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Crítica de la razón pura

(que no sean, como los analíticos, meras tautologías, sino


que añadan información no contenida ya de antemano en
el concepto que se considera). En este sentido, es funda-
mental el intento de Kant de superar la crítica al principio
de causalidad (y por lo tanto al saber científico) que había
hecho David Hume, crítica que no tenía una respuesta sa-
tisfactoria hasta su época y que implicaba que tanto aquel
principio como el saber científico sobre el mundo eran
meramente a posteriori, esto es, dependientes de la expe-
riencia y por ende carentes de necesidad, universalidad y
certeza.[2]
En esta obra, Kant intenta la conjunción de racionalismo
y empirismo, haciendo una crítica de las dos corrientes
filosóficas que se centraban en el objeto como fuente de
conocimiento, y así, dando un «giro copernicano» al mo-
do de concebir la filosofía, estudiando el sujeto como la
fuente que construye el conocimiento del objeto, a través
de la representación que el sujeto, mediante la sensibili-
dad inherente a su naturaleza toma del objeto.[3]
Entre las resistencias que encontró la obra se puede citar
que Pío VIII, antes de llegar a papa católico, como pre-
fecto de la Congregación del Índice prohibió bajo ame-
naza de excomunión la lectura de la Crítica de la razón
pura (decreto del 8 de julio de 1827).[4] Kant, a quien
también le fue ordenado no volver a publicar más sobre
temas de teología,[5] ya había previsto situaciones de este
tipo cuando en el mismo prólogo de la Crítica señala lo
siguiente, pese a que era un cristiano convencido:
Portada de la primera edición, de 1781.

Todo ha de someterse a la crítica. Pero la


La Crítica de la razón pura (en alemán: Kritik der religión y la legislación pretenden de ordinario
reinen Vernunft) es la obra principal del filósofo prusiano escapar a la misma. La religión a causa de su
Immanuel Kant. Tuvo su primera edición en 1781. El santidad, y la legislación a causa de su majes-
propio Kant llegó a corregirla, publicando en 1787 una tad. Sin embargo, al hacerlo, despiertan contra
segunda edición. En las publicaciones habituales de la sí mismas sospechas justificadas y no pueden
obra son presentadas ambas ediciones simultáneamente, exigir un respeto sincero, respeto que la razón
conocidas respectivamente como A y B.[1] sólo concede a lo que es capaz de resistir su
examen libre y público.[6]
Se trata de una indagación trascendental (acerca de las
condiciones epistémicas del conocer humano) cuyo ob-
jetivo central es lograr una respuesta definitiva sobre si
la metafísica puede ser considerada una ciencia, así co- 1 Principales partes de la obra
mo fundamentar la validez tanto de la experiencia ordi-
naria como de las ciencias matemáticas y físicas. Tanto La Crítica de la razón pura está dividida en dos grandes
la fundamentación de la metafísica como la del resto de secciones: la «Doctrina trascendental de los elementos»
los conocimientos exige, para que sea decidida su posibi- y la «Doctrina trascendental del método». A su vez, la
lidad, que se determine en cada caso si son posibles jui- «Doctrina trascendental de los elementos» se divide en
cios que sean a priori (es decir, independientes de la ex- dos partes: la «Estética trascendental» y la «Lógica tras-
periencia, lo que implica para Kant que sean necesarios cendental», y esta última parte está subdividida en «Ana-
y universales, absolutamente ciertos) y a la vez sintéticos lítica trascendental» y «Dialéctica trascendental». Ulte-

1
2 3 PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN DE 1787

riores subdivisiones corresponden a cada una de las par- nunca escribiría.[14]


tes señaladas. Todo ello, sin embargo, va precedido por
dos prólogos (uno por cada edición) y una introducción,
todos los cuales contienen información fundamental a te-
ner en claro antes de comenzar la lectura del cuerpo de la 3 Prólogo a la segunda edición de
obra.[7] 1787
Kant inicia con una enumeración de las tres disciplinas
2 Prólogo a la primera edición de que considera que en su época ya se hallan bien estableci-
1781 das. Estas disciplinas son: en primer lugar, la lógica (que
Kant, siguiendo a la tradición, no considera como una
ciencia sino como una propedéutica para toda ciencia),
Kant comienza por reconocer la tragedia en que está en- la cual ha podido ser establecida e incluso completada ya
vuelta la razón humana: aspira por propia naturaleza a por Aristóteles, pues sólo consiste en la exposición y de-
hacerse preguntas que no puede rechazar pero que a la mostración de las reglas formales de todo pensamiento y
vez es incapaz de responder. Esto ocurre cuando excede
no se ocupa de objetos.[15] En segundo y tercer lugar tene-
el ámbito de su uso legítimo, el de la experiencia, y, al mos la matemática y la física, que constituyen las ciencias
querer decidir también las cuestiones metafísicas funda-
propiamente dichas, las únicas que proporcionan auténti-
mentales -sobre Dios, sobre el alma, sobre la libertad-, cos conocimientos. Estas ciencias, para quedar bien esta-
cae sin darse cuenta en contradicciones insuperables.[8]
blecidas, deben determinar el conocimiento de sus obje-
La metafísica, como consecuencia, se halla en descrédito, tos a priori, es decir, independientemente de toda expe-
luego de haber sido campo secular de disputas entre dog- riencia, pues ésta es incapaz de proporcionar universali-
máticos y escépticos (nombre que Kant da, respectiva- dad y necesidad estrictas, y por ende conocimientos cier-
mente, a racionalistas y empiristas). Los primeros acep- tos. Ambas ciencias están bien establecidas porque han
tan acríticamente la capacidad de la razón de juzgar so- podido fundarse en esos conocimientos a priori, las ma-
bre todos los problemas de la metafísica, con lo cual la temáticas ya entre los griegos y la física con los modernos
hacen caer en contradicciones, mientras que los segun- investigadores de la naturaleza.[16]
dos le niegan absolutamente a la razón esa capacidad y La metafísica, en cambio, no ha podido aún hallar ese
dicen de toda metafísica que es sólo una ilusión. Ambas buen camino.[17] Quizá la historia de las ciencias men-
posiciones extremas son igualmente injustas.[9] cionadas nos proporcione alguna información acerca de
La verdad yace en algún intermedio entre ambos extre- cómo lo encontraron ellas. Y, en efecto, esa historia nos
mos. La matemática y la física actuales demuestran la enseña que en ambas el giro consistió en dejar de inten-
posiblidad de disciplinas bien fundamentadas;[10] ha de tar extraer los conocimientos de lo que se percibe en los
poder llevarse a un punto semejante a la metafísica, para objetos o de los conceptos que se tiene de ellos y, en cam-
lo cual habrá que investigar el principal punto en dispu- bio, prestar atención a la actividad del propio sujeto que
ta, a saber, qué alcance legítimo tiene la razón para es- investiga y de su razón. Como sólo puede conocerse con
tablecer conocimientos absolutamente válidos (es decir, certeza lo que el mismo sujeto añade con necesidad a la
independientes de la experiencia, pues ésta no es capaz de cosa, ya que no lo que de la cosa se aprehende por ex-
proporcionarlos) y a partir de qué punto ya no le corres- periencia, se investigó qué es lo que necesariamente el
ponde legislar. Esto exige un examen de la razón que sólo sujeto conocedor añade. Así se logró en matemática es-
puede hacer la misma razón. A ese examen es al que se tablecer axiomas y demostraciones, mientras que en la fí-
llama una crítica de la razón pura (razón “pura” en tan- sica, en la que hay además que tener en cuenta el mundo
to sólo se la analizará con relación a los conocimientos empírico, se pudieron establecer leyes gracias a que se
independientes de la experiencia).[11] dejó de observar fortuitamente a la naturaleza: la razón
Esa crítica es la que se propone el libro, el cual pretende comenzó a examinarla según sus propios principios y su
haber resuelto las eternas disputas en torno a la metafísi- propio plan, y a obligarla de ese modo a obtener las res-
ca, decidiendo con absoluta certeza todas las cuestiones puestas deseadas para llegar a conocer qué [18]
es lo que ella
que se pueden decidir y develando como errores aquellas misma, la razón, pone en la naturaleza. Este mismo
que exceden toda capacidad de resolución por medio de la giro subjetivo, que Kant famosamente llamó su “giro co-
razón especulativa. La unidad perfecta de la razón garan- pernicano”, es el que todavía no se ha dado y debe darse
[19]
tiza que todas las cuestiones han podido ser solucionadas en la metafísica. Es cuestión de modificar el método.
(pues, en virtud de esa unidad, de no poder resolverse una En la metafísica la tarea consistirá, entonces, tanto res-
sola, ningúna otra podría) y que la metafísica ha queda- pecto de las intuciones como de los conceptos que se tie-
do establecida en esta obra de manera completa en todos nen de los objetos de la experiencia, en evitar considerar
sus principios.[12] De estos principios deberán derivarse que son esos objetos, y por ende la experiencia, los que
luego todos los conceptos correspondientes, lo cual Kant rigen a las intuciones y los conceptos de la mente. De
promete hacer en una Metafísica de la naturaleza[13] que ese modo son imposibles los conocimientos ciertos, pues
3

