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Combis políticas, vientres de alquiler o partidos políticos

Antonella Solari, Piero Alcedo, Jorge Mendoza, Jhenry De La Cruz, Gonzalo

Cervantes y Kevin Otarola

Escuela Profesional De Ciencia Política, Universidad Nacional Federico Villareal

101681: Fundamentos de Ciencia Política

Italo Joshua Felix Dill'erva

28 de setiembre de 2021
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Índice

CAPÍTULO 1: PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ......................................................... 3

1.1 DESCRIPCIÓN DE LA REALIDAD PROBLEMÁTICA ......................................... 3

1.2 FORMULACIÓN DEL PROBLEMA ...................................................................... 7

1.2.1 PROBLEMA GENERAL .................................................................................. 7

1.2.2 PROBLEMAS ESPECÍFICOS ......................................................................... 8

1.3 OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN ................................................................. 8

1.4 JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN .......................................................... 9

1.5 DELIMITACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN ........................................................... 9

1.6 VIABILIDAD DE LA INVESTIGACIÓN ............................................................... 16


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CAPÍTULO 1: PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1.1 DESCRIPCIÓN DE LA REALIDAD PROBLEMÁTICA

Hoy el Perú está pasando por una etapa donde la población ha perdido la
confianza en los partidos políticos que los representan. Conforme pasan los años la
política ha dejado de ser una actividad confiable para los peruanos, convirtiéndose
en franquicias electorales que se adaptan a su entorno comercial y tratan de vender
la imagen de un líder idealizado que la población cree necesitar.
Hacer política debe significar hacer participar a las sociedades en sus
propuestas y el debate, pulsar el consenso y hacer de éste una herramienta de
gobierno para conseguir el fortalecimiento del régimen democrático. En el Perú
también se trataría de romper el centralismo tradicional, y esto les correspondería a
los partidos políticos y más aún al partido que gobierna.
El sistema político actual se ha posicionado de tal forma que crea el terreno
perfecto para que partidos de índole populista puedan destacar y posicionarse cómo
el régimen de turno. Estos cuentan con representantes con habilidad oratoria,
alianzas políticas y un fuerte posicionamiento social que conlleva al marketing
político financiado por empresas.
Los partidos deben conocer la realidad del país, en el caso del Perú, existe
una gran dejadez del Estado para estar presente en las zonas más olvidadas.
Una clara consecuencia de esto aparece en los años ochenta, cuando
Sendero Luminoso aprovechó la poca presencia que tenía el estado en las
poblaciones marginadas para introducirse y captar adeptos con su discurso
marxista- leninista- maoísta y el pensamiento Gonzalo e iniciar una revolución desde
el campo a la ciudad.
Este problema no es algo de la actualidad, sino que tiene sus inicios desde
nuestra independencia, desde la cual se ve una tendencia caudillista; cuyos grupos
no poseen una doctrina que se sustentan ideológicamente y que tarde o temprano
van a desaparecer.
Esto queda reflejada en los cortos e inestables periodos de gobierno que
caracterizaron a esta época, esto dio origen a las polémicas entre las ideas liberales
y conservadoras que se desenvuelven en los periódicos, que, dicho sea de paso,
jugaron un papel importante en esa época. El ejemplo que más destacó fue la
rivalidad entre los ideales de Castilla, Vivanco y Echenique.
Estos tres personajes ya mencionados fueron cruciales para el inicio de la
crisis en la época electoral del país. La fragmentación de ideologías se ve reflejada
una sociedad que empezó dividida dando origen a los continuos golpes de estado
que dejaron en evidencia las ansias de tener poder en vez de buscar la estabilidad
en el país. Un claro ejemplo de esta realidad fue el personaje de Echenique,
caracterizado por sus diversos vínculos con la corrupción; lo más resaltante fue el
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escándalo de la deuda interna en la cual se pagó 7 veces más de lo debido y esto


