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28 de setiembre de 2021
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Índice
Hoy el Perú está pasando por una etapa donde la población ha perdido la
confianza en los partidos políticos que los representan. Conforme pasan los años la
política ha dejado de ser una actividad confiable para los peruanos, convirtiéndose
en franquicias electorales que se adaptan a su entorno comercial y tratan de vender
la imagen de un líder idealizado que la población cree necesitar.
Hacer política debe significar hacer participar a las sociedades en sus
propuestas y el debate, pulsar el consenso y hacer de éste una herramienta de
gobierno para conseguir el fortalecimiento del régimen democrático. En el Perú
también se trataría de romper el centralismo tradicional, y esto les correspondería a
los partidos políticos y más aún al partido que gobierna.
El sistema político actual se ha posicionado de tal forma que crea el terreno
perfecto para que partidos de índole populista puedan destacar y posicionarse cómo
el régimen de turno. Estos cuentan con representantes con habilidad oratoria,
alianzas políticas y un fuerte posicionamiento social que conlleva al marketing
político financiado por empresas.
Los partidos deben conocer la realidad del país, en el caso del Perú, existe
una gran dejadez del Estado para estar presente en las zonas más olvidadas.
Una clara consecuencia de esto aparece en los años ochenta, cuando
Sendero Luminoso aprovechó la poca presencia que tenía el estado en las
poblaciones marginadas para introducirse y captar adeptos con su discurso
marxista- leninista- maoísta y el pensamiento Gonzalo e iniciar una revolución desde
el campo a la ciudad.
Este problema no es algo de la actualidad, sino que tiene sus inicios desde
nuestra independencia, desde la cual se ve una tendencia caudillista; cuyos grupos
no poseen una doctrina que se sustentan ideológicamente y que tarde o temprano
van a desaparecer.
Esto queda reflejada en los cortos e inestables periodos de gobierno que
caracterizaron a esta época, esto dio origen a las polémicas entre las ideas liberales
y conservadoras que se desenvuelven en los periódicos, que, dicho sea de paso,
jugaron un papel importante en esa época. El ejemplo que más destacó fue la
rivalidad entre los ideales de Castilla, Vivanco y Echenique.
Estos tres personajes ya mencionados fueron cruciales para el inicio de la
crisis en la época electoral del país. La fragmentación de ideologías se ve reflejada
una sociedad que empezó dividida dando origen a los continuos golpes de estado
que dejaron en evidencia las ansias de tener poder en vez de buscar la estabilidad
en el país. Un claro ejemplo de esta realidad fue el personaje de Echenique,
caracterizado por sus diversos vínculos con la corrupción; lo más resaltante fue el
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Federal. Aquí se junta la Unión Nacional de González Prada, el cual fue el primer
grupo de extrema izquierda por su posición anticlerical y anticapitalista.
En esta época se da el desgaste de los partidos tradicionales ante las ideas
populistas que tuvieron el apoyo de la población a tal grado que se dieron
aglomeradas manifestaciones nunca antes vistas.
La generación del 900 fue un partido liderado por Riva Agüero, y que tuvo
como miembros a Víctor Andrés Belaunde, Oscar Miro Quesada (Racso), Francisco
García Calderón, entre otros. Dominados bajo el contexto positivista, este grupo se
erige bajo dos principios que guiaran sus reflexiones: el rescate del aporte andino y
el sentimiento de nación. Ellos fueron llamados por sus émulos como ‘Futuristas’ y
vistos por la juventud como una alternativa refrescante ante la agobiante repetitiva
de los partidos tradicionales.
El Oncenio de Leguía, fue un gobierno que sepultó a muchos grupos políticos.
Así, este régimen frustró ese esfuerzo generacional por renovar la política desde
dentro, eran intelectuales que conocían el Perú profundo y no pudieron poner en
práctica sus ideales.
Mientras tanto Leguía funda el partido Democrático Reformista que ganó
seguidores con un programa atrayente: proponiendo recuperar las provincias de
Tacna, Arica y también Tarapacá. Ofrece modernizar el poderío militar y además, el
saneamiento nacional, la reforma del parlamento y una nueva ley electoral.
Para mantenerse en el poder Leguía somete al congreso, a la prensa y
desata una implacable persecución contra sus adversarios políticos. Así como
desaparecen partidos políticos, surgen otros en reacción a la dictadura de Leguía y
su Patria Nueva: El partido Comunista y el APRA.
Víctor Raúl Haya de la Torre funda el APRA en 1924 y sus objetivos eran
inicialmente la unidad política de América Latina. Aquí en el Perú tiene sus orígenes
relacionado al problema de las haciendas azucareras del norte, principalmente
Trujillo. Haya planteó la creación de un Frente Nacionalista con trabajadores
manuales e intelectuales que eran amenazados por lo que se empezaba a conocer
como el Imperialismo norteamericano.
Por otro lado, José Carlos Mariátegui, Julio Portocarrero, Avelino Navarro,
Hinojosa y Borja, Ricardo Martínez de la Torre y Bernardo Regman fundan el partido
Comunista del Perú que en aquel año se llamó Partido Socialista. Fue concebido por
planteamientos marxistas.