la experiencia es incapaz de proporcionar nada a priori. decir que tal cosa se cumple de acuerdo a lo observado
Hay que invertir la relación y considerar que intuiciones hasta ahora, lo cual implica posibles excepciones).[28]
y conceptos, y por ende nuestra mente, son los determi- Se discute la posibilidad de la existencia de juicios sin-
nantes de los objetos y de la experiencia. Lo que la mente téticos a priori, juicios que agregan nueva información
necesariamente coloque al aprehender esos objetos sí se- (donde el predicado no está contenido en el sujeto) y que
rá a priori y se hallará necesaria y universalmente en toda son de carácter universal y necesario; es decir, indepen-
experiencia posible.[20] dientes de cualquier experiencia.[29] La existencia de jui-
La parte de la metafísica relativa a objetos empíricos que- cios sintéticos a posteriori es innegable. Son los juicios
dará de este modo, en consencuencia, bien establecida.[21] fácticos, empíricos y por tanto contingentes.[30] También
¿Pero qué sucede con la metafísica cuyos objetos exce- es indiscutible la existencia de juicios analíticos, que son
den toda experiencia posible y por ende no pueden ser todos a priori y consisten en meras tautologías por estar el
experimentados sino sólo pensados? Y bien, como el co- predicado contenido en el sujeto (como “un triángulo tie-
nocimiento a priori de las cosas sólo se puede obtener de ne tres lados”).[31] Lo que quiere hacer Kant es trascender
ellas en tanto la mente es afectada por ellas y las deter- la gnoseología de Hume que se agota en cuestiones de he-
mina, las cosas consideradas en sí mismas (es decir, en chos y relaciones de ideas (juicios sintéticos a posteriori
tanto que no son afectadas por la mente) quedan fuera y juicios analíticos a priori) y superar la metafísica dog-
del alcance de todo conocimiento científico. La segunda mática de los racionalistas.[32] Para ello debe establecer
parte de la metafísica, la relativa no a lo empírico sino a la existencia y demostrar las condiciones de posibilidad
lo trascendente -Dios, el alma, la libertad-, es imposible de los juicios sintéticos a priori, únicos que permiten un
como disciplina científica.[22] Sólo caben en ese terreno la conocimiento que, a la par de ser universal y necesario,
fe y el conocimiento práctico (moral), los cuales se verán añade nueva información sobre lo considerado.[33]
beneficiados para actuar en el campo que le corresponde Kant acepta la existencia de juicios sintéticos a priori en
sin ser asediados ilegítimamente por las pretensiones de la física y la matemática,[34] pero no debe olvidarse que
la razón especulativa.[23] De hecho, cuando la razón inten- esa existencia es asumida como evidente por Kant sólo a
ta efectuar demostraciones especulativas respecto de ello, título personal y que es un propósito fundamental de la
cae en contradicciones insuperables.[24] Apartar a ésta del obra demostrarla.[35] Deberá mostrarse que existen, có-
camino implica el importante logro de reforzar a la fe y a mo existen y, a partir de eso, fundamentar la validez de las
la moralidad contra las críticas que se le lanzan.[25] ciencias que se basan en ellos. Esto será particularmente
importante para el caso de la metafísica, la cual se mos-
trará que puede basarse en estos juicios en cuanto metafí-
4 Introducción sica inmanente (relacionada con objetos empíricos) pero
no en cuanto metafísica trascendente (relacionada con las
[36]
Todo conocimiento comienza con la experiencia, pero cosas en sí).
no todo conocimiento proviene de la experiencia, es de-
cir que la experiencia pone en acción la facultad de co-
nocer pero ella sólo proporciona conocimientos a pos-
teriori, particulares y contingentes; los conocimientos a 5 I. Doctrina trascendental de los
priori, universales y necesarios, sólo pueden provenir
de la misma mente y son independientes de cualquier elementos
[26]
experiencia. Las ciencias se basan en estos conoci-
mientos a priori. El conocimiento empírico es una mezcla En esta primera parte de la Crítica, Kant argumenta que
entre lo que se recibe por medio de impresiones sensoria- todo conocimiento requiere la concurrencia de dos fa-
les y lo que a ello añade la mente.[27] Debe aislarse lo que cultades radicalmente heterogéneas de la mente: la sen-
en ese conocimiento sea estrictamente necesario y uni- sibilidad y el entendimiento.[37] Por la primera los ob-
versal para obtener lo que buscamos: los conocimientos jetos nos son dados a través de las intuiciones, mien-
a priori que nuestra razón especulativa es capaz de pro- tras que por la segunda aquéllos son pensados mediante
porcionarnos. conceptos.[38] «Conceptos sin intuiciones son vacíos, in-
Para descubrir si un conocimiento es a priori nos basta tuiciones sin conceptos son ciegas».[39] El examen a efec-
con comprobar la universalidad o la necesidad del juicio tuar sobre nuestra experiencia mostrará la validez a priori
que lo expresa. Con sólo una de las características será de las intuiciones puras de la sensibilidad y de los concep-
suficiente, pues ninguna puede darse sin la otra. Que un tos puros del entendimiento y, de ese modo, esa misma
juicio sea necesario quiere decir que al ser pensado lo es validez para las ciencias que elaboran juicios sintéticos a
simultáneamente con su necesidad (es decir, es imposi- priori sobre la base de ellos.[40] La “Doctrina trascenden-
ble representarse que pueda ser de otro modo); que sea tal de los elementos” se divide en dos partes: una “Estética
universal quiere decir que necesariamente se da en todos trascendental”, sobre los principios a priori de la sensibi-
los casos posibles, lo cual debe ser distinguido de la mera lidad, y una “Lógica trascendental”, sobre los principios
universalidad empírica por inducción (que sólo permite a priori del entendimiento.[41]
4 5 I. DOCTRINA TRASCENDENTAL DE LOS ELEMENTOS

