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05 Estructura Del Predicado
05 Estructura Del Predicado
Recordemos lo que decíamos en una de las lecciones anteriores: la oración tiene como
constituyentes inmediatos un sintagma nominal y un sintagma verbal. Esto lo expresábamos
mediante la fórmula O SN + SV. Y así, la O(ración) El pez nada está constituida por el pez
(SN) + nada (SV).
En la estructura profunda del predicado hay siempre un verbo, sea copulativo (o cópula),
sea no copulativo (V). La fórmula estructural del predicado en español es la siguiente:
Cuando dos o más símbolos están escritos verticalmente entre llaves, queremos decir que es
preciso elegir uno de ellos (y sólo uno). Cuando algunos símbolos están escritos entre
paréntesis, en la misma línea en que hay otro u otros sin paréntesis, ello significa que éstos son
obligatorios, y aquéllos facultativos (pueden aparecer o no). La cruz que, en la línea final,
aparece tras (SPrep)+ significa que el verbo (V) puede ir acompañado por un sintagma
preposicional (Me bañé / en la piscina.) o más de uno (Me bañe en la piscina / por la noche,
a oscuras.).
Interpretación de la fórmula
1.o El predicado puede ser de dos tipos: con cópula (ser o estar) o sin ella (un verbo no
copulativo V)
2.o Cuando el predicativo se forma con cópula, recibe el nombre de predicado nominal:
Aquí, la cópula es era (del verbo ser); el adjetivo fuerte se llama atributo. El atributo, según
comprobamos en la fórmula puede ser:
/Nótese que el Sprep, en estos casos, equivale normalmente a un adjetivo: de Jerez = jerezano;
con un enfado terrible = enfadadísimo./
3o. Cuando el predicado se forma con un verbo no copulativo (V), se denomina predicado
verbal. Y, según la fórmula, puede estar constituido por:
- un verbo (V) seguido de un sintagma nominal (SN): Los bomberos apagaron el fuego;
- un verbo (V) seguido de uno o más sintagmas preposicionales (SPrep): Veranean /por
Málaga,/ en un pueblo de la costa.
Tradicionalmente, las oraciones que poseen un predicado constituido por una cópula (es decir
un predicado nominal), se denominan oraciones atributivas (porque la cópula va seguida de
atributo). Sería preferible llamarlas oraciones copulativas, pues se forman con ayuda de una
cópula.
Las oraciones cuyo predicado está formado por un verbo no copulativo (V) (esto es, un
predicado verbal) se llaman oraciones predicativas.
Por ello (aun teniendo en cuenta que otros adverbios no permiten tal equivalencia), en la
fórmula estructural del predicado, no incluimos el adverbio que puede acompañar al verbo,
aceptando que SPrep puede referirse, por igual, a un sintagma preposicional [Vino con
rapidez.] o a un adverbio, el cual sería o podría ser un sustituto superficial de un SPrep [Vino
rápidamente.].
Verbos copulativos
Como hemos visto, el predicado nominal se construye con un verbo copulativo (o cópula) y
un atributo. Las cópulas son ser y estar. Están casi vacías de significación.
Pero hay otros verbos que poseen más significación, y que también forman predicados
nominales. Pueden desempeñar, por tanto, una función copulativa:
- parecer:
- quedarse:
- mantenerse:
Hay algunos más de este tipo: llegar a ser, ser tenido por, ser llamado, etcétera.
Atención: ser y estar y los restantes verbos copulativos pueden funcionar como verbos
normales (V), es decir, sin necesidad de atributo. Entonces, ser significa existir, estar en un
sitio, ocurrir o suceder y estar significa estar presente o permanecer:
/El atributo se distingue porque, cuando es nombre o adjetivo, debe llevar el mismo género y el
mismo número que el sujeto:
- Él es alto.
- ¡Así sea!
- Es que no quiero.
- No se parece a él.
- Me puse en la fila.
- Se quedó a la puerta.
- Se mantiene de milagro.
El complemento predicativo
Ello quiere decir que son dos estructuras diferentes. En II, fuerte sirve simultáneamente de
complemento al sujeto (viento fuerte) y al verbo (soplaba fuerte). La oración I es atributiva; la II,
predicativa. En I, fuerte funciona como atributo, dentro del predicado nominal; en II desempeña
una función simultánea de complemento del sujeto y del verbo. Esa función se denomina
complemento predicativo. Prácticamente, todos los verbos pueden llevarlo:
El predicado, según hemos dicho, puede ser nominal /El bedel es amable. El bedel está
enfermo./ o verbal /El bedel viene pronto./.
