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Sesión 11:

Violencia en el noviazgo

Tipificación y evolución de violencia en el noviazgo

La violencia en el noviazgo es un tema muy serio y está presente en diversos


estratos etarios, sociales y culturales. Esta violencia incluye la física, como golpes,
pellizcos, empujones y también la verbal, como insultos, amenazas, etc. Además
está presente la violencia psicológica, que incluye humillaciones, disminuyendo la
capacidad de tomar decisiones con respecto a su propia vida, por esta razón es
considerada la más grave.

En cierta ocasión, caminando en la calle, me llamó la atención un joven que


maltrataba con empujones y gritos a una señorita. Me acerqué indignado y traté de
calmar al muchacho, a lo que él respondió con amenazas. Entonces sucedió lo que
menos pensé, la mujer se dirigió a mí expresando: “Señor, váyase, sus razones
tiene”. Me sorprendí. La razón de que la violencia en el noviazgo sea tan peligrosa,
es que puede volverse “justa” en la cabeza de la agredida.

Cuando hay violencia en una relación de pareja, generalmente se presenta en los


primeros años, aun del noviazgo y no necesariamente es consecuencia de un
desgaste o deterioro de la relación, sino que se genera por otros factores o pautas
de conducta que se establecen al inicio o temprano en la relación.

Por tanto es vital ser prudentes al iniciar una relación de noviazgo, pues el proceso
de amistad es el punto clave para conocer a la persona que pretende ser la elegida
o el elegido. La amistad no debe ser fugaz, sino de una duración generosa a fin de
conocerse en diversas facetas. Por otro lado, es necesario saber cuáles son las
señales de violencia en las personas.

Cuando existe violencia verbal y física en el noviazgo, se está en la puerta de


entrada a la posterior, la violencia intrafamiliar. Por ello se plantean las siguientes
preguntas:

 ¿Cuál es el efecto de experimentar o presenciar violencia en la familia de


origen sobre el subsecuente abuso verbal o físico en la relación de noviazgo?
Y ¿qué efectos diferenciales hay entre hombres y mujeres?
 ¿Cuál es el efecto de presenciar violencia entre uno de los padres sobre las
actitudes hacia las mujeres? Éste es un efecto diferencial entre hombres y
mujeres.
 ¿Cuál es el efecto de las actitudes hacia las mujeres sobre el subsecuente
abuso verbal o físico en la relación de noviazgo?

Estas preguntas dieron como resultado, en un estudio con 450 individuos, que el
abuso físico por el padre era altamente predictivo en hombres con abuso físico en
relación con el noviazgo. Es más probable que un hombre sea influenciado por el
ejemplo de sus padres. Por otro lado, en relación de la segunda pregunta, la
violencia depende de algún modo de las interacciones de las actitudes de las
mujeres con su pareja, es decir, el abusador existe en la medida que exista el
abusado. En cuanto a la tercera pregunta, los hombres abusadores liberales,
consideraban que sus novias eran conservadoras. Además los sujetos con actitudes
conservadoras hacia las mujeres se describieron como violentos si sus parejas se
definían como liberales y no violentos, cuando las actitudes de su pareja eran
conservadoras.

Esto es importante saber para hacer una evaluación sensata de la persona durante
la amistad y esto sobre las conductas y antecedentes del futuro novio.

El novio violento se reconoce por ser un seductor, tanto en su postura como en el


hablar y mirar. Si es cristiano aparenta ser muy espiritual. Está tan carente de afecto
que busca la mirada de todas las mujeres que pueda, por su galantería o por su
imagen de santidad. Y cuando se vuelve violento, la comunidad que lo conoce
piensa: “él no puede ser, si es tan espiritual o bueno”.

Además un estudio indicó que los hombres y mujeres violentos suelen utilizar el
enfado para controlar a la pareja, porque se sienten impotentes de manejar sus
emociones; tienen la autoestima muy baja; se muestran inseguros con respecto al
lugar que ocupan en la relación, temerosos de que los deje su pareja, por lo que son
celosos; el consumo de alcohol está asociado a la gente violenta en el plano
secular; se sienten victimas de sus parejas o de la sociedad; sienten desesperanza
e incapacidad de tener éxito en sus vidas.1

Cuando este proceso aparece en todo su detestable esplendor, es necesario que el


novio violento busque ayuda profesional, aunque muchas veces no es consciente de
su crítica condición ya que toda su vida vivió así y no es capaz de reconocer lo malo
en su manera de vivir.