5.1 Primera parte: Estética trascendental trascendental (la parte siguiente consistirá en la disciplina
de la lógica trascendental, que se ocupa de los principios
a priori del entendimiento).[53]
En la primera parte de la “Doctrina trascendental de los
elementos”, la “Estética trascendental” -que se subdivi-
de en una sección “Sobre el espacio” y otra “Sobre el 5.1.1 Sección primera: Sobre el espacio
tiempo"-,[42] Kant analiza la primera facultad que inter-
viene en el proceso de conocimiento: la sensibilidad. Gra- Esta sección comienza con una exposición “metafísica”
cias a esta facultad podemos construir una representación de la noción de espacio (§2),[54] por la cual se entiende
de la realidad, es decir, percibir el mundo; y, por la misma una exposición de esa noción que parte del análisis de
razón, sólo podemos percibirlo según cómo lo construi- nuestras representaciones y está destinada a mostrar que
mos en nuestra mente y jamás como es en sí mismo.[43] el espacio es una intuición válida a priori de la sensibi-
Es necesario advertir que la palabra “estética” no debe lidad y que es la mera forma subjetiva de las intuiciones
entenderse en el sentido actual sino que Kant la usa se- sensibles por la cual todo fenómeno externo puede y debe
gún su etimología estricta para significar lo relativo a los sernos representado.[55] En esta sección sobre el espacio
sentidos o a las sensaciones.[44] se tratará del sentido externo, de aquel por el cual nuestra
mente se representa objetos como externos a nosotros en
Antes de abordar las secciones principales sobre el tiem-
el espacio (el sentido interno, por el cual la mente se per-
po y el espacio, Kant establece una serie de importantes
cibe a sí misma y a sus estados internos, corresponde a la
definiciones (§1). Se llama “intuición” (Anschauung) al
sección sobre el tiempo).[56] Sigue una exposición “tras-
modo por el cual el conocimiento (Erkenntnis) se refiere
cendental” (§3)[57] cuya finalidad es deducir, del aprioris-
inmediatamente a sus objetos, mientras que un “concep-
mo ya comprobado del espacio, cómo son posibles cier-
to” (Begriff) es el modo de referirse mediatamente (i.e.,
tos conocimientos sintéticos a priori basados en esa re-
por medio de la intuición) a esos mismos objetos. En el
presentación del espacio (en concreto, los conocimientos
caso del conocimiento por intuiciones, la facultad que in-
de la geometría).[58] Finalmente, dentro del mismo §3, se
terviene es la “sensibilidad” (Sinnlichkeit), cuyo papel es
desarrollan conclusiones a partir de todo lo anterior.[59]
recibir representaciones al ser afectados por el mundo y
proporcionar las intuiciones. Por ella los objetos nos son La exposición metafísica (§2) consta, entre las ediciones
“dados” y el efecto de este conocimiento es una “sensa- A y B, de cinco argumentos:[60]
ción” (Empfindung).[45] Si una intuición se refiere a su
objeto por medio de una sensación, será una “intuición • Argumento 1 (el mismo en A y B): El espacio no es
empírica”, mientras que si no contiene nada empírico se- una representación proveniente de la experiencia. Es-
rá una “intuición pura”[46] (ambas, a su vez, son diferentes to queda probado por dos hechos: por un lado, soy
de las “intuiciones intelectuales”, que corresponden a la capaz de poner ciertas sensaciones en relación con
razón y no intervienen en el conocimiento empírico sino algo exterior a mí, con algo que se halla en un espa-
que producen las Ideas metafísicas).[47] En el caso de las cio distinto al mío; por otro lado, soy capaz de re-
intuiciones empíricas, sus objetos serán los “fenómenos” presentarme esas sensaciones como contiguas y ex-
(Erscheinung o Phenomenon), los cuales tienen una ma- teriores entre sí. No serían posibles ninguna de esas
teria (lo relativo a la sensación, por ende a posteriori) y experiencias si no poseyera antes de la experiencia la
una forma (lo que hace que la multiplicidad sensible sea representación del espacio que ellas presuponen. Por
ordenada en cierta forma, que no puede ser sensación y ende, como se afirmó, el espacio no puede provenir
sólo puede ser proporcionada a priori por la mente).[48] de la experiencia porque tiene que precederla.[61]
Como se demostrará luego, espacio y tiempo son estas
formas a priori de los fenómenos de las intuiciones empí- • Argumento 2 (el mismo en A y B): El espacio es una
ricas a la vez que intuiciones puras por sí mismos.[49] Esa representación a priori. Ello queda probado median-
demostración permitirá la fundamentación de partes de la te la comprobación de la estricta necesidad de esta
experiencia ordinaria así como de partes de la ciencia.[50] representación: no es posible representarnos la falta
En el caso del conocimiento por conceptos, interviene el de espacio (i.e., debemos representárnoslo necesa-
“entendimiento” (Verstand), facultad que permite pensar riamente) y sí podemos pensar un espacio sin obje-
los objetos y que suministra los conceptos. Por él los ob- tos en él. El espacio, entonces, es una representación
jetos son “pensados” y no recibe las representaciones, co- necesaria y por ende sólo puede ser a priori, prove-
mo la sensibilidad, sino que las produce (no es facultad nir de la mente y ser fundamento de toda intuición
receptiva sino “espontánea”). Este segundo tipo de cono- externa.[62]
cimiento, según se dijo, es mediato y necesariamente de-
be hacer referencia a las intuiciones.[51] Por consiguiente, • Argumento 3 (de la edición A): Este argumento fue
en el ser humano, todo conocimiento hará referencia en suprimido en la edición B porque en ésta se agregó la
última instancia a su sensibilidad[52] y por ello debe co- mencionada exposición trascendental (§3) y el pre-
menzarse con la ciencia que estudia los principios a priori sente argumento corresponde a ella. Por consiguien-
de esa facultad, es decir, con la disciplina de la estética te, corresponde tratarlo con dicha exposición.[63]
5.1 Primera parte: Estética trascendental 5