En ambos casos, el predicado afirma, niega o pregunta algo acerca del sujeto. En muchas
ocasiones un mismo significado o contenido semántico puede expresarse, bien con un
predicado nominal /El perro es muy ladrador./ o verbal /El perro ladra mucho./. Pero,
naturalmente, ello no siempre resulta posible.
Hay igualmente predicados verbales constituidos por verbos que también carecen del rasgo
semántico [acción], como vivir, gustar, palidecer, dormir, etc. Otros, en cambio, sí lo poseen:
andar, correr, venir, perdonar, escribir, etc.
Tenemos, así, dentro de las oraciones que poseen predicado verbal, dos tipos diferenciados
semánticamente:
- con verbos de estado (carentes del rasgo [acción]): Me gustan las naranjas;
- con verbos de actividad (poseedores del rasgo [acción]): Subí el baúl.
Pero no son éstas las únicas posibilidades semánticas del predicado verbal. Así, hay verbos
que no significan ni estado ni actividad del sujeto. Con la oración Me he cortado el pelo, quiero
decir normalmente que "me lo he hecho cortar en la peluquería". Estos verbos con que el sujeto
hace hacer algo se llaman factitivos:
Podríamos distinguir muchas clases de predicados verbales más. Así, los que exigen sujeto
humano (pensar, negociar, licenciarse, etc.) o no humano (germinar, crujir, tintinear, etc.); los
que precisan un complemento que designa un objeto ya existente (He roto el jarrón.), frente a
otros que van construyendo el objeto (He escrito una carta. Alzaron una torre; etc.). Insistimos:
hay muchas variedades de predicado verbal. Vamos a fijarnos sólo en una de ellas muy
importante: la de aquellos predicados constituidos por un verbo que requiere forzosamente un
complemento.
Transitividad e intransitividad
- Saludamos a la directora.
/Se trata, con todo, de una regla insegura. Decimos: La guerra forja héroes, sin preposición,
aunque héroes es un nombre con el rasgo [+ humano]; y Algunos pueblos adoran al sol, aunque
sol lleva el rasgo [- humano]. El problema no ha hallado aún una formulación gramatical
inobjetable. Las excepciones anteriores pueden explicarse porque forjar es verbo que
normalmente se construye con complemento [- humano]: Forjaron esa reja en 1660, mientras
que, a la inversa, adorar suele llevar complemento [+ humano]: Adora a sus padres./
- La gallina cacarea.
- Estuvimos en el cine.
- Juana ha adelgazado.
Como vemos, los verbos intransitivos pueden llevar otros complementos, pero siempre
precedidos de preposición.
Vemos, pues, que los verbos transitivos llevan un complemento directo, del cual carecen los
intransitivos. En cambio, hay otros tipos de complementos que pueden funcionar
indistintamente con unos y otros verbos.
Le regaña frecuentemente.
Un verbo transitivo como sacar lleva obligatoriamente un complemento directo; Sacó una
navaja. Pero, en la estructura profunda, ese verbo requiere, para funcionar con plenitud, un
complemento más, construido con preposición:
Este complemento preposicional obligatorio puede ser indirecto (Perdonó las ofensas a sus
enemigos.) o circunstancial (Sacó una navaja del bolsillo.).
Esa misma propiedad la poseen muchos verbos intransitivos. Así, el verbo ir requiere
forzosamente un complemento preposicional: Mariano ha ido a la estación. Otros ejemplos:
- Estuvimos en el cine.
/La gramática moderna denomina esta propiedad común a ciertos verbos transitivos e
intransitivos, rasgo atributivo. Este término es equívoco, pues también llamamos verbos
atributivos a ser y estar, según hemos visto./
El predicado de la oración, constituido por el verbo y sus posibles complementos, puede sufrir
modificaciones, es decir, puede transformarse. He aquí un par de transformaciones que afectan
a los verbos transitivos.
- El Rey recibirá a los senadores. Los senadores serán recibidos por el Rey.
