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Métodos de Información · Vol 5 - Nº 22-23 · Enero-Marzo 1998

El Debate
sobre la
Gestión
Documental
Antonia Heredia Her rera
Archivo General de Andalucia

E
n su primigenia acepción, difundida por eficacia; gestión de “archives”, con una dimen-
el National Archives and Records Admi- sión archivística que se ocupa de la conservación
nistration (NARA) de Estados Unidos, la permanente, en las instituciones del patrimonio,
gestión de documentos queda acotada a los docu- de aquella documentación que ha sobrevivido a
mentos con valor primario, es decir a los docu- la eliminación, con el archivero conservador y
mentos corrientes o, para nosotros, con vigencia difusor de la misma, en definitiva, gestión de
administrativa. Se reconoce que tal gestión documentos históricos (2).
“se extiende al ciclo vital de vida completo del
documento desde su producción hasta su elimi- Ni que decir tiene que la dinamización connatu-
nación o envío al archivo para su conservación ral al gestor de documentos por la inmediatez exi-
permanente” (1). gida al servicio de los documentos administrati-
vos, puede contrastar con la actitud más templa-
Hay que detenerse en esta realidad que no hace da exigida a la reflexión para la Historia. No olvi-
corresponder al ciclo vital de los documentos con demos además que ese gestor de documentos está
una red de archivos administrativos -como ocu- incardinado en la metodología de las áreas u ofi-
rrirá en nuestro caso-, porque la noción de archi- cinas equivalentes a las nuestras de Organización
vo nace a partir de la conservación permanente. y Métodos y tiene responsabilidades directas
Es decir esta gestión de documentos se queda a en los diseños de los documentos y en sus
las puertas de lo que para nosotros es el último procedimientos administrativos.
estadio en una sucesión de archivos que culmina
en el archivo histórico. Esta doble situación, además, se hace correspon-
der con la teoría de las tres edades de los docu-
Nacen ante este planteamiento dos realidades mentos que termina con la muerte de los mismos,
documentales cuya frontera es el umbral de los siendo la permanencia el inicio de la segunda
archivos históricos. Existe un corte perfectamen- etapa documental, como si se tratara de una
te definido que determina dos funciones diferen- nueva vida tras la resurrección. Muerte y resu-
tes para la documentación y, a su vez, dos profe- rrección que enlazan con términos mortuorios a
sionales distintos, uno para cada una de ellas. los que no es bueno recurrir, cuando ya estaban
Gestión de documentos, con dimensión económi- casi erradicados para los archivos.
ca y administrativa, con el gestor de documentos
que no contempla el futuro de la documentación Esa realidad, tal cual, nos ha sido transmitida con-
que gestiona más allá de su inmediatez y ceptualmente a través de archiveros francófonos