• Argumentos 4 (núm. 3 en B) y 5 (núm. 4 en B, que se comprueba en el hecho de que se presentan en la con-


además consiste en una versión diferente): El espacio ciencia enlazadas con su necesidad) se infiere la repre-
no es un concepto sino una intuición. Esta conclusión sentación del espacio como a priori, pues sólo esta repre-
es probada de tres formas diferentes. En el argumen- sentación puede ser fundamento de la certeza de aquellas
to 4 (3 en B) se aduce que no es posible, por un la- proposiciones, las cuales se construyen mediante ella.[72]
do, representarse más que un espacio único y que Por ende, además, la representación del espacio es me-
hablar de “muchos espacios” es hablar de muchas ramente subjetiva; es la condición formal subjetiva de la
partes del mismo espacio; por otro lado, tampoco es recepción de todas las sensaciones.[73] Del (supuesto)[74]
posible que las partes del espacio precedan al todo, carácter sintético a priori de las proposiciones geométri-
pues el espacio no se compone a partir de sus partes cas, se infiere que la representación del espacio es una
sino que éstas sólo son concebibles en aquél. Ahora intuición, pues de un concepto no pueden extraerse pro-
bien, como los conceptos son universales implican posiciones que lo excedan (i.e., sintéticas).[75] De todo
necesariamente una multiplicidad de representacio- lo anterior se llega a la conclusión de que sólo la validez
nes subsumidas bajo sí, y, como son abstracciones a priori de la intuición del espacio explica la posibilidad
de lo que es común a una serie de cosas, en él las de la geometría como conocimiento sintético a priori.[76]
partes necesariamente preceden al todo. En conclu- Ahora bien, como el que el espacio es una intuición pu-
sión, como el espacio no puede ser un concepto, sólo ra y forma de la intuición sensible a priori ya había sido
le queda ser una intuición.[64] En el argumento 5 (4 probado en la exposición metafísica, lo nuevo que resul-
en B) la prueba de que el espacio es una intuición ta probado son los supuestos acerca de la geometría (i.e.,
parte de la premisa, en ambas ediciones, de que el que es una ciencia basada en juicios sintéticos a priori y
espacio se nos representa dado como una magnitud por consiguiente objetivamente válida).[77]
infinita,[65] pero esta prueba se completa de modo En el apartado que cierra la sección sobre el espacio
diferente en cada edición. En A se sostiene que los (“Consecuencias de los conceptos anteriores”)[78] se en-
conceptos universales no pueden determinar nada fatiza que el espacio no es inherente ni a las cosas ni a
respecto de la magnitud (ni su cantidad ni su finitud las relaciones entre las cosas,[79] pues existe a priori y
o infinitud) y que sólo una intuición con su avance no es más que la forma de todas las intuiciones exter-
ilimitado puede explicar esa infinitud tanto en ellas nas que la mente les aplica necesariamente para ordenar
mismas como en los conceptos, por lo que el espa- las sensaciones y posibilitar su recepción[80] (además de
cio sólo puede ser una intuición.[66] En la versión de una intuición por sí mismo, una intuición pura).[81] El es-
B el argumento se completa diciendo que los con- pacio, entonces, posee una realidad empírica (es válido
ceptos universales necesariamente se piensan como objetivamente con respecto a los objetos recibidos por
representaciones que contienen bajo sí una multitud la sensibilidad)[82] pero una idealidad trascendental (no
infinita de diferentes representaciones particulares es más que la forma con que el sujeto humano perci-
posibles, pero no las contienen en sí. Sólo las intui- be la realidad y no corresponde a la realidad misma ni
ciones pueden contener una infinitud en sí. Y, como tampoco necesariamente a constituciones diferentes a la
el espacio la contiene (al ser sus partes coexistentes humana).[83] Además, el espacio es la única representa-
ad infinitum), sólo puede ser una intuición.[67] ción a priori de la sensibilidad relativa a los fenómenos
exteriores.[84]
La exposición trascendental (§3)[68] busca, partiendo del
apriorismo del espacio ya establecido, demostrar cómo
es posible el conocimiento científico que se fundamenta 5.1.2 Sección segunda: Sobre el tiempo
en esa representación del espacio (i.e., la geometría). En
este punto, según insiste Kemp Smith,[69] hay que tener En esta sección sobre el tiempo se estudian las condicio-
mucho cuidado: según la forma del argumento, se supo- nes a priori de la sensibilidad considerada en su sentido
ne como ya establecida la validez objetiva a priori de la interno[85] (aquel por el cual el sujeto se percibe a sí mis-
geometría para deducir de ella que el espacio es una intui- mo y a su estado interno,[86] pero indirectamente tam-
ción a priori en la que ella basa necesaria y exclusivamen- bién a los fenómenos externos, pues a todos estos los per-
te sus conocimientos. Ahora bien, que el espacio es una cibimos internamente en nosotros).[87] Aquí también te-
intuición a priori es algo que ya se probó en la exposición nemos una exposición metafísica (§4)[88] seguida de una
metafísica y que además no le corresponde probar a la ex- exposición trascendental (§5).[89] La diferencia entre los
posición trascendental. Y es que esta aparente prueba del propósitos de ambas es la misma que ya fue señalada con
espacio como intuición a priori es en verdad una prueba respecto a las exposiciones sobre la noción del espacio. A
de que la geometría es válida a priori al estar basada en la las exposiciones sobre la noción del tiempo sigue un apar-
representación del espacio: al demostrar que la geometría tado con conclusiones sobre la sección (§6)[90] y otro con
sólo puede basarse en ella, y al estar ella establecida, la la contestación a una objeción que fue realizada a Kant
geometría queda también establecida.[70] por otros filósofos (§7).[91]
El argumento consiste en lo siguiente: Del (supuesto)[71] La exposición metafísica del concepto de tiempo (§4)
carácter a priori de las proposiciones geométricas (el cual consta de cinco argumentos (correlativos a los cinco de
6 5 I. DOCTRINA TRASCENDENTAL DE LOS ELEMENTOS

