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El Niño y El Adolescente en El Proceso Judiciala2
El Niño y El Adolescente en El Proceso Judiciala2
Tal vez sólo se trate de garantizar la palabra. Esa palabra que repara, que alivia, que
duele…pero que luego de ser dicha da un nuevo sentido, permitiendo que en una
familia se abra el verdadero espacio del ser Niño…del ser Adolescente….
Trabajamos para que se inaugure una palabra…la palabra escuchada…
Esa palabra mágica que puede hacer de un hombre…un padre.
Que convoca a una mujer al lugar de madre.
Es común que se diga: “hay que escuchar al niño”-Nosotros nos preguntamos… a qué
niño?
O cuando Carlitos, le dice a su padre: Vengo obligado. Yo ya tengo otro papá. “No te
quiero porque vos tiraste a mi mamá por la escalera. Yo te vi”
Padre: Cuando tu mamá se cayó de la escalera, yo estaba en España y vos tenias dos
años.
A María de 7 años que dice: “no quiero venir más. Me siento presionada, angustiada
por tener que ver a mi papá”
Psicóloga.: Qué pasó María? La otra vez jugamos un montón y te reías.
María: “Mi mamá dice que escuchó que me reía pero que era una risa nerviosa. Si
jugué mucho fue por ansiedad”.
Clara terminología de una niña de 7 años.
Psic: No es que hace un año que no lo ves? Contame bien qué te acordas de eso.
Juancito: yo bien no me acuerdo, pero la abogada de mi mamá me dijo que te lo
cuente.
Sí, el niño debe ser escuchado. Pero en sus tonos de voz, sus gestos, la mirada que
dirige al adulto que lo trae…El niño surge en el juego, en el que muestra sus conflictos,
penas, alegrías…temores.
Miedo al encuentro temido pero deseado…Miedo a no ser leal al otro progenitor?
El sufrimiento ya está instalado en él desde que presenció los hechos o desde que se los
contaron.
No estamos diciendo con esto que sea siempre la madre –o el progenitor conviviente-
quien le haya inculcado ese discurso intencionalmente, sino que él, el menor, se ha
identificado con lo que percibe que la familia querría.
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Por lo tanto lo único que podemos garantizar, es que emerja el niño y así pueda ser
escuchado.
Algunos efectos
Lo único que desea un niño –y también un adolescente y,… porque no un adulto -es ser
amado y valorizado por sus padres.
En algunos casos, se pasan los años buscando y esperando la valorización que los
padres no les dieron en la infancia…desde compitiendo con un compañero en la
secundaria por el amor del profesor…esperando ser el elegido ante los ojos de un jefe
en el trabajo…o queriendo que esa deuda afectiva la pague la pareja, exigiéndole un
reconocimiento que nunca va a colmar sus expectativas.
O tal vez,…demandándole al conyugue que sea padre de los hijos de ambos, tal como
hubiera deseado que fuera su padre con ella, y que no fue.
Qué aconteció en aquellas mujeres para quienes el hombre elegido en su momento para
ser el padre de sus hijos, se convirtió en alguien odiado al punto tal de querer
aniquilarlo? Como si no hubiera existido, o alejarlo mediante una denuncia de falso
abuso sexual al hijo.
Las Medeas del siglo XI-No clavan un cuchillo en la carne de sus hijos, hoy asesinan
su subjetivad.
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Hablamos de las mujeres porque son mayoría. En pocos casos la tenencia la obtiene el
hombre…El odio, la actitud justiciera, la venganza…se marcan con mucha fuerza.
Mantienen viva la imagen degradada de la mujer.
Generalmente hacemos citas de libros de nuestro metie para dar cuenta de lo que
expresamos, pero este escrito, que tiene que ver con nuestra clínica, hoy, en el 2013 y
en este país, vamos a pedir texto a la voz del hombre que cantó a su dolor…
El odio… “Rencor, mi viejo rencor, dejáme olvidar la cobarde traición”…o bien:
“Este odio maldito que llevo en las venas me amarga la vida como una condena…”
Sobre la humillación…Mía es la culpa por haber rodado a tus pies,
y es mi castigo condenar mi propia pasión, frente al reproche de mi orgullo lastimado,
que no se consuela de su humillación”.