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canadienses, y ha incorporado a nuestro vocabu- años se está produciendo una eclosión bibliográ-
lario una nueva terminología, a partir de traduc- fica en torno a la gestión de documentos, sin una
ciones literales: “gestión de documentos” y “ges- clara acotación respecto de la administración de
tión de archivos”, en lugar de gestión de docu- archivos. No hay archivero que se precie que no
mentos administrativos y gestión de documentos tenga algo publicado en torno al tema. Por otra
históricos, que es -como ya hemos tenido ocasión parte, tanto las reglamentaciones autonómicas,
de explicar en la nota 2- de lo que se trata. Dicha como las programaciones informáticas, están uti-
realidad no se corresponde en nuestro caso con lizando este lenguaje.
esa clara diferenciación entre funciones y
profesionales para esas dos etapas, para ese antes Pero ocurre que -al haber asumido dicha termi-
y ese después (3). nología, haciéndola nuestra, al incorporarla a
nuestro vocabulario profesional y al lenguaje
En consecuencia, a partir de la literalidad aludi- legislativo, sin ajustarse plenamente a nuestra
da, se ha venido produciendo cierta distorsión realidad- va resultando obligado, como apuntaba
por falta de adecuación a nuestra realidad, bien recientemente Michel Duchein, un debate sobre
diferente a la norteamericana que no hemos dichas expresiones -que con frecuencia se iden-
hecho nuestra. Hemos trasplantado una termino- tifican o se usan indistinta o arbitrariamente- y
logía, sin trasplantar la realidad a la que aquélla los conceptos que transmiten.
afectaba y, de ahí, la confusión.
La necesidad del debate cada vez se hace más
Sin embargo desde que Peter Walne recopilara conveniente porque la bibliografía y los
un denso estudio Ramp, en 1985, con el título La textos reguladores no siempre colaboran a un
administración moderna de archivos y la gestión entendimiento uniforme.
de documentos, abrió la posibilidad de uso de dos
expresiones que la conjunción copulativa “y” Vamos a centrarnos en gestión de documentos,
impide identificar haciéndolas sinónimas y que sin dejar de aludir luego a la administración de
quizá tampoco sean el fiel trasunto norteamerica- archivos, por la interrelación entre ambas.
no de gestión de documentos y de gestión
de “archives” pero que pueden favorecer la Se dice que “gestión de documentos es parte del
comprensión que buscamos. procedimiento administrativo” y, a renglón segui-
do, habrá que preguntarse si además de ser parte
Según esta opción terminológica, habrá que de dicho procedimiento es además tratamiento
explicar que no son una, sino dos, la administra- archivístico. La primera dimensión no cabe duda
ción de archivos, por un lado, y la gestión de que, hoy por hoy y entre nosotros, es más utópica
documentos, por otro. Y, a su vez, al situarnos en que real y en todo caso para el archivero no
la gestión de documentos, es posible que haya sobrepasa las líneas de un asesoramiento a quie-
que hablar de dos acepciones, la de la documen- nes son los verdaderos responsables de la crea-
tación administrativa y la de la documentación ción y producción de los documentos y de su pro-
histórica (equivalentes a la gestión de documentos cedimiento. ¿ La gestión de documentos entendi-
y a la gestión de “archives” norteamericanas) (4). da como parte del procedimiento administrativo,
No creo que nos podamos quedar tranquilos sólo es función administrativa o archivística? ¿La ges-
con la gestión de la primera, sin hacernos algu- tión de documentos la llevan a cabo los gestores
nas preguntas: ¿la documentación histórica es administrativos como conocedores y responsa-
susceptible de gestión ?, ¿hay que hablar para bles del procedimiento administrativo o les
ella de gestión o de tratamiento?, ¿gestión y tra- corresponde a los archiveros?
tamiento son partes de algo común?, ¿utilizamos
el término genérico de gestión o existe una termi- En USA, las respuestas estarían claras. La ges-
nología diferente según se trate de los documen- tión de documentos es gestión administrativa. La
tos administrativos o de los históricos? (5). responsabilidad recae en el gestor de documentos
que poco o nada tiene que ver con el archivero.
Desde la publicación del referido estudio de Pero para nosotros, la contestación es más
Walne y con un cierto furor en los últimos cinco difícil al pretender hacer nuestra, en la línea

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estadounidense, una gestión de documentos sin • el inventario.


la formación administrativa y sin las atribuciones • los cuadros de evaluación.
que tal responsabilidad requiere y que por el
momento no tenemos. Entiendo que el debate está servido y,
simplemente, a título de contribución voy a
Insisto en que, al haber adoptado una terminolo- plantear algunas observaciones y puntos de vista
gía sin adecuación a la realidad que testimonia, personales.
se nos hace forzada, por el momento, la identifi-
cación de gestión de documentos como parte del Si para nosotros, archivos y documentos no son
procedimiento administrativo. Sin que esto pueda sinónimos y requieren, evidentemente, definicio-
ser impedimento para que la gestión de docu- nes diferentes, la aplicación a ellos del término
mentos desde su dimensión archivística auxilie a común “gestión” no puede darnos una concep-
la gestión administrativa, siendo para la misma ción similar para ambas expresiones: gestión de
un firme punto de apoyo. Sólo en este sentido documentos y gestión de archivos que, en el caso
cabría hablar de que tal gestión de documentos norteamericano, no son otra cosa que dos etapas
es parte del procedimiento, sin renunciar a lo que sucesivas aunque bastante independientes en la
gestión de documentos hasta ahora viene práctica -se ha dicho incluso irreconciliables-, al
significando como tratamiento archivístico en entenderse “archives” como fondos de conserva-
que claramente entran funciones y operaciones ción permanente depositados en las instituciones
netamente archivísticas. del Patrimonio (7).

