada en la página tres de este trabajo. Esas afirmaciones
son interpretadas por José Tamarit35 como:
"Un proceso que recorre toda la vida; un proceso que se inicia con
nuestro advenimiento al mundo; un mundo que se nos presenta como
el único posible, tanto en el plano de lo material (el mundo de las
"cosas" y de las personas) como el de las representaciones (que lo
explican y lo legitiman)".
Sin dudas que la "titularidad de esa clase" aseguró su continuidad ligada al mismo
aparato del Estado aunque su capacidad para sufrir desplazamientos puede ser
observada más cuando específicamente vinculado al campo educativo del que al de
la salud. En éste parecen observarse un conjunto de pautas y condiciones que
aseguran una mayor continuidad que impiden los desplazamientos de titularidad. En
tal caso, lo que pretendo ahora analizar son las condiciones de construcción 38 social
de la salud en el traspaso del medioevo a la modernidad y con especial referencia al
cuerpo y cuidado de los niños. La obra de Josefa Amar y Borbón, escrita alrededor de
1790, donde educación y política parecen encontrarse en un discurso dirigido a un
público amplio y cerrado39 contribuirá al estudio de las posiciones hegemónicas que
relacionen y definan las categorías ante dichas y con especial énfasis en el género
femenino.
Un modo para iniciar aquel camino de re-fundación que indicara inicialmente, es
admitiendo un modo de lenguaje que dé cuenta e interrogue al mundo construido.
Señala Mc Laren, P40 que:
De acuerdo con un estudio reciente de Andrea Bau 42, por vueltas del año 1500
recién aparece un texto vinculado a la Pediatría que es el de Damián Carbón (libro
del arte de las comadres o madrinas y del regimiento de la preñadas y paridas y de
los niños). Según esta autora, las otras obras de la época -y por ella investigadas-
dan cuenta del carácter general de los problemas infantiles, su lactancia y salud. No
obstante, y por esa misma época, Eduardo Álvarez Palacio 43 en su estudio sobre
Cristóbal Méndez, resalta que es un período donde aparecen obras como: El vergel
de sanidad, de Luis Lobera de Ávila (1542); El aviso de Sanidad, de Francisco Nuñez
de Coria (1569); La conservación de la salud del cuerpo y del alma, de Blas Alvarez
de Miraval (1597); y por supuesto el de Cristóbal Méndez donde se ofrecen
recomendaciones de cómo realizar los ejercicios corporales.
Es importante señalar que buena parte de los esfuerzos médicos del
Renacimiento, y como consecuencia de ello su impacto social en torno al
asentamiento de las bases para la salud poblacional, fue inspirada:
Conviene recordar que para el pensamiento Hipocrático, y que según los autores
señalados tuviera tanta influencia en la España Medieval, no surge sino como
respuesta opuesta a las concepciones que ya, un siglo antes de Socrates, planteara
en Grecia, Alcmeón de Crotona45. Este indicó cuatro elementos capaces de producir
reacciones químicas en el organismo humano, y que estaban relacionados a la
naturaleza universal. Esos cuatro elementos humanos eran: lo frío, lo caliente, lo
seco y lo húmedo, que se asociaban a la tierra, al agua, al aire y al fuego
conformando así una visión de unidad entre hombre y naturaleza. Estos elementos se
conjugan en lo que los griegos llamaron dynámeis. Que no eran más que los
posicionamiento de la Escuela Jonia - con sus elementos de la Naturaleza- y los de
Alcmeón de Crotona - con sus elementos humanos -. Un siglo después, los médicos
de la Escuela de Cos, de la cual Hipocrates era su máximo exponente, lo que hacen
son proponer la sustitución de la teoría de los elementos por la de humores. Ahí
comienza un proceso de diferenciación y distanciamiento del hombre con su
naturaleza. Los fenómenos comenzarán a ser explicados -y desde luego durante el
periodo medieval en que son recuperadas estas ideas- por argumentos que le darán
prioridad a la instrumentación técnica y utilitaria de lo corporal. Sin dudas que el
proceso de creación de los Estados como forma de administración social irá en
sintonía a las relaciones de verdad que se vayan constituyendo. Me parece
sumamente esclarecedor la cita que hace José Tamarit 46 sobre Michelle Foucault en
el sentido que este afirma:
12
"La existencia, a lo largo de la historia y en todas las sociedades, de lo
que denomina regímenes de verdad, es decir, reglas de juego
impuestas mediante variados mecanismos que permiten otorgar a
determinados discursos el indiscutido carácter de científicos, así como
negarles a otros dicha condición (...) para comprender el problema del
conocimiento no debemos situarnos frente a él como filósofos, sino
como políticos"
Una de las contribuciones que se pretende con este trabajo es resaltar cómo esos
"regímenes de verdad" alcanzan una "titularidad de clase" específica y
definida.