De no recibir ayuda, el novio violento comienza a deslizarse con la persona a quien


dice amar, por un tobogán de descalificación, al inicio sutil (con frases como “estás
un poco gordita”), hasta insistir en que debe hacer un régimen alimentario,
comparándola con otras chicas y llegando a insultarla (“eres una cerda, das asco”).
Además de ello, tiene sonrisas irónicas cuando ella lanza una opinión. Exagera sus
errores, se burla, la ridiculiza, siempre de forma astuta e hiriente. Es decir, el
violento, para sentirse bien, necesita descalificar.2

Cuando el novio reconoce estas características en su conducta, es necesario que


haga decididos esfuerzos para cambiar esta situación.

La manipulación en el violento es una táctica de control para conservar a su novia


víctima: “no puedo vivir sin ti, si me dejas, me mato”. Esta táctica va desde la auto
violencia física, hasta el suicidio. También se puede añadir que el hombre y la mujer
violentos son celosos por excelencia.3 Los celos pueden ser interpretados como un
signo de amor, pero en realidad reflejan el temor a perder el control de la pareja,
considerándola como una posesión.4

1Jed Diamond, El síndrome del hombre irritable: gestione las cuatro causas clave de la depresión y la
agresión (Barcelona: Amat Editorial, 2006), 89-90.
2Bernardo Stamateas, Sexualidad y erotismo en la pareja (Colombia: CLIE, 1996), 191.
3Ibid, 192, 193.
4Elizabeth Cuenca Rendón, Beatriz Rangel Velasco y Margarita Rangel Velasco, Psicología (México,

D.F.: Thomson, 2004), 128.


Una persona maltratada durante el noviazgo requerirá la presencia de una red de
apoyo social, además de ayuda profesional psicológica para recobrar la identidad y
autoestima perdida en la relación. Añado que es menester contar con terapia
familiar si es que hubo algún tipo de abuso más grave. El ciclo de violencia debe de
romperse ayudando a la persona que lo denuncia en el noviazgo. Un noviazgo
violento debe ser detenido para evitar así una familia violenta.5 De lo contrario, se
gestará un hogar disfuncional que engendrará hijos en el marco de traumas y
desaprobación.

A fin de prevenir la violencia en el noviazgo es imperioso desarrollar intervenciones


breves conducentes a que los participantes reconozcan las causas de la violencia e
identifiquen las formas saludables de expresar su amor y sensibilizarse sobre el
tema.6

Estas breves estrategias deben brindarse en un ámbito amical y de confianza a fin


de orientar a los adolescentes y jóvenes. El principal ámbito que debe ser atendido
es el de la iglesia al igual que el hogar, donde los líderes y padres deben entrenarse
para brindar información adecuada y orientación pertinente.

A continuación brindamos dos cuadros, el primero para reconocer la violencia en el


novio o novia y el segundo para reconocer los antecedentes de un probable violento
en el noviazgo. 7

PREVENCIÓN Y DETECCIÓN DE LA VIOLENCIA DURANTE EL NOVIAZGO.


CARACTERÍSTICAS A OBSERVAR EN LOS VARONES (Fuente: Graciela Ferreira)
Enunciado Si No S/N
Su novio o acompañante controla todo lo que hace, exige explicaciones por todo y pretende
conocer hasta su pensamiento más recóndito pues no quiere que tenga “secretos con él”
Quiere saber con lujo de detalles adónde va, dónde estuvo, con quiénes se encontró o a quiénes va
a ver, los horarios y el tiempo que permaneció en cada lugar, cuánto tiempo estará afuera y el
horario de regreso, lo cual comprobará con sucesivas llamadas telefónicas o “pasadas” por la casa
de ella.
De manera permanente vigila, critica o pretende que ella cambie su manera de vestir, de peinarse,
de maquillarse, de hablar o de comportarse.
Formula prohibiciones o amenazas respecto de los estudios, el trabajo, las costumbres, las
actividades o las relaciones que desarrolla la joven.
Fiscaliza a los parientes, los amigos, los vecinos, los compañeros de estudio o trabajo,
sospechando, desconfiando o criticándolos y quiere conocerlos a todos para ver cómo son.
Hace escándalos en público o en privado por lo que ella u otros dijeron o hicieron.
Deja plantada a la novia en salidas o reuniones, sin explicar ni aclarar los motivos de su reacción.
No expresa ni habla acerca de lo que piensa, lo que siente o lo que desea, pero pretende que ella
adivine todo lo que le sucede y actúe de manera satisfactoria, sin que él deba molestarse en
comunicar nada.
A veces da órdenes y otras “castiga” con el silencio, con las actitudes hurañas, con la hosquedad o
el mutismo, que no abandona aunque obtenga lo que esperaba.
Demuestra frustración y enfado por todo lo que no resulta como él quiere, sin distinguir lo
importante de lo superfluo.
Culpa a la novia de todo lo que sucede y la convence de que es culpable, dando la vuelta a las
cosas hasta confundirla o dejarla cansada e impotente.
No reconoce ninguna responsabilidad sobre la relación ni sobre lo que les sucede a ambos.
No pide disculpas para nada.