la correspondiente exposición sobre el espacio):[92] tenencer conceptos, pues en éstos las partes prece-
den al todo.[97] En conclusión, ya que el tiempo no
• Argumento 1 (el mismo en A y B): El tiempo no es concepto, sólo puede ser intuición.[98]
es una representación proveniente de la experiencia.
Esto queda probado por el hecho de que soy capaz La exposición trascendental (§5)[99] busca, partiendo del
de percibir tanto la sucesión (existencia en tiempos apriorismo del tiempo ya establecido, demostrar la po-
diferentes) como la coexistencia (existencia en un sibilidad del conocimiento científico que se basa en esa
mismo tiempo) de mis representaciones. No serían representación del tiempo (a diferencia del espacio, cu-
posibles esas experiencias si no poseyera antes de ya ciencia es la geometría, al tiempo no le corresponde
la experiencia la representación del tiempo que ellas ninguna ciencia en particular).[100] A este respecto valen
presuponen. Por ende, como se afirmó, el tiempo no las mismas aclaraciones de Kemp Smith sobre la forma y
puede provenir de la experiencia porque tiene que propósito de los argumentos[101] ya señaladas en ocasión
precederla.[93] de la exposición trascendental de la noción de espacio.
El argumento es el siguiente: El (supuesto) carácter uni-
• Argumento 2 (el mismo en A y B): El tiempo es una
versal y necesario de los conocimientos basados en la re-
representación a priori. Ello queda probado median-
presentación del tiempo (dos axiomas: “El tiempo sólo
te la comprobación de la estricta necesidad de es-
posee una dimensión” y “Diferentes tiempos no son si-
ta representación: no es posible representarnos la
multáneos sino sucesivos”) sólo puede explicarse por la
ausencia de tiempo en los fenómenos (i.e., debe-
necesidad a priori de dicha representación.[102] A su vez,
mos representárnoslo necesariamente) y sí podemos
el segundo axioma señalado es sintético y las proposicio-
pensar un tiempo sin fenómenos en él. El tiem-
nes sintéticas no pueden derivarse meramente de concep-
po, entonces, es una representación necesaria y por
tos, por lo que la representación del tiempo sólo puede
ende sólo puede ser a priori, provenir de la men-
ser una intuición.[103] Por último, el concepto de cambio
te y ser fundamento de todo fenómeno (tanto ex-
y los juicios que lo suponen (los de la teoría general del
terno como interno, pues los externos también se
movimiento o mecánica pura) sólo son posibles mediante
dan internamente).[94]
la representación del tiempo como intuición a priori. En
conclusión, el tiempo es una intuición a priori.[104] Pero
• Argumento 3 (de la edición A): Este argumento co- esto ya había sido probado en la exposición metafísica,
rresponde en realidad a la nueva exposición tras- de modo que aquí permite explicar cómo son posibles los
cendental añadida en la segunda edición. A dife- conocimientos científicos que sólo pueden basarse en la
rencia del argumento correspondiente de la sección representación del tiempo.[105] Estos conocimientos no
sobre el tiempo, no fue eliminado, pero debe tra- constituyen por sí mismos ninguna ciencia: se reducen
tarse con la exposición trascendental y no con la a los dos axiomas del tiempo mencionados y a ciertos
metafísica.[95] principios de la mecánica pura (que también requiere del
espacio).[106]
• Argumento 4 (el mismo en A y B): El tiempo no es un En el apartado que cierra la sección sobre el tiempo (§6:
concepto sino una forma pura de la intuición sensible. “Consecuencias de los conceptos anteriores”)[107] se en-
Esta tesis es demostrada aduciendo que no es posible fatiza que el tiempo no es inherente ni a las cosas ni a
representarse más que un tiempo único y que hablar las relaciones entre las cosas, pues existe a priori y no es
de “muchos tiempos” es hablar de muchas partes del más que la forma de todas las intuiciones que la mente
mismo tiempo. Ahora bien, únicamente la intuición les aplica necesariamente para ordenar las sensaciones y
es una representación que puede darse sólo a través posibilitar su recepción[108] (además de una intuición por
de un único objeto, por lo que el espacio sólo puede sí mismo, una intuición pura). El tiempo, entonces, posee
ser intuición. Por otro lado, se sostiene que diferen- una realidad empírica (es válido objetivamente con res-
tes tiempos no pueden ser simultáneos. Ésta es una pecto a los objetos recibidos por la sensibilidad)[109] pero
proposición sintética derivada de la representación una idealidad trascendental (no es más que la forma con
del tiempo, y puesto que las proposiciones sintéticas que el sujeto humano percibe la realidad y no correspon-
no pueden derivarse sólo de conceptos, el tiempo - de a la realidad misma ni tampoco necesariamente a cons-
nuevamente- no puede ser sino una intuición.[96] tituciones diferentes a la humana).[110] Además, el tiempo
es la única representación a priori de la sensibilidad re-
• Argumento 5 (el mismo en A y B): El tiempo no es lativa a los fenómenos internos y, junto con el espacio,
un concepto sino una intuición. Esta tesis es demos- las dos únicas relativas a los fenómenos en general.[111]
trada así: Toda cantidad determinada de tiempo se En §7 (“Explicación”),[112] Kant responde una objeción
obtiene mediante limitaciones de un tiempo único y resume cuestiones ya expuestas. En §8, (“Observacio-
fundamental (es decir que en el tiempo el todo pre- nes generales sobre la estética trascendental”)[113] ofrece
cede a las partes). Ahora bien, estas cantidades y aclaraciones y confirmaciones suplementarias de lo ya es-
partes obtenidas por limitación nunca pueden per- tablecido.
5.2 Segunda parte: Lógica trascendental 7