Necesariamente hay que recurrir a la letra impresa. Gestión, en cambio, es un término común que
supone administración de recursos con vistas a
Cuando para la Generalitat de Cataluña se nos su rentabilidad a partir de la racionalidad, la
habla de que la “gestión de documentación admi- simplificación y la eficacia que, en la actualidad,
nistrativa es el conjunto de operaciones y técni- se le exigen. Puede ser aplicado a cualquier
cas dirigidas a la elaboración, desarrollo, ejecu- ámbito y sobre cualquier recurso. En nuestro
ción y control de los sistemas administrativos caso, tanto a los archivos como a los documentos,
necesarios desde la génesis o recepción del docu- pero al ser éstos diferentes, la gestión de unos o
mento hasta su eliminación o transferencia al de otros no puede de ninguna manera identificar-
archivo histórico” (6) se nos ocurren algunas se, aunque sí relacionarse.
cuestiones. ¿Esta gestión empieza con la génesis,
propiamente dicha, de los documentos o a partir Gestión y administración, sin embargo, sí
de la recepción de los mismos? ¿Tienen los archi- pueden tomarse como acepciones del mismo
veros, hasta este momento, atribuidas competen- concepto (8). De aquí que bien podemos hablar de
cias en el diseño documental y en su procedi- gestión de documentos y de gestión de archivos,
miento administrativo? Por otra parte, al limitar o bien, con el único fin de marcar la distinción,
la gestión documental a la documentación admi- incluso con la grafía, entre una y otra, utilizar
nistrativa, lógicamente, las actuaciones dejan administración de archivos, junto a gestión de
fuera los documentos permanentes quedándose a documentos. A sabiendas de que la primera tiene
las puertas de los archivos históricos. Pero indu- más de gestión administrativa y política, que la
dablemente deberá existir otra gestión para la segunda que incide de lleno en las actuaciones y
documentación histórica, que sigue a la etapa responsabilidades de los archiveros (9).
anterior ¿con corte o con cotinuidad?
Al llegar a este punto ¿cómo vamos a entender a
Sin duda, la gestión de la que se habla incluye los documentos ? ¿Sólo a los documentos,
fundamentalmente tratamiento archivístico en corrientes o administrativos o también a los docu-
cuanto que dicen estar centrando el trabajo y mentos que tras su valoración han sido estimados
teniendo como elementos básicos de la gestión de conservación permanente?
documental:
• el cuadro de clasificación. Cuando nosotros hablamos de documentos de
• los identificadores de los tipos documentales. archivo inexcusablemente las dimensiones