/Decimos que esta transformación no está bien especificada por la Gramática porque se ignoran
las circunstancias que la bloquean o impiden en algunos casos:
La oración simple
- El tren se ha detenido.
/Las oraciones simples pueden ser muy breves (Luis volverá.) o muy largas (La prensa anuncia
una nueva representación de "Las galas del difunto" mañana en el teatro Coliseum a las siete
de la tarde.). Lo decisivo para que sea simple es que posea sólo un sujeto y un predicado./
La Gramática tradicional consideraba simples las oraciones con dos o más sujetos, siempre
que tuvieran un solo predicado:
Según la moderna Gramática generativa, esta oración no sería simple, sino compleja, porque,
en su estructura profunda, consta de dos proposiciones con forma oracional:
También se admitía tradicionalmente que una oración como la siguiente /El coche amarillo ha
ganado la carrera./ es simple. Como vemos, lleva un adjetivo (amarillo), calificando a coche.
Según los gramáticos generativos, se trata de una oración compleja, porque todo adjetivo se
introduce en la oración matriz formando parte de una proposición de relativo. El proceso
transformativo sería el siguiente:
El predicado de una oración simple puede llevar verbos auxiliares, sin que esta deje de ser
simple:
Cuando una oración consta de dos o más proposiciones (es decir, grupos de palabras con
sujeto y predicado), se denomina oración compleja (o compuesta):
Como vemos, ambas proposiciones tienen forma oracional, porque poseen sujeto (Paco, el
despertador) y predicado (se ha levantado, no ha funcionado). Las llamamos proposiciones y
no oraciones, porque, según ya vimos en una lección anterior, reservamos el nombre de oración
para las unidades lingüísticas dotadas de significación que no pertenecen a otra unidad
lingüística superior. Como Paco se ha levantado tarde y El despertador no ha funcionado
forman parte de otra unidad superior (la oración compleja Paco se ha levantado tarde porque
el despertador no ha funcionado), no son oracioneas, sino proposiciones.
Proposición es una unidad lingüística con estructura oracional (tiene ujeto y predicado), que
forma parte de una oración compleja.
Las proposiciones de una oración compleja pueden tener sujetos y predicados distintos
(ejemplo anterior); y también sólo el mismo sujeto:
/Los sujetos respectivos de oír, temiendo y fatigados son, respectivamente, yo, gente y
ciclistas./
Coordinación y subordinación
/En otras tradiciones, estos términos tienen otros significados; se llama parataxis a la unión de
dos proposiciones (coordinadas o subordinadas) sin conjunción. (Te ruego vuelvas.); es lo que,
entre nosotros, se llama yuxtaposición, según vamos a estudiar ahota mismo. Y se denomina
hipotaxis a la unión mediante conjunciones (Te ruego que vulevas.) Como el Cuestionario no
aclara esta cuestión, seguimos en la terminología la tradición española./
La yuxtaposición
Muy frecuentemente, tanto las proposiciones coordinadas como las subordinadas van unidas
por conjunciones:
- Aposte y gané.
Pero, en ocasiones, las proposiciones se suceden en la oración sin ninguna conjunción que
las relacione. La relación la establecen mentalmente el hablante y el oyente:
En la oración Intenté telefonearle; no estuvo en casa todo el día, la relación parece ser de
coordinación adversativo:
En cambio, en el tercero, la relación que une a las proposiciones parece ser de subordinación
consecutiva:
El esquema normal de una oración compleja formada por dos proposiciones coordinadas es el
siguiente:
Discutieron y riñieron.
Ni habla ni come.
No tengo nada qué hacer, fuera de (o excepto o salvo) echar estas cartas.
Ese individuo, bine fuma sin cesar, bien se pasa dos meses sin encender un pitillo.
Proposiciones copulativas
La principal conjunción copulativa es y; pero pueden emplearse con el mismo valor amén de,
junto con, además de:
En efecto, y establece ahí la misma relación que las locuciones conjuntivas consecutivas:
Proposiciones disyuntivas
Hemos dicho que se excluyen entre sí: /¿Te pones la gabardina o el abrigo?/. Sin embargo,
hay casos en que no se produce exclusión: Tal vez vengan hoy mi hermano o mi primo (pueden
venir los dos).