5.2 Segunda parte: Lógica trascendental las cuestiones metafísicas (uso propio de la dialéctica tra-
dicional que ha dado lugar a toda una serie de apariencias
5.2.1 Introducción ilusorias que es necesario poner en evidencia señalando
las limitaciones insuperables de la razón).[120]

La Lógica trascendental es la segunda parte de la Doctri-


na trascendental de los elementos. Si la Estética trascen- 5.2.2 Primera división: Analítica trascendental
dental era la ciencia de los principios a priori de la sensi-
bilidad, la Lógica Trascendental lo será de los principios La analítica consiste en descomponer todo nuestro cono-
a priori del entendimiento.[114] Esta parte de la Crítica ini- cimiento a priori en los elementos del conocimiento puro
cia con una diferenciación entre la lógica general (la lógi- del entendimiento,[121] es decir, en sus conceptos y en sus
ca tradicional) y la nueva lógica creada por Kant y que da principios. Los primeros a considerar serán los conceptos
nombre a la sección: la lógica trascendental.[115] La lógi- (en el libro primero de la Analítica trascendental). Kant
ca general pura consiste en las reglas formales necesarias señala una serie de requisitos que deben cumplir los con-
de todo pensar (i.e., del pensar acerca de todas las clases ceptos a analizar: deben ser puros y no empíricos, per-
de objetos en general, sin importar cuál se considere) y, tenecientes al entendimiento y no a la sensibilidad, ele-
en tanto es pura, contiene sólo principios a priori y nada mentales y no derivados o compuestos.[122] Deben ade-
empírico (a diferencia de la lógica general aplicada, que más ser expuestos en su totalidad, de modo que cubran
toma en cuenta los factores psicológicos reales que inci- todo el campo del entendimiento.[123] Esa completitud de
den en el pensar; pero una lógica pura no se ocupa de có- la Analítica queda garantizada por el hecho de que el en-
mo de hecho pensamos sino de cómo debemos pensar co- tendimiento es una unidad subsistente por sí misma, au-
rrectamente). La lógica general pura considera, entonces, tosuficiente e inaumentable.[124] Por eso, una idea de con-
meras relaciones entre los conocimientos y proporciona junto del conocimiento a priori del entendimiento permi-
las reglas que indican la forma del pensar correcto y per- tirá ordenar los conceptos según su interconexión en un
miten evaluar si un argumento está bien o mal construido. sistema.[125] Así, tendremos la seguridad de que todos los
En ese sentido está presupuesta en toda ciencia.[116] Pe- conceptos están expuestos y de que cada uno de ellos es
ro no proporciona ninguna forma de decidir acerca de la auténtico.[126]
verdad o de alcanzar nuevas verdades (salvo en lo que
se refiere a comprobar que una proposición, por su me-
Libro primero: Analítica de los conceptos Una ana-
ra forma, es una tautología, necesariamente verdadera, o
lítica de los conceptos no consiste en descomponer di-
una contradicción, necesariamente falsa). Su actividad es
rectamente los conceptos que se presentan sino en des-
puramente discursiva o analítica.[117]
componer la facultad misma del entendimiento de don-
Ahora bien, una lógica trascendental carecerá asimismo de esos conceptos provienen.[127] Partiendo del examen
de todo contenido empírico pero, a diferencia de la lógica del uso puro del entendimiento se tratará de ver cómo
general pura, no carece de todo contenido y por ende no son posibles los conceptos a priori y cómo se originan
es meramente formal. Tiene un contenido y ese conteni- en ese entendimiento desde que la experiencia permite
do es de tipo trascendental, es decir que tiene en cuenta desarrollarlos y luego de ello pueden ser analizados en su
objetos y no meras relaciones formales, pero esos obje- pureza.[128]
tos serán sólo objetos a priori (pertenecientes a nuestra
constitución subjetiva y no a la experiencia). Establecerá
el origen, la extensión y la validez de los conocimientos a Capítulo 1: Del hilo conductor trascendental para el
priori de objetos, todas cuestiones que no le interesan a la descubrimiento de todos los conceptos puros del en-
lógica general pura. Y esos conocimientos a priori serán tendimiento No se trata de registrar los conceptos del
los relativos al entendimiento (pues de los de la sensibi- entendimiento según se nos vayan apareciendo a nuestra
lidad se ocupa la estética trascendental).[118] También a observación. Ello nunca permitiría saber si se los ha des-
diferencia de la lógica general pura, la lógica trascenden- cubierto a todos ni exponerlos en un sistema.[129] Se trata
tal sí será una lógica de la verdad, porque establecerá las en cambio de descubrir la regla o el hilo conductor según
condiciones de validez del conocimiento a partir de las el cual todos los conceptos pueden ser deducidos a prio-
cuales podrá juzgarse la verdad de las proposiciones que ri en su totalidad, en su pureza, en su lugar y ordenación
se basen sobre ellas. Su uso será sintético.[119] sistemática según una idea.[130]
La lógica trascendental tiene dos ramas: la primera es Este primer capítulo de la analítica de los conceptos está
la analítica trascendental, cuyo cometido es exponer los dividido en tres secciones:
conceptos puros del entendimiento (analítica de los con-
ceptos) y los principios a priori sin los cuales ningún ob- • Sección primera: Del uso lógico del entendi-
jeto puede ser pensado (analítica de los principios); la se- miento en general. Los conceptos se basan en fun-
gunda es la dialéctica trascendental. Ésta consiste en una ciones, es decir, consisten en ordenar diversas re-
crítica del entendimiento en tanto es usado más allá de la presentaciones bajo una común, a partir de las in-
experiencia para obtener nuevos conocimientos acerca de tuiciones ofrecidas por la sensibilidad (pues el en-
8 8 BIBLIOGRAFÍA