trajo como consecuencia la rebelión de la oposición.
No podemos hablar de partidos políticos sin mencionar al pionero oficial de
estos: El Partido Civil. Este nace en 1871 con la formación de una sociedad
denominada ‘Independencia Electoral’, donde el personaje más destacado fue
Manuel Pardo y Lavalle quien agrupará a las fuerzas populares, la juventud
intelectual, profesionales y elementos vinculados a las actividades económicas.
Como el proyecto de Sociedad Independencia Electoral, antecedente del
partido Civil, nació con un ideario republicano de tendencia nacionalista. Conformada
en su mayoría por los propietarios ricos, hacendados, comerciantes, intelectuales,
profesionales, etc.
Ellos idealizaban poder concretar y unificar la república cosa que los liberales
y conservadores no pudieron hacer desde la independencia.
Cuando este partido logró obtener el poder consiguió un gran avance al
nacionalizar el guano y el salitre que en teoría debería haber sido utilizado para el
beneficio del pueblo. Tristemente esta idealización se vio truncada por los intereses
de unos pocos individuos influyentes.
Piérola funda el Partido Nacional en 1882 pero decide retirarse por las
discrepancias internas, ese mismo año Andrés Avelino Cáceres funda el partido
Constitucional.
En julio de 1884 fue fundado el partido Demócrata encabezado por Piérola
que afirmaba rechazar un pacto con el general Miguel Iglesias. Por otro lado, los
civilistas optaron por unirse al partido de Cáceres para fortalecer la oposición frente
al gobierno de Iglesias. Es así como Cáceres en 1886 toma el poder mediante una
guerra civil.
Durante el gobierno de Cáceres (1886-1896) el orden público no fue alterado
por ninguna conspiración o subordinación. Hubo represión para el periodismo de
oposición, sobre todo lo relacionado con el contrato Grace.
La oposición formó una coalición de partidos contrarias al militarismo que eran
conformados por civilistas, demócratas y liberales, desatando así, una guerra civil
por el poder que culminó con la entrega del poder a Piérola, un no civilista.
Sin embargo, Nicolás de Piérola no inicia la república aristocrática, sino su
sucesor: Eduardo López de Romaña.
En 1902, tras los percances gubernamentales y la instauración de este
segundo civilismo, comienza la agitación electoral. Los partidos políticos
tradicionales buscan nuevas alianzas para tener éxito en la contienda que se
avecina; demócratas y civilistas caminan ya por su cuenta.
Los civilistas con los constitucionalistas; los demócratas se han unido al
partido liberal, los otros partidos de oposición se aúnan en el llamado Partido
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Federal. Aquí se junta la Unión Nacional de González Prada, el cual fue el primer
grupo de extrema izquierda por su posición anticlerical y anticapitalista.
En esta época se da el desgaste de los partidos tradicionales ante las ideas
populistas que tuvieron el apoyo de la población a tal grado que se dieron
aglomeradas manifestaciones nunca antes vistas.
La generación del 900 fue un partido liderado por Riva Agüero, y que tuvo
como miembros a Víctor Andrés Belaunde, Oscar Miro Quesada (Racso), Francisco
García Calderón, entre otros. Dominados bajo el contexto positivista, este grupo se
erige bajo dos principios que guiaran sus reflexiones: el rescate del aporte andino y
el sentimiento de nación. Ellos fueron llamados por sus émulos como ‘Futuristas’ y
vistos por la juventud como una alternativa refrescante ante la agobiante repetitiva
de los partidos tradicionales.
El Oncenio de Leguía, fue un gobierno que sepultó a muchos grupos políticos.
Así, este régimen frustró ese esfuerzo generacional por renovar la política desde
dentro, eran intelectuales que conocían el Perú profundo y no pudieron poner en
práctica sus ideales.
Mientras tanto Leguía funda el partido Democrático Reformista que ganó
seguidores con un programa atrayente: proponiendo recuperar las provincias de
Tacna, Arica y también Tarapacá. Ofrece modernizar el poderío militar y además, el
saneamiento nacional, la reforma del parlamento y una nueva ley electoral.
Para mantenerse en el poder Leguía somete al congreso, a la prensa y
desata una implacable persecución contra sus adversarios políticos. Así como
desaparecen partidos políticos, surgen otros en reacción a la dictadura de Leguía y
su Patria Nueva: El partido Comunista y el APRA.
Víctor Raúl Haya de la Torre funda el APRA en 1924 y sus objetivos eran
inicialmente la unidad política de América Latina. Aquí en el Perú tiene sus orígenes
relacionado al problema de las haciendas azucareras del norte, principalmente
Trujillo. Haya planteó la creación de un Frente Nacionalista con trabajadores
manuales e intelectuales que eran amenazados por lo que se empezaba a conocer
como el Imperialismo norteamericano.
Por otro lado, José Carlos Mariátegui, Julio Portocarrero, Avelino Navarro,
Hinojosa y Borja, Ricardo Martínez de la Torre y Bernardo Regman fundan el partido
Comunista del Perú que en aquel año se llamó Partido Socialista. Fue concebido por
planteamientos marxistas.
Ambos partidos plantean la necesidad de una revolución anti feudal,
antiimperialista y avanzar al cambio socialista, para ello debía resolver el problema
del indígena y de la tierra. El proletariado y el campesino son los que transformarán
la sociedad.
En Arequipa, el comandante Luís Miguel Sánchez Cerro se levanta en armas
y se proclama jefe supremo. Con esta investidura lanza un vibrante manifiesto. En el
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mensaje se hacen grandes acusaciones contra Leguía y un análisis exhaustivo del