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administrativa e histórica inciden en su concep- además tiene una correlación estrechísima con
ción por ser substanciales a ellos. De aquí que la las redes de archivos, determinadas por los topes
gestión de documentos o documental, como cronológicos fijados para las diferentes edades de
conjunto de actuaciones para lograr la racionali- los documentos (oficina, centrales, intermedios e
zación y la eficacia que se exige a los mismos, en históricos), que integran los Sistemas de archivos.
su conjunto, no puede circunscribirse sólo a la
primera dimensión y sustraerse a la segunda. Contamos en definitiva con un hilo de continui-
dad (gestión de documentos para un ciclo docu-
De hecho, cuando en España tratamos de ceñirla mental más completo), un único profesional
a las primera edades de los documentos, la mayo- (archivero) y una estructura orgánica única (sis-
ría de los autores necesitan recurrir a una aposti- tema de archivos) que representan los estadios
lla “gestión de la documentación administrativa”, prácticos de la integración reclamada hoy a la
mientras que en Estados Unidos “gestión de Archivística.
documentos” a partir de su inscripción en una
política de Estado dirigida a la racionalización de Cuando J. R. Cruz Mundet habla de que la “ges-
las prácticas administrativas no necesita de nin- tión de los documentos constituye un reto para la
gún apodo. Incluso, Michel Roberge (10), los cana- profesión” (15), al hilo de estar planteando el
dienses en general y algunos de sus seguidores (11) desarrollo de la Ciencia archivística, no creo que
han de precisar siempre “gestión de documentos se esté dejando fuera de ese desarrollo a los fon-
administrativos” a sabiendas de que hay que con- dos históricos. Él mismo aclara que “no existe
tinuar con la gestión de los documentos que a par- una función documental administrativa y otra his-
tir de la conservación alcanzan la condición de tórica, ambas son caras de una misma moneda”.
históricos y que algunos llaman “gestión de archi-
vos”, al traducir “archives” por archivos (12). En este sentido, insisto, gestión documental es
una y debe abarcar todas las funciones y actua-
Frente a la postura norteamericana, la mayoría de ciones (recogida, identificación, valoración, eli-
los archiveros reclama la gestión de los documen- minación, conservación, organización, descrip-
tos administrativos como función archivística (13), ción, difusión), en el marco de la racionalización,
ampliando así la atención, el seguimiento, el tra- sobre los documentos a lo largo de toda su exis-
tamiento y el servicio de los documentos históricos tencia, con fines de economía y eficacia, con vis-
que nunca hemos discutido. tas al servicio de los mismos para cualquier usua-
rio, incluida la Administración. Enlaza con el
No nos apartamos en España de esta última posi- denominado tradicionalmente tratamiento archi-
ción. Partiendo de la atención polarizada hacia vístico aunque con una mayor amplitud al hacer
los archivos históricos y a la documentación per- objeto del mismo a los documentos administrati-
manente, nos hemos ido acercando a los admi- vos, superando una pasividad, que ha dejado de
nistrativos y a su documentación corriente -acti- ser virtud, para darle a la dinamización y eficacia
va y semiactiva-, en un proceso inverso al de que es consubstancial al concepto de gestión. La
otros países (14), asumiendo una plena responsa- gestión documental así entendida, supone una
bilidad sobre los unos y los otros. atención y tratamiento continuados a los docu-
mentos que no se interrumpe, ni se diferencia
A todo esto hay que añadir que no existe en nues- esencialmente al entrar en el estadio de la con-
tro entorno más que un sólo profesional, el archi- servación permanente. De alguna manera, lo que
vero que, a partir de una formación que acumula defendemos es que, a partir de la sucesión de
a los conocimientos históricos, los avances en las actuaciones archivísticas, éstas nos permiten
técnicas de la información, ha de responsabili- dinamizar el servicio de los documentos a lo largo
zarse de todo el proceso documental, desde el de todas sus edades y conducir, sin traumas, los
momento de su producción hasta su eliminación documentos corrientes de hoy hasta configurar
o hasta después de su conservación. los fondos históricos del mañana. Por el contra-
rio, existen posturas que parecen circunscribir el
Para nosotros el ciclo vital, como vemos, no se tratamiento archivístico a los documentos históri-
queda a las puertas de los archivos históricos y cos cuando la documentación administrativa