tendimiento no se refiere directamente a los objetos en los objetos tradicionales de la metafísica: el alma, el
sino a través de las intuiciones). Esta función de los mundo como totalidad y Dios. Kant creyó que este uso de
conceptos es realizada por el entendimiento bajo la la razón —al que denomina dialéctico— es inadecuado y
forma de juicios. En éstos, un concepto se predica da lugar a sofismas y contradicciones.[133]
de una intuición o de un concepto inferior que en
última instancia remite a una intuición. Tal subsun-
ción es una síntesis que constituye un conocimiento 6 II. Doctrina trascendental del
mediato de objetos. Puesto que todo acto del enten-
dimiento es reducible a juicios, el hecho de poder método
presentar todos los tipos de juicios permitirá expo-
ner la totalidad de las funciones del entendimiento. En la segunda parte de la Crítica de la razón pura se de-
He aquí el hilo conductor buscado.[131] terminan las condiciones formales del sistema completo
de la razón pura.
• Sección segunda: De la función lógica del enten-
dimiento en los juicios. Se trata entonces de es-
tablecer los tipos de juicios que el entendimiento
formula según las clases de funciones efectuadas en 7 Traducciones
ellos. Estas funciones o tipos de unidad producidas
por el ordenamiento de varias representaciones bajo • Crítica de la razón pura. Trad. de Manuel García
una común expresada por el predicado son de cua- Morente. Madrid, Tecnos, 2002. ISBN 978-84-309-
tro tipos, cada uno con tres subtipos: según la can- 3810-0.
tidad (juicios universales, particulares y singulares),
según la cualidad (juicios afirmativos, negativos e • Crítica de la razón pura. Trad. de Pedro Ribas. Ma-
infinitos), según la relación (juicios categóricos, hi- drid, Alfaguara–Santillana, 1997 (13.ª ed.). ISBN
potéticos y disyuntivos) y según la modalidad (jui- 84-204-0407-1. También aparece esta traducción
cios problemáticos, asertóricos y apodícticos). Esta en edición de Gredos.
última función es la única que no afecta al contenido
del juicio sino sólo al valor de la cópula.[132] • Crítica de la razón pura. Trad. de Mario Caimi. Bue-
nos Aires, Ediciones Colihue, 2007 (1.ª ed.). ISBN
• Sección tercera: Los conceptos puros del enten- 978-950-563-049-3.
dimiento o categorías
• Crítica de la razón pura. Edición bilingüe. Traduc-
ción, estudio preliminar y notas de Mario Caimi.
Capítulo 2: Deducción de los conceptos puros del en-
México: FCE, UAM, UNAM; 2009. ISBN 978-
tendimiento
607-16-0119-3.

Libro segundo: Analítica de los principios


8 Bibliografía
5.2.3 Segunda división: Dialéctica trascendental
• ALLISON, Henry, El idealismo trascendental de
Parte de la Crítica de la razón pura que estudia la Razón Kant. Una interpretación y defensa, trad. de Gran-
para comprender su funcionamiento y estructura. Recibe ja Castro, Barcelona, Anthropos, 1992. ISBN 86-
el nombre de «dialéctica» porque trata también los argu- 7658-341-9
mentos dialécticos generados por el uso puro de la razón
en su afán por captar lo incondicionado, uso hiperfísico, • ALLISON, Henry, Idealism and Freedom. Essays on
dice Kant. Kant’s Theoretical and Practical Philosophy, Cam-
bridge University Press, 1996. ISBN Idealism and
Kant considera que la razón siempre busca la condición Freedom. Essays on Kant’s Theoretical and Practi-
o fundamento de las cosas. Precisamente la investigación cal Philosophy, Cambridge University Press, 1996.
científica aparece como consecuencia de este afán de la
Razón por la comprensión de las causas, condiciones o • CASSIRER, Ernst, El problema del conocimiento en
fundamentos de los fenómenos. Pero si el funcionamiento la filosofía y en la ciencia modernas. (Das Erkennt-
espontáneo de la Razón no se limita por la crítica, tenderá nisproblem in der Philosophie and Wissenschaft der
a pensar también la condición última de tres importantes neueren Zeit, 1906), trad. de Wenceslao Roces, Mé-
esferas: la condición o fundamento último de nuestra vida xico, Fondo de Cultura Económica, 1993. Volúme-
psíquica, la condición o fundamento último del mundo fí- nes 1 y 2.
sico y la condición o fundamento último de la totalidad de
los fenómenos, tanto físicos como psíquicos. Cuando la • CASSIRER, Ernst, Kant. Vida y doctrina, México,
Razón actúa de este modo incontrolado acabará pensando FCE, 1978.
9

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de la Crítica. Madrid, Akal, 1998.
• Concepto
• GRANJA CASTRO, D. M. (compl.); 1994. Kant:
de la Crítica a la filosofía de la religión. Prólogo
de Fernando Salmerón. Barcelona/México; Anthro- 10 Referencias
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[2] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
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[3] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure
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prohibidos por la Inquisición hasta 1805 e Index romano
ría de la verdad. Madrid, Gredos, 1979. actualizado hasta 1842.
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London/New York, George Allen & The Macmillan drid, Gredos, Estudio introductorio de J. L. Villacañas.
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[6] Kant, I., Crítica de la razón pura, Prólogo a la primera
• PATON, H. J., The Categorical Imperative. A Study edición, nota al pie.
in Kant s Moral Philosophy, Philadelphia, Univer-
sity of Pennsylvania Press, 1947. [7] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, cf. Índice de materias.
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[8] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
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nos Aires, Colihue, 2007, A VII y ss.
1969.
[9] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
• REALE, G.; ANTISTERI, Historia del pensamiento nos Aires, Colihue, 2007, A IX y ss.
filosófico y científico. II. Del humanismo a Kant. (Il
pensiero occidentale dalle origini ad oggi. Tomo II. [10] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
Editrice La Scuola, Brescia, quinta ed. 1985), trad. nos Aires, Colihue, 2007, A XI, nota al pie.
de Juan Andrés Iglesias, Barcelona, 1992.
[11] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
• TORRETI, Roberto, Manuel Kant. Estudio sobre los nos Aires, Colihue, 2007, A XI-XII y ss.
fundamentos de la filosofía crítica. 2.ª ed., Buenos [12] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
Aires, Charcas, 1967. nos Aires, Colihue, 2007, A XV y A XX.
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of the Philosophers. Ted Honderich (ed). Lon- nos Aires, Colihue, 2007, A XXI.
don/Boston/Melbourne and Henley; Routledge &
Keagan Paul, 1978. [14] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pu-
re Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa al
Prólogo a la primera edición.

