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Amparo Indirecto y Directo PDF
Amparo Indirecto y Directo PDF
Constitucionalmente, el amparo de doble instancia
tiene su fundamento en el ordinal 107, fracción VII, en
relación a la III, incisos b) y c);
Mientras que su fundamento legal en los preceptos
107 a 169 de la nueva Ley de Amparo.
Para algunos doctrinarios este amparo es el verdadero
juicio, toda vez que las partes pueden ofrecer pruebas,
desahogarlas y alegar lo que a sus intereses convenga,
es decir, aquí se da un enfrentamiento, una contienda
entre los gobernados y el poder público
Amparo Indirecto
Mientras que en el amparo directo –sostienen- es un mero
recurso extraordinario, ya que las partes no ofrecen
pruebas, ni se desahogan, simplemente se verifica la
legalidad de la sentencia, laudo o resolución que puso fin
al juicio.
AMPARO DIRECTO. CONCEPTO DE SENTENCIA FAVORABLE PARA EFECTOS DE
SU PROCEDENCIA EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 170, FRACCIÓN II, DE LA LEY
DE AMPARO (PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 2 DE
ABRIL DE 2013).
El aludido artículo prevé genéricamente que el juicio de amparo directo
procede cuando las sentencias dictadas en el juicio contencioso
administrativo sean favorables al quejoso, para el único efecto de que éste
haga valer conceptos de violación contra las normas generales aplicadas, a
condición, además, de que la autoridad interponga y se admita el recurso de
revisión previsto en el artículo 104, fracción III, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, lo cual, en principio, pudiera llevar a la
conclusión de que basta con que la sentencia emitida en dicho juicio sea
favorable al actor, con independencia de la clase de nulidad decretada, para
que únicamente pueda impugnar las normas generales aplicadas; no
obstante, de la interpretación de ese precepto conforme a los artículos 17
constitucional y 25, numeral 1, de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, se colige que por sentencia favorable debe entenderse cuando:
a) se obtiene una nulidad lisa y llana por un vicio de fondo que impide a la
autoridad volver a actuar, y b) el actor en el juicio contencioso administrativo
obtuvo todo lo que pidió, con independencia del tipo de nulidad que se
decrete; de lo contrario se limitaría al actor su acceso a un recurso judicial
efectivo, aunado a que ahora rige el principio de concentración, que implica
resolver el asunto en el menor número de juicios posible, lo cual no se lograría
mediante una interpretación literal del artículo 170, fracción II, mencionado.
Además, como el recurso de revisión al que tiene acceso la autoridad es
excepcional y, por ende, sólo procede cuando se haya decretado la nulidad del
acto administrativo por vicios de fondo, queda de manifiesto que cuando la ley
habla de sentencia favorable, lo hace refiriéndose, en todo caso, a aquella que
obsequió todo lo pedido por el accionante natural; sólo así se explica que el
legislador condicione la procedencia del amparo a la existencia del recurso de
revisión y que, además, éste sea procedente y fundado, pues ante la
eventualidad de que se revoque por cuestiones de legalidad la sentencia del
todo favorable al quejoso, éste tiene la facultad de proponer temas de
inconstitucionalidad.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO SEGUNDO CIRCUITO.
Procedencia
Por lo que hace a la materia penal es dable señalar que
en forma novedosa la víctima u ofendido del delito
podrán impugnar por esta vía las sentencias
absolutorias y los autos que se refieran a la libertad del
imputado, pero solamente en lo concerniente a que con
el dictado de la sentencia o auto de libertad no se hayan
respetado los derechos que establece la fracción XIX del
ordinal 173 de la nueva Ley de Amparo, tales como el
relativo a que se le proporcione asesoría jurídica y se le
informe tanto de los derechos que le asisten como del
desarrollo del procedimiento penal;
Procedencia
a coadyuvar con el Ministerio Público, a que se le
reciban todos los datos o elementos de prueba con los
que cuente tanto en investigación como en el proceso y a
que se le permita intervenir en el juicio; al resguardo de
su identidad cuando sean menores de edad o por delitos
de violación, secuestro, delincuencia organizada o trata
de personas y cuando a juicio del juzgador sea necesaria
su protección, salvo que tal circunstancia derive de la
debida salvaguarda de los derechos de la defensa; y a
solicitar las medidas cautelares y providencias
necesarias para la protección y restitución de sus
derechos.