Y existe un uso de o con valor explicativo, en que las proposiciones se presentan como
portadoras de un significado equivalente:
Aquí, la opción se establece entre los nombres, no entre las cosas (porque sólo hay una).
Podríamos expresar lo mismo con las locuciones conjuntivas explicativas:
- Juan estudia la ciencia que se ocupa de los peces, esto es, Ictiología.
- Una relación alternativa entre ellas; no pueden decir lo mismo. Resulta imposible decir:
- Una relación de coherencia: los elementos relacionados deben ser objetos, acciones,
cualidades, etc., con los que se pueda responder a una misma pregunta. Así, a la pregunta
/¿Qué cualidades físicas tiene Luis?/, podremos contestar: Es rubio (o bajo, miope, paticorto,
etc.). Todas esas proposiciones podrán coordinarse:
A la pregunta /¿Qué acción realiza Clotilde?/ corresponden respuestas /Hace las camas. O
Escribe una novela. O Estudia en la Universidad, etc./, porque son acciones. Pero "pensar
escribir un libro" no es una acción, y no puede coordinarse con ninguna de las restantes
respuestas.
En general, la parataxis es menos compleja que la hipotaxis, y se presta a una mayor viveza
expresiva. Una oración paratáctica como Han chocado dos autos y ha habido tres heridos
resulta más viva y coloquial que Han chocado dos autos, a consecuencia de lo cual ha habido
tres heridos. Pero, en la mayor parte de los casos no es posible optar, ya que el significado de
las oraciones y su ordenación en el discurso obligan a la construcción coordinativa o
subordinativa.
Sin embargo, al escribir sobre todo, no conviene abusar de esta última. Es mejor construir
párrafos cortos que no fatiguen al lector. En el siglo XIX fue normal la preferencia por largos
párrafos plagados de construcciones hipotácticas, que hoy nos parecen hinchados y
desmesuradamente retóricos.
Asíndeton y polisíndeton
Ejemplos de asíndeton:
- No es caro; es carísimo.
Ejemplos de polisídeton:
- las que desempeñan una función típica del nombre: proposiciones sustantivas;
- las que asumen funciones características del adjetivo: proposiciones adjetivas o de relativo;
- atributo del sujeto: (Yo) estoy que me subo por las paredes. (= "furioso")
Todas estas funciones (y alguna más) puede desempeñarlas también un infinitivo el cual
constituye así una proposición subordinada sustantiva:
Unas veces, que no va precedida de preposición (Me entristece que mientas tanto.); otras, sí
(He perdido la esperanza de que vuelva.): depende de la función que desempeña.
Es el vicio del "dequeísmo", a que ya nos hemos referido en otra ocasión; se está extendiendo
simultáneamente en España y en América. Afecta, sobre todo, a los verbos que significan
"decir", "pensar" y "mandar".
Según veremos enseguida, el pronombre que sirve también de nexo para las proposiciones
relativas:
- cuando es pronombre, que se refiere siempre a un nombre anterior (lo sustituye dentro de la
proposición de relativo):
- Cuando es conjunción, que no se refiere a ningún nombre anterior: Espero que me escribas.
Prácticamente, podemos resolver la duda así: cuando que puede ser sustituido por el cual (la
cual, los cuales, las cuales) es pronombre; en caso contrario, es conjunción.
En I., que es pronombre relativo (puede sustituire por la cual); en II., es conjunción. Ambas
oraciones significan cosas bien distintas. Esquemáticamente, sus respectivas estructuras
profuindas pueden representarse así:
Como vemos, en I, la proposición que forma parte del SN sujeto repite este sujeto (la
posibilidad); por ello, en la estructurasuperficial vuelve a aparecer reproducido por el pronombre
relativo que. En II, la proprosición no contiene el SN sujeto, no se refiere a él; y que, en la
estructura superficial es conjunción./
/Como vemos, estas transformaciones afectan principalmente al verbo (que cambia de persona,
tiempo y, a veces, modo), al pronombre (me te), y, en ocasiones, también al adverbio
(mañana hoy)./
En la literatura (sólo en la literatura) existe otra manera de reproducir los dichos y pensamientos
propios o ajenos, denominada estilo indirecto libre:
Como vemos:
- al igual que en el estilo directo, hay pausa (representada por los dos puntos) delante de la
secuencia que manifiesta el pensamiento del personaje (que es lo que va en estilo indirecto
libre);
- a diferencia de lo que en los estilos directo e indirecto, falta el verbo introductor (dijo, pensó,
etc.); y al igual que en el indirecto, hay transformaciones gramaticales.