5Lilia Marytza Leal Isida, “Violencia en el noviazgo”, congresos.cio.mex,


http://congresos.cio.mx/5_enc_mujer/ARCHIVOS/extensos/extenso_Lilia.doc (consultado: 5 de abril,
2012).
6Susan Pick, Iwin Leenen, Martha Givaudan y Andrea Prado, Salud Mental, Marzo 2012, Vol. 33,

Número 2, 153 – 160.


7Consue Ruiz-Jarabo y Pilar Blanco Prieto, La violencia contra las mujeres, prevención y detección

(Fernández Ciudad: Ediciones Díaz de Santos, 2005), 180.


Compara a la joven con otras personas, dejándola incómodo y humillada. “Si te parecieras a fulana
yo no tendría que …”; “Por lo menos mengana hace las cosas bien y no como tú que…”
Impone reglas sobre la relación (días, horarios, tipos de salidas, etc.) de acuerdo con su exclusiva
conveniencia.
Ejerce la doble moral: “haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”, reservándose el derecho de
realizar cosas que le impide hacer a la novia.
Obliga a la joven a formar una alianza con él para aislarse o enfrentar a los demás (pueden llegar a
proponer pactos suicidas).
Ante cualquier pregunta o cuestionamiento de ella, declara que los parientes o amigos “le llenan la
cabeza” contra él, que no lo quieren y que están “envenenando” el afecto entre ellos; que los otros
“sienten celos” o envidia de su relación. Así desvía la cuestión y nunca responde por su conducta.
Amenaza a su novia con abandonarla si no hace todo lo que él desea
Induce sentimientos de lástima, al justificarse o insistir con su vida desdichada o su infancia infeliz.
No acepta formular o discutir planes para el futuro. No se compromete ni busca acuerdos para
mejorar la relación.
Recibe cariños, mimos y atenciones, pero nunca los da.
Pretende que lo acepten tal cual es y acusa de “castradora” o posesiva a la novia si hace alguna
observación sobre sus actitudes.
Nunca aprueba ni estimula de manera auténtica los actos o cualidades de la muchacha.
Es poco sociable, se aísla y es desconsiderado con la familia y los amigos de ella.
Es susceptible y está pendiente de lo que se diga o se comente sobre él. Se ofende rápido y cree
que los demás andan atrás de lo que hace.
Pone a prueba, con subterfugios y engaños, el amor de su novia, le pone trampas para ver si lo
engaña, para averiguar si miente, si lo quiere, etcétera.
Es caprichoso, cambiante y contradictorio, Dice que no se va a dejar dominar.
Se niega a conversar o a discutir con franqueza acerca de los conflictos o los desacuerdos de la
pareja.
Mantiene en vilo a la novia en fiestas y reuniones, coqueteando con otras de manera abierta o
solapada.
Es seductor y simpático con todos, pero a ella la trata con crueldad.
Decide por su cuenta, sin consultar ni pedir opinión a la novia, ni siquiera en cosas que le atañen a
ella sola.
Promete cambios y mejoras de sus defectos o de sus adicciones. Nunca cumple, pero siempre
renueva sus ofrecimientos de modificarse.
Piensa que las mujeres son inferiores y deben obedecer a los hombres. O no lo dice, pero actúa de
acuerdo con este principio.
Para obligarla a mantener relaciones sexuales, pone en práctica toda clase de artimañas: la acusa
de anticuada, pone en duda sus sentimientos o su amor por él, la acusa de frígida, la avergüenza
haciéndola sentir como un bicho raro, como si fuera la única en el mundo que no se acuesta con el
novio, le reprocha que a ella no le interesa que él “se caliente y no pueda desahogarse”, amenaza
con que se va a buscar a otras para acostarse con ellas, pone en duda su salud o su
espontaneidad, dice que tiene “miedo de convertirse en mujer”, le critica su atadura a los principios
de los padres o de una religión o por sostener —según él— una moral “inservible”.
Se burla, habla groseramente o en términos agraviantes acerca de las mujeres en general. Es una
amenaza velada, para que la novia no se parezca al resto de las mujeres y sea sólo como a él le
gusta.
Es bueno y cumplidor en el trabajo, pero con la novia siempre llega tarde, no cumple lo prometido y
se muestra irresponsable por sus olvidos o descuidos.
Transforma todo en bromas o utiliza el humor para cubrir sus actos de irresponsabilidad, restándole
importancia a sus incumplimientos.
Utiliza algún dato del pasado de la novia, o lo que conoce de sus otras relaciones, para efectuarle
reproches o acusaciones o para probar su desconfianza en ella y en su amor.
Exagera defectos de la chica haciéndola sentir culpable y descalificada.
Deja de hablar o desaparece por varios días, sin dar explicaciones, como manera de demostrar sus
enojos.
Se muestra condescendiente y magnánimo, como si fuera un ser superior tratando con una nenita.
No le presta atención a ella y con prepotencia asegura saber más o tener más experiencia.
Se muestra protector y paternal. “Yo sé lo que es bueno para vos, quiero lo mejor para vos, hago lo
mejor para vos”. (Acá hay que reemplazar el “para vos” por el “para mí” y se captarán las
verdaderas intenciones.)
Se irrita y tiene estallidos de violencia. Luego actúa como si no hubiera pasado nada y deja a todos
desorientados y confusos.
Se burla de los enojos de ella.
Acusa injustamente a su novia de coquetear, salir o verse con otros hombres. La cela y acusa de
“acostarse con otros”.
Mezcla el afecto con las discusiones haciendo notar que, si ella no piensa como él, no podrá seguir
queriéndola.
Siempre da más importancia a lo que le pasó a él que a lo que le sucedió a ella.
Utiliza nombres, diminutivos o términos que a ella no le agradan, porque siente que la disminuyen o
ridiculizan.
Tiene antecedentes policiales o se ha visto envuelto en asuntos un poco turbios o nunca aclarados
del todo.
Está convencido de que sus negocios, sus estudios o sus obligaciones son lo más importante del
mundo y lo fundamental de su vida. Exige que la novia se adapte a eso.