régimen del oncenio, es así como acaba el largo periodo de Leguía.
En 1931 Sánchez Cerro funda la Unión Revolucionaria que participó en las
elecciones generales de 1931 y 1945.
En las elecciones de 1939, la candidatura de Prado se enfrenta a la de José
Quesada, quien llega al ruedo electoral con la divisa de la Unión Revolucionaria.
Tanto uno como otro candidato persiguen los votos del partido Aprista, que está
fuera de ley.
Prado llegó a un acuerdo con el APRA y se comprometió a dar la amnistía y
a devolver la legalidad al partido. Pero todo quedaba en nada.
Entre tanto en Arequipa en 1944 encabezando a un grupo de ciudadanos,
Manuel J. Bustamante suscribe un memorial exigiendo la derogatoria de las leyes de
excepción y, por ende, la vigencia irrestricta de las libertades públicas. Es el punto
de partida del Frente Democrático Nacional.
El Fredena agrupó al proscrito aprismo y al comunismo, junto con sectores
liberales de la derecha. José Luís Bustamante gana, y pierde Eloy Ureta por la Unión
Revolucionaria.
Odría se convirtió en candidato único en 1950 después de enviar a la cárcel a
su contendor, el general Montagene de la Liga Democrática. En 1955 nace La
Coalición Nacional en oposición a Odría. Durante las elecciones de 1956 marcan un
hito histórico, porque por primera vez las mujeres tienen el derecho a votar a sus
representantes y de ser elegidas.
Por estos años nace el Frente Nacional de juventudes Democráticas, Fue la
base para que en un futuro cercano se fundara Acción Popular y en ella surge la
inesperada candidatura de Fernando Belaunde Terry, en marzo de 1956, en plena
dictadura de Manuel A. Odría.
El APRA rebelde no estaba de acuerdo con la convivencia y De la Puente
Uceda más tarde formaría el MIR (Movimiento de Izquierdas Revolucionarias) que
participaría en las famosas guerrillas. Dentro de estas, se encuentra el Ejército de
Liberación Nacional que estuvo formada por la juventud del PCP y fue dirigido por
Héctor Bejar, Juan Pablo Chang y el poeta Javier Heraud que en 1963 iniciaría las
guerrillas en Ayacucho.
En 1962 (elecciones) Haya no logró el tercio electoral que exige la
constitución para ser presidente. Las fuerzas armadas denuncian procedimientos
fraudulentos en varios departamentos, querían impedir que el APRA llegara al poder.
El APRA representa en ese momento una opción conservadora, mientras que el
ejército estaba por las reformas.
Por los años setenta, las diferentes expresiones de la izquierda peruana que
vendrían de aquí en adelante han pretendido revalorar la figura de Mariátegui. Desde
este punto, surgen distintos partidos de izquierda radical como bandera roja, Patria
Roja y el más destacado PCP Sendero Luminoso.
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En noviembre de 1977 se convoca a elecciones para la Asamblea


Constituyente, se instaura el voto preferencial, la nueva legislación electoral
establecía además el voto para los jóvenes de 18 años.
En los años ochenta, Sendero Luminoso se convierte en la más grande
aberración partidista del país.
En 1985, Alan García accede a la presidencia de la República ofreciendo un
gobierno “para todos los peruanos”; la crisis económica y el terrorismo fue lo que
tuvo que enfrentar en su gobierno. El 28 de julio de 1987 se dio la estatización de la
banca. El PPC sale a las calles y Mario Vargas Llosa aparece. Surge el Movimiento
Libertad (1987) contra la amenaza totalitaria que era la estatización.
Surge Cambio 90 (1989) fundado por Alberto Fujimori con Máximo San
Román y Carlos García García, fue un movimiento de agrónomos e industriales,
ofrecían al país una alternativa basada en el trabajo, la producción y la tecnología
aplicada ala pequeña y mediana empresa.
Fujimori derrota a Vargas Llosa y llega al poder. Ante poca representatividad
en el Congreso decide disolverlo y crear una nueva constitución Los partidos
políticos fueron afectados durante su dictadura. Existe una crisis política en la
medida que el gobierno no puede ejercer su función de gobernar. Fujimori logra la
pacificación nacional y la derrota del terrorismo controla la hiperinflación y la
reinserción externa. Pero uno de sus errores fue la reelección con firmas falsas, la
corrupción y Montesinos.
El gobierno de Fujimori fue el punto de quiebre para la transformación de los
partidos políticos tradicionales que se basaban en una ideología y que pasaron a ser
una pancarta populista a fines de sus intereses propios.