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requiere también de todas las funciones Quizá debamos ir resumiendo para concluir una
archivísticas que aquéllos, incluso algunas más, propuesta a partir de una coherencia entre la ter-
como pueden ser, entre otras, la selección y minología de la que venimos hablando y la reali-
la eliminación. dad archivística cercana a nosotros, conscientes
de la conveniencia de estas precisiones en el
No podemos dejar de admitir sin embargo que a actual proceso de legislación y reglamentación
pesar de la unidad y amplitud con que concebi- archivísticas.
mos la gestión documental, existen operaciones
del tratamiento archivístico que inciden con La integración exigida hoy a la Archivística y a
mayor o menor fuerza según se trate de fondos sus profesionales supone, en primer lugar, incor-
abiertos, adscritos a archivos administrativos, o a poración de hecho y de derecho de los archivos
fondos cerrados, adscritos a archivos históricos y administrativos al lado de los históricos, y por lo
que pueden dar pie a la apostilla, de la que tanto, responsabilidad sobre la documentación
hablamos antes, de gestión de documentos admi- administrativa y sobre la histórica. En segundo
nistrativos que exigiría a renglón seguido la lugar, una formación completa no basada exclusi-
denominación de gestión de documentos históri- vamente en conocimientos y metodología históri-
cos. Lo que ya no nos parece tan correcto -desde cos sino ampliados con otros, referentes a tecno-
nuestro punto de vista- es hablar de gestión de logía y gestión administrativa. Esta integración
archivos para referirse a la segunda. supone tanto distinción como correlación clarísi-
mas entre archivos y documentos de archivo.
A pesar de las diferencias observadas, si ahonda- Para los primeros su plasmación integradora
mos, no existen distancias insalvables. Todos estará en el buen diseño de la estructura de un
partimos de una nueva concepción de “archivos Sistema de archivos; para los documentos la inte-
totales” que a partir de la unidad nacida del reco- gración vendrá de la admisión de un solo
nocimiento del proceso vital de los documentos, proceso documental, identificado con el ciclo
busca el equilibrio entre los archivos administra- vital de los documentos que requiere una
tivos y los archivos históricos. Los documentos atención ininterrumpida y un tratamiento conti-
históricos son los documentos administrativos nuo a partir de la gestión documental o gestión
evolucionados y hechos mayores. En esta línea se de documentos.
me ocurre comentar que la Norma ISAD(G) -aun-
que nacida en principio para dar respuesta al La responsabilidad del primer estadio correspon-
análisis de los fondos cerrados, la mayoría histó- de a los gestores políticos o administrativos, y
ricos- no puede dejarse fuera de la gestión docu- para ella nos quedamos con la expresión de
mental, y habrá de ser aplicada también a la Administración o gestión de archivos (17) que
documentación administrativa. tiene prioritariamente una dimensión de gestión
administrativa, no desligada de las orientaciones
Ese acercamiento lo constatamos más allá de archivísticas.
nuestras fronteras. Carol Couture y Jean Yves
Rousseau que, siguiendo a los norteamericanos Por el contrario, cuando utilizamos el término
habían constreñido el término “archives” a los gestión de documentos, empleamos el término
documentos históricos, lo redescubren reciente- gestión recabando para él las notas de dinamis-
mente para un uso distinto a partir de la amplia- mo, de racionalidad, de eficacia, de normativi-
ción a la documentación activa y semiactiva esta- dad, que le son inherentes, pero no recabando
bleciendo una terminología cercana a la nuestra esencialmente dimensión administrativa, sino
al reconocer la correlación entre el ciclo vital de archivística con la amplitud que conlleva el tér-
los documentos y su depósito institucional (archi- mino “documento” y su ciclo vital. Es decir una
vos de gestión o administrativos, archivos inter- gestión de documentos sin reservas, initerrumpi-
medios, archivos definitivos o históricos), admi- da a todo lo largo de la vida de éstos. Sin perjui-
tiendo a renglón seguido, la “interdependence cio de que para una razonable distribución
des archives y de la gestion des documents: une de responsabilidades archivísticas podamos
approche globale de l’archivístique” (17). contemplar legítimamente dos etapas correlativas