Antecedentes de los varones violentos

a) Antecedentes de maltrato en la familia de origen


 De niño sufrió abusos físicos y/o sexuales en su familia o fue testigo de ellos.

b) Estructura familiar patriarcal. Roles rígidos.


 Familia de estructura patriarcal rígida. Mujeres relegadas a rol de
servidumbre de las figuras masculinas. Se le transmitió desprecio respecto a
las mujeres.
 Recibió exigencias de adaptarse al estereotipo masculino tradicional.

c) Aislamiento emocional
 Familia en la que no se expresaban las emociones. Padres exigentes e
inaccesibles. Fue reprimido cuando buscó afecto o cercanía física.
Experimentó carencias afectivas, abandono emocional. Le hicieron sentir
inadecuado; sin derechos.

d) Violencia adquirida como parte de su identidad.


 Fue alentado a resolver problemas por medio de la fuerza; los padres
siempre le daban razón en contra de otros. Fue estimulado a enfadarse a
pelear por todo. No le enseñaron a soportar que alguien le ganara o le
superara. No se le pusieron límites a sus caprichos, rabietas o exigencias.

e) Marginalidad
 Familia marginal con dificultades, con actividades delictivas, de alto o bajo
nivel social, problemas de alcoholismo o drogadicción. Familia con grandes
prejuicios y actitudes intolerantes (sexo, religión, política).8

Recomendación frente a la violencia en el noviazgo

Cuando se descubre un cuadro de violencia en el noviazgo, lo mejor es evaluar la


posibilidad de terminar la relación a fin de que dejes el rol de víctima y seas libre de
la manipulación del violento y desde un plano de amistad, animes al ex novio (o aun
novia, en el caso de los varones) a buscar ayuda profesional para salir del cuadro
de violencia.

ACTIVIDAD ________________________________________________

A través de un organizador gráfico de causa – efecto (espina de pescado, árbol de


problemas, etc) describe las causas de violencia en el noviazgo y sus
consecuencias.

8Consue Ruiz-Jarabo y Pilar Blanco Prieto, La violencia contra las mujeres, prevención y detección
(Fernández Ciudad: Ediciones Díaz de Santos, 2005), 180.

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