1.2 FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

1.2.1 PROBLEMA GENERAL

¿De qué manera la propuesta de reforma del régimen de partidos políticos se


relaciona con el desarrollo nacional?
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1.2.2 PROBLEMAS ESPECÍFICOS

a) ¿Cómo se relaciona la propuesta de reforma del régimen de partidos


políticos con el desempeño de los funcionarios públicos en el Perú?

b) ¿Cómo se relaciona la propuesta de reforma del régimen de partidos


políticos con el crecimiento económico del Perú?

c) ¿Cómo se relaciona la propuesta de reforma del régimen de partidos


políticos con la satisfacción de la población en el Perú?

1.3 OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

1.3.1 OBJETIVO GENERAL

Tras plantear nuestra problemática y entender en qué situación resalta la


política como un sistema, nuestra investigación tiene como objeto general:
El análisis, comprensión y decaimiento de los sistemas políticos peruanos

1.3.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Explicar la relación entre la crisis de los partidos políticos y el colapso de sistema


político peruano

Demostrar como la percepción negativa de los actores políticos influyó en el


colapso del sistema político peruano.

Establecer la relación entre la propuesta de reforma del régimen de partidos


políticos con la satisfacción de la población en el Perú.
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1.4 JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN

La existencia de los actuales partidos políticos y su corrompida estructura


basada en una mofa barata de cargos hereditarios y la lucha constante por querer
ser el protagónico es la razón por la que nos vimos con el compromiso de poder
entender el cómo es que llegamos a este punto y el proponer cómo solucionarlo. Por
lo expuesto, es urgente que se realice una reforma actual de los partidos políticos,
esto a partir de un sistema basado en un arraigo más ideológico y la meritocracia por
medio de la competencia y no de la influencia. También usando de ejemplo sistemas
de partidos extranjeros que demuestran mejores resultados y que han demostrado
eficiencia y eficacia en sus resultados, ya que el objetivo de un partido político es el
servir al pueblo con calidad y seguridad garantizando la democracia.
Consideramos que esta investigación es esencial porque aborda un problema
real de nuestra política actual, problema que viene desde los cimientos de nuestra
independencia y que ha generado zozobra para el avance de la sociedad peruana.
Su ineficiencia para poder satisfacer la necesidad ciudadana y el despilfarro de los
recursos públicos, y sobre todo la vulneración de los derechos políticos ciudadanos
son la razón que mueve esta investigación.
En ese sentido, tras identificar las causas reales y efectos del problema
general que consideramos perjudica a la estructura de los partidos políticos, la
utilidad concreta de la investigación será presentar las alternativas para solucionar
ese problema, lo que podría generar un beneficio concreto al proponer un rediseño
organizativo de las bases y estructura e los partidos políticos.

1.5 DELIMITACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN

1.5.1 PARTIDOS POLÍTICOS

Según Weber los partidos son por su naturaleza más íntima, organizaciones
de creación libre que se sirven de una propaganda también libre en renovación
constante. Su objeto consiste siempre en la adquisición de votos en las elecciones
como vía a la obtención de cargos públicos.
Weber es autor de dos famosas clasificaciones. La primera que atiende a la
estructura interna del partido ya ha sido señalada: partido de notables y partido de
masas. La segunda se vincula a los objetivos perseguidos por los partidos políticos y
aquí Weber distingue partido de patronazgo, es decir organizaciones patrocinadoras
de cargos estatales para los miembros del partido y partidos ideológicos, que se
proponen la implantación de ideales de contenido político en la sociedad y el Estado.
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Sin embargo, el propio Weber relativiza su clasificación cuando señala que por lo
regular "los partidos suelen ser ambas cosas a la vez, o sea que se proponen fines
políticos objetivos trasmitidos por tradición y que en consideración de ésta sólo se
van modificando lentamente, pero persiguen además el patrocinio de los cargos".
El británico Alan Ware dice que un partido político «es una institución que
busca influencia en el seno del Estado, a menudo intentando ocupar posiciones de
gobierno, y puesto que normalmente defiende más de único interés social, intenta,
hasta cierto punto, agregar intereses».
Burke menciona sobre partido político «un partido es un cuerpo de hombres
unidos para promover, mediante su labor conjunta, el interés nacional sobre la base
de algún principio concreto acerca del cual todos se muestran de acuerdo». Por su
parte Maurice Duverger, politólogo francés miembro del partido comunista italiano,
nos menciona que un partido político “es un grupo de seres humanos que tiene una
organización estable con el objetivo de conseguir o mantener para sus líderes el
control de un gobierno y en un futuro dar a los miembros del partido ventajas
materiales e ideales por medio de tal control”.
según Victor Martínez López "Mira qué brazos tan largos tengo y por todos
sitios no hay más que vacío." Escrita por el inolvidable Ingmar Bergman, esta frase
podría firmarla cualquier partido político. Porque los partidos hoy como nunca son
fuertes en las democracias, pero, no obstante, ello, se dice y repite hasta hacer un
lugar común, sufren un divorcio con los ciudadanos. Usando esta paradoja como
pretexto, exploro en este artículo la literatura partidista internacional (definición,
historia, crisis y debates actuales), realizando así un ejercicio de clasificación teórica.
Otros autores dicen que los partidos perjudican la democracia, razón por la
que deben desaparecer (Ostrogorski, 1902); los partidos están en crisis y serán
sustituidos por movimientos y otras formas de organización social (Lawson y Merkl,
1988); los partidos se han transformado y revitalizado (Katz y Mair, 2002).
Ahora la Ley nacional de Partidos Políticos N° 28094 en el artículo 1, Los
partidos políticos son asociaciones de ciudadanos que constituyen personas
jurídicas de derecho privado cuyo objeto es participar por medios lícitos,
democráticamente, en los asuntos públicos del país dentro del marco de la
Constitución Política del Estado y de la presente ley.

