Actualmente desempeño mis labores en una cooperativa eléctrica en la ciudad de Puerto Varas.

Dedicada a la distribución de energía. Por ende, la industria a la que pertenece es la Industria

Eléctrica.
El sector eléctrico en Chile está compuesto por actividades de generación, transmisión y distribución
de energía eléctrica. Estas actividades son llevadas a cabo por empresas que se encuentran
controladas en su totalidad por capitales privados, mientras que el Estado se limita a ejercer
funciones de regulación, fiscalización y planificación de inversiones en generación y transmisión.
Dentro del ciclo de vida, la cooperativa se encuentra en una etapa madura, “puede llevar al
comienzo de la competencia en precios. Así pues, en esta fase, la rivalidad competitiva comienza a
crecer y la industria tiende a concentrarse como mecanismo para repartir mucho mejor los costes
fijos.” [1]
Esta distribuye energía eléctrica, abasteciendo a clientes de la provincia de Llanquihue, El
crecimiento de la demanda está fuertemente vinculado con el crecimiento de la región. En Chile,
como nación en desarrollo, el consumo per cápita aún es bajo, en comparación con el de países
desarrollados. Por lo tanto, las perspectivas de crecimiento del consumo de energía eléctrica son
altas, lo que se traduce en que el riesgo relacionado a la volatilidad y evolución de la demanda es
bastante reducido, incluso considerando el impacto que podría generar la implementación de
planes de eficiencia energética, los que tienden a traducirse en reducciones de la demanda que
experimentan las empresas concesionarias y con ello, de los correspondientes ingresos.
“Los cambios en nivel de concentración de los proveedores es otro riesgo típico del negocio. Por eso
es importante entender bien hasta dónde los proveedores de insumos críticos están
experimentando dinámicas competitivas que puedan terminar afectando los costos de nuestra
organización”. [2]
En definitiva, la cooperativa hoy en día potencia más la segmentación y la búsqueda de nuevos
nichos no cubiertos.
[1] [El ciclo de vida de la industria, https://www.ceupe.com/blog/el-ciclo-de-vida-de-la-
industria.html ].
[2] [Un modelo de evolución competitiva, los riesgos principales de los negocios, página 10].
Estimado Hugo, concuerdo en tu planteamiento en donde la industria hospitalaria se encuentra en
una fase ya madura. Ya que la clínica tiene claro su foco del desarrollo de su negocio, cuales son sus
mejores canales de distribución, que deben utilizar, y conocen muy bien sus clientes objetivos y
sobre todo sus motivaciones de compra.

En esta etapa la competencia ya es considerable, no solo en términos de precios, sino que también,
en identificar y trabajar otros factores relevantes para los clientes, para conseguir realmente un
servicio y una propuesta de valor diferenciada.

Un riesgo que se puede presentar es que “cuando existe una alta demanda insatisfecha, los riesgos
que entre un nuevo competidor crecen. A medida que la rivalidad aumenta y las barreras
competitivas se elevan”. [1]

[1] [Clase 1: un modelo de evolución competitiva, los riesgos principales de los negocios, página 9].

Estimado Gonzalo, junto con saludar, y según comentas de la industria del cobre concuerdo
totalmente. El cobre está a la vanguardia de las industrias.

“Es necesario evaluar las grandes tendencias sociales que afectarán a la industria y, en
consecuencia, a la empresa, a través del comportamiento de los consumidores. Por ejemplo, el
aumento social de la conciencia ecológica está poniendo en jaque muchas industrias consideradas
“no verdes”, como la del petróleo, mientras que al mismo tiempo abre la oportunidad a otras más
sustentables”. [1]

hoy en día, un tercio del consumo de energía que se utiliza en la fabricación de cobre a nivel europeo
se usa para proteger el medio ambiente. La vida del cobre es infinita y no tiene fase final, ya que es
un material sostenible que resulta fundamental para la economía circular.

[1] [Clase 1: un modelo de evolución competitiva, los riesgos principales de los negocios, página 9].