En estilo directo, se expresaría así:
Se arrepintió de sus sospechas y decidió que confiaría en ella, que tenía que confiar.
Proposiciones adjetivas
- los pronombres relativos, que, quien y cual (-es), sirven de nexo, para insertarse en la oración
matriz que contiene el antecedente:
- existen proposiciones de relativo explicativas /El consejal, que había sido atacado, dimitió./
y especificativas /El consejal, que había sido atacado, dimitió./
- Hemos jugado con los de tercero, a quienes hemos ganado por dos a uno.
Hasta el siglo XVIII, quien se empleaba, como que, para reproducir antecedentes personales
y no personales. En la lengua actual, emplear quien con antecedentes no personales se
considera gran incorrección.
A veces, quien se refiere aantecedentes que, sin ser estrictamente personales, implican, sin
embargo, el significado de personas:
*Me encontré con unos compañeros, con quien estuve charlando un rato.
El cual, la cual, los cuales y las cuales pueden llevar antecedente personal o no personal:
- Nos han prestado tres bicicletas, con las cuales nos iremos a Tudela.
En primer lugar, tenemos que prevenir contra el mal uso que se hace de cuyo en frases como
estas:
*La crisis obedece a muchas causas, cuyas causas hay que analizar.
Son desechables estas frases porque, en ellas, cuyo carece del significado posesivo que le es
propio. Serían, en cambio, correctas estas otras:
ESPECIFICATIVAS:
EXPLICATIVAS:
En cambio, a la oración Las mujeres que estaban esperando protestaron, con proposición
de relativo especificativa, corresponde esta otra estructura profunda:
Como vemos, la proposición especificativa no es constituyente inmediato de O, sino del SN; por
ello, no puede llevar pausas (no podemos separar un adjetivo del nombre al cual califica:
paraguas verde y no *paraguas, verde). La transformación suprime el segundo SN (las
mujeres) que repite al primero; e incrusta la proposición dentro del SN con el relativo que:
Vimos que existen adverbios especificativos [La torre alta es la de Santa María.] y
explicativos o epítetos [La alta torre domina el caserío.]. Del primero no puede prescindirse,
del segundo, sí.
Advertíamos también que, desde el punto de vista de la Gramática Generativa, todo adjetivo
unido a un nombre procede de una proposición de relativo existente en la estructura profunda.
Pues bien, se admite que el adjetivo especificativo resulta de transformar (mediante
supresiones) una proposición de relativo especificativa:
Opcionalmente, el epiteto puede anteponerse al nombre [La alta torre domina el caserío.]; pero
puede mantener su posición entre pausas:
La subordinación adverbial
Subordinadas adverbiales
Pero no siempre dispone el idioma de un adverbio o de una locución adverbial que signifique lo
mismo que una proposición que una proposición subordinada adverbial. Estas son, pues,
imprescindibles. Y las llamamos adverbiales porque su función es la misma que correspondería
al adverbio si existiera.
En este esquema, como en otros anteriores, utilizamos triángulos para simplificar el desarrollo
pormenorizado de los sintagmas nominales (Det + N) o del verbo (auxiliar + lexema verbal).
Sobre la estructura profunda así esquematizada, una serie de transformaciones (introducción
del que subordinativo; sustitución del futuro de indicativo arreglaré por el presente de subjuntivo
arregle, etc.), configurarán la estructura superficial de la oración.
- de lugar
- de tiempo
- de modo
- comparativas
- causales
- condicionales
- concesivas
- finales
Señalan un lugar relacionado con la acción principal. Su nexo principal es el adverbio relativo
donde, precedido o no de preposición:
Sin embargo, estas proposiciones pueden ser interpretadas como adjetivas o de relativo, ya
que donde equivale a el lugar (al, del, por el.) que; en este sintagma, que es un pronombre
relativo.