1.5.2 SISTEMA DE PARTIDOS POLÍTICOS

De acuerdo a la definición presentada por Gianfranco Pasquino en el


Diccionario de Política de Bobbio y Matteucci, los sistemas de partidos pueden
clasificarse en: competitivos y no competitivos. La mayoría de la doctrina considera
que los sistemas de partidos necesitan del elemento de la competencia entre dos o
más partidos para ser considerados como tales, entre los que destaca a Eckstein.
Sin embargo, la perspectiva adoptada por Pasquino es que los sistemas con partido
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único constituyen un objeto legítimo de análisis. De la misma manera, Jonathan W.


Riggs, considera que un sistema de partidos va más allá del número de partidos,
pues la competitividad (o la no competitividad) es "sólo una de las características
posibles". En cambio, Christopher Claphan, refiriéndose a la democratización en
países en vías de desarrollo, considera que la competitividad no es "solo un
elemento más", sino el elemento clave de un sistema de partidos, lo que descarta la
posibilidad de hablar de sistemas de partido único. (Bobbio y Matteucci, 1982). En la
misma línea, Mark Payne resalta la importancia de los sistemas de partidos y de los
partidos políticos, siempre que se trate de sistemas en los que dos o más partidos
compiten por el poder. (Payne, 2006, p.165.).
Otto Kirchheimer, enunció su teoría del partido-escoba o atrapa todo.
Kirchheimer, al acuñar la expresión de partido-escoba, no pensaba en una
organización cuya base electoral se hubiese hecho tan heterogéneo que le
permitiera representar a todo el espectro social, pues este autor sabía que esos
rasgos no han caracterizado nunca, ni probablemente caracterizarán nunca a ningún
partido.
La transformación del partido de masas en partido-escoba, según el análisis de
Kirchheimer, significa la apertura a otros grupos sociales, debido a que la sociedad
actual es mucha más secular, consumista y socialmente heterogénea que aquella en
que se originaron los antiguos partidos de masas.
Kirchheimer, como parte de las implicaciones políticas que la transformación de la
sociedad contemporánea significa, señala determinados aspectos, que desde su
punto de vista son los más importantes:
· La posposición marcada de los componentes ideológicos de los partidos. Ellos se
desideologizan y concentran su propaganda en el mundo de los valores y/o en
temas generales, compartidos en principio por vastos sectores del electorado: el
desarrollo económico, la defensa del orden público, etc.
· Una mayor apertura del partido a la influencia de nuevos grupos de interés. Ello va
acompañado de una transformación de las viejas organizaciones afines al partido en
grupos de interés con lazos y relaciones más débiles y esporádicas con el partido,
que en el pasado.
· La pérdida de peso político de los afiliados; un declive pronunciado del papel de los
militantes de base y desvalorización del papel del miembro individual.
· El fortalecimiento del poder organizativo de los líderes, autonomizados de la
ideología del partido y que se apoyan ahora, para la financiación de la organización y
para mantener sus lazos con el electorado, más en los grupos de interés que en los
afiliados.
De esta forma actualmente se generan unas relaciones más débiles entre los
partidos actuales y su electorado; este deja de depender de la existencia de una
fuente implantación social de base y de subculturas políticas sólidas y compactas.
Tras analizar los diversos conceptos, podemos decir que un sistema de
partidos tiene como principal elemento y herramienta a los partidos políticos, y que la
lucha ideológica de estos mismos para llegar al poder es clave para la estructuración
de la democracia. Por esta misma definición, podemos entender que los partidos
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políticos no actúan de forma aislada y que se necesitan los unos a otros, por lo que
interactúan, conformando los sistemas de partidos políticos
El sistema de partidos funciona también cómo un agente normativo que vela
por la legitimidad de este ejercicio de gobierno; siendo así una mediadora entre la
necesidad ciudadana y el gobierno.