Se evoca La verguenza…”Ella me hizo hacer pasar tal vergüenza con un compañero.
Y la vergüenza es la herencia mayor que el viejo me dejó”
Y se canta a La Venganza…“Mientras yo tenga voz en el pecho no quiero más nada,
Que clamar a los santos venganza, venganza clamar,
Ella debe rodar cual las piedras ruedan por las calles. Sin tener un rincón en su vida
para descansar”
Si bien el fenómeno inmigratorio del treinta trajo muchos hombres a trabajar, y en
número eran más que las mujeres, escuchamos en los tangos de esa época la queja del
hombre porque lo abandonó “la ingrata”.
Pero luego, cuando la mujer superó en número al hombre, en el imaginario social, esto
no parece haber cambiado. Es el hombre, de la música porteña, el que canta al
abandono de la mujer, a la que se fue, a la que lo dejo, a la que lo traicionó… Se siente
orgulloso de que sus hijos la rechacen. Es además apoyado por la sociedad que la
condena, que la juzga.
A veces ese hombre toma una posición femenina y se erige en la madre de los niños
cedidos por un Juez. A veces… ha sido él mismo el que al no soportar que ella lo
dejara, obstaculizó que vea a los hijos y les armó el relato del abandono de ellos
también.
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Esto no pasa solamente porque lo traiga puntualmente al encuentro, sino por que
comience a aceptar que su hijo no es un pedazo de ella misma, no es su representante,
sino un sujeto con el derecho a sentir diferente.
En algunos casos durante este proceso se trabaja en forma alternada con los menores y
cada progenitor.
Y nosotros pensamos… que importante para el hijo que pueda recomenzar a armar la
historia de su vida diciendo…Había una vez…hubo un día en que vino a mostrarme
que me quería…en que durante una hora estuvo solamente dedicado a mi, a jugar
conmigo…
Una mamá que mantuvo al padre de sus hijos alejado durante varios años, por medio
de diversas denuncias, queriendo demostrar un cambio en su actitud, dijo a su hijo
Pedrito de 8 años en una sesión vincular:
Madre: Vos tenes que venir…te tenes que amigar con tu papá.
Pedrito: Y porqué no te amigás vos??
Esto es la Có parentalidad!!
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Lo podemos pensar como una oportunidad, como la posibilidad de que los padres
puedan comenzar a hablar de los hijos, y no de “ellos niños” en tanto a lo que
supuestamente sentirían en su lugar.
Y nos encontramos con que pareciera que no fue suficiente un divorcio, ni que esas dos
personas vivan en casas separadas o que cada uno haya formado otra pareja, para que
podamos afirmar que están genuinamente separados.
Sí lo están para la ley, para la sociedad, pero no para hacer un paréntesis en el
interjuego de pasiones, que a la hora de los entrecruzamientos, sostienen la misma
vigencia que en el momento de los hechos, más allá de que hayan pasado los años.
Esto no significa que se trate de ninguna intencionalidad de volver a estar juntos, sino
de una dificultad en separar algo. De lo que nos ocuparemos es de averiguar de qué se
trata ese algo más.
Qué les pasó? Que puntos de la historia familiar de cada uno engarzaron justo en la del
otro? Qué escenas no resueltas de esa historia han repetido en el espacio de su vínculo?
Sin entrar en complejas explicaciones teóricas, trataremos de describir algunos
observables que se dan en la pareja:
Es el campo propicio en el que se juegan las pasiones más arcaicas.
Un espacio donde cada uno intenta saldar las deudas afectivas que trae de su historia.
También es el lugar en el que se repiten las demandas de amor, las competencias, los
celos, las rivalidades, generando, a veces en forma de espejo una particular fascinación
en la pelea, que se les torna insoportable tanto como inevitable.
Es la fuente privilegiada de los malos entendidos.
Cuando la pareja esta en esa posición no puede escuchar otras voces, los hijos
desaparecen de ser centro de atención o son utilizados como botín de guerra, o
colocados en situaciones de riesgo y desprotección.
La ex pareja, como pilar que sostuvo la familia debe requerir una especial atención
como pasaje necesario en las dificultades vinculares.