Informan sobre una acción que sirve para situar en el tiempo la acción principal. Esa acción
subordinada puede realizarse antes o después de la principal, o a la vez que ella
(simultaneidad):
Como vemos, son abundantes las conjunciones y locuciones conjuntivas que sirven de nexo
a las subordinadas temporales: cuando (que puede expresar anterioridad, posterioridad y
simulotaneidad), apenas, tan pronto como, en cuanto, en el instante en que, antes (de)
que, primero que, mientras, según, minetras tanto, mientras que, entretanto, a medida
que, conforme, al par que, siempre que, antes de, después de, así (que), etc.
[Notemos que según tiene otras funciones que no debemos confundir con ésta:
Según sean las relaciones que existen entre las dos proposiciones, los morfemas conjuntivos
emepleados son los siguientes:
- de igualdad: tal. cual (o como); tanto. como; tanto. cuanto; tan. como; y también los
morfemas igual que y como si encabezando la subordinada:
No se saludaron si no se conocieran.
En lugar de más bueno, más malo, más grande y más pequeño se emplean los comparativos
etimológicos mejor, peor, mayor y menor, respectivamente.
No hay nadie en casa porque [si hubiera alguien] estarían levantadas las persianas.
Carmen no iba en ese autobús, pues [si hubiera ido] la habría visto.
que, porque, pues, puesto que, supuesto que, ya que, como, a fuerza de, en vista de que, visto
que, como quiera que, por razón de que:
- La policía no ha facilitado noticias, por razón de que siguen aún las investigaciones.
No debemos confundir el que causal con otros usos de esta conjunción, la cual, como sabemos,
puede ser mero índice de subordinación sustantiva (Quiere que vaya.) y de subordinación
comparativa (Lo quiere más que a nadie.). Puede también funcionar como:
- conjunción final: habla más alto, que [= para que] se te oiga bien.
Efectivamente, grita; se niega sólo que tenga razón; y se afirma con sino la causa verdadera.
La proposición causal con porque suele ir detrás de la principal. Pero puede ir delante por
énfasis o cuando se contesta vivamente al interlocutor:
También suelen seguirir a la principal las proposiciones encabezadas por que y pues. Pero
no de modo rígido: así, con que, puede precederla si el hablante adopta un tono de insistencia:
Y, con pues, aparece delante en este ejemplo de Lope de Vega:"Pues andáis en las
palmas,ángeles santos, que se duerme mi Niño,tened los ramos."
Esta conjunción suele usarse cuando la causa es conocida, a la vez, por el hablante y por el
oyente.
No debemos confundirla con el como que entra en las comparaciones, según hemos visto. Ni
con el como condicional:
Con las restantes conjunciones, las proposiciones causales pueden ir libremente delante o
detrás de la principal:
Visto que dais la razón a Polo, me callo. / Me callo, visto que dais la razón a Polo.
Puesto que no lo quieres, me quedaré con él. / Me quedaré con él, puesto que no lo quieres.
- No sé qué hacer, de desorientado que estoy. Equivale prácticamente a esta otra: No sé qué
hacer porque estoy muy desorientado. Su carácter causal resulta evidente. La causa de la
principal es el alto grado con que se presenta la cualidad manifestada en la subordinada. Y
obedece a la fórmula: de + adjetivo o participio + que + ser o estar
Otros ejemplos:
Y cabe también la posibilidad de + tan + adjetivo / participio; así ocurre en estos versos de
Jorge Guillén:Sobre el hombro solitariotan ligero de tan duro El instante lo exalta a marea,
de tan alta, de tan alta, sin vaivén.
Pero la causa de la principal puede ser la grande o pequeña cantidad con que se presenta el
complemento directo de la subordinada. Una oración como
Con ello, se mantiene el carácter intensificador de la acción, pero no tan nítidamente marcado.
Estas proposiciones se enlazan lógicamente con las causales. En estas, una acción se presenta
como causante de la principal:
Distinguiremos dos tipos de consecutivas: aquellas que expresan una consecuencia que no
depende de la intensidad o grado de la principal [Pienso, luego existo.]; y las que se producen
como consecuencia de una proposición principal intensa [Gritan tanto que no podemos
entendernos.].
- por [lo] tanto: Ya ha pasado el mes; por [lo] tanto debes volver al médico.
Esta última conjunción se usa poco; debe ir seguida de pausa (o coma); y hay que evitarla
cuando puede confundirse cone l adverbio de modo así:
/Así ¿significa "por consiguiente" o "[vestido] de esta manera"? Es cierto que, con esta última
acepción, el adverbio se uniría sin pausa al verbo; pero esta diferenciación puede resultar
insuficiente./
Es muy rica la variedad de fórmulas que el español posee para expresar que una acción se
produce a consecuencia de la intensidad de la acción principal.