1.5.3 INSTITUCIONALIZACIÓN

La institucionalización es el proceso a través del cual las organizaciones


desarrollan un tipo de estructuras en las que se caracterizan, de forma distintiva,
algunos “patrones de integración socialmente ordenados y estables”.
Philip Selznick (1962) plantea una doble dimensión del concepto: por una
parte, toma la institucionalización como la "rutinización" de un sistema formal de
reglas y objetivos, y por otra, como un proceso que implica la "internalización de
valores". De esta manera define a la institucionalización como un proceso que sólo
aparece en una organización con el paso del tiempo y que refleja la propia historia
de la organización, el carácter de las personas que han trabajado en ella, los grupos
que acoge, los intereses creados por estos y la manera en que se han adaptado al
medio que los rodea. Samuel Huntington (1968) también se refiere al valor de la
institucionalización política, conceptualizándola como el "proceso por el cual
adquieren valor y estabilidad las organizaciones y procedimientos". Este concepto
puede ser aplicado tanto a la institucionalización de partidos políticos como a la de
sistemas de partidos. el mismo Panebianco (1988) lo explica como “el proceso por el
que una organización pierde su característica de herramienta y adquiere valor en sí
misma”.
Cuando estos diseñan una política social es necesario responder a un
conjunto de preguntas: cuál es la población a atender; cómo se financiará, en su
doble aspecto de identificar las fuentes de los recursos y la forma de su asignación;
qué lógica guiará la toma de decisiones, ¿burocrática, en el sentido weberiano, o de
proyectos?; qué criterio fijará las prioridades, vale decir, a quién se atenderá primero;
qué medios se necesitan para llevar a cabo el programa; y, finalmente, con qué
metodología e indicadores se efectuará el seguimiento y la evaluación del proceso
de operación del programa y de su impacto. Pero, siempre, la primera pregunta tiene
que ver con la institucionalidad que puede definirse como el conjunto de normas que
regulan el comportamiento de los actores, las organizaciones, la calidad de las
mismas, los modelos de organización y gestión, los arreglos institucionales (CEPAL,
2000). Entre los aspectos a destacar en lo institucional está la identificación y
reconocimiento de los actores de la política social, y la forma en que se organiza el
principal de ellos, el Estado.
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Las funciones de la política social (diseño, financiamiento, implementación,


control, evaluación) son separables y pueden por tanto ser llevadas a cabo por
diferentes actores. Muchos de ellos siempre han estado presentes en el campo
social, aunque no fueran reconocidos desde la perspectiva estatal, y posiblemente
tengan capacidad1 y en muchos casos excelencia para llevar a cabo algunas de las
funciones que anteriormente concentraba el Estado. Se trata de los subsectores
filantrópico o voluntario, comercial, informal y comunitario. Otros autores van más
allá y piensan que “la tendencia global apunta al retiro gradual del Estado” en
materia de provisión de bienes y servicios sociales y del financiamiento. Sus
funciones se centrarían en su rol supervisor y regulador, para atenuar las fallas del
mercado y la búsqueda de la equidad de acceso a los mercados de bienes y
servicios sociales (García y Camacho, 2004:10).
Otro gran tema de la institucionalidad se relaciona con la forma que adopta la
organización del Estado. Más allá de la matriz unitaria o federal, lo que se discute
aquí es el grado de descentralización que caracteriza al aparato estatal. La
tendencia histórica latinoamericana ha sido centralizadora. En ello han influido
razones políticas, como la matriz unitaria, típica de la mayoría de los Estados de la
región, el centralismo larvado que existe incluso en los que adoptaron estructuras
federales, y las influencias culturales procedentes de países tradicionalmente
centralizados. También coadyuvó la gran concentración urbana de la segunda mitad
del siglo XX, provocada por el proceso de las migraciones campo-ciudad que se
vieron aceleradas por el propio modelo de industrialización sustitutiva que fue
dominante en la región. Se ha criticado que las decisiones que se toman en los
sistemas centralizados escapan a la esfera de acción de los afectados y quedan en
manos de una remota burocracia, de tamaño creciente, con intereses propios, y
ajena a las preocupaciones de los interesados, que además es inaccesible a ellos.
Se argumenta, asimismo, que la misma lejanía del centro respecto a los lugares
donde viven los afectados por sus decisiones, hace que éstas se tomen con un
menguado conocimiento de la realidad en que deben implementarse.
Durante los años 1980, la descentralización fue vista como una estrategia
incluida en el paquete de las reformas, y pronto hubo consenso respecto a que era
un elemento importante en la modernización de la región. Los argumentos en que se
fundamentaban eran en buena parte políticos y sostenían que ella permitiría
fortalecer la democracia, incentivando la participación ciudadana y otorgando a las
personas una mayor injerencia en asuntos que les conciernen directamente.
Contribuiría asimismo al consenso social, por cuanto la mayor participación
permitiría el control de las burocracias, ya más cercanas, por los “ciudadanos”
beneficiarios. Ella también acompañaría los procesos de fortalecimiento del
mercado.
Sin embargo, las experiencias descentralizadoras no parecen haber motivado
la participación que debería haber sido escuela de ciudadanía. Es probable que ante
la imposibilidad del ejercicio participativo y de control de la actividad pública, quienes
debían ejercer esas funciones hayan optado por abandonarlas. Las encuestas de
opinión muestran signos de desencanto con la política y un desinterés por participar
en ella (Franco, 2002b), sin que existan diferencias apreciables en el caso de los
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países que han avanzado en el proceso descentralizador respecto de aquellos que