9 Véase también [15] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, B VIII-B IX.
• Metafísica [16] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, B IX-BXII.
• Immanuel Kant
[17] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
• Crítica de la razón práctica nos Aires, Colihue, 2007, B XIV.
• Crítica del juicio [18] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
• Fundamentación de la metafísica de las costumbres nos Aires, Colihue, 2007, B IX-B XIV

[19] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-


• Espíritu crítico nos Aires, Colihue, 2007, B XVI-B XVII.
10 10 REFERENCIAS

[20] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [42] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, B XVII-XVIII. nos Aires, Colihue, 2007, Índice.

[21] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [43] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, B XVIII-XIX. nos Aires, Colihue, 2007, §1.

[22] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [44] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, B XIX-XX. nos Aires, Colihue, 2007, §1, cf. nota al pie de Kant

[23] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [45] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, B XXI y B XXX. nos Aires, Colihue, 2007, §1, A19=B33

[24] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [46] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, B XX. nos Aires, Colihue, 2007, §1, A20=B34

[25] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [47] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure
nos Aires, Colihue, 2007, B XXX y B XXXI. Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a la
Estética trascendental
[26] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, A1 y ss., B1 y ss. [48] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, §1, A20=B34
[27] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, B1. [49] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, §1, A22=B36
[28] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, B3-4. [50] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure
Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a la
[29] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- Estética trascendental.
nos Aires, Colihue, 2007, B4.
[51] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
[30] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- nos Aires, Colihue, 2007, §1, A19=B33
nos Aires, Colihue, 2007, B11.
[52] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
[31] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- nos Aires, Colihue, 2007, §1, A19=B33
nos Aires, Colihue, 2007, A6=B10.
[53] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
[32] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure nos Aires, Colihue, 2007, §1, A21=B35-36
Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a la
[54] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
Introducción.
nos Aires, Colihue, 2007, §2
[33] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [55] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure
nos Aires, Colihue, 2007, Introducción, apartado IV. Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a la
[34] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- Estética trascendental
nos Aires, Colihue, 2007, Introducción, apartado V. [56] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, §2, A32=B37
[35] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure
Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a la [57] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
Introducción. nos Aires, Colihue, 2007, §3
[36] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure [58] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure
Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a la Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a la
Introducción. Estética trascendental
[37] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [59] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, §1. nos Aires, Colihue, 2007, §3
[38] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [60] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, §1. nos Aires, Colihue, 2007, §3, A23-25=B38=40
[39] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [61] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, Lógica trascendental, I. nos Aires, Colihue, 2007, §3, A23=B38

[40] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure [62] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a la nos Aires, Colihue, 2007, §3, A24=B39
Introducción.
[63] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure
[41] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a la
nos Aires, Colihue, 2007, §1. Estética trascendental
11

[64] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [85] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, §3, A25=B39 nos Aires, Colihue, 2007, §2

[65] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [86] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, §3, A25 y B40 nos Aires, Colihue, 2007, §2

[66] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [87] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, §3, A25 nos Aires, Colihue, 2007, §6, punto c)

[67] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [88] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, §3, B40 nos Aires, Colihue, 2007, §4

[68] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [89] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, §3 nos Aires, Colihue, 2007, §5

[69] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure [90] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a la nos Aires, Colihue, 2007, §6
Estética trascendental
[91] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
[70] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure nos Aires, Colihue, 2007, §7
Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a la
Estética trascendental [92] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, §4, A30-32=B46-48
[71] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure
Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a la [93] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
Estética trascendental nos Aires, Colihue, 2007, §4, A30=B46

[72] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [94] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, §3, B41 nos Aires, Colihue, 2007, §4, A31=B46

[73] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [95] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure
nos Aires, Colihue, 2007, §3, B41 Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a la
Estética trascendental
[74] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure
Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a la [96] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
Estética trascendental nos Aires, Colihue, 2007, §4, A31=B47

[75] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [97] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, §3, B40 nos Aires, Colihue, 2007, §4, A32=B47. En la segunda
edición se omite esa última frase acerca de que en los con-
[76] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- ceptos las partes preceden al todo y se completa el argu-
nos Aires, Colihue, 2007, §3, B41 mento con otra explicación: que los conceptos “sólo con-
[77] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure tienen representaciones parciales”.
Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a la
[98] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
Estética trascendental
nos Aires, Colihue, 2007, §4, A32=B47
[78] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
[99] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, A26=B42
nos Aires, Colihue, 2007, §5
[79] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
[100] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pu-
nos Aires, Colihue, 2007, A26=B42, punto a)
re Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a
[80] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- la Estética trascendental. Aunque tanto la mecánica pura
nos Aires, Colihue, 2007, A26=B42, punto b) como la aritmética se basan en la representación del tiem-
po, también requieren de la del espacio y, en el caso de
[81] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure la aritmética, se necesitan además conceptos del entendi-
Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a la miento.
Estética trascendental
[101] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pure
[82] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a la
nos Aires, Colihue, 2007, A28=B45 Estética trascendental

[83] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [102] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, A28=B45 nos Aires, Colihue, 2007, §4, argumento 3.

[84] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- [103] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
nos Aires, Colihue, 2007, A28=B45 nos Aires, Colihue, 2007, §4, argumento 4.
12 11 ENLACES EXTERNOS

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Estética trascendental
[126] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
[106] Kemp Smith, N., A commentary to Kant’s Critique of Pu- nos Aires, Colihue, 2007, A65=B90
re Reason, Londres, Macmillan, 1918, sección relativa a
la Estética trascendental. Para Kemp Smith incluso esos [127] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
“principios” de la mecánica pura que se derivan de la re- nos Aires, Colihue, 2007, A65=B90
presentación del tiempo en realidad se reducen a uno solo.
[128] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue-
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[110] Kant, I., Crítica de la razón pura, trad. de M. Caimi, Bue- nos Aires, Colihue, 2007, A68=B93 y ss.
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nos Aires, Colihue, 2007, A64=B89

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nos Aires, Colihue, 2007, A64=B89
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12 Origen del texto y las imágenes, colaboradores y licencias


12.1 Texto
• Crítica de la razón pura Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Cr%C3%ADtica_de_la_raz%C3%B3n_pura?oldid=89106941 Colabora-
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