Para continuar no podemos dejar de mencionar que aun persisten ciertas virtudes
nobiliarias, donde los rasgos corporales materializan las virtudes del alma
rescatándose en el cuerpo la fuerza y la destreza.
Estas habilidades, sin duda no se expresan en los cuerpos de las mujeres y de los
niños, de ahí que los preceptos de "regímenes de verdad" impartidos desde los
intereses hegemónicos del Estado naciente en los siglos XVII y XVIII buscaren anclar
-de diferentes maneras- sobre los cuerpos de ambos.
Los fenómenos que van a interesar en esta época se relacionan
fundamentalmente a los problemas de la crianza familiar y, como señala Martín
Nicolás 47, estas se ubican en el plano de la alimentación, el vestido, el calzado, el
descanso, el baño y las actividades al aire libre en cuanto a preocupaciones de la
educación física. Las tareas iniciales de la disciplina están orientadas a condensar
mucho de los hábitos virtuosos y del orden a través de una permanente
racionalización y ajuste sobre los aspectos somáticos.
Pero sin dudas que el cuidado del cuerpo infantil también tendrá un
direccionamiento disciplinar. Así lo resalta John Locke 48, para quien, como sabemos
La importancia del ejercicio físico está en directa relación con la salud, y son los
preceptos higiénicos los que van a introducirse en favor de aquellos ideales que, en
modo alguno gozan de neutralidad, sino que como muy bien resalta Alvarez Palacios
49
"En esas obras (del siglo XVI) se ofrecen preceptos de higiene ligados,
casi siempre, a normas dietéticas y formas de ejercitación corporal para
un mejor mantenimiento físico".
Lo que resulta atractivo para la línea que pretendo resaltar en este trabajo es que:
Otro cuidado que se observa en el cuerpo del recién nacido es la "salazón del
mismo", que consiste en aplicarle sal sobre todo el cuerpo, con excepción de boca y
nariz, y a modo de prevenirlo contra el frío, el calor y las infecciones de la piel 53. Otra
actividad que aparece vivamente representada y que es practicada al recién nacido
por la partera, son los "enderezamientos de los miembros torcidos de la criatura" 54.
En estas prácticas se diagrama claramente el sentido ideológico que va asumiendo el
concepto de salud, ya que "el neonato es considerado como algo fluido y blando
cuyas distorsiones corporales deben ser corregidas" 55. Bartolomé el Inglés compara
el cuerpo del bebe con la cera y, Damián Carbón con una pasta 56. Queda
evidenciado que este cuerpo recién nacido no alcanza a inscribirse -en el imaginario
de la época- como un cuerpo verdaderamente humano. Al simbolizarlo desde esa
perspectiva, es lógico que el dispositivo para su tratamiento estará más encaminado
para producir sobre él los aspectos esperados para un adulto. Además de la cuestión
higiénica ya resaltada, aquí se plantea una clara alusión estética, que atañe más a
una perspectiva de diferenciación y distanciamiento "con lo otros" (los estamentos
mas bajo de la sociedad) que a una implicancia de salud real. Damián Carbón 57 dice:
"Pues es menester que mire los brazos (la partera) piernas y pies
porque no estén disformes como vemos: los pies tuertos: y otras cosas
feas".
Pero los autores, y ante tan extraña clasificación no se quedan ahí, también
ofrecen sus explicaciones:
Para los Subnormales el argumento que justifica tal clasificación está en indicar
que son aquellos
Y agrega:
Ahora bien, si la nodriza debía reunir esas condiciones, es de suponer que también
la madre lo podía tener, entonces ¿porqué hacer con que amamante otra mujer?
¿Estaría presente en estos aspectos lo que Elías, N.64 señala como génesis de la
transformación de los comportamientos? Y que consiste, entre otras cosas, en la
paulatina extensión de los sentimientos de pudor y vergüenza y entonces "aumenta
considerablemente la distancia entre adultos y niños".
En este punto es bueno recordar, como lo señala Bau, A.M 65y es que:
Por eso creo que el rasgo de negación al amamantamiento por parte de las clases
más altas, se dirige más por un proceso de constricción de los comportamientos, que
por una actitud que dé vueltas en torno a la salud. Lo que sin duda había era una
fuerte necesidad de diferenciarse de las relaciones sociales que tenían las personas
que no eran de la Corte precisamente porque aquellas tenían una estructura y
carácter que éstas debían soslayar.