siguen organizados muy centralizadamente. Sin duda, algunos males tradicionales
de la política latinoamericana, como la corrupción y el clientelismo político, han
contribuido a que los cambios descentralizadores no tuvieran los efectos buscados o
los han acomodado a sus propias necesidades. Parecería que, en la actualidad, en
América Latina, hay un déficit de control de la función pública por la ciudadanía.
Por otro lado, existe el riesgo de que la transferencia de poder a instancias
subnacionales no resulte en la promoción de la democracia, sino en un
reforzamiento de la dominación de las oligarquías locales. Por lo menos en ciertas
etapas de la historia de la región, las autoridades centrales han cumplido, en muchos
casos, una labor fundamental en el proceso de disolución o de pérdida de poder de
formas de dominación tradicionales en especial en regiones aisladas. Y en la
actualidad parece que sólo en la arena política más amplia, con el papel de los
medios de comunicación, es posible airear muchos de los problemas de mal manejo
y corrupción. Un argumento para la descentralización suele ser que hay poblaciones
con un bajo nivel de vida en algunas regiones. Se supone que la descentralización
permitirá que los recursos sean mejor distribuidos y utilizados. Pero nada asegura
que la instancia subnacional los utilice eficientemente. Hay muchos que dudan de la
capacidad de las nuevas autoridades subnacionales: “si se tiene presente la difícil
situación económica y técnica de muchos municipios y comunidades locales, (cabe
pensar que) una descentralización inadecuadamente conducida podría comprometer
seriamente la equidad y aumentar las desigualdades regionales” (OEA/ MIDEPLAN/
CEPAL, 1998:18).
Un autor destaca que “aún no se observan resultados concluyentes en cuanto
a eficiencia y el ingreso geográfico bruto se sigue concentrando en algunos
territorios” y que “no hay indicios significativos de que (los procesos de
descentralización) hayan generado una tendencia generalizada a la participación
ciudadana, e incrementos importantes y persistentes en términos de eficiencia
pública y reducción de la corrupción (Finot, 2002:140 y 144).

1.5.4 MOVIMIENTOS POLÍTICOS

Son movimientos políticos son asociaciones de ciudadanos constituidas


libremente para influir en la formación de la voluntad política o para participar en las
elecciones. Anima a convencer, a los ciudadanos y al gobierno para que emprendan
acciones en torno a los asuntos y preocupaciones que son el foco del movimiento.
Los movimientos políticos son expresión de la lucha por el espacio político y sus
beneficios. Se organizan como “grupos no estatales” dirigidos por sus propias élites
A diferencia de un partido político, ya que este no tiene una institucionalización de
una idea, de un grupo, de una actividad, simplemente quieren llegar al poder a
cualquier manera, sin importar la renovación de cuadro ni de identidades.
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Alberto Melucci, sociólogo italiano, opina que: “Los movimientos políticos son
acciones colectivas que tienden a ampliar la participación política y a mejorar la
posición relativa del actor en el proceso de toma de decisiones”. Según Antonio
Tinoco los movimientos políticos “son una especie de sub movimientos sociales cuya
característica fundamental reside en la búsqueda del poder político a toda costa”. La
idea de movimiento político se asocia con lo anterior, referido específicamente, a la
finalidad de obtener el poder. Los movimientos políticos pueden ser múltiples y
variados, pero todos deben tener en común algunas características consideradas
fundamentales para ser ubicados en los procesos políticos específicos. Es
importante precisar que los movimientos políticos son grupos en movimiento, lo cual
sirve para desestimar la connotación estática de llamar movimientos a grupos que no
se mueven o que lo hacen esporádicamente. Otra precisión importante es la
asociación entre movimiento político y poder, lo que nos permite excluir de la
terminología las revueltas y los motines que son más dispersos y de menor alcance.