En varias ocasiones atendimos ex parejas donde cada uno estaba haciendo terapia
individual, pero no podían dejar de hacerse denuncias, y tomar a los hijos como motivo
de la queja.
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No siempre los obstáculos en una Co parentalidad los plantean los cónyuges...a veces
se oponen los letrados, o las ex suegras…o generalmente las actuales parejas de cada
uno. También algunas psicólogas de “Violencia de genero…o de violencia no
elaborada”
A veces escuchamos a algunos letrados: “Mi cliente dice que no quiere ir más, que le
hace mal. Qué él la agrede y no hablan de los hijos!!”
En una entrevista con una niña de 8 años, donde se le contaba sobre la re vinculación
que iba a hacer con su padre, la psicóloga le dijo:
Psico: El jueves vos vas a venir acá a jugar conmigo y tu papá, pero el martes vienen
tus padres con otra psicóloga.
Laurita: Juntos???, van a venir juntos mi mamá y mi papá?
Psico: Sí van a tener una entrevista los dos juntos.
Laurita: Uy!! (Riéndose)Va a explotar el edificio!!!
En el caso de las actuales parejas de cada uno, es importante citarlas por separado e
intentar explicarles de que se trata, que puedan tener en claro que no es una terapia de
pareja, que el niño por volver a ver a su padre no va a dejar de quererlo a él, y que él
va a tener que ayudar mucho en todo este proceso.
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El papá de sangre…
A veces es -para besarte mejor-, pero otras es… para devorar tu infancia.
Abriendo la boca grande para decir cosas como estas:
Extrañas a tu papá? Si él no quería que nacieras!
O bien…no te das cuenta que no te quiere, que ahora tiene otra familia?...
o sino: Cuando tenías dos años te quiso ahogar en una pelopincho!...
Otra “Abuelita” decía: No ves que no le importa si tenes zapatillas, y te las tiene que
comprar tu mama?...otra:
“Cuando lo veas venir decile: Andá a dormir que estás borracho!...
También hemos escuchado: Que lloras por tu mamá, no ves que se fue con el otro y
ahora solo tiene ojos para su nueva hijita!
A veces pensamos que la abuelita de los cuentos, es puro cuento…Y peor cuando se
convierten en ex suegras…Están las otras, las que dejan el lugar de abuelitas y son las
“ex suegras”. Otro de los obstáculos importantes.
Pensemos que a ellas, los hijos les han llevado, en general, las quejas de todo lo que
padecieron con la pareja. Que el ex le pegó, que la insultó, que no le pasa plata…o que
ella le fue infiel con el amigo, que no le quería cocinar cuando llegaba tarde de
trabajar, que no atendía bien a los chicos.
Estas madres, que también tienen su historia, mientras el padre de los niños estuvo
ausente, cuidaba a los nietos cuando la hija trabajaba, se encargaba de llevarlos de acá
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para allá, y hasta de tomar decisiones por su hija. Luego de tener el nido vacío, había
llenado su vida después de la separación de la hija. A veces descalificando a esa hija
ante los niños y siendo ella la que marcaba lo que se debía hacer y lo que no.
Generalmente, cuando luego de una separación, una mujer vuelve con sus hijos a la
casa materna, regresivamente se coloca en el lugar de “hija” y deja vacante el lugar de
madre. No hay dos amas de casa en una misma cocina. Así como no hay dos padres,
tampoco hay dos madres, y una se debe correr.
La aparición del padre, viene a cambiar todo su esquema de vida.
Abuela Juana: Me siento usada. Siempre me ocupé de todo y ahora viene, este, a decir
lo que hay que hacer con los chicos?
Otra abuela traía a una niña de 9 años a la sesión de re vinculación con el padre. Antes
de ingresar le decía a la psicóloga: No se siente bien, le duele la cabeza…o hoy está
con ganas de vomitar…o está con diarrea, es que no quiere ver a ese tipo después de
todo lo que nos hizo. Mírela, está casi por llorar!
Obviamente la disposición con la que ingresaba la niña no era la mejor y costaba
mucho que se pudiera distender en la sesión.
Estas abuelas, no solo obstaculizan la re vinculación, sino que a su hija, le mantienen
vivo el recuerdo de todo cuanto el ex le hizo.