Procedencia
Otro aspecto que resulta oportuno destacar es la precisión
que hace la nueva Ley de la materia al señalar en forma
tajante que en materia penal el juicio se inicia con el auto de
vinculación a proceso dictado por el órgano jurisdiccional.
Tal aseveración es benéfica en tanto claramente dilucida
cuáles actos podemos considerar como anteriores, durante,
fuera y posteriores a juicio; sin embargo, es falta de técnica
jurídica en tanto que no debió haberse asentado que el juicio
comienza con el auto de vinculación a proceso, pues antes al
dictado del auto de mérito, el juzgador ya dio inicio al juicio
desde el mismo auto de radicación del asunto de que se
trate.
Procedencia
Por último, en lo respectivo a cuáles se consideran
como actos violatorios de las leyes del procedimiento
en materia penal, el artículo 173 (antes 160) de la
nueva Ley de Amparo, equivoca al señalar “En los
juicios del orden penal se considerarán violadas las
leyes del procedimiento con trascendencia a las
defensas del quejoso, cuando:...” toda vez que de una
interpretación literal podríamos incurrir en el error de
considerar que la perpetración de cualesquiera de las
fracciones a que alude el precepto aludido per se
trascienden al fallo sin requerir que el Tribunal
Colegiado de Circuito califique si tal violación
trascendió o no al resultado.
Procedencia
Por lo que se debió haber respetado la redacción de la
derogada ley de la materia, que en su ordinal 160 señalaba:
“En los juicios del orden penal se considerarán violadas las
leyes del procedimiento, de manera que su infracción afecte
a las defensas del quejoso:…”
La gran mayoría de las causales de reposición del
procedimiento por violaciones al mismo, se refieren al
modelo acusatorio oral; no obstante, no hay algún
transitorio que especifique que en los Estados y fueros
donde aún no se ha establecido continuará rigiendo la Ley
anterior. Sin embargo, en una sana y lógica interpretación
así deberá entenderse y resolverse, para evitar la concesión
de amparos para efectos, cuando son reglas deficientes.
por lo que conforme al principio pro persona dicha disposición
debe interpretarse de forma extensiva y no rigorista, procurando
en todo momento favorecer ampliamente a la persona, pues así
lo amerita la preservación de la libertad de las personas, al
constituir el valor más importante después de la vida. Ahora
bien, la sentencia condenatoria por la que se impone una pena de
prisión que ha sido compurgada constituye un acto que ataca
indirectamente la libertad personal, pues aunque el sentenciado
no tendrá restringida su libertad personal por la sanción fijada,
ésta y los demás elementos que la componen -el acreditamiento
del tipo penal y la plena responsabilidad-, así como otras
condenas (la multa y la reparación del daño), subsisten en la
sentencia; de ahí que cuando se promueva amparo directo contra
dicha resolución, se actualiza la excepción prevista en el artículo
22, fracción II, de la Ley de Amparo, no obstante que la pena de
prisión hubiera sido compurgada.
Época: Décima Época Libro XVIII, Marzo de 2013, Tomo 1
Registro: 2002970 Materia(s): Común
Instancia: Primera Sala Tesis: 1a./J. 3/2013 (10a.)