1.5.5 COALICIÓN O ALIANZA POLÍTICA

Las coaliciones, alianzas o pactos aparecen con luz propia en la vida de


nuestra democracia siempre que el poder político se pone en juego mediante
elecciones o votaciones. Las pasadas elecciones municipales, provinciales y
autonómicas han demostrado que las alianzas políticas, en todos sus planos,
electorales, parlamentarias y gubernamentales son mecanismos legítimos para
formar mayorías, elegir poderes ejecutivos y realizar determinados proyectos.
El propósito principal de una alianza electoral es combinar los recursos de dos
o más partidos para mejorar los resultados electorales de los miembros de la
alianza. Esto puede implicar que se unan para apoyar a candidatos comunes o, en
sistemas de pluralidad o mayoría, acordar no competir entre sí en ciertos distritos
electorales. Con frecuencia, la meta final es obtener la proporción del voto que sea
necesaria para ganar la elección, alcanzar la mayoría en el poder legislativo y formar
el próximo Gobierno.
Según Paula Clerici, Doctora en Ciencia Política por la Universidad Torcuato
Di Tella, “Las alianzas electorales son producto de cálculos estratégicos que los
partidos realizan para enfrentar elecciones de cargos, y como tantas otras
decisiones alrededor de las campañas y los comicios, las coaliciones electorales se
enfocan en la consecución de maximizar votos, bancas, afiliados y/o financiamiento,
y lograr la supervivencia política de las organizaciones”.
Según Abraham De Swaan (1973), considera que el principal objetivo que los
partidos tratan de conseguir en las negociaciones para formar una coalición política
no es la obtención de cuotas de poder sino la adopción de una política lo más
cercana posible a la política que ese partido considera óptima. Es decir, para De
Swaan y para todos los modelos policy- seeking posteriores, la utilidad de los
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partidos políticos dependería positivamente de la proximidad entre la política que


adopte el gobierno y la política más preferida por el partido.
Incluso en nuestra actualidad, este concepto político es bastante sonado. Un
ejemplo claro fue el caso de la autodenominada "Alianza popular"; coalición entre el
ya débil APRA y el PPC. Y es que, muy a pesar de que la teoría del concepto se
base en "conveniencias ideológicas", en un sistema partidista cómo el que tenemos
se hace basado en la mera permanencia en el escenario político de turno para el
interés individual de unos pocos personajes.

1.5.6 ORGANIZACIÓN POLÍTICA

La organización política es la expresión institucional de una ideología o de un


estado de conciencia del pueblo en torno a determinados asuntos públicos de interés
general. Esta se caracteriza por su capacidad de influir en la sociedad política. Toda
organización política es producto de una realidad histórico-social, y se expresa a
través de elementos subjetivos y objetivos, donde los primeros constituyen factores
estructurales, mientras que los segundos implican elementos instrumentales, como
los asuntos de carácter orgánico y normativo.
Según Carlos Ollero, “Es la estructura socio-organizativa, que se propone la
realización con miras a ocupar funciones de dirección mediante el poder político,
para un orden de convivencia libre y voluntariamente admitida por la sociedad”. Por
otro lado, Aguilera y Vilanova definen como: “El modo de organización de una
comunidad determinada, resultado de la integración de varios factores que
configuran un orden político concreto (1987: 235).
La organización política es la forma específica como la colectividad humana
se estructura en una realidad territorial a través de órganos que están dotados de
poder de coerción.

1.6 VIABILIDAD DE LA INVESTIGACIÓN

Se plantea que se cuenta con los recursos humanos, financieros, materiales,


y de tiempo, acceso a la información y conocimientos; entre otros que son
necesarios para desarrollar el trabajo de investigación.
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1.6.1 FUENTES DE INFORMACIÓN

Para esta información hemos una exhaustiva revisión a documentos, datos


informativos, tesis y tecnológica, entre otros; previamente recopilando y
seleccionando lo de mayor relevancia que nos sirva para la presente investigación.

1.6.2 REALIZAR ENCUESTAS VIRTUALES PARA CORROBORAR LA

INFORMACIÓN.

La realización de encuestas para poder obtener datos estadísticos que


verifiquen la credibilidad de nuestra información en contraste con la realidad.
Estas sirven para conocer la opinión o condición de la sociedad respecto a un
tema específico, con este grupo de personas se puede hacer una aproximación a
gran escala para poder conocer mejor el contexto actual de nuestra sociedad.

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