Es frecuente escuchar: No la trajimos porque estaba con fiebre. Tengo el certificado
médico… o bien, tenía mi otro nene enfermo y por eso no vino…o me sentía mal, mi
hija estaba trabajando…etc. etc.
Qué modelo se le está dando a un niño, cuando la madre transgrede la ley? Cuándo una
abuela miente y lo convoca a sostener esa mentira?
Decía una colega de Violencia: “No hay que juntarlos! No hay que juntar a mi
paciente con él! Él es un violento.”
Y se escucha: El hombre violento es...la mujer golpeada es...los hijos de los hombres
golpeadores son...Pareciera que es pensado más como una nueva forma de identidad,
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que más dice del ser que del padecer. Entendemos que la “violencia” no es la causa
sino la consecuencia de…
Si de Ser se trata nosotros hablamos de estructura neurótica, psicótica o Perversa.
Teniendo en cuenta que es poco frecuente que el perverso acuda a la consulta más de
dos veces, en los tratamientos estamos ante casos de neurosis, en los que
generalmente, si ha habido violencia física se trata de episodios.
En nuestra práctica vemos que no es suficiente la exclusión del “victimario”, el envío
de la “víctima” a un Albergue, a un hogar etc.
Digo, es necesario, pero no es suficiente.
Ni en mis 30 años de Hospital, ni en Escrabel, ni en el consultorio, he presenciado
escena alguna de violencia física en la sesión.
No nos ofertamos como equipo de violencia, pero tomamos las derivaciones que así
llegan caratuladas, intentando que alguien deje de ser un caso para ser un paciente.
Pensamos que la violencia estalla cuando se produce la irrupción abrupta de aquello
que quedó excluido del discurso.
Aquello que no encuentra su expresión mediante la palabra, surge en diferentes formas
de presentación, que no se limitan exclusivamente al golpe, o maltrato físico.
Nuestro trabajo consiste en darle espacio a la circulación de esa palabra no dicha.
Ya nos hemos referido a la Co parentalidad, sabemos que genera angustia, pero hay
que trabajar con los Grandes por la Salud de los Chicos.
“Aun no está preparada mi paciente para ver al padre?” decía una colega de una niña
de 9 años.
Qué significa estar preparada? Estaba preparada para cuando dejó de verlo?, cuando
escucho comentarios respecto a su ausencia? Cuando en el colegio festejaban el día del
padre?
Hay profesionales psi. que también piensan la co parentalidad a la luz de la terapia de
pareja, les cuesta incorporar las diferencias y saber que trabajar con una familia
judicializada tiene sus particularidades. Lo judicial tiene ese plus extra de querellante,
de demandante....Y en la re vinculación, se corre el riesgo de que la profesional psi. del
niño se identifique también, con el discurso materno.
Conocemos casos en los que una madre ha llevado a un niño a terapia individual, y la
psicóloga nunca ha citado al padre.
Hay mamás que con la idea del abuso, buscan intencionalmente una” especialista ” en
la materia, esperando que lo encuentre…que encuentre el abuso en algún rincón de la
cabeza del niño. Y a veces nos tropezamos con colegas que lo afirman, o que todo
gráfico del niño, es significado como abuso.
Parafraseando el título de un libro, pero no sin las dificultades propias de tan compleja
etapa de la vida.
Mucho se ha hablado de la adolescencia, pero aún con cierto conocimiento racional de
las dificultades que transita un joven, en ese paso de la infancia a la adultez, sigue
siendo estigmatizado en el imaginario social, y ofreciendo muchos obstáculos a los
padres, el aceptar las particularidades de esta etapa.
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“No te dejo salir con tus amigos! No vas a ir a jugar la competencia de futbol!
El joven responde: “Bueno... Qué dan en la tele?”
O les discuten de igual a igual, o los descalifican, o les quieren dar órdenes. Órdenes
que sólo generan desorden, ya que el joven, tomando ese desafío, o bien las deja caer
en el vacío o “redobla la apuesta”. Comenzando los gritos, los insultos mutuos, y una
escalada imparable.
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Las madres: o compiten con las hijas, o las quieren convertir en aliadas, amigas,
también de igual a igual. Hasta llegar, en algunos casos, a contarles intimidades de su
padre.