Ambos partidos plantean la necesidad de una revolución anti feudal,
antiimperialista y avanzar al cambio socialista, para ello debía resolver el problema
del indígena y de la tierra. El proletariado y el campesino son los que transformarán
la sociedad.
En Arequipa, el comandante Luís Miguel Sánchez Cerro se levanta en armas
y se proclama jefe supremo. Con esta investidura lanza un vibrante manifiesto. En el
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Según Weber los partidos son por su naturaleza más íntima, organizaciones
de creación libre que se sirven de una propaganda también libre en renovación
constante. Su objeto consiste siempre en la adquisición de votos en las elecciones
como vía a la obtención de cargos públicos.
Weber es autor de dos famosas clasificaciones. La primera que atiende a la
estructura interna del partido ya ha sido señalada: partido de notables y partido de
masas. La segunda se vincula a los objetivos perseguidos por los partidos políticos y
aquí Weber distingue partido de patronazgo, es decir organizaciones patrocinadoras
de cargos estatales para los miembros del partido y partidos ideológicos, que se
proponen la implantación de ideales de contenido político en la sociedad y el Estado.
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Sin embargo, el propio Weber relativiza su clasificación cuando señala que por lo
regular "los partidos suelen ser ambas cosas a la vez, o sea que se proponen fines
políticos objetivos trasmitidos por tradición y que en consideración de ésta sólo se
van modificando lentamente, pero persiguen además el patrocinio de los cargos".
El británico Alan Ware dice que un partido político «es una institución que
busca influencia en el seno del Estado, a menudo intentando ocupar posiciones de
gobierno, y puesto que normalmente defiende más de único interés social, intenta,
hasta cierto punto, agregar intereses».
Burke menciona sobre partido político «un partido es un cuerpo de hombres
unidos para promover, mediante su labor conjunta, el interés nacional sobre la base
de algún principio concreto acerca del cual todos se muestran de acuerdo». Por su
parte Maurice Duverger, politólogo francés miembro del partido comunista italiano,
nos menciona que un partido político “es un grupo de seres humanos que tiene una
organización estable con el objetivo de conseguir o mantener para sus líderes el
control de un gobierno y en un futuro dar a los miembros del partido ventajas
materiales e ideales por medio de tal control”.
según Victor Martínez López "Mira qué brazos tan largos tengo y por todos
sitios no hay más que vacío." Escrita por el inolvidable Ingmar Bergman, esta frase
podría firmarla cualquier partido político. Porque los partidos hoy como nunca son
fuertes en las democracias, pero, no obstante, ello, se dice y repite hasta hacer un
lugar común, sufren un divorcio con los ciudadanos. Usando esta paradoja como
pretexto, exploro en este artículo la literatura partidista internacional (definición,
historia, crisis y debates actuales), realizando así un ejercicio de clasificación teórica.
Otros autores dicen que los partidos perjudican la democracia, razón por la
que deben desaparecer (Ostrogorski, 1902); los partidos están en crisis y serán
sustituidos por movimientos y otras formas de organización social (Lawson y Merkl,
1988); los partidos se han transformado y revitalizado (Katz y Mair, 2002).
Ahora la Ley nacional de Partidos Políticos N° 28094 en el artículo 1, Los
partidos políticos son asociaciones de ciudadanos que constituyen personas
jurídicas de derecho privado cuyo objeto es participar por medios lícitos,
democráticamente, en los asuntos públicos del país dentro del marco de la
Constitución Política del Estado y de la presente ley.
políticos no actúan de forma aislada y que se necesitan los unos a otros, por lo que
interactúan, conformando los sistemas de partidos políticos
El sistema de partidos funciona también cómo un agente normativo que vela
por la legitimidad de este ejercicio de gobierno; siendo así una mediadora entre la
necesidad ciudadana y el gobierno.
1.5.3 INSTITUCIONALIZACIÓN
Alberto Melucci, sociólogo italiano, opina que: “Los movimientos políticos son
acciones colectivas que tienden a ampliar la participación política y a mejorar la
posición relativa del actor en el proceso de toma de decisiones”. Según Antonio
Tinoco los movimientos políticos “son una especie de sub movimientos sociales cuya
característica fundamental reside en la búsqueda del poder político a toda costa”. La
idea de movimiento político se asocia con lo anterior, referido específicamente, a la
finalidad de obtener el poder. Los movimientos políticos pueden ser múltiples y
variados, pero todos deben tener en común algunas características consideradas
fundamentales para ser ubicados en los procesos políticos específicos. Es
importante precisar que los movimientos políticos son grupos en movimiento, lo cual
sirve para desestimar la connotación estática de llamar movimientos a grupos que no
se mueven o que lo hacen esporádicamente. Otra precisión importante es la
asociación entre movimiento político y poder, lo que nos permite excluir de la
terminología las revueltas y los motines que son más dispersos y de menor alcance.
INFORMACIÓN.