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de gestión de documentos administrativos y de Creo que podemos concluir que la gestión docu-
gestión de documentos históricos (nunca, en este mental es una, es función archivística y como tal
caso, gestión de archivos) (18). corresponde a los archiveros. En definitiva, es la
respuesta profesional y la manifestación más
El hecho de que la gestión documental no la con- clara de la Archivística integrada.
sideremos esencialmente gestión administrativa,
no tiene porqué ser obstáculo -sino todo lo con-
trario- para su incidencia y su repercusión en la Notas
gestión administrativa y en sus resultados. Del
mismo modo que la Medicina, a partir de la (1) Ricks, Artel: La gestión de documentos como una
puesta en marcha de criterios y conocimientos función archivística, en RAMP PGI-85/W-S/32 p. 179.
médicos, sea decisiva en la gestión administrati-
va de la sanidad. (2) Venimos traduciendo “archives” por archivos
dando lugar a la confusión. De esta confusión termino-
Gestión documental es en definitiva la puesta en lógica es sintomática la aclaración que se ha hecho
ejecución de los principios y conocimientos de la precisa por parte del Consejo de Europa al difundir el
Proyecto de recomendación para un modelo de políti-
Archivística integrada que busca el equilibrio
ca europea en materia de comunicación de archivos,
entre el apoyo a la gestión administrativa, a la 1997, redactada por el CIA. Ha sido necesario preci-
información y a la investigación, conciliando y sar algunas definiciones:
sumando, no excluyendo ni restando. De alguna “Archives” signifie:
manera supone la evolución del tratamiento archi- (i)Lorsqu’il est écrit avec une minuscule: l’ensemble
vístico tradicional, limitado -desde el punto de des documents, quels que soient leur date, leur forme
vista de la integración que hoy nos es exigida-, et leur support matériel, produits ou reçus pour toute
porque limitado era también el campo de personne physique ou morale dans l’exercice de son
actuación de los archiveros. activité…
(ii) Lorqu’il est écrit avec un a majuscule: les institucions
publiques chargées de la conservation des archives.
La intervención directa en la génesis del docu- Para nosotros “archives” con minúscula y de acuerdo
mento, es decir antes de su nacimiento, no es res- con la definición expresada se identifican con fondos,
ponsabilidad de los archiveros y, como tal, no es decir los documentos de archivo de una institución
puede estimarse como gestión documental y por y no podemos traducirlos por “archivos” que son en
el momento está limitada a una colaboración y definitiva las instituciones del patrimonio, sin perjui-
asesoramiento sin dudar de que como tales cio de que fondo y archivo, en no pocas veces se super-
pueden ser fundamentales (19). pongan y coincidan.

(3) Sobre los modelos de gestión de documentos, con-


Para terminar y en reforzamiento de nuestro plan-
fróntese: Llansó, Joaquín: Gestión de documentos.
teamiento recurro a una bibliografía reciente. Definición y análisis de modelos, IRARGI, 1993.
Reconocen los franceses que la teoría de las tres
edades de los documentos -que remontan a la (4) El texto del Decreto 76/1996, de 5 de marzo, por el
Comisión Hoover de 1947- ha supuesto una que se regula el Sistema General de “ gestión de la
nueva orientación de la Archivística en la que no documentación” y “la organización de archivos” de la
se reconoce separación entre los documentos Generalitat de Cataluña, creo que está diferenciando
administrativos y los documentos históricos “de claramente dos estadios diferentes de actuación, con
tal manera que la gestión de los documentos independencia de que a la hora de la gestión de la
documentación se quede sólo con la dimensión admi-
administrativos y la conservación de los históri-
nistrativa, sin contemplar la histórica.
cos no deben ser consideradas dos especialida-
des distintas sino estrechamente complementa- (5) El Diccionario de terminología archivística del
rias” (20). Es decir unidad de planteamientos y Ministerio de Cultura, 2ª edición, 1995, traduce y
unidad de tratamiento en lo esencial, recoge “gestión de documentos” pero restringe el con-
de acuerdo con buena parte de la tradición y cepto genérico de documentos al identificar la citada
desarrollo archivístico hispano. expresión como “tratamiento de documentos adminis-
trativos” (p. 37).
La bibliografía reciente no favorece a veces el discer-
nimiento. Cuando leemos las características de progra-
mas informáticos para gestión de documentación admi-