Esta “Caída de los dioses”, tan necesaria para que un joven pueda ir hacia su
independencia, se observa en la clínica de familia, de muy diversas maneras, pero todas
marcadas por la omnipotencia, y la hostilidad exacerbadas.
Madre: “Tu padre. Hablas como él. Ves?, Siempre estás de su lado”.
Es evidente que esta mamá no puede escuchar a su hija, sino que está tomada por la
pelea con su ex marido.
Un Joven de 16 años, ante la re vinculación, manifestaba: “No la quiero ver, ella nos
dejó. Qué quiere ahora?”
“No a mi. Ella después que nos dejó, un día vino y se llevó a mis hermanos menores,
pero a mi me dejó con mi papá. Yo no le importo”
Lo que no quiere este joven es verla, así,…ver a esa mamá del desamor, del rechazo,
de la incomprensión.
-“No necesito tratamiento, porque mi padre cumplió con los dos roles madre y padre,
por lo tanto no me falta nada, no tengo ningún problema". Decía un joven de 15 años,
que convivía con su padre y se resistía a ver a la madre.
“Ahora? Porqué ahora quiere verme? Que espere como yo esperé que
aparezca.”Decía un joven de 16 años. “Tal vez más adelante lo quiera ver”.
Los adolescentes toman “la posta” imponiendo sus tiempos y reclamos.
Aún ante estos obstáculos que nos plantea la clínica, seguimos apostando a la re
vinculación, con Adolescentes.
Con mi ex suegra?
Preguntaba un padre azorado: “Usted quiere que venga yo con mi suegra?...digo, con
mi ex suegra??”
Si bien son los menos, hemos trabajado la coparentalidad, en algunos casos que por
fallecimiento o ausencia de uno de los conyugues se ha propuesto, a un abuelo y su
nuera, que impide el contacto con los niños, o una abuela que tiene la tenencia y su ex
yerno.
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Entrecruzamiento psicológico-jurídico-
Esto, no sólo tuvo que ver con abordar familias judicializadas, sino, con comenzar a
interactuar con una nueva disciplina. Jueces, abogados…y los “informes”. No sólo
tenían otras expectativas sobre los tratamientos, sino que manejaban otros tiempos,
distintas lecturas sobre la problemática, y un lenguaje diferente.
Antes de ir buscando puntos de intersección, tuvimos que comprender las diferencias
entre el discurso psicoanalítico y el jurídico…
Si bien, desde la Red de Familia y Pareja, hemos realizado productivas Jornadas, tales
como las “Segundas jornadas de Legalidad y Jurisprudencia en Salud Mental”, donde
asistieron Jueces, Abogados, Asistentes Sociales etc., hace falta más encuentros para
poder seguir delimitando posiciones…y debatir sobre preguntas tales como :
“Leyó el expediente?”, “Cuánto calcula que va a durar el tratamiento?”, “Puso todo
lo que pasó en el Informe?”, “Lo que está escrito es lo único que vale” …
No es pertinente explayarnos aquí sobre estas cuestiones, pero sí dejarlas señaladas,
como temas a trabajar.
A favor de las familias y los tratamientos psicológicos, hay Juzgados en los que se
convoca y escucha a los profesionales, y se da tiempo a la evolución de nuestra labor.
También se van sumando los verdaderos abogados de Familia, los que pueden dialogar
con el letrado de la otra parte, aceptar las dificultades de su cliente, los que, lejos de
querer ganarle al otro, pueden pensar en el beneficio de todo el grupo familiar, y con
los que podemos trabajar sobre cada caso, como un equipo. Ayudan a que prosigan los
tratamientos y a veces, luego de observar los desacuerdos en una mediación, envían a
tratamiento psicológico para evitar el juicio.
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Si bien, ha sido… y en muchos casos, aún es, un arduo trabajo de ambas partes
encontrar los puntos de intersección. Entendemos que la forma en que esto sea posible
es, por sobre todo, respetando la especificidad de cada disciplina.
Trabajar con derivaciones de juzgados es poder delimitar, conocer y aceptar las
diferencias entre ambos discursos, entre ambos lenguajes.
CV