Lo que pude reflexionar sobre el tema estudiado es muy triste.

Si bien es cierto
que sabemos que la educación en nuestro país es muy inequitativa, también es
cierto que no nos detenemos a investigar y realmente saber como es que
estamos en este tema, escuchando y viendo cifras, porcentajes y hasta
comparativos kilométricos, me da angustia ver lo mal que nos encontramos
como país. Siempre he pensado y sentido, que cuando se tienen las ganas de
aprender y esa hambre de conocimiento, no importa el lugar, si el maestro es
bueno y el alumno atiende a la enseñanza, siempre se logrará el objetivo
enseñanza-aprendizaje. Pero comprendo que esto no aplica para todas las
personas, no todos tenemos las mismas capacidades de entendimiento, hay
quienes aprenden a la primera y otros necesitamos unos cuantos repasos al
tema, y muchos maestros en la actualidad ya no quieren perder tiempo en
repasar temas porque llevan un programa y eso les retrasa.
También pude entender o apreciar, que las mejores instituciones están o son
para las personas que tienen un nivel socioeconómico alto, muchos de estos
estudiantes son los que se pueden contabilizar en el punto “Licenciatura o
Ingeniería con poca comprensión lectora y mala redacción”, no todos, aclaro,
pero si un gran promedio. Pensemos por un momento si esas instituciones
educativas se ubicaran en las ciudades con mayor índice de pobreza e incluso
en localidades indígenas, cuantos se verían beneficiados y como mejoraría a
nuestro país, si las personas estamos preparadas y tenemos un buen nivel
educativo, podríamos asegurar que disminuiría la violencia en un alto
porcentaje y el país estaría en crecimiento continuo.