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EL ARTE DE LA ILUSTRACION

Ilustración designa el movimiento que afirma la supremacía de la razón y la independencia del


conocimiento respecto de los prejuicios, la autonomía de la ética y del comportamiento
humano. Autonomía también de lo estético y del arte que cobra entidad propia y es motivo de
placer. El arte de la Ilustración no es el arte que gustó a los ilustrados, sino aquél aue cumple la
autonomía, procura agrado y es promesa de felicidad.

Cabe hablar de la Ilustración en dos sentidos: el primero más restringido para referirnos a la
segunda mitad del siglo de la Luces y, de forma amplia como el comienzo de una época duradera.
Es época de luz, pero también de sombras: junto a las pinturas sublimes y heroicas de David,
encontramos las imágenes patéticas con las que Goya decora su Quinta del Sordo.

Junto al rechazo del Rococó por su inmoralidad no se puede olvidar las imágenes lierarias y
plásticas irracionales. Otras sombras sobre los acontecimientos de la Revolución Francesa que
sellan el fracaso político del despotismo ilustrado, en las contradicciones delas guerras y el auge
del nacionalismo que acompaña las campañas napoleónicas.

En el arte también se producen sombras: en las estampas de Piranesi, en las pinturas de Goya,
sombras bajo el optimismo de David. La noche se representa no sólo como un acontecimiento
diario sino que posee un componente alegórico imposible de olvidar. El nacimiento de un mundo
sombrío y la reflexión plástica sobre el mismo constituyen una de las características
fundamentales del arte de la Ilustración.

LA AUTONOMÍA DEL ARTE

El nacimiento de la disciplina “Historia del Arte” está ligado a la Ilustración. El museo, espacio
en el que se exhibe lo seleccionado es otro ejemplo de esa autonomía. Otro fenómeno que
caracteriza la Ilustración es el salón, que en su origen era la exposición de obras de miembros
de la Academie Royale. Se convierte en una institución oficial y contribuye a debilitar la vida de
las asociaciones gremiales. Su carácter de institución monárquica serán motivos de crítica
durante la Revolución. En 1791 la Academia pierde el control del salón.

La pintura más famosa de David el juramento de los Horacios, tiene su origen en el encargo que
le hicieron dentro de la nueva política monárquica de representar héroes clásicos que pudieran
permitir una imagen ejemplar del rey. Es de 1784 pero volvió a exponerse en el slón de 1791
como expresión de los valores revolucionarios, llegando a convertirse en una imagen simbólica
de la Revolución.
Representa una escena que tiene su origen en la guerra entre Roma y Alba. Plasma el momento
en que el padre Horacio toma juramento a sus hijos. David dispone los dos grupo sobre un fondo
de arcos que remite nuestra mirada hacia el primer plano, en el que concentra la luz. A la
izquierda Horadio recibe el juramento de sus hijos levantando la espada y, a la derecha, las
mujeres que lloran y se lamentan presagiando lo que va a suceder.

Salones y críticas son necesarios para que el arte alcance su autonomía. Con ellos, una disciplina
que sólo ahora empieza a alcanzar una figura precisa: la historia del Arte.

La exaltación sublime de las pinturas de David no es abstracta: posee un contenido polírico bien
preciso y es una afirmación de los valores revolucionarios, de la virtud civil en el mundo
configurado por la Revolución. La autonomía de lo artístico y de lo estético supone una nueva
manera de ver el arte del pasado.

NEOCLASICISMO E ILUSTRACION

La identificación del Neoclasicismo como estilo de la Ilustración se apoya en lo que afirmaron


muchos ilustrados, en su gusto personal, pero también como una reacción frente al arte Rococó,
frente la frivolidad, a la que se opone la seriedad y la moderación y la recuperación de un mundo
antiguo como modelo estético y ético. El gusto por el mundo antiguo no es nuevo, pero adquiere
características nuevas.

La noble sencillez y la serena grandeza del arte griego constituyen el eje de la poética neoclásica
y se convierten en el espejo en el que los ilustrados quieren mirarse. El Neoclasicismo además
del academicismo y la Revolución, se sirve de rasgos que pertenecen al estilo contra el que dice
reaccionar, el Rococó.

Aunque su composición ordenada puede calificarse de Neocláisca, los efectos cromáticos


remiten al Rococó.
EL ARTE DE LAS LUCES: D’APRÈS NATURE

La Ilustración no fue un movimiento homogéneo; se manifestó de maneras diferentes por las


diversas tradiciones culturales, situaciones políticas y sociales, económicas de los países en los
que arraigó: España, Francia, Inglaterra, Italia..

El arte tiene rasgos comunes que permiten hablar de “arte de las luces. Luz es el placer que
produce la diversidad de lo pintoresco: paisaje, costumbres, indumentarias… Se habla de APRÈS
NATURE que indica la relación que el arte del XVIII mantiene don la pintura holandesa del siglo
anterior.

En FRANCIA, François Boucher, Fragonard, Vernet suponen la línea más directa entre el Rococó
y el paisajismo.

En INGLATERRA, Wilson, Scott y Gansbotough. Constable, para quien pintar es otra manera de
decir sentir. Sus cuadros parecen estampas muy realistas que es una manera de sentimiento.
También imágenes dotadas de un sutil simbolismo prerromántico como las iglesias con sus altas
agujas (La catedral de Salisbury)

El primer Turner destacó en la pintura de costumbres aunque hoy se le recuerde por sus paisajes
sublimes (El templo de Poseidón)

El Goya de los tapices para tapices es también un pintor de costumbres. La pintura de cartones
le abrió las puertas a un momento hasta el que por el momento estaba alejado. Exigieron
composición animada y vivaz, cromatismo amable y una lumnosidad poco común: La casas de
la codorniz , El quitasol, son ejemplos de ello.

EL CLASICISMO SEVERO

Fue un fenómeno francés y su mejor representante fue JACQUE LOUIS DAVID. Sirvió a la
monarquía y a la Revolución en la que trabajó activamente, tanto en sus pinturas como en el
debate ideológico y en la organización de ceremonias. La suya es una pintura de las luces en el
límite mismo de las sombras. El juramento de los Horacios y El Juramento del Jeu de Pomme
son dos grandes proclamaciones de la virtud moral y política y la muerte es el horizonte en que
se enmarcan esos juramentos
Entre sus obras, destaca La muerte de Marat

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