Tipo de Tesis: Jurisprudencia Página: 477
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
AMPARO DIRECTO EN MATERIA PENAL. PUEDE PROMOVERSE EN
CUALQUIER TIEMPO CONTRA LA SENTENCIA CONDENATORIA
POR LA QUE SE IMPONE UNA PENA DE PRISIÓN, NO OBSTANTE
QUE ÉSTA HUBIERA SIDO COMPURGADA. El artículo 22, fracción II, de
la Ley de Amparo, fija las excepciones a la regla general de quince días para
presentar la demanda de amparo prevista en el numeral 21 del mismo
ordenamiento, en cuyos casos podrá interponerse en cualquier tiempo,
específicamente tratándose de los actos que importen peligro de privación de
la vida, ataques a la libertad personal, deportación, destierro, cualquiera de los
prohibidos por el artículo 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, o la incorporación forzosa al servicio del ejército o armada
nacionales. De dicho precepto se advierte que el legislador procuró incluir
como principios fundamentales de la norma, entre otros, el respeto al derecho
a la vida y a la libertad, al establecer una tutela privilegiada para la
presentación de la demanda, cuando los actos de las autoridades pongan en
peligro esos derechos humanos; sin embargo el legislador, al referirse a los
actos que importen "ataques a la libertad personal", no hizo distinción alguna,
en el sentido de si tal afectación debía ser directa o indirecta,
Los requisitos que tratan de la demanda de
amparo directo vienen contenidos en los
artículos 175 a 178 de la Ley de Amparo.
Demanda
Por cuanto hace a los requisitos que debe satisfacer
toda demanda de amparo directo, la nueva Ley de
Amparo en su ordinal 175 reproduce los mismos
requisitos a que hacía alusión el precepto 166 de la
derogada Ley de Amparo, con la salvedad de que
ahora el quejoso en su demanda debe señalar si existe
tercero interesado y no perjudicado; así como el
relativo a que ahora deberá señalar los preceptos que
conforme a la fracción I del artículo 1º de la Ley de la
materia, contengan los derechos humanos cuya
violación se reclame.
Demanda
El artículo 176 prevé, que desde luego que la demanda de amparo
deberá presentarse por conducto de la autoridad responsable, con
copia para cada una de las partes.
VIOLACIONES PROCESALES. AL PLANTEARLAS EN EL JUICIO DE AMPARO
DIRECTO, EL QUEJOSO NO ESTÁ OBLIGADO A SEÑALAR EN SUS CONCEPTOS
DE VIOLACIÓN LA FORMA EN QUE TRASCENDIERON AL RESULTADO DEL
FALLO. Los artículos 107, fracción III, inciso a), de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y 158 de la Ley de Amparo, establecen que el juicio de amparo directo
procede contra sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al juicio,
dictados por tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, respecto de los cuales no
proceda ningún recurso ordinario por el que puedan ser modificados o revocados, ya sea
que la violación se cometa en ellos o que, cometida durante el procedimiento, afecte las
defensas del quejoso, trascendiendo al resultado del fallo; de donde se sigue que es
posible que aquél haga valer las violaciones cometidas durante el procedimiento. Sin
embargo, no todas pueden ser materia de estudio, sino sólo las que afecten sus defensas y
trasciendan al resultado del fallo reclamado. Ahora bien, de las disposiciones que rigen la
tramitación del juicio de amparo directo y, en específico, la impugnación de violaciones
procesales, no se advierte que exista obligación del quejoso de señalar en sus conceptos de
violación la forma en que trascendieron al resultado del fallo, por lo que la falta de esa
precisión no puede tener como consecuencia que se declare inoperante el concepto de
violación respectivo. Sostener lo contrario, impondría al promovente una carga procesal
sin sustento constitucional ni legal que conllevaría materialmente a la denegación de
justicia, en contravención del artículo 17, párrafo segundo, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos.
La suspensión del acto reclamado encuentra
regulación en las fracciones X y XI del arábigo 107
de la Constitución Federal, así como en los ordinales
190 y 191 de la nueva Ley de Amparo
Suspensión
La suspensión del acto reclamado en la vía directa
puede establecerse de oficio o a petición de parte; en
términos generales, sabemos que la suspensión puede
solicitarse en cualquier momento del juicio mientras
tanto no se dicte sentencia ejecutoria.
La autoridad responsable ante quien se presentó la
demanda de amparo directo, y en la cual se haya
hecho la solicitud de la suspensión; deberá decidir
sobre la suspensión del acto que se reclama, además
de lo que se requiere para su debido cumplimento, lo
que deberá de decidir en un plazo de veinticuatro
horas a partir de la solicitud
Suspensión de Oficio
Para efectos de amparo directo, generalmente la
suspensión de oficio, puede establecerse únicamente
en contra de sentencias definitivas o resoluciones
que ponen fin al juicio, dictadas en estrictos asuntos
del orden penal, en específico cuando se trate de
actos que pongan en peligro la vida o la libertad
personal, lo anterior como lo establece el artículo 191
de la Ley de Amparo
Suspensión a
petición de parte
Por exclusión entonces se entenderá que cuando las sentencias
definitivas, laudos o resoluciones que pongan fin al
procedimiento se pronuncien en materia distinta de la penal,
pudiendo tratarse de materia civil, administrativa o del
trabajo, la suspensión puede decretarse sólo a petición de
parte; es decir cuando así lo solicite el quejoso y mientras no
se siga perjuicio al interés social ni se contravengan
disposiciones del orden público.
En materia de amparos directos, es conveniente subrayar que
únicamente prospera la solicitud definitiva, a diferencia de los
amparos indirectos en que la suspensión puede concederse ya
sea de manera provisional o definitiva.
Suspensión a
petición de parte
Toda vez que la demanda de amparo directo debe presentarse
ante la propia autoridad responsable, de conformidad con el
artículo 190 de la Ley de Amparo es a ésta a la que le
corresponde resolver si procede o no la paralización del acto
reclamado, así como, en su caso, determinar el monto de las
garantías y contragarantías. Por tanto, no es el Tribunal
Colegiado competente para conocer del amparo quien se
encarga de resolver sobre la suspensión, si no la propia
autoridad señalada como responsable.
Al igual que en el amparo indirecto, la suspensión del acto
reclamado, se tramitara vía incidental, se otorgará siempre y
cuando así lo solicite el quejoso y no se siga perjuicio al interés
social ni se contravengan disposiciones de orden público en caso
de concederse.
Suspensión
Diferencias en la Nueva Ley de Amparo
A diferencia de la derogada ley de la materia, ahora otorga
a la autoridad responsable un plazo de veinticuatro horas
contadas a partir de la solicitud, para decidir sobre la
suspensión del acto reclamado, desde luego previo
cumplimiento de los requisitos que contempla la propia ley
de la materia para su efectividad; esto es, los contemplados
en las “Reglas Generales” de la suspensión de los actos
reclamados.
Cabe mencionar que lo anterior no es exigible a la materia
penal, en la que bastara la sola presentación de la demanda
para que la autoridad responsable ordene de oficio y de
plano la suspensión de la resolución reclamada.
Suspensión
Diferencias en la Nueva Ley de Amparo
Ahora bien, el efecto de la suspensión,
en tratándose de resoluciones que
conlleven la pena de privación de
libertad para el quejoso, será el
relativo a que éste quede a disposición
del órgano jurisdiccional de amparo,
por mediación de la autoridad
responsable, la cual deberá ponerlo en
libertad caucional si la solicita y ésta
procede.
Situación que ya acontecía con la
derogada Ley de Amparo.
Conclusión
Podemos concluir que la vía directa mediante la cual se
tramita el juicio de garantías, únicamente será procedente
en contra de actos de autoridad, cuya naturaleza se
caracterice por ser sentencias definitivas, laudos o
resoluciones que pongan fin al juicio, asimismo se
substanciará en una sola instancia, esto es que llegará de
manera inmediata al conocimiento del Tribunal Colegiado
respectivo o a la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
si esta ejercita la facultad de atracción, lo que dependerá
de la importancia y trascendencia del asunto que se trate.
Conclusión
Asimismo inferimos que la naturaleza jurídica propia
del juicio de garantías promovido en la vía directa,
atañe a la de un recurso extraordinario, pues ante este
juicio se pretende atacar el fallo pronunciado en el juicio
de origen, toda vez que con ello se vulneran las
garantías del gobernado, ya sea en el propio
pronunciamiento o que en la tramitación del
procedimiento se vulnere la defensa del quejoso y que
esta violación afecte el resultado del fallo.
Es menester enfatizar que dada la naturaleza de este
juicio, no se contemplan medios probatorios, más que
los que se tuvieron por ofrecidos, admitidos y
desahogados en el juicio de origen.