Lo que puede evidenciarse con claridad en relación con estos primeros cuidados
del niño es la participación directa de la mujer. La Comadre será quien asistirá a la
madre y prodigará los primeros cuidados al bebe, y por otra parte el Ama es quien se
encarga de su alimentación y crianza durante la niñez. Estos hechos muestran cómo
la categoría mujer - siguiendo a Le Goff -66 no está caracterizada por distinciones
profesionales sino por su cuerpo, por su sexo, por sus relaciones con determinados
grupos. Y marca en cierta forma, el tratamiento marginal que la categoría corporal
adquiere en la época, adscribiéndola de su condición de primer orden como medida y
razón de ser no tan solo de la historia sino de las relaciones sociales. Pero lo que
llama la atención es que las prescripciones iniciales de salud están dirigidas a
manifestaciones de primer orden que, como vimos acerca del cuidado de los niños,
indicarían una forma de tratamiento material y concreto de las situaciones. Esta
lógica interna de las características del término salud se manifiestan de manera
ambigua y contradictoria, ya que por un lado reconoce el aislamiento y la reducción
haciendo hincapié en la materialización concreta, pero por el otro significa el refuerzo
de la constitución de una lógica social externa que en sus términos relacionales no
incluye a la categoría corporal como significante primario.
Estas afectaciones acerca del cuerpo y cuidado de los niños, y que aquí fueron
destacadas como un breve nudo en la telaraña del DEBER; muestran similares
condiciones germinales al tratarse del cuerpo de la mujer. Estas condiciones se
presentan marcadamente presente, por ejemplo en una obra singular de Josefa Amar
y Borbón como es el Discurso sobre la educación física y moral de las mujeres.
Ya en el mismo Exordio de la editora, la obra manifiesta códigos valorativos de
una ciencia positivista con lo cual se introduce un discurso que acentúa más las
acciones del DEBER que las del DERECHO. Donde las recomendaciones tendrán un
lugar de difusión claramente establecido desde las relaciones de poder hegemónicas
de las clases dominantes de la época. En ese lugar se señala que: "La regla de oro
17
de cualquier investigación es la asepsia científica" . Sin embargo la historia nos
67
enseña que bajo una aparente esterilización de las acciones, se esconde la presencia
de intereses particulares. A partir de ello, resulta sumamente esclarecedor el pasaje
de la editora al anunciar que, Josefa Amar era representante de una:
Sin dudas que esto marca el perfil liberal burgués de Doña Josefa Amar quien, al
interesarse por los problemas de la salud, no estaba sino abriendo una huella de
asociación con aquel sector de clase que fundara las relaciones clasificatorias para
constituir el marco conceptual y explicativo, de lo que se pudiera entender como
salud y enfermedad.
La singularidad de su pensamiento empieza por notarse en la consideración de
que:
"Lo más necesario es que las amas sean limpias y cuidadosas de los
niños, para lo cual sería muy del caso que se practicase lo que aconseja
Mr. Le Roy, y es que, ya que no sea posible obligar a todas las madres
a que críen sus propios hijos, se debía vigilar con gran cuidado la
conducta de las amas, en particular de las que se llevan los niños a sus
casas, sin permitirles dejarlos solos en ellas (...) ¿Qué será si la ama se
mantiene de ir desde un lugar a otro a vender ciertos géneros, y se
deja entre tanto abandonada la criatura? Así los médicos como los
curas de las aldeas debían estar encargados de velar sobre esta
materia con autoridad suficiente para premiar y dar certificados a las
19
que desempeñasen bien su oficio y, por el contrario para privar a las
que fuesen negligentes."
Sin embargo, aprovecha la ocasión para dejar marcada las diferencias sociales en
el vestir de las niñas, sosteniendo que deberán llevar:
En este pasaje es útil recordar a Norbert Elías,82 en cuanto él procura demostrar que
ciertas costumbres, gestos y funciones que muchas veces se presentan como
naturales, "son enteramente modeladas por el contexto histórico y social" . En ese
sentido Elías hace referencia, por ejemplo al uso de los cubiertos y donde el "tenedor
en el siglo XVI aún era un objeto de lujo" y la incorporación de éstos en el mundo
cortés es vista con la necesidad de franquear un muro entre las relaciones afectivas
21
de los comensales, levantar una persiana de diferenciación y distanciamiento; toda
vez que las costumbres de los hombres medievales son las de comer del mismo plato
y tomar con las manos los alimentos. Este distanciamiento se inscribe en la necesidad
de una "economía afectiva" que se orienta en función de relaciones y actitudes de las
clases altas; y que no es otro el lugar que por el cual describe Elías, se han
incorporado los hábitos civilizadores en occidente. Este proceso de configuración de
la sensibilidad corporal, encuentra en Josefa Amar y Borbón un fuerte exponente y
representante de la época. Sus esfuerzos en marcar las "pautas sociales" permitidas
que, sobre presión externa, se irán inscribiendo en el cuerpo de los individuos la
ubican como responsable de aquel proceso de auto-coacción - en el sentido que Elías
lo define -, por el cual los individuos van reproduciendo modos, hábitos y costumbres
sin que por ello lo perciban. Tal como define Vicente Pedraz 83 - aunque para las
determinaciones que se dieran en la Edad Media- La honra era posible de ser
inscripta a través del cuerpo y se constituía en un valor de la moralidad medieval; tan
es así que se la considera como:
"Un lugar común que servía para calificar y clasificar y por lo tanto,
para pensar la jerarquía:"
"...cuanto más vieja fueres, tanto más honrada serás; porque a decir
verdad, las cosas excelentes y buenas, no tanto se deben preciar y
estimar por la hermosura y parecer, como por la virtud" 91
23
Las advertencias que irían suponiendo una auténtica legitimación del amor nuclear
en el seno de la familia, van condicionando un tipo de relaciones social donde la
privatización y los modos de comportamientos instintivos se van configurando, desde
el lado de las mujeres en expresiones tales como:
En cuanto a la educación:
Implicando todo esto, una relación de diferencia con los hombres, quienes por su
propia constitución física deben representar un papel distinto en el mundo.