De estas locuciones, las tres primeras, si van precedidas de pausa, admiten otra interpretación
semántica: ya no resultan de la intensidad de la acción principal:
La intensidad de la principal puede manifestar también con arreglo a las siguientes fórmulas:
Son tantas las fórmulas consecutivas (sobre todo con principal intensiva), que no podemos
recogerlas todas. He aquí algunas más:
Ya sabemos que no debe emplearse el gerundio de posterioridad: por tanto, serán recusables
proposiciones consecutivas como éstas:
Esta distinción es importante, ya que afecta al modo verbal que adopta la prótasis cuando se
emplea la conjunción si.
Son también bastante numerosas. La más frecuente es si; pero puede alternar con otros nexos
condicionales como los siguientes:
- [en el] caso de que: Lo esperamos abajo [en el] caso de que no funcione el ascensor.
- siempre que: Podemos hacerlo así, siempre que todos estemos conformes.
- con tal [de] que: Haz lo que quieras, con tal [de] que no molestes.
- sólo con que: Alcanzarás el tren sólo con que corras un poco.
- con que: No lo quiero todo; con que me dejes probarlo tengo bastante.
Obsérvese que todas estas conjunciones y locuciones conjuntivas pueden ser sustituidas por
si. Y que todas también se construyen con subjuntivo.
Se construye en subjuntivo:
/Por supuesto, las construcciones si vendrá, si habr ávenido, si vendría, si habría venido son
posibles cuando si no funciona como condicional, sino como equivalente de que en oraciones
sustantivas con principal negativa.
Es muy frecuente, sobre todo en la lengua coloquial, la aparición del indicativo allá donde cabría
esperar el subjuntivo. Se consigue con ello una mayor viveza expresiva.
Así, la oración /Si en aquel momento hubiera entrado el Cid a caballo, me hubiese quedado
tan fresco./ responde a la regla que hemos dado: prótasis en subjuntivo por formular una
condición de cumplimiento imposible. Pero es normal formularla también así:
Con esta otra ocasión /Si volviera, no me dejarían entrar./, el hablante introduce un fuerte matiz
subjetivo; puede volver, pero no quiere por temor, desengño, etc. El subjuntivo es, pues, de
norma. Y, sin embargo, puede expresarse lo mismo, pero con mayor plasticidad, diciendo:
- Este suelo, fregado todos los días, reluce como el mármol [= si se friega].
Prótasis elíptica
Hay casos en que la prótasis se presenta sin verbo; de ella queda sólo un sustantivo:
- Una actriz no lo haría mejor [Si fuera una actriz.; o Si lo hiciera una actriz.]
Son tantas las maneras de expresar la condición en español, que vamos a limitarnos a ofrecer
otros ejemplos más:
- ¿Que quiere venir? Que venga. ¿Que no quiere venir? Que se quede en casa.
- Que tuviera yo veinte años. Ya lo creo que nadaría mejor que él.
Proposiciones concesivas
- aun si: Seguirán creyendo que miento aun si presento mil pruebas.
- por más que: No lo convencí por más que insistí [= aunque insistí mucho].
- por. que:
- con + infinitivo:
- aun + gerundio
Son también concesivos los giros: diga lo que diga, dijera lo que dihera, haga lo que haga,
hable lo que hable, etc.
- Trabaje lo que trabaje, nunca está el amo satisfecho [= aunque trabaje mucho].
Los futuros y los condicionales de indicativo pueden funcionar con claro significado concesivo,
coordinados con una proposición adversativa:
Paco, tendrá sus manías, pero es buenísimo [= aunque tenga sus manías].
Las locuciones conjuntivas más usadas son a que y para que; pero se emplean también los
siguientes nexos:
- con el objeto de que: Tome nota, con el objeto de que me llame apenas llegue.
- con el fin de que: Fue una hora antes con el fin de que no le quitaran el sitio.
- con la intención de que: Encendí una hoguera con la intención de que me vieran.
Pero van en infinitivo si llevan el mismo sujeto que la principal. Y en la locución conjuntiva se
prescinde de que: