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De Babel a Pentecostés

Vivo en Roma en una comunidad de 10 personas de 9 nacionalidades distintas. Como los chistes,
hay un indio, un chileno, un español, un polaco, un congolés, un francés, un italiano, un irlandés y dos
indonesios. En la vida común, el esfuerzo más grande consiste sin duda en la comunicación. Dos son los
idiomas más utilizados: el inglés y el español. Sin embargo, no todos entienden los dos igual de bien.
Cuando uno llega, entonces, lo primero que hace es aprender o fortalecer estos idiomas. Alguien invitado
a una de nuestras comidas nos escuchará hablar varias lenguas a la vez y se podría preguntar: ¿es Babel
o Pentecostés?

Aprender idiomas requiere mucho trabajo y paciencia. Para algunos es divertido, para otros una
tortura. Yo amo estudiarlos y siento con ello que voy apreciando tanto las respectivas culturas, como sus
hablantes. La teoría lingüística de Sapir-Whorf establece que el idioma que uno habla influye en su
manera de pensar, así que cuando aprendemos un idioma distinto nuestro pensamiento se ensancha. Esta
idea aparece de forma hiperbólica en la película La llegada (2016), donde unos alienígenas confían a una
mujer un lenguaje desconocido destinado a la humanidad. Una vez descifrada y difundida, esta lengua
lleva a los pueblos a lograr una convivencia pacífica deseada desde siempre.

Una comunidad multicultural como la nuestra, busca la unidad respetando la diversidad de cada
uno. En el episodio de Pentecostés (Hch 2,1-13), unos reciben la capacidad de expresarse valientemente
en otras lenguas y otros la de escuchar y comprender: ¿es un milagro de lenguas o un milagro del oído?
Según el chino-americano Eric Law, ambos. Aún consciente de los límites de su generalización, observa
que los europeos y los norteamericanos son tendencialmente muy lanzados a la hora de hablar, mientras
los africanos y los asiáticos son más silenciosos. Para los más inclinados a hablar, el milagro se realiza
cuando van aprendiendo a escuchar más, mientras para los más silenciosos, se realiza cuando aprenden
a expresarse con más asertividad. Se trata de un proceso largo de conocimiento y respeto mutuo. Aun así,
hay quien piensa que nuestra convivencia es ya un milagro cotidiano.

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