Conclusiones
Indudablemente que el entorno ideológico y cultural de los siglos XVII y XVIII han
sido determinantes en la configuración del imaginario mental de lo infantil y de lo
femenino. Es también inevitable reconocer que dichos procesos de configuración han
sido posibles de ser inscriptos por medio de la representación corporal y de salud que
han derivado en un tipo de tratamiento en la crianza de los niños y de la educación
física de las mujeres. Con relación a ello, ciertos aspectos merecen ser destacados a
modo de conclusión sin que por ello pensemos en un debate consumado:
El conocimiento alrededor del Cuerpo tanto de los niños como de las mujeres
es utilizado por las clases más altas como dominio para inscribir su "régimen
de verdad" tal como lo definiera Foucault, M. y que fuera resaltado en este
trabajo.
24
Estas reflexiones finales podrán contribuir no tanto a explicar las crisis disciplinaria
sino más bien a incentivar repensar nuestra práctica desde la perspectiva crítica con
un claro interés emancipador. Algunos podrán adquirir una mirada más
institucionalizada y dirigida al poder y otros a la preparación de un movimiento social
no para gerenciar la sociedad sino para pensarla desde otro lugar, desde el contra-
poder.
Una responsabilidad enorme le cabe a la escuela y en ésta a la educación física.
Notas
3. Ibídem
4. Ibídem
8. Ibídem p:37
9. Ibídem, p: 69
10. Nicos Poulantzas: Estado, Poder y socialismo. Editorial siglo XXI. España 1980
11. Ray Williams: Marxismo y Literatura. Ed. Península, España, 1980. P:131
14. Martín Nicolás, J.C. (Dos antecedentes de la cultura física: Locke y Rousseau y
el origen del concepto educación física) op. cit p:4
15. Ibídem p: 7
18. Ibídem
19. Ibídem
21. Ibídem
22. Elías, N. El proceso de la civilización. Ed. Fondo de cultura económica. Bs. As.
1993
24. Rousseau, Jean Jacques Emilio. Ed. EDAF, Madrid 1985 p:96
27. Torres Carlos Alberto: Las secretas aventuras del orden. Estado y Educación.
Ed. Miño y Dávila Buenos Aires, 1996
31. En MC Laren, Peter Pedagogía identidad y poder. Ed. Homo Sapiens. Santa Fe,
Arg. 1999 p:125.
33. Pedraz, Miguel Vicente: EL imaginario Corporal del libro de los Estados.
Seminario del Cuerpo en el Medioevo, Univ. Salamanca Máster en Educación
Física. 1999-2001,
39. Josefa Amar y Borbón: Discurso sobre la educación física y moral de las
mujeres. Ediciones Cátedra.
40. Mc. Laren, P. Pedagogía, identidad y poder. Ed. Homo Sapiens, 1998.
42. Ibídem
43. Méndez Cristóbal. Libro del ejercicio corporal. Ed. Lancia, 1996
44. Ibídem, p: 70
50. Ibídem
51. Ibídem
53. Ibídem
54. Ibídem
55. Ibídem
56. Ibídem
27
57. Ibídem
62. ibídem
73. Piñeyrua A. En: Medicina y sociedad: curar y sanar en la España de los siglos
XIII al XVI. 2º ed. Bs. As.
82. Heinich, N. Norbert Elías. Historia y cultura en occidente. Ed. Nueva visión,
1999 Bs. As. p:13
89. José Lasso de la Vega Ideales de vida humana en la antigua Grecia. Revista
Hellmantica enero-abril 1979, p:45