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nistrativa que “pretenden racionalizar criterios de des- archivos en trámite” y “administración de documentos
cripción, clasificación, conservación, tratamiento de la en archivos históricos”, cfr. ENLACE, Boletín de infor-
documentación generada por los organismos...” de una mación archivística, México, marzo-abril, 1997.
determinada Comunidad, nos preguntamos si descrip-
ción, clasificación, conservación no son parte del tra- (13) Vid. nota 1.
tamiento archivístico y si esa documentación que
inmediatamente va a convertirse en histórica no va a (14) Heredia Herrera, Antonia: Archivística: tradición
estar sujeta a los mismos criterios para su descripción, y desarrollo, Boletín del Instituto Andaluz de Patrimo-
clasificación y conservación. nio (en prensa).
Cuando desde otra Comunidad se alude al “tratamien-
to y gestión de la documentación custodiada en los (15) Los archivos administrativos: un reto para la pro-
archivos del Sistema” y “tratamiento integrado de la fesión, TRIA, 1996, 3, pág. 17.
gestión en los archivos”, nos entra la duda de si trata-
miento y gestión se identifican y de si gestión de la (16) El diseño de la política canadiense a lo largo de
documentación y gestión en los archivos son sinónimas. los años 1985-1991 tiene una plasmación a lo largo de
tres etapas en las que se establece una correlación
(6) Balada y Bosch, Frances ; Bernal i Cercos, Ingels: entre la administración de archivos y la gestión docu-
El Sistema de gestión de la documentación mental, para lo cual se crea una red de archivos de
administrativa de la Generalitat de Catalunya: los acuerdo al ciclo vital de los documentos y una gestión
instrumentos básicos de descripción, IRARGI IV, documental global y continuada. Cfr. Couture, Carol:
1991, pág. 391 y ss. L’organisatión des archives intermediariaires, La
Gazette des archives, nº 170-171, 1995, pág. 346.
(7) Vid. nota 2. Es en 1994, en la obra de ambos Les fondements de la
discipline archivistique, cuando proponen como una
(8) En el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, aportación tal terminología, retrotrayendo su propuesta a
gestión se define como la acción de gestionar o de admi- 1980, en un trabajo anterior L’interdependence des archi-
nistrar, equiparando gestión a administración. Si nos ves aparecido en ARCHIVES, vol. 12, nº 1, 1980, p. 27.
vamos a la acción verbal “gestionar es hacer diligencias
conducentes al logro de un negocio” y “administrar es (17) Cuando J. Mª Sans i Travé en El Sistema de archi-
ordenar, disponer, organizar la hacienda o bienes”. vos de la Generalitat de Catalunya dentro del Sistema
archivístico de Catalunya, Actas del Seminario “Siste-
(9) Cfr. Heredia Herrera, Antonia: Gestión de docu- mas archivísticos y tratamiento de documentos admi-
mentos y administración de archivos locales en Actas nistrativos en el Estado de las Autonomías”, Santan-
de “Gestión de archivos y documentos en las Adminis- der, 1997, (pág.75), habla de Administración de archi-
traciones Públicas”, 1994, pág. 115 y ss. vos refiriéndose a la creación de un servicio de archi-
En el Diccionario, ob. cit., quedan también diferencia- vos y a la creación del ANC, es evidente que no está
das Administración de archivos y gestión de documen- hablando de gestión documental.
tos. Así “Administración de archivos (pág. 18): organi-
zación responsable de la aplicación de la política archi- (18) Resulta que, a partir de la distinción inicial entre
vística a través de la dirección, planificación y control Administración de archivos y gestión de documentos,
de programas establecidos”; “Gestión de documentos” no todas las conceptuaciones y definiciones sobre una
(pág. 37): tratamiento de documentos administrativos”. y otra coinciden plenamente. J. R. Cruz Mundet, por
ejemplo, define a la Administración de archivos como
(10) La gestió de documents administratius, Barcelona, la explotación de documentos con fines histórico cul-
1993. (Edición revisada de La gestión de documents turales y de investigación, mientras que la gestión de
administratifs, La Pocatière: Documentator, 1983). documentos la entiende como el conjunto de tareas y
procedimientos orientados a lograr una mayor eficacia
(11) Canela y Garayoa, Monserrat y otros: Elaboració e y economía en la explotación de los documentos por
implantació del Sistema de gestió de la documentació parte de las Administraciones. Cfr. Gestión de docu-
administrativa al Departament de Cultura..., LLI- mentos en el Estado español, balance y perspectivas,
GALL, 1982, 5, pág. 83-121. Métodos de Información, 1997, 17-18.
Borrás, Joaquín: L’arxiu general de la Universitat Pom-
peu Fabra: un sistema integrat de la gestió dels docu- (19) Cfr. Walne, Peter. La Administración moderna de
ments administratius i d’arxiu, LLIGALL, 1992, 5, archivos y la gestión de documentos, Ramp. PGI-
pág. 147 y ss. 85/WS/32.

(12) En México, en alguna publicación, han preferido (20) Durand-Evrard, Françoise: Evolution de la notion
administración en lugar de gestión, pero también han de prearchivage en France, La Gazette des archives,
distinguido entre “administración de documentos en 1995, nº 170-171